El punto de partida

Es la realidad de la sociedad costarricense actual y, en particular, del Movimiento Ciudadano surgido de la lucha contra el TLC. Simplemente, es un mundo multicolor y diverso. Tal es la primera e ineludible condición desde la cual se plantea la tarea de construcción de alternativas y ello advierte sobre un asunto que, de tan importante que resulta, simplemente debe ser asumido sin mayor dilación: la que se plantea es una tarea tremendamente difícil que, en consecuencia, demanda inmenso esfuerzo e infinita paciencia. No obstante la pasión que todo esto despierta, es algo que exige serenidad y cabeza fría. Así de simple. Pero, también, así de complejo y demandante.

Otras condiciones también deben ser tenidas en cuenta. Al respecto propongo, en lo que sigue, un breve recuento que no pretende profundizar ni ser exhaustivo.

1. La dictadura neoliberal

Esta tiene un correlato externo: el inmenso poder económico concentrado del capital transnacional, que se intenta imponer al mundo entero como un proyecto de regresión social, restricción política y destrucción ambiental. A lo interno, se manifiesta por vías y de formas diversas:

  • La concentración y estrechísima coalición de los poderes económico, político y mediático. El poder político tiende a organizarse hoy día alrededor del PLN pero amarra y subordina otras expresiones partidarias menores, incluyendo a los libertarios, el PUSC y los otros insignificantes partidillos de derecha. El poder económico de cúpula –o sea el gran empresariado ligado al capital centroamericano y transnacional- ha consolidado una estrategia prácticamente monolítica. Los medios de comunicación definitivamente perdieron toda noción de lo que el decoro significa y hoy se dedican íntegramente a cumplir tres tareas: maquillarle la cara al gobierno; desinformar y manipular sistemáticamente y difundir basura con la cual estupidizar a la gente y degradar moralmente la sociedad. Estos tres grandes centros de poder están hoy anudados en un proyecto compartido que moviliza inmensos intereses: la transnacionalizació n radical de la economía costarricense.
  • El control y subordinación de la institucionalidad pública: al interior del sistema político, se ha avanzado sustantivamente en un proceso de subordinación de la institucionalidad pública-estatal, de forma que ésta tiende a quedar alienada, de modo compulsivo y casi automático, a los designios del proyecto neoliberal. Ello es especialmente claro, y particularmente corrosivo, en el caso del Tribunal de Elecciones y la Sala Constitucional. En ese sentido, Arias está cumpliendo eficazmente el compromiso que asumió ante las oligarquías que lo ungieron presidente: prometió ser el “capital” de la barca y a fe que lo está haciendo. Vale decir: Zapote es el centro neurálgico desde el cual se manejan los hilos que mueven a los dos altos tribunales mencionados, como también a la coalición derechista de los 38, en la Asamblea Legislativa.
  • Mecanismos “suaves” que gradualmente se degradan como mecanismos “duros”: un elemento distintivo de esta dictadura neoliberal es que asume una careta democrática, legitimada por las leyes y los rituales institucionalizados . Sobre esa base, extiende su dominación utilizando mecanismos más o menos “suaves” y sutiles: manipula las leyes y las instituciones; tergiversa la información; alternativamente soborna y corrompe o chantajea e intimida. La posibilidad de que puedan seguir sosteniéndose atenidos tan solo a tales herramientas de poder, viene declinando gradualmente. Primero, porque estas oligarquías se han endurecido en lo ideológico y político, con lo que, correlativamente, su capacidad de diálogo y negociación se ha reducido drásticamente. Esto agudiza las resistencias que, de por sí, surgen a partir de la propia dinámica del proyecto neoliberal, en virtud de que éste genera exclusión y desigualdad. En ese proceso de endurecimiento de posiciones, el TLC y sus leyes “de implementació n” representan una apuesta suprema que, asimismo, conlleva riesgos muy altos. Las oligarquías pretenden la imposición de una versión totalitaria de su proyecto, la cual no admite concesiones ni matices. Saben que, al intentar acaparar todo, podrían quedarse sin nada y, por supuesto, no querrán permitir que esto último suceda. Siendo así, y en un contexto donde las resistencias crecen y gradualmente se vitalizan, los mecanismos “suaves” van perdiendo eficacia. Podría entonces optarse por los mecanismos duros –inclusive la represión abierta- y, sin duda, es algo para lo cual se vienen preparando.

2. Una sociedad gravemente fracturada

Esta dictadura neoliberal plantea una realidad socio-política altamente restrictiva, desde la cual ha de intentarse la construcción de alternativas. Ello tiene una serie de implicaciones de inmensa importancia. Enfrentamos un sistema institucional y legal mansamente alineado a favor de las oligarquías y en contra de la ciudadanía y el pueblo; un sistema de medios de comunicación que, gustosamente, desinforma, manipula y propala porquería; un poder económico dispuesto a aportar dinero, matonear y amenazar; un sistema partidario definitivamente degradado como maquinaria corrupta y caja de resonancia de los intereses oligárquicos. Quizá nunca en la historia de Costa Rica se haya vivido grados tan agudos de restricción de las libertades y derechos ciudadanos, y siendo que ya la situación es grave no resulta descabellado pensar que aún podría deteriorarse más.

Las oligarquías neoliberales tienen mucho poder, pero, sin duda, no tienen todo el poder. El caso es que, en efecto, el poder es una realidad difusa, dinámica y compleja y justo por ello es imposible que nadie pueda atraparlo completamente. Eso se puso en evidencia con motivo del referendo. El Movimiento del No enfrentó el poder concentrado de las oligarquías y, en el proceso, construyó contrapoderes, es decir, otros espacios de poder, cualitativamente distintos, gracias a lo cual estuvimos a centímetros de derrotar el TLC. Las resistencias y la protesta surgen justo porque existen espacios de poder que las oligarquías no controlan.

En parte, es una resistencia muda, carente de expresión orgánica. Ese es el caso de esa amplia masa del pueblo que no se organiza, no se moviliza ni manifiesta y, a lo sumo, protesta por omisión, es decir, desentendiéndose de la política y, en especial, negándose a votar. Pero también existe la resistencia y la protesta que si desarrollan expresiones orgánicas. Esta segunda forma de resistencia, tiende a crecer. En particular el TLC actuó como detonante que estimuló un despertar cívico y, con éste, la organización ciudadana y la educación política.

Así las cosas, la sociedad costarricense actual se encuentra profundamente dividida. Las oligarquías acaparan en sus manos mucho poder y lo ejercen con cada vez mayor arbitrariedad. Una parte del pueblo aún es susceptible al influjo de su propaganda y sus dádivas corruptoras. Otra parte –posiblemente la mayor cuota- se ha hundido en la desconfianza y el desconcierto. Algunos, dentro de este grupo, no creen en nada y, posiblemente, ya no esperan nada. Pero alguna otra de esa gente seguramente está a la expectativa, ávida de nuevos mensajes y nuevas formas de hacer las cosas. Otra parte del pueblo –el Movimiento Ciudadano surgido de la lucha contra el TLC- ha madurado políticamente y exige participación efectiva; democracia auténtica; transparencia, rectitud y rendición de cuentas en los asuntos públicos; una sociedad justa; un país soberano.

Para avanzar exitosamente en el proceso de construcción de alternativas, deberá tenerse en cuenta, y en lo posible resolver con eficacia y sabiduría, los dilemas que este ajedrez tan complejo plantea. Por un lado, lidiar con la dictadura neoliberal y el cúmulo de restricciones que este impone. Por otro, desarrollar capacidades expresivas y comunicacionales que establezcan canales de entendimiento, muy respetuosos y persuasivos, con respecto a ese amplísimo segmento de la población que protesta desde el silencio y la penumbra. Y, desde luego, como he insistido, trabajar por la construcción de la unidad desde la compleja diversidad de nuestro Movimiento Ciudadano.

Luis Paulino Vargas Solís | 15 de Enero 2008

Langdale: El procónsul se va con deshonor

El saliente Embajador de los Estados Unidos de América, Mr. Mark Langdale, se retira de nuestro país llevándose un repudio ciudadano sin precedentes en la historia nacional, para un representante diplomático extranjero que haya estado acreditado en nuestro país.

Mr. Langdale, además, se va de Costa Rica, en total impunidad, sin rendir cuentas ni que se le demande por parte de nuestro sistema electoral, dada su descarada y abusiva intervención en los asuntos internos de los y de las costarricenses, con ocasión de su irrespetuosa participación propagandística en el referéndum sobre el TLC; participación que se dio en clara violación a la ley nacional en esta delicada materia de consulta electoral a la ciudadanía.

Definitivamente, el noble pueblo estadounidense, al cual respetamos mucho, no estuvo dignamente representado por Mr. Langdale. Éste, a la usanza del antiguo Imperio Romano, hizo honor, en toda su dimensión, del concepto político de “_procónsul_”; tratándonos, a los y a las costarricenses, como si fuésemos sus “_súbditos_” dado que se comportó como “gobernador” de la “provincia” de Costa Rica.

Se va Mr. Langdale a dirigir la biblioteca del próximo expresidente estadounidense Mr. Bush. Ojalá y no se le olvide incluir en la misma, la gran cantidad de información generada por las acciones de terrorismo de Estado generadas por la política de Mr. Bush.

Ojalá no se le olvide la recopilación de las matanzas por él ordenadas contra el pueblo iraquí. También anhelamos que no se olvide recopilar las acciones de tortura, detenciones ilegales y las sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos, cometidas durante el mandato de su “_jefe_”, Mr. Bush.

Finalmente, ojalá no se le olvide incluir en la biblioteca de Mr. Bush, la larga cadena de directivas presidenciales contra los derechos civiles del pueblo de los Estados Unidos de América, creando lo que muchos especialistas llaman ya el “_GULAG_” americano, violentándose gravemente el imperio de la ley para dar paso a un régimen político de corte fascista.

San José, 17 de enero de 2008.

Albino Vargas Barrantes
Secretario General

Edgar Morales Quesada
Secretario General Adjunto

La crisis de la CCSS

Como ciudadano deseo compartir con los lectores del DIARIO EXTRA mis ideas adquiridas en doce años de laborar para la CCSS y algunos datos que publica esa institución en su página www.ccss.sa.cr. Desde hace muchos años los políticos están debilitando al Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), el cual ha permanecido durante 60 años con una contribución del 7,5%, estimada cuando la esperanza de vida al nacer no superaba los 50 años y la inflación de los precios era reducida. Los aportes que se deberían utilizar para crear el régimen de capitalización los usan para rellenar el tremendo hueco cavado en el Seguro de Salud (SEM) por las administraciones del PLN y el PUSC. Por eso la contribución obrera y patronal del 15% que se aporta al SEM es el doble de la necesaria y el IVM está en bancarrota; sus reservas no alcanzan ni para financiar el 30% de las pensiones en curso.

Esto no sería tan delicado si el perfil de beneficios y requisitos de IVM combinara adecuadamente los principios de suficiencia, solidaridad y equidad, cosa que no sucede. Vemos como la Caja para disminuir el cobro al Estado, estimula a los trabajadores para que coticen por convenio y cuenta propia sobre un monto mensual de ¢72.000 y ¢101.000, respectivamente, sin pensar en el daño que se causa a los asegurados que no evaden y a las finanzas de esa institución.

Por un lado los jerarcas de la CCSS inducen a los trabajadores a pensionarse con un monto mínimo de ¢75.000, insuficiente para un adecuado nivel de vida, pues esta suma representa solamente el 48% del salario mínimo y un 27% del salario promedio cotizado a IVM. Obligan a permanecer bajo la línea de pobreza a las familias compuestas por un pensionado y al menos un dependiente, quienes en electricidad, agua, teléfono e impuestos pagan hasta ¢30.000 mensuales, quedándoles ¢45.000 para alimentación, vestido, transporte, habitación, recreación y otras necesidades.

El estímulo a la evasión contributiva produce inequidad, pues los evasores reciben pensiones superiores al salario que cotizan, mientras que los trabajadores que sí declaran sus verdaderos ingresos obtienen menos del 60% del salario cotizado. También se induce a los patronos para que contraten trabajadores sin que medie relación laboral, violentando las normas mínimas del Código de Trabajo y la Constitución Política.

Existe otra gran inequidad entre quienes cotizan hasta 40 años y se pensionan con el monto mínimo versus quienes cotizan menos de 20 años y obtienen mayores beneficios. Aún peor si se comparan con los pensionados del Régimen No Contributivo (RNC), pues en IVM con 30 años cotizados muchos reciben solo ¢25.000 adicionales a la pensión del RNC. Esta situación es sumamente delicada –grave, muy grave– ya que en IVM existen más de 75 mil pensionados que están recibiendo a lo sumo ¢75.000 mensuales. Como si esto fuera poco, la pensión promedio de IVM es de ¢112.000, suma que representa un 72% del salario mínimo, un 40% del salario promedio cotizado a IVM y un 25% de la pensión promedio de los otros regímenes a cargo del presupuesto nacional y Poder Judicial. Aunque usted no lo crea, de cada 100 pensionados de IVM más de 80 están recibiendo una pensión por debajo del salario mínimo.

Con la prima del 7,5% y las reservas de IVM en poder del Estado no es posible detener esta vergüenza. Mientras sigan usando los aportes de los asalariados para financiar el hueco creado en el SEM por los políticos y sus dos principales partidos, no será posible aumentar el monto de la pensión mínima al 70% del salario mínimo y dispersar el conglomerado de pensiones que están en el monto mínimo, de manera que los nuevos montos de pensión dependan del número de cuotas y de los salarios cotizados.

Estas graves deficiencias y otras publicadas en diversos medios, hacen imposible ocultar que a la CCSS la tienen en crisis –en cuidados intensivos para ser más precisos–. Para sacarla de ese estado y fortalecer a los tres regímenes que atiende, sugiero lo siguiente: 1) Eliminar cotizaciones sobre ingresos inferiores al salario mínimo. 2) Disminuir las contribuciones al SEM para trasladarlas a IVM. 3) Aumentar el monto de la pensión mínima al 70% del salario mínimo. 4) Ajustar los montos de las pensiones en curso según las cuotas y salarios cotizados. 5) Universalizar el SEM y el RNC. 6) Para financiar al SEM y RNC aumentar los impuestos al consumo (salvo la canasta básica), a las propiedades y a la renta de las empresas, y mejorar la recaudación. 7) Sacar los políticos de la administración de la CCSS, que la tienen convertida en botín electoral.

Varias de estas ideas fueron conocidas por los jerarcas de la Caja, quienes en lugar de estudiarlas con seriedad iniciaron una persecución contra quien suscribe ayudados por la Auditoría Interna. Obviamente en el PLN y el PUSC no existe interés de eliminar esta calamidad nacional porque ellos son sus creadores. ¿Usted, estimado lector, qué opina de todo esto?

*Profesor de UCR y Actuario de CCSS

Fuente: Diario Extra

La libertad sindical como derecho humano fundamental

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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Estamos en el año del 60 aniversario de semejante acontecimiento, estando nuestro país, Costa Rica, entre las naciones que originalmente firmaron tal declaración. Esta declaración es el máximo documento histórico en materia de Derechos Humanos que jamás ha producido la historia reciente de la humanidad. ¡Y la Libertad Sindical quedó incluida!

Tras este acto histórico, del 10 de diciembre de 1948, se pidió a todos los países miembros que publicaran el texto de la Declaración y dispusieran que fuera “distribuido, expuesto, leído y comentado en las escuelas y otros establecimientos de enseñanza, sin distinción fundada en la condición política de los países o de los territorios”.

Especificar, aclarar y educar acerca de que la libertad de formar sindicatos, de organizarse en sindicatos, de pertenecer o afiliarse a sindicatos, es un Derecho Humano Fundamental, en Costa Rica se ha hecho poco para resaltar su importancia para la democracia. Es más, el noble ideal sindical que es consustancial a la concepción de democracia, en nuestro país es vilipendiado por parte de cierta clase empresarial de corte autoritario que controla los resortes del poder político y de algunos “grandes” medios de prensa.

El derecho a organizarse en sindicatos, como lo dice esa histórica declaración, tiene el mismo rango jurídico de importancia histórica como el artículo 2 que dice que “todos los seres humanos nacen libre e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.

Si leemos el artículo 3 de dicha declaración, “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”, nos parece elemental y tiene el mismo nivel de estatura jurídica internacional que el de organizarse en sindicatos. O bien, veamos lo que dice el artículo 15 de la mencionada declaración: “Toda persona tiene derecho a una nacionalidad”. ¡Por supuesto!. Igualmente trascendente es el artículo 17: “Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente”. Además, el inciso e de ese artículo 17 dice: “Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad”. Todos estos derechos son del mismo relieve que el de formar sindicatos y afiliarse a los mismos.

La Libertad Sindical es, por tanto, un parámetro inobjetable para medir cuánta democracia hay en un país. En un país se podrá respetar la vida, la libertad y la seguridad de la persona. Pero si no hay sindicatos, entonces no puede ese país jactarse de ser una democracia real. Es decir, se puede afirmar, de manera categórica que, sin sindicatos no hay democracia; pues ya vimos que la democracia y los Derechos Humanos van de la mano. Por tanto, si uno de esos Derechos Humanos se pisotea, se niega, se irrespeta, se invisibiliza o se boicotea, como sucede en Costa Rica con la Libertad Sindical en las empresas privadas, entonces, no podemos decir que la democracia costarricense esté completa.

Hoy lanzamos un reto al Gobierno de la República, a la antidemocrática cúpula empresarial de los grandes capitalistas acumuladores de desenfrenada riqueza, a los directores y propietarios de los “grandes” medios de prensa; a fin de que nos sometamos a un diagnóstico cívico en cuanto al respeto en Costa Rica de la Libertad Sindical como Derecho Humano fundamental. El 60 aniversario de la promulgación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos ofrece una excelente oportunidad de que corrijamos esta grave vergüenza de la democracia tica, cual es la sistemática persecución y hostigamiento vil a los intentos de formación sindical en el Sector Privado. Sin sindicatos no hay democracia y formar y/o pertenecer a sindicatos, es un Derecho Humanos Fundamental. Hace 60 años el mundo lo dejó establecido de manera inobjetable.

Luchar sin descanso, con unidad y dirección

Para responder a esta pregunta es legítimo y necesario recurrir a la historia. Sin ir muy lejos podemos referirnos al siglo XX. Este fue el siglo de las grandes batallas contra el colonialismo y el imperialismo, el siglo de las grandes revoluciones sociales y el siglo de las dos guerras mundiales. En esas batallas colosales que comprometieron el sacrificio y la vida de millones de seres humanos, los trabajadores y los campesinos más humildes, los primeros en empuñar las armas, y sus familias, llevaron siempre la peor parte.

El inmenso padecimiento a que fueron sometidos los pueblos, constituyó un escalón más alto en la lucha por la libertad y la justicia. Muchas de esas guerras no fueron inútiles sino que culminaron con la derrota de las fuerzas coloniales o imperiales, con la deposición de monarquías, satrapías o dictaduras feroces, con la derrota del fascismo y el surgimiento de gobiernos revolucionarios y democráticos.

Al finalizar el siglo XX, a muchos pueblos de América Latina les fueron impuestos los grillos del neoliberalismo y cientos de instituciones y propiedades públicas, de riquezas naturales y minerales, junto a miles de trabajadores manuales e intelectuales, les fueron trasladadas a las grandes corporaciones representantes de ese nuevo estadio del capitalismo desarrollado, que conocemos como globalización neoliberal. Ahora le ha llegado el turno a Costa Rica.

En Nuestra América, los pueblos saqueados emprendieron una tenaz resistencia y algunos de ellos, como Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela, Bolivia o Ecuador, han emprendido caminos difíciles pero promisorios, recuperando riquezas entregadas y enfrentando con valor las dificultades propias de los que se atreven a abrir caminos nuevos. “Populismo” le llaman algunos; una palabra para desprestigiar a los que luchan.

De modo que la respuesta está a la vista: los pueblos no se cansan de luchar si tienen metas y objetivos claros, si definen con lucidez las debilidades propias y la fuerza de los enemigos, si tienen confianza en sí mismos y sobre todo, si su propia historia les da los ejemplos necesarios para no desfallecer.

Los combates sociales no son lineales ni siempre son ascendentes. A veces se retrocede para volver a comenzar, a veces se avanza con rapidez y muchas veces nos alcanzan el desconsuelo y la apatía. En esta lucha, nuestros enemigos, con sobrada astucia, saben introducir el desconcierto y hasta la división. Esa es su tarea. Proponen y alimentan tesis tan absurdas, como esa de que es necesario cambiar primero el sistema, corrupto y maltrecho, para después ganar un referéndum, o sea que primero hay que derrotarlos para después vencerlos. En efecto, anda mucha gente por allí diciendo que es necesario primero cambiar las reglas del juego para obligarlos a actuar en un terreno honorable, limpio y despejado. Eso no ocurrirá jamás. Porque los enemigos no están para ayudar sino para obstaculizar, para detener a los pueblos. Depende de nosotros derrotarlos en el camino para vencerlos al final. Porque sin triunfos o derrotas tácticas, no se producen nunca victorias estratégicas. Aparecen también en nuestras filas, tesis tan ruines que le atribuyen a distintos luchadores y luchadoras, ambiciones personales y cosas peores.

Compañeras y compañeros, ningún enemigo entrega la plaza sin una obstinada resistencia. Los enemigos de Costa Rica, claramente representados por el dueño de esta casa frente a la que estamos hoy, como desde hace 45 semanas, no sólo dividieron al pueblo costarricense con una campaña de terror y chantaje, sino que ahora intentan paralizarlo e inmovilizarlo sembrando entre las fuerzas más consecuentes y firmes, la mala hierba del repudio por la organización y la dirección. Pensando en auténticos dirigentes, no sabríamos que habría sido de Costa Rica sin Juanito Mora, sin Jorge Volio, sin Carlos Luis Fallas, sin Joaquín García Monge, sin Rodrigo Facio, sin Calderón Guardia, sin José Figueres o sin Manuel Mora. Ellos no fueron mandones encaramados en un podio, sino dirigentes intelectuales y cívicos, respetados y queridos, que surgieron para representar a miles de conciudadanos, en momentos decisivos de la historia.

Ahora, mientras estamos aquí, los enemigos de Costa Rica han continuado activamente su campaña de intimidación iniciada con todos los recursos económicos y mediáticos imaginables. Sus incalificables maniobras se orientan a presionar y chantajear a los diputados patriotas para descalificarlos y aislarlos. Debemos respaldar a esos diputados. A esa campaña oscurantista suman la voz de una diputada del PAC, que no sólo es importante por su voto, sino por la desmoralización y la confusión que genera en amplios sectores de patriotas. Los enemigos lo saben y aprovechan sus debilidades.

La nueva oligarquía y sus aliados transnacionales van más allá. Han puesto en marcha un plan para conservar su poder durante los próximos 100 años. Entretanto, cuando vamos a cumplir cuatro meses desde el día del referéndum, el movimiento patriótico continúa desunido, desarticulado, sin un programa nacional y sin una dirección unificada ¡Que tranquilidad para nuestros enemigos! ¡Que inconcebible ventaja la que les damos! Pues mientras ellos tienen un mando unificado y férreo, unas finanzas centralizadas y el bloque monolítico del Estado bajo la jefatura del dueño esta casa, nosotros no hemos sido capaces de confiar en una Asamblea Nacional Patriótica y en un Directorio conformado por hombres y mujeres cuya fidelidad a los principios que nos unen, esté más que demostrada. Y peor aún, no hemos comenzado discutir cómo lo sacaremos del gobierno.

Hablar así, descarnadamente y en este lugar, puede hacer pensar a algunos que no es lo más oportuno porque “la ropa sucia hay que lavarla en casa”, pero resulta que aún no tenemos casa, pero tenemos voluntad, determinación, y lo más importante: ideas. Por eso decimos: discusión si, unidad si, Asamblea Patriótica si, Directorio Nacional si, Frente Patriótico para sacar a los neoliberales del gobierno, SI.

Leído en la calle, frente a la casa de Oscar Arias. 14 de Enero de 2008 a las 8 de la noche.

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Presente y futuro de los Comités Patrióticos

18, 12, 2007

En Costa Rica, el movimiento de los Comités Patrióticos, surgen de la conciencia surgida en los sectores más progresistas y avanzados de nuestro pueblo, sobre la imperiosa necesidad de incorporarse a la lucha contra el TLC y definir, al menos en aquel momento, tres tareas decisivas:

A.- la urgente y apremiante tarea de organización de las comunidades,

B.- la formación política e ideológica de los miembros, para enfrentar la propuesta entreguista del TLC y aportarle a amplios sectores de la población, razones y argumentos para enfrentarla.

C.- la creación de mecanismos y medios para la movilización social, de modo que él NO triunfara en el referéndum.

No es necesario repetir o reseñar las innumerables tareas y actividades que se llevaron a cabo a fin de cumplir con esas tres tareas. Todos los comités las conocen y todos recogieron de ellas, una riquísima experiencia de lucha.

Nosotros hemos interpretado antes, que esta maravillosa experiencia cívica surge, en gran medida, en virtud de un grave vacío de conducción capaz de agrupar, orientar y definir el combate nacional contra el TLC.

Conscientes de esta situación, mucho antes de que se iniciara la formación de los comités, le propusimos a los Cros de la Convergencia Patriótica Nacional, a Don Rodrigo Carazo, al Cro Fabio Chaves y a un grupo de personas que se reunían en torno a Eugenio Trejos, así como a otros miembros del movimiento social, la formación de una Junta Patriótica. Su taea sería la de organizar y coordinar el trabajo del movimiento cívico, entendido éste como las estructuras populares ya organizadas en sindicatos, agrupaciones ambientalistas, asociaciones magisteriales, uniones campesinas, etc. junto a la necesaria incorporación de los sectores intelectuales, empresariales y políticos, de modo que se formara un verdadero Frente Nacional. Así le impediríamos al gobierno y sus aliados continuar con la infame tarea de atacar despiadadamente al movimiento sindical, como si fuera el único responsable de la resistencia contra el TLC.

Fue así como se realizó una primera reunión en la casa de D. Rodrigo Carazo y luego en el Tenis Club, donde el Dr. Henry Mora propuso que fuera el doctor Eugenio Trejos, Rector del Instituto Tecnológico de Costa Rica, quien asumiera las tareas de ser el principal representante y vocero del movimiento patriótico en su conjunto. Esa propuesta obtuvo el beneplácito de los presentes. Se aprobó también una Proclama Patriótica que habíamos presentado, pero que fuerzas extrañas se encargaron de hacer desaparecer.

En la práctica se crearon dos instancias de coordinación o dirección, como se les quiera llamar: la primera fue la Junta Patriótica que tuvo como sede la casa de don Rodrigo Carazo Odio. La junta era una especie de foro donde se discutían asuntos importantes, lo que le daba a las discusiones y a los análisis, un importante nivel. Pero la junta carecía, totalmente, de cualquier capacidad de decisión o de mando sobre la marcha de los acontecimientos. La otra instancia era el llamado Comité operativo facilitador, integrado en lo fundamental por representantes del movimiento social y de algunos partidos políticos anti TLC y que se reunía en la sede del Tecnológico en Bº Amón. El doctor Eugenio Trejos actuaba como el coordinador de ambas instancias.

Sin embargo, existía otra estructura de decisión, supuestamente subordinada a la Junta Patriótica, pero en la práctica dotada de completa autonomía y de poder real, separada tanto de la Junta Patriótica como del Comité operativo. Estaba formada, básicamente, por tres comisiones: de finanzas, de organización y de comunicación o propaganda. Allí se designó al Lic Victor Morales Mora, ex Minstro de Trabajo, como el coordinador de la campaña del NO. Con el surgimiento de los comités, también operaba allí un supuesto enlace y coordinación con estas nuevas expresiones sociales, pero que fue radicalmente monopolizado y centralizado por un pequeño grupo de personas que actuaron como el verdadero comando de campaña. Nunca conocimos de un informe crítico y valorativo de esas personas, sobre las tareas realizadas y los resultados obtenidos, positivos o negativos.

Un celoso y extraño control de las comunicaciones entre los activistas del movimiento, donde ya se sumaba el esfuerzo de los Comités en formación, impidió la promoción de una intensa reflexión y un debate interno sobre el movimiento en su conjunto, un acopio de experiencias y la formulación de orientaciones comunes. En determinado momento, varias personas le solicitaron al Dr. Eugenio Trejos una copia de la base de datos que se estaba construyendo, así como la lista con los teléfonos y direcciones del movimiento. Eugenio respondió que incluso a él mismo se le negaba esa información.

Al mismo tiempo, continuaba operando una agrupación que actuaba como un foro de debate, que tenía una importante influencia en el movimiento social y en la lucha general, denominada Coordinadora Nacional. La Coordinadora había visto desde el inicio con mucho recelo la propuesta del Referéndum, pero lo cierto es que había cumplido una labor pionera en la búsqueda de una organización unitaria y de frente común contra el Tratado. Estos compañeros se reunían los martes en la sede de la APSE y Jorge Coronado y Ricardo Segura actuaban como sus principales coordinadores.

Las organizaciones sociales y los partidos políticos adheridos a la lucha contra el TLC, principalmente el PAC, Vanguardia Popular, el Frente Amplio, el PASE, Rescate Nacional y otros movilizaron, unos más y otros menos, sus estructuras organizativas y orientaron a sus adherentes y simpatizantes a contribuir en las tareas organizativas del NO. Principalmente los sindicatos, hicieron enormes esfuerzos humanos y económicos para contribuir al despliegue de la campaña.

Sería una mezquindad negar la noble y generosa entrega de los Cros del movimiento sindical, donde algunos proporcionaron locales, alimentos, medios de movilización, dirigentes y promotores y recursos de todo tipo, lo que incluso facilitó la formación de muchos Comités Patrióticos.

Sin embargo, la conclusión fundamental es nunca hubo un comando central que le diera las tareas a la unidad y la orientación requeridas. Esto mismo provocó, como una paradoja, la híper concentración de poderes y funciones de algunas personas y grupos que, en ausencia de esos organismos de reflexión y dirección colectiva, tomaba las decisiones que les venía en gana. Unas veces resultaban acertadas y otras, desgraciadamente, condujeron la lucha a un callejón sin salida.

La mejor prueba de esto que firmamos, es que una vez celebrado el referéndum, el movimiento en su conjunto quedó sumido en mayor desconcierto. Nunca se formularon planes de contingencia existieron propuestas generales para una sólida articulación del movimiento una vez celebrado referéndum. Fue únicamente gracias a la voluntad de lucha de muchos miembros de los Comités Patrióticos, que se llegó a la justa conclusión de que la lucha contra el referéndum era sólo un episodio, importante pero limitado a un proceso de tipo electoral, en la lucha general de nuestro pueblo contra el neoliberalismo, el filibusterismo y la nueva oligarquía.

¿Qué enseñanza crítica nos deja esta experiencia?

Hemos hecho en repetidas ocasiones una valoración positiva sobre el significado de esta lucha y el valor histórico del surgimiento de los Comités Patrióticos. Pero es necesario ahora sacar las conclusiones sobre aquellas acciones y orientaciones que no debemos repetir y menos profundizar. Una de ellas es la extrañamente publicitada tesis delespontaneismo, la “no jefatura” y la “no dirección”. No se trata de acusar a nadie, pero debemos señalar que estas tesis están acompañadas, al menos, de un democratismo ingenuo que tiene poco que ver con una auténtica democracia participativa. Personas honradas y bien intencionadas, suponen de antemano, casi como un artículo de fe, que una jefatura o un liderazgo son perversiones de la democracia.

El pasado 16 de Octubre, la Cra Magda Zabala escribió: “Con todo esto, se demostró que si bien la espontaneidad del movimiento popular, que nunca llegó a constituir UNA RED INTEGRADA, había acumulado muchas fuerzas sociales, era endeble en la capacidad de reacción y de propuesta, e insuficiente para canalizar una conducción participativa. Además, varios de los miembros de la cúpula, que se había conformado también de manera espontánea, según parece, no contaban con la credibilidad necesaria ni con la experiencia en la conducción de movimientos sociales ni “colmillo” político. Por esa razón, cundió en mucho el fraccionamiento de acciones y respuestas.
El desafío actual consiste en superar esas condiciones para enfrentar la etapa siguiente, sin perder los pilares que sostienen las fuerzas del movimiento popular, generado por los comités patrióticos, los sindicatos, las organizaciones no gubernamentales, algunos partidos políticos, los movimientos estudiantiles, las universidades, los artistas e intelectuales, los indígenas y otros agentes sociales, como un sector de las iglesias.”

A partir de esta justa valoración proponía:

1- Crear un verdadero organismo de conducción, de carácter participativo
2- Que este organismo sea representativo de los principales actores sociales del movimiento popular.
3- Garantizar que las personas que integren este organismo gocen de la plena confianza de las bases”

Días antes, nosotros mismos habíamos publicado el pequeño folleto titulado:

LOS COMITÉS PATRIÓTICOS ANTE EL FRAUDE: LA LUCHA CONTINÚA” en el que decíamos:

“Sugerimos que, además de las importantes tareas que sin duda los Comités han definido e incluso aprobado, y sin el menor deseo de interferir en la discusión interna, pensamos que podría ser útil tomar en cuenta ciertos objetivos cardinales que podemos mencionar.

1- Leyes Complementarias. Los Comités deberían comprometerse a ser una organización permanente y continuar la lucha hasta la completa derrota del neoliberalismo en sus distintas manifestaciones. Pero ahora, tenemos enfrente las llamadas LEYES COMPLEMENTARIAS, también conocidas como AGENDA DE IMPLEMENTACIÓN, que son la esencia misma del TLC. Hay que combatirlas a brazo partido. Allí se encuentra nuestra primera tarea.

2- Observatorios cívicos. Los Comités deberían ser observatorios agudos y perspicaces de la vida cívica y política de Costa Rica, tanto en escala nacional como local y convertirse en centros permanentes de discusión y análisis del acontecer político y social de Costa Rica.
Dentro de ellos, las discrepancias de cualquier orden que sean, no deben saldarse con rupturas o divisiones sino con el desarrollo creciente y permanente de reflexiones, análisis críticos y discusiones fraternas. En su seno debe imperar, como hasta ahora, la mayor tolerancia y cada miembro podrá trasmitir sus reflexiones y conclusiones, a las distintas organizaciones sociales o políticas donde participa.

3- Proyecto de país y centros de resistencia cívica. Los Comités deberían insistir, a través de encuentros o asambleas de alcance regional o nacional, en la formulación de planteamientos programáticos tácticos (corto plazo) y estratégicos (largo plazo), que conduzcan a la formulación de agendas de lucha y un proyecto de país, donde tenga cabida esa misma pluralidad de fuerzas sociales y políticas que los forman.

4- Centros de estudio de la realidad nacional. Los Comités deberían estimular el estudio permanente de todas esas realidades en las que nos introdujo la discusión del TLC pero que ha quedado truncada en virtud del Referéndum. Formulamos una pregunta ¿es que acaso han quedado debidamente superadas las discusiones y los análisis sobre temas como el agua, la biodiversidad o los recursos marinos? ¿Es que no debemos continuar con el examen crítico de esas instituciones que conforman el Estado Social de Derecho y que hemos defendido con tanto vigor durante este proceso? ¿Debemos o no continuar el estudio sobre los asuntos educativos, productivos o laborales y agregar a todo eso, la salvaguarda y explotación nacional de los recursos marinos?

No se debe concebir un COMITÉ PATRIÓTICO que no destine una parte de su esfuerzo a estudiar y conocer mejor la realidad nacional.

5- Estimuladores de un Frente Patriótico de Unidad Nacional sin dejarse arrastrar a la política electoral. Los Comités deben saber que la derrota del neoliberalismo como proyecto antinacional, no se salda con la derrota del TLC o de sus leyes complementarias. Esa derrota debe confirmarse en la construcción de un gran FRENTE PATRIÓTICO NACIONAL Y UNITARIO, de carácter político, que les de sentido y orientación a las legítimas manifestaciones del espíritu democrático y progresista de nuestro pueblo, en el actual momento histórico. Pero nosotros creemos que los COMITÉS PATRIÓTICOS no deberían jamás convertirse en partido político o en apéndices de algún partido en particular. Porque la fuerza moral y cívica de los Comités, está en su total independencia de los partidos, está en su maravillosa condición de ser un lugar de encuentro, de reflexión y de acción de todos los patriotas, sin importar su bandería electoral.”

Días después, el 20 de Octubre, en el folleto dedicado a la propuesta de creación de una Asamblea Nacional Popular, que escribimos junto a los compañeros Arnoldo Mora R y José Miguel Corrales B, expresábamos:

“Pero ahora el pueblo costarricense tiene sus manos una nueva forma de poder social, que es suya y que se manifiesta a lo largo y ancho de Costa Rica. Al mismo tiempo, ese poder no debe mantenerse disperso. Ha llegado el momento de construir las estructuras de lucha y conducción que articulen y apuntalen ese poder. Aquellos que no entienden lo que ha sucedido, insisten en dejarlo todo en manos de la espontaneidad y reniegan de cualquier forma de coordinación o dirección.

Las personas que reniegan de los organismos de coordinación o dirección, ignoran que las grandes batallas sociales necesitan, como en las guerras, de “Estados Mayores”. En la vieja política, esos “Estados Mayores” han estado formados por oligarcas y potentados que, como ocurre con el régimen de los hermanos Arias, impulsan las acciones políticas y toman decisiones, en función de sus intereses.

Pero en este momento, miles y miles de conciudadanos, pertenecientes a las organizaciones sociales y a los Comités Patrióticos, han elevado hasta niveles superiores su grado de conciencia cívica. Los nuevos órganos de coordinación y dirección, deben surgir a su vez, del seno de esta nueva ciudadanía.”

Más adelante agregábamos:

“Para no darles chance a los enemigos en sus maniobras para desnaturalizar y desarticular a los Comités Patrióticos, deberíamos darnos a la tarea, sin dilación alguna, de discutir la integración de una Asamblea Nacional Popular o como se le quiera llamar, para lo que aportamos algunas ideas.
El poder del pueblo, es decir el poder real, debe ser institucionalizado de manera novedosa. Cómo es imposible trabajar en sesiones plenarias donde participen todos los miembros de los Comités Patrióticos, es necesario actuar por representación. Esto se resuelve creando una Asamblea con una adecuada representación de todos los Comités y de las distintas regiones de Costa Rica. Pensamos que en esta asamblea, deben tener una representación moderada y claramente limitada, los sindicatos, los partidos progresistas, las personalidades patrióticas, los dirigentes espirituales y los grupos cívicos. Esta representación no debe ir más allá de un 10% a un 20% del total de la Asamblea.”

Sin dirección, no hay movimiento, ni lucha organizada, ni batallas triunfantes. El factor “conducción” es decisivo en cualquier tipo de combate o lucha social y política. “Dirección” no significa un mando único, aunque la historia, desde Espartaco, Simón Bolívar o San Martín, hasta Juanito Mora, Sandino, Mao Tse Tung, Tito, José Figueres, Fidel o el Che Guevara, en medio de guerras cruentas y difíciles, demuestra que los pueblos no le tienen temor a una dirección central, cuando las condiciones así lo demandan. Pero evidentemente no es nuestro caso, pues es perfectamente posible la construcción de una dirección consensuada, respetada y sujeta a los controles democráticos de una asamblea.

Algunos compañeros olvidan que nuestros enemigos tienen un mando central perfectamente establecido, alrededor del cual agrupan todas sus fuerzas, todos sus recursos políticos, institucionales, mediáticos y hasta financieros. El neo filibusterismo representado por la nueva oligarquía, sí es perfectamente consciente de lo grave que significa dispersar las fuerzas y hacer que cada segmento actúe según sus propios designios.

Una dirección nacional de los Comités Patrióticos y una Asamblea Nacional como la que proponemos, no niegan, ni afectan, ni debilitan, ni se sobreponen a esa demostrada riqueza política y ciudadana representada por la autonomía y la espontaneidad de los Comités. “Dirección nacional” y “autonomía”, no son ni pueden ser términos antagónicos y contrapuestos cuando hablamos de los Comités Patrióticos, sino de una nueva forma dialéctica de concebir la acción y la coordinación de estas formas también nuevas de la organización popular.

Si en las próximas semanas los Comités Patrióticos no se empeñan en resolver, de una vez por todas este problema de la construcción de sus órganos de coordinación y dirección, estaremos sembrando su camino de escollos y corremos el riesgo de restarle al movimiento social y popular de nuestra Patria, un afilado instrumento de lucha que es creación exclusiva del pueblo.

Curridabat, diciembre de 2007

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PAC lamenta profundamente aprobación del proyecto en primer debate

Comunicado de Prensa
Lunes 14 de enero de 2008

  • Mientras las transnacionales y ciertos bufetes se beneficiarán del proyecto, los agricultores, los indígenas y los consumidores serán los grupos más perjudicados.
    • Para el PAC es inaceptable* un proyecto que permite la destrucción de cultivos así como confiscación de cosechas del agricultor, para defender multinacionales protegidas por grandes bufetes.
    • Seis corporaciones acaparan* el mercado mundial de semillas, agroquímicos y patentamiento de obtenciones vegetales. Sus contrapartes en Costa Rica son bufetes que abiertamente negociaron, apoyaron o canalizaron dineros de la campaña por el Sí al TLC.

_ “ Este proyecto tiene un profundo impacto negativo para los campesinos, para las comunidades indígenas y para la seguridad alimentaria del país. Si se habla de que había elementos positivos y negativos en el TLC, este proyecto de Protección Obtenciones Vegetales es de lo más perjudicial que tiene esta agenda de implementación para el país. “_ aseguró el diputado del Partido Acción Ciudadana, José Joaquín Salazar.

Entre los elementos negativos de este proyecto de ley figuran:

  • La eliminación del derecho* de los agricultores a utilizar libremente las semillas de su cosecha.
  • Limita el derecho del agricultor* a disponer libremente del fruto de su trabajo y se le otorga al obtentor un derecho sobre el producto de la cosecha que el agricultor logra con semillas producidas por él mismo sino le ha pagado las regalías
  • Proyecto permite destrucción* de cultivos así como confiscación de cosechas del agricultor.
  • Favorece* la apropiación privada de nuestros recursos genéticos y biológicos. Se estimula la biopiratería de las transnacionales sobre materiales genéticos criollos en uso por los agricultores o indígenas. Ya existen en el mundo 147 casos documentados sobre estas prácticas, en los mismos países que han adoptado este tipo de leyes.
  • Encarecería y dificultaría* el acceso a las semillas de plantas esenciales para el abastecimiento interno, lo cual en una situación de crisis podría tener graves implicaciones para la seguridad alimentaria del país.
  • Se antepone* a leyes nacionales en biodiversidad y tratados internacionales que salvaguardan derechos ambientales y humanos que el país se ha comprometido a respetar.


Gran negociazo de unos pocos

Seis empresas acaparan el mercado mundial de agroquímicos, transgénicos, y patentamiento de obtenciones vegetales, estas son: BASF, DOW Agro Scienses, Bayer Crop Sciense, Syngenta Crop Protection, Dupont y Monsanto Chemycal Corporation. En menos de 10 años, por ejemplo Monsanto registró el 82% de todas las semillas transgénicas del mundo. Hoy son dueños de la patente de soya, arroz, trigo y también son dueños de la soberanía alimentaria de los países que dependen de estos productos.

Estas transnacionales tienen una contraparte costarricense, socios dentro de bufetes apilando patentes, registros y demás trámites de propiedad intelectual. La red de bufetes vinculados son: Guardia & Cubero, Pacheco & Coto, Daremblum Herrera & Asociados, Zurcher Odio & Raven, Bufete Bagra e individualmente Victor Vargas Valenzuela.

Comunicaciones-PAC
Fracción del Partido Acción Ciudadana (PAC)
Asamblea Legislativa

La importancia del diálogo respetuoso

La pregunta tenía diversas motivaciones. Primero, porque con el transcurrir de los meses, la movilización contra el TLC devino escuela de educación política. La gente entendió –aún si a veces era de forma más intuitiva que racional- que al oponerse a ese tratado se oponían al proyecto neoliberal del cual éste era síntesis suprema. Comprendido esto, igualmente se fue haciendo claro que, en realidad, no solo se defendían las realizaciones valiosas que la historia de Costa Rica nos legaba, sino, y más importante aún, la posibilidad de construir un futuro donde soberanía, democracia, justicia y participación fueran algo más que palabras huecas.

De esta comprensión tan fundamental surgía una segunda razón, en si misma muy poderosa: la inexistencia de tales alternativas o, al menos, la inexistencia de alternativas satisfactorias. Y esto tenía implicaciones políticas directas e inmediatas: mucha gente llegó a la conclusión de que el PAC no podía ser reconocido como alternativa.

En todo caso, bueno es admitir que un sector importante del Movimiento del No sí se identificaba con el PAC y, posiblemente, sigue haciéndolo. En todo caso, ello no implica que la totalidad de esa gente se sintiera, o se sienta hoy, realmente satisfecha con ese partido. Por su parte, habría que reconocer que otro segmento importante estaría a la búsqueda de opciones distintas. Y, ciertamente, este segundo grupo tampoco es homogéneo ni en su búsqueda de alternativas están de acuerdo plenamente en lo que tal cosa pueda significar.

Las anteriores acotaciones –que me parecen absolutamente elementales- llaman la atención sobre un hecho adicional, que, igualmente, es perfectamente obvio, y el cual supongo que a estas alturas deberían haber sido plenamente asumido: nuestro Movimiento Ciudadano es diverso y plural y, en consecuencia, la construcción de opciones políticas viables pasa inevitablemente por un ejercicio concienzudo de dialogo respetuoso.

No hoy otra forma de construir tales alternativas. Si, en cambio, se opta por la vía de la imposición, del ataque gratuito o la descalificación a priori –que son opciones regresivas a la que alguna gente no quiere renunciar- tan solo se conducirá el movimiento hacia un callejón sin salida, hacia una no-alternativa carente de futuro: la de la formación de ghettos aislados y enemistados entre sí y políticamente insignificantes. Bueno es recordar que esa ha sido la experiencia de las izquierdas históricas en Costa Rica. Por ello, mucho más que por cualquier otra razón, jamás –excepto en los años treinta y cuarenta del siglo XX- desempeñaron en Costa Rica y frente a nuestro pueblo, otro papel como no fuera el de ser expresiones políticas marginales que ese pueblo nuestro jamás respetó ni tomó en serio. Bueno es enfatizar que la anterior acotación no pone en duda la valentía y honestidad de muchas de esas dirigencias de la izquierda histórica. Pero otros atributos políticamente necesarios se echaron en falta. En especial, faltó humildad para leer en el alma y en el sentimiento del pueblo antes de arrogarse, por sí y ante sí, el ser la voz de ese pueblo. Y, además, faltó generosidad para dialogar respetuosamente con quien opinaba distinto y para transigir en aquello accesorio, en bien de avanzar en la construcción de acuerdos más amplios y comprensivos en relación con asuntos fundamentales.

La construcción de alternativas políticas que tengan viabilidad pasa, insisto, por un esfuerzo de diálogo respetuoso. En la lucha contra el TLC mucho aprendimos acerca de lo que tal cosa significa. El movimiento creció, hasta poner en jaque y al borde de la derrota a todo el poder oligárquico concentrado y su alianza con corporaciones transnacionales y el gobierno estadounidense. Y creció desde su diversidad, haciendo que esta fuese matriz ubérrima, plena de creatividad e imaginación. Eso fue posible porque, por encima de las diferencias, hubo respeto y, desde ese respeto, unidad en la lucha. Una unidad que no la construyó ningún liderazgo en particular –aunque sin duda Eugenio Trejos dio un aporte particular- sino que fue el fruto de la madurez política de la ciudadanía organizada y movilizada.

Esa experiencia –de construcción política desde el diálogo respetuoso- debe ser retomada si es que queremos avanzar hacia la construcción de esas alternativas tan añoradas. Pero teniendo presente un detalle importantísimo: era más fácil construir acuerdos para oponerse al TLC que construirlos para elaborar alternativas viables. En el primer caso, el objetivo era claro y preciso. En el segundo, abundan las complejidades y, con éstas, la posibilidad del disenso. Por ello, ahora el esfuerzo debe ser mucho mayor. O sea, el respeto y la generosidad han de ser mucho más plenas y maduras.

Desde luego –bueno es aclararlo a fin de evitar malentendidos- dialogar en forma respetuosa no significa dialogar con cualquiera ni acerca de lo que sea. Aquí no queremos ni ladrones, ni corruptos ni gente que políticamente ha demostrado no merecer confianza. Pero incluso esto último –me refiero a lo político- admite gradaciones. A veces dirigentes u organizaciones o partidos hacen cosas con las que alguna o mucha gente no está de acuerdo. Pero, excepto que ello esté realmente justificado, tal cosa no debería conducir a una ruptura sino a una crítica respetuosa. O para ilustrarlo más gráficamente: quizá uno difiera de algunos aspectos del liderazgo parlamentario de Elizabeth Fonseca, pero creo que sería injusto no reconocer su rectitud y valentía. Caso bien distinto plantea Andrea Morales a la que posiblemente ya de forma irreversible no se le puede conceder ni un gramo de confianza.

En particular, debe tenerse cuidado con las exclusiones formuladas a priori. Que alguien opine diferente sobre un asunto en particular, no lo hace ni corrupto ni vendido ni cosa similar (los adjetivos descalificantes se acuñan con facilidad y se pronuncian con ligereza, pero igualmente tienen un poder corrosivo devastador). Necesario es, entonces, partir de una premisa básica: en general, coincidimos en algunos asuntos fundamentales y diferimos en muchísimos otras cuestiones relativamente accesorias. De esa premisa se deriva una elemental regla de comportamiento: nuestro esfuerzo debería encaminarse hacia la potenciación de las coincidencias y la minimización de las diferencias.

En artículos sucesivos retomaré esta discusión. En algún momento posterior, espero reunir esos escritos en un solo ensayo que, desde luego, estaré gustoso de compartir con todas aquellas personas a las que les interese. Mis objetivos son simplemente dos: invitar respetuosamente a que debatamos sobre este asunto tan, pero tan importante, y aportar mi granito de arena, confiado que muchísima otra gente, mejor que yo, podrá enriquecer y ampliar esta reflexión tan urgente.

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Frente al ICE: Contra la violación de la Libertad Sindical

El compañero dirigente sindical Fabio Cháves sufre los embates de la politiquería del “Régimen de los Arias” y mediante la violación de la LIBERTAD SINDICAL será sometido a un acto de investigación en donde el juez es el mismo verdugo.

Este viernes 25 de enero quedará en los anales de la historia como un día más en que son violados los más elementales DERECHOS HUMANOS, LABORALES y pisoteado el fuero sindical en el ICE.

En horas de la mañana se tomará “declaración” a Fabio Cháves en un “proceso administrativo” por la acción realizada en defensa del ICE el 26 de noviembre del año anterior.

El “régimen de los Arias” pretende, de esta forma “eliminar” los obstáculos que le han impedido privatizar los servicios de telecomunicaciones.

Ante este atropello a la libertad y los derechos humanos por parte de los hermanos Arias, hacemos un vehemente llamado a la solidaridad haciéndonos presentes frente al Hotel Palma Real, desde las 8:00 a.m., en donde el ICE tiene la oficina que ejercerá de juez y verdugo de los dirigentes sindicales.

¡Por la defensa de la Libertad Sindical!

ANEP pide informes sobre despidos en Correos de Costa Rica S.A.

San José, 10 de enero de 2007.
S.G. 07-09-0242-08

Licenciado
Álvaro Coghi Gómez
Gerente General

Licenciado
Roberto Portela López
Subgerente General

Correos de Costa Rica S. A.
Su Despacho

Estimados señores:

Sinceramente, la ANEP desea a vuestras autoridades un año 2008 plagado de éxitos, tanto en el nivel personal como en el profesional; así como que sus gestiones gerenciales redunden en el bienestar institucional.

Con base en el Artículo de nuestra Constitución Política y el 32 de la Ley de Jurisdicción Constitucional, respetuosamente requerimos la información que seguidamente pasamos a detallar.

Consta en nuestros archivos y producto de una gestión de ANEP al efecto, el oficio D-RR-HH-926-06, fechado 7 de setiembre de 2006, firmado en ese momento por el Lic. Marco Caravaca Reyes, Director de Recursos Humanos de Correos de Costa Rica S. A.; oficio que dio cuenta del número y del nombre de personas despedidas con responsabilidad patronal, entre el 8 de mayo de ese año 2006 y hasta el 31 de agosto del mismo. En lo que respeta a las finanzas institucionales, tales despidos significaron indemnizaciones por un monto total, en el período indicado, de 24 millones 509 mil 935 colones, con setenta y ocho céntimos. En este caso se consignó un total de 16 despidos.

Igualmente, ese mismo oficio dio cuenta del número de nuevos ingresos de personal a partir de ese día, 8 de mayo de 2006, de 59 personas y hasta el último día de agosto de 2006.

En esta ocasión, y siempre en el marco del debido respeto, solicitamos oficialmente por esta vía la siguiente información:

*1-*Nombre de todas las personas contratadas entre el 1 de setiembre de 2006 y el 31 de diciembre de 2007.

2- Nombre de todas las personas despedidas entre el 1 de setiembre de 2006 y el 31 de diciembre de 2007; desagregándose la información como sigue:

a) Personas despedidas con responsabilidad patronal y monto pagado a cada una de ellas.
b) Personas despedidas sin responsabilidad patronal y monto pagado a cada una de ellas.

La información aquí solicitada es parte de un conjunto de insumos de datos solicitados a un universo institucional que incluye a Correos de Costa Rica S. A.; a fin de valorar el uso y/o eventual abuso en la capacidad discrecional y/o gerencial para disponer el uso de fondos públicos, con sentido de responsabilidad o relativizando el mismo; a la luz de la naciente perspectiva que en materia de rendición de cuentas y fiscalización ciudadana, abrió el nuevo Código Procesal Contencioso Administrativo que entró a regir el pasado 1 de enero; código que le permite a la ciudadanía una mayor acción directa en torno al seguimiento de la gestión y, eventualmente, hasta la demanda de satisfacciones que, incluso, podrían derivar en afectaciones financieras para tomadores de decisiones; decisiones que, eventualmente, irían en contra de la estabilidad de la institucionalidad que está dedicada a la satisfacción de necesidades ciudadanas.

Nuevamente les reiteramos nuestro respeto y les agradecemos la valiosa atención a la presente, esperando la mayor rapidez en la respuesta.

Albino Vargas Barrantes
Secretario General

Edgar Morales Quesada
Secretario General Adjunto

cc.: Junta Directiva Seccional ANEP-Correos de Costa Rica S. A.
cc.: Junta Directiva Nacional de ANEP.
cc.: Archivo.