IVA, renta y las calificadoras de riesgo

Ha sido anunciado por el propio Gobierno, vía Ministerio de Hacienda, que en las próximas semanas el país será sometido a una especie de juicio financiero dada la visita al país de la inspectoría global del capital neoliberal, la “policía financiera” del planeta.

Hablamos de la tríada o de la troika que componen las calificadoras de riesgo de inversión, verdadero monopolio-oligopolio que cual Júpiter olímpico decide sobre la vida de millones de personas al calificar la conducta financiera de los países; sentenciándolos al ostracismo si no están cumpliendo con los mandatos fiscales que ordena la hegemonía dominante en el orbe, la de signo neoliberal y su parte más explícita, el capital financiero-bancario.

Esta tríada o troika, especie de protectora de crédito mundial, está integrada por las firmas Standard & Poors, Moody’s y Fitch Ratings cuyos personeros vendrán al país para ver si ya se aprobó, básicamente, el aumento del impuesto sobre las ventas, del 13 al 15 por ciento, transformándolo en impuesto al valor agregado (IVA).

Además, le harán un examen al país sobre el tema del déficit fiscal, valorarán si los recortes en el gasto son suficientes o se requieren más, qué se ha hecho en materia de fraude fiscal y mejora recaudatoria, analizarán si somos buenos y puntuales pagadores de la deuda pública y de sus intereses, preguntarán cómo va la lucha neoliberal contra el empleo público y contra los pluses salariales; y, tal vez, si tenemos “suerte”, preguntarán sobre la transformación del impuesto sobre la renta hacia algún nivel de progresividad.

Con posterioridad emitirán un fallo inapelable y toda la comunidad financiera internacional será informada de si Costa Rica se ha estado portando bien dentro de los parámetros que impone la hegemonía global del capital; y si no nos hemos estado portando bien, entonces recomendarán a los inversionistas extranjeros que tengan cuidado de traer su plata al país porque podría ser riesgoso y/o que nos pueden seguir prestando plata.

Si nos va bien con tal fallo, dirán que todavía hay seguridad financiera; y si su dictamen es que estamos mal o muy mal, nos podrían tirar al precipicio del descrédito como para que no vengan más inversionistas y/o no haya más empréstitos, o se le preste al país con intereses por encima de los de usura.

Ahora bien, lo que nos interesa destacar en este comentario es que esa tríada o troika policial-financiera global tiene muy mala fama, está muy desacreditada ante los ojos de gran cantidad de pueblos y de organizaciones globales que luchan por la justicia social y contra la desigualdad en países donde Standard & Poors, Moody’s y Fitch Ratings han emitido sus temidos criterios de calificación de riesgo de inversión.

Muchas denuncias y cuestionamientos abundan contra las tres, especialmente en internet pues en prensa tradicional, por lo general, a esta tríada se le rinde pleitesía y se les pone alfombra roja cuando visitan los países.

Uno de tales sitios es Infobae.com. Infobae es un diario digital argentino de actualidad y economía, de orientación conservadora (derecha), creado en 2002 por el empresario Daniel Hadad. Originalmente, era la edición online del diario Buenos Aires Económico (BAE) que Hadad había adquirido en ese mismo año. Así lo leímos en la enciclopedia digital Wikipedia.

Uno de sus comentaristas, Agustín D’Atellis, publicó en Infobae.com un artículo sobre esta tríada-troika, dándonos a conocer que con ocasión de la crisis financiera internacional del año 2008, cuando quebró el banco estadounidense Lehman Brothers, Standard & Poors fue acusada judicialmente y demandada por más de 5 mil millones de dólares “para dejar en evidencia la responsabilidad de estas empresas en la gestación de crisis y el negocio especulativo por detrás de sus comportamientos”.

El señor D’Atellis apunta que “…, frente a la quiebra de Lehman Brothers, mantuvieron la más alta de las calificaciones hasta último momento; calificaron a miles de productos estructurados en los años anteriores a 2008 con rangos de los más altos que pasaron a situación de default, en algunos casos, en menos de 48 horas; presentaron elevadas calificaciones para Enron hasta antes de conocerse el megafraude; entre otros ejemplos a lo largo de los últimos años.

Para los adoradores nacionales de las calificadoras de riesgo indicadas, muchos de los cuales se les prosternan ignominiosamente, deberían considerar muy seriamente el decir del indicado articulista que, repetimos, se da en una publicación libre de toda sospecha de izquierda. Transcribimos:

“Estas compañías dejaron en evidencia graves fallas metodológicas, así como también importantes conflictos de intereses y grandes anomalías en el sistema encargado de regularlas. Las metodologías que utilizan, basada en análisis estrictamente financiero, y con sistemas rígidos y enlatados, para los productos financieros, y bajo la óptica de modelos neoclásicos para el caso del análisis de deuda soberana, fracasaron sistemáticamente según lo refleja la propia evidencia empírica. Los conflictos de intereses que enfrentan tienen que ver con que los clientes a quienes califican son quienes los contratan para esto, en un mercado cuasi monopólico, que claramente no puede librarse a un mecanismo de autorregulación. Además de servicios adicionales que estas empresas brindan a sus clientes, y de que algunos de sus accionistas son reconocidas firmas de administración de inversiones”.

En el artículo que venimos comentando se señaló, además, lo siguiente: “A partir de la crisis surgieron muchos debates en diferentes foros de discusión internacionales en torno a este mercado, y la necesidad de su estricta regulación, pero no logran prosperar, ya que son muy fuertes los intereses económicos que estas compañías representan”.

Lastimosamente, parece que no tendremos escapatoria en cuanto a los criterios que han de emitir las calificadoras de riesgo sobre el estado actual y futuro de las finanzas públicas costarricenses; pese a que esta tríada carece de objetividad, muestra muchos conflictos de intereses internos, muestra un comportamiento oligopólico-monopólico con características de cártel, tiene bastantes cuestionamientos ético-morales y hasta ha tenido que enfrentar controversias judiciales.

Esta dictadura de las calificadoras de riesgo, todas gringas, al acumular tanta cantidad de cuestionamientos generaron, en su momento, el mismísimo enojo de sus amigos ideológicos de la Unión Europea (UE). El entonces presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, con ocasión del nefasto papel de esta tríada con el estallido de la crisis financiera internacional del 2008, se dejó decir lo siguiente en una extensa entrevista publicada… en el diario francés Libération esto: “Lo más oportuno ahora es no continuar con el oligopolio de las tres”. Trichet recordó que las agencias de calificación no solo actúan mucho más tarde de que los eventos ocurren, sino que además suelen “amplificar” los vaivenes de los mercados, lo que se contradice con la estabilidad financiera que se requiere en períodos de grandes turbulencias. Esta entrevista data de julio del 2010.

Seremos financiera-fiscalmente auditados como país por esas agencias calificadoras de riesgo que emiten altísimo riesgo con sus criterios, bastante controversiales y cuya ética política es muy deficitaria.

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