La discusión sobre la situación fiscal del país y sus posibles soluciones han dado lugar a grandes debates y movilizaciones populares, entre las cuales la huelga más larga y las marchas más grandes de nuestra historia se han dado.
El debate no es solamente sobre un modelo tributario: es un debate sobre nuestra democracia. Se trata de una correcta distribución de la riqueza, de generar acciones económicas que de- jen de crear desigualdad, de dialogar entre los distintos sectores sociales, de participar en la construcción de soluciones, de proteger las instituciones sociales y de respetar las reglas democráticas que hemos aceptado para garantizar la paz social en el país.
Contrario a esto, el señor Presiden- te Alvarado y su equipo económico neoliberal, han querido llevar el debate sobre la situación fiscal por el peligroso camino del autoritarismo y el irrespeto a las formas e instituciones democráticas:
1) No solo apoya un proyecto que promueve la desigualdad social y el empobrecimiento de los sectores más vulnerables, sino que lo hace por medio de una vía rápida, posiblemente viciada, que impide la participación real de los sectores afectados negán- dose a abrir espacios de diálogo.
2) Utiliza la mentira, el miedo y las amenazas contra quienes piensan diferente a él, llegando al extremo de reprimir y menospreciar a quienes hacemos propuestas alternativas y pedimos, por las vías que permiten la legislación laboral costarricense, se atiendan nuestras inquietudes.
3) Presiona públicamente a los distintos poderes de la República, desconociendo en sus discursos la división de poderes, como principio garante de la democracia, y lo que es peor, trata de utilizar su poder presidencial para imponer su posición cuando se
contrapone a las decisiones que toma el Poder Judicial, sea la Corte Plena o los Tribunales de Trabajo, así como también ha querido persuadir al Poder Legislativo, en un accionar muy delicado y peligroso para el resguardo de la democracia costarricense.
4) Aprovecha y permite las maniobras especulativas de grandes pode- res fácticos contra la estabilidad económica del país, con tal de fortalecer su discurso del miedo y justificar la imposición de un proyecto fiscal que posiblemente sólo favorecería esos poderes económicos.
5) Insiste en desconocer los derechos laborales, llamándolos privilegios o abusos, tratando irresponsablemente de colocar un sector de la población contra otro, con mensajes cargados de odio y acciones sin sustento legal para tratar de impedir la expresión, manifestación, participación y orga- nización de los sectores sociales que se oponen a sus propuestas.
6) Se asocia con los sectores más autoritarios del país, coresponsables de la crisis fiscal que estamos viviendo, para tratar de modificar a golpe de tambor la legislación laboral que implicó casi 20 años de construcción con amplísimos consensos, que otrora alabara desde su puesto de Ministro de Trabajo, con tal de eliminar la posibilidad de que la clase trabajado- ra ejerza derechos que hoy están garantizados e imponer su voluntad.
Hacemos un llamado al señor Presidente, a comprometerse con la defensa de los principios e instituciones democráticas, deteniéndose en el uso de tácticas autoritarias en el ejercicio de su mandato, pues puede dañar profundamente la democracia del país, esa misma democracia que permitió su elección. Y llamamos a la ciudadanía a mantenerse alertas para proteger la herencia democrática que recibimos del pasado.