Lanzan cortinas de humo para no aprobar las leyes fiscales contra el robo de impuestos

Queremos felicitar a los compañeros(as) hacendarios que se sumaron a la gran manifestación del 27 de julio, dando su apoyo y manifestando su repudio a la campaña mediática de agresión que se ha orquestado injustamente contra los empleados públicos, señalándonos como los responsables del alto déficit fiscal por percibir jugosos salarios y gozar de prebendas como los pluses salariales. Confunden y engañan a la ciudadanía, al no aclarar que si se dan abusos salariales, es muy probable que éstos se concentren en los 1.600 funcionarios, que registra el Ministerio de Hacienda, con salarios de ¢ 5 millones a ¢35 millones. Le mienten al pueblo costarricense al no decirle que el grueso de los empleados públicos ganamos salarios modestos, que la mayoría de trabajadores estatales se encuentran altamente endeudados, que traemos almuerzo para economizar gastos, que cotizamos para el régimen de pensiones de la Caja del Seguro Social y que luego de trabajar durante 35 años o más, nos podemos jubilar con una raquítica pensión e incluso ya se están dando muchos casos de compañeros(as) que teniendo la edad para pensionarse, no lo hacen, porque con el monto de pensión que les toca no pueden afrontar sus gastos y tener una vejez decorosa.

Esta campaña de ataques y amenazas, que trata de polarizar a la clase trabajadora costarricense, fomentando el odio entre empleados privados contra empleados públicos, además, promovida con la intención de crear división entre los mismos trabajadores del Estado, en parte proviene de algunos diputados de la Asamblea Legislativa, que actualmente ganan aproximadamente ¢ 3.600.000, aparte de las remuneraciones por concepto de dietas, gastos de representación y 500 litros de combustibles. Estos diputados(as) hasta hace poco tenían aumentos salariales semestrales de un 5 % o sea un 10 % anual, por lo que ante esta desvergonzada situación salarial, el ex diputado José María Villalta, había presentado un proyecto de ley, que creó conciencia en muchos diputados (as), lográndose modificar la ley para que los aumentos fueran de acuerdo al costo de vida y con un tope de un 10 % cuando la inflación anual resultara mayor a ese porcentaje.

En relación con los 500 litros de combustible por mes, que se les proporciona como “ ayuda técnica “, algunos ( as ) diputados han manifestado que pueden usarlos en lo que quieran, porque es parte de su salario y los reparten entre sus allegados, familiares, asesores etc. La Asamblea Legislativa para las giras que hacen los diputados, cuenta con una flotilla de vehículos 4 × 4, sin embargo, una cantidad muy importante del combustible que se les asigna, no se utiliza en dichos vehículos de trabajo, sino que por el contrario, va a parar a los vehículos de uso personal y que son propiedad de los diputados (as). También nuestros representantes en la Asamblea Legislativa, utilizan este combustible para comprar accesorios para sus vehículos, para cambios de aceite, lavado y encerado y hasta para la compra de llantas.

Qué lástima que algunos diputados que vociferan contra los empleados estatales y que le mienten a la ciudadanía diciéndole que percibimos salarios de lujo, no denuncian y renuncian a estos abusos de los recursos públicos, como por ejemplo, el Sr. Otto Guevara el eterno candidato del Movimiento Libertario, que en las elecciones nacionales realiza doble postulación a presidente y a diputado (cuidado pierde), donde también su padre y su hermano fueron también diputados y este último participa actualmente por una Alcaldía. Que se manifieste el Sr. Otto Guevara y los otros diputados que lideran esta injusta campaña contra los empleados públicos, por las altísimas pensiones que reciben un grupo muy reducido de privilegiados (as), con dineros del Presupuesto Nacional y las cuales cada año son reajustadas en un 30%. Que se expresen con respecto al robo descarado de impuestos y las medidas fiscales que ha planteado el Gobierno y que ellos(as) por todas las formas han boicoteado y no quieren aprobar.

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