Con el título de Propuesta para un mejor futuro-Construyendo una hoja de ruta para avanzar en el desarrollo de Costa Rica, don Jorge Vargas Cullell, Director del Programa Estado de la Nación, participará en la presentación de este documento elaborado por el think-tank costarricense Academia de Centroamérica; en acto solemne a celebrarse en el Salón de Jefes de Estado, Presidentes y Presidentas de la Asamblea Legislativa, el próximo miércoles 20 de setiembre de 2023.
También, en el panel de presentadores-comentaristas de esta actividad, estará la investigadora del Programa Estado de la Nación, la señora Natalia Morales Aguilar.
El evento será presidido por el propio Presidente del parlamento, don Rodrigo Arias Sánchez, a quien nosotros catalogamos como uno de los rostros visibles del conjunto plutocrático del real poder en la Costa Rica actual.
Por supuesto, el Presidente de la Academia de Centroamérica y el asociado a la misma, señores Ricardo Monge González y Federico Villalobos Carballo, respectivamente, estarán entre los expositores.
Como se puede colegir, de los contenidos del documento nada más sabemos su título y subtítulo, aunque está clarísimo cuáles podrían ser los mismos si se sabe bien la matrícula ideológica de la Academia de Centroamérica, siempre del lado del todo mercado-nada Estado. Y, ¿es que esto debe ser censurable, criticable? ¡En lo absoluto! Es la democracia del libre pensar y de la exposición de las ideas.
Lo que nos llamó poderosamente la atención es la participación, con rango oficial y explícito, del Programa Estado de la Nación, habida cuenta de su siempre reiterada y proclamada posición de neutralidad ante el conflicto social costarricense de estos tiempos, caracterizado por una dramática concentración del ingreso y una dolorosa exclusión social y económica.
El Programa Estado de la Nación nos tiene acostumbrados a su riguroso diagnóstico anual de nuestras penurias como sociedad y a algunas advertencias, cuidadosamente redactadas, de que el camino del desarrollo del país de los últimos tiempos no es el correcto. Aun así, ha logrado un posicionamiento de prestigio en la sociedad con no pocas reservas.
Ahora aparece el Programa Estado de la Nación en un foro en el cual su protagonista central, la Academia de Centroamérica, defiende un ideario que, a nuestro atender, por un lado, es co-responsable de la intrusión de un pensamiento en la política pública costarricense altamente pernicioso para una democracia con inclusión; y, por otro, las denuncias diagnósticas anuales del equipo de don Jorge Vargas Cullell parten, precisamente de la implantación en la sociedad de los contenidos centrales defendidos por el indicado think tank.
Desde la sensibilidad de quienes hemos estado militando en la acera que ha venido defendiendo las Garantías Sociales, la Constitución Política de 1949, el Estado Social y Democrático de Derecho; así como la importancia estratégica para la Democracia de la Doctrina de los Derechos Humanos (DD.HH.) sus tratados internacionales en la materia firmados y ratificados por nuestro país con su obligatoriedad y vinculatoriedad absolutas; consideramos que en la Academia de Centroamérica se forja el pensamiento fundamental que ha venido consolidando el poder de la plutocracia en el seno de nuestra alicaída democracia y su, hoy muy atacada, institucionalidad republicana.
Por ello nos sentimos con la atribución de hacer este señalamiento al Programa Estado de la Nación pues su participación en la indicada actividad nos genera enorme duda acerca de su ruta neutral en el análisis diagnóstico de la realidad nacional.
Hasta la fecha hemos entendido esa ruta neutral,considerando que el Programa Estado de la Nación, con la alta capacidad diagnóstica que tiene, reconocida por tirios y troyanos, si se decidiese a formular propuestas concretas, posiblemente chocaría con los intereses mezquinos de la plutocracia en el poder. Juntándose con uno de los think tank que ésta tiene como proveedor de ideología, no le hace nada bien al grupo investigador académico de don Jorge Vargas Cullell; ya de por sí, aunque en carácter personal, columnista permanente del medio emblema de esa plutocracia.