El abismal e infernal camino del endeudamiento público sin fin

Por Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Es absolutamente necesario tener que insistir en el tema del injusto orden económico macrofiscal que nos agobia, el cual continuará afectando, seriamente, a las mayorías ciudadanas de nuestro país; precisamente por cuanto las correcciones estratégicas necesarias no se toman, habida cuenta que son las minorías pudientes, financiera y políticamente hablando, las que se benefician, de manera directa o indirecta, de tal orden.

Discute la Asamblea Legislativa en estos momentos acerca del proyecto de ley-expediente legislativo No. 21.201, Autorización emisión de títulos valores en el mercado internacional y contratación de líneas de crédito; pretendida legislación para que el país se endeude, más todavía, en unos 6 mil millones de dólares en eurobonos por los próximos 6 años.

Como no hay la más mínima voluntad política para que no sea la deuda pública lo que solvente el problema fiscal del país, el camino fácil es aumentar la misma y su carga en pago de intereses, llevándonos por el abismal e infernal camino del endeudamiento público sin fin.

La carga integral de la deuda pública (amortización al principal y pago de intereses), tiene para este año 2019 las siguientes impresionantes cifras: 4.1 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), para el pago de intereses; y 6.8 puntos PIB para amortizaciones.

Un importante grupo de personas de la parte más consciente de nuestra sociedad viene abogando, con sistemática insistencia, en que el país ocupa una Auditoría Ciudadana de la Deuda Pública. Nosotros apoyamos tal esfuerzo y creemos que más personas deben hacer lo mismo.

Desmenucemos esos dos datos, correspondientes al presente año 2019, para que comprendamos cuánta razón lleva la realización de esa Auditoría Ciudadana de la Deuda Pública. Necesariamente, debemos acudir a los números.

¿Qué significa que tan solo en el año que acaba de empezar, 2019, se destinen 4.1 puntos PIB al pago de intereses de la deuda pública? ¿De cuánta plata estamos hablando?

Veamos: Se acepta que un punto de PIB equivale a unos 350 mil millones de colones (350.000.000.000); entonces, 4.1 equivalen a 1 billón 435 mil millones de colones (1.435.000.000.000).

Prácticamente, este pago de intereses de la deuda pública del país en este año 2019, cuesta unos 3 mil 931 millones de colones, ¡por día!

Con relación a los 6.8 puntos PIB: ¿cuánto significa en colones amortizar créditos de deuda pública en este año 2019? Tenemos que habrá que destinar del presupuesto, 2 billones 380 mil millones de colones. Al día, ¡unos 6 mil 520 millones!

¡Sumemos! 3 mil 931 millones de colones, al día, en pago de intereses; más 6 mil 520 millones, también al día, amortizando deuda pública vieja. Entonces, cada 24 horas de cada uno de los días de este año 2019, salen del erario público, ¡10 mil 451 millones de colones por la carga de ese grave endeudamiento público que ha de crecer si se aprueban los 6 mil millones de dólares en trámite legislativo en estos momentos!

Repetimos: 10 mil 451 millones de colones (10.451.000.000.000), cada 24 horas de este 2019, representan la salida de recursos públicos del erario fiscal central como producto de la carga de la deuda pública que, insistimos nosotros, nos lleva por un abismal e infernal camino como sociedad.

¿Qué entidades, qué personas, qué bufetes, qué fondos recibirán, por concepto de intereses, esos casi 4 mil millones de colones diarios por concepto de pago de intereses de préstamos de deuda pública?

¿Cuáles son los préstamos de endeudamiento público que recibirán amortización producto de la erogación de esos 6.8 puntos PIB en este año 2019? ¿Cuáles créditos se estarán abonando con esos 6 mil 520 millones de colones por día que salen de las arcas del presupuesto nacional? ¿A qué entidades se les está pagando esa enorme cantidad de plata?

Esta ecuación fiscal del endeudamiento público sigue siendo un enigma para al común de la gente. La cuestión macroeconómica fiscal-tributaria y el tema de la deuda pública siguen en la atmósfera de opacidad en que la gente del real poder decide por las mayorías pese a su deslegitimación creciente.

La distancia entre el gobernante y los gobernados, aspecto que venimos señalando últimamente en diversos foros y circunstancias, tiene un fuerte potencial de agudización con este tema del endeudamiento público.

Debemos confesarlo: nos sentimos indefensos ante tanto número apabullante; pero, de algo sí estamos seguros: los 6 mil millones de dólares tramitándose en el presente Parlamento, nada bueno representarán para el pueblo, especialmente su segmento trabajador castigado con las consecuencias de un problema que nunca generó: ese endeudamiento público.

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