Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP
3 mil 800 millones de dólares, conservadoramente hablando y por lo bajito, es el monto anual del gigantesco robo de impuestos por la vía de la descarada evasión tributaria y de la no menos sucia elusión fiscal, del cual somos víctima la población costarricense y, en especial, su mayoritario segmento, la clase trabajadora.
3 mil 800 millones de dólares equivalen a 2 billones 166 mil millones de colones (¢2.166.000.000.000), los cuales mensualmente desagregados nos indican de una cantidad de 72 mil 200 millones de colones (¢72.200.000.000) cada 30 días.
Estamos hablando de, aproximadamente, 6,18 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) de ingresos, potencialmente frescos, que deja de percibir el fisco. Sin embargo, para otras personas y entidades de enorme seriedad en el tema tributario, el robo de impuestos en Costa Rica es mayor, del orden del 8-8,5 puntos PIB anuales.
El medio de comunicación digital El Faro ha dado a conocer una interesantísima entrevista al señor Rodrigo Chaves Robles, hasta hace poco ministro de Hacienda, quien indicó esa cifra de los 3 mil 800 millones de dólares anuales en materia de evasión-elusión tributarias, haciendo la salvedad de que hay otras fuentes que, repetimos, plantean cifras muy superiores en esto del robo de impuestos.
Como sabemos, don Rodrigo Chaves Robles fue expulsado del gobierno de Alvarado Quesada, mediando una pifia política de su parte; pero, a la vez, porque pudo haber cometido dos graves herejías políticas que son imperdonables para un jerarca político de su nivel y, mucho menos, en una cartera ministerial como la de Hacienda.
Él se dejó decir, en el seno de la propia Asamblea Legislativa, sus datos sobre el robo de impuestos arriba indicado; y, lo que es más grave aún, se pronunció porque en nuestro país se legislara para abrir el secreto bancario y poder detectar más el manejo sucio de capitales y fortunas, acumuladas ya sea por defraudación fiscal y/o por dinero sucio producto del crimen organizado y del negocio más que turbio del narcotráfico.
Este señor parece que les salió “güero” a los detentadores del poder real en Casa Presidencial y en el gobierno de facto que existe paralelo al formal, pues como venía de trabajar durante 25 años en el Banco Mundial no pensaron que la magnitud del déficit fiscal que él se encontró, más el desastre institucional del Ministerio de Hacienda en cuanto a su papel contralor de la evasión fiscal, pudieron llevar al señor Chaves Robles a husmear demasiado y haber constatado la espantosa red de corrupción que media en este asunto de la evasión fiscal en todas sus derivaciones y presentaciones; siendo la más vergonzosa e ignominiosa esa de los grandes contribuyentes que no declaran impuestos porque declaran cero ganancias.
En la indicada entrevista digital (y que usted puede conseguir en www.anep.cr), el exministro de Hacienda, Chaves Robles, afirmó que tal cifra de evasión fiscal, pese a que como indicamos es bajita, 3 mil 800 millones de dólares, es muy superior a la que implica el monto del préstamo “stand by” (convenio de estabilización de las finanzas públicas o de ajuste estructural), que nos quieren imponer con el Fondo Monetario Internacional (FMI), 2 mil 250 millones de dólares; a cambio de que se le ponga más impuestos a la gente (incluyendo subir el IVA al 15% o más), y a cambio de la tal venta de activos que no es más que la privatización abierta, pura y dura, de las principales empresas públicas que todavía quedan en manos de la sociedad.
Jamás podemos aceptar, dócilmente, esa imposición fondomonetarista y, mucho menos, aceptar más impuestos para seguir haciendo más ricos todavía a los evasores fiscales. El verdadero ajuste estructural que le urge a Costa Rica es el de su sistema tributario y aduanal. No habrá ninguna sostenibilidad fiscal posible si casi 4 mil millones de dólares ¡al año! no llegan a las arcas del Estado, producto de leyes de impuestos que ya están establecidas.
Considérese además que otro gigantesco ámbito del problema fiscal del país está políticamente “inmaculado”: el de las exenciones-exoneraciones, mismas que andan por los 6 puntos PIB anuales.
Haber llegado hasta aquí, como corriente sindical que ha tenido como una de sus luchas fundamentales el abordaje, serio y responsable, del grave problema fiscal-tributario del país, representa una enorme satisfacción. Que un exfuncionario del Banco Mundial, por 25 años, que es costarricense y que fue ministro de Hacienda esté ahora certificando que siempre hemos estado con razón y del lado correcto en esta parte de la lucha social de los últimos 25 años nos da una legitimidad más que sobrada para aportar e impulsar la otra parte de esta historia: el ajuste estructural del sistema tributario costarricense.