El IVM-CCSS y la defensoría

Albino Vargas Barrantes, Secretario General (ANEP)

Trate usted de comprender bien la magnitud de esta cantidad: 50 billones. ¡Difícil!, ¿verdad? Se escribe así: 50.000.000.000.000. El número 50 seguido de 12 ceros. También se puede decir 50 millones de millones. Hablamos de plata. De dinero en colones. Sin duda, es una cifra extraordinariamente grande, muy compleja para comprenderla, para asimilarla: 50 millones de millones de colones.

El ciudadano don Rodrigo Arias López, profesional experto en Matemática Actuarial, académico de la Universidad de Costa Rica (UCR) y quien ha sido profesor en la Escuela de Matemática, ha estado estudiando por mucho tiempo el problema de la sostenibilidad financiera del régimen de pensiones Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), administrado por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

Según su acendrado conocimiento en este campo de la Matemática Actuarial, al IVM-CCSS le hacen falta esos 50 billones de colones que deberían estar en sus reservas financieras en estos momentos, pero que no es así.

¿Por qué tan grande, enorme y de difícil comprensión para las mentes sencillas como las nuestras, esa cantidad de plata no está, en la actualidad, en las reservas financieras de este fondo de pensiones? ¡Es éste el corazón del problema!

Es cruel realidad socioeconómica comprobar que cuando la persona trabajadora se pensiona por el IMV-CCSS, se empobrece. Un altísimo porcentaje de las pensiones que este régimen otorga quedan por debajo del monto del salario mínimo y éste, como bien sabemos, en Costa Rica es un muy bajo confrontado con el alto costo de la vida.

El IVM-CCSS siempre fue conceptuado como un sistema de capitalización. Es decir, el aporte obrero, el patronal y el Estatal, al caer en un fondo común, se empezaron a capitalizar, a reproducirse los dineros depositados. Sin embargo, los sucesivos gobiernos y administraciones de las últimas, al menos durante las últimas 4 décadas, le empezaron a meter mano, a repartir la plata capitalizada; dictando resoluciones de política pública, ejecutiva y legislativa, para que, con los dineros acumulados en el IVM, se financiaran diversos programas, en el mejor de los casos. En otros casos, se manejaron los fondos de maneras inapropiadas, como malas inversiones que le acarrearon más pérdidas.

Con el paso del tiempo y con la acumulación de los desvíos de fondos y las malas decisiones de gestión, al IVM solamente le quedó una reserva de menos de 3 billones de colones cuando debió tener, repetimos, cerca de 50 billones. Es éste el fondo del problema; no es la edad para pensionarse. Por el contrario, subir la edad para pensionarse, es una medida facilona e injusta, socialmente hablando, para tratar de enmendar el gran error cometido a lo largo del tiempo con la plata IVM.

Con la guía experta e intelectual de don Rodrigo, la corriente sindical en la cual militamos se ha propuesto luchar porque la verdad del problema del IVM salga a la luz, que se puedan determinar las personas responsables del colapso y, desde luego, se puedan implementar alternativas de solución, aunque el grueso del daño ya está hecho. Estamos en el plano legal, dando la pelea correspondiente; pero, a la vez, apostamos a que la gente trabajadora dé su apoyo activo a esta causa, en el momento oportuno.

La directiva política de la Caja, una vez más, mediando un falso diálogo con sectores, impuso medidas más injustas para tratar de salvar al IVM: edad de retiro de 65 años para hombres y 63 años para mujeres; reducir el monto a recibir por la pensión en hasta un 15% de la actualidad; y, en el futuro cercano, no se descarta, aumentar la cotización obrera y poner a pagar a las personas pensionadas, seguro de enfermedad.

En tal marco de cosas, nos llena de satisfacción la posición de la Defensoría de los Habitantes de la República, en la persona de su titular, la señora Catalina Crespo Sancho, de interpelar a la Gerencia de Pensiones de la Caja al respecto de este tema; interpelación que podríamos resumir en una frase: el pueblo trabajador necesita saber toda la verdad sobre el colapso financiero del IVM.

La Defensoría, a la vez, critica el falso proceso de diálogo promovido por la directiva política de la Caja y del propio gobierno actual, cuando plantea las siguientes conclusiones de su interpelación:

Primera: El proceso de socialización que culmina con la audiencia pública de la reforma al Reglamento del IVM, le deja a la Defensoría un sin sabor de poca transparencia y de irrespeto al principio de participación ciudadana. Segunda: Las propuestas de reforma en análisis son una solución temporal e incompleta que solamente procrastina la solución para el futuro, cargando la responsabilidad de la sostenibilidad financiera del sistema en los actuales cotizantes y obviando que hay decisiones país que ni si quiera se discuten. Tercera: Las propuestas en análisis tienen debilidades desde el punto de vista de equidad y progresividad, razón por lo cual al Defensoría de los Habitantes no está acuerdo con su aprobación.

De alguna manera, el pronunciamiento de la Defensoría nos valida el camino de lucha que hemos decidido transitar en esto del Régimen IVM-CCSS. Nos negamos a cohonestar este otro ataque neoliberal contra los derechos de las personas trabajadoras asalariadas.

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