¡Qué monstruosidad!: que la vejez sea considera una enfermedad

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Expresamos nuestro público reconocimiento al Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR), por alertarnos acerca de lo que en nuestro criterio debe ser catalogado como una monstruosidad, y planteado por una entidad internacional que, presuntamente, está dedicada a procurar el bienestar de salud de la población del planeta, de la Humanidad: la Organización Mundial de la Salud (OMS, por sus siglas en español).

El Consejo Universitario de la UCR, denuncia que esta entidad, parte fundamental del sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “…ha manifestado su intención de incorporar a la vejez en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), undécima edición, la cual deberá publicarse en enero de 2022”. Así lo expresa el punto No. 8 del Considerando del Comunicado R-234-2021, fechado 24 de agosto de 2021, dado a conocer por la respetada y prestigiosa UCR y su Consejo Universitario.

Según datos de la UCR consignados en el documento en mención, Costa Rica tendrá, en menos de 30 años (2050), un 21% de su población total compuesta por personas mayores de 65 años; lo cual, demandará 5.9 millones de consultas médicas y 2 millones de urgencias por parte de las personas adultas mayores para ese entonces.

Contrario a la monstruosidad pretendida por la OMS, la UCR nos indica esta vital consideración: “La edad constituye un factor de riesgo para la mayoría de las enfermedades y debe ser tomada siempre en consideración. Cabe acotar que, aún cuando no se puede modificar esta condición humana (edad), con una adecuada promoción de la salud y las medidas preventivas pertinentes se logra un envejecimiento saludable”.

Es imposible no tomar en cuenta que el perverso rumbo actual de la globalización neoliberal, excluyente y criminal, tiene que estar detrás de esta monstruosidad pretendida por la OMS. Dado que estamos viviendo la etapa más crítica de la historia de la Humanidad en cuanto a la concentración de la riqueza, por un lado; y, por otro, el riesgo más grave jamás vivido en cuanto a la existencia del mismo planeta (cambio climático, por ejemplo); nada raro sería que algunas mentes científicas estén pensando en que tanta gente adulta mayor es un “problema” para la convivencia humana en tan crítico escenario.

Nos hacer ver la UCR que la propia Asamblea General de las Naciones Unidas, la ONU, mediante su Resolución No. 66/127, estableció el día 15 de junio como Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez.

También, esta alta casa de estudios superiores costarricense, resalta la existencia de la Convención Interamericana de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, misma que data desde el año 2015; pretendiendo este importante instrumento del Derecho Internacional, dándole gran preponderancia a la promoción, aseguramiento y protección de “los derechos humanos y libertades fundamentales de la persona adulta mayor para lograr un envejecimiento saludable, activo y digno, contribuyendo de esta manera a su integración, inclusión y participación plena en la sociedad.”

Considerar que la persona adulta mayor por llegar a la edad que le da tal categoría, ya es una persona enferma, es una aberración que es imposible aceptar y, por tanto, todas las personas luchadoras sociales, especialmente las que se inspiran en los Derechos Humanos, debemos ya no solamente rechazar enfáticamente la monstruosa pretensión de la OMS, sino luchar para evitar que la misma se concrete. Por esta vía, hacemos un llamado en tal sentido.

Por otra parte, no tenemos conocimiento de que este delicado asunto esté ocupando la atención del actual Gobierno de la República, en los diferentes niveles de política pública que tienen relación con la situación integral de las personas adultas mayores; gran parte de las cuales y dada la precariedad del mayor sistema jubilatorio del país, el de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), cuestionadamente administrado por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), han mermado su calidad de vida pues la pensión que reciben está muy alejada del salario que percibían en su vida laboral activa. Bien sabemos que pensionarse por IVM-CCSS es empobrecerse.

En tal caso, debe haber un fuerte emplazamiento público al actual Poder Ejecutivo pues sus jerarcas todavía estarán al mando del país para enero de 2022, fecha en la cual la OMS pretende que la vejez ingrese en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE).

De la misma forma, la misma Asamblea Legislativa del país debe pronunciarse al respecto y desde esta columna, exhortamos a las diputaciones que la integran a interesarse en el tema.

Debemos expresar nuestro reconocimiento y agradecimiento al Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR); pues este pronunciamiento-denuncia, como indica el mismo, hace gran honor su Estatuto Orgánico, el cual en su artículo 3 estableció: “La Universidad de Costa Rica debe contribuir con las transformaciones que la sociedad necesita para el logro del bien común, mediante una política dirigida a la consecución de una justicia social, de equidad, del desarrollo integral, de la libertad plena y de la total independencia de nuestro pueblo”.

En nuestro caso y desde la corriente sindical en la cual militamos, procederemos a gestionar lo que nos compete, ya no solamente desde la perspectiva de los Derechos Humanos; sino porque, recientemente, un grupo de personas trabajadoras pensionadas de IVM-CCSS, han decidido agruparse para defender sus derechos. Ahora esta malsana y monstruosa pretensión de la OMS, es un poderoso estímulo para potenciar más su organización.

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