Flaco favor le hacen a la Patria los que están oponiéndose a que el sistema tributario costarricense tenga, vía ley y solamente para esos efectos tributarios, un registro de accionistas de las sociedades anónimas para conocer los nombres de los beneficiarios de las mismas.
El diputado Otto Guevara Guth, como vocero oficial en el seno del parlamento de la Unión de Cámaras y Asociaciones del Sector Privado (Uccaep), y este mismo gremio del alto corporativismo empresarial costarricense (que no es representativo de todo el empresariado nación), podrían estar cometiendo una especie de traición a la Patria, al bloquear la tramitación legislativa de la ley contra el fraude fiscal y el robo de impuestos porque esta contiene ese registro.
¿Qué esconden? ¿Cuál es la real y profunda naturaleza de los intereses que están defendiendo, pues es contundente ya que no son los de la Patria? ¿Cuáles son las conexiones de negocios, vía la figura jurídica actual de las sociedades anónimas, que tienen de manera directa y/o indirecta?…
Los señores diputados y las señoras diputadas deben estudiar, respetuosamente lo que planteamos, el comunicado de prensa que emitió en estos días, el Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD), titulado “Costa Rica debe de mejorar los controles sobre las sociedades anónimas y otras figuras jurídicas incluyendo la creación de un registro único y actualizado de accionistas”. “Sorprendentemente”, este especializado pronunciamiento no tuvo mayor eco mediático. Las razones para su práctica invisibilización parecen más que obvias.
Leemos y transcribimos para usted, esta contundente afirmación: “…La Evaluación Nacional de Riesgos elaborada por más de 40 instituciones del Estado Costarricense, sector privado y el Sistema Financiero Nacional, bajo la Coordinación de la Unidad de Inteligencia Financiera del ICD y la asistencia técnica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), identificó entre otros riesgos de lavado de dinero, la falta de establecer requisitos más exigentes para extranjeros y nacionales que crean estructuras societarias, también destacó los bajos controles sobre sociedades extranjeras y los apoderados especiales, así como la inexistencia de un registro único y actualizado de accionistas de sociedades, asociaciones y de las partes que involucran en figuras como los fideicomisos”.
¡Contundente! En Costa Rica, el dinero sucio y el dinero del narco se escudan bajo la figura jurídica actual de la sociedad anónima. Están felicísimos los narcotraficantes y agentes financieros del crimen organizado de la “ayudadita” que le están presentando los opositores a que la ley costarricense establezca ese registro de accionistas de las sociedades anónimas, asociaciones y fideicomisos. ¡Tomen nota, costarricenses honestos!
Pero vean que grave lo que plantea el ICD, ya no solamente en materia de dinero narco sino en cuenta al financiamiento al terrorismo: “En el caso específico del financiamiento al terrorismo la atención se centra sobre las organizaciones sin fines de lucro, incluyendo asociaciones y fundaciones; y, el mandato consiste en que este tipo de personas jurídicas deben estar debidamente registradas bajo el control de un ‘regulador natural’, el cual debe principalmente, supervisar y aplicar normas de transparencia sobre el origen y destino de los flujos financieros que estas organizaciones reciben, incluyendo el conocimiento de los miembros y beneficiarios finales, entre otras disposiciones de prevención del delito”.
O sea, seguir boicoteando, seguir “filibustereando” el establecimiento de la figura legal del registro de accionistas en las sociedades anónimas contenido en el proyecto contra el fraude fiscal, manda un mensaje a las entidades terroristas internacionales en el sentido de que utilizando el sistema financiero costarricense y con la actual legislación sobre sociedades anónimas, hay seguridad de que la plata vaya de un lado a otro, para financiar la comisión de ataques terroristas como el que ocurrió el año pasado en París, Francia.
Cuesta creer que a pesar de este gigantesco riesgo que actualmente presenta el sistema financiero costarricense, no se detenga la apostasía de la naturaleza del ser costarricense que las posiciones del mencionado diputado y del citado gremio empresarial que le acuerpa, están mostrando ante el bloqueo que están ejecutando, al impedir que, tributariamente hablando, Costa Rica tenga ese registro de accionistas.
Responsablemente, el ICD ha advertido que “El país debe luchar por emitir una imagen internacional de control efectivo sobre la creación y venta indiscriminada de sociedades de las cuales muchas esconden operaciones internacionales de juego y apuestas mientras que otras se utilizan como empresas fantasmas para abrir cuentas en el extranjero y movilizar millones de dólares…”.
¡Tiene razón el ICD al afirmar lo anterior! La imagen internacional del país es que el sistema financiero tico es una gigantesca lavadora de dinero del narcotráfico; estamos “coloreados” como paraíso fiscal en desarrollo; y de que el sistema tributario costarricense es como de “mentirillas”: pagan más, proporcionalmente hablando los que menos tienen pues el sistema es regresivo; y, por el contrario, dado que el mismo no es progresivo, los que tienen más, pagan menos: además, de que muchos de ellos de lo poco que pagan, se la pasan evadiendo, robando impuestos, eludiéndolos, lavando; y, todo gracias al estado jurídico actual de las sociedades anónimas. Continuaremos la semana próxima…