Quienes estuvimos intensa y sumamente inmersos en el proceso del “No al TLC”, tenemos muy fresco en nuestras mentes dos destacados aspectos del mismo que, de un modo u otro, incidieron en su resultado final.
Por un lado, la gigantesca irresponsabilidad manipuladora, en total impunidad, de varias de las más “connotadas” firmas encuestadoras (especialmente, la preferida por el más relevante latifundio mediático de la oligarquía neoliberal-financiera). Por otro, la actitud parcializada y cómplice del magistrado Sobrado, del tribunal electoral nacional (el que todavía sigue presidiendo) a favor del “Sí” y, por ende, del gobierno de Oscar Arias.
Especialmente, “notoria” fue la ausencia de acción de Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), para actuar con la ley en la mano contra los autores del “Memorandum del Miedo”, el entonces Vicepresidente Kevin Casas y el sobrino del Presidente Arias, diputado en ese momento, señor Fernando Sánchez (hoy todavía embajador de Costa Rica en el Estado Vaticano).
Viene a nuestra mente este nefasto precedente en contra de la libre expresión democrática del voto, producto del secuestro mental de miles de mentes obreras en los cerrados, por ejemplo, grandes centros fabriles; con la situación que se está presentando en estos momentos, a partir de la ofensiva, también de corte antidemocrático, en igual sentido: secuestrar mentes y avasallar conciencias para impedirles la libre expresión democrática del voto, a propósito del proceso electoral en desarrollo que culminaría el domingo 2 de febrero (porque puede haber segunda ronda).
No se trata de salir en defensa de una determinada elección presidencial ni, particularmente, de la que está siendo afectada directamente por una nueva versión de la “campaña del miedo”.
De lo que se trata es de que no es posible tolerar que el TSE no asuma posiciones más contundentes y drásticas en este caso, como lo sería actuar ya, con la ley electoral en la mano que le da lo suficiente para abrir un proceso, y acusar penalmente, antes del domingo 2 de febrero, al líder de ese grupo corporativo-empresarial de corte conspirativo e ilegal, el señor Tomás Dueñas. Este señor está a la cabeza de tales acciones empresariales en contra de la libertad de conciencia a la hora de emitir el voto. Y esto bien podría conceptuarse como una especie de fraude electoral.
Porque la verdad sea dicha. Existen muchas formas de materializar un fraude electoral y la coacción, la intimidación, la mentira, la infamia, la amenaza y el miedo (factores claves para que el “Sí” se impusiera en el “frauduréndum” del 7 de octubre de 2007), también son mecanismos para la gestación y eventual materialización de un fraude.
Particularmente pensamos que hubiera sido mejor que el señor Sobrado se hubiera largado del TSE luego de su bochornosa y parcializada actuación en el caso del “frauduréndum” del TLC. Ahora reafirmamos que sigue siendo factor de gran preocupación que él esté en ese cargo, en estos intensos momentos de agresión psicológico-emocional y psicosocial-cívica que ya están sufriendo miles de votantes de la clase trabajadora asalariada, a quienes vilmente se les está mintiendo y coaccionando. ¡Igualitico que en la campaña del TLC con Estados Unidos! Si lo que se quiere es un escenario altamente polarizado y conflictuado, entonces habrá que dar el paso adelante con la intensidad requerida.