La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), saluda y rinde homenaje a todos los compañeros trabajadores y a todas las compañeras trabajadoras del Sistema Penitenciario Nacional y de la administración central del Ministerio de Justicia y Paz, con ocasión de la histórica celebración del DÍA NACIONAL DEL TRABAJADOR PENITENCIARIO.
Nuestro profundo respeto y admiración para quienes, en el día a día, mantienen la estabilidad carcelaria y penitenciaria del país, en medio de grandes limitaciones, sobrecargas laborales impresionantes, deteriorada salud ocupacional, y alto riesgo psicoemocional y de sus propias vidas; entre otros aspectos que caracterizan en la actualidad lo que la ANEP ha denominado como “LA CRISIS DEL SISTEMA PENITENCIARIO NACIONAL”.
¡Grande honor para los y para las profesionales; para todo el personal técnico, administrativo y operativo; y, para los compañeros y para las compañeras de la Policía Penitenciaria cuyo papel es profundamente estratégico!
Esta emblemática efemérides, el DÍA NACIONAL DEL TRABAJADOR PENITENCIARIO, nos recuerda el día viernes 22 de junio de 1984, el quinto día de la HUELGA PENITENCIARIA, cuando en horas de la tarde y en las afueras del portón de ingreso de vehículos a la cárcel de San Sebastián, unos 70 compañeros y compañeras de la institución, huelguistas, fueron detenidos y conducidos a las celdas de la entonces Detención General de la Fuerza Pública, en Cuesta de Núñez, San José. Los compañeros fueron llevados en “perreras” de la Fuerza Pública y a las mujeres se les trasladó en microbús. La detención se hizo ante la prensa nacional y las cámaras de los telenoticieros de la época.
El martes siguiente a esa fecha, 26 de junio de 1984 se firmaba en el Palacio Arzobispal de San José, con la mediación del hoy fallecido arzobispo Monseñor Román Arrieta Villalobos, un histórico acuerdo entre la ANEP y el gobierno del Presidente Luis Alberto Monge Álvarez; acuerdo que logró el ingreso colectivo, grupal y sin examen, al sistema del Servicio Civil de lo que en ese entonces era el 85 % del personal profesional, técnico, administrativo y operativo que hasta la llegada de la HUELGA PENITENCIARIA, estaba excluido del Régimen de Servicio Civil y, por tanto, no tenían ni estabilidad en el empleo ni derecho a tener anualidades.
También el personal de la Policía Penitenciaria de ese entonces, empezó a ganar anualidades pues la lucha de la ANEP fue para que en el Sistema Penitenciario Nacional se aplicara la Ley No. 6835 a todos los sectores laborales de la institución.
Valga indicar que, precisamente y con gran presión de la ANEP, la Asamblea Legislativa había aprobado en diciembre de 1982 esa Ley No. 6835; precisamente para que las anualidades fueron un derecho general de los empleados públicos y de las empleadas públicas aunque no estuvieran bajo el Régimen de Servicio Civil.
En el caso del Sistema Penitenciario Nacional, bajo lo que se llamó Ministerio de Justicia y Gracia, la lucha por la aplicación de la “ley de las anualidades”, se desarrolló a lo largo de todo el año 1983 y culminó con la HUELGA PENITENCIARIA, de nueve días de duración, entre el lunes 18 de junio y el martes 25 del mismo mes, de 1984.
La HUELGA PENITENCIARIA, gestada, dirigida, financiada y negociada por la ANEP, fue de tal impacto que generó, por ejemplo, la aplicación inmediata de la “ley de las anualidades” a todo el personal del Ministerio de Seguridad Pública (la Fuerza Pública, particularmente); así como también abarcó lo que en aquel entonces era la Guardia de Asistencia Rural (GAR), que existió bajo el Ministerio de Gobernación y Policía; sin que estos grandes grupos laborales tuvieran que hacer ningún tipo de presión. Con el correr de los años este asunto de las anualidades se extendió por todo el Estado, incluyendo a las municipalidades. Tal fue el impacto de esa legislación, No. 6835, lograda por la ANEP de la época.
La HUELGA PENITENCIARIA también hizo que se creara el sobresueldo Riesgo Penitenciario para todo el personal penitenciario, incluyendo a la Policía Penitenciaria. Años después, gracias a otra lucha de la ANEP en la Asamblea Legislativa, nació el Riesgo de Seguridad y Vigilancia, exclusivo para el personal de seguridad de las cárceles costarricenses.
Los compañeros detenidos y las compañeras detenidas en aquella tarde del viernes 22 de junio de 1984, fueron liberados cerca de la medianoche de ese mismo día pero luego tuvieron que enfrentar un largo proceso judicial, pues se les acusó bajo los artículos 333 y 334 del Código Penal (hoy derogados) que catalogaba la huelga en los servicios públicos, como delito penal. La ANEP se hizo cargo de la defensa de la abrumadora mayoría de los y de las huelguistas acusados quienes, finalmente, fueron absueltos.
30 años después de aquel viernes de junio de 1984 nuestra lucha, la lucha de la ANEP en el seno del Sistema Penitenciario Nacional, continúa. La ANEP, institución sindical legendaria, renueva su compromiso en tal sentido. La ANEP, nacida como parte de los procesos sociohistóricos de las luchas sociales y sindicales de los años 40 del siglo XX, continúa con plena vigencia, destacándose nacionalmente como consta a todos y a todas. En el Sistema Penitenciario Nacional llevamos 30 años luchando, fomentando la unidad y la unión de la familia laboral penitenciaria. 30 años después continuamos por la misma senda: luchando y uniendo; uniendo y luchando… No dividimos. Unimos.
La ANEP, entidad sociolaboral de sólida consolidación, al acercarse a sus 56 años de haber sido fundada, está con nuevos planteamientos en función de nuestro concepto de que hoy en día el Sistema Penitenciario Nacional sufre una profunda crisis de diversas raíces. A fin de enfrentar este desafío nos venimos preparando lo suficiente para, junto con el personal, desafiar a las nuevas autoridades políticas a fin de que éstas tomen las decisiones estratégicas correspondientes.