Por: Albino Vargas Barrantes
Secretario General de la ANEP
“Estudiante dice que hay filibustero gobernando”. Así tituló en su primera página el Diario Extra, el más leído y el de mayor circulación del país, en su edición del pasado sábado 15 de junio, dando cuenta del emotivo acto de conmemoración de los 100 años de la caída de la dictadura de los hermanos Federico y Joaquín Tinoco Granados, quienes habían usurpado el poder de la República dándole un Golpe de Estado, en 1917, al presidente de entonces, don Alfredo González Flores.
Como sabemos, pese a que la historia oficial no calibra bien la relevancia de tal acontecimiento, un movimiento cívico conducido por educadores, estudiantes, intelectuales y otros ciudadanos, se rebeló, se sublevó, en el año 1919, contra el arbitrario gobierno de facto que encabezaba el dictador Federico Tinoco Granados y, mediando una acción cívica militante, vía lo que hoy conocemos como la Democracia de la Calle, lo derrocaron.
Los y las jóvenes estudiantes de aquel entonces, específicamente del Liceo de Costa Rica, del Colegio Superior de Señoritas y del Colegio Seminario, fueron protagonistas de primera línea para el restablecimiento de la Democracia.
Resulta extraordinariamente emocionante, conmovedor y gratificante, que sus pares, 100 años después, nos recuerden ese episodio de nuestra historia Patria; hecho histórico que debería ocupar un sitial de honor anual en las conmemoraciones principales del país y resaltarse por siempre.
Que esa muchachada estudiantil de tan legendarias instituciones educativas, 100 años después, lo conmemore y con su estremecedor mensaje, en verdad que constituye un evento de altísimo calibre cívico. Lo que ocurrió el pasado sábado 15 de junio debe ponernos a pensar. Afortunadamente, gracias a Diario Extra, no pasó desapercibido.
El joven Adriel Delangton Barquero, Presidente del Gobierno Estudiantil del Liceo de Costa Rica, fue contundente al afirmar: “Nosotros debemos ser fiscalizadores y protectores de la República, así como lo fuimos hace 100 años con la caída de los Tinoco”. ¡Qué clase de ejemplo nos da él, en especial en estos tiempos de tanto desaliento cívico!
Pero este otro pensamiento del joven dirigente estudiantil liceísta, es todavía más profundo: “También nos topamos y seguiremos encontrando con filibusteros y Tinocos modernos que buscan desangrar a nuestra Patria, no con látigos ni armas, pero sí con amenazas a nuestros derechos como ciudadanos”.
¡Es impresionante! Según la nota de prensa en comentario, el estudiante Adriel Delangton Barquero estima que “hay proyectos en el Congreso que amenazan el Estado de derecho, las garantías sociales e individuales y los grandes avances que el país ha logrado a lo largo de su historia”.
Estos criterios, con toda seguridad avalados por la dirigencia de los otros dos colegios participantes en el acto cívico del pasado sábado 15, representan una enorme estimulación para la dura lucha popular y social que, en estos momentos, muchas personas y grupos patrióticos libran, para tratar de enfrentar la más fuerte ofensiva de los sectores económicamente poderosos para los cuales, el dinero es lo que importa y no la herencia que nos dejaron nuestros antepasados, como los y las patriotas de las jornadas de calle del mes de junio de 1919, contra la dictadura de los Tinoco; como la extraordinaria participación de la educadora y luchadora social Carmen Lyra, cuyo legado es eterno.
El mensaje del joven estudiante Delangton Barquero fue más específico en cuanto a la responsabilidad de sus congéneres de edad y de época, al instarlos para que la juventud actual de nuestra Patria sea abanderada del bien común y de la lucha en favor de quienes padecen injusticias: un altísimo porcentaje de la población nacional de hoy día.
El espíritu cívico del Paseo de Los Estudiantes nos convoca, sin duda alguna. Los otros Tinoco vienen, hace ya bastante rato, transformando de manera radical la sociedad por la cual se luchó, hace 100 años, en el Paseo de los Estudiantes; entre otros notables episodios magistrales de nuestra historia republicana, varios de los cuales han sido miserablemente invisibilizados, desvalorizados, ocultados, como éste.
Se requieren altísimas dosis de desprendimientos personalistas, caudillistas, hegemonistas para poder atender, con mejor perspectiva, la naturaleza del llamado de la juventud estudiantil del Liceo de Costa Rica, del Colegio Superior de Señoritas y del Colegio Seminario que formularan el pasado sábado 15. La esperanza no la perdemos.