Pronunciamiento sobre la reforma al Reglamento de la Asamblea Legislativa

La reforma al Reglamento Legislativo pretende resucitar al alicaído bipartidismo tradicional, para pasar “su” TLC

1- La actual composición partidaria de la Asamblea Legislativa, muy distinta a la surgida con el resultado electoral del 2002, es un retrato de la transformación política que viene ocurriendo en el seno de nuestra sociedad. La mayoría formal de escaños que representan al destartalado PLUSC, ya no es una mayoría política real de cara a la ciudadanía.

2- El alicaído y casi extinguido sistema bipartidista PLUSC, golpeado hasta la médula por los escándalos de corrupción más impactantes de la historia nacional; desesperadamente necesita de un proyecto de resucitación para intentar revertir el sistemático proceso de deterioro de su legitimidad ciudadana.

3- Ese proyecto no es otro que el denominado tratado de “libre” comercio (TLC), para lo cual el hoy desprestigiado PLUSC, en forma desesperada, necesita domeñar a la Asamblea Legislativa a su vieja usanza: pactando entre bambalinas, anulando la disidencia, amarrando más las docilidades y anulando las individualidades intelectuales sobresalientes y que dejan al desnudo la sostenida degeneración filosófica, ética y política que le caracteriza.

4- Resulta inexplicable que la fracción parlamentaria de un colectivo como el Partido Acción Ciudadana (PAC), se preste a semejante juego, sabedor de que su importante inserción en la política nacional fue producto de la adhesión de amplios sectores de las capas medidas de la población, decepcionados y estafados políticamente hablando, por ese sistema bipartidista PLUSC.

5- Para importantes agrupaciones cívicas de los Sectores Sociales costarricenses, como las que suscribimos este pronunciamiento, es más que claro que hoy se pretende instaurar una dictadura reglamentaria en el parlamento costarricense; para allanar el camino al denominado tratado de “libre” comercio (TLC), con los Estados Unidos de América. El tal TLC ni es tratado, es anexión; ni es libre, es imposición; ni es de comercio, sino de transformación estructural de la vida institucional costarricense, tal y como la hemos conocido hasta hoy.

6- Una cosa muy distinta puede ser la aplicación insana y malintencionada de un uso abusivo del actual reglamento legislativo (como lo hace el Movimiento Libertario), ó con propósitos ocultos para salvaguardar intereses de cuestionable procedencia; pero muy distinto es la circunstancia de que, necesariamente, proyectos estratégicos para la futura vida del país, se definan castrando la esencia del debate, minando la naturaleza misma del parlamento como instancia de un supuesto alto vuelo deliberativo; y lo que es más grave aún, buscar la concreción de leyes que no tienen una base de sustentación política desde una perspectiva ciudadana, porque esa base está minada a partir del comportamiento partidario tradicional, profundamente alejado del sentir de la gente.

7- Además, el asunto de la supuesta “parálisis” legislativa no es un problema de tipo reglamentario, dado que es un asunto eminentemente político. Si no hay un liderazgo claro, un liderazgo de respeto; si la componenda sustituyó a la transparencia; si no hay una visión de país de relativo conjunto y con consenso de peso; es imposible conseguir acuerdos de sólida base y de real legitimidad. Este vacío es lo que pretende resolver la tal reforma reglamentaria, una decisión profundamente incorrecta.

8- Es imposible concebir la autoritaria reforma reglamentaria que se discute en la Asamblea Legislativa, sin dejar de pensar en el objetivo estratégico del agonizante bipartidismo PLUSC por “su” TLC. Es imposible concebir esa reforma, sin negar que ese bipartidismo quiere prolongarse en el plano formal de la política, porque en el real, su descalificación está más que demostrada.

9- Las oportunidades de negocios al amparo del TLC que defiende el bipartidismo tradicional, son tan atractivas que no importa el atropellamiento de la democracia y la instauración del reglamentarismo déspota, para aplastar a aquella disidencia legislativa honesta que se ha comprometido con los más altos valores del verdadero patriotismo.

10- Con toda vehemencia, llamamos a los honorables señores diputados y a las honorables señoras diputadas, a derrotar dicha pretensión autoritaria; particularmente, a los legisladores independientes y a quienes integran la bancada del Partido Acción Ciudadana (PAC), para que comprendan que los enormes desafíos de participación ciudadana que dan base a su origen partidario, están en juego con esta autoritaria reforma reglamentaria para la resucitación del viejo esquema bipartidista PLUSC.

11- Particularmente, esa es la reforma reglamentaria que ocupa Oscar Arias Sánchez y el grupo oligárquico que él representa, para la instauración del gobierno imperial con el que tanto sueña. Nos cuesta creer que el proceso de domesticamiento del parlamento costarricense, tenga una tendencia a su profundización; si juzgamos por la actitud que asumió el denominado Primer Poder de la República, cuando cinco magistrados por él designados, le anularon su voluntad soberana en el caso de la reelección presidencial, pisoteando nuestra Constitución Política.

12- Nos quedamos estupefactos ante la vergonzosa parálisis de la Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica, frente a semejante descalificación y anulación de su poder soberano. Hoy, pareciera que estamos a punto de presenciar el segundo acto de minimización política de nuestro parlamento, para sujetarlo a ciertas ambiciones políticas personales, en nombre de reducidísimos círculos de poder económico. La reforma reglamentaria pretendida busca únicamente eso: una minimización de la confrontación de ideas y de la construcción de sólidos consensos, para dar paso a soluciones facilistas que no resuelven el conflicto social en que estamos inmersos.

13- Hacemos un llamado a todas las organizaciones sociales de la más diversa naturaleza; a toda la ciudadanía de bien a movilizarse hacia la Asamblea Legislativa para detener semejante adefesio, no solamente jurídico, sino profundamente político para perpetuar un estado de cosas que, probado está, ya no funciona más. El referéndum de la calle, en esta caso, es urgentísimo y necesario.

Albino Vargas Barrantes
Secretario General
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados
ANEP

Fabio Chaves Castro
Presidente
Asociación Sindical de Empleados del Instituto Costarricense de Electricidad
ASDEICE

San José, 31 de enero de 2005.

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