Albino Vargas Barrantes
Secretario General de la ANEP
El pueblo trabajador, la sociedad honesta, el micro-pequeño y mediano empresariado, la clase trabajadora asalariada a la cual le rebajan puntualmente el impuesto de la renta cuando procede, la ama de casa que paga inexorablemente el impuesto sobre las ventas en la caja registradora del supermercado, etc., etc.; muestran un enojo y una iracundia más que furiosa ante lo que representa el más grande escándalo de la historia tributaria del país: la revelación de la lista de “grandes contribuyentes” que en los últimos años han venido declarando cero ganancias y/o pérdidas.
La señora Patricia Castillo Vargas, Directora a cargo de la Dirección de Grandes Contribuyentes Nacionales, dependencia de la Dirección General de Tributación del Ministerio de Hacienda, mediante su oficio NO. DGCN-521-2018, fechado 3 de diciembre de 2018 (el mismo día en que, truculentamente, la coalición parlamentaria gobiernista PLUSC-PAC imponía, a golpe de tambor y a trompada de loco el segundo debate al odiado proyecto de ley combo fiscal), le entrega al señor Jorge Eduardo Vizcaíno y a la señora Lía Sánchez Agüero, “…la lista de los grandes contribuyentes nacionales que cumplen la condición de haber autoliquidado impuesto 0 en el impuesto sobre las utilidades, al menos en uno de los períodos fiscales que cubre el lapso de 10 años, sea del 2018 al 2017 el último período fiscal reportado”.
Como ya es de amplio conocimiento público, don Jorge y doña Lía forman parte del grupo cívico Territorios Seguros, artífices del recurso de amparo interpuesto ante la Sala Constitucional por medio del cual la ciudadanía (en medio de, repetimos, gran estupor, enojo, indignación y furia iracunda), se enteró del nombre de un importante número de empresas y grandes corporaciones, todas prestigiosas en su mundo de los altos negocios, que han venido declarando cero ganancias y/o pérdidas.
Enorme cantidad de interrogantes, inquietudes, conclusiones surgen a partir de que esta primera “lista de la vergüenza tributaria 2018” se ha hecho pública.
Decimos primera porque hay más listas por conocer. Valga aclararles que la denominación “lista de la vergüenza tributaria 2018”, es de un estimado amigo de nuestras causas, a quien respetamos mucho.
Para empezar (aunque, en realidad no sabemos por dónde empezar), en el plano de las interrogantes, conviene emplazar a los diferentes responsables de ese período de vergüenza tributaria, sea del 2008 al 2017.
Al primero que hay que llamar a cuentas es a don Carlos Vargas Durán, actual Director General de Tributación. Ingresó a ese cargo en abril de 2012 y se mantiene hasta la fecha. Es decir, él vendría a ser el responsable directo de este desastre tributario (para decirlo de manera elegante), en la mitad del período en cuestión, 2008-2017. Muchísimo debe explicar este señor quien antes de ostentar tal cargo, ya ajustaba 14 años de labores para el Ministerio de Hacienda.
Cuando asumió la Dirección General de Tributación, don Carlos Vargas Durán hizo una declaración de prensa afirmando lo siguiente: “Entre sus objetivos se encuentran mantener una lucha frontal contra la evasión, incrementar las acciones de la Dirección General de Tributación para mejorar la recaudación y ejercer los controles necesarios para mejorar el cumplimiento de las obligaciones tributarias”.
Luego agregó: “Asumir la responsabilidad de dirigir la Dirección General de Tributación es un reto en cualquier momento y más aún, cuando el país requiere de esfuerzos extraordinarios para combatir la evasión y aumentar los ingresos que el Gobierno necesita para sacar adelante los programas más apremiantes para la población. Agradezco el voto de confianza que la señora Presidenta y don Luis Liberman han depositado en mí y confío plenamente en que, con el apoyo del recurso humano con que cuenta Tributación, afrontaremos la tarea de llevar adelante la recaudación adecuada de los impuestos existentes y combatir sin tregua la evasión”, manifestó el nuevo director.
Note usted el nombre de las dos autoridades políticas que le designaron para ese alto cargo tributario. También note usted en el contenido de sus declaraciones y los datos que está arrojando el “listado de la vergüenza tributaria 2018”.
Preguntamos: ¿verdad que don Carlos debe responder una enorme cantidad de interrogantes? ¿Verdad que él debería ser separado de su cargo para abrir una profunda investigación política-ciudadana de todo este relajo? ¿Verdad que es bueno preguntarse para qué lado estaba mirando don Carlos cuando estas megacorporaciones declaraban cero ganancias y pérdidas en los años en que él ha estado frente a la tributación del país?…
Vemos ahora quién estaba en esa delicada función antes de don Carlos Vargas Durán. Se trata de don Francisco Villalobos Brenes. Hoy labora para la empresa contable de auditoría Deloite la cual le presenta así: “Abogado y Notario. Cuenta con una amplia experiencia en materia tributaria siendo su más reconocida faceta su paso por la DGT donde marcó un antes y un después en la gestión tributaria en Costa Rica. Fue director de la Cátedra de Impuestos de la Facultad de Derecho de la UCR y fue gerente para impuesto de Intel para América Latina. Actualmente es asesor de importantes empresas nacionales y multinacionales, miembro de la Comisión Fiscal de la Unión de Cámaras y Asesor Fiscal de la Cámara de Industrias. Litiga en materia tributaria y es un reconocido expositor en foros nacionales e internacionales”.
Dice Deloite que don Francisco Villalobos Brenes, como Director General de Tributación, marcó “…un antes y un después en la gestión tributaria en Costa Rica”. Hay que preguntarse en qué consistía ese “antes” y que es lo que quedó “después” …
Como se recordará, paradojas de paradojas de la vida, don Francisco tuvo que abandonar ese cargo cuando se hizo público que él mismo estaba moroso con la Tributación, por la cantidad de 1 millón 800 mil colones dejados de pagar por concepto de impuesto sobre la renta.
¡No lo dude! Don Francisco Villalobos Brenes, también, le puede contar mucho a la ciudadanía y a la sociedad acerca de su paso por la Dirección General de Tributación (DGT).
Antes de él, otro don Francisco estuvo a cargo de la DGT: don Francisco Fonseca Montero.
¡Qué va! Incluyendo al actual, los señores que han tenido responsabilidad como máximas autoridades políticas de la DGT en los últimos tiempos, especialmente en el período analizado en el “informe de la vergüenza tributaria 2018” están en deuda con la sociedad y ésta, bien organizada, debe exigir cuentas y no permitir impunidad alguna en este caso: el robo de impuestos, con ropaje legal o sin él, es un crimen contra toda la sociedad.