…sobre este mismo tema, el robo de impuestos, afirmando lo mismo que nosotros al respecto: hablamos de un crimen social.
Efectivamente, nosotros reconocemos avances en la gestión tributaria del cobro de impuestos pues en el Ministerio de Hacienda trabaja un personal administrativo, técnico y profesional de altos quilates, con plena conciencia de la estratégica tarea que tienen en sus manos en pro del bien común.
Estamos claros de que la propensión de malos ciudadanos a no cumplir con sus responsabilidades tributarias para con la sociedad, siempre estará presente. Lo que pasa, reiteramos, es que no son las clases trabajadoras asalariadas y no asalariadas las que dejan de pagar de impuestos. Por lo general, son los sectores poderosos, con influencias políticas y económicas, quienes ejecutan el robo de impuestos
El señor Ministro de Hacienda nos “invita” a participar en una, dice él, “discusión nacional responsable” en este tema de los impuestos. Lo que pasa, don Édgar, es que su Gobierno no toma en serio planteamientos responsables cuando son formulados desde los sectores sociales. Figúrese usted que en el caso de la organización sindical para la cual laboramos, dos veces hemos acudido por escrito al despacho presidencial presentando nuestras ideas al respecto y ni siquiera se nos ha dado un acuse de recibo de las dos cartas que hemos entregado. Comprenderá usted que eso de “discusión nacional responsable” suena muy bonito pero hasta ahí. No obstante, nos sentimos listos aunque sea para intercambiar ideas al respecto.
La oposición rotunda que hicimos (como muchos otros sectores de diversa procedencia), contra el mal llamado proyecto de “Ley de Solidaridad Tributaria” es porque el mismo, en nuestro criterio, debió partirse en dos; es decir, debió tramitarse primero los elementos de carácter progresivo que tal proyecto contenía, para poderle mandar un mensaje a la población de que, por primera vez en un montón de años, un paquete de impuestos iría destinado a que “los de arriba” pagaran lo que deben pagar y para que dejaran de robar impuestos. Como dice la expresión popular, “se pasearon” en lo que pudo haber sido una buena ley, al meterle lo del impuesto al valor agregado (IVA), si se quiere, el más regresivo de los tributos posibles en una sociedad.
Y es que, señor Ministro de Hacienda, en estos de los impuestos reaccionamos muy a la defensiva considerando la fiesta financiera en que unos pocos sectores del país viven con relación a las grandes mayorías ciudadanas acongojadas por la estrechez económica, el deterioro salarial y la amenaza de perder el empleo y/o de reducciones salariales. Por ejemplo, se acaba de dar a conocer que los banqueros nacionales tuvieron utilidades, durante el primer semestre de este año 2012, de un 32% más con relación al mismo período del año anterior.
Prácticamente, el negocio bancario les dejó los bolsillos atiborrados de plata: unos 100 mil millones de colones, un medio punto de Producto Interno Bruto (PIB). Señor Ministro, puede usted decirnos con cuánto contribuyeron por renta estos banqueros, porque nosotros sí le podemos decir que doña Leticia Umaña Sobrado, profesional 3 del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), sí pagó, puntualmente, su renta salarial del primer semestre del año y se puede saber cuánto ella aportó a las arcas públicas, vía impuesto sobre la renta. Muchos pensamos que con estos banqueros “exitosos” no podría suceder lo mismo.
Según datos al alcance de cualquiera, los banqueros costarricenses tienen activos por 14 billones de colones; una cifra que dentro del PIB nacional es aplastante. ¿Tributarán en igual proporción?… ¿Quién nos lo demuestra que sí lo hacen?…
Debe usted saber, señor Ministro de Hacienda, que desde este lado de la acera también nos agobia el problema fiscal nacional. Nos aterroriza saber que podemos llegar a situaciones tan graves como las de pueblos europeos como Grecia y como España.
Las clases trabajadoras de esos países están sufriendo, dolorosa y cruelmente, políticas macroeconómicas inspiradas en el neoliberalismo; especialmente, la irresponsable y criminal desregulación que se dio en los mercados financieros y unas políticas tributarias que no enfatizaron en el potencial gravable, progresivamente hablando, de las riquezas acumuladas orgiásticamente.
Es de tal magnitud la concentración abusiva de la riqueza que se nos pusieron “los pelos de punta”, enterarnos de que, al menos, unos ¡15 billones! de euros pueden estar ocultos en varios paraísos fiscales; según dio cuenta el periódico dominical británico “The Observer”, mencionando estudios realizados por una entidad denominada “Tax Justicie Network”, del Reino Unido que, precisamente, hace campaña contra la evasión fiscal y en contra de los paraísos fiscales.
Y otro dato no menos espeluznante: 92 mil personas, el 0,001 por ciento de la población mundial, los superricos de los más ricos, tienen entre sí unos 7.5 billones de euros, algo así como casi 10 billones de dólares. ¿Habráse visto alguna vez en la historia de la Humanidad semejante desigualdad?
Uno podría pensar, guardando las necesarias y lógicas dimensiones, que en nuestro país hay una concentración de riqueza de tal magnitud que obliga a una Transformación Tributaria Estructural pero por el lado de “los de arriba”.
Por ejemplo, acceso solamente para efectos tributarios a las cuentas bancarias; aprobar, por una única vez, un impuesto al patrimonio a las grandes fortunas; premiar la denuncia por evasión fiscal; aprobar una ley de contingencia fiscal, por uno o dos años de vigencia, gravando las erogaciones suntuarias; gravar las ganancias generadas en el exterior en su propia fuente de generación; aprobar la pensión-consumo; gravar las operaciones de banca “offshore”, entre otras.
Como vemos, señor Ministro de Hacienda, para tener ese “Estado fuerte y vigoroso” en el que usted dice creer, y nosotros también, no necesitamos “sacarnos el clavo fiscal” con “los de abajo”, quienes, proporcionalmente hablando, sí tributan responsablemente.