Albino Vargas Barrantes
Secretario General
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)
El pasado día sábado 1 de enero de 2022, mediante nuestra cuenta digital en twitter, escribimos el siguiente mensaje, mismo que transcribimos tal cual cupo en el espacio respectivo: “ALVARADO SE VA EL 8 MAYO: Proponemos q’ representaciones de lucha sindical-social y cívico-patrióticas lo celebremos el 7 MAYO, idea q’ lanzamos desde este 1 ENE. sin saber ningún resultado electoral, ni presidencial ni diputadil. Si pega nos ponemos de acuerdo en detalles ANEP”.
Un día después, el domingo 2, escribimos, igualmente por esa misma vía digital este otro mensaje: “Nuestra propuesta de celebrar que Alvarado se larga, al entregar la banda presidencial, el 8 de mayo, PEGÓ!!! Importantes agrupaciones se apuntan y una inmensa cantidad de ciudadanía. El evento debe hacerse el día previo: SÁB. 7. Piden algo festivo: Cimarrona, payasos, bombetas…”.
Efectivamente, las respuestas iniciales en las primeras 24 horas de divulgación digital de nuestra iniciativa, expresan una variedad de sentimientos que nos ha impresionado muchísimo. De procedencias personales-ciudadanas y de organizaciones sociales muy distintas entre sí, podríamos resumirlas en dos reacciones fundamentales: repudio y regocijo.
Por supuesto que, al formular la propuesta tenemos mucha conciencia con relación al significado sociopolítico de la presencia del señor Carlos Alvarado Quesada en la Presidencia de la República de Costa Rica. ¡Solamente eso! Nada personal y, mucho menos, nada familiar.
Aclarado lo anterior, desde nuestra propia perspectiva de lucha social y sindical, estando al frente de una organización obrera que siempre ha estado en férrea línea crítica, sólidamente argumentada, de la gestión política impulsada por él; al promover que celebremos que se va de la Casa Presidencial (para nunca más volver, ¡esperamos!), consideramos lo siguiente, indicando que motivaciones sobran:
Desde que entró a regir la actual Constitución Política del país, el 7 de noviembre de 1949, Carlos Alvarado Quesada es el ciudadano presidente de la República más repudiado, más rechazado, más detestado, más impopular en ocupar ese honroso cargo.
La Casa Presidencial de Costa Rica, para vergüenza mundial y golpeando durísimo el prestigio internacional del país, nunca había sido allanada por autoridad judicial alguna; ni desde el 7 de noviembre de 1949 a la fecha, por una parte. Por otra, no sabemos de un antecedente igual antes de esa fecha y desde que se definió la independencia del país hace 200 años.
El señor Alvarado Quesada tiene varios procesos penales-acusaciones en trámite. Creemos que, si bien le cobija el sagrado principio constitucional de presunción de inocencia, no existe antecedente alguno parecido en figuras presidenciales anteriores a la suya. Gran pregunta al respecto: ¿se irá del país terminado su mandato sin que se aclaren todos esos procesos penales-acusaciones judiciales? Ese sábado 7 de mayo, las recordaremos una a una.
Prácticamente, desde el inicio de su mandato nos atrevimos a calificarle como un estafador político.
Ateniéndonos al ideario del partido político que le llevó a la Presidencia; ateniéndonos a contenidos de su propuesta de gobierno que iban dirigidos a la inclusión social y económica y a la recuperación de la senda del bien común en cuanto al impulso del desarrollo; y, muy especialmente, a las conversaciones que él sostuvo, en su condición de candidato presidencial, con gran cantidad de dirigentes sindicales al visitar importantes sedes de agrupaciones obrero-sociales; se constató, mediando mucho dolor y sufrimiento, que sus principales decisiones macroeconómicas y fiscales le llevaron al otro lado de la acera: al de la plutocracia reinante, mostrándose un perverso contenido de aporofobia en las mismas.
La convicción de que Alvarado Quesada cometió la estafa política más relevante de los últimos tiempos, es hoy criterio sumamente generalizado en diversos estratos sociales, incluyendo empresariales.
Creemos que este evento, la celebración de que el señor Alvarado Quesada deja la Presidencia de la República, debe representar un acto cívico-patriótico, de sentido histórico, además, que sepamos, nunca antes ciudadanía activa pensó en organizar y ejecutar un evento abierto y público, con regocijo explícito por la salida del Poder Ejecutivo de un presidente.
Ni es resentimiento, ni es “sacada de clavo”. Pensamos que todas las personas que participarán de la actividad, van a ser portadoras de un sentimiento nacional de repudio, ampliamente extendido por todo el país, por lo que significó este señor en Casa Presidencial y lo que él decidió representar, traicionando al grueso contundente de sus votantes, tanto en primera como en segunda ronda.
Como nos hemos esforzado en puntualizarlo de manera contundente, esta propuesta de celebrar la salida de Carlos Alvarado Quesada de la Casa Presidencial, se hace pública el mismísimo día de inicio de año 2022, el 1 de enero. Es decir, sin siquiera imaginar cuál sería el resultado de las elecciones presidenciales del domingo 6 de febrero próximo; y, tampoco, en caso de segunda vuelta, la persona ganadora de las mismas.
A la vez, sin conocer la composición de la futura Asamblea Legislativa que entra en funciones 1 de mayo de 2022. Aunque, ya para el sábado 7 de mayo, fecha de la celebración civil y obrero-social de la salida de Alvarado Quesada de la Presidencia, nos imaginamos que podríamos acompañarnos en este evento algunas personas diputadas recién estrenadas en sus cargos parlamentarios.