Costa Rica no les ha agradecido lo suficiente

Mainor Anchía Ángulo, Directivo de ANEP y presidente de la Seccional ANEP-Fuerza Pública

El suscrito, con varios años abanderando la justa lucha por los Derechos Humanos y los derechos laborales de nuestras fuerzas de policía, con gran satisfacción escuché, en una entrevista realizada en el programa Horizontes, que se transmite por Radio Centro, a un alto jerarca que no tiene relación con la seguridad publica decir: “Costa Rica no les ha agradecido lo suficiente aún”, en alusión a nuestros compañeros y compañeras policías.

Hace unos años, cuando decidí emprender la lucha por la reivindicación de nuestra labor (siendo todavía oficial de policía en aquel momento), prácticamente nadie hablaba de Derechos Humanos para las personas trabajadoras de nuestros Cuerpos Policiales.

Recuerdo que aproveché un evento de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para pedir consejos a las personas expositoras de dicha entidad y nunca olvidaré la recomendación: “Luche por hacer visibles los Derechos Humanos de sus compañeros policías, no le será fácil, pero hágalo y podrá obtener resultados”.

Entonces me propuse establecer una ruta, un plan de acción. Luego me dispuse salir a diferentes lugares, logrando constatar y evidenciar las precarias condiciones en que trabajaban mis compañeros y compañeras. Todavía se mantienen algunos casos que requieren intervención e inversión en infraestructura; sin embargo, es justo reconocer que en otros casos las condiciones en materia de infraestructura han mejorado. ¡Claro!, eso es en parte el resultado de nuestra lucha constante.

En ese contexto, al momento de escribir este artículo, se hizo efectivo un aumento de salario para nuestros uniformados que irá a la base de manera nominal, según anunciaron las autoridades del Ministerio de Seguridad Pública. En buena hora, no obstante, se debe recordar que a nuestros cuerpos policiales se les incluyó en la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, con lo cual se afectaron sus incentivos salariales; o sea, el porcentaje del incremento es inferior a lo rebajado por la aplicación de la Ley 9635.

Paradójico resulta que el mismo gobierno que rechazó excluir a nuestros uniformados de la ley fiscal, luego haga un aumento extraordinario a su salario base. Podríamos considerar que se dieron cuenta del monumental error, aunque también podría ser resultado de la presión que veníamos haciendo, con la posibilidad de un nuevo movimiento de cuerpos policiales en su tiempo libre. Indudablemente que éste es un factor a considerar, para la decisión adoptada por el gobierno, el cual tiene claro que nuestros uniformados perdieron el miedo a manifestarse.

El trabajo policial, como ya hemos señalado, requiere de habilidades y características especiales por cuanto implica vivir cada día sabiendo que se tiene un pie en la cárcel, y el otro en el cementerio, que el riesgo va intrínseco a la función policial. El funcionario policial sale de su casa llevando consigo su maleta de trabajo, sin saber que le espera ese día; puede ser que su unidad de trabajo se ubique a tres kilómetros de su casa y que de repente se encuentre a trescientos kilómetros, por la atención de alguna situación especial.

La función policial implica un estilo de vida discreto, cauto, moderado en el ámbito social, toda vez que la investidura de autoridad se ostenta las veinticuatro horas del día. Así mismo, sabemos que el riesgo de la función policial no termina al finalizar la jornada e inclusive después de la jubilación. Es claro que, al participar de aprensiones, de capturas, al someter a las personas que irrespetan las normas de convivencia social o la ley, el policía será sujeto de venganzas de toda índole.

Volviendo al comentario escuchado en el programa Horizontes, “Costa Rica no les ha agradecido lo suficiente”, se podría decir que nuestros gobernantes decidieron hace algunos años reconocer la importantísima labor de los funcionarios de la Salud y de la Educación, pero dejaron en el olvido a nuestra ahora Benemérita Fuerza Pública. Valga decir que cuando se habla de Fuerza Pública, se hace en el contexto de todos los cuerpos policiales.

En hora buena, doce años después de haber conformado la primera Seccional ANEP- Fuerza Pública, para iniciar nuestro recorrido en pro de la dignificación del gremio policial; a pesar de que la figura de autoridad sigue siendo irrespetada por antisociales o por individuos que se creen por encima de la ley; cada vez son mas personas, empresas y organizaciones las que reconocen lo esencial de la función policial. En lo personal, me enorgullece cada reconocimiento que se hace a mis compañeros y compañeras. No ha sido fácil, pero seguiré hasta donde lo quiera Dios, levantado la bandera, levantando la voz (sin gritar) con argumentos, para defender sus Derechos Humanos y sus derechos laborales.

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