Distintas organizaciones sindicales asistieron como un acto simbólico al funeral de la Democracia, el cual murió con el proyecto Ley Marco Empleo Público.
Las negociaciones dentro de la municipalidad de Guacimo van a paso firme, según detallaron los funcionarios de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) quienes trabajan junto a la administración.
Por este motivo ya se han desarrollado tres reuniones mediante las cuales se han presentado las solicitudes pertinentes y por parte del alcalde junto a su equipo legal se han recibido para analizarlas.

A pesar de las diferentes situaciones negativas por las que el país atraviesa, se ha manifestado una buena recepción por parte de máximo jerarca, pero aún no se ha cerrado la renegociación.
Albino Vargas Barrantes, Secretario General (ANEP)
Lo que está ocurriendo en la Asamblea Legislativa con la tramitación del Expediente Legislativo No. 21.336, Ley Marco de Empleo Público, es un Golpe de Estado parlamentario a la Constitución Política del 7 de noviembre de 1949. Se trata de una agresión de carácter ideológico a la institucionalidad fundamental de los postulados fundacionales de lo que la historia oficial registra como la Segunda República.
Por una parte, tenemos que las personas diputadas conformantes de la Asamblea Constituyente que, en 1949, promulgaron la actual Carta Magna de la República, decidieron que no debería Costa Rica seguir teniendo un Estado central, vertical-autoritario, con una figura presidencial todopoderosa.
Se optó por distribuir el poder público, mismo que hasta la llegada del doloroso conflicto-guerra civil de 1948, tenía el control total “de vidas y haciendas”, hasta el conteo de votos de las elecciones presidenciales. Tal estado centralista, verticalista-autoritario, tiene mucho que ver con la voladera de balazos entre compatriotas, ocurrida en ese año 1948.
Por tanto, establecieron que la administración pública del país dispersara su poder y se caracterizara por las autonomías; naciendo las autonomías de las universidades públicas, la de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), las propias instituciones autónomas y la del régimen municipal. Tales autonomías se caracterizaron por diversos grados de independencia con relación al poder central del Estado.
Lamentablemente, tales corrientes ideológico-políticas, de un Estado central, todopoderoso, han vuelto a tomar fuerza después de muchos intentos en estos años de lucha cívico-popular en defensa del Estado Social de Derecho. Esta denominación, Estado Social de Derecho, es el concepto filosófico, político y jurídico para calificar la institucionalidad republicana que nació el 7 de noviembre de 1949, cuando se promulgó, repetimos, la Constitución Política todavía vigente.
Con el proyecto Ley Marco de Empleo Público, están impulsando este Golpe de Estado parlamentario al carácter del Estado que quedó plasmado en la Constitución Política de 1949.
Por otra parte, con la Ley Marco de Empleo Público se ataca el corazón del sistema democrático reconocido universalmente: la separación de poderes. “Según Montesquieu, que es quien plasma con claridad por primera vez la separación de poderes, el reparto del poder del estado es necesario para evitar la acumulación en una sola mano que pueda ejercerlo de manera despótica. Para ello, debe dividirse en tres partes, cada una con una misión específica y diferente, que supongan un equilibrio y contrapesen la actuación de las demás”. Así consignado en su obra máxima El espíritu de las leyes. (https://blogposgrado.ucontinental.edu.pe/el-origen-y-la-evolucion-de-la-separacion-de-poderes).
Tal equilibrio y contrapeso entre los tres poderes supremos del Estado (el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial), es vulnerado, de manera peligrosa, en el proyecto Ley Marco de Empleo Público; puesto que será uno de ellos, el Ejecutivo, el que tenga el poder sobre los otros dos, el Legislativo y el Judicial, en todo el ámbito de las políticas de gestión de los recursos humanos, integralmente conceptuada, teniendo implicaciones profundas que contaminarán los procesos administrativo-financieros de esos dos poderes que, de un modo u otro, pasarán a sufrir un control ejecutivo desde la Casa Presidencial de turno (Poder Ejecutivo: Ministerio de Planificación y Política Económica -Mideplan- y Dirección General de Servicio Civil).
Este Golpe de Estado parlamentario, actualmente en desarrollo en el propio seno del primer poder de la República, el Legislativo, tiene mucho que ver con la acción política de gran agresividad que se ejecuta en el país en contra del bien común y en contra de la inclusión económica y social, por parte de las fuerzas del gran capital.
Éste se ha empoderado demasiado luego de la estafa política cometida por Carlos Alvarado Quesada y la traición del Partido Acción Ciudadana (PAC) a sus postulados fundamentales fundacionales: enfrentar al neoliberalismo en la política pública, especialmente; e imponer la ética y la transparencia en la función pública atacando sin piedad a la corrupción. Hacia el término del segundo gobierno PAC, es contundente el juicio ciudadano de que se entregó al neoliberalismo y de que terminó coludido con la corrupción como sucedió con el PLN y con el PUSC.
La campaña de terrorismo ideológico y de agresión psicológica desplegada en los últimos años en contra del empleo público, creó el escenario “ideal” que posibilita el trámite parlamentario del actual proyecto Ley Marco de Empleo Público; notándose un comportamiento legislativo de rebaño en la mayoría de las actuales personas diputadas que, con gran desconocimiento de la historia Patria, mocionan y votan según un titular de periódico.
Esta semana da inicio un proceso de sensibilización y de organización en las bases de, prácticamente, la totalidad de los municipios de Costa Rica, promovido por la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), en conjunto, con cada una de sus seccionales en todos los gobiernos locales.
El objetivo es que cada persona diputada de la Asamblea Legislativa constate el repudio que genera la inclusión de las municipalidades en el proyecto de Empleo Público; el cual contiene una nueva violación a la autonomía constitucional del régimen municipal, misma que ya había sido violentada desde la tramitación y aprobación impuesta con la Ley del Combo Fiscal, número 9635, en diciembre del 2018.
La idea central es dar a conocer un manifiesto a todas las comunidades en los respectivos cantones; al país en cuanto tal; y por supuesto a las autoridades legislativas de la República.
El régimen municipal debe ser fortalecido, especialmente, en momentos en los cuales la aceleración de las desigualdades y el nuevo impulso que se le da a la exclusión socioeconómica, requieren de los gobiernos locales una agresiva política social para evitar que se incremente la pobreza y la exclusión en los cantones del país.
Una de las principales actividades previstas en esta ofensiva de sensibilización y de organización de la ANEP para salvar la autonomía de las municipalidades, es la presencia en el propio parlamento de las delegaciones sindicales de las municipalidades de Costa Rica, en los próximos días; para mostrar el sentir generalizado de repudio a los diputados y a las diputadas que insisten en violar la autonomía municipal con el nefasto proyecto de Empleo Público.
La ANEP en conjunto con sus seccionales, impulsará la realización de un gran movimiento laboral de las municipalidades costarricense, con carácter histórico, luego de que se dé la manifestación de delegaciones municipales como indicamos anteriormente.
La posibilidad de un gran movimiento nacional municipal contra el proyecto de Empleo Público, incluye realizar diferentes coordinaciones con la finalidad de potenciar más la lucha social general de repudio al convenio con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Finalmente, la ANEP hace un vehemente llamado a cada alcalde y alcaldesa, a los regidores y las regidoras de los concejos municipales; así como a la Unión Nacional de Gobiernos Locales (UNGL), y a la Asociación Nacional de Alcaldías e Intendencias (ANAI), para que junten voluntades, coordinen esfuerzos y compartan con su personal y comunidades todas aquellas manifestaciones posibles de repudio al intento más grave de los últimos tiempos en contra de la autonomía municipal que representa el proyecto de Empleo Público.
San José, lunes 25 de enero 2021
Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP
Walter Quesada Fernández, Secretario General Adjunto ANEP.
Albino Vargas Barrantes Secretario General (ANEP)
El Ministerio de Hacienda acaba de dar a conocer las principales cifras macro-fiscales del recién pasado año 2020. Cada vez que su máximo jerarca político, con Elián Villegas Valverde abre la boca para hablar de todos estos temas y sus aspectos conexos, uno siente mucha desconfianza pues su credibilidad está muy mermada, a raíz de sus contradicciones públicas con otras personas integrantes del gabinete ministerial y su equipo económico.
De los datos que dio a conocer, queremos llamar la atención en uno de ellos: es el pago de los intereses de la deuda pública. El pasado año 2020, hubo que pagar a sus acreedores, solamente por concepto de intereses, una cantidad difícil de imaginar: 1 billón 700 mil millones de colones. Ni un cinco fue para amortizar al principal de esa deuda pública.
En números, esa gran cantidad se representa así: 1.700.000.000.000.
Esta espeluznante carga de fondos públicos, destinados solamente a pagar intereses de la deuda pública, se puede desglosar de la siguiente manera:
141 mil 666 millones, 666 mil 666 colones, POR MES (141.666.666.666).
4 mil setecientos veintidós millones, 222 mil 222 colones, POR DÍA (4.722.222.222).
196 millones 759 mil 259 colones, POR HORA (196.759.259).
3 millones 279 mil 320 colones, POR SEGUNDO (3.279.320).
En múltiples ocasiones y desde hace ya bastante tiempo, la corriente sindical en la cual desarrollamos nuestra lucha social cotidiana, ha venido insistiendo en la brutalidad de la agresión a las finanzas públicas que representa el altísimo endeudamiento público y la terrible carga de su pago de intereses.
Lo que nos pasó en el 2020, según usted puede ver en el detalle de las cifras indicadas en el párrafo anterior de este comentario, es la constatación más dramática de esta especie de crimen contra toda la sociedad que significa esa deuda-país, cercana ya a los 40 mil millones de dólares.
1 billón 700 mil millones de colones en pago de intereses, solamente en el año 2020, equivale a la no menos gigantesca cantidad de 2 mil 764 millones 227 mil 642 dólares. Dicho de otra manera, 2 mil 765 millones de dólares en pago de intereses, es 1.85 superior a la cifra de 1.750 millones de dólares del ya polémico crédito que se le quiere imponer a la sociedad con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Es decir, el pago de intereses de la deuda pública el año pasado, es casi dos veces la cantidad solicitada por el gobierno al FMI.
No es el salario de las personas trabajadoras asalariadas lo que nos llevó hasta aquí. Gran parte de la responsabilidad del desastre fiscal que obliga a tan espantoso pago de intereses de la deuda pública, tiene que ver (entre otros aspectos), con la no menos corrupta evasión y elusión fiscales de la última década, anterior al año de la llegada de la pandemia al país.
Hablamos de que durante la década 2010-2019, se dio, en promedio anual, un fraude tributario del orden de los 3 mil 800 millones de dólares. En esos diez años, por coincidencia macabra, los depósitos del público en moneda extranjera, en los bancos públicos y privados, era de una cantidad muy cercana, a la suma de los recursos que el fisco nunca recibió en esa década 2010-2019. ¿Qué conexiones hubo? Sería muy interesante tener plena claridad en algún momento.
Hoy, ante el panorama fiscal y ante el riesgo para el país de quedar atrapado en las redes del FMI (por más que ahora intenten vendernos su nueva imagen), hemos llegado a la más fuerte convicción de que no habrá solución a la crisis fiscal nacional que está en desarrollo, sin atender, con bisturí político de fuerte consistencia, el tema de la deuda pública y de su pago de intereses estratosféricos.
Hay que hacer reingeniería financiera de esa deuda; reestructurarla de múltiples formas, pero no para su manejo gubernativo-circunstancial; sino para detener el estrangulamiento de las finanzas públicas en el corto, mediano y largo plazo. Hay que proceder a redefinir las tasas de interés que el Estado está pagando por esa deuda. En términos más integrales, el tema fiscal requiere de un real pacto fiscal.
No se vale seguir sacrificando “a los y a las de abajo”, llevándose ya, también, hacia el despeñadero a “los y a las de en medio”; en aras de seguir preservando un perverso y catastrófico “status quo” de la deuda pública con esa carga de intereses imposibles de seguir pagando a las tasas actuales, por una parte; y por otra, sin modificar para nada el fraude tributario estructural. La discusión y la solución debe ser integral.
Albino Vargas Barrantes, Secretario General (ANEP)
Durante cada hora de cada uno de los 365 días del pasado año 2020, los intereses de la deuda pública del país, obligaron al Gobierno Central-Ministerio de Hacienda, a erogar la gigantesca cantidad de 195 millones de colones cada 60 minutos. El impacto negativo en los más diversos programas gubernamentales del Estado central, especialmente los más sensibles como Seguridad, Educación y Salud, tiene ya manifestaciones claras.
La línea ideológica principal de la clase plutocrática gobernante es, primero que todo, pagar intereses de la deuda. Todo lo demás es secundario; incluyendo las necesidades más apremiantes de las personas ya excluidas o en proceso de serlo, de la exitosa integración social y económica que el país tuvo antes de que el fundamentalismo fiscalista de corte neoliberal empezara a envenenar las acciones de política pública basadas en la búsqueda y en la promoción del bien común.
Para este año 2021, el año del Bicentenario, el pago por hora de intereses de la deuda pública es de 230 millones de colones por hora; calculados con base en que esa erogación representará 5.6 puntos del Producto Interno Bruto (PIB); y que cada punto porcentual del PIB representó, en el 2020, una cantidad de 359.800.000.000 millones de colones, según dato que nos proporcionara el doctor en Economía, don Luis Paulino Vargas Solís, prestigioso académico de la Universidad Estatal a Distancia (UNED).
Se dio a conocer en pasadas horas que el Fondo Monetario Internacional (FMI), le otorgó a Costa Rica un nuevo préstamo, por la cantidad 1.778 millones de dólares, lo cual implica dos cosas: crecerá la deuda pública del país y crecerá la carga de intereses de la misma. Por cierto, siempre estuvimos convencidos de que tal préstamo no era necesario, que acudir al FMI no se necesitaba. Connotadas personalidades también lo estuvieron planteando.
Debemos hacer un esfuerzo para comprender qué persigue la clase plutocrática gobernante y sus personajes operadores políticos instalados en la Casa Presidencial y en la Asamblea Legislativa, con esta carrera loca en estar propiciando más endeudamiento público.
Lo primero que tenemos que tener presente es que este asunto de la deuda pública, del brutal pago de intereses que la misma exige, ahora a razón de 230 millones de colones cada 24 horas, es un gran negocio en el seno de los sectores oligárquico-financieros de la plutocracia gobernante. Las operaciones de bolsa, mediando firmas de valores y bufetes “selectos”, dejan jugosísimas ganancias para pequeños grupos de poder con conexiones políticas al más alto nivel.
Por tanto, no hay interés objetivo alguno en que el problema fiscal del país se arregle; por el contrario, lo que se busca es que el mismo esté dentro de parámetros controlables para evitar que a esos sectores oligárquico-financieros se le salga de control. Garantizar esto, es tener la seguridad de que el flujo de recursos a esos sectores pudientes se mantenga y se acreciente.
Lo segundo que tenemos que tener en mente es que, de conformidad con la ideología de la clase plutocrática gobernante, esa que podemos resumir en la frase-concepto todo mercado-nada Estado, no es concebible que todavía existan como propiedad pública una serie de instituciones estatales que generan altas rentas. Hablamos del ICE, del INS, de AyA, de los bancos públicos (de Costa Rica y Nacional, especialmente), de Correos, de FANAL, de Recope y, por supuesto, de la Caja.
Según la Contraloría General de la República (CGR), cuya jerarquía política máxima trabaja, de manera ideológica, al servicio de la clase plutocrática gobernante, varias de estas empresas públicas generaron, de manera conjunta, al 30 de octubre recién pasado, un superávit de 7 mil millones de dólares; suma está más que apetecida por esos sectores plutocráticos, hoy en el control total de la hegemonía política de la institucionalidad funcional de la República.
Así las cosas, no es nada descabellado pensar que existe una articulación ideológicamente diseñada, materializada en una estrategia política operativizada mediando el control de los poderes formal del Estado (especialmente, el Ejecutivo y el Legislativo), e impulsada a través de la intensa campaña de agresión psicológica y de terrorismo ideológico en contra del sector Público (a partir del tema del empleo público); para llevar al país al borde de una deuda pública imposible de pagar y de una amortización de intereses más que explosiva de las debilitadas finanzas públicas del Estado central, a fin de decirle a la ciudadanía que la única forma de evitar el “cataclismo apocalíptico del fin de los tiempos”, es vender los activos del Estado, básicamente los que acabamos de mencionar.
Esta articulación ideológicamente diseñada incluye, por supuesto, no hacer nada en materia de evasión y de elusión fiscal-tributaria; como tampoco, en no hacer nada en el campo de las exenciones-exoneraciones empresariales abusivas. Todo esto junto, anda por el orden de los 14 puntos PIB. Si tan sólo se intentara recuperar la mitad; o tan sólo un tercio, otro gallo cantaría en el ámbito de las alicaídas finanzas públicas del Estado central. La conspiración de la plutocracia gobernante está en pleno desarrollo.
Más allá de las características personales e histriónicas que el Sr. Chaves Robles suele mostrar cada miércoles, para solaz esparcimiento de su fanaticada; estamos obligados a esforzarnos por auscultar las reales intenciones, ideológico-estratégicas, que mueven su irrupción abrupta en la desprestigiada política costarricense.
“Dios no quiera que llegue el momento en que tengamos que actuar”. Imposible para cualquier persona costarricense de firme convicción democrática, sin importar su ideología político-partidaria, dejar desaparecida esta clarísima amenaza del Rodrigo Chaves Robles de atentar y de desestabilizar el orden constitucional de la República, próximo a cumplir 75 años de su promulgación, el 7 de noviembre de 1949.
El próximo 7 de Noviembre se cumplirán los 75 años de la promulgación de la Constitución Política de Costa Rica, vigente desde 1949, que integró, entre otros importantes avances, el Voto Femenino, el acceso al agua potable y a un medio ambiente sano y equilibrado, Derecho a la Salud, la Paz Social, la Educación, las Garantías Sociales, la Jornada Laboral de 8 horas,
Es claro que el Presidente Chaves poco conoce sobre el significado de la fauna en nuestro país, ya que hasta ha llegado a utilizar este término en varias oportunidades para referirse de manera inapropiada a la prensa nacional; y, cuando se necesita referirse a la fauna, lo primero que podemos denotar es que su intención es reducir el problema a un asunto de economía ambiental, bajo la óptica del todo mercado-nada Estado.

