El TLC de los “pinochetistas” ticos

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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Esta frase fue escrita por un connotado economista costarricense, miembro de una de las más “prestigiosas” firmas de consultoría de economía, finanzas, banca y mercados del país. La frase fue parte de un debate de lista electrónica entre algunas personas pertenecientes o ligadas al partido de los hermanos Arias Sánchez, más conocido como “Liberación Nacional”.

La frase revela cuánta es la desesperación que anida en los sectores oligárquicos neoliberales del gran poder económico de este país, porque no logran la consolidación total de su perverso proyecto de exclusión social y de altísima concentración de la riqueza, con la apropiación total de las más rentables empresas públicas confortantes del patrimonio nacional: el ICE, el INS, la CCSS, el A y A, entre otras. Como bien sabemos, dichos sectores, finalmente y luego de más de veinte años de intentos fallidos, decidieron apostarlo todo a una sola carta: el TLC.

Tomemos nota de cuán grave es su amenaza a la institucionalidad democrática costarricense. Ya piensan que un “Pinochet”, es decir, un tirano sangriento, una dictadura asesina, es lo que se ocupa para “sacar la carreta del barreal”.

La carreta es el país, según su entender; el barreal es como designan a la enorme y patriótica resistencia del pueblo costarricense que, una y otra vez, les ha impedido apropiarse, les ha obstaculizado dejarse para sí, esas enormes riquezas acumuladas durante generaciones de costarricenses; riquezas que hoy se expresan en la institucionalidad pública que se desea convertir en negocio de unos cuantos al amparo del TLC.

Hemos de hacer pública en próximos días una carta emplazando al creador de dicha frase que, incluso, ostenta un alto cargo universitario en un centro de enseñanza superior de carácter público.

Tiene bastante lógica ese pensamiento neoliberal extremista que nos receta un “Pinochet” para Costa Rica, si pensamos en lo que ocurrió la noche del martes 12 de diciembre anterior, en la Comisión de Asuntos Internacionales de la Asamblea Legislativa; cuando se consumaron una larga cadena de atropellos a la democracia parlamentaria, a las reglas legislativas, con tal de imponer, a toda costa, el TLC de los “pinochetistas” ticos, porque así habrá que seguirles llamando a quienes defienden semejante “tratado de libre comercio”.

Como hemos visto, la sedición del orden institucional democrático, la subversión de la constitucionalidad del país y el atropello descarado y cínico a la democracia, se originan en los sectores que defienden el TLC. Los “pinochetistas” ticos del TLC están dispuestos a todo, absolutamente a todo, con tal de que su tratado les pase en la Asamblea Legislativa. En consecuencia, es a las fuerzas sociales, cívicas y políticas, de verdadero patriotismo y que están limpias de toda mancha, a las que les corresponde defender la Constitución Política y la democracia. Es la gigantesca y noble tarea que tenemos no más entrando el 2007. *¡Feliz Navidad! *

¿POR QUÉ SE ASUSTAN TANTO?

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Amanuenses, editorialistas asalariados, columnistas en el borde de la senectud, exdirectores de periódico que duraron 20 años en el cargo, destilan odio y veneno en contra de las organizaciones sindicales honestas, simplemente porque hemos osado desafiar el proyecto político-económico, de orden totalitario que nos quieren imponer, atreviéndose incluso a violentar la Constitución Política cuando impusieron la reelección presidencial por vía judicial y no por la parlamentaria como corresponde en un democracia.

¿Por qué les causamos tanto odio?; ¿por qué tienen tanto miedo?; ¿por qué se asustan tanto cuando hablamos de la Democracia de la Calle, al reclamar el sagrado derecho humano, universal constitucional, de participar en una decisión de tanto impacto como el asunto del TLC?

El proyecto neoliberal, caracterizado por la corrupción, la concentración de la riqueza y la prostitución de la institucionalidad democrática, requiere para consolidarse de una ciudadanía idiotizada y de organizaciones sociales controladas por los patrones (sea el Estado o las cámaras), para acallar toda resistencia, toda voz cuestionadora.

Peor todavía si algunas de esas organizaciones se atreven a pensar, se les ocurre analizar la situación del país, desarrollan capacidad de propuesta que les desafía la implantación de su proyecto; esto es todavía más peligroso y, por ende, habrá que acusarlas de sedición, de subversión, de ser agentes de gobiernos extranjeros.

Los oligarcas neoliberales de los grandes negocios comerciales, de la exportación y de las finanzas, esos cuyos intereses se reflejan en el periódico de doble muro en sus instalaciones, no pueden permitirse que una organización laboral independiente, que un sindicato con pensamiento propio, tenga el atrevimiento de atravesárseles en el camino que les lleva hacia el control total de la institucionalidad democrática, que les habrá de generar más negocios y más plata.

Ese es el miedo que tienen, que nosotros, los de abajo, los asalariados, tengamos pensamiento propio. Es el temor que sienten de que la clase trabajadora asuma, como en derecho le corresponde, protagonismo político de carácter histórico. Es el horror que les da que un día, no muy lejano, la ciudadanía activa les pida cuentas de cómo es que han hecho tanta plata, les exija pagar impuestos como debe ser, les cobre tanta corrupción y pobreza que nos han traído sus políticas económicas neoliberales.

Por eso es que tienen tanto miedo. Por eso es que están tan asustados. Por eso es que no toleran que la democracia permita sindicatos libres e independientes de su control. La democracia que ellos aceptan es aquella que ellos mismos puedan controlar. La que no pueden controlar será catalogada como sedición, como subversión. Por eso es que nos atacan tanto, porque no nos pueden controlar.

Ajuste de cuentas pendiente

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“Hay muchas tareas pendientes, y la más apremiante de todas es la fiscal, sin la cual las demás son imposibles, o se malograrían en un escenario de inflación, inestabilidad y empobrecimiento”.

“…las políticas de fomento se desplazaron principalmente hacia sectores de la nueva economía, con débiles encadenamientos sociales (no generan empleo en forma masiva), productivos (importan sus insumos, realizan escasas compras internas, envían sus ganancias como pago a factores externos) y fiscales (pagan poco o del todo no pagan impuestos),…”.

“…en años recientes se deterioraron los ingresos autónomos de los hogares o de los ocupados; ambas reducciones afectan a la población de manera generalizada”.

“Se dejó de lado a un funcionariado estable, con margen de autonomía técnica, y se sustituyó el mecanismo de descentralización institucional por una coordinación basada en la influencia política”.

“El proceso electoral mostró un sistema político asediado por el malestar ciudadano. Abstención elevada, clima electoral frío, participación limitada y un resultado sin triunfadores”.

Los criterios anteriores no los está diciendo un sindicalista. Son parte del prólogo al Duodécimo Informe del Estado de la Nación, dado a conocer el pasado lunes. La investigación y el diagnóstico más prestigioso, relevante y de mayor credibilidad de la Costa Rica de hoy, refuerza todo el sentido de nuestra lucha, la lucha de los movimientos sindicales, sociales y populares de todos estos años.

La camarilla plutocrática gobernante de los últimos veinte años debe rendir cuentas. Una especie de coalición del mal es la responsable de que Costa Rica esté hoy como está. Nos deben cuentas.

Deben cuentas la “gran” prensa mediática enemiga de la democracia; deben cuentas las cúpulas dirigentes del gran empresariado comercial, agroexportador y financiero; deben cuentas la camarilla politiquera del grupo de negocios PLUSC; deben cuentas los receptores a manos llenas de incentivos fiscales de todo tipo; deben cuentas los grandes evasores de impuestos; deben cuentas los grandes corruptores de la institucionalidad; deben cuentas los que convirtieron los servicios públicos en fuente lucrativa de negocios privados; enfin, deben cuentas los violadores de los derechos humanos de los y de las costarricenses. Los conocemos. Sabemos quiénes son y qué hacen… Definitivamente que el pueblo tiene un enorme ajuste de cuentas pendiente.

TLC: Una decisión de todo el pueblo

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Ese TLC nos obligará a desechar la búsqueda del bien común en el proceso de desarrollo, basada en los postulados de lo que se conoce como Estado Social de Derecho; característica principal que nos hizo un país distinto, una sociedad diferente, del resto de los otros países centroamericanos metidos en ese TLC.

Con el TLC se instaurará la dictadura absoluta del mercado y la idolatría anticristiana de la acumulación de riqueza como única forma de ser persona, generando así la más dolorosa situación de exclusión social y de empobrecimiento para las mayorías populares, especialmente para las personas asalariadas de la clase trabajadora. Los casos de Guatemala (49.3 % de su niñez con desnutrición crónica), de Honduras, de El Salvador (30 asesinatos diarios por violencia criminal) y de Nicaragua (miles y miles de nicas huyendo de su país), demuestran las consecuencias del totalitarismo del mercado.

Nosotros estamos convencidos, en consecuencia, que ese TLC es una especie de golpe contra la actual Constitución Política de Costa Rica, cuya base filosófica es el humanismo cristiano. Ese TLC destruye esa base.

Si ese es el tipo de sociedad que nos espera con ese TLC y si este TLC es a perpetuidad, para siempre; no es ético ni políticamente correcto que la suerte final de las actuales generaciones de costarricenses y la suerte de las que vendrán luego, la decidan solamente 57 personas (los actuales diputados y diputadas de la Asamblea Legislativa).

Algunas de esas 57 personas actuarán no conforme a sus conciencias, ni producto de un estudio individual; sino y lo más grave, atendiendo a los poderes extraparlamentarios que, por ejemplo, se expresan en la prensa oligárquica que vive amurallada por temor a la democracia; esa que practica el totalitarismo mediático todos los días.

Para nosotros, en consecuencia, el TLC debería ser una decisión de todo el pueblo, a través de una amplia consulta democrática a todos los ciudadanos y a todas las ciudadanas mayores de 16 años; un verdadero referéndum como se hace en las democracias modernas de la Unión Europea cuando se trata de decisiones de este calibre.

Una ley específica se puede emitir al efecto, garantizando aspectos como equidad para acceso igualitario a las tesis encontradas en la prensa nacional de todo tipo; obligando a divulgar las fuentes de financiamiento del Sí y del No; estableciendo una junta ciudadana que coadyuve al Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) en todo el proceso de consulta democrática, entre otras condiciones.

Si por pensar así nos acusan de sedición, ¡háganlo! Si lo que la oligarquía criolla aliada ahora con los capitales sangrientos centroamericanos (que por lo visto financian ahora campañas presidenciales), a través de su prensa infame (esa que defrauda al fisco), lo que pretende es silenciar a los sindicatos, ¡inténtelo!… El mundo está pendiente de lo que pase en Costa Rica y una gigantesca red de solidaridad internacional está lista para entrar en acción.

ATAQUES QUE NOS FORTALECEN

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No recordamos en los últimos años una campaña de tanto ensañamiento contra una organización de trabajadores y de trabajadoras, como la que ha estado enfrentando la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), en las últimas semanas; ataques salidos desde las distintas vertientes del poder político y económico dominante (arismo-capital financiero-gran capital exportador); que, en vez de amedrentarnos o intimidarnos, nos llenan de orgullo y nos dan mucho más valor para seguir con nuestra causa, validándola completamente.

Desde las ondas de radio de una cadena de emisoras que emite odio a diario, pasando por las páginas de opinión del periódico oficialista del régimen arista; editorialistas, gacetilleros, amanuenses, políticos de turno y especies de similar lacra, se han dedicado en las últimas semanas a atacar, un día sí y otro también, a la ANEP, hoy por hoy una entidad social de amplio reconocimiento ciudadano, cuyo accionar y propuesta de desarrollo nacional alternativo al antihumano TLC, ya nadie puede ignorar.

Nuestros planteamientos sobre el Referéndum de la Calle, sobre el Derecho de Rebelión, sobre el concepto de Democracia Callejera, aunado a una larga trayectoria de práctica del sindicalismo son seriedad y con responsabilidad, tiene vueltos de cabeza a los servidores del poder político tradicional; el cual no concibe cómo una organización laboral ha podido desarrollar un conjunto de ideas de pensamiento propio con gran aporte intelectual de soporte, llegando a tener la osadía de contradecir la visión oficial de país; esa visión oficial que solamente piensa en el libre mercado del lucro fácil y la acumulación abusiva, pisoteando derechos de todo tipo.

Aún no han podido desmentir nuestro estudio sobre el TLC y el empleo, ni mucho menos, han podido desvirtuar la profundidad de contenidos de la propuesta “Por una nueva Costa Rica inclusiva y solidaridad” (CRISOL), construida junto a un importante número de organizaciones sociales de gran impacto en la sociedad nacional y con el aporte de un valiosísimo conjunto de costarricenses; hombres y mujeres de pensamiento libre, quienes han dado lo mejor de sí para una revitalización de la concepción de búsqueda del bien común que siempre animó nuestra convivencia como país.

Hoy salimos en defensa de la ANEP, rechazando con firmeza los ataques en su contra y alertando a la opinión pública nacional, especialmente a la clase trabajadora costarricense, sobre las burdas intentonas por acallar las voces de sus principales dirigentes, llegando al ridículo de amenazarles en su integridad física.

Ante la ausencia de argumentos sólidos para rebatir tesis como la perversidad del denominado tratado de “libre” comercio, los enemigos de la ANEP recurren a gastados y trasnochados argumentos que estaban en el sarcófago del pensamiento extremista de la guerra fría; pretendiendo vanamente asustar a una ciudadanía que hoy está más informada, que hoy es más conciente de su papel histórico en la sociedad y que es más militante en la defensa de sus conquistas y derechos. Afortunadamente, ese es el tipo de ciudadanía de la cual se compone la ANEP y por eso habrá ANEP por muchísimo tiempo más.

Extraordinario avance hacia la derrota del TLC

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Tres son los indicadores que nos permiten afirmar que obtuvimos un importante avance hacia la derrota del TLC.

Primero: Quedó demostrado la concreción de una alianza entre los más importantes sectores de nuestro campesinado, de los cooperativistas de la Economía Social, de todas las fuerzas sindicales, del estudiantado conciente y responsable, de la juventud, de todas las entidades del Magisterio Nacional, de los sectores ambientalistas y ecologistas, de la academia y de lo mejor de la intelectualidad; de sectores políticos y cívicos (entre otros importantes sectores); apuntando todos hacia un único objetivo estratégico: la derrota del TLC, para abrirle paso a una agenda de desarrollo que nos conduzca hacia una Costa Rica inclusiva y solidaria.

Esta alianza, que se viene forjando en el seno de la Coordinadora Nacional de Lucha Contra el TLC, debemos seguirla potenciando para que la diversidad que la caracteriza sea su más sólida fortaleza, sin que nadie se siente excluido pero que todos se sientan profundamente respetados.

Segundo: Quedó demostrado que es posible el desarrollo de acciones combinadas bajo el concepto de Referéndum de la Calle, entre la capital y el resto del país; coordinándose manifestaciones civiles, pacíficas pero de fuerte impacto socioeconómico. Esta articulación intersectorial y entre regiones será la clave del éxito en la derrota del TLC y hacia eso hay que encaminarse con sentido estratégico, luego del avance que se obtuvo esta semana. Hay que recordar que la fase final de la derrota del TLC apenas está empezando y lo mejor está por venir.

Tercero: Ha quedado claro la trilogía diabólica a la que nos enfrentamos en esta lucha, integrada por: a) La alianza entre los sangrientos capitales centroamericanos afincados en el país, con la oligarquía financiera-neoliberal criolla, insensible, codiciosa y angurrienta; cuyos intereses están hoy representados por la principal cámara empresarial del país. b) Los sectores de prensa que practican el totalitarismo mediático, al mejor estilo pinochetista; prensa infame que tiene su mejor exponente en el periódico que tuvo que construir un doble muro frente a su sede central por el gran miedo que le tiene a la democracia. c) Los sectores que dentro del gobierno actual, con el dúo los hermanos Arias a la cabeza, expresan los antivalores del neoliberalismo ateo y del TLC anticristiano.

Note usted cómo esa trilogía nos ataca; note usted cómo esa trilogía hace los mayores esfuerzos posibles por descalificar, minimizar, ridiculizar y criminalizar nuestra lucha; note usted como esa trilogía perversa intenta personalizar e individualizar esta lucha, procurando generar condiciones de división entre todos nosotros. Nada más alejado de la realidad. Las jornadas de lucha cívica de estos días contra ese nefasto TLC, nos ha dejado más unidos que nunca.

23 y 24: Calle, Democracia y Civismo

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Agricultores y agricultoras educadores y educadoras del glorioso Magisterio Nacional; jóvenes estudiantes universitarios, de secundaria y hasta de primaria; empleados y empleadas del Sector Público; luchadores y luchadoras ambientalistas y ecologistas; mujeres; sectores de la cultura; trabajadores municipalistas, del agua, de los seguros, de la Salud y de los muelles de Limón; los ejemplarizantes luchadores sociales del ICE y de la CCSS; taxistas y transportistas; cooperativistas, grupos cívicos, grupos religiosos, de intelectuales y académicos; ciudadanos y ciudadanas en general; y, muchos sectores más, con fervor patriótico, en acción cívica y pacífica, manifestaremos su rotunda oposición a ese tratado, pésima, perversa y tramposamente negociado en contra de todos los intereses patrios, desde cualquier punto en que se le analice.

Igualmente, se contará con la simpatía y la adhesión moral de miles y miles de trabajadores y trabajadoras de las empresas privadas, quienes no tienen acceso a la democracia de la libre expresión de sus ideas como para externar, con total libertad, su opinión sobre este tema, especialmente cuando ésta es contraria; tal y como se ha detectado en las miles de visitas domiciliarias que los diferentes grupos sociales han hecho por las noches y en los fines de semana en innumerables barriadas de todo el país.

Desde esta columna, amparada a la transparente y consecuente política de libertad de expresión de Diario Extra, hacemos una convocatoria a todos los compañeros y a todas las compañeras ligados, directa e indirectamente, a la organización que nos honramos en presidir, la ANEP, a los grupos sociales amigos de ella; para que despleguemos todas nuestras fuerzas y demos el mayor de los esfuerzos, para que las jornadas de lucha del 23 y del 24 de octubre, sean un contundente éxito contra el oprobioso grupo político-económico que nos quiere imponer “su” TLC a toda costa.

Debemos tener presente que la ANEP es tan sólo una parte del amplio abanico de entidades de todo tipo que hay en la lucha contra el TLC y que no somos dueños de esta lucha, que por demás no tiene dueños. Esta lucha le pertenece a todo el pueblo costarricense y ninguna organización ni ningún líder pueden apropiarse de ella.

En cuanto a ideas, planteamientos, tesis, estudios, investigaciones, la lucha contra el TLC está ganada. En el caso de la ANEP, la investigación que presentó esta organización, “El TLC y el empleo en Costa Rica”, jamás pudo ser refutada. Tuvo miedo el Ministro de Comercio Exterior (COMEX), de enfrentarse a la ANEP en este tema, al punto de que se retractó del sí inicial que le dio a la UNED, para un debate sobre el particular que debía ocurrir este jueves 19 de octubre.

Salgamos a las calles con verdadera vocación pacifista, en animosa diversidad, con enorme alegría que da el verdadero patriotismo; teniendo presente que salimos bajo la inspiración de los ideales de los grandes hombres y de las grandes mujeres de las generaciones anteriores que nos dejaron todo lo bueno que quiere ser arrebatado y subastado en ese TLC. Hagamos del concepto del Referéndum de la Calle, expresión viva e intensa de la verdadera democracia. Hagamos de este 23 y 24 de octubre, una triunfante salida hacia la noble meta que todos tenemos: la derrota del TLC, en ruta hacia los magnos acontecimientos de inicios del año entrante, cuando la decisión final habría de llegar.

MUELLES: CONCESIÓN Y CODICIA

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La semana anterior tuvimos la oportunidad de estar en la ciudad de Limón, dialogando ampliamente con nuestros colegas del Sindicato de Trabajadores de Japdeva (SINTRAJAP), en lo que representó un acontecimiento histórico de acercamiento estratégico entre nuestras dos organizaciones; en el marco de la ofensiva más descomunal de la oligarquía agroexportadora, comercial y financiera que controla la gestión política estratégica del actual Gobierno de la República.

Realmente quedamos impresionados por la claridad política, la convicción civilista, la voluntad de resistencia y la capacidad propositiva de la actual dirigencia de Sintrajap que, valientemente y contando con el gran apoyo sociolaboral que la sustenta, enfrenta los desmanes autoritarios y los desplantes militaristas del gobierno del Premio Nóbel de la Paz.

Le aconsejamos a los compañeros dirigentes de Sintrajap y al grupo laboral de Japdeva que nos hizo el honor de escuchar nuestro mensaje que no debemos mirar como enemigo a la policía que ocupa los muelles, porque al fin y al cabo, son trabajadores asalariados como nosotros que ocupan de los servicios de la Caja, del ICE, del INS, de A y A.

Más temprano que tarde y en los momentos culminantes que han de venir, estarán del lado del pueblo. Estas instituciones, al igual que Japdeva, están en la lista de negocios en espera de esa oligarquía voraz, insaciable, egoísta, ahora envalentonada por su alianza con varios de los capitales más sangrientos de la región centroamericana; esos mismos que por su egoísmo y codicia visceral han generado el doloroso y peligroso fenómeno de las maras, las violentas pandillas juveniles surgidas por tanta pobreza, miseria, exclusión, en medio del lujo ostentoso y dispendioso que hay en países como Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua.

Nuestros amigos y colegas de Sintrajap se han preocupado por darle una nueva visión a su accionar sindical, han realizado las autocríticas que han considerado convenientes, muestran una gran disposición de diálogo; y, por sobre todo, se pusieron a estudiar y generaron una propuesta estratégica de revitalización de los muelles de Limón que combina eficiencia y productividad, sin pauperizar las relaciones laborales y sin descuidar las tareas de desarrollo social inherentes a Japdeva.

Tales tareas, como bien sabemos, no han sido cumplidas a cabalidad pero no por responsabilidad de los trabajadores, sino por la horda de políticos incapaces (con excepciones de rigor), que la han dirigido torpemente, precisamente por ser hijos ideológicos de esa oligarquía voraz y codiciosa que no piensa en el bien común.

Los trabajadores y las trabajadoras de Japdeva, reivindicados por su sindicato Sintrajap, muestran una gran prudencia ante la ofensiva provocadora de la prensa de esa oligarquía que está feliz por una supuesta mayor eficiencia en los muelles del Pacífico (INCOP); prensa que le brinda a la opinión pública solamente una cara de la realidad, la de los negocios suculentos que ya están haciendo.

INCOP fue llevado al estrangulamiento financiero, le obligaron a acumular un gran superávit presupuestario precisamente para dejarlo deteriorarse (como lo están haciendo con Japdeva); con la concesión los salarios se redujeron a menos de la mitad y las tarifas de los servicios portuarios no bajaron de precio.

La gran diferencia entre INCOP y JAPDEVA es que en esta última entidad hay un sindicato con dignidad, con decoro, que tiene propuesta y una gran base social; un sindicato cuyos dirigentes decidieron optar por el noble camino de la lucha social y no por el abultar sus billeteras aceptando los dólares que esa oligarquía neoliberal sangrienta está dispuesta a pagar, con tal de dejarse para sí las entidades de servicio público más lucrativas que todavía quedan como patrimonio nacional.

Gracias a la familia laboral de Japdeva y a Sintrajap por esta posición digna, patrióticamente correcta, de naturaleza democrática y de gran contenido social.

TLC: Derecho de rebelión

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Reclamamos el Derecho de Rebelión, cuando la riqueza generada por toda la sociedad productiva, sigue un sendero de concentración abusiva y de opulencia presuntuosa, que violenta la esencia del humanismo cristiano que anima nuestra convivencia democrática.

Reclamamos el Derecho de Rebelión, cuando la voracidad mercantil sin límite y la acumulación licenciosa de capital, se olvidó de las micro, de las pequeñas y de las medianas empresas; arrinconándolas contra la pared fiscalista y la del total abandono de apoyo técnico, excluyéndolas de trato financiero especial.

Reclamamos el Derecho de Rebelión, cuando toda la agricultura nacional, base estratégica de soberanía alimentaria para cualquier país, ha sido destinada a extinguirse con base en una negociación comercial criminal para la sociedad costarricense que fue de base agraria.

Reclamamos el Derecho de Rebelión, cuando por la perversa fórmula privatizadora denominada “apertura”, hay que regalarle al voraz capital transnacional, una de las máximas obras públicas que todavía nos quedan, ejemplo de la creatividad tica: el ICE.

Reclamamos el Derecho de Rebelión, cuando toda la producción nacional de medicamentos que curan nuestra salud, por intermedio de la CCSS, será barrida por el poderoso grupo de farmacéuticas transnacionales, que terminarán quebrando el otro pilar de la particular fórmula tica de vivir en democracia con equidad: la Caja Costarricense de Seguro Social, al aniquilarla financieramente.

Reclamos el Derecho de Rebelión, cuando todo el recurso hídrico nacional, cuyo potencial total todavía sigue sin cuantificarse en su real dimensión, será engullido por la voracidad de las compañías de los países que se secan por su irresponsabilidad ambiental; acabando de paso con la institucionalidad que el país diseñó en este ámbito, expresada en el A y A.

Reclamos el Derecho de Rebelión, cuando uno de los negocios más rentables de la sociedad, el de los seguros comerciales, hay que entregarlo, de manera descaradamente regalada, a varios pulpos insaciables internacionales y los migajeros nacionales que no conciben cómo el INS, aún teniendo una eminente función social de enorme proyección cívica, se haya convertido en una institución de tanta riqueza.

Reclamos el Derecho de Rebelión, cuando nuestra Constitución Política y nuestras leyes, deberán someterse a lo que estipula el TLC; puesto que esa Carta Magna, la que desde 1949 nos ha dado una convivencia en paz, dejará de ser la normativa superior del sistema jurídico costarricense, pues ella quedará por debajo de ese TLC.

Reclamos el Derecho de Rebelión, de Rebelión Pacífica en Acción Cívica; expresada en la Democracia Callejera y su mejor y más democrático instrumento: el Referéndum de la Calle. ¡Que griten los que temen a la democracia!

Don “Pepe” y el TLC

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Don Pepe brindó un aporte importantísimo en la construcción de la Costa Rica diferente, la Costa Rica distinta, la Costa Rica de paz, de equidad y de solidaridad que habíamos construido, hasta la llegada de las malignas ideas neoliberales; mismas que terminaron carcomiendo la filosofía de Don Pepe, pensamiento que animó siempre al otrora socialdemócrata Partido Liberación Nacional (PLN), que él ayudó a fundar.

Tuvimos la oportunidad de asistir al acto en recordación de su nacimiento que se efectuó en la ya hoy legendaria hacienda-finca “La Lucha sin fin”, donde diversas personalidades del acontecer nacional se refirieron a su legado y a la relación de éste con los momentos actuales que vivimos los y las costarricenses.

Particularmente, su hijo Mariano Figueres Olsen, quien está al frente de las actividades empresariales de la familia; el Expresidente de la República, don Luis Alberto Monge Alvarez; así como el excandidato presidencial del PLN, Ing. Rolando Araya Monge, hoy Presidente para América Latina de la Internacional Socialista (IS), pronunciaron vibrantes mensajes exaltando la necesidad de una conciencia cívica activa y militante para que el pueblo costarricense, de cualquier signo, salgamos a defender la obra de Don Pepe.

Esta es una tarea patriótica de primer orden, especialmente cuando el maléfico y anticristiano TLC nos lo quieren imponer a toda costa, aunque sea sacrificando los más nobles ideales sociales y humanistas que el ilustre ciudadano Don Pepe defendió hasta el final de sus días; ideales que todavía se expresan en el conjunto de las relaciones sociales y productivas que animan la actividad empresarial y comercial de “La Lucha sin fin”.

La ventaja de confiar en nuestras propias reservas como nación, en nuestras propias capacidades soberanas para articularnos como país especial y diferente ante el mundo, para demandar de los países ricos un comercio justo (tesis en la cual Don Pepe fue pionero); son elementos que hoy adquieren una extraordinaria vigencia, cuando el centenario del nacimiento de don José Figueres Ferrer, nos recuerda cuán creativos fuimos en la sociedad costarricense para encontrar fórmulas meramente ticas de convivencia social en paz y con equidad.

Estando en “La Lucha sin fin”, la cual visitamos por vez primera en nuestra vida, se percibe la obra de un costarricense que alcanzó el honroso honor de pasar a la historia patria como estadista, como hombre de extraordinaria visión y enorme sensibilidad que, sin duda alguna, hoy sería uno de los principales abanderados de la lucha contra el injusto, nefasto y tagarote tratado de “libre” comercio que nos quieren imponer.

Imposición que, ¡oh paradojas de la vida!, procede del gobierno del partido político que él ayudó a fundar; y que hoy quiere deshacer toda su magnífica obra propiciando negocios para el menor número, cuando toda la vida de Don Pepe fue siempre inspirada en el logro del bienestar para el mayor número, como él decía. Hoy en día Don Pepe alzaría su voz contra el TLC. Es más, el espíritu de Don Pepe nos acompaña en esta noble lucha por la derrota del TLC y por el rescate de su obra, cuya vigencia y necesidad es hoy más vigente que nunca.