EL PRESIDENTE ARIAS TIENE MIEDO

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.
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No creemos que sea el temor a la protesta airada de jóvenes estudiantes universitarios, lo que hace ahora al mandatario exhibir una enorme seguridad en torno a sí mismo. Es algo más profundo.

Seguramente el Presidente Arias tiene presente, un día sí y otro también, que nadie ha olvidado como fue que se le abrió el camino para ser candidato presidencial, violentándose la Constitución Política con la complicidad de la alta magistratura constitucional.

Seguramente el Presidente Arias tiene presente, un día sí y otro también, que al entregarse él a los grandes grupos de la oligarquía económico-financiera, enemigos históricos del otrora socialdemócrata Partido Liberación Nacional, le cabe una gran culpa por la prostitución política del partido que fundó Don Pepe, cuyo centenario de nacimiento estamos celebrando en estos días.

Seguramente el Presidente Arias tiene presente, un día sí y otro también, que su legitimidad es precaria, pues en realidad solamente uno de cada tres electores votó por él. Es decir, dos tercios de la ciudadanía no creen en él.

Seguramente el Presidente Arias tiene presente, un día sí y otro también, que casi pierde las elecciones presidenciales de febrero anterior, pese a la multimillonaria inversión financiera de su campaña, a la vergonzosa manipulación de varias encuestadoras privadas y al descarado apoyo mediático de la “gran prensa” neoliberal. Todo esto minó su credibilidad.

Seguramente el Presidente Arias tiene presente, un día sí y otro también, que las elecciones presidenciales de febrero fueron las más polémicas desde los acontecimientos de 1948; y que, según la última encuesta de la Escuela de Matemática de la Universidad de Costa Rica, casi un 30 % de la población está convencida de que hubo fraude en esas elecciones.

Seguramente el Presidente Arias tiene presente, un día sí y otro también, que la oposición a “su” TLC es cada vez más creciente; que cada día que pasa sin aprobarse, la verdad sale a flote; que quienes nos oponemos hemos ganado ya la batalla de las ideas, la de la lucha del pensamiento, la pelea argumental y, por fin, el corazón noble y la mente inteligente de las grandes mayorías ciudadanas.

El Presidente Arias tiene medio. El autismo político en que se encuentra, le está llevando a una paranoia política y en esa actitud va camino hacia la confrontación con la ciudadanía, desnaturalizando la esencia de su Premio Nóbel de la Paz y poniendo en peligro, según nos indican algunas fuentes, su máximo ideal antes de irse de este mundo: ser Secretario General de la ONU.

“El que la debe, la teme”, dice el sabio refrán popular. Ahora que ya está comprobado, según la encuesta indicada, que el 72 % de la población costarricense tiene claro que el TLC del Presidente Arias sólo beneficiará a Estados Unidos; que el 58 % opina que debería renegociarse; y que el 65 % sabe que la prensa está descaradamente a favor de ese TLC, manipulando sin asomo de ética alguna la información al respecto; pues claro que se debe tener miedo, como para rodearse de muchos guardaespaldas y policías.

Pese a ostentar el Nóbel de la Paz, quien promueve la confrontación es él; pero equivocado está. Nosotros y muchos otros, miles y miles que estamos con el concepto del Referéndum de la Calle, somos pacificistas, somos civilistas, rechazamos la violencia, estamos por la paz y resistiremos hasta las últimas consecuencias ese TLC, bajo nuestra particular idiosincrasia costarricense.

EL TLC Y EL CARDENAL RODRÍGUEZ

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El ilustre prelado católico nos advierte que el modelo económico imperante ha sustituido a Dios por el mercado y ha convertido al mercado en su dios. Dice que se propicia la apertura de las fronteras para las mercancías, pero se cierran para las personas. Además, se promueve la privatización a bajo precio y se recompra a precios onerosos.

El Cardenal Rodríguez denuncia que “se utiliza el trabajo barato de la gran maquiladora en que nos estamos convirtiendo”. Poniendo puntos claros sobre las íes, dijo que “se quiere imponer un solo modelo, que sirve a pocos y excluye a las mayorías”. Ahondó más cuando afirmó que “se gobierna para que siga más de lo mismo. Pero el progreso no se mide por la capacidad de ir al Mall a consumir. Ya no existe el prójimo…”.

Para muestra un botón. Hemos llegado a un punto tal que el país ya se da el “lujo” de tener a uno de sus más connotados empresarios, con capacidad de comprarse un helicóptero para uso personal, gastándose nada más y nada menos que dos millones de dólares, en ese “pequeño gustillo”. En contraposición, tenemos familias que, si tienen suerte, solamente pueden hacer una comida al día; o bien, alguno de sus integrantes mayores debe quedarse sin comer para que lo poco que se tiene, lo coman los pequeños del hogar.

Frente al neoliberalismo, el Cardenal Rodríguez dijo que la respuesta está en la doctrina social católica. Agregó que existe un déficit de conocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia Católica, que es un instrumento de transformación social. Podemos o no compartir esta tesis, pero, sin duda, el verdadero humanismo cristiano es antineoliberal por esencia.

El mensaje del Cardenal Rodríguez Maradiaga fue bloqueado por la mayoría de los denominados “grandes” medios de comunicación colectiva. Es lógico. Su mensaje, lleno de esperanza, es visto como amenazante y subversivo para el corrupto poder político tradicional. En Costa Rica somos testigos, y víctimas, de una alianza perversa entre lo más rancio del poder político, lo más retrógrado del poder económico y cierto poder mediático que tiene, especialmente, en la telebasura, un mecanismo de atontamiento colectivo buscando que dejemos de pensar.

De nuestra parte hemos venido sosteniendo en este espacio que el TLC que nos quieren imponer, es deshumanizado, anticristiano y ateo. El cardenal hondureño nos lo confirma con sus brillantes palabras. Para quienes creemos en Dios, la lucha contra el TLC está bendecida por Él.

TLC: ENCUESTA Y MENTIRA

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Mientras en octubre del año pasado, un 61 % consideraba que el tal TLC sí traería beneficios, en agosto de este año esa cifra descendió a un 41 %. El estudio tiene un margen de error de muestreo de 2.8 puntos y un 95 % de confianza.

Así que, a hoy, 6 de cada diez costarricenses, decimos No al TLC y esta cifra ha de crecer pues la mentira de sus supuestos beneficios, cada vez queda más al desnudo. Veamos:

“Cafta decepciona a maquiladores”. Este es el título de una nota periodística electrónica, suscrita por una persona de nombre Coralia Cuellar Lemus, corresponsal en El Salvador de un periódico electrónico originado en Costa Rica y especializado en finanzas y negocios.

Póngale cuidado a esta noticia. “En lugar de crecer por el tratado de libre comercio con Estados Unidos (Cafta por sus siglas en inglés), las maquilas salvadoreñas desmejoraron su rendimiento exportador en los últimos meses. De acuerdo con Claudia Riasgo, directora de la Asociación Salvadoreña de la Industria de la Confección (ASIC), aunque el país fue el primero del istmo en ratificar el Cafta, los saldos siguen en rojo por la liberalización de cuotas textiles del 2005 y la competencia china. Esa nación ofrece precios bajos y altos volúmenes a las importaciones”.

Sigue la nota de prensa: “Estados Unidos compraba a El Salvador 7.5 % de las exportaciones de maquila centroamericana, pero en el último período las compras apenas han sido de 1.4 %, según Riasgo. Definitivamente el retraso de la entrada en vigencia del Cafta creó incertidumbre en los importadores, pero nosotros lo que observamos es una marcha o preferencia de los clientes por China”, afirmó la empresaria.

“La jarana sale a la cara”, es el mejor refrán que hemos podido encontrar para aplicárselo a los propagandistas del TLC. Sus mentiras son tan grandes y tan burdas que desde su mismo lado los desmienten.

Anhelamos que las trabajadoras y los trabajadores de la industria textil costarricense puedan ser liberados de las cadenas de la mentira, de la manipulación y del engaño a que están siendo sometidos con esto de que el TLC es necesario para que conserven su empleo. La realidad de El Salvador les demuestra cómo están siendo timados.

Por eso es que estamos convencidos de la necesidad de que ese TLC sea derrotado. Por eso se está haciendo una gran convocatoria cívica y pacífica, desde la Coordinadora Nacional de Lucha Contra el TLC, para que salgamos a las calles de este país, el 23 y el 24 de octubre próximos, de frontera a frontera y de costa a costa, en movilización activa y militante, contra la mentira del TLC. Hasta su derrota total.

Hacia la derrota del TLC

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Esto es muy importante por cuanto ya había quedado claro que luchar contra el TLC y luchar por su derrota, son cosas completamente distintas. El sector sindical del país definió, sin dudas, su posición: derrotar el TLC.

La segunda decisión unánime adoptada ese día por el movimiento laboral nacional organizado en sindicatos, es proponer las fechas del 23 y del 24 de octubre, para la realización de una gigantesca jornada nacional de lucha cívica y de resistencia pacífica en la línea de la derrota del TLC, hoy completamente desprestigiado y con sus defensores escondidos, en retirada, al quedarse sin argumentos para seguirlo defendiendo. Entendemos que estas fechas ya están siendo apoyadas por los otros sectores componentes del amplísimo abanico de organizaciones y grupos de los movimientos sociales costarricenses.

Es más, el Movimiento Sindical Costarricense renovó su confianza en el espacio denominado Coordinadora Nacional de Lucha Contra el TLC, como la instancia que nos reúne a todos cuantos tenemos ese mismo objetivo: derrotar el TLC; en un espacio que presupone respeto a la tolerancia, la convivencia en diversidad, la ausencia de dogmatismos totalitarios y la complementación de esfuerzos políticos, organizativos y logísticos en un marco de responsabilidad, seriedad y proporcionalidad, para el impulso de la más grande movilización ciudadana de la historia de Costa Rica, superior a la ocurrida en el año 2000, cuando el pueblo en las calles impidió el robo del ICE.

Va creciendo la claridad de que el concepto de_ “libre comercio”_ impuesto por los países ricos es una estafa. Los acuerdos de “libre” comercio como el NAFTA, CAFTA y ALCA ni son libres ni son exactamente de comercio. Son megaconstituciones políticas de las corporaciones transnacionales que protegen a los países ricos, para expoliar al máximo las riquezas de los países que ellos llaman “pobres”; castrando de raíz las posibilidades de construcción de verdaderos sistemas sociales de inclusión y de equidad distributiva. Costa Rica, de alguna manera, pudo hacer esa construcción en su momento y lo poco que pudimos lograr de avance en esa línea, el tal TLC lo destruye para siempre.

Indicamos lo anterior como fiel reflejo de una de las motivaciones centrales por las cuales rechazamos ese TLC, comprometiéndonos, como todos los movimientos sociales nacionales, en la lucha por su derrota. En una entrevista en esta semana en otro medio de comunicación colectiva escrita sobre el particular, quizás no supimos expresar este pensamiento con toda claridad. Hoy es más que necesario que establezcamos que el futuro de un país como el nuestro está en el concepto de Comercio Justo no en el del Libre Comercio que, como indicamos, no existe, sino que es una trampa diseñada por las gigantescas empresas transnacionales para eliminar desarrollos nacionales relativamente soberanos y autónomos.

Finanzas públicas sanas: Concentración de riqueza en auge

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No se habla con total apertura y absoluta transparencia, cuando se habla del “problema” (así, entrecomillado, porque no lo es), de las finanzas públicas. Nuevamente pasó durante las más recientes conversaciones con el actual Gobierno, sobre el tema de la fijación de salarios para el Sector Público que, autoritariamente, quedó en un injusto e indigno 3.5%, a menos que lo echemos abajo próximamente.

“No hay plata” es el falaz argumento que se viene repitiendo, una y otra vez, en los últimos gobiernos y el actual no fue la excepción. Absolutamente falso, sí hay plata y de manera abundante. Los propios datos oficiales lo demuestran.

El Banco Central de Costa Rica subestimó las cifras del crecimiento económico del 2005, pues en realidad fue del 5.9 % del Producto Interno Bruto (PIB), y no del 4. 1% como inicialmente nos habían dicho, haciendo trampa.

Los ingresos reales del Gobierno crecieron en 66.862 millones de colones, de enero a julio de este año, más de un 10%, aumentándose así el llamado superávit primario.

Ese superávit primario acumulado en los primeros siete meses de este 2006, fue de 220 mil millones de colones; cuando en el mismo período del año anterior, fue de 193 mil millones de colones.

De enero a julio de este año 2006, el déficit fiscal bajó un 50% en términos reales. A julio pasado el déficit fue de 47.337 millones de colones; mientras que a julio del año pasado fue de 94.644 millones de colones.

El Gobierno alargó los plazos y redujo las tasas de interés de la deuda. Según los datos, la deuda pública que vence entre 1 y 5 años, pasó del 34 al 39%; y las tasas de interés a corto plazo bajaron 3 puntos y las de largo plazo, 4 puntos.

El pago de intereses por la deuda interna se redujo en un 8.2% entre julio del año pasado y julio del presente año.

Por concepto de deuda externa, se pagaron intereses que expresan un 3.3% menos que el que había que pagar en julio del 2005.

Del 2001 a hoy, la deuda externa bajó su saldo de 754 millones de dólares a 87 millones de dólares. Según el Banco Central, esa significativa reducción se logró con el pago adelantado de créditos externos por medio de otros préstamos más baratos.

La inversión extranjera directa superará los mil millones de dólares este año, lo cual es indicador de que la situación de las finanzas públicas puede mejorar, a través de una agresiva política tributaria que no tenga compasión con los grupos ganadores de las políticas económicas de los últimos años y que, precisamente, son los receptores de esa inversión.

Como vemos, no es cierto que las finanzas públicas anden mal. Nos están engañando. Nos están manipulando. Somos los de abajo, con el injusto sistema tributario que tenemos, los que hemos venido siendo sacrificados para arreglar las finanzas públicas. Los de arriba siguen en su fiesta orgiástica de exoneraciones, evasiones, subsidios y despilfarro.

¿Hasta cuándo aguantaremos?…

Ecologistas contra el TLC

_ Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna._
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Una impresionante y amplia gama de organizaciones ecologistas de todo el país, han analizado conjuntamente, con seriedad y responsabilidad, las implicaciones negativas que tendrá el denominado tratado de “libre” comercio (TLC), para nuestro país; en campos tan sensibles para la vida como el agua, la biodiversidad, la propiedad intelectual, los recursos marinos costeros, la agricultura y la seguridad alimentaria, los bosques, la minería y el petróleo.

El Foro Ambiental “No al TLC”, que es la coalición de las organizaciones ecologistas que se han unido para luchar contra dicho “tratado”, indican que éste coloca al país “en un estado de indefensión absoluta frente a los intereses de los inversionistas extranjeros” al imponer la cláusula de “trato nacional” para los mismos.

Además, dicen los y las ecologistas de Costa Rica, que el TLC y el libre comercio amenazan el agua, al poner en riesgo su régimen de propiedad, la legislación y la institucionalidad que favorece el control público y la participación ciudadana en la gestión del recurso hídrico.

Advierten también que “el TLC amenaza el acceso, la cantidad, calidad y continuidad del servicio público del agua, el cual quedaría en riesgo de ser concesionado y privatizado en manos de empresas transnacionales”. Nos alertan que el agua envasada es considerada una mercancía en el marco de dicho tratado, lo que impulsará el negocio de la exportación del agua sin posibilidades de regulación.

El agua como mera mercancía, no como servicio público vital, es algo totalmente perverso. Y tiene lógica que nuestro recurso hídrico haya sido entregado en ese TLC, pues Costa Rica tiene “una cantidad de agua que la desean muchos países, un potencial hídrico innegable”. Así lo dijo la señora Jacqueline M. King, experta en temas hídricos quien recientemente vino al país y que es investigadora de la Universidad del Cabo, Sudáfrica.

Esa enorme cantidad de agua que tenemos los y las costarricenses, está asociada a la gran riqueza que representa nuestra biodiversidad, la cual es un 5 % de la que hay en el planeta, pese a la pequeñez de nuestro territorio geográfico.

Pues bien, el Foro Ambiental “No al TLC”, también nos ayudó a entender la naturaleza del peligro del TLC en este campo. El TLC podría convertir la biodiversidad en mercancía. La diversidad agrícola se convierte en mercancía y los derechos de los agricultores son violentados, cuando se posibilita la exigencia de propiedad intelectual sobre variedades de plantas, estableciendo patentes sobre las mismas.

Otro ámbito de impacto de ese TLC, perverso, ateo y anticristiano, es que perpetúa la entrega del atún, que es el recurso marino de mayor importancia económica del país y consolida los privilegios que otorga la ley de pesca y acuacultura a las pesqueras transnacionales. Con ese TLC hay apertura total del mar territorial, zona que en la actualidad es privilegio de los pescadores artesanales nacionales, condenándolos a su desaparición.

Gracias, compañeros y compañeras ecologistas por alertarnos en los enormes peligros del TLC para nuestra agua, para nuestra biodiversidad, para nuestra riqueza marina, para nuestra agricultura y seguridad alimentaria; entre otros ámbitos del productivo análisis del tema ambiental en el TLC que estos grupos sociales hicieron, responsablemente.

La privatización del INCOP: Capítulo final

Durante largos seis años, la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), desarrolló una fuerte lucha contra la privatización del Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (INCOP), el cual este viernes pasará a manos de un consorcio empresarial que incluye a hombres de negocios de nacionalidad colombiana en concurso con políticos-empresarios nacionales.

En esta ardua y valiente lucha contamos con el apoyo decidido de un grupo aguerrido de compañeros sindicalistas del INCOP, quienes abandonaron las filas del sindicalismo totalmente corrupto y podrido que quedó en dicho puerto; la ANEP alzó la bandera que había sido arriada por dirigentes laborales que otrora se decían defensores del proletariado, unos; y otros que habían sido formados bajo los ideales socialdemócratas del Partido Liberación Nacional pero que cuanto éste se prostituyó y abandonó sus ideales, también se prostituyeron con él y hoy andan buscando cargos para seguir succionando recursos públicos.

Un bien público del país como es el muelle de Caldera, pasará a generar riqueza para un pequeño grupo empresarial, a costa del sacrificio de los más pobres, ya que el incremento en las tarifas portuarias encarecerán notablemente alimentos tales como el trigo, frijoles, arroz, maíz, carne de res, cerdo, pollo, lácteos y sus derivados.

Es decir, estos productos subirán sensiblemente de precio en fecha próxima, porque hay que devolverle a los señores colombianos y a sus socios ticos, lo invertido en la privatización del INCOP, vía alzas tarifarias. Ya veremos, por ejemplo, a la empresa monopólica de los derivados de maíz hablando de incrementos en el pan, porque ahora cuesta más desalmacenar el trigo por Caldera.

Al materializarse la privatización del INCOP este viernes 11 de agosto de 2006, ANEP sale de esta lucha con más fuerza moral que nunca. Representamos un sindicalismo transparente, leal a los intereses patrios, completamente comprometidos con los mejores intereses nacionales y de sólidos principios éticos y morales.

No pudieron comprar a la ANEP. No pudieron doblegar a nuestros dirigentes en el INCOP que sintieron sobre sí la intimidación y la amenaza y vieron el desarrollo del cáncer de la corrupción y el degeneramiento político de quienes, alguna vez, fueron sus “maestros” sindicales. La ANEP les rescató de la podredumbre en que cayeron sus mentores de antaño y hoy salen, al igual que la organización, con una sólida moral de lucha y con una trayectoria de honestidad inmensamente valiosa que jamás se compara con el vil metal por el cual se vendió el sindicalismo prostituido del INCOP.

Hoy dejamos profundo agradecimiento a todo el equipo profesional de la ANEP que en el campo político y en el campo jurídico dieron esta batalla. También hemos de reconocer el valioso aporte que en esta lucha dieron diputados y diputadas del cuatrienio anterior (2002-2006), como don Humberto Arce, doña Joyce Zürcher, Martha Zamora, don Rodrigo Alberto Carazo y otros que por insistencia de la ANEP tomaron nota de otro vergonzoso negociazo privado con fondos públicos, incluso, haciéndose interpretaciones antojadizas, cuestionables y poco transparentes del sistema jurídico vigente.

Hemos salido victoriosos en lo sindical, en lo ético, en lo moral y en lo político. Estaremos todos los días del resto de nuestras vidas con nuestra conciencia tranquila. Los que no pueden estar tranquilos son los nuevos dueños del INCOP. ANEP seguirá impulsando y defendiendo el derecho a la sindicalización en ese puerto e insistirá en su lucha hasta restaurarle este patrimonio a la sociedad costarricense.

TLC: ¿PROPAGANDA AL ESTILO NAZI?

Han perdido la lucha en el campo de las ideas. Terminaron escondiéndose del debate. Han sido demolidos con argumentos serios y profesionales. Han sido vapuleados intelectualmente. Lo mejor del pensamiento nacional de la actualidad los ha dejado desnudos ideológica y programáticamente. Los defensores del TLC han salido derrotados cuando el debate ha sido libre, democrático, equitativo y equilibrado.

Se han venido quedando aislados, teniendo que refugiarse, por ejemplo, en las páginas de la prensa oligárquica que construye muros frente a sus oficinas, para esconder sus mentiras.

Después de la pulverizada que se llevaron en el parlamento cuando demostramos la mentira del empleo y el TLC, se han quedado mudos. Es más, hasta se han acobardado, puesto que rehusaron el reto público que se les hizo para debatir este sensible punto. Todavía los estamos esperando aunque sabemos que no darán la cara. No tienen argumentos.

Han mentido miserablemente en que su TLC generará miles de empleos, pero no nos dicen ni cuándo ni adónde los habrá, manipulando así los sentimientos de la enorme cantidad de jóvenes costarricenses que han creído en semejante falsedad.

Ahora nos anuncian una gigantesca campaña propagandística a favor de su TLC, desde el Ministerio de Comercio Exterior (COMEX). Eso es lo que les quedó. Con el dinero de todos, pretenden pagar la difusión de sus mentiras, de sus tergiversaciones, de sus falacias y de sus engaños. Pretenden intoxicarnos con su discurso hueco, lleno de palabrería cajonera pero impregnada con frases de acoso psicológico y de terrorismo ideológico.

Es lo que les queda para tratar de contrarrestar la creciente, indetenible y consistente oposición a su TLC. Podría decirse que al estilo del Sr. Goebbels, el jefe de propaganda de Adolfo Hitler, creador de la Alemania Nazi que tanto dolor causó a la Humanidad. “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, era uno de los postulados de este nefasto político alemán de aquellos tristes años (Wikipedia, la enciclopedia libre).

Malgastaron ya 1.300 millones de colones, de dinero oficial, en su primera campaña para convencernos de su TLC. Gastaron otro montón de millones más, por vías “paralelas”, con dineros de dudosa procedencia en su más reciente ofensiva de propaganda. Ahora tienen nueva plata para seguir mintiendo.

Pero entre más plata invierten, más crece la oposición al TLC. Agricultores, sacerdotes y pastores de diversas denominaciones cristianas; estudiantes de todos los niveles, académicos e intelectuales de las más diversas profesiones y posiciones políticas; empresarios decentes; maestros, profesores y educadores; grupos, dirigentes y activistas de todas las diversas formas del pensamiento ecologista nacional; líderes comunales; ciudadanas amas de casa; trabajadores y trabajadoras en general; entidades cívicas de todo tipo; etc.

Hasta sectores solidaristas ya están en contra de su TLC, pese a que han alambrado “mentalmente” los centros de trabajo del Sector Privado, castrando todo debate democrático en sus empresas, impidiendo la discusión libre y equilibrada, manipulando a sus poblaciones laborales con el miedo, con el odio y con la violencia.

Los dineros públicos que son pertenencia de toda la sociedad no deben usarse, en el caso del TLC, para propaganda mentirosa e infame, manipuladora y falaz de la parte pro-TLC. Esto es corrupción porque dentro del gobierno hay familias de políticos-empresarios que se van a favorecer con ese TLC; y, por tanto, no es justo que la plata de todos les promueve sus particulares intereses mercantiles.

Esperamos que el honorable parlamento costarricense, o al menos sus sectores patrióticos y más sanos, alcen su voz soberana y exijan un debate profesional, altamente ético, completamente equilibrado con la plata de todos. La paz de la Patria lo merece.

Fuerza Pública, privatización ó militarización encubierta

No acaba uno de sorprenderse hasta dónde están dispuestos a llegar los sectores neoliberales de Costa Rica, con tal de hacer avanzar su proyecto ideológico de sociedad. Ahora resulta que la Fuerza Pública va a transferir varias de sus potestades monopólicas en función del contrato social que todavía tenemos vigente como país, a las empresas mercantiles de la seguridad privada.

Ya se están produciendo las primeras reacciones desde el mundo político, cuestionando semejante pretensión; y también, desde el plano jurídico se señala la gravedad de la inconstitucionalidad de semejante idea. Imposible, por tanto, dejar de plantear una posición al respecto, según lo percibimos desde el lado de los sectores sociales y ciudadanos que venimos resistiendo ese proyecto de sociedad y su meta estrella: el TLC.

El proyecto ideológico neoliberal (hoy gerenciado por el Presidente Arias Sánchez), continúa polarizando al país, generando mayores niveles de exclusión social y de concentración de la riqueza producida por toda la sociedad, en manos de unos pocos que cada vez son menos.

Esta circunstancia se refleja en un considerable incremento en los niveles de violencia al interior de la sociedad, aumentando la frecuencia de la ejecución de delitos, cada vez más sangrientos. Además, todos los días se está tensionando las relaciones entre las personas, agobiadas por la carestía incesante de la vida, la estrechez salarial y la congoja económica.

Por otra parte, la constatación en la cara de la ostentosa riqueza concentrada y la guerra psicológica de valores consumistas que incrementan la impotencia de los que menos tienen o no tienen del todo (porque hay que “comprar” la sensación de existir a través de la adquisición de las cosas que se anuncian como sinónimo de “status social”), reducen el espacio para una convivencia social en paz.

Por si fuera poco, la intentona de imponernos un TLC que agrava toda la anterior circunstancia (pero que, inversamente, incrementa la profundidad de las alianzas para enfrentarlo y derrotarlo); hace pensar a los neoliberales que en la represión física está la respuesta al potente movimiento ciudadano en gestación; represión que será difícil ejecutar desde la planilla estatal de la Fuerza Pública, agobiada por el estrujamiento presupuestario, el deterioro de sus condiciones ambientales, el agotamiento laboral y los malos salarios.

Pretender traspasar potestades constitucionales de imperio que son en corresponderle al conjunto de la sociedad en materia de seguridad ciudadana, para incrementar, desde lo privado, un aparato represivo que debe controlar los desmadres que está dejando un modelo económico excluyente, deshumanizado y concentrador de riqueza; nos es más que indicios de una especie de militarismo encubierto, institucionalizando la improvisación más peligrosa en la tarea estatal de “cuidarnos a todos”.

Las empresas privadas de seguridad deben ser eso, empresas privadas de seguridad que restringen su accionar a un ámbito perimétrico determinado para salvaguarda de las personas y de los valores incluidos dentro del mismo. Sólo para eso están. Lo otro, darles funciones de aparato represor público es transgredir una de las normas básicas de convivencia social colectiva, cual es el de suponer que como sociedad tenemos una “fuerza pública” que es garante de nuestra propia seguridad, la de todos.

En todo caso, consideramos que la mejor forma de seguridad ciudadana es aquella que genera condiciones de vida dignas para toda la población, lo cual incluye una transformación radical de los mecanismos de distribución de riqueza. Pero el egoísmo oligárquico-neoliberal lo impide, por tanto, su “receta mágica” es más represión, aunque sea con la policía privada. No hay duda. No hay escrúpulos.

TLC y Gobierno Central: Colapso de ¢60 mil millones

Las perversidades inherentes al denominado tratado de “libre” comercio con Estados Unidos no terminan de aparecer. La realidad de este TLC cada vez queda más al desnudo: completamente anticristiano, ateo y deshumanizado. La naturaleza de las desventajas para nuestro país, en verdad, asusta. Veamos ahora una de los aspectos más perjudiciales del carácter de la negociación entreguista a que nos sometieron: la reducción arancelaria.

La eliminación de aranceles, impuestos aduaneros, que supone este TLC es verdaderamente impresionante: ¡sesenta mil millones de colones al año! Esta enorme cantidad de dinero desaparecerá, como por arte de magia, de las arcas públicas del Gobierno Central.

Es decir, dentro del cómputo de los ingresos anuales del fisco, habrá que eliminar la pérdida que significa la reducción de aranceles por culpa de este TLC; reducción que, como acabamos de indicar, se ha cuantificado en esa gigantesca cifra que, en números se expresa así: 60.000.000.000 de colones. Saquemos ahora conclusiones de lo que esa reducción significa para los poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y entes adscritos a los mismos.

Un gran golpe sufrirá la Educación Pública. Aquí queda al descubierto la falacia de la propaganda oficial de elevar el presupuesto para el Ministerio de Educación Pública y para todo sistema educativo público, de un 6 a un 8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Igualmente, habrá considerables impactos presupuestarios en otros ministerios donde ya, de por sí, a raíz de las restricciones de gasto, sólo queda plata para pago de salarios. Por ejemplo, en la Fuerza Pública y en el Sistema Penitenciario Nacional. Ni hablar de otros ministerios como el MAG, el MINAE, Gobernación y Policía; Cultura, Juventud y Deportes; y otros.

Indudablemente, el colapso presupuestario de semejante reducción arancelaria se trasladará a entidades de servicio público como el mismísimo Poder Judicial y las universidades públicas, pues financieramente se sostienen a partir de las transferencias que el Ministerio de Hacienda les hace para su funcionamiento anual. Gran parte de tales transferencias se sustentan en una cuantificación de ingresos fiscales vía imposiciones arancelarias que ahora todavía existen pero que, como indicamos, desaparecerán con ese TLC.

Se nos queda sin mencionar una amplísima lista de entidades públicas de todo tipo que, de una manera u otra, de manera indirecta o indirecta, ejercen funciones de servicio público vía Presupuesto Nacional, ese que dejará de percibir 60 mil millones de colones anuales por culpa del anticristiano y ateo TLC que nos quieren imponer a toda costa.

La situación es así de grave por cuanto los grandes ricos de este país no están dispuestos a aceptar una transformación tributaria estructural que, entre otras cosas, vía impuestos directos, sustituya o reponga esos 60 mil millones de colones anuales que ya no podrán contabilizarse como ingresos del fisco por culpa del TLC. La catástrofe institucional es más que evidente. Varios miles de empleos en el Gobierno Central tienen sus días contados si permitimos que el anticristiano y ateo TLC sea aprobado. “En guerra avisada…