Por Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP
Como nunca antes, la lucha por la justicia social real y por la democracia verdadera pasa, necesaria e imprescindiblemente, por la lucha por el imperio pleno de los Derechos Humanos (DD.HH.).
Estamos viviendo en la etapa más desigual de toda la historia de la Humanidad; sufriendo la época de la dictadura hegemónica político-mediática del capital neoliberal y su brazo armado: el capital financiero-bancario.
Los extremistas políticos de la derecha ideológica, aún en sus más suaves versiones, siguen siendo seguidores del significado del concepto sociopolítico concretado en la expresión en idioma inglés There is no alternative -TINA- (en español: “No hay alternativa” o “No hay elección”); eslogan político corrientemente atribuido a Margaret Thatcher, cuando ella era Primera Ministra del Reino Unido. Este eslogan puede interpretarse como que el mercado, el capitalismo y la mundialización, son fenómenos necesarios y beneficiosos, y que cualquier otra orientación está destinada al fracaso (tomado de Wikipedia).
Pese a ello, miles de personas alrededor del planeta piensan y luchan en la dirección contraria. El TINA podemos contraponerlo, como antípoda política, a los DD.HH. Nosotros gritamos: ¡Sí hay alternativa! Es la lucha por el respeto pleno a los Derechos Humanos.
Los DD.HH. representan la respuesta civil, social, política y hasta ideológica al maléfico objetivo de la entronización definitiva en el planeta del gobierno mundial del capital; algo por lo cual vienen luchando poderosísimos grupos de los cuales apenas tenemos ideas superficiales.
En tal sentido es necesario tener presente la amplia gama de los DD.HH., empezando por los de Primera Generación, o derechos civiles y políticos: 1) Toda persona tiene los derechos y libertades fundamentales sin distinción de raza, sexo, color, idioma, posición social o económica. 2) Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad jurídica. 3) Nadie estará sometido a esclavitud o servidumbre. 4) Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, ni se le podrá ocasionar daño físico, psíquico o moral. 5) Nadie puede ser molestado arbitrariamente en su vida privada, familiar, domicilio o correspondencia, ni sufrir ataques a su honra o reputación. 6) Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia. 7) Toda persona tiene derecho a una nacionalidad. 8) En caso de persecución política, toda persona tiene derecho a buscar asilo y a disfrutar de él, en cualquier país. 9) Los hombres y las mujeres tienen derecho a casarse y a decidir el número de hijos que desean. 10) Todo individuo tiene derecho a la libertad de pensamiento y de religión. 11) Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión de ideas. 12) Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacífica.
Ahora reparemos en las Derechos Humanos de Segunda Generación, o derechos económicos, sociales y culturales: 1) Toda persona tiene derecho a la seguridad social y a obtener la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales. 2) Toda persona tiene derecho al trabajo en condiciones equitativas y satisfactorias. 3) Toda persona tiene derecho a formar sindicatos para la defensa de sus intereses. 4) Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure a ella y a su familia la salud, alimentación, vestido, vivienda, asistencia médica y los servicios sociales necesarios. 5) Toda persona tiene derecho a la salud física y mental. 6) Durante la maternidad y la infancia toda persona tiene derecho a cuidados y asistencia especiales. 7) Toda persona tiene derecho a la educación en sus diversas modalidades. 7) La educación primaria y secundaria es obligatoria y gratuita.
Impresionante resulta conocer los llamados Derechos Humanos de Tercera Generación: 1) Derecho al desarrollo sostenido: modelos y estructuras económicas que, además de generar beneficios propios, permitan el acceso a servicios básicos y garanticen la sostenibilidad del planeta. 2) Derecho a la autodeterminación de los pueblos: el que tienen los países de determinar libremente su condición política y su modelo social y económico. 3) Derecho a la paz: entendido no solo como ausencia de guerra, sino también como la puesta en marcha de procesos positivos que fomenten la participación, el diálogo, la inclusión, la cooperación y la superación de conflictos. 4) Derecho a la protección de los datos personales: llama la atención sobre los eventuales peligros y abusos a los que se exponen las personas ante el cada vez más extendido proceso de informatización. 5) Derecho al patrimonio común de la humanidad: alude al acceso a los bienes de tipo material e inmaterial que constituyen un legado de especial relevancia para comprender la evolución humana. 6) Derecho a gozar de un medioambiente sano: Todas las personas tienen derecho a disfrutar de ambientes sanos, limpios y sostenibles.
¡Increíble! Se ha hablado ya de los Derechos Humanos de Cuarta Generación que incluirían: 1) El derecho a acceder al espacio que supone la nueva sociedad de la información en condiciones de igualdad y de no discriminación. 2) Al uso del espectro radioeléctrico y de la infraestructura para los servicios en línea sean satelitales o por vía de cable. 3) El derecho a formarse en las nuevas tecnologías. 4) El derecho a la autodeterminación informativa. 5) El derecho al Hábeas Data y a la seguridad digital.
¡Es definitivo! Tenemos que volver sobre este tema. ¡Analice bien! ¿Acaso los DD.HH., conceptualmente integrados, no representan una subversión del injusto y criminal orden que nos está imponiendo la globalización neoliberal…?