Empresauriado evasor y convenio “stand by” con el FMI

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Nuevamente emerge con fuerza el tema de la perversidad del sistema tributario costarricense, su profunda injusticia e inequidad, a propósito de la gestión emprendida por el señor diputado don José María Villalta Flórez-Estrada, quien emplazó al Ministerio de Hacienda para conocer la lista de las empresas catalogadas como Grandes Contribuyentes Nacionales y como Grandes Empresas Territoriales, las cuales declararon CERO IMPUESTOS en sus correspondientes Declaración de Utilidades, para los períodos fiscales 2018 y 2019. Solamente caben dos palabras para calificar la respuesta de dicha entidad ministerial: Escándalo e indignación.

Y, nuevamente, resalta la gran vitalidad política del concepto que hemos acuñado desde este lado de la acera, EMPRESAURIO (así, en mayúscula para resaltarle), y su relación profunda con la naturaleza regresiva del perverso sistema tributario nacional.

Recordemos parte de la definición nuestra de EMPRESAURIO: “Dícese de una persona empresaria (por lo general, del sexo masculino), sumamente adinerada, de negocios multimillonarios, con conexiones políticas al más alto nivel (a veces, son co-gobernantes, de facto), de dudosa reputación tributaria, declarante de “cero” ganancias y/o “pérdidas”. Evasor-elusor fiscal…” (https://anep.cr/empresaurios/)

Ahora que se nos está amenazando, como sociedad trabajadora, con la eventual suscripción de un convenio draconiano, “stand by”, con el Fondo Monetario Internacional (FMI), centrado en elevar el impuesto al valor agregado (IVA) y en congelamiento total (preludio de las rebajas salariales, crudas y duras), de los salarios públicos; se impone la imperiosa necesidad de una fuerte resistencia cívica de amplia base, misma que tendría abundantes argumentos para potenciar-obligar a que la clase política gobernante se vaya por otros caminos a fin de enfrentar la crisis fiscal del país que, por más grave que sea, no puede responsabilizarse de la misma al pueblo trabajador.

Al respecto, debemos confesar que las esperanzas son pocas. Sin embargo, ciudadanías activas y en fuerte movilización han puesto en jaque a gobiernos que, descaradamente como los nuestros de las últimas administraciones, ejecutan accionar estratégico en favor del alto corporativismo empresarial, mucho del cual tienen comportamientos de corte empresaurial ya, abiertamente, cínicos y descarados.

La más profunda indignación se apodera de nuestras conciencias al revisar la lista de los Grandes Contribuyentes Nacionales que, en su Declaración de Utilidades reportaron CERO IMPUESTOS en el período fiscal 2018, y encontrar en ella nombres de firmas corporativas de renombre, conocidas ampliamente en sus correspondientes mercados de negocios; e, imposibles de la menor pizca de credibilidad en cuanto a que no tuvieron ganancias como para declarar CERO IMPUESTOS.

Tanto tiempo abordando esta temática de la inenarrable perversidad de un sistema tributario, nos lleva a la contundente conclusión de que su naturaleza regresiva y fraudulenta, es la principal explicación de la profundidad del déficit fiscal que está ahogando al país en estos momentos y que lo tiene al borde de la quiebra y del default (imposibilidad de atender las obligaciones de la deuda pública); esto, por un lado.

Por el otro, una sofisticada red de corrupción, con base legal y/o sin ella, mediante la más vergonzosa colusión de los intereses privados con los públicos, permite que la defraudación fiscal-tributaria llegue a cinismos políticos tan descarados que ni la menor pizca de sonrojo asoma por los máximos niveles del Ministerio de Hacienda, del presente y de los anteriores gobiernos, como para decirle el país este es el abc del adecentamiento tributario que urge la maltrecha Democracia costarricense, en estos momentos históricos en que, pandemia incluida, la desigualdad y la exclusión socioeconómica hace daños de tal magnitud que podrían ser irreparables.

En el entretanto, el empresauriado anidado en los segmentos de Grandes Contribuyentes Nacionales y Grandes Empresas Territoriales, pueden seguir su “fiesta”.

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