La competitividad cambiaria y la desaceleración económica

Por: Hugo Fazio (CENDA, especial para ARGENPRESS.info) (Fecha publicación:28/11/2006)

El Banco de Ajuste de Basilea, en su último informe trimestral, constató que aquellos países con un tipo de cambio competitivo actualmente son los de mayores crecimientos. El estudio destaca principalmente las experiencias de China, Corea, India, Malasia, Rusia, Taiwán y Argentina.

Los tipos de cambio competitivos son aquellos que generan mejores condiciones para sus exportaciones y defienden la producción interna de importaciones sustitutivas. Se trata de experiencias radicalmente diferentes al manejo cambiario existente en Chile caracterizado por la no intervención del Banco Central y una actitud fiscal que se limita a constatar que de no existir la acumulación de elevados superávit presupuestarios, colocados en un alto porcentaje en activos financieros, en Chile y sobre todo en el exterior, la revaluación sería aún mayor y sus efectos negativos aún superiores. Esta forma de actuar ha manifestado Andrés Velasco es “coherente con los esfuerzos por sostener la competitividad de la economía” (24/11/06). Los hechos, sin embargo, evidencian que la economía chilena es cada vez menos competitiva. La conducción cambiaria chilena no es en la actualidad competitiva y se transformó en una de las razones de la desaceleración económica.

La formulación ortodoxa dominante en el país destaca que de existir intervención en el mercado y tener un tipo de cambio competitivo, como sostienen amplios sectores nacionales, conduciría a un proceso inflacionario. En las últimas décadas a nivel mundial, el “temor” a la inflación conduce a aplicar políticas contractivas. La apreciación cambiaria, en las diferentes formas que puede adquirir, tiende a producir dicho efecto, como lo comprueba la experiencia chilena actual, con un crecimiento del PIB en el tercer trimestre de 2,9%. En julio-septiembre, la tasa de crecimiento mundial lo volvió a encabezar China con una expansión de 10,8% en relación a los mismos meses del año anterior, que tiene un tipo de cambio competitivo, fuertemente criticado por la Casa Blanca y la Comunidad Europea.

La intervención de un Banco Central en el mercado para revertir el proceso revaluatorio conduce a incrementar las reservas internacionales. “Semejante acumulación de reservas en los países emergentes tiene lugar desde hace varios años y, sorpresivamente destaca el informe sin mayores efectos adversos sobre la inflación”(16/11/06). Siendo, por el contrario, causa principal de crecimiento en la producción y en las tasas de empleo.

Los mecanismos para enfrentar el peligro de incremento de los precios provocados por la intervención cambiaria al aumentar las reservas y crecer la cantidad de dinero son variados: esterilización de aquella masa monetaria que supera el incremento de las necesidades de dinero propios de una economía en crecimiento, normas para reducir la liquidez y los recursos prestables de los bancos o, como acontece en China, estableciendo límites al incremento del crédito.

Un ejemplo de crecimiento con un tipo de cambio competitivo lo proporciona Argentina que en enero-octubre registró un aumento de su producto, con relación a igual período del año anterior, de 8,4%. De esta manera completó 46 meses consecutivos de expansión económica, el cual se sostiene tanto en un crecimiento de la inversión pública como privada y en el incremento general del gasto fiscal, muy lejos de la actitud restrictiva tenido en este plano por los gobiernos de la Concertación. La ministra de Economía, trasandina Felisa Miceli, define el esquema económico seguido como “de dólar alto, competitividad e inclusión social” (17/11/06).

El 21 de noviembre el presidente Kirchner anunció que las reservas internacionales argentinas superaron los US$ 30.000 millones. Este incremento se logró en parte importante adquiriendo divisas, con lo cual garantiza un tipo de cambio competitivo, que estimula la producción local apoyando el auge exportador y se constituye en una barrera de ingreso de productos importados. Ello ha contribuido poderosamente a mantener en consonancia con lo expuesto por el Banco de Basilea altos niveles de crecimiento. Las reservas también aumentaron gracias a una balanza comercial positiva y a la colocación de bonos de deuda.

La conducción cambiaria en Chile ha sido totalmente diferente al permitirse una fuerte apreciación del peso. Las consecuencias negativas son muchas. Un ejemplo lo proporciona el Indice de Competitividad Frutícola, elaborado por la Asociación de Exportadores (Asoex), que refleja el comportamiento del margen operacional sectorial, al mostrar que “el indicador ha bajado de 141,5 puntos en el cuarto trimestre de 2000 a -7,8 puntos en el segundo trimestre de 2006. Esto significa que actualmente el sector frutícola en promedio se encuentra operando a pérdida, lo que se hace más evidente en los emprendimientos pequeños y medianos” (20/11/06).

En Chile, una de las consecuencias inmediatas del elevado ingreso de divisas provocado por el boom en el precio del cobre y de otros rubros de exportación fue la fuerte apreciación producida en el peso en su relación con el dólar. Entre ambos procesos se produjo una relación directa. La paridad cambiaria registró su promedio mensual más elevado en febrero de 2003, cuando llegó a $745,21 por dólar. En ese año, la cotización del cobre promedio no llegaba aún a US$1 la libra, barrera que superó en enero de 2004.

La relación peso/dólar llegó a su punto más bajo en diciembre de 2005, al finalizar el gobierno de Lagos, cuando promedió $514,33 por dólar. Luego fluctuó en 2006 entre los $517,33 de abril y los $542,46 de junio, cuando la cotización del cobre alcanzó en el año su punto más alto. La apreciación no fue mayor debido a los superávit fiscales acumulados en divisas. Sin embargo esta conducta presupuestaria pasiva fue absolutamente insuficiente para revertir las consecuencias negativas de la apreciación cambiaria en varios rubros de exportación y en la generalidad de los bienes orientados al mercado interno que deben competir con productos importados.

Los ejemplos negativos de la descompetitividad provocada por el tipo de cambio son numerosos. El sector frutícola, que hasta 2003 crecía a tasas de dos dígitos, en 2006 se estima que aumentará en un escaso 1,9%. “La caída del dólar subrayó Rodrigo Echeverría, presidente de Fedefruta afecta la rentabilidad, hay muchos productores con pérdidas y endeudados” (26/11/06) Aconcagua Foods, controlada en partes iguales por Córpora y la empresa mexicana La Costeña, anunció la detención de sus planes de inversión debido a la caída de la paridad cambiaria. Aconcagua Foods es el primer actor nacional en el mercado de las conservas de frutas y pulpas de tomate. Las exportaciones vitivinícolas cerrarán el año con cifras de crecimiento entre 5% a 7%, muy lejos del 24% de incremento anotado en 2004. Al impacto cambiario negativo se agregó un sobrestock en el mundo que condujo a que el precio promedio por litro tuviese en 2006 un incremento de sólo 0,4%.

La revaluación, al mismo tiempo golpea a sectores agrícolas que compiten con importaciones. Desde comienzos de la década la superficie plantada con trigo se redujo desde 414.000 a 284.000 hectáreas. El trigo significa en superficie un 41% de los cultivos anuales. Enfrentan también dificultades los 16.000 productores de leche, luego de dos años de crecimiento, por la caída de la paridad cambiaria, el alza de las adquisiciones principalmente provenientes desde Argentina y la reducción de los precios impuestos por los consorcios controladores de las plantas.

Para alcanzar un tipo de cambio competitivo debe producirse, cuando hay fuerte ingreso de divisas por cualquier concepto, una acción activa del Estado, lo cual se encuentra en contradicción con el esquema de política económico seguido que tiene como uno de sus fundamentos, precisamente, la reducción al máximo posible de su papel y suponer que el mercado restablecerá por sí sólo los equilibrios.

Ni siquiera el recientemente fallecido Premio Nobel de Economía, Milton Friedman, inspirador de las concepciones monetaristas, tenía una visión tan extrema. “Friedman, en su historia monetaria de EEUU (donde la describe en detalle) afirmó recordó Chicago Tribune que la Gran Depresión no fue causada por el tristemente célebre crash de la bolsa de 1929, sino por la fuerza con que la FED disminuyó la oferta monetaria por sus temores inflacionarios” (1). Críticos del monetarismo, es el caso de Paul Krugman, rechazan este análisis. “Sostienen que, en realidad como escribió recientemente The Guardian la FED nunca sacó dinero del sistema sino que hubo una serie de quiebras y corridas bancarias que impulsaron a los bancos a tener más efectivo” (26/11/06). De esta manera, redujeron la cantidad de dinero prestable a los bancos.

Con posterioridad a la gran depresión se impuso en la Reserva Federal una política que busca combinar los objetivos de crecimiento económico, baja inflación y empleo alto. A diferencia del Banco Central chileno que concentra su acción exclusivamente en objetivos antiinflacionarios. El 20 de noviembre en una reunión efectuada por el directorio del Banco de Basilea, de acuerdo a lo manifestado por el presidente del Banco Central de Argentina, Martín Redrado, el presidente de la FED Ben Bernanke expresó que “las tasas de interés en los EEUU van a tender a bajar en los próximos meses”, ya que agregó al encontrarse los precios “bajo control, ahora vamos a evitar que se desacelere la producción (24/11/06). Una formulación de esta naturaleza es impensable la realice Vittorio Corbo, por la unilateralidad extrema con que actúa el Banco Central de Chile, incluso cuando las tasas de interés reales de política monetaria del instituto emisor han subido marcadamente por la reducción del IPC. Su nivel real en noviembre se colocó sobre el 3%.

Otra formulación en la línea de esquemas marcadamente ortodoxos fue abrir totalmente el país al movimiento de capitales, suponiéndose que ello potenciaría la economía nacional. “La integración financiera expresó Vittorio Corbo en su discurso de inauguración de la Décima Conferencia Anual del Banco Central de Chile tiene el potencial de acelerar el crecimiento económico permitiendo que el ahorro de otros países financie proyectos de inversión rentables en Chile que de otra manera no se realizaría. Recordemos añadió que el déficit en cuenta corriente no es más que la brecha entre inversión y ahorro nacional” (2). En presidente del Banco Central no explicó por qué el país tiene actualmente superávit en cuenta corriente, lo cual significa que el ahorro nacional se está utilizando fuera de Chile. En enero-septiembre el desahorro alcanzó un 4,5% del PIB.

Notas:
1) Goldfarb, Enrique. “Lo que no se imaginaba Friedman” (24/11/06).
2) Banco Central, Boletín Mensual, noviembre de 2006.

Fuente: ARGENPRESS

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Unidad de Formación, Información y Comunicación, UFIC-ANEP

Flexibilidad Laboral: Posición oficial de ANEP sobre Proyecto de Ley

San José, 26 de setiembre del 2006.
S.G. 05-07-0878-06.

Señoras Diputadas
Señores Diputados
Comisión Permanente de Asuntos Sociales
Asamblea Legislativa
Su Despacho

CONSULTA SOBRE PROYECTOLEY PARA ACTUALIZAR LAS JORNADAS DE TRABAJO EXCEPCIONALES Y RESGUARDAR LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES. EXPEDIENTE No. 16.030

Estimadas señoras:
Estimados señores:

Luego de manifestarle nuestro respetuoso saludo, nos permitimos compartir con Ustedes algunas consideraciones en torno al proyecto de ley de reforma a varios artículos del Código de Trabajo, que introduce la flexibilización de la jornada de trabajo.

Con relación a los proyectos de flexibilización de al jornada de trabajo, ANEP ha venido insistiendo sobre los efectos extremadamente nocivos de la utilización de una jornada flexibilizada (4-3 y acumulativa anual) en los términos establecidos en el proyecto de ley presentado por la Administración Pacheco de la Espriella (Exp. 15.161), así como por la anterior fracción legislativa del Partido Movimiento Libertario (Exp. 16.030).

Baje y lea el documento completo de ARCHIVOS ADJUNTOS

¿Qué es la “flexibilidad” laboral?

  • Tendencia de sectores empresariales nacionales e internacionales a eliminar las regulaciones del mercado laboral que son vistas como obstáculos para la competitividad y desarrollo de las empresas
  • Busca mayor libertad para las empresas en cuanto a formas de contratación y disponibilidad de la fuerza de trabajo, según sus necesidades.

Los derechos como “barreras”…

  • Lo que las empresas ven como “obstáculos”, son precisamente los derechos laborales adquiridos y plasmados en las leyes nacionales (Constitución Política- Código de Trabajo)
  • Todas las regulaciones que favorecen y protegen los derechos de las y los trabajadores, son vistas como obstáculos para las ganancias de las empresas. Por ello, buscan eliminarlas.

Documentos Adjuntos

Flexitest

Archivos Adjuntos

Informe sobre el estudio a la empresa maquiladora “El Acorazado”
Informe Maquila abril 2006
Reflexiones sobre Flexibilidad Laboral
Resumen Maquila 2006
Un vistazo a 6 Derechos Laborales en Costa Rica
Organizaciones participantes Campaña Contra la Flexibilidad Laboral

Para mayor información de la Campaña Regional Entra Aquí

ANEP – Instituto Tecnológico de Costa Rica

CONVENIO MARCO DE COLABORACIÓN ENTRE EL
INSTITUTO TECNOLÓGICO DE COSTA RICA
Y LA ASOCIACIÓN NACIONAL DE EMPLEADOSBLICOS Y PRIVADOS

Este acuerdo se establece entre el “Instituto Tecnológico de Costa Rica”, en adelante denominado_ “ITCR”_, con sede en Cartago, Costa Rica, número de cédula jurídica cuatro mil – cero cuarenta y dos ciento cuarenta y ciento – cero siete, representado por Eugenio Trejos Benavides, mayor, casado, con Maestría en Administración Pública, vecino de Heredia, con cédula de identidad número nueve – cero cuarenta y uno – ochocientos ochenta, en su calidad de Rector, según Asamblea Plebiscitaria del día veintinueve de mayo del dos mil tres; publicado en La Gaceta Número ciento veinte del mismo año; y la “Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados”, en adelante denominada como “ANEP”, cédula jurídica número tres- cero cero dos – cuarenta y cinco mil ciento ochenta y cinco, San José, representada por Albino Vargas Barrantes, soltero, vecino de Alajuelita, cédula uno – cuatrocientos cincuenta y siete – trescientos noventa, en su calidad de Secretario General, ejerciendo la representación judicial y extrajudicial del sindicato, conforme consta en certificación notarial adjunta.

CONSIDERANDO:

1. Que ambas entidades se encuentran unidas por intereses y objetivos comunes, en los campos académicos y culturales.

2. Que para contribuir al mejoramiento económico y social de los pueblos y al acercamiento entre ellos, es de fundamental importancia que se establezcan relaciones de intercambio en los campos de la ciencia, la tecnología y la cultura.

3. Que las universidades y las organizaciones sociales, por razón de su misión, esencia, finalidad y objetivos, son instituciones llamadas a establecer los canales de comunicación que permitan el intercambio del conocimiento científico, tecnológico y cultural.

4. Que tienen igualmente objetivos comunes en lo relativo al fomento de la investigación, la formación, y la difusión de la cultura.

5. Que son entidades con personalidad jurídica propia, que les permite celebrar convenios de esta naturaleza para el mejor cumplimiento de sus fines.

Convienen en suscribir el presente Convenio Marco de colaboración con sujeción a las siguientes cláusulas:

PRIMERA: El presente convenio tiene como objetivo establecer las bases de una cooperación recíproca, que permita la promoción y realización de actividades de interés común, tales como intercambios en el ámbito académico y estudiantil, proyectos de investigación, intercambio de información, y otras que sean pertinentes y de interés para ambas entidades.

SEGUNDA: El ITCR y la ANEP se comprometen a promover la realización de actividades, en los campos de la docencia, la investigación y la cultura en general, dentro de las áreas fijadas de común acuerdo.

TERCERA: Las partes contratantes fomentarán el desarrollo de proyectos conjuntos de investigación científica, tecnológica y cultural entre ambas entidades, así como todo tipo de colaboración en la materia.

CUARTA: Se facilitará el intercambio de personal académico y de estudiantes, dentro del marco de las disposiciones vinculantes entre ambas entidades y de los procedimientos internos de cada una.

El intercambio académico estará orientado, preferentemente, a que los docentes del ITCR trabajen con grupos de la ANEP en proyectos específicos, bajo programas previamente establecidos.

Las entidades signatarias, darán a los académicos o estudiantes, las facilidades necesarias para el buen desempeño de sus funciones.

QUINTA: Ambas partes se proponen fomentar el intercambio recíproco de información, sobre temas de investigación, cursos de postgrado, libros, publicaciones y otros materiales de apoyo a la investigación y la docencia.

SEXTA: Para cada actividad, programa o proyecto, bajo el marco de este convenio, se firmará una carta de intenciones específica, en la que se detallarán las actividades a realizar, lugar de ejecución, unidades ejecutoras responsables, participantes, duración, programa y los recursos necesarios para su realización, así como su forma de financiamiento.

SÉTIMA: Para la coordinación del presente Convenio y del programa anual de actividades, el ITCR designa a la Directora de Cooperación de la Vicerrectoría de Investigación y Extensión y la ANEP.

OCTAVA: El presente Convenio Marco de Cooperación Ínter Institucional entrará en vigor en el momento de su firma y tendrá una vigencia por tiempo indefinido, hasta tanto una de las partes solicite su revocatoria, por medio de una nota escrita, y la debida respuesta escrita de la otra parte. La revocatoria del convenio no afectará a los proyectos u actividades en estado de ejecución, los cuales podrán continuar su trabajo hasta su terminación normal.

NOVENA: El presente Convenio no crea una relación legal o financiera entre las partes. El Acuerdo constituye, únicamente, una declaración de intenciones, cuyo fin es promover el desarrollo de auténticas relaciones de beneficio mutuo, en materia de colaboración académica. Nada de lo aquí pactado afectará en forma alguna el pleno derecho de cada una de las instituciones signatarias del presente convenio, de establecer convenios similares con otras universidades, ni de generar la reglamentación y normas legales sobre la materia a tratar.

DÉCIMA: El presente convenio es gratuito y en virtud de su naturaleza no se comprometen fondos públicos.

En fe de lo anterior firmamos a los 24 días del mes de mayo del 2006.

Eugenio Trejos Benavides, MSc.
Rector
Instituto Tecnológico de Costa Rica

Albino Vargas Barrantes
Secretario General
ANEP

Ref.: Co-marco/04/07/2006

Para mayor información visita nuestras oficinas de Afiliación.

ANEP – Universidad para la Cooperación Internacional, UCI

La UCI

La Universidad para la Cooperación Internacional, UCI, es una institución de enseñanza superior sin fines de lucro, dedicada a la formación profesional a nivel de postgrado, además de cursos, seminarios y talleres especializados de alto nivel.

La UCI tiene un enfoque inter y multidisciplinario; todos los programas académicos están dirigidos a la resolución práctica y análisis sistémico de la problemática diaria en las diferentes áreas del quehacer del desarrollo integral.

Nuestra misión es formar profesionales líderes capaces de inducir y conducir los cambios requeridos en el desarrollo económico, ambiental, socio-cultural y político de los países de América Latina y el Caribe. En este contexto, y ante la urgente necesidad de formación de profesionales especialistas, capaces de responder a dichos cambios, UCI, ha diseñado cuidadosamente varios programas académicos integrales de Maestría procurando combinar el tratamiento y entendimiento de los temas conceptuales y teóricos básicos de la materia, con una perspectiva fresca, crítica y asentada en la realidad costarricense y su desarrollo actual y potencial.


Dentro de nuestros programas se encuentran:

– Maestría en Administración de Proyectos – Maestría en Asesoría Fiscal – Maestría en Derecho Empresarial – Maestría en Derecho Tributario – Maestría en Psicología Clínica Grupal – Maestría en Estudios en Psicología Grupal – Maestría en Legislación Ambiental – Maestría en Gerencia y Liderazgo Ambiental – Maestría en Gestión del Turismo Sostenible – Maestría en Gerencia de Programas Sanitarios en Inocuidad de Alimentos – Maestría en Criminología con mención en Seguridad Humana

El Convenio

El Convenio entre la Universidad para la Cooperación Internacional, UCI y la ANEP, tiene como objetivo general establecer bases para la realización de proyectos específicos de cooperación entre ambas entidades en campos como la docencia, la educación formal y la capacitación en las áreas de la Administración de Proyectos, Liderazgo y Gerencia Ambiental, Asesoría Fiscal, Derecho empresarial y Derecho Tributario, Legislación Ambiental, Psicología Grupal y cualesquiera otra sea considerada pertinente por ambas entidades.

La UCI se compromete a brindar servicios educativos a los asociados y asociadas de la ANEP y sus familiares en niveles de diplomado, bachillerato, licenciatura, maestría, cursos libres, cursos de extensión, educación ejecutiva así como en programas de capacitación y actualización, seminarios, conferencias y cualquier otro que las partes acuerden.

UCI se compromete a ofrecer un plan de becas correspondiente a 20% de descuento que se aplicará exclusivamente a los aranceles de la colegiatura en sus maestrías.

El anterior beneficio lo obtendrán todos los asociados y todas las asociadas que por medio de beca de la ANEP, o por sus propios medios deseen capacitarse, previa autorización de la misma.

Por lo tanto, REQUISITO INDISPENSABLE: Nota de la Oficina de Afiliación de ANEP constatando de que se es afiliado al Sindicato.

Mayor información sobre el Convenio ANEPUCI en Archivos Adjuntos
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ADENDUM AL CONVENIO

Reciba un cordial saludo de la Universidad para la Cooperación Internacional – UCI.

Por este medio tengo a bien presentar adendum del convenio entre UCI y su Representada, en el cual se ha establecido un cambio en el punto n. 3 del artículo 2, en donde puntualmente se ha hecho un cambio en el porcentaje de descuento parcial sobre el costo de colegiatura en cada uno de los programas a nivel de Maestría.

El nuevo descuento parcial es de un 15% aplicado sobre el costo de cada materia y únicamente sobre el primer plan de pagos (opciones de fraccionamiento de colegiatura), y en caso de que el estudiante pague en efectivo o por depósito de cuenta a cuenta se les aplica un 5% adicional, no así para transferencias internacionales ni pagos con tarjetas de crédito o débito, éstos porcentajes corresponden a los aranceles de las Maestrías únicamente.

Quedo a la orden para cualquier consulta y a la espera de su confirmación de recibido.

Cordialmente,

FIRMA2009-BRYAN


Ver documento completo en ARCHIVOS ADJUNTOS

ANEP – Universidad Central

Las carreras que ofrece la U. C. son las siguientes:

ADMINISTRACIóN DE EMPRESASGERENCIABANCA Y FINANZASMERCADEO Y VENTAS
RECURSOS HUMANOS
DERECHO
ARQUITECTURA
INGENIERíA CIVIL
INGENIERíA INDUSTRIAL
INGENIERíA ELECTROMECáNICA
INGENIERíA INDUSTRIAL
INGENIERíA ELECTRóNICA
PSICOLOGíA
EDUCACIóN•

Este convenio es vigente en las sedes de la UC en:

HEREDIA
Tel: 237-8627 / Del supermercado Hipermás,
600 metros al oeste y 50 metros al sur

SAN JOSE
Tel: 224-0551 / Bo. Escalante, diagonal a la rotonda El farolito

ALAJUELA
Tel: 440-1842 / Costado oeste del parque
del hospital de Alajuela

Página Web: www.ucentral.ac.cr
www.universidadcentral.com
Correo electrónico: info@ucentral.ac.cr

Requisito indispensable: Presentar en la UC, una carta
emitida por la ANEP haciendo constar que es afiliado (a).

•Solo en las sedes de Heredia y Alajuela

CONVENIO DE COOPERACION INTERINSTITUCIONAL

Entre nosotros, la Universidad Central Costarricense, en adelante denominada UC y representada por el Rector Dr. Máximo Sequeira Alemán, mayor, abogado, cédula número nueve cero cuarenta y ocho – novecientos setenta y cinco, vecino de Moravia; y la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados en adelante denominada ANEP, con domicilio en San José y representada por su Secretario General, Albino Vargas Barrantes, mayor, soltero, cédula de identidad número uno – cuatrocientos cincuenta y siete – trescientos noventa, vecino de Alajuelita, promotor sindical; y considerando que ambas instituciones tienen como oficio primordial el interés social y el bien común en sentido genérico, hemos convenido en celebrar el presente convenio de cooperación interinstitucional sujeto a las siguientes cláusulas:

PRIMERO: Que la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados, con el afán de brindar mejores oportunidades a sus afiliados y de consuno con la UC promocionará y divulgará entre sus agremiados las diferentes carreras y ventajas que ofrece la UC en sus planes de estudio. Para ello se utilizará los mecanismos convencionales de promoción, incluyendo un puesto promocional en las diferentes actividades que lleve a cabo la ANEP con sus afiliados, así como la colocación de afiches y otras informaciones relacionadas con la actividad académica de la UC estas actividades se llevarán a cabo cuatrimestralmente.

SEGUNDO: La UC se compromete a otorgar a los afiliados de la ANEP así como sus familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad de un 30% de beca en el pago de aranceles en colegiatura y matrícula. Los potenciales beneficiaron deberán acreditar su afiliación en la ANEP para ser sujetos de este beneficio. Para estos efectos la ANEP deberá comunicar con una semana de antelación al cierre del período de matrícula la lista de los beneficiarios del presente convenio para lo cual el señor Vargas Barrantes o sus representantes en las filiales respectivas de la ANEP lo comunicarán a la Oficina de la Rectoría de la UC en papel oficial de la Asociación.

TERCERO: Ambas instituciones se comprometen a organizar conjuntamente actividades tales como seminarios, foros, así como el intercambio del material didáctico con el fin de contribuir a la superación del material humano de ambas instituciones.

CUARTO: Este convenio tendrá un vigencia de tres años a partir del quince de julio del año dos mil tres pudiéndose prorrogar a conveniencia de partes por otros períodos iguales.

QUINTO: Las partes podrán rescindir unilateralmente el presente convenio dando aviso a la contraparte con un mes de antelación.

En fe de lo anterior firmamos en San José a los veinticuatro días del mes de julio del dos mil tres.

Original firmado

ANEP

Universidad Central

ANEP – Universidad Internacional de las Américas

CONVENIO DE COOPERACIÓN INTERINSTITUCIONAL PRIVADO ENTRE LA ASOCIACION NACIONAL DE EMPLEADOS PUBLICOS Y PRIVADOS, ANEP, Y LA UNIVERSIDAD INTERNACIONAL DE LAS AMÉRICAS
U.I.A.

Entre nosotros, La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados, en adelante `ANEP¨, cedula jurídica: tres-cero dos-cero cuarenta y cinco ciento ochenta y cinco, representado en este acto por el señor Albino Vargas Barrantes, mayor, soltero, cedula de identidad numero: uno-cuatrocientos cincuenta y siete-trescientos noventa, vecino de Alajuelita, Promotor Sindicalista, en función de Secretario General de la Asociación y el Álvaro Pazos Baldioceda, cédula uno – cuatrocientos sesenta y tres – doscientos setenta y nueve, mayor casado una vez, vecino de San Rafael de Montes de Oca, actuando en su calidad de Rector de la Universidad Internacional de las Américas, en adelante denominada “U.I.A.”, hemos convenido renovar el presente convenio, que se regirá por las siguientes disposiciones legales vigentes en materia de contratos y obligaciones, y por las siguientes cláusulas:

PRIMERA: La UIA ofrecerá a sus servicios a los empleados asociados a ANEP de manera que puedan cursar sus estudios en los grados de Bachillerato, Licenciatura Y Maestría (excepto Maestría en Ciencias Médicas), en carreras de la Universidad, los siguientes beneficios según corresponda:

Durante la vigencia del presente contrato los empleados podrán tener el beneficio de un 25% de descuento a los estudiantes que matriculen carreras que no sean de Ciencias de la Salud a nivel de pregrado (Bachillerato, Licenciatura), un 10% a los que matriculen carreras correspondientes a las Ciencias de la Salud, también a nivel de pregado (Medicina y Farmacia) un 25% de descuento a nivel de Maestría en Administración de Empresas, y un 15% a nivel de Doctorado en Administración de Empresas.

Cabe señalar que el funcionario que sea estudiante regular o de primer ingreso que goce de algún otro descuento de cualquier otra modalidad, no podrá hacer uso de ambos, sino elegir el que más le convenga a sus intereses. A su vez, no se podrá hacer uso de ningún otro tipo de financiamiento que se ofrezca en la Universidad.

SEGUNDA: ANEP se compromete a enviar una carta dirigida al personal administrativo de U.I.A que corresponda indicando el nombre del asociado que tendrá el beneficio del descuento, debidamente autorizado por ANEP

TERCERA: Para efecto de aplicar descuento a los familiares (padres, hermanos, hijos, y cónyuges) de los empleados asociados a ANEP se requerirá una certificación del Registro Civil donde se verifique el parentesco con dicho funcionario el día de la matrícula.

CUARTA: La UIA acepta convalidar materias que estudiantes incorporados a ANEP hayan aprobado en otras universidades, en el tanto se cumplan las políticas y criterios de reconocimiento de la Institución, en relación con la congruencia de contenidos y objetivos, así como en la residencia mínima de estudios establecida, y las políticas relativas a la institución de procedencia. El pago relativo al trámite de reconocimiento, será cubierto por cada estudiante según los aranceles vigentes en la Universidad.

QUINTA: El presente Convenio incluye únicamente el pago de aranceles de colegiatura y matrícula, los otros tales como convalidaciones, seminarios, reposiciones de exámenes, cambios de curso, aranceles de graduación, certificaciones y otros, deberán ser cancelados de acuerdo con los montos establecidos por la Universidad.

SEXTA: Las materias o cursos de la carrera a seguir por los estudiantes serán impartidos por la Universidad generalmente en forma cuatrimestral, conforme las asignaturas estipuladas en el plan de estudios correspondiente, y la oferta académica de la Universidad.

SÉPTIMA: El pago por concepto de matrícula y colegiatura lo hará el estudiante en el momento del registro y deberá efectuarse en efectivo o cheque, no será admitido ningún otro medio de pago.

OCTAVA: La UIA incrementará los costos de matrícula y colegiatura dependiendo de la inflación, por lo que el descuento se aplicará sobre la base de los costos vigentes en el momento de la matrícula.

NOVENA: La UIA asume la responsabilidad de efectuar los registros correspondientes en cada expediente del estudiante, de manera que cumpla con su plan de estudios para la carrera que cursa.

DÉCIMA: El título se otorgará a los estudiantes que cumplan con todos los requisitos de graduación vigentes, será en virtud de la potestad otorgada por las leyes de Costa Rica, y en cumplimiento de los requisitos reglamentarios de la Universidad, con todos los derechos, deberes y honores inherentes al grado académico o postgrado del que los estudiantes se ha hecho acreedor.

CIMA PRIMERA: El plazo de este convenio es de tres cuatrimestres o sea un año, y se prolongará solo bajo acuerdo mutuo por parte de los representantes de ANEP y la Universidad Internacional de la Américas. La UIA se reserva el derecho de rescindir unilateralmente del presente contrato si ANEP no cumple con sus obligaciones contractuales, para lo cual se remitirá comunicación escrita con no menos de treinta días de antelación a la fecha en que el convenio dejará de tener efecto.

CIMA SEGUNDA: En caso de existir anuencia entre las partes, el presente convenio podrá ser prorrogado por un año más, para lo cual ambas partes deberán hacer consenso al menos treinta días antes de la fecha de expiración.

CIMA TERCERA: Para efectos fiscales, se estima el presente convenio de cuantía inestimable.

En fe de lo anterior, ambas partes firmamos conformes en la ciudad de San José a los veintiún días del mes de marzo del 2006.

Dr. Álvaro Pazos Sr. Albino Vargas Barrantes
Rector Secretario General
U.I.A. ANEP

U.I.A. abre período de matrícula correspondiente al período III cuatrimestre del 2006

Esto en virtud del Convenio Interinstitucional establecido entre la Universidad Internacional de las Américas, UIA y nuestro Sindicato.

Dicha matrícula se realizará:

Fecha:
del 01 de agosto al 01 de setiembre, 2006
Horario: 08:00a.m a 06:00 p.m, jornada continua.

Comunicarse a los siguientes números telefónicos: 255-34-44, 257-34-63, 258-02-20, o bien a esta misma dirección, en caso de consultas, que con gusto se le atenderá.

REQUISITO INDISPENSABLE: Nota emitida por la Oficina de Afiliación de ANEP donde se constata su afiliación al Sindicato.

Los invitamos a aprovechar el Convenio de descuentos para afiliados a la ANEP, si no lo está ¡AFILIESE YA!

Flexitest

A)- Yo trabajo jornadas contínuas de más de 8 horas:

*1.______*Nunca o casi nunca

*2.______*Al menos 1 día por semana

*3.______*Dos o más días por semana

*4.______*Cada día laboral

B)- Tengo contrato de trabajo (verbal o escrito)

*1.______*Indefinido

*2.______*Por tiempo limitado de un año o más tiempo

*3.______*Por tiempo limitado menor a un año

*4.______*Por tareas concretas o pedidos

C)- Cuando hago horas extra es porque:

*1.______*Las negocio con la empresa y tengo posibilidades

*2.______*Me avisan con antelación, pero no puedo negociar nada

*3.______*No me obligan, pero es necesario para cumplir la meta

*4.______*Me obligan y si no lo hago, pierdo el empleo

D)- Disfruto mis vacaciones:

*1.______*Todos los años, con el pago correspondiente

*2.______*Todos los años, pero no me las pagan

*3.______*No las disfruto, pero me las pagan

*4.______*Nunca disfruto de vacaciones

E)- En mi colilla del pago de seguro social se incluye:

*1.______*Salario base, horas extras y bonificaciones o incentivos

*2.______*Salario base, y horas extra

*3.______*Solo salario base

*4.______*No tengo seguro social pagado, o no recibo colillas de pago

F) Para defender mis Derechos Laborales cuento con apoyo de:

*1.______*Una organización de trabajadoras (es) en la que nos apoyamos mutuamente

*2.______*Organizaciones creadas por la empresa que al final no nos defienden

*3.______*Acudo a organizaciones externas, porque en la empresa o institución están prohibidas

__________________________________________________________
Para flexi-evaluarte:

Anota el número que marcaste en cada pregunta (1,2,3 o 4).

Suma todos los números: (A+B+C+D+D+F) = Flexi-valor

Ejemplo:

A)_____2_____+
B)_____3_____+
C)_____1_____+
D)_____3_____+
E)_____1_____+
F)_____4_____*= Flexi-valor 15*

__________________________________________________________

Analiza tu Flexi-valor:

-Si es exactamente 6: Felicidades! Estás protegido (a) contra la flexibilización laboral.
-Si es entre 7 y 12: Cuidado! La flexibilidad laboral la (o) está amenazando.
-Si es entre 13 y 18: Alerta! La flexibilidad laboral está violentando muchos de sus derechos.
-Si es entre 19 y 24: Horror! No tiene Derechos Laborales, está totalmente flexibilizada (o).

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Sea cualquiera que sea el caso es MUY IMPORTANTE estar organizada (o), sindicalízate, visita las oficinas de ANEP y afíliate, te brindaremos la señoría necesaria.

EL EMPLEO ES EL CORAZON DE LA PAZ

Señor Cestmir Sajda, Presidente de la Conferencia;
Señor Juan Somavia, Director General;
Señores Vice Presidentes de la Mesa;
Señores Representantes del Sector de los Trabajadores;
Señores Representantes del Sector de los Empleadores;
Señores Representantes del Sector Gubernamental;
Señoras y señores,

Quisiera agradecer a Juan Somavia su atenta invitación para dirigirme a esta Conferencia Internacional de la Organización Mundial del Trabajo. Me complace particularmente que esta oportunidad se haya dado al inicio de
mi gestión, cuando por segunda vez tengo el honor y la responsabilidad de gobernar a la más antigua democracia de América Latina. Me satisface porque siento una gran afinidad y una gran sintonía con los valores y principios que la Organización Internacional del Trabajo promueve y porque creo firmemente que es en estos valores y principios donde residen las claves más profundas para hacer posible una convivencia humana civilizada.

Como ustedes saben, he dedicado una buena parte de mi vida a luchar por la paz, la reconciliación, el desarrollo humano, el diálogo respetuoso en democracia y la justicia social. Estos son los mismos valores fundamentales consagrados en la Constitución de esta organización desde su creación, valores por los que ustedes trabajan a diario y a cuya concreción la OIT ha contribuido y continúa contribuyendo de múltiples maneras. Por sus aportes en promover estos valores y por su compromiso permanente de hacer una diferencia en la vida de los trabajadores, esta organización también recibió el Premio Nobel de la Paz. Ello no es casual.

En efecto, existe una vinculación necesaria entre el empleo decente y la paz, entre el trabajo y la defensa de la dignidad humana. El derecho al trabajo es un derecho fundamental, y sin respeto a los derechos fundamentales la paz no es sino una quimera.

La OIT y Costa Rica comparten un credo común. Al defender el diálogo social, la paz y la democracia, esta casa alberga lo mejor de la experiencia histórica de mi país. Al aspirar a reducir la pobreza, eliminar la discriminación y la exclusión social, y promover el empleo y el trabajo decente para todos, esta casa da abrigo a los más caros sueños de mi pueblo. Por ello, por dar techo a lo mejor del pasado y a lo mejor del futuro de Costa Rica, esta casa la siento como la mía.

Nos convocan en este recinto retos grandes y urgentes. Nos convoca la preocupación de cómo avanzar hacia una globalización más justa, de cómo reaccionar ante los vertiginosos cambios tecnológicos y económicos que presenciamos. En ello, el director de esta organización y todos ustedes han hecho una labor encomiable. Porque la OIT se ha convertido en un referente inevitable en los temas sociales en un mundo globalizado.

Mediante la negociación de convenciones internacionales y de un nuevo enfoque que reconoce la centralidad del trabajo decente en las políticas económicas y sociales, la OIT está haciendo más que nadie para que la dimensión social de la globalización no sea relegada al olvido ni subordinada a los imperativos de la acumulación económica. Ese es un recordatorio fundamental, que el Gobierno de Costa Rica no sólo apoya enérgicamente a nivel discursivo sino también a través de acciones concretas.

El mejor apoyo que se le puede brindar a una organización como la OIT, es trabajar porque los lineamientos que emanen de ella sean puestos en práctica y respetados por cada ordenamiento nacional.
Una globalización más humana no se construye con palabras. Se construye con un compromiso ético constante y con el valor para tomar decisiones difíciles y abrazar causas frecuentemente controversiales. La humanidad ha llegado a una encrucijada y debe tomar decisiones cargadas de implicaciones morales.

Lo que no podemos hacer ni como ciudadanos, ni como formadores de opinión, ni como intelectuales, ni mucho menos como gobernantes, es evadir nuestras responsabilidades.

No podemos confiar ciegamente en que los inmensos cambios científicos y tecnológicos de nuestra era resolverán automáticamente los grandes dilemas de la especie humana: el de cómo preservar la vida en el planeta, cada vez más amenazada por la codicia y la falta de previsión; el de cómo hacer posible una convivencia civilizada entre los pueblos, cada vez más acosada por lo fundamentalismos políticos y religiosos y por el debilitamiento de la legalidad internacional; el de cómo realizar el precepto de que todos somos hijos de Dios e iguales ante sus ojos.

Este precepto es negado en la práctica por los crecientes niveles de desigualdad a escala global y por fenómenos de miseria que, a pesar de los progresos logrados, continúan siendo incompatibles con todo lo que decimos profesar.

Nada de esto se resolverá solo, porque está demostrado que ni el progreso económico ni el progreso científico conllevan necesariamente una elevación ética de la humanidad. El progreso ético no es inevitable. No se le espera como al paso de un cometa. Se requiere desearlo y construirlo con todas nuestras fuerzas.

Progresamos éticamente cuando ponemos al trabajo decente y a la defensa de la dignidad humana en el centro de nuestras políticas públicas. En la reciente Cumbre de los países de la Unión Europea, América Latina y el Caribe, el Secretario General de las Naciones Unidas Kofi Annan, pronunció un admirable discurso que enfatizó la preocupación esencial de la OIT, que es también la mía.

Dijo el Secretario General:
“Existe una urgente necesidad de dar prioridad al empleo en la toma de decisiones. En los debates tradicionales sobre políticas, se suele tratar la creación de empleos como una consecuencia inevitable del crecimiento económico. Y como resultado de ello, la formulación de políticas económicas se ha centrado más en controlar la inflación y aumentar la productividad, que en crear empleos. Sin embargo, existe evidencia contundente que el crecimiento por sí solo, aunque crucial, no siempre conlleva la creación de suficientes empleos.
Debemos reevaluar nuestro enfoque y ubicar la creación de empleo justo a la par del crecimiento económico en las políticas económicas y sociales, tanto a nivel nacional como internacional.
Por ejemplo, cada vez que se discuta la conveniencia de determinadas políticas macroeconómicas, debe existir una constante pregunta, un reflejo institucional, que plantee. ¿Qué puede hacer esta política por el empleo?”
.

La preocupación por hacer de la creación de empleo decente una meta global no basta. Es preciso traducir esa preocupación en estrategias efectivas en el plano concreto, nacional e internacional. Eso, como todos sabemos, no es fácil. Sin embargo, la experiencia reciente nos indica que existen algunas tareas estratégicas que son vitales para crear trabajo y para combatir el desempleo. Aquí les plantearé dos de ellas: invertir en educación y propiciar el libre comercio entre los países.

No existe peor obstáculo para la creación de empleos decentes que una educación deficiente. En América Latina, uno de cada tres jóvenes no asiste nunca a la escuela secundaria. Mientras tanto, en Africa Subsahariana una tercera parte de los niños ni siquiera llega a las aulas de la escuela primaria.

Eso es no sólo una ofensa a nuestros valores, sino un crudo testimonio de la falta de visión económica de algunas sociedades. Hoy, más que nunca, debemos entender que los fracasos en la educación de hoy, son los fracasos en la economía de mañana.

Combatir estos problemas es un desafío y una responsabilidad que le corresponde primordialmente al Estado. Como gobierno, debemos aspirar a tener profesores cada vez más capaces, más comprometidos y mejor remunerados, condiciones de las que depende la suerte de todo sistema educativo.

Debemos hacer la inversión que sea necesaria para mantener nuestra infraestructura educativa en una condición adecuada y abastecer nuestras escuelas con mejores recursos, en particular computadoras y redes de conectividad.

Debemos realizar grandes sacrificios para que nuestros estudiantes puedan aprender varios idiomas. Si nuestros países desean ser exitosos en un mundo dominado por la industria basada en el conocimiento, la destreza lingüística es una necesidad absoluta.

Además de todo lo anterior, es primordial asegurar la plena equidad de género en el acceso a la educación.

Como es ampliamente sabido, el acceso de las mujeres a la educación y los niveles de escolaridad de la población femenina se cuentan entre los más poderosos factores de predicción del desarrollo humano de cualquier sociedad.

Asegurar un acceso equitativo a la educación es solo parte de nuestra tarea. Tenemos también que asegurar que la educación en las aulas sea conducente a la plena emancipación de las mujeres y no a la reproducción de su rol subordinado. Y también tenemos que hacer posible la compleja traducción de la equidad educativa en equidad en el empleo, un paso que dista de ser automático.

Aún en mi país, donde las tasas de matrícula y escolaridad de las mujeres son, de hecho, superiores a las de los hombres, la población femenina continúa siendo discriminada en el salario y en sus condiciones de trabajo. Eso es inaceptable.

Solucionar las carencias de los sistemas educativos en los países en desarrollo casi siempre demanda más recursos. Pero sobre todo requiere voluntad política y claridad en las prioridades de la inversión pública.

Tengo muy claro, en especial, que la lucha por mejores empleos a través de una mejor educación está muy ligada a la lucha por la desmilitarización y el desarme.

Es vergonzoso que los gobiernos de algunas de las naciones más pobres continúen apertrechando sus tropas, adquiriendo tanques, aviones y armas para supuestamente proteger a una población que se consume en el hambre y la ignorancia.

Mi región del mundo no escapa a este fenómeno. En el año 2004, los países latinoamericanos gastaron un total de veintidós mil millones de dólares en armas y tropas, un monto que ha aumentado un 8% en términos reales a lo largo de la última década y que ha crecido alarmantemente en el último año.

América Latina ha iniciado una nueva carrera armamentista, pese a que nunca ha sido más democrática y a que prácticamente no ha visto conflictos militares entre países en el último siglo. Decir que no contamos con recursos para educar a nuestros niños es hacer lo de aquel hombre pobre que se quejaba del hambre mientras repartía su pan entre las aves.

Peor aún, es un alarmante signo de ceguera histórica. Porque si la historia de nuestra región ofrece alguna guía, entonces no podemos más que admitir que los recursos que América Latina ha dedicado al gasto militar en el mejor de los casos se han dilapidado, y en el peor, han terminado sirviendo para reprimir al pueblo que los pagó.

En esto, creo que los costarricenses tenemos derecho a sentirnos orgullosos. Desde 1948, por la visión de un hombre sabio, el ex – Presidente José Figueres, Costa Rica abolió el ejército, le declaró la paz al mundo y apostó por la vida. Los niños costarricenses no conocen un soldado ni un tanque de guerra; marchan a la escuela con libros bajo el brazo y no con rifles sobre el hombro.

Si existe un viejo refrán que señala que “cuando se abre una escuela, se cierra una cárcel”, en Costa Rica creemos que “cuando se cierra un cuartel, se abre una escuela”. Cada vez que un soldado se despoja de su casaca militar, permite que muchos niños puedan ponerse el uniforme escolar.

Ese es un camino que ni mi país ni yo estamos dispuestos a abandonar. No sólo eso: es una ruta que queremos que sea la de toda la humanidad. Por eso, hoy les propongo una idea. Les propongo que entre todos demos vida al Consenso de Costa Rica, mediante el cual se creen mecanismos para condonar deudas y apoyar con recursos financieros internacionales a los países en vías de desarrollo que inviertan cada vez más en educación, salud y vivienda para sus pueblos y cada vez menos en armas y soldados. Es hora de que la comunidad financiera internacional premie no sólo a quien gasta con orden, como hasta ahora, sino a quien gasta con ética.

Otro elemento fundamental en la solución del problema del empleo es el comercio internacional. Sé que este recinto alberga una amplia gama de opiniones sobre las mejores formas de alcanzar un intercambio global que sea intenso y, a la vez, justo. Personalmente considero que el libre comercio es la vía más adecuada para lograr este objetivo.

Estoy convencido de que constituye un camino, que, si se transita correctamente, conducirá a la creación de más y mejores empleos para nuestros ciudadanos.

Costa Rica es un país de cuatro millones y medio de habitantes, uno de los más pequeños del mundo. Para un país como el mío y, de hecho, para todos los países en vías de desarrollo, no existe otra opción que profundizar su integración con la economía mundial.

Sólo si abrimos nuestras economías seremos capaces de atraer los flujos de inversión directa que complementen nuestras tasas de ahorro interno crónicamente bajas. Sólo si nos abrimos podremos acceder a los beneficios de la tecnología más avanzada y a procesos de aprendizaje productivo que terminan por beneficiar a nuestros empresarios locales.

Sólo si nos abrimos podremos desarrollar sectores productivos dinámicos, capaces de competir a escala internacional. Pero, sobre todo, sólo si nos abrimos podremos crear empleos suficientes y de calidad para nuestra juventud. Porque está ampliamente demostrado, tanto en América Latina como en Costa Rica, que los empleos ligados a la inversión extranjera y a las actividades de exportación son, casi siempre, formales y mejor remunerados que el promedio.

En épocas de globalización la disyuntiva que enfrentan los países en vías de desarrollo es tan cruda como simple: si no son capaces de exportar cada vez más bienes y servicios, terminarán exportando cada vez más gente. Venturosamente, eso lo entendimos hace ya mucho tiempo en Costa Rica y, por ello, somos uno de los pocos países en América Latina que no obliga a sus jóvenes a buscar trabajo más allá de sus fronteras.
En Costa Rica, la apertura gradual de la economía y la mayor interacción comercial con el mundo han probado ser estrategias de desarrollo viables y positivas. Nuestro ingreso per cápita ha aumentado significativamente en los últimos veinte años, el desempleo ha permanecido en niveles bajos pese a absorber una carga migratoria considerable y nuestras exportaciones se han diversificado muchísimo.

Hace veinte años nuestros principales productos de exportación eran el café y el banano. Hoy, el turismo y la exportación de chips de computadoras representan varias veces el valor combinado de nuestras exportaciones tradicionales. Nuestra economía ha dejado de depender de los vaivenes caprichosos del mercado de dos productos y, por eso, no es casual que Costa Rica sea prácticamente el único país de América Latina que no ha sufrido una gran recesión económica en más de dos décadas.

Estemos claros: la apertura de la economía y la búsqueda del libre comercio han sido positivos para mi país, no perfectos. Tenemos en Costa Rica crecientes problemas de distribución de la riqueza y unos niveles de pobreza que siguen siendo inaceptablemente altos. Pero peores, mucho peores, serían nuestros problemas si nos empeñáramos en regresar al pasado.

Por más que algunos nostálgicos se nieguen a reconocerlo, la dura verdad es que los experimentos autárquicos que fueron por mucho tiempo la marca distintiva de América Latina y de buena parte del mundo en desarrollo, sólo sirvieron para generar sectores productivos protegidos e ineficientes, aparatos estatales hipertrofiados y corruptos, y una proliferación de grupos de presión en permanente búsqueda del favor de la burocracia.
Ese es un pasado al que no debemos volver.

Ahora bien, ¿qué significa el libre comercio para los derechos de los trabajadores? Algunos consideran que la reducción de barreras económicas conduce por fuerza a un debilitamiento de los estándares laborales, al hacer de países que brindan menor protección a sus trabajadores destinos atractivos para las inversiones.

Yo no estoy convencido de que este miedo esté justificado. Cada uno de nuestros gobiernos debe insistir en que los tratados de libre comercio respeten los derechos laborales e incluso consideren ese respeto como una condición indispensable para cualquier acuerdo.

Por ejemplo, todos los países suscriptores del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana, se comprometieron en ese instrumento a adoptar un conjunto de estándares laborales emitidos por la OIT. Se nos solicita reforzar esos estándares y acatarlos, pudiendo incurrir en responsabilidad internacional quien los irrespete. Este es un ejemplo de cómo el intercambio comercial puede implicar una incorporación de los países a una comunidad internacional que exige como cuota de ingreso el respeto a los principios y derechos fundamentales en el trabajo.

Para el Gobierno de Costa Rica no hay, ni puede haber, concesiones en la protección de los derechos de los trabajadores. Sé que algunos, irritados por decisiones tomadas con absoluta independencia por nuestros jueces –que afortunadamente disfrutan de un grado de autonomía desconocido en casi todo el mundo en desarrollo—, han tratado de crear la impresión de que en Costa Rica se impide el ejercicio de los derechos laborales y, en especial, el de las convenciones colectivas.

Esa es una imagen falsa, tendenciosa y totalmente inconsistente con nuestra larga tradición de defensa de los derechos humanos. Antes bien, deseo expresar aquí el compromiso de mi gobierno no sólo con la preservación y regulación del derecho de la convención colectiva, sino también con la aprobación de una reforma laboral que agilice los procesos judiciales para tutelar los derechos de los trabajadores.

Quiero que Costa Rica continúe siendo, ante todo, un país de derecho, en el que se respeten siempre las decisiones de los tribunales, pero en el que también éstos se encarguen de hacer realidad el principio de justicia pronta y cumplida para los trabajadores.

La liberalización comercial puede ser, pues, defendida por sus méritos y por sus efectos beneficiosos para los trabajadores. Pero quiero enfatizar que la defensa del libre comercio debe ser honesta y consistente. Debe buscar un intercambio comercial que, en efecto, sea igual de libre para todos los países. No es éticamente defendible la práctica de los países desarrollados de presionar por la eliminación de barreras comerciales sólo en los sectores en que cuentan con evidentes ventajas comparativas.

Los países en vías de desarrollo necesitamos y demandamos también libre comercio en la agricultura. Eso implica poner fin, gradual pero visiblemente, a los subsidios anuales de más de doscientos cincuenta mil millones de dólares que los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico brindan a su sector agrícola. Hasta que no avancemos en este tema, tendremos que seguir parafraseando la célebre expresión de George Orwell: en el libre comercio somos todos iguales, pero hay algunos más iguales que otros.

Los países en vías de desarrollo necesitamos ayuda al desarrollo y solidaridad de parte de los países industrializados, pero, sobre todo, necesitamos de ellos coherencia. Que si pregonan el libre mercado, entonces que éste sea, en efecto, libre. Que si defienden y practican en sus países admirables formas de justicia social a través de sus estados de bienestar, entonces que pongan una pizca de esa filosofía en práctica a escala internacional. Que si pregonan y viven el credo democrático en sus fronteras, que ayuden a traducirlo en una distribución de poder más balanceada en los organismos internacionales.

Para el mundo, las tareas de dar acceso universal a la educación y de avanzar hacia el libre comercio son demasiado difíciles para ser consideradas inevitables pero demasiado importantes para ser consideradas opcionales. Está en juego en todo esto mucho más que el simple crecimiento económico. En la medida en que ambas tareas son decisivas para la creación de empleos decentes, descansa sobre ellas el futuro de la democracia y el futuro de la paz.

No es coincidencia que muchas de las más graves amenazas a la paz y a la democracia que hoy enfrentamos, se originen en países con altas tasas de desempleo y subempleo. El fracaso en la implementación de políticas exitosas que permitan crear mejores oportunidades para la población joven, significará la trampa más segura contra nuestra seguridad. La frustración que se deriva de la falta de oportunidades conduce a nuestros jóvenes al radicalismo y a la violencia y termina por lesionar a la humanidad entera.

Como ganadores del premio Nobel, ambos sabemos que el trabajo decente se encuentra en el corazón de la paz, porque la paz no consiste en la simple ausencia de destrucción, sino en la tenaz vocación de hacer posible una vida digna para todos los seres humanos. La paz es eso: una tenaz vocación, un esfuerzo cotidiano, un trabajo constante. Hay algo que desearía que los políticos y los ciudadanos, los empresarios y los trabajadores, los soldados y los civiles, entendieran más que nada: la paz es la más honorable forma de esfuerzo y la más esforzada forma de honor.

Amigos míos:
La OIT ha venido llamando nuestra atención hacia la necesidad de reevaluar nuestros enfoques y ubicar el empleo productivo y el trabajo decente en el centro de nuestras políticas económicas y sociales, tanto nacionales como internacionales. Reconozco esta necesidad y acepto el desafío que impone. Es por ello que he puntualizado dos tareas estratégicas que son prioritarias para avanzar hacia esa meta.

Ya sea a través de la reducción de barreras comerciales o de un esfuerzo mundial para sustituir el gasto en armas por la inversión en escuelas, los trabajadores, los empleadores y los gobiernos del mundo se encuentran más vinculados que nunca. El destino de cada uno depende del otro, hoy como nunca antes. Esta es la razón por la que resulta vital el diálogo que desde la OIT se propicia.

Así es que hoy, en vísperas de la inauguración de la Copa Mundial, les dejo un último mensaje: es tiempo de pensar los unos en los otros, de pensar en cada trabajador, en cada sindicato, en cada cámara empresarial, en cada empleador y en cada gobierno del planeta como jugadores de un mismo equipo. Si así lo hacemos –al igual que espero lo hará Costa Rica mañana —anotaremos muchísimos goles en el marco del desempleo, de la pobreza, de la injusticia y de la guerra. Será tiempo entonces de celebrar nuestra victoria y de emprender, a la par de la OIT, nuevas batallas en la inacabable lucha por la dignidad humana.

Muchas gracias.
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English Version
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EMLOYMENT IS HE HEART OF PEACE

Speech by Oscar Arias
President of the Republic of Costa Rica
International Labor Conference
Palais des Nations, Geneva, Switzerland
8 June 2006

Ladies and gentlemen,

I would like to thank Juan Somavía for the kind invitation to take part in this conference of the International Labor Organization. It is a special pleasure to be here so soon after beginning my second term as president of the oldest democracy in Latin America. I feel a great solidarity with the values and principles of the International Labor Organization, values and principles that have at their heart the most profound truths of human coexistence, peace and development.

As you know, I have dedicated a great deal of my life to the pursuit of peace, reconciliation, development, dialogue, democracy and social justice. These are exactly the fundamental values consecrated in the constitution of this important multilateral organization, values for which the ILO has always worked and continues to work every day. For taking concrete action to promote these values, this organization likewise received the Nobel Prize for Peace. This did not happen by chance. In effect, there exists a fundamental link between decent employment and peace, between work and the defense of human dignity. The right to work is a fundamental right, and without respect for fundamental rights, peace can be no more than a dream.

The ILO and Costa Rica share a common creed. The defense of social dialogue, peace and democracy—in short, the best of the historical experience of my country—are hallmarks of this institution. By aspiring to reduce poverty, eliminate discrimination and social exclusion, and provide decent employment for all, the ILO gives shelter to the most precious dreams of my country. For this, for being a roof under which the best of the past and future of Costa Rica reside, this house seems like my own.

The challenges that face us as we gather here today are formidable and urgent. We are faced with the challenge of advancing toward a more just globalization, and the challenge of reacting to a series of dizzying technological and economic changes. In confronting these challenges, and in the quest to attune the ILO to the social aspects of globalization, the director of this organization, and all of you, have done laudable work.

The ILO has strengthened the world’s attentiveness to this social dimension through the negotiation of international conventions and through a new focus on the creation of more and better employment. The organization has pushed for the recognition of the centrality of decent employment in economic and social policy and as an indispensable element of poverty-reduction strategies. The government of Costa Rica is proud to give the ILO its strong support not only verbally but also through concrete actions. The best tribute one can give to an organization like the ILO is to put its ideals into practice at the national level.

For a more humane globalization is not built out of words. It is built out of a consistent ethical commitment and with a courage to make difficult decisions and embrace causes that can be controversial. Humanity has reached a crossroads and must make decisions that have moral implications. What we cannot do, as citizens, or opinion leaders, or intellectuals, or least of all as government officials, is evade these responsibilities.

As human beings, we cannot blindly trust the immense scientific and technological changes of our era to automatically resolve the great dilemmas of humankind. We cannot trust them to preserve our planet, increasingly threatened by greed and lack of foresight. We cannot trust them to make possible the peaceful coexistence of civilizations, civilizations which are increasingly endangered by political and religious fundamentalism and by the weakening of international law. We cannot trust them to promote the principle that we are all children of God and equal in His eyes. This principle is undermined by rising levels of inequality on a global scale, and by certain outcroppings of misery that continue to be incompatible with all we claim to profess.

None of these problems will resolve themselves, because it is clear that neither economic progress nor scientific progress necessarily entails ethical progress on the part of humanity. Ethical progress is not inevitable. We cannot wait for it like we wait for the passing of a comet. It requires that we desire it and build it with all our strength.

We will make ethical progress when we put decent employment and the defense of human dignity at the center of our public policies. At the recent Cumbre Europa-América Latina Secretary General Kofi Annan gave an admirable speech that emphasizes the essential preoccupation of the ILO and of mine. The Secretary General said:
“There is an urgent need to prioritize employment in decision-making. Traditional policy discussions treat job creation as an inevitable outcome of economic growth. As a result, economic policy formulation has focused more on keeping inflation in check and increasing output than creating employment. Yet there is mounting evidence that growth alone, while crucial for employment, does not always lead to enough jobs. We must re-evaluate our approach, and place job creation right next to economic growth in national and international economic and social policies. For instance, when discussing macroeconomic policies there should be an institutionalized reflex which constantly asks ‘what can this do for jobs?’”

The preoccupation with making the creation of decent employment a global goal is not enough. It is essential to translate this preoccupation into effective, concrete, national and international strategies. This, as you all know, is not easy. In any event, recent experience tells us that there are certain strategic tasks that are vital to the creation of jobs and to the fight against unemployment. Today I would like to discuss two of those tasks: investment in education and free trade between nations.

First, nothing prevents the creation of decent jobs like indecent education. In Latin America one out of every three children never attends secondary school. One out of every three children in sub-Saharan Africa never even attends primary school. This is not just an offense to our values, it is a crude testament to the lack of economic vision on the part of some societies. Now more than ever, we understand that the educational catastrophe of today is the economic catastrophe of tomorrow.

Combating these problems is a challenge and responsibility that falls squarely on the State. As governments, we must aspire to have teachers who are qualified, committed and compensated—conditions on which the success of the entire system of education depends. We must make the investment necessary to maintain our educational infrastructure and provide our schools with better resources, not the least of which are computers and networks. We must go to great lengths to make sure our students learn multiple languages. If countries are to develop a foothold in knowledge-based industries, language abilities are an absolute necessity.

Furthermore, we must ensure gender equality in access to education. Equal education for women is the surest path toward equal employment for women. Equal employment for women is one of the strongest indicators of a just society, and a key ingredient in growth, development and peace.
Assuring equal access to education is only part of our homework. We also must assure that the education women receive in the classroom is geared toward their emancipation and not toward the inculcation of a subordinate role. And we must also make possible the complete translation of educational equality into equal employment, a step that is far from automatic. Still today in my country, where the rates of enrollment and graduation are higher among women than men, the female population continues to suffer discrimination in terms of salary and working conditions. This is unacceptable.

Upgrading systems of education in both developed and developing nations of course requires the allocation of additional resources. But above all it requires political will and clarity in the priorities of public investment. The struggle for better jobs through education and skills training is deeply connected to the struggle for demilitarization and disarmament. It is shameful that governments of some of the poorest nations continue to hoard tanks, jeeps and guns to supposedly protect a population languishing in poverty and ignorance.

My region of the world is no stranger to this phenomenon. In 2004 Latin American nations spent a total of twenty-four billion dollars on weapons and troops, an amount that represents an increase in real terms of 8% over the last decade and an amount that has grown alarmingly in the last year. Latin America has begun a new arms race, regardless of the fact that the region has never been more democratic and that in the last century it has rarely seen military conflicts between nations. Saying we do not have the money to educate our children is like a poor man complaining of hunger as he throws his bread to the birds. Worse still is an alarming sign of blindness toward history. Because if the history of our region is any guide, we cannot help but admit that the resources Latin America has dedicated to military spending have in the best cases contributed to the poverty of those who bore the initial costs, and in the worst cases have ended up outright suppressing them.

In our resistance to this self-destruction, I believe that Costa Ricans have reason to feel proud. In 1948, owing to the vision of the wise former president José Figueres, Costa Rica abolished its military and declared peace on the world. Costa Rican children do not know soldiers or tanks; they march with books under their arms, not rifles on their shoulders. Echoing the old refrain, “When a school opens, a jail closes,” Costa Rica believes that “when a barracks closes, a school opens.” Each time a soldier sheds his military garb, it allows for many children to put on the uniforms of their schools.

That is a road that neither my country nor I are willing to abandon. And not only that: it is a route that we wish all humanity to follow. In order that this should be the case, today I propose an idea. I propose to you that we all give life to the Costa Rica Consensus, through which we create mechanisms to forgive debt and give international financial support to developing nations that invest more and more in education, health and housing, and less and less in soldiers and weapons. It is time that the international financial community reward not only those whose spending is orderly, as it has done till now, but also those whose spending is ethical.

Another key element in the solution to the problem of employment is economic cooperation. I know that in this room there are many diverse perspectives on how best to achieve global trade that is both free and fair. Personally, I see free trade not as a destination but as a road, a road that if travelled correctly will lead to more and better jobs for our citizens.

Costa Rica is a country of four and a half million inhabitants, one of the smallest on the planet. For a country like mine, and for all countries on the road to development, there is no other option apart from greater integration with the global economy.

Only if we open our economies will we be capable of attracting the sources of direct investment that complement our chronically low rates of internal savings. Only if we open our economies can we benefit from the most advanced technology and job training that bring benefits to local businesses. Only if we open our economies can we develop dynamic and productive industries, capable of competing on an international level. And, above all, only if we open our markets can we create jobs in sufficient numbers and of sufficient quality to meet the needs of our youth. It is clear at this point that in Costa Rica and Latin America, jobs tied to foreign investment are, almost without fail, steadier and better paid than the average.

In periods of globalization the dilemma that developing nations face is as difficult as it is simple: if they are not able to export more and more goods and services, they wind up exporting more and more people. Fortunately, we have understood this for some time in Costa Rica, and as a result we are one of the few countries in Latin America that has not seen vast numbers of our citizens leave to seek work abroad.

In Costa Rica, the gradual opening of the economy and the increasing commercial interaction with the world has proven the positive and viable nature of our development strategies. Our per capita income has increased significantly in the last twenty years, unemployment has remained at low levels regardless of considerable immigration, and our exports have diversified substantially.

Twenty years ago our principle exports were coffee and bananas. Today, tourism and the exportation of microchips account for several times the combined value of our traditional exports. Our economy has ceased to depend on the capricious market for two products, and as a result it is no coincidence that Costa Rica is the only country in Latin America that has not suffered a major recession in more than two decades.

Let us be clear: the opening of the economy and the search for free trade have been positive for my country, but not perfect. In Costa Rica there are growing problems relating to the distribution of wealth and the persistence of unacceptably high levels of poverty. But these problems would be worse, much worse, if we decided to return to the past. However much certain nostalgic individuals refuse to recognize the fact, the authoritarian experiments that were for a long time the hallmark of Latin America and a fair portion of the developing world served only to create protected and inefficient industries, inflate and corrupt the apparatus of the state, and proliferate interest groups permanently seeking the favor of the bureaucracy. This is a past to which we cannot return.

Now, what does free trade mean for workers’ rights? Some feel that bilateral trade barrier reduction will lead to a decline in labor standards by shifting jobs to countries where there is less protection for workers. I do not believe that on the whole this fear is justified. Each and every one of our governments must insist that trade agreements respect labor standards; this should be an indispensable condition for any agreement.

For instance, all the countries party to DR-CAFTA have adopted the core labor standards of the ILO. We are required to enforce these standards, or else we face fines or the loss of preferential trade benefits. This is just one example of how commercial exchange can lead nations to collectively demand respect for the fundamental principles and rights of labor.

For the government of Costa Rica there are not, nor can there be, concessions when it comes to the protection of workers’ rights. I know that some, annoyed with decisions made absolutely independently by our judges—who fortunately enjoy a level of independence unknown in almost all the developing world—have tried to create the impression that Costa Rica tries to stifle labor rights, especially the right to collective bargaining.

This is a false image, tendentious and totally inconsistent with our long tradition of defending human rights. Above all, I would like to express here today the commitment of my government not only to the preservation and regulation of the right to collective bargaining, but also to the approval of labor reform that facilitates judicial processes that protect the rights of workers.

I would like Costa Rica to continue to be, above all, a state that guarantees equal justice under law, which always respects the decisions of its tribunals, but one in which these entities strive to ensure prompt and complete justice for workers.

Commercial liberalization can be defended on the basis of its merits and its beneficial effects for laborers. But I want to emphasize that the defense of free trade should be honest and consistent. We must insist on commercial exchange that is in fact free and equal for all countries. The practice on the part of developed nations of pushing for the elimination of trade barriers in the sectors where they have comparative advantages is not ethically defensible.

Developing nations need and demand free trade in agriculture as well, and that means ending the subsidies of well over two-hundred-and-fifty billion dollars per year that OECD member states pour into their agricultural sector. Until we advance on this issue, we will continue to have to paraphrase George Orwell’s celebrated expression: in free trade everyone is equal, but some are more equal than others.

Developing nations need help and solidarity from the industrialized world, but above all, what we need from them is consistency. If they praise the free market, the markets in which they operate should actually be free. If in their own countries they defend and practice admirable forms of social justice through welfare states, then they should put this philosophy into practice on the international level. If they proclaim and practice the creed of democracy within their borders, they should support a more balanced distribution of power in international bodies.

For the world, the tasks of providing universal access to education and advancing free trade are far too difficult to be considered inevitable but far too important to be considered optional. There is more at stake than just economic growth. On the back of both education and free commerce rests the future of democracy and the future of peace.

It is no coincidence that some of the gravest threats to peace and democracy today originate in countries with high unemployment and underemployment. The failure to provide opportunities to young people is a gigantic detriment to security. The frustration that the lack of opportunities creates drives young people to radicalism and violence and ultimately serves to wound all of humanity.

As Nobel Laureates, we both know that decent employment lies at the heart of peace. Because peace is not just the absence of destruction, it is the persistent task of making possible a dignified life for all human beings. This is what peace is all about. Exertion. Work. If there is one thing I wish were more apparent to the presidents, generals, soldiers and civilians of the world, it is this: Peace is the most honorable form of exhaustion, and the most exhausting form of honor.

My friends,
The ILO has called the world’s attention to the need to reevaluate our approach and place productive employment and decent work at the center of our economic and social policies, both nationally and internationally. I recognize this need and I accept the challenge that it imposes. It is for this reason that I have highlighted two strategic tasks that are priorities for advancing toward this goal.

Be it through the reduction of trade barriers or a global effort to substitute spending on education for spending on arms, the workers, businesses and governments of the world are connected as never before. Our fate rests on one another as never before. This is why the social dialogue and shared vision that the ILO promotes are so important.

And so, one day before the labors of the players in the World Cup commence, I leave you with one final message: it is time to think of each other—of every worker, trade union, business and government on the planet—as playing on the same team. If we all play as a team—as I hope Costa Rica will tomorrow—we will rack up goal after goal against the adversaries of unemployment, poverty, injustice and war. There will be time then to celebrate our victory, and to begin, alongside the ILO, new battles in the unending struggle for the dignity of all humankind.

Thank you very much.

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Fuente: OIT