Montevideo, 30 de marzo de 2020
El presente documento recoge una serie de medidas que ya están siendo planteadas por muchas de nuestras afiliadas en diversos países de las Américas en respuesta a la crisis.
Además de las
formulaciones políticas de la Confederación Sindical de Trabajadores y
Trabajadoras de las Américas (CSA), es imprescindible considerar el respeto de
todos los Derechos Humanos, así como de los principios y derechos fundamentales
en el trabajo tal como lo establece la Organización
Internacional del Trabajo (OIT). Igualmente,
compartimos la sistematización de las respuestas sindicales a la Encuesta
Mundial de la Confederación Sindical Internacional (CSI) sobre el COVID-19, que pueden servir como referencia de nuestra
acción.
Es necesario
tener presente que más allá de las respuestas urgentes y necesarias, esta
crisis, antes de ser sanitaria y de salud pública, es una crisis del sistema
económico neoliberal y evidencia el fracaso de sus políticas de reducción del
Estado, de las privatizaciones, precarización del trabajo y de los derechos
sociales.
Para la CSA, la
verdadera respuesta a la crisis tendrá que orientarse en medidas de emergencia
de mediano y largo plazo. La pandemia, además de mostrar el fracaso del
neoliberalismo, abrirá una disputa sobre el modelo económico, social y político
en las Américas y el mundo.
Las acciones de
emergencia efectivas para garantizar la vida de las personas solo serán
posibles con el abandono del paradigma neoliberal y la intervención estatal,
basada en principios democráticos, en diversas áreas.
La opción
democrática es la única forma de construir el camino para superar la crisis a
mediano y largo plazo, a nivel regional e internacional. Las medidas del
combate al virus no pueden ser confundidas con posturas autoritarias que se
aprovechen de la situación para profundizar el autoritarismo, la exclusión y el
ataque a países que son considerados como enemigos por las grandes potencias.
Defendemos el
fin inmediato de los embargos financieros y sanciones económicas impuestas a
Cuba y a Venezuela para garantizar la atención de la población en estos países.
La CSA considera importante que esta medida sea adoptada en otras regiones del
mundo. La defensa de la vida de las personas no puede ser confundida con
oposición a gobiernos o sistemas políticos de signo ideológico diferente.
Reafirmamos nuestra opción irrenunciable por la Democracia, por el Estado
democrático de derecho y la soberanía de pueblos y naciones.
Hoy, los
organismos multilaterales y los organismos financieros internacionales deben
constituir un fondo mundial para financiar a todos los países para la atención
de la población. El FMI, Banco Mundial, el BID, el G-20 deben abrir líneas de
financiación a los países sin la exigencia de ajustes estructurales ni un
incremento en el endeudamiento.
El fin de esas
líneas de financiación es la atención a la población, el fortalecimiento de los
sistemas de salud pública, la investigación para vacunas, de materiales
hospitalarios, de los kits de pruebas masivas; así como también al
abastecimiento de alimentos, de productos básicos de higiene, de vivienda para
personas en situación de calle, de la renta mínima, del empleo y salarios para
trabajadoras y trabajadores.
Defendemos la
inmediata legislación para imponer impuestos a las grandes fortunas, las
herencias y la ganancia de las grandes empresas. Especialmente a los capitales
especulativos del sector financiero y las guaridas fiscales, que continúan
ocultando los dineros de la corrupción, el narcotráfico y otros crímenes en el
mundo.
Las empresas
farmacéuticas y de la salud que se están lucrando de esta crisis, deben
responder a las necesidades de la salud de la población con reducción de
precios, atención universal, liberación de patentes, entre otras medidas.
Orientamos desde
la CSA a todas nuestras organizaciones afiliadas y fraternas a estar en la
línea de frente para enfrentar la crisis, comprometiéndose con estas líneas
políticas generales y con las propuestas específicas listadas a continuación.
LAS
TRABAJADORAS Y LOS TRABAJADORES EN EL CENTRO DE LA RESPUESTA A LA PANDEMIA.
1. Reforzamiento/activación de los mecanismos de
diálogo social tripartito, bipartito, así como otros instrumentos de diálogo
social amplio, a fin de garantizar que la definición y el establecimiento de
medidas en el marco de la pandemia, sean tomadas con la participación de los
sindicatos y organizaciones sociales con el objetivo de proteger los derechos
básicos, de vida, trabajo y salud de la clase trabajadora en su diversidad.
2. La Negociación Colectiva es la principal
herramienta para garantizar el diálogo. En este sentido, es fundamental
garantizar la ultra-actividad de la negociación colectiva por 180 días o hasta
que la crisis sea superada.
3. Garantía de
estabilidad de empleo y de salario para trabajadores y trabajadoras a través de
políticas públicas existentes, o con la creación de nuevos mecanismos que
garanticen el empleo y la renta de trabajadoras y trabajadoras; ya sea en
condiciones de formalidad o de informalidad (mecanismo de transferencia de
renta directa).
4. Adoptar, restablecer o
ampliar regímenes integrales de seguridad social y otros mecanismos de
protección social, teniendo en cuenta las legislaciones nacionales y acuerdos
internacionales, a fin de garantizar el derecho a todas las trabajadoras y a
todos los trabajadores, independientemente de sus condiciones de formalidad o
informalidad laboral.
5. Prohibición de la suspensión o terminación de
contratos de prestación de servicios temporales durante el tiempo que dure la
emergencia, para todas las entidades públicas nacionales o territoriales,
centralizadas o descentralizadas de servicios, así como del ámbito privado en
todas sus modalidades; bajo el argumento de quiebra, baja productividad,
pérdida de ganancias, entre otros.
6. En aras de garantizar la estabilidad del
empleo y del salario, se ha implementado el teletrabajo como respuesta a la
parálisis económica; sin embargo, en la región la mayoría de nuestros países no
tienen o está insuficientemente regulada; es importante destacar que es
fundamental que esta modalidad no precarice y flexibilice las relaciones
laborales existentes. Por el contrario, debe tener como premisa la garantía del
empleo en concordancia con los estándares de la OIT.
7. Proteger a todas las trabajadoras y a todos los
trabajadores que, por integrar grupos de riesgo han accedido a una licencia
médica en el marco de la emergencia; así como a quienes se encontraban de
licencia (médica, de maternidad, de vacaciones, etc.), previo a la crisis.
8. Proveer con todos los insumos necesarios a las
trabajadoras y a los trabajadores de la Salud y a la totalidad de trabajadoras
y trabajadores, públicos y privados, que están al servicio de nuestros pueblos
enfrentando a esta crisis en la primera línea.
9. Garantizar el acceso de la clase trabajadora y
de la sociedad en general a la información sobre la gravedad de la pandemia a
través de los medios, sin ningún tipo de censura o intervención, asegurando que
estos cumplan con su papel de informar para que ello contribuya a la prevención
y la garantía de la salud de las trabajadoras y de los trabajadores.
ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD DE REALIDADES DE LA CLASE TRABAJADORA
10. Garantizar la alimentación, higiene y
habitación a personas en situación de calle desde un enfoque de derechos y
prestando especial atención a quienes forman parte de la población de riesgo.
Esto incluye: disposición de hogares de habitación para personas mayores o con
enfermedades preexistentes en situación de calle, disposición de espacios
públicos e inclusivos de higiene con productos dispuestos a estos efectos
(papel higiénico, alcohol en gel, jabón, agua, duchas, lavatorios),
distribución de kits individuales de alimentos y agua.
11. Reforzar,
retomar y/o implementar planes de distribución de alimentos y de elementos de
higiene a familias en situación de vulnerabilidad, incluyendo acceso a fuentes
de energía para uso doméstico (cocción de alimentos, calefacción). Es
imprescindible una política de control de precios de todos los artículos
incluidos en la canasta básica y extenderlo a la regulación de tarifas de los
servicios básicos (agua, electricidad, gas, etc.), incluyendo la prestación
gratuita de estos servicios para los sectores de la población que así lo
requieran.
12. Inclusión de las
trabajadores y de los trabajadores migrantes, refugiados y refugiadas, así como
sus familias en todas las políticas de protección social existentes o que se
implementen para atención de la crisis.
13. Reforzar, retomar y/o implementar
políticas de prevención y atención de la violencia intrafamiliar, especialmente
la violencia de género y el abuso en niños, niñas y adolescentes que se ven
incrementados en situaciones de autoaislamiento y cuarentena preventiva y/u
obligatoria.
14. Inclusión
de trabajadores y de trabajadoras en condiciones de informalidad y
precarización a las políticas y prestaciones ya existentes o que se implementen
durante el periodo que dure la pandemia. Los trabajadores y las trabajadoras en
condiciones de informalidad están presentes en diversos sectores de actividad:
economía de plataforma, trabajo doméstico y economía de los cuidados,
trabajadores-trabajadoras ambulantes, comercio minorista, cuentapropistas,
entre otros. Esto incluye subsidios especiales, extensión de la seguridad
social y protección social (políticas distributivas y no contributivas),
reducción y/o congelamiento de tarifas de servicios básicos y acceso a
productos de higiene y alimentos.
15. Garantía
de salarios para aquellos trabajadores y para aquellas trabajadoras que no
presten sus servicios por causa de medidas de auto-aislamiento y cuarentena
obligatoria: trabajadoras/trabajadores del hogar, de los cuidados,
trabajadoras/trabajadores sexuales quienes se ven obligadas a continuar ejerciendo
su actividad para poder alimentar a sus familias y la estigmatización y
discriminación de la que son objeto en la sociedad, reforzando su
vulnerabilidad.
LAS TRABAJADORAS Y LOS
TRABAJADORES NO DEBEMOS PAGAR LA CRISIS
16. Los Estados deben responder garantizando los
derechos de la población en general y exigiendo el pago por parte de quienes se
han beneficiado históricamente: grandes empresas y capital trasnacional.
17. Las instituciones financieras
internacionales deben estar al servicio de las necesidades financieras de los
pueblos. La ayuda que otorgan estas instituciones no puede significar un nuevo
ciclo de endeudamiento de los países ocasionando restricciones presentes y
futuras ni condicionándolos a
planes de ajuste estructural.
18. El Estado es responsable por garantizar
el acceso a la salud para toda la población afectada y en riesgo. Es urgente
incrementar la inversión en salud, tanto en adaptación de infraestructura,
compra de insumos de salud e higiene como en el pago de salarios y garantía de
condiciones de trabajo dignas para los y las trabajadores/as vinculadas al
sector. La reducción del gasto y la privatización del sector deben revertirse
como primer paso para enfrentar la pandemia.
19. Es necesario definir medidas de ampliación del
gasto público para responder a esta coyuntura que incluyan: subsidios al
desempleo; reducciones al pago por alquiler, impuestos o servicios;
transferencias monetarias básicas para trabajadoras/es en condiciones de
informalidad o precarización, del campo y de la ciudad; subsidios a la pequeña
agricultura y a la agricultura familiar; apoyos a las PyMEs y micro PyMES que garanticen la nómina de sus
trabajadoras/es; pago a cuidadoras/es para trabajadoras/es que están en primera
línea de atención, entre otras.
20. Las medidas de atención a la emergencia
sanitaria, social y económica exigen la suspensión y/o eliminación de las restricciones
a la inversión y al gasto social, así como a las reformas fiscales que han sido
propuestas y/o impuestas en algunos países.
21. Suspender el pago del servicio de la
deuda pública en el contexto actual y, cuando sea necesario, pedir su renegociación
por parte de los gobiernos, en condiciones que permitan la autonomía en la
definición de políticas públicas hacia el futuro. Por otro lado, con relación a
la deuda privada de PyMEs, independientes y trabajadora-trabajadores, ofrecer
alternativas de renegociación o suspensión de pago de cuotas, diseñar nuevas
líneas de crédito en condiciones de bajo interés y plazos favorables, para los
y las más personas afectadas por la crisis.
22. Suspender o revertir las reformas
tributarias que han exonerado a las grandes empresas e incrementado los
impuestos para la población en general. Es preciso orientar a impuestos
directos y progresivos, cobrar impuestos a las grandes fortunas, ganancias y
fondos ilícitos, cobrar impuestos a evasores, así como a las empresas
transnacionales; de esta manera, se puede financiar la necesaria ampliación del
gasto fiscal. La población trabajadora no puede continuar asumiendo el costo
del gasto público con impuestos indirectos y regresivos o con rebajas
salariales para contribuir a fondos para combatir la pandemia.
23. Es
urgente y necesario regular precios y garantizar el abastecimiento y acceso
para la totalidad de la población de los productos de la canasta básica. Así
mismo, apoyar a pequeños y medianos comerciantes en la venta de producción
nacional y la implementación de políticas de compras públicas, lo que
contribuye a generar un efecto positivo en la economía en el mediano plazo.
24. Con
relación a las empresas transnacionales, renegociar y regular tarifas y
regalías, por ejemplo, de telefonía, comunicaciones y energía.
DEMOCRACIA Y SOLIDARIDAD
25. Los sindicatos somos actores de la democracia, representantes de un sector fundamental de la sociedad, vinculados a los centros de trabajo, las comunidades y los territorios y conectados con las necesidades de la población. Nuestro papel frente a la contingencia actual es de primerísimo orden y reclamamos nuestra participación, fortaleciendo los mecanismos de diálogo tripartido y bipartito, así como en otras instancias de participación y diálogo con los demás actores de la sociedad, comprometidos con el enfrentamiento de la crisis.
26. Las
Américas son territorios de paz. Las medidas que tomen los gobiernos para
frenar la propagación del virus no pueden provocar el aumento de la
militarización, violencia y criminalización en los territorios. El aislamiento
social es la medida más efectiva para la no propagación del virus, según
recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las medidas no
pueden impedir el acceso a alimentos, atención médica, insumos de higiene y
otros bienes esenciales durante todo el período en que estén vigentes, por lo
que deberá garantizarse acceso seguro y sin consecuencias para la integridad
personal de aquellos trabajadores y de aquellas trabajadoras que deba
desplazarse.
27. Las
fuerzas de seguridad policiales y militares deben ser desplegadas con mesura
evitando generar estados de alarma en las comunidades. La presencia de
militares y fuerzas de seguridad (públicas y privadas) en la región
están, a menudo, asociadas a situaciones de violencia y operan con
impunidad criminalizando protestas y el ejercicio de la libertad de expresión.
El aislamiento no puede convertirse en la excusa para profundizar la
criminalización de líderes sindicales y sociales. Llamamos a los organismos
judiciales y a la comunidad internacional a mantener la observancia sobre las
medidas de seguridad pública que puedan atentar contra la libertad sindical y
los derechos a la manifestación pacífica, respetando las medidas orientadas por
la OMS de no aglomeración para no propagación del virus.
28. La
clase trabajadora, en especial en las Américas, tiene un legado histórico de
construcción de redes de solidaridad nacional, regional e internacional en
épocas de restricción de derechos, libertades y ataques a la democracia. En
esta pandemia llamamos a todas las organizaciones sindicales y sociales a unir
fuerzas y activar estas redes de solidaridad internacionales pues serán
fundamentales para poder sostener a las clases populares en épocas de crisis
sanitaria, económica y social.
29. La Central de Trabajadores y de Trabajadoras de las Américas (CSA), nuestros sindicatos, las organizaciones y movimientos sociales aliados, seguiremos unidos por otro mundo, no solamente posible, sino necesario para un planeta sano para nuestros pueblos en la defensa de avances civilizatorios para la Humanidad.
¡Seguiremos en lucha!