¿Trump? ¿Clinton?… El mensaje del papa Francisco (Parte 1)

Todas las izquierdas están conmocionadas por la elección del señor Trump como presidente de los Estados Unidos. Tenemos la gran incógnita de qué habrían dicho todas esas izquierdas si hubiera ganado la señora Clinton (por cierto que si los gringos tuvieran un sistema electoral parecido al nuestro, ella habría sido la ganadora pues obtuvo más votos populares que su oponente).

Por otra parte, casi todas las derechas, incluso las de corte neoliberal, también están conmocionadas por la elección del Sr. Trump. Decimos casi todas porque las derechas extremistas, supremacistas blancas, xenofóbicas, homofóbicas, ultranacionalistas, proteccionistas, aislacionistas, anti-inmigrantes, islamófobicas, negacionistas del deterioro ecológico-ambiental y de los riesgos del cambio climático, extractivistas fundamentalistas…, están más que felices.

En varios círculos de la izquierda latinoamericana (la progresista y la estudiosa), se está hablando ya del surgimiento de la “Internacional Populista” y con Trump a la cabeza se están articulando el Partido de la Libertad de Austria, el Partido por la Libertad de Holanda, el UKIP británico (clave en el brexit), el Fidesz de Hungría, Ley y Justicia de Polonia, el Frente Nacional de Francia, el Partido Popular de Dinamarca, el Partido del Progreso en Noruega, y el partido Alternativa para Alemania.

Así se lo leímos al prestigioso intelectual economista y académico de origen peruano, Óscar Ugarteche, en su artículo “¿Qué significa Trump?”.

En tal escenario y a nuestro modesto modo de intentar comprender tanta confusión, lo que está emergiendo es un grito obrero, laboral, social y popular, por parte de las mayorías planetarias, de que el rumbo de la globalización neoliberal está conduciendo a la humanidad a vivir episodios de autodestrucción en los más diversos órdenes, destacando el del crecimiento de las desigualdades que amenazan la misma institucionalidad civilizada en sus contenidos mínimos y racionales.

Por otra parte, se nos ocurre que los sistemas políticos tradicionales, los que se sostienen con base en hegemonías procedentes del lado del capital, están siendo obligados a acudir a las más bajas artimañas para autopreservarse, cuando se hace evidente que la gente de a pie está brava, está harta, está completamente desengañada, está enojada por tanta estafa política, está angustiada ya no por el mañana sino por el vivir el hoy; le aterra la pérdida del empleo, la inseguridad del vivir, la sumisión en el hambre, la miseria y la pobreza, etc. …Y entonces aparece el “mesías” arando en el terreno del miedo, del enojo, de la misiera y del dolor cosechando votos.

Pero parece ser que este dramático reclamo hace tiempo dejó de ser escuchado por los partidos de la tradicional socialdemocracia europea, sin hablar de lo que les pasó a las izquierdas “ideológicas” del viejo continente; escenario sumamente complicado de explicar cuando uno lo pega con la circunstancia de reversión de los gobiernos progresistas latinoamericanos que estaban impulsando políticas públicas de hondo contenido social precisamente para atender las diversas expresiones de este dramático reclamo.

Ante toda esta confusión, ante las incógnitas planteadas y por ahora sin respuesta, nada más alentador que las palabras, las frases, los conceptos y las recomendaciones del mensaje del papa Francisco, en su alocución dirigida a los y a las participantes en la tercera edición del Encuentro Mundial de Movimientos Populares, discurso pronunciado por él recientemente y todavía sin conocerse el resultado del desastre electoral estadounidense.

Recordemos que fue en Roma, Italia, en el 2014 donde tuvo lugar la primera reunión de este tipo de encuentro; y el segundo, en el 2015, tuvo lugar en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.

La matriz mediática global que dicta qué es noticia y qué no lo es ha silenciado para la opinión pública estos célebres acontecimientos. Los detentadores del real poder, planetaria y nacionalmente hablando, consideran “subversivas” y hasta “comunistas” las palabras papales que el pastor Francisco emite con ocasión de estos eventos.

Desde nuestra perspectiva sociopolítica y sindical vemos el mensaje papal como una serie de reflexiones para alertarnos y llamarnos a movernos con relación al actual rumbo destructivo que le han impuesto a nuestro planeta; valiosas reflexiones emitidas por una autoridad moral incuestionable y más allá de su cargo de jefe de una de las iglesias universales con mayores seguidores en el orbe; especialmente porque esas reflexiones tienen un profundo contenido con base en el pensamiento que nos dejó Cristo Jesús y, por tanto, trascendentes a los límites institucionales del catolicismo.

¿Trump? ¿Clinton?… No nos desgastemos en ello. Veamos lo que nos dice el papa Francisco: “¿Quién gobierna entonces? El dinero. ¿Cómo gobierna? Con el látigo del miedo, de la inequidad, de la violencia económica, social, cultural y militar que engendra más y más violencia en una espiral descendente que parece no acabar jamás. ¡Cuánto dolor y cuánto miedo!”. La próxima semana volveremos con el tema.

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