Violento ajuste fiscal

siguen insistiendo en que el grave problema fiscal del país se debe a los salarios que devengan las personas trabajadoras asalariadas del sector Público, continúan maliciosamente manipulando y engañando a la opinión pública nacional. Es más, si continúan por este camino lo que harán es aumentar las condiciones para un enfrentamiento social de insospechadas consecuencias.

El déficit fiscal sigue enfocándose desde una perspectiva meramente ideológica por parte de los sectores política y económicamente hegemónicos, especialmente esos que nunca van a elecciones pero que pretenden gobernar el país con su propia agenda, cual es la de la concentración abusiva de la riqueza, en esencia.

En tal sentido, desde la perspectiva de los sectores populares, sociales, sindicales y cívicos, no nos queda más que enfrentar el desafío que se nos viene lanzando al respecto, también desde una perspectiva ideológica y política. Ésta puede ser resumida en tres puntos fundamentalmente básicos.

PRIMERO: El robo de impuestos en todas sus manifestaciones, es la base fundamental de la existencia del déficit fiscal. Ya todo el mundo lo acepta, ya es oficialmente comprobado: 8.5 puntos del Producto Interno Bruto (PIB). Es realmente una cantidad enormemente gigante: Casi 2 billones 400 mil millones de colones anuales.

¡2.400.000.000.000.00 colones en robo de impuestos! Esta debe ser la primera línea de acción política y ciudadana para abordar el problema del déficit fiscal. En tal sentido, resulta trascendental el establecimiento del registro de accionistas para que se sepan quiénes son los beneficiarios de las sociedades anónimas y de los fideicomisos financieros.

Efectivamente, ¡están aterrorizados! ¡Sí!, los ladrones de impuestos, los que acostumbran eludir y evadir sus responsabilidades tributarias; los que utilizan las “off shores” (de esas tan destacadas por la denuncia periodística internacional de “Los papeles de Panamá”), están planteando ahora que si el país tiene un registro de accionistas como se debe, entonces habrá una “cacería de brujas”. ¿Será que como empresarios inescrupulosos están tan acostumbrados a robar impuestos que ahora, si de verdad existirá un real registro de accionistas, sienten que se les acabará la fiesta del enriquecimiento mal habido vía robo de impuestos?

SEGUNDO: Debe realizarse un gran esfuerzo de diálogo nacional y político-social para convenir, en líneas generales, en el porcentaje de déficit fiscal con relación al Producto Interno Bruto (PIB), con el cual podremos vivir como sociedad y con cuál porcentaje no podremos vivir. Pausadamente, sin histerismos ni fundamentalismos y sin amenazas de violentos ajustes fiscales de corte draconiano, debemos buscar como sociedad, por ejemplo, vivir con un 3% de déficit (siempre hemos tenido déficit) y buscar cómo resolver el otro 3%. ¿Simplista? A lo mejor pero nos parece de sentido común.

Lo que pasa es que no resulta posible que “los y las de abajo” sean los “condenados al sacrificio” de un ajuste fiscal del orden del 3%, del orden del 3.5%. Hasta la saciedad debemos decirlo: la clase trabajadora, en todas sus denominaciones, no roba impuestos. Los dos más importantes los paga puntualmente: el de ventas, al mismísimo momento de la compra. El de renta salarial, cuando corresponde, es rebajado de planilla “inmisericordemente”.

Entonces, parte del porcentaje del ajuste no puede salir de los salarios; parte de ese ajuste está en el 8.5% que se están dejando los ladrones de impuestos. Es a éstos a los que hay que “apretar” y el registro de accionistas es una primera y muy buena medida.

Por otra parte, por el lado del empleo público, únicamente despidiendo, masivamente, a 20 mil personas empleadas públicas, de un solo tiro, se podría reducir el déficit fiscal en un 1%. Pero “no alcanza”. Y, ¿qué quieren? ¿Despedir maestros, policías, empleados judiciales?… Estos son los más grandes segmentos laborales cuyos salarios provienen del presupuesto central del Estado, el que tiene déficit. O, ¿quieren un “muera la inteligencia” y reducir radicalmente el aporte financiero a las 5 universidades públicas?… ¿O las dos cosas?… Por el lado del empleo público no resolverán el problema del déficit fiscal. Esto lo podemos sostener firmemente pues, más bien, falta empleo público en una serie de servicios públicos sumamente deteriorados pero imprescindibles para sectores populares socialmente vulnerables. Y para peores, para este tipo de servicios públicos ya no se podría ni siquiera hacerles las compras mínimas para un funcionamiento también mínimo.

TERCERO: En materia de nuevos impuestos, es por el lado de la renta donde se deben establecer. No se puede hablar de que se ocupan más impuestos, así en general y “en seco”, pues plantearlo así favorece a los ladrones de impuestos y a los detentadores y concentradores de la riqueza. Si se ocupa de nuevos impuestos, estos jamás deben ser los de carácter indirecto, como la pretensión errada de este Gobierno de subir el actual impuesto sobre las ventas del 13% al 15%, transformándolo en impuesto al valor agregado (IVA). ¡Sí se ocupan nuevos impuestos pero los de carácter directo! A la acumulación, como la renta global o universal, incluso como la renta mundial. Entonces, una parte del ajuste debe venir del impuesto a los que más tienen, a los que tienen diversas fuentes de ingresos, sumándoselas todas y tallándolos como corresponde: renta global o universal.

Mención aparte merece una valiente decisión política imponiendo un impuesto a las transacciones financieras a partir de cierto monto en dólares, considerando la gran cantidad de dinero sucio, de dinero narco, de dinero procedente del crimen organizado que transita, todos los años, por el sistema bancario-financiero nacional. Ya los gringos lo dijeron y nadie “chistó”: son 4 mil 200 millones de dólares. Hablamos, entonces, de 2 billones 268 mil millones de colones: 2.268.000.000.000.00. ¡Esto equivale a 8.1 puntos porcentuales de PIB! ¿Estaremos equivocados? Porque en nuestras “empíricas” cuentas, 8.5 puntos PIB de robo de impuestos, más 8.1 puntos PIB de dinero sucio, esto da 16.6 puntos PIB.

16.6 puntos PIB, ¡qué locura! Todo esto se mueve por el lado de “los y de las de arriba”, ¡no por el lado de los y de las de abajo! Pero, ¡falta más! Falta contabilizar los casi 6 puntos porcentuales de PIB en materia de exenciones y de exoneraciones impositivas. Fíjense, entonces, que ya vamos por 22.6 puntos porcentuales de PIB, que sería el universo sobre el cual actuar para evitar el ajuste fiscal violento que nos pronosticó el señor Presidente de la República, don Luis Guillermo Solís Rivera, durante los actos solemnes de la celebración patriótica del 11 de Abril.

Definitivamente, en este tema del déficit fiscal, la unidad sindical y popular es fundamental. A final de cuentas, si se viene un ajuste fiscal violento y draconiano, con todo el dolor que ello conlleva (como lo ha demostrado Grecia), son “los y las de abajo” los que sufriremos cruelmente. “Los y las de arriba” saldrán corriendo para el extranjero y transferirán sus capitales, en un dos por tres, electrónicamente a paraísos fiscales, con toda seguridad.

Cuando hablamos de “los y las de abajo”, no solamente estamos pensando en los empleados públicos y empleadas públicas de ingresos bajos y medios. Estamos pensando en las micro, pequeñas y medianas empresas, en los empleos que éstas generan; estamos pensando en la gran cantidad de empresas proveedoras del Estado. ¿A cuál Estado le venderían, si éste está violentamente en ajuste porque llegó a un punto de quiebra?… En verdad, el asunto es muy serio.

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