Kristallnacht

El pasado miércoles 20 de noviembre en curso, tuvo lugar en nuestro país la sensible conmemoración y recordación del 75 aniversario de lo que la historia occidental registra como “La noche de los cristales rotos” (en idioma alemán, “Kristallnacht”).

Por órdenes de uno de los más grandes criminales genocidas de toda la historia de la Humanidad, Adolfo Hitler, en la noche del 9 de noviembre de 1938 y en toda Alemania ya gobernada por él en forma de dictadura atroz; las tropas de asalto nazis ejecutaron una perversa campaña coordinada y previamente diseñada, de asesinatos, incendios provocados, saqueos y destrucción de comercios judíos, derribamientos de cientos de sinagogas, quema de libros sagrados, etc.

La Schutzstaffel (SS), la Sturmabteilung (SA), así como la Gestapo, entidades que luego se volverían perversamente “célebres”, están entre los cuerpos de la policía política hitlerista que ejecutaron los crímenes de “La noche de los cristales rotos” (llamada así por la impresionante cantidad de fragmentos de vidrio de los ventanales quebrados esparcidos en las aceras de los comercios asaltados e incendiados).

Según los nazis, lo que pasó esa noche fue una “reacción espontánea” de un pueblo alemán “indignado” porque dos días antes, el 7 de noviembre de 1938, el secretario de la embajada germana en París, Francia, el señor Ernst vom Rath, fue asesinado por un joven judío polaco de origen alemán, Herschel Grynszpan.

La perversidad nazi-hitlerista llegó a tales extremos como la confiscación de los pagos que las aseguradoras luego efectuaron para solventar las pérdidas producto de los comercios saqueados, arrasados, incendiados en la “Kristallnacht”.

En muchos países del orbe (y Costa Rica no fue la excepción), ciudadanos y ciudadanas humanistas de diversas religiones, se reunieron para evocar tan nefasto episodio; al que muchos consideran como la “fecha oficial” del inicio de lo que luego la Humanidad, completamente atónica y horrorizada, conocería al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en 1945, como el Holocausto (exterminio premeditado y masivo de ciudadanos judíos).

Agradecemos al ciudadano don Marcelo Burman (Presidente Bnai Brith Costa Rica), la convocatoria que nos hizo para asistir al Centro Israelita Sionista de Costa Rica, la noche del pasado miércoles 20 de noviembre de 2013.

Un imponderable de último minuto impidió nuestra presencia física, pese a que ya nos habíamos comprometido a ello, excusándonos públicamente por esta vía.

“La noche de los cristales rotos” debe ser una circunstancia de evocación permanente de parte de todas las personas de buena voluntad sin importar su credo religioso.

La intolerancia, el odio étnico, la exclusión religiosa, la discriminación en todas sus manifestaciones; la violencia física en cualesquiera de sus formas, así como su fase más degradante, el terror institucionalizado; merecen la repulsa más fuerte en todo momento y en todo lugar por parte de todas las personas que, de un modo u otro, anhelamos un mundo mejor, más justo, más inclusivo, más tolerante.

El dolor y el sacrificio representados por la “Kristallnact”, deben ser motivadores perennes para luchar incansablemente por el establecimiento del reino definitivo de la tolerancia en la convivencia humana.

El Contrato

El Contrato de ampliación
De la ruta hacia Limón,
Se hizo sin tener
Suficiente información.

Se aprobó el contrato
De manera apresurada,
Con una empresa china
Que estaba cuestionada.

Se le acusa de pagar
Sobornos en Filipinas,
Quién sabe si en Costa Rica
Habrá pagado algunas propinas.

La empresa está denunciada
Por actos de corrupción,
Y aquí la contrataron
Sin buscar información.

Ni siquiera el Banco Mundial
La quiere recomendar,
Pero aquí la contratan
Sin siquiera investigar.

Se hicieron algunos estudios
Partiendo de supuestos,
Pero se quedaron
Algunos cabos sueltos.

Comenzó a aflorar
Toda la verdad,
Y se destapo el tamal
Antes de navidad

El legado de Mario Blanco Vado

La lucha por la libertad sindical en Costa Rica. Autor: Lic. Mario A. Blanco Vado. Ver el documento aquí.

La transformación de la cesantía en el marco del ajuste estructural. Autor: Lic. Mario A. Blanco Vado. Ver el documento aquí.

El modelo económico y las relaciones laborales colectiva: Apuntes sobre la organización sindical y el ajuste estructural. Autor: Mario A. Blanco Vado. Ver el documento aquí.

El Tratado de Libre Comercio entre Costa Rica y México. Apuntes sobre su impacto en el ámbito laboral. Autor: Lic. Mario A. Blanco Vado. Ver el documento aquí.

Las relaciones laborales en el marco de la globalización económica: Los principios del Derecho Laboral, su regulación y sus tendencias. Autor: Mario A. Blanco Vado. Ver el documento aquí.

La libertad sindical en centroamérica. Su regulación y vigencia efectiva. Autor: Lic. Mario Blanco Vado. Ver el documento aquí.

El sindicado como titular del derecho de huelga. Autor: Lic. Mario A. Blanco Vado. Ver el documento aquí.

Las regulaciones en materia de salud laboral en Costa Rica. Apuntes sobre su actualidad y perspectivas. Autor: Lic. Mario A. Blanco Vado. Ver el documento aquí.

La negociación colectiva de facto en la Administración Pública costarricense. Autor: Lic. Mario A. Blanco Vado. Ver el documento aquí.

Comentario a la sentencia NO. 1696-92 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Autor: Lic. Mario A. Blanco Vado. Ver el documento aquí.

El sindicalismo en el sector privado costarricense. Autores: Mario A. Blanco V. y María Eugenia Trejos P. Ver el documento aquí.

Sindicatos piden votar la RPL

Cuando parecía que solo faltaba la firma de la presidenta Laura Chinchilla para que el proyecto de Reforma Procesal Laboral se convirtiera en ley de la República (que entre otras cosas permitiría la huelga en los servicios públicos y privados) este fue vetado en octubre del 2012, desde entonces las organizaciones sindicales han tratado de resucitar la iniciativa.

Por ello es que han hecho esfuerzos con el Poder Ejecutivo a fin de no permitir la muerte de dicha reforma, considerada como uno de los planteamientos en el tema laboral más importantes desde la promulgación del Código de Trabajo en 1943, proyecto de ley que se encuentra en la Asamblea Legislativa.

Los sindicatos solicitan a los diputados que contribuyan y que aprueben el dictamen de mayoría que ya tiene el visto bueno de la Comisión de Asuntos Jurídicos, pues sostienen que el documento no cambia las condiciones contempladas en el Código de Trabajo.

Representantes de diversas organizaciones sindicales como del Sindicato de Trabajadores Petroleros Químicos y Afines (Sitrapequia), el Nacional de Enfermería (Sinae), el de Trabajadores de la Educación Costarricense (SEC), la Central del Movimiento de Trabajadores Costarricenses (CMTC), el Frente Interno de Trabajadores del ICE (FIT-ICE), la Confederación de Trabajadores Rerum Novarum (CTRN), la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), fueron entrevistados por las subdirectoras de DIARIO EXTRA Marcela Villalobos y Paola Hernández, sobre el avance y curso de esta iniciativa.

¿Está congelado en la Asamblea Legislativa el proyecto de Reforma Procesal Laboral?

-Marvin Rodríguez: El movimiento sindical ha efectuado gestiones para reactivarlo y es así como hemos logrado que la Asamblea Legislativa los liberara de los artículos vetados, lo que queda es someterlo al plenario. El proyecto está imposibilitado de meterle mociones, está completamente limpio y solo espera votación. Está en el último lugar de la agenda.

¿En qué etapa está el proyecto en Cuesta de Moras?

– Rodríguez: Llegamos a un punto que está limpio, pero no existe la anuencia del partido en el poder para que pase, sino que aprovechan la coyuntura electoral en la que nos encontramos, le agregan dos proyectos más y lo tratan de introducir como un paquete. Se trata de la reforma al Reglamento Legislativo y a la Ley Jurisdiccional Constitucional.

Estamos a la espera que se presente la moción por posposición que se comprometió a presentar la fracción del Partido Liberación Nacional (PLN), con lo cual solo quedarían los dos proyectos de la Reforma Procesal Laboral y el de la Reforma de Ley de Jurisdicción Constitucional, con lo cual se subiría a un mejor lugar en la agenda legislativa.

Una de las discusiones para el veto era el tema de los servicios esenciales y se metió el tema de puertos, por ejemplo…

-Patrick Johnson: Desde hace años el gobierno viene tratando de ilegal las huelgas en los puertos y en Recope. Hace años se mandó una denuncia ante la OIT y ellos emitieron una resolución contundente para el caso de Costa Rica, en donde se dice que en el caso de los hidrocarburos y los muelles no son servicios esenciales.

El gobierno, haciendo caso omiso de esa declaratoria insiste en que son esenciales.

¿En esos puntos no se encontró salida en el proceso de negociación?

-Johnson: Se cayó la negociación en Casa Presidencial en esos dos puntos (muelles e hidrocarburos) a pesar del esfuerzo enorme que hicimos tanto el sindicato de Japdeva como Sitrapequia. A lo interno de nuestras organizaciones, con nuestras respectivas administraciones, se llegó al acuerdo de regular la huelga, pues pese a saber que no somos servicios esenciales porque no ponemos en riesgo la vida, la seguridad y ni la salud de las personas, pero somos esenciales en el sentido económico, pero eso no puede ser un tema para prohibir el derecho humano a la huelga.

Acordamos que en caso de ir a huelga daremos el servicio a los hospitales, servicios de emergencias e ICE. Vamos a procurar mantener los servicios esenciales que dependan de los hidrocarburos, pero los otros servicios donde no entran a figurar la vida y seguridad de la gente, se puede ir a huelga.

¿Cuál fue la piedra en el zapato de la negociación?

– Albino Vargas: Hubo una persona que nunca quiso la Reforma Procesal Laboral y fue Carlos Ricardo Benavides, ministro de la Presidencia. Nos estuvo tomando el pelo en cualquier cantidad de ocasiones. El hecho que Sitrapequia y Sintrajap llegaran a un acuerdo, él pedía más y más, porque nunca pensó que fuera posible que ellos se pusieran de acuerdo.

Cuando Benavides vio que era posible que Sitrapequia se pusiera de acuerdo con Recope y Sintrajap con Japdeva, no lo concibió y se le cayó el tema, entonces se comenzó a meter con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

Pero en los servicios de la salud sí es delicado convocar a una huelga pues afecta la atención de la población…

-Yolanda Tenorio: A través de historia, hemos hecho huelgas reguladas por nosotros mismos en el sector de la salud. Siempre hemos estado conscientes de que el usuario hay que atenderlo.

Hay servicios de consulta externa de los hospitales, debidamente regulados que sí pueden ir a huelga, en la que una parte se puede sumar y otra se queda laborando como es el caso de lavandería, mantenimiento, administración, entre otros. Pero hay servicios que consideramos que son esenciales como emergencias, maternidad, Unidad de Cuidados Intensivos, entre otros, que de allí nadie se puede mover, pues el usuario requiere la atención integral.

¿La propuesta que se envió a la Asamblea Legislativa después del veto cuenta con el apoyo sindical?

-Rafael Solano: Al no poder tener acuerdo con nosotros (los sindicatos), envió a su puro gusto su propia propuesta,es decir que el ministro envió su propia propuesta que no tiene nada que ver con el apoyo sindical, pues él no puede decir que le firmamos absolutamente nada, porque evidentemente no hubo acuerdo.

¿Entonces a estas alturas qué plantean?

– Olman Chinchilla: Que se apruebe el dictamen de mayoría emitido por la Comisión de Asuntos Jurídicos, en el cual el tema de huelga, de comités permanentes y arreglos directos, tal como está en el Código de Trabajo de 1943.

Promovemos que se presente esa moción que está apoyada por todas las fracciones a excepción del PLN, pues de no pasar esa moción no se podrá votar la reforma y que asuman la responsabilidad.

De no concretarse, ¿cuál será el plan B?

-Fabio Chaves: Cuando hablamos de regular, huelga es huelga en cualquier parte del mundo. Lo que estamos luchando es por tener una mayor seguridad jurídica y de derechos. Nunca vamos a renunciar a la calle, por lo que acordamos no aplicar cosas siempre y cuando haya consensos de las partes, pero si eso no lo hace el gobierno, huelga es huelga.

– Rodríguez: somos las organizaciones laborales las que luchamos por esto y hemos abordado, como buenos costarricenses, los procesos de diálogo y de negociación, pero tampoco estamos dispuestos a ceder en cuanto a la defensa de los trabajadores y de la institucionalidad del país.

Si el gobierno nos quiere encontrar en otro escenario también estamos preparados para eso, lo que pasa es que siempre abogamos a la negociación como primer mecanismo de lucha, pero eso no significa que vamos a renunciar a lo que sabemos hacer muy bien.

– Solano: Si esto no pasa, evidentemente pasaremos las facturas y se lo hemos dicho a los diferentes grupos políticos. No nos vamos a quedar inmóviles. Existen las condiciones, lo que solicitamos es que el proyecto se vote.

¿Cuándo cobrarán esas facturas?

-Rodríguez: esas facturas no se cobrarán el otro año, sino dentro de poco.

¿Debe el Gobierno despedir empleados públicos por la coyuntura fiscal?

A favor

José Joaquín Fernández
Economista

Por supuesto, eso es lo que debe hacer el Gobierno. Sin embargo, la idea no debe de ser solo despedir empleados públicos, sino cerrar instituciones del Gobierno, porque yo me remito a la experiencia que hubo en el Gobierno de Rafael Ángel Calderón Fournier con el programa de movilidad laboral.

Este programa redujo gran parte de la cantidad de empleados públicos de las instituciones del Estado, pero en menos de una Administración ya otra vez tenían los mismo niveles de cantidad de empleados públicos. Por lo tanto, el programa fue un fracaso desde ese punto de vista.

En resumen, por la experiencia que se tuvo en el Gobierno de Calderón Fournier, la solución no es despedir empleados; es realmente cerrar instituciones que no cumplen una función social, que son muchísimas.

De donde sale el déficit, simplemente con que congelen salarios, con que no se contraten más empleados públicos o que se eliminen gastos en publicidad, en asesorías externas, no hay necesidad de seguir gastando y gastando.

En contra

Albino Vargas
Secretario General de ANEP

Eso es su barril de pólvora y provocar al sector sindical. Además, es una soberana mentira y una gran manipulación psicosocial a la población.

Los culpables del déficit fiscal están en otro lado. Están en el lado del capital y especialmente en el lado del sector financiero. Los culpables del déficit fiscal están en las exoneraciones y en las extensiones abusivas.

Además, a este Gobierno no le creemos nada porque ni siquiera propició el desenganche de la ley salarial médica, así que se quedó sin autoridad moral para hablar de privilegios salariales.

Además, de donde vas a echar gente, los más grandes bloques laborales en el Gobierno Central que es donde está el déficit son maestros y policías, entonces qué vas a echar maestros y policías, la salida para el déficit fiscal es otra, y no agravando más el conflicto social, incrementando el desempleo y potenciando aún más el peligroso crecimiento de la desigualdad que ya el país experimenta.

ANEP siempre tuvo razón en oponerse a la privatización de la lotería electrónica

A la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), para nada le sorprende la noticia periodística de esta fecha, indicando de que la Junta de Protección Social (JPS), le ha pedido al Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD), investigar a una gran cantidad de operaciones de juego con la lotería electrónica para un presunto lavado de dinero de dudosa procedencia.

Fue la ANEP la entidad que, desde un inicio de este proceso privatizador parcial de los juegos de lotería de la JPS, inició una lucha solitaria para intentar impedir el ingreso de corporaciones privadas de corte transnacional a estas actividades, precisamente por los riesgos que ahora detecta la JPS con su solicitud al ICD.

La lotería electrónica privatizada y transnacionalizada enfatiza en el juego no en el jugador, de tal suerte que bajo el anonimato se facilita mover grandes cantidades de dinero de procedencia dudosa, sucia y hasta identificable con operaciones de narcotráfico.

Siempre opusimos fuerte resistencia, particularmente, al ingreso al mercado de juegos sociales y electrónicos de la JPS de la transnacional G Tech Boldt Gambing; esgrimiendo (entre otros argumentos), ya no sólo tesis jurídicas y éticas, sino los riesgos de que el lavado de dinero utilizara la vía de los juegos de azar de la JPS para sus nefastos propósitos.

La más profunda investigación se impone ante esta grave denuncia. Varios de los máximos jerarcas actuales de la JPS tienen mucho que decir al respecto. La inserción de la privatización en los tradicionales juegos de lotería a cargo de la JPS, ha iniciado el camino de perversión de los notables fines humanistas de esta noble institución; y al introducir en su dinámica la perversa lógica del lucro desenfrenado, ha abierto paso a posibilidades de corrupción insospechadas.

La ANEP se dedicará en próximas horas a documentar más de su trayectoria de denuncia en este sentido para dirigirse a la opinión pública nacional, en una próxima conferencia de prensa; demandando (entre otras puntualizaciones), que no haya ni la más mínima impunidad para los agentes, directos y/o indirectos, provocadores de que los dineros sucios y sangrientos del narcotráfico, estén minando las bases filosóficas del humanismo cristiano que por más de cien años ha sustentado las bases de la acción social de la JPS.

De la cordura y otras mentiras

“Nada es fácil en este tiempo de transición de un sistema-mundo a otro. Pero todo es posible –posible pero lejos de ser una certeza”. – I. Wallerstein

Alonso intentó moverse, pero la presión del magneto en su brazalete era simplemente demasiado fuerte. Ya no había tiempo de arrepentimientos. Si tan solo hubiera podido esconder el medicamento. Ser loco no era ya una cuestión de salud mental, sino de seguridad nacional. La orden fue ejecutada hacía ya veinte años. Su madre, al igual que él ahora, también había sido recluida. Nunca más la volvió a ver. Recostado a la fuerza, Alonso Quijano recapitula la política de limpieza mental del gobierno estadunidense. Todo comenzó en dos mil treinta. Era aún muy pequeño para recordarlo, pero su madre se encargó de anotar todo en la libreta. Al principio, la campaña parecía tener fines benévolos. Tanto así que cada paciente fue voluntariamente a llenar la formula MIPS-01, Mental Illness Protection Statement, la cual requería que cada enfermo diera fe de sus padecimientos; sin embargo, eso era ficción, al igual que lo era la firma del consentimiento que solicitaban. El gobierno andaba detrás de una forma infalible de tachar a todos los enfermos mentales. Los doctores y sus expedientes estaban disgregados por todo el país, pero con este sistema lo lograrían tener todo. Una base de datos con foto, de letra y puño de los locos, la cual además era complementada con muestra de ADN, toma de huellas dactilares, medición craneal, tomografía axial computarizada, encefalograma, muestra de orina y de heces – éstas últimas mera rutina. Finalmente, la cereza en el pastel: la aceptación irrestricta para colocarse en la muñeca izquierda el brazalete. Debían admitir que lucía espléndido. Variedad de colores e incluso apps para corredores o amantes de la música. Era sin más un formalismo. En caso de emergencia, el envío de los agentes de la CIT, los Equipos de Intervención en Casos de Crisis, se daría sin tanto contratiempo. La ingenuidad fue asquerosa. Ya se corrían rumores de que los tales equipos eran protocolo para quedar bien con Human Rights Watch. No obstante, tal vez lo que motivó a los cientos de pacientes fueron los discursos recurrentes en la tele. Una joven esbelta portando un brazalete y vanagloriando la osadía de su rescate del suicidio, por parte de un agente de la CIT. Un veterano, quien peleara en Siria, llorando en su silla de ruedas, al estilo Tom Cruise, compartiendo la valiosa ayuda del equipo de terapeutas de CIT, quienes le escucharon cuando no tenía a quien acudir. La madre de un adolescente esquizofrénico comprando el brazalete con su hijo y éste luciendo extasiado con sus amigos saludables. Era todo un espejismo. ND6789. Al escuchar la voz masculina, Alonso se estremeció, pero solamente lo necesario. Estaba tan acostumbrado a responder a este código. En ese momento, recordó justo el estuche de su primer brazalete. ND6789. Y ahora sintió bruscamente las manos ásperas del agente friccionando su muslo. Era hora de la inyección. No quiso abrir los ojos. Quería sentirse fuera de ese lugar. Quería maldecirse. Quería haber podido esconder mejor el medicamento. A quién engañaba, pensó. Ellos lo sabían todo. Simplemente se estaba auto-engañando. Despertó al oír nuevamente la voz y al sentir movilidad en su cuerpo. Sabía que era hora de tomar el sol. Era hondureño, mas solo de recuerdos. Su madre lo había concebido y parido como parte de su sobrevivencia en tierra gringa. De nada le valió. Igual había sido aprisionado. Alonso abrió los ojos y el dolor en la retina era insoportable. El mismo se había negado abrirlos, desde la última vez que lo privaron de sueño. Se incorporó en la camilla y veía sombras de hombres caminando como zombis hacia la puerta que daba al patio. Mecánicamente hizo lo mismo. Al llegar y sentir los flashes recordó que todo era una farsa. La hora de sol era para cumplir con el circo del respeto a los derechos humanos. Ya solo había tres fotógrafos. Quince años antes era otra historia. No quiso caminar, estaba a punto de caer en la banca, cuando sintió una fuerte mano sosteniéndolo. Debes caminar. Se te van atrofiar más las piernas. Alonso no conocía al extraño, pero había familiaridad en su voz. Se dejó llevar. Caminaron juntos en círculo. El extraño no dijo nada y tampoco Alonso. Era el único contacto que tenían en seis meses. Y ambos estaban al tanto que sería el último. Luego de los comerciales instaurados en el inconsciente colectivo, todo cambió drásticamente. Los brazaletes se fueron convirtiendo en símbolos externos de anormalidad. El gobierno dejó caer las bombas. Era muy caro estar sosteniendo con los impuestos del pueblo a los enfermos mentales. Los medicamentos eran vulgarmente costosos. Los manicomios, antes llamados centros comunales de descanso, exigían más de lo que retribuían. Una salida debía llegar. Estados Unidos debía costear las cinco guerras en las que estaba inmerso. Así la prioridad bélica, no había posibilidad de socorrer la recuperación de los incurables enfermos mentales. Al principio fueron los sociópatas, luego los esquizofrénicos. Después de un juicio fugaz, de declaraciones prediseñadas de expertos en la materia, quienes alegaban la incapacidad de la reparación de los insanos, éstos fueron desechados. Se dieron manifestaciones por doquier, pero los focos de luchas eran tantos en un mundo hecho tan mierda que luego de dos años, nadie parecía inmutarse. No fuera a ser que un brazalete les hiciera compañía. Poco a poco, la CIT pasó a ser un espejismo aún más simplón. Los agentes fueron cada vez menos y la policía era quien se encargaba de dar respuesta a llamadas de emergencia que involucraran a enfermos mentales. Al inicio eran trasladados, luego la brutalidad policial era inmediata y a vista pública. Al menos tres casos por semana de tiros a la cabeza eran reportados. Ni siquiera el gremio de siquiatras protestó. Ellos en pactos por debajo de la mesa, seguirían tratando depresiones crónicas, decepciones amorosas y suicidas incompetentes. Había suficiente para vivir. Medicamentos de por vida y citas a alto precio por toda la eternidad. ND6789. Alonso escuchó nuevamente la voz y sintió el cronometro en su brazalete. Tenía menos de cinco minutos para llegar a la camilla, antes de sentir la electricidad carcomiendo por enésima vez sus ligamentos. Con dificultad, alcanzó llegar y se colocó boca arriba. Maldijo en silencio, pero no lloró. Sintió el magneto reteniéndole nuevamente el cuerpo. Era cuestión de meses para que fuera desechado. Apretó los parpados para intentar dormir, pero antes quiso recordar su efímero tiempo de libertad. Contactó al housekeeping, por medio de un amigo. Ya había oído hablar de ellos. Se encargaban de hackear la base de la CIT. Borraban cualquier expediente a cambio de una exorbitante suma. Suprimida la información, el brazalete podía ser removido. Alonso vendió su riñón y consiguió el dinero. Tenía claro que debía dejar alguna suma no moderada para el medicamento, ya que no podría conseguirlo nunca más de forma no clandestina, sin ser sujeto de persecución por violar la ley de salud mental. Estuvo sin brazalete por algún tiempo. No el necesario. Cambio de trabajo, de novio. A su madre la veía a la distancia salir a pasear al perro. Ella también portaba brazalete. Y portaba además la valentía de la cual él carecía. Su madre asistía a mítines de la poca resistencia contra la ley de manejo de la salud mental. Seguramente por eso la recluyeron. Al no saber de ella, Alonso supo que no la vería más y experimentó asco de su cobardía. En ese momento intentó llorar, pero escuchó nuevamente su código. No debía responder. Estaba ya familiarizado con la rutina. Gritar el código para causar temor a los otros. ND6789, la orden de desecho ha sido dada. Pero tiene suerte; no será sometido a tortura. Agradézcalo a que la guerra nos está quitando mucho tiempo, sino nos hubiéramos dado el gustico con su sensibilidad. Alonso quiso escupirlo. No había razón. Sí era afortunado. Cuando su madre fue retenida, llegó a él de una manera extraña la libreta que ella guardaba. En sus páginas, se explicaba todo. Los brazaletes eran la entrada a una taxonomía táctica de la locura. Los locos que servirían para experimentos de prueba y error, los locos para el coco washing y potencial como soldados desalmados. Los locos pasivos, los locos contestatarios. La disposición final vendría eventualmente a cada grupo en el momento de su obsolescencia según los propósitos del sistema. ND6789, ¿por qué carajos sonríe? Alonso no contestaría. Aun cuando había sido cobarde toda su vida, su disposición final se había firmado por su acción directa durante los últimos cinco años. Luego de leer las líneas de la BPD1001, su madre, supo que tenía que accionar. En la clandestinidad, inició a boicotear la conexión entre la base de datos de la CIT y la CIA. Ayudó a cientos a cruzar la frontera sur para emigrar a tierra libre de persecución por condición mental. México, Centro América, pero más al Sur, ahí no conocían el uso de los brazaletes. Desde que las políticas sociales se expandieron desde dos mil veinte con los gobiernos progresistas. El Sur cambió. No más mundo patas pa’ arriba, al menos en ese lado del hemisferio. Incluso la predecible Costa Rica votó en 2014 en segunda ronda por la coalición y le dio un giro a su historia. La madre de Alonso emigraría sin saberlo a su condenación y a la de su hijo. Si tan solo la América Latina hubiera dado atisbos de liberación en ese momento. No culpaba a su madre. Alonso Quijano no culpaba su suerte. Comprendió en ese momento que su locura lo hacía libre. Libre de un sistema enajenante, contaminante. Ser loco lo hacía libre. Atado por un magneto, controlaban su cuerpo, pero no su mente. Claro, no era ingenuo. Estaban trabajando en ello; era cuestión de tiempo. Al menos con él, no pudieron. Cuando tiraron la puerta de su departamento, Alonso no fue por el medicamento. No intentó tirarlo en el inodoro. Sabía que ellos sabían. Alonso Quijano corrió a triturar el chip que contenía a todos los que habían cruzado la frontera. Así logró aceptarse. Sería apresado, pero eso ya no importaba. Y ahora boca arriba, la epifanía: decidió no esconder el medicamento. Decidió declararse loco, en un mundo donde la locura era simplemente una forma de clasificar lo diferente. Una estúpida creación científica para seudo-explicar verticalmente una normalidad ridículamente inventada. ND6789, ¿tiene algo que decir para el protocolo y no se lo preguntaré otra vez? Alonso decidió callar. Callaría y con eso ganaría una batalla de la cual supo hasta hace poco que era combatiente. Agente, sírvase entonces leer la sentencia. ND6789, su condición neurótica atenta contra la constitución de los Estados Unidos de América e impide el libre desarrollo de un país declarado libre de locura. Por lo tanto, en aras de la cordura necesaria para la preservación de los americanos, sea usted desechado. Qué quede en actas, que el cerebro del ND6789 deberá ser sometido a un escrutinio exhaustivo. Aún no logramos esclarecer cómo borrarle la estúpida sonrisa. …

Contacto directo con la clase trabajadora de la Caja

Mediante el correo anep@ccss.sa.cr nuestro Sindicato se comunicará con toda la planilla de la Caja. Así de simple, así de maravilloso.

Como organización sindical que cuenta con un importante número de socios y de socias en esta estratégica institución, por demás la más importante de la institucionalidad costarricense de hoy en día, gestionamos y obtuvimos esta cuenta electrónica de comunicación masiva en el seno de la población laboral de la CCSS.

La ANEP, entidad sindical de amplio reconocimiento ciudadano y con 55 años de existencia, tiene sus propias visiones acerca de la realidad nacional actual y, especialmente, en torno a cuestiones inherentes al bienestar de la población trabajadora del país; y, en especial, del no menos estratégico conglomerado laboral de la Caja.

Será un inmensísimo honor que usted nos reciba en su cuenta electrónica institucional. Semana a semana le compartiremos nuestra opinión sobre el devenir del país en varios ámbitos, según lo consignan nuestros artículos de opinión periodísticos en La Prensa Libre (los días martes) y en Diario Extra (los días miércoles). También le compartiremos nuestros comunicados de prensa periódicos donde nos posicionamos, desde la perspectiva laboral-social, acerca de puntos que pensamos pueden ser de interés de la clase trabajadora.

Igualmente, nos ponemos a sus órdenes para aquellas consultas de orden laboral que estemos en capacidad de evacuar, así como para ser canal y vehiculizar denuncias de presunta corrupción institucional que usted estime importante denunciar en forma anónima.

A la vez, poco a poco, le hemos de compartir las diversas posiciones que tenemos sobre el fortalecimiento de la CCSS ante tanta amenaza que se cierne sobre ella, tanto desde lo interno como desde lo externo.

En verdad, si decide seguirnos recibiendo por esta vía, se lo agradecemos desde ya con mucha sinceridad. Repetimos que para la ANEP es un inmenso honor.

Si usted no quiere nuestras comunicaciones, en esta dirección electrónica usted puede solicitar su exclusión: servicios-tic@ccss.sa.cr

Garantías laborales

En el tema del incumplimiento de garantías laborales, el Decimonoveno Informe del Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible ha causado gran revuelo al revelar que solo un 38% de los trabajadores asalariados en nuestro país disfrutan de todos esos derechos, mientras que el 6,5% no tiene acceso a ninguno.

Estas garantías laborales son solo seis de los derechos vertebrales de nuestra legislación laboral: aguinaldo, días de enfermedad, vacaciones, riesgos del trabajo, horas extra y seguro social. No estamos hablando del pago de estudios universitarios, vacaciones por paternidad, pago de automóvil, seguros médicos, plan de retiro privado y pago de días de enfermedad no utilizados, que son beneficios extra que patronos con el objetivo de estimular la competitividad y eficacia les brindan a los empleados en adición de los requeridos por ley.

Con base en estos seis derechos mencionados, el 60% de las personas asalariadas disfruta de cinco, mientras que un 10% prácticamente carece de protección, especialmente los que trabajan en servicio doméstico, empresas informales, jóvenes y los que tienen al menos una discapacidad. Este porcentaje de los que no reciben ningún derecho laboral es el equivalente a 107 mil trabajadores.

Inferimos que muchas de estas personas son parte de las cifras que indican que el 60% de los asalariados (y quienes buscan empleo por primera vez) carecen de secundaria completa, situación que los hace más vulnerables al aceptar sin protestar un empleo que viola sus derechos laborales primarios, pues se les hace difícil conseguir otro.

Hoy en nuestra sección Ágora, el líder sindical, Albino Vargas, asevera que esas 107 mil personas equivaldrían a una especie de trabajo “esclavo”. “Suena fuerte. Pero si no tienen un solo derecho que se les reconozca, los niveles de explotación laboral a que se les somete estarían equivaliendo a eso, a trabajo ‘esclavo’”, dijo Vargas.

Indignado por la situación, don Albino formula que cada legislador deje votar y libere el proyecto de la Reforma Procesal Laboral (RPL) “del secuestro político al que lo han estado sometiendo desde hace ya varios meses”.

La RPL sería la más grande transformación jurídico-legal del Código de Trabajo de Costa Rica desde los últimos 40 años, que pretende obtener mayores niveles de justicia laboral, y en cierta medida permitiría corregir las violaciones a los derechos laborales, como los publicados en el reciente Informe del Estado de la Nación.

Coincidimos con el líder sindical en que es una vergüenza para nuestro país que muchos ven como el paladín de América Latina en materia de Derechos Humanos tener estas cifras desconcertantes, sin embargo, la erradicación y/o mitigación de esta violación a los trabajadores no puede solventarse solo con una reforma jurídico-legal del Código del Trabajo, la raíz del problema es mucho más profunda, situación que nos recuerda el pensamiento del “círculo de la pobreza” del líder afroamericano, Malcom X. Parafraseándola decía:

Si un niño vive en un lugar pobre, con carencias básicas que interfieran en su desarrollo humano, ausencia o escasez de infraestructura prioritaria y una pobre educación, probablemente no concluirá sus estudios, buscará un empleo de baja remuneración y ganará lo suficiente para vivir y criar a sus hijos en un lugar pobre, con carencias básicas que interfieran en el desarrollo humano, ausencia o escasez…”.

Trabajo “esclavo”: Emplazamiento al PLN sobre la RPL

Todavía no hemos terminado de sorprendernos de los más que oportunos datos que ha arrojado la edición número 19 del Informe del Estado de la Nación, en lo que respecta a la situación laboral de la clase trabajadora.

Como es de amplio consenso en el país, el Informe del Estado de la Nación es la investigación analítica sobre la realidad nacional costarricense de mayor prestigio y de inobjetable credibilidad, criterio que nosotros compartimos plenamente.

Desde el ámbito de la lucha social y sindical en el cual nos movemos, dos datos de tal informe nos han impresionado fuertemente. El primero: Hay 107 mil personas trabajadoras a las cuales ni uno sólo, óigase bien, ni uno solo de los derechos laborales de la legislación costarricense se les respeta. Segundo: Solamente al 40% de la clase trabajadora se le respetan, completamente, esos derechos.

Dicho en otros términos. Adaptada a nuestra realidad, la situación de esas 107 mil personas trabajadoras equivaldría a una especie de trabajo “esclavo”. Suena fuerte. Pero si no tienen un solo derecho que se les reconozca, los niveles de explotación laboral a que se les somete estarían equivaliendo a eso, a trabajo “esclavo”.

En cuanto al segundo dato la conclusión es ésta: Hay un 60% de las personas trabajadoras a las cuales no se les respeta, al menos, uno de sus derechos laborales, pudiendo ser más.

¡Qué vergüenza! En el país que se ufana ante el mundo de “oasis” en materia de protección de los Derechos Humanos, la mayoría de su clase trabajadora sufre algún nivel de explotación laboral y de violación de los derechos laborales consagrados en la legislación laboral nacional, por ejemplo, en su ley máxima, el Código de Trabajo.

¡Qué paradoja! En el país que ha firmado todos y cada uno de los tratados internacionales que se han elaborado a nivel planetario y regional-continental, en materia de Derechos Humanos, tratados que comprenden en sus respectivos articulados los derechos laborales, un día sí y otro también, los trabajadores y las trabajadoras son violentados por algún nivel de explotación laboral.

En este estado de situación que podemos catalogar de doble moral democrática y de hipocresía política en materia de Derechos Humanos, Costa Rica necesita con urgencia que la Reforma Procesal Laboral (RPL), se convierta, de una vez por todas, en ley de la República.

Los datos del XIX Informe del Estado de la Nación son tan contundentes que la fracción parlamentaria del Partido Liberación Nacional (PLN) se ha quedado sin la más mínima autoridad moral para seguir bloqueando la votación en el plenario legislativo de la RPL.

Una vez más y ahora por esta vía, formulamos, con todo respeto pero con contundente vehemencia, a cada legislador y a cada legisladora del PLN que, por lo menos, dejen votar y liberen el proyecto de la RPL del secuestro político al que lo han estado sometiendo desde hace ya varios meses.

La RPL, la más grande transformación jurídico-legal del Código de Trabajo desde que éste fuera promulgado hace ya 70 años, en 1943, viene a aportar valiosísimos elementos de mayores niveles de justicia laboral, pronta y cumplida, que van a permitir corregir las graves violaciones a los derechos laborales que nos señala el Informe del Estado de la Nación en su edición décimonovena.

Al menos en el ámbito laboral, se ha derribado ese mito de país respetuoso a cabalidad de los Derechos Humanos. ¡Qué vergüenza! En Costa Rica tenemos una especie de “trabajo esclavo” y todos los días y todas las horas ocurren graves violaciones a los Derechos Laborales que son Derechos Humanos reconocidos universalmente.