Felicitamos a Monseñor Hugo Barrantes Ureña

La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), expresa públicamente su más sincera felicitación por la oportuna crítica social que manifestó la homilía pronunciada ayer, 2 de agosto, en Cartago, por Monseñor Hugo Barrantes Ureña, Arzobispo de San José, con ocasión de la festividad religiosa de la Virgen de los Ángeles, Patrona de Costa Rica.

Sin duda alguna, la máxima jerarquía de la Iglesia Católica ha tomado plena conciencia de que el abusivo proceso de concentración de la riqueza que vive nuestro país, es un peligroso sendero de desestabilización social y de deterioro del sistema democrático.

El oportuno señalamiento del Monseñor Hugo Barrantes, acerca del crecimiento de la desigualdad social en el país, coincide plenamente con nuestra apreciación de que el problema número uno de la Costa Rica actual es el sistemático, acelerado y abusivo proceso de concentración de la riqueza.

Lástima que el atinado llamado de atención del citado prelado, no puntualizara en el señalamiento directo de los responsables de la debacle social en desarrollo: la deshumanizante política económica dominante en los últimos 20 años, impulsada por lo que hoy en día llamamos la Alianza de Negocios Grupo PLUSC, que es lo que degeneró el sistema bipartidista tradicional. Sin embargo, esta insuficiencia en la homilía de Monseñor Barrantes Ureña, no demerita la potencia de su mensaje acerca de la creciente desigualdad social que nos agobia.

Con el TLC, tal desigualdad se ha de profundizar, dolorosamente. No se necesita de mucho estudio para darnos cuenta de que el TLC no resiste el más mínimo análisis a la luz del humanismo cristiano, bajo los conceptos éticos de solidaridad y de justicia que son intrínsecos al pensamiento cristiano.

Precisamente el TLC representa la culminación del proceso de implantación total en Costa Rica, del modelo económico neoliberal que la Alianza de Negocios Grupo PLUSC viene tratando de imponernos en los últimos años; con lo cual, los males señalados valientemente por Monseñor Hugo Barrantes Ureña en su homilía de este 2 de agosto, se habrán de profundizar completamente y casi de manera irreversible.

Albino Vargas Barrantes
Secretario General

Edgar Morales Quesada
Secretario General Adjunto

San José, 3 de agosto de 2005.

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