¿Por cuáles caminos transitará Francia?

Hollande: Renegociación del pacto fiscal e impuestos de hasta el 75%

La renegociación del tratado presupuestario europeo (pacto fiscal) para añadirle medidas de crecimiento es su gran iniciativa del candidato socialista.

El programa del socialista François Hollande contiene 60 medidas para cambiar a Francia. El empleo de los jóvenes, la justicia social, y la igualdad de derechos para los homosexuales son algunas de las prioridades. Además, propone sendas reformas fiscal y bancaria. La renegociación del tratado presupuestario europeo (pacto fiscal) para añadirle medidas de crecimiento es su gran iniciativa europea. Y su medida más llamativa, la tasación del 75% para los ingresos superiores al millón de euros.

Desempleo. Los socialistas aspiran a crear 150.000 empleos de futuro en los barrios populares, y 500.000 “_contratos generacionales_”. Las empresas que contraten a un joven y mantengan a un trabajador veterano durante tres años no pagará las cotizaciones sociales. Además, promete aumentar los costes de los despidos colectivos a las compañías que obtengan beneficios, introducir el diálogo social en la Constitución, y aumentar las cargas sociales a las empresas que abusen de los contratos precarios.

Poder adquisitivo. El salario mínimo se actualizará cada año según el crecimiento del PIB y no sobre la inflación. Ganarán un 30% menos el presidente y los ministros, y se ajustará el sueldo de los dirigentes de empresas públicas. Subirá un 25% la ayuda estatal a la vuelta al colegio.

Pensiones. Regresa la jubilación a los 60 años (Sarkozy la elevó a 62) para quienes hayan cotizado 41,5 anualidades, y el mayor gasto se cubrirá subiendo 0,1 puntos anuales las cotizaciones salariales y empresariales.

Déficit público. Hollande promete bajar el déficit al 3% en 2013 y llevarlo al equilibrio en 2017.

Fiscalidad. Una de las grandes prioridades. Se anularán las exenciones fiscales a los ciudadanos más ricos para recuperar 29.000 millones de euros. El Tesoro francés renegociará los acuerdos bilaterales con Suiza, Bélgica y Luxemburgo para poder cobrar impuestos a los exiliados fiscales. Se introducirá un nuevo tramo del 45% para las rentas superiores a 150.000 euros anuales, y una tasa del 75% para los ingresos que sobrepasen el millón anual. Se suprimiría la exoneración fiscal a las horas extra, salvo a las empresas muy pequeñas, y se crea un nuevo impuesto de sociedades: 35% a las grandes empresas, 30% a las medianas y 15% a las pequeñas.

Banca y finanzas. La reforma bancaria separará a los bancos de depósito y de inversión, prohibirá a las entidades tener actividad en paraísos fiscales, y subirá un 15% el impuesto sobre los beneficios. Además, se prohíben las stock options y se regularán los bonos. La tasa a las transacciones financieras se dedicará a la ayuda al desarrollo y a luchar contra el cambio climático (empezando con tres o cuatro países).

Educación. Hollande promete contratar a 60.000 profesionales de educación en cinco años, reducir a la mitad el fracaso escolar, revalorizar los salarios de los profesores y tocar la ley de autonomía universitaria para dotar de más democracia a los liceos. Otras ideas: construir 40.000 viviendas nuevas para estudiantes, y abrogar la circular Guéant que prioriza la contratación de estudiantes nacionales sobre los extranjeros.

Derechos. El derecho de matrimonio y adopción para las parejas homosexuales y la ley de eutanasia son dos de las medidas faro.

Instituciones. Hollande planea revisar el estatuto penal del Presidente de la República. Los antiguos presidentes de la República no podrán formar parte del Tribunal Constitucional, y los funcionarios públicos condenados por corrupción no podrán ejercer durante diez años. Se suprimiría el Tribunal de la República que juzga a los ministros, y se aprobaría una ley contra la acumulación de cargos públicos.

Barriadas desfavorecidas. Habrá ventajas en el acceso a los empleos jóvenes, una filial de la banca pública de inversión dedicada a los barrios más pobres, y una nueva policía de proximidad.

Energía. Hollande se compromete a reducir la cuota nuclear en la producción de electricidad pasándola del actual 75% al 50% en 2025. Promete tarifas progresivas para agua, luz, y gas; bloqueo de los precios de la gasolina durante tres meses, y más energía renovable.

Europa. Renegociar el tratado presupuestario y promover un nuevo pacto de responsabilidad, gobernanza y crecimiento para salir de la crisis es la gran amenaza para Merkel, junto al nuevo papel del Banco Central Europeo para privilegiar el empleo y el crecimiento, y la creación de eurobonos para mutualizar la deuda europea. Hollande quiere que los presupuestos europeos de 2014-2020 estén al servicio de grandes proyectos de futuro, y promete una agencia de calificación europea.

Inmigración. Habrá un debate anual en el Parlamento para decidir el número de inmigrantes necesarios. Las peticiones de asilo se resolverán en seis meses, y solo se regularizará “_caso por caso_” a los inmigrantes ilegales.
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La hoja de ruta de Hollande

Su programa está basado en el estímulo del crecimiento, de reforma del tratado europeo de austeridad, y en políticas sociales.

El socialista François Hollande ha ganado las elecciones presidenciales francesas con un programa basado en el estímulo del crecimiento, de reforma del tratado europeo de austeridad, y en políticas sociales, como la contratación de miles de profesores. De hecho, Hollande ya anunció que si ganaba también en la segunda vuelta de los comicios, viajaría a Berlín para exigir a la canciller alemana, Angela Merkel, una reforma del tratado firmado a principios de marzo pasado para introducir medidas de reactivación económica que contrapesen las de rigor adoptadas.

El nuevo presidente aboga por la creación de eurobonos para financiar grandes proyectos

Entre ellas estarían el cambio del estatuto del Banco Central Europeo (BCE) para que pueda prestar directamente a los Estados, la creación de los eurobonos para financiar grandes proyectos de futuro y la reforma del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para que pueda recaudar una tasa sobre las transacciones financieras, son otras de sus propuestas. Con esas medidas, Hollande espera reactivar la economía europea y, por ende, la francesa, lo que le permitirá financiar su política social sin hacer explotar el déficit público, que se ha comprometido a equilibrar en 2017, un año más tarde que Sarkozy.

«Contrato de generación»

Asimismo, el candidato socialista ha basado su campaña en la juventud y a ella van dirigidas dos de las principales medidas de su programa. La contratación de 60.000 docentes pretende paliar la reducción de funcionarios en ese sector del último quinquenio, en el que el presidente saliente no sustituyó a la mitad de los que se jubilaron. Junto a ello, Hollande ha propuesto el llamado «contrato de generación», que fomenta el empleo de jóvenes para asociarlos a personal experto al borde de la jubilación con el fin de que les transmitan sus conocimientos, a cambio de exenciones fiscales para la empresa. Otra fuente de financiación pasa por una reforma de la política fiscal destinada a tasar a las rentas más elevadas, con la intención de que tributen con un 75 % aquellos que ganen más de un millón de euros al año.

Cierre de una central nuclear

En política energética, Hollande propuso reducir paulatinamente el peso de la nuclear en la producción eléctrica de Francia, para que antes de 2025 pase del 75 % actual al 50 %. Pero ante la polémica generada por esta noticia en un país consciente de que la energía atómica reduce su factura eléctrica, el político socialista indicó que solo pensaba cerrar una central en el presente mandato, la más antigua del país, la de Fessenheim, en el este de Francia. Para sustituir a la energía nuclear, Hollande propone aumentar el peso de las renovables, que quiere desarrollar con créditos y subvenciones. Además, con el objetivo de mejorar el poder adquisitivo de los franceses, Hollande propone bloquear durante tres meses los precios de los combustibles.

Sí a la eutanasia

En materia social, Hollande es favorable a la legalización del matrimonio homosexual, incluida la posibilidad de que las parejas del mismo sexo puedan adoptar niños, y a la eutanasia. Hollande apuesta por otorgar el derecho de voto en las elecciones municipales a los extranjeros residentes legalmente en Francia. Además, es partidario de luchar contra la inmigración ilegal y de la regularización individualizada según unos criterios objetivos.

Sin la «hiperactividad» de Sarkozy

El hasta ahora candidato socialista no ha parado de repetir que la suya será «una presidencia normal», para diferenciarla de la «hiperactividad» que le reprocha a Sarkozy. Entre las medidas que pretende adoptar para «normalizar» el cargo figuran la de una menor intervención en los asuntos del Gobierno, que delegará en el primer ministro, y la «moralización» de la vida pública. Para ello, Hollande propone reformar el estatuto penal del presidente, que podrá ser juzgado por los delitos cometidos antes de llegar al Elíseo. Además, se compromete a prohibir que una misma persona acumule dos cargos públicos, una práctica habitual en Francia, donde un ministro, por ejemplo, puede hacer compatible su cargo con el de ser alcalde.
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Consecuencias de la elección de Hollande para Europa
Fuente: dpa | 2012-05-06

Simpatizantes del partido socialista francés celebran tras conocer qye François Hollande será el nuevo presidente de Francia al vencer al conservador Nicolas Sarkozy en las elecciones, según los primeros sondeos difundidos al cierre de las urnas, hoy, domingo, 6 de mayo de 2012, en la plaza de la Bastilla en París, Francia. EFE/Yoan Valat

ANÁLISIS Por Dieter Ebeling y Marion Trimborn (dpa)

Bruselas, 6 may (dpa) – El socialista François Hollande impondrá un nuevo acento en la política europea como presidente de Francia. Más crecimiento y más empleo fueron dos de las exigencias básicas que presentó como banderas durante su campaña electoral y ello tendrá consecuencias para los vecinos en Europa y en las estrategias centrales del bloque europeo. Ahora se cuestiona el estricto rumbo de recortes.

¿Qué cambia en Europa con Hollande?

El líder socialista quiere volver a negociar el pacto fiscal que se acaba de cerrar y que algunos países ya han ratificado. Este tratado que exige una estricta disciplina fiscal contempla sanciones automáticas para todos aquellos que no cumplan con el déficit público. Hollande quiere conseguir al menos que se incluyan medidas para alentar el crecimiento y la creación de empleo. Ello podría conducir a una grave crisis, ya que otros socios de la Unión Europea no quieren tocar el pacto fiscal, pues ese acuerdo ha contribuido considerablemente a la intranquilidad de los mercados financieros.

¿Cómo se puede evitar el conflicto?

Con un compromiso que no afecte al propio pacto. En realidad todos los políticos están a favor del crecimiento y el empleo. Se podrían derivar medios presupuestarios a los países más pobres. La polémica gira en torno a qué se quiere decir en concreto con crecimiento. La canciller alemana, Angela Merkel, entiende bajo ese concepto una reducción de la burocracia y un incremento del intercambio comercial dentro de la UE. Hollande ha prometido miles de millones de euros. En caso de que financie a crédito estos programas coyunturales, ello podría conducir a que los mercados financieros presionen considerablemente sobre la economía francesa, y con ello también sobre el euro.

¿Cambiará la Unión Europea su rumbo en la crisis del euro?

Realmente no lo cambiará, pero sí lo complementará. Ya en marzo pasado, en la cumbre de la UE se conversó sobre todo de cómo estimular el crecimiento. La presión de Hollande ha hecho que el tema siga en la agenda. Así, el director del Banco Central Europeo, Mario Draghi, aboga con insistencia por un pacto que estimule el crecimiento, que podría complementar el pacto fiscal. Ya se ha fijado que en la próxima cumbre oficial de la UE, el 28 y 29 de junio en Bruselas se volverá a debatir sobre el crecimiento.

¿Qué debería hacer Bruselas tras las elecciones?

Durante semanas, la campaña electoral ha bloqueado decisiones importantes. Todavía se desconoce quién será el nuevo presidente del eurogrupo, quien entrará en el directorio del Banco Central Europeo y quién dirigirá en fondo de rescate europeo, el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEEF). Ahora todas estas cuestiones de personal deberían resolverse rápidamente.

¿Y cómo se plantean otras cuestiones relacionadas con la UE?

Asuntos como la patente común de la UE o la reforma de Schengen deberían avanzar ahora, según indican fuentes diplomáticas. Probablemente Hollande no cambiará ninguna postura básica francesa. Sobre el acuerdo de Schengen, que garantiza la libertad de desplazamientos en el espacio europeo, Hollande se ha pronunciado de forma vaga hasta la fecha. Francia y Alemania quieren preservar la libertad de desplazamientos como una de las grandes conquistas de Europa, pero quieren decidir sobre la reintroducción de controles fronterizos y dejar esta decisión a nivel de la UE.

¿Hay también problemas fuera de la UE?

Sobre todo dentro de la OTAN. Hollande ya ha anunciado que quiere retirar a los soldados franceses de Afganistán antes de que finalice 2012. Eso sería dos años antes de lo previsto. En la cumbre de la OTAN el 20 de mayo en Chicago, el político socilista acaparará las críticas.

¿Y qué significa la elección para la primera economía europea, Alemania?

Antes que nada, François Hollande y Angela Merkel tendrán que acostumbrarse uno al otro. Proceden de familias políticas diferentes, pero saben que se necesitan mutuamente y en Europa de poco sirve actuar en solitario. Tampoco entre Merkel y Nicolas Sarkozy ha existido una química. Y sus predecesores necesitaron algo más de tiempo. Ya Charles de Gaulle y Konrad Adenauer no fueron al principio “una pareja idílica”, algo que también se puede decir de en el caso de Giscard d’Estaing/Schmidt, Mitterrand/Kohl o Chirac/Schröder.
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El peligroso “superdomingo” electoral de Merkel

Berlín, 5 may (dpa) – Las urnas de tres países enviarán mañana un mensaje a la mujer más poderosa del mundo. La canciller alemana, Angela Merkel, seguirá con atencion las elecciones en Francia, Grecia y Alemania. El peligroso “_superdomingo_” electoral pone en peligro su política europea y nacional.

La probable victoria del socialista François Hollande en Francia significaría un duro golpe a la austeridad impuesta por Merkel a Europa. También Grecia pone en juego sus políticas de ahorro. En Alemania, su Unión Cristianodemócrata (CDU) puede perder otro gobierno regional en la votación del “_Land_” de Schleswig Holstein.

La inusual triple cita con las urnas refleja un nuevo paisaje político sin fronteras, pero también las “_contradicciones_” en la anatomía del poder de Merkel, analizó el semanario alemán “_Der Spiegel_”.

“_Parece invencible a nivel nacional en Alemania, donde sus rivales se debilitan. Pero en los estados federados su poder tambalea y la CDU teme una nueva derrota. Y en parte de Europa se ha convertido en una figura odiada, su pacto fiscal está en entredicho_”.

En el caso de Schleswig Holstein, en la frontera con Dinamarca, una derrota de la CDU tendría un importante valor simbólico por dos motivos.
En primer lugar, el partido de Merkel gobierna desde hace tiempo en más estados federados que la oposición socialdemócrata (SPD). Pero varias derrotas en las últimas elecciones regionales redujeron esa ventaja a un único “_Land_”. Si el SPD gana mañana, liderará por primera vez en años el mapa nacional con ocho gobiernos frente a siete de la CDU.

En segundo lugar, ese cambio se produciría una semana antes de las cruciales elecciones regionales en Renania del Norte-Westfalia. El poderoso “_Land_” en el oeste de Alemania es el más poblado del país y su voto se interpreta como un importante indicador nacional de cara a las elecciones generales del año que viene.

Y Merkel tiene razones para inquietarse. Las últimas encuestas indican que su CDU no podrá reeditar su actual coalición con los liberales (FDP) y cederá el gobierno de Schleswig Holstein a una alianza opositora de SPD, Verdes y el partido que agrupa a la minoría de habla danesa en el estado.

La única esperanza para el partido de Merkel pasa por una “gran coalición” con los socialdemócratas. En este caso, el partido más votado pondría el jefe de gobierno. Ambas fuerzas rondan una intención de voto cercana al 31 por ciento.

Los problemas regionales de Merkel, sin embargo, no se comparan con los que puede afrontar a nivel europeo.

Una derrota del presidente Nicolas Sarkozy en Francia dejaría a la canciller sin su principal aliado en la lucha contra la crisis. En Berlín ya se preparan para una victoria de Hollande, favorito en las encuestas.

“_Hollande y su equipo se comprometieron a continuar la cooperación franco alemana_”, señalaron diplomáticos citados por el diario “_Süddeutsche Zeitung_”. Pero nadie ignora que el socialista centró su campaña en criticar al eje “_Merkozy_” y prometió revisar su principal fruto, el pacto fiscal europeo.

Más impredecible es el panorama de Grecia ante una de las elecciones más cruciales de su historia reciente. Candidatos de la izquierda y la derecha radicales apelan a una población frustrada e indignada y piden el voto contra el euro y los programas de ahorro.

Si los votantes llevan esas reivindicaciones al Parlamento, la salida del euro y de las reformas dejaría de ser una hipótesis extravagante. Entonces no sólo Merkel, sino también Europa entera entrarían en una nueva fase de la crisis.

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