Una y otra vez tenemos que decirlo, reiterarlo, insistir sin descanso; de día, de noche; hora tras hora, día con día, mes con mes… Siempre: la clase trabajadora ¡NO ROBA IMPUESTOS! Los dos más importantes del sistema tributario nacional, los paga puntualmente.
El de ventas, en la caja registradora y al momento mismo de la compra. El de renta al salario, si corresponde aplicarlo, es rebajado de planilla puntualmente.
Son otros los que roban impuestos. Son otros los ladrones de impuestos que, desafortunadamente, tienen poderosas palancas político-empresariales (dentro del parlamento y fuera de él, por ejemplo), que impiden toda clase de medidas para parar este gran crimen contra toda la sociedad que es el robo de impuestos; o, al menos, atenuarlo, desestimularlo.
Todos los sindicatos y organizaciones sociolaborales, cooperativas y profesionales; todos los movimientos cívicos decentes que, realmente, están interesados en el bien común y la lucha contra la desigualdad; todos los políticos de uno u otro signo que no están contaminados por la corrupción; en fin, toda la ciudadanía que paga puntual y rigurosamente sus impuestos y que, además, cree en la importancia para la paz social y para la integración social de ello, debemos cerrar filas contra el fraude fiscal en todas sus manifestaciones. Debemos apoyar, activamente, las diversas iniciativas que se promueven al respecto, como el proyecto de ley de lucha contra el fraude tributario y el robo de impuestos.
Es totalmente condenable, éticamente inadmisible y moralmente incorrecta la posición anunciada por parte de la cúpula del gran empresariado criollo y sus adláteres transnacionales, anunciando una oposición férrea a dicha legislación. ¿O será que entre sus filas tienen afiliados ladrones de impuestos que temen quedar al descubierto?; ó, ¿es que sus miembros tienen muy arraigada la costumbre de robar impuestos mediante triquiñuelas legales, artificios jurídicos, maniobras contables torcidas con asesoría profesional de exautoridades tributarias?…
Es tal el nivel de robo de impuestos en Costa Rica y la espeluznante, inimaginable y estratosférica cifra que ello representa, que es absolutamente imprescindible que la Administración Tributaria quede facultada por ley para tener la identificación de los beneficiarios finales de todas las entidades jurídicas que realizan actividad de lucro y de acumulación, como las sociedades anónimas.
Estos ladrones de impuestos, ahora tan decididamente protegidos por el gremio empresarial de la alta cúpula corporativa del país, la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (UCCAEP), realizan una evasión impositiva y una elusión tributarias por el orden de los 72 mil 273 colones con 66 céntimos (72.273.66.00), ¡POR SEGUNDO!
Estos ladrones de impuestos se roban 4 millones 336 mil 420 colones (4.336.420.00), ¡POR MINUTO! Se roban 260 millones 185 mil 185 millones de colones (260.185.185.00), ¡POR HORA! Y, ¡POR DÍA!, el robo de impuestos es de 6 mil 244 millones 444 mil 444 colones (6.244.444.444.00)…
187 mil 333 millones, 333 mil 333 colones, con 33 céntimos, es el robo de impuestos ¡POR MES! En números se escribe así: 187.333.333.333.33.
Por eso es que, anualmente, la evasión fiscal y la elusión tributarias en todas sus formas y manifestaciones, es de 2 billones 248 mil millones de colones (2.248.000.000.000.00).
Según especialistas consultados por ANEP, el robo de impuestos está ya, prácticamente, en los 8 puntos porcentuales de Producto Interno Bruto (PIB); y considerando que cada punto de PIB es de unos 281.000.000.000.00 (doscientos ochenta y un mil millones de colones), nos da esa espantosa cifra de evasión tributaria del orden de los 2 billones 248 mil millones de colones (2.248.000.000.000.00), ¡POR AÑO!
Considerando que los salarios de las personas trabajadoras asalariadas del sector Público deben ser de manejo ciudadano, según lo han planteado los sectores responsables de la más feroz campaña de agresión ideológica y de terrorismo ideológico desplegada el año pasado por parte de la prensa latifundista oligárquico-neoliberal y su peonada política, en contra del empleo público; el pueblo trabajador, principal pagador de impuestos de manera puntual y sin “escapatoria” alguna, merece saber que en materia de pago de impuestos no hay discriminación y que, por tanto, quienes reciben renta y ganancias vía esas sociedades anónimas, también tributan y tributan justamente; que se sabe quiénes son esas personas y que están incluidas en un correspondiente registro que sólo la administración tributaria del país ha de manejar.
La especie de coalición a favor de los ladrones de impuestos, formada por las cámaras empresariales de Comercio, de Industrias, Alimentaria, Agricultura y AmCham, aglutinadas en la UCCAEP, deben reconsiderar su errática posición contra el bien común y la integración social.
Deben dejar de intimidar, pedir cabezas, bloquear y disparar contra la ley para controlar el fraude fiscal; y, específicamente, respaldar que se permita el conocimiento tributario de los beneficiarios finales de las sociedades anónimas; lo cual, paradójicamente, es una exigencia internacional dado que Costa Rica pretende ser socio activo del “club de los países ricos”: la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Estas cámaras empresariales, sus líderes corporativos y hombres de negocios de gran poder económico, no se han cansado de aplaudir que a Costa Rica la metan en la OCDE; pero ahora resulta que las reglas tributarias de la misma no les gustan. ¿Entonces… en qué quedamos?
La semana próxima y en una segunda parte de este tema del robo de impuestos, nos referiremos a las exigencias de la OCDE para una verdadera transparencia tributaria del país si queremos ser parte de la misma.