Sacerdotes católicos y pureza electoral 2010

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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Por asuntos lógicos de espacio, mencionaremos un poco de tan importante documento. De manera completa se puede leer AQUí

Estos sacerdotes católicos “advirtieron sobre el peligro de hechos fraudulentos en las elecciones nacionales del próximo 7 de febrero, que pondrían en duda la estabilidad política del país, sino se realiza una corrección de fondo y a tiempo en las leyes y el accionar el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE)”.

La reflexión está firmada por los presbíteros Miguel Picado, Francisco Soto, Jesús Doncel, Ronald Vargas, Gustavo Meneses, Gerardo Fernández y Gerardo Vargas.

Realizaron ellos una profunda reflexión sobre el proceso del “frauderéndum” sobre el TLC (7 de octubre de 2007), indicando que en el mismo manifestó_ “injerencias indebidas de fuerzas locales y extranjeras que desplegaron, ilegítima e impunemente, todo su poderío en el plano electoral a favor de los intereses que promovieron la aprobación del TLC, incluidos los más poderosos medios de difusión”_. Estiman los firmantes que esas “injerencias indebidas”, se podrían repetir en la próxima elección nacional del 2010. Pues en lo que a nosotros respecta, veremos de nuevo tales episodios.

Uno de los señalamientos más importantes indica que “se demostró que es posible efectuar masivos delitos electorales extra-urnas, basados en el ejercicio del poder financiero y mediático a través de encuestas comerciales y campañas de guerra sicológica o propaganda masiva”. Además se estima que “si en los años previos a 1949 los fraudes se cometían alrededor de las urnas y el manejo de las papeletas, ahora se hacen antes de la emisión de los votos, mediante antidemocráticos mecanismos de coerción social”.

Este párrafo es de impactante contundencia: “También ha habido una no despreciable cantidad de denuncias de irregularidades en las mesas y el conteo, las cuales el TSE ha desestimado, muchas veces alegando insuficiencia de la ley para intervenir o sancionar. A ello hay que agregar otros actos, iguales o más graves, derivados del clientelismo político, como los que se hicieron efectivos a través de una red de Asociaciones de Desarrollo Comunal, alcaldes, regidores y diputados que se prestaron para presionar y chantajear la decisión ciudadana sobre el TLC, una red informal que viene operando por décadas como espuria maquinaria al servicio de la corrupción partidista y estatal”.

Y para resaltar la importancia de este documento en los actuales momentos y en los que hemos de vivir en los próximos meses, los sacerdotes católicos señalaron además que “frente a la gravedad y magnitud de estos procedimientos, y dada la creciente injerencia política incontrolada de los medios de difusión privados, la subordinación del SINART a designios políticos ajenos a su naturaleza, las tímidas reformas a un obsoleto Código Electoral, las medidas paliativas recomendadas o tomadas por el Tribunal aparecen como lo que son: parches de segundo o tercer orden, de baja eficiencia y eficacia. Poseen tan poco relieve que difícilmente impedirán el retorno del delito electoral bajo nuevos ropajes financieros, informáticos y mediáticos”.

Además señalaron que “si bien es cierto que casi todos los partidos políticos aceptaron el resultado del Referéndum del 7 de octubre de 2007 sobre el TLC, también lo es que se han suscitado múltiples inquietudes y resquemores en amplios sectores ciudadanos que vienen a poner en entredicho la imagen, credibilidad y confianza en los magistrados del TSE y la institución misma. Se teme que para las elecciones del 2010, hechos como los acaecidos en aquella y otras ocasiones se repitan y minen sin remedio los fundamentos de nuestra democracia y vida republicana”.

Para nosotros fue impresionante conocer de tal documento. Quienes lo presentan tienen una autoridad moral incuestionable y por su procedencia y trayectoria, acumulan muchísima credibilidad. Avisados quedamos.

JAPDEVA: La “mordida” más grande de la historia nacional

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Los promotores de esta asquerosa iniciativa tienen nombres y apellidos y es conveniente que el país los identifique con toda claridad: Oscar Arias Sánchez (Presidente de la República), Rodrigo Arias Sánchez (Ministro de la Presidencia), Marco Vargas Díaz (Ministro de “Coordinación Institucional”) y Francisco Jiménez Reyes (Presidente Ejecutivo de Japdeva). Los cuatro están en una especie de colusión militante (pacto ilícito en daño de tercero en este caso, la cosa pública), a fin de entregar el más importante patrimonio portuario nacional a un consorcio privado transnacional que, con toda seguridad, debe tener unos cuantos socios nacionales, cuyos nombres deberían decírsele abiertamente al país.

Somos del criterio de que la mal llamada “indemnización” que el indicado cuarteto coludido le está ofreciendo al personal de Japdeva, a cambio de que se acepte la privatización-concesión de los muelles de Limón y de Moín, constituye la más grande mordida de la historia nacional, pues se está hablando de una cantidad de dinero impresionante: 137 millones de dólares, unos ¡80 mil millones de colones!, para ser repartidos entre unos 1300 funcionarios de Japdeva, a cambio de que éstos se dejen “privatizar”.

Jamás la historia costarricense registra algo de similar magnitud, analizando que la definición de mordida significa “provecho o dinero obtenido de un particular por un funcionario o empleado, con abuso de las atribuciones de su cargo”, aunque en este caso se trata de jerarcas públicos del más alto nivel los que estén ofreciendo esa mordida.

También podríamos llamar a esa mordida, con el concepto de soborno, pues éste es una “cosa que mueve, impele o excita el ánimo para inclinarlo a complacer a otra persona”, nada más que en este caso de Japdeva, esa “cosa”, es miles de millones de colones, que usted, que la ciudadanía, que toda la población costarricense, tendremos que pagar porque no será plata que salga de los bolsillos del cuarteto coludido, sino que se le cargará a las finanzas públicas.

Así ha sido reconocido por el “padrinazgo” de esta sucia operación: el periódico_ “La Nación”_, cuyo principal dueño, don Rodolfo Jiménez Borbón (don “Popo”), fue uno de los más fuertes contribuyentes de la campaña electoral de doña Laura Chinchilla Miranda. En el editorial del periódico de don “Popo”, del pasado viernes 12 de junio, se dice claramente: “_…; todo con cargo al fisco; es decir, pagado por el resto de los ciudadanos”_.

Ante este corrupto panorama, surge una gran pregunta: ¿Cuál es la verdadera realidad del negocio portuario limonense, al punto de ofrecerle a su personal una mordida de 80.000.000.000 (ochenta mil millones de colones)?… ¿De cuánto será la ganancia privada a extraer de tal negocio, al punto de que el Presidente Ejecutivo de Japdeva, el señor Francisco Jiménez Reyes, esté promoviendo una condenable campaña de terrorismo psicológico y de agresión ideológica en contra del personal de Japdeva, amenazándole de que se “quedarán” sin nada sino aceptan la concesión-privatización?…; es decir, se quedarían sin la mordida.

Aunque está claro que la plata de la mordida más grande de la historia nacional, saldrá de fondos públicos, el cuarteto coludido promotor de la privatización de Japdeva ni siquiera ha indicado cómo se hará el desembolso, de cuál partida presupuestaria saldrá tanta plata, cómo será el trámite y cuál es la legislación que promoverá para que esa mordida se “legalice”; cuánto tiempo tardará, etc., etc.

Todo esto, en verdad es escandaloso, condenable y totalmente corrupto. Por lo menos, elevamos nuestra más enérgica protesta y expresamos nuestro más grande repudio de que al pueblo se le saque de su bolsillo semejante cantidad, 80 mil millones de colones, para ser repartida, para comprar la conciencia, de 1.300 trabajadores, como si éstos fuesen los propietarios de una institución pública como Japdeva. Todos deberíamos reaccionar en contra de semejante corruptela.

OIT: Gobierno avergüenza a Costa Rica

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Parece que a la OIT se le colmó su paciencia por la tomadura de pelo que le ha estado haciendo el gobierno de los hermanos Arias Sánchez. Esto hizo que Costa Rica entrara en una deshonrosa lista de 25 países violadores de la Libertad Sindical y de los derechos laborales, algo así como el “ranking” de la vergüenza de la OIT.

Los reiterados incumplimientos de los hermanos Arias Sánchez en cuanto a sus responsabilidades como Gobierno de Costa Rica y dada la condición del país como estado miembro de la OIT, nos lleva hoy a compartir el banquillo de los acusados con naciones de terrible historial violador de los derechos de las personas trabajadoras, como Mauritania, Pakistán, Congo, Etiopía, Irán, Myanmar, Suazilandia y Turquía; así como con países latinoamericanos en los cuales se asesina a líderes sindicales y a trabajadores y trabajadoras, como Guatemala, Colombia y Perú.

La prensa manipuladora gusta de decir que “Costa Rica está acusada ante la OIT”, o que, “sindicatos acusan al país ante la OIT”, buscando así confundir a la opinión pública y poner a las legítimas agrupaciones de la clase trabajadora, los sindicatos, como “los malos de la película”. El gusanillo totalitario y antidemocrático de ciertos periodistas y medios, les lleva a tergiversar la noticia para echarle una “ayudadita” al gobierno de los hermanos Arias Sánchez, el cual con sus reiterados incumplimientos, es el que avergüenza al país ante el mundo.

La única forma de que el país se libre de esta penosa situación que daña su imagen internacional, es cumpliendo sus obligaciones con la OIT. Por ejemplo, debe aprobarse ya, sin más dilación, el proyecto de ley 13.475, que tiene que ver con la protección de trabajadores y trabajadoras en la empresa privada, a fin de evitar que se les despida cuando quieren organizar y/o afiliarse a un sindicato.

Este proyecto es completamente congruente con el convenio No. 98 de la OIT, el cual es ley de la República de Costa Rica, No. 2560, del año 1960. Su artículo 1 indica que “los trabajadores deberán gozar de adecuada protección contra todo acto de discriminación tendiente a menoscabar la libertad sindical en relación con su empleo”.

Y es precisamente porque en el país este convenio 98 es violado todos los días, la razón por cual Costa Rica está en el indicado “ranking” de la vergüenza de la OIT. Cuando la Asamblea Legislativa aprueba el proyecto 13.475, se enviará un mensaje a la comunidad mundial de naciones de que estamos poniéndonos al día con los compromisos laborales internacionales del país, y solamente así en la OIT empezarán a creer que ya no les engañará más.

Como país no tenemos salida. Con nuestra complicidad no cuenten para que intenten engañar más a la OIT. El proyecto 13.475 tiene que aprobarse sin el más mínimo cambio. Y esas cúpulas políticas, empresariales y mediáticas de corte antidemocrático, de costumbres totalitarias y de vocación dictatorial, deberían revisar sus tácticas y sus estrategias, en sus relaciones con el mundo laboral organizado, ahora que el Banco Mundial, a partir del 2010, ¡increíblemente!, instaurará el “_Indicador de Protección al Trabajador (WPI, por sus siglas en inglés), que tomará en cuenta cómo los países utilizan las leyes, regulaciones y otros instrumentos para asegurar a los trabajadores y trabajadoras una adecuada protección_. De ello hablaremos la semana próxima.

Libertad Sindical: Presidente y Ministro de Trabajo deben cumplir

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“Para el Gobierno de Costa Rica no hay, ni puede haber, concesiones en la protección de los derechos de los trabajadores”. (…) “Antes bien, deseo expresar aquí el compromiso de mi Gobierno, no sólo con la preservación y regulación del derecho de la convención colectiva, sino también con la aprobación de una reforma laboral que agilice los procesos judiciales para tutelar los derechos de los trabajadores”. (…) “Quiero que Costa Rica continúe siendo, ante todo, un país de derecho, en el que se respeten siempre las decisiones de los tribunales, pero en el que también éstos se encarguen de hacer realidad el principio de justicia pronta y cumplida para todos los trabajadores”.

Tres años después, usted no ha cumplido su palabra, señor Presidente y Costa Rica continúa deshonrando su pertenencia a la OIT. El Gobierno le miente a este organismo internacional, con el cual tiene cuatro compromisos pendientes:
a) Aprobación legislativa del proyecto de ley 13.475 para, entre otros aspectos, proteger más el derecho constitucional de libre sindicalización, especialmente en la empresa privada.
b) Aprobación de la reforma procesal laboral y así impulsar el principio de justicia pronta y cumplida para la clase trabajadora (expediente legislativo 15.990).
c) Ratificación de los convenios 151 y 154, que posibilitan la negociación colectiva de trabajo como la define OIT.
Y d) Una reforma constitucional en esta materia de negociación colectiva.

Señor Presidente: Su Ministro de Trabajo y Seguridad Social, el Lic. Francisco Morales Hernández, don_ “Chico”_, es también responsable del engaño que el país le hace a la OIT. Don “Chico” “olvidó” (curiosamente), mencionar en su columna periodística de ayer, lunes 1 de junio, publicada en este medio, que dentro de los “Compromisos OIT” (así tituló él su comentario), está el proyecto de ley 13.475, para mayores garantías al trabajador en cuanto a la libre sindicalización. Don “Chico” tampoco está jugando limpio ante la OIT, pese a que con fecha 27 de enero de 2009, le envió una carta al Ministro de la Presidencia, Lic. Rodrigo Arias Sánchez, pidiéndole al Gobierno agilizar la tramitación parlamentaria de esos compromisos pendientes con la OIT, especialmente el proyecto 13.475.

En su carta a don Rodrigo Arias Sánchez, don “Chico” dijo esto: “Así las cosas y teniendo en cuenta los problemas apuntados por la OIT, en atención a reiteradas denuncias incoadas por organizaciones sindicales nacionales e internacionales, contra el Gobierno de Costa Rica, para el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y en general, para el Gobierno de Costa Rica, sería de gran interés y conveniencia, iniciar un debate en sede legislativa, con miras a una eventual aprobación de los proyectos normativos citados”. Más claro no canta un gallo. Pero molesta profundamente que don “Chico”, ahora, pretenda engañar, confundir, manipular, a la fracción parlamentaria oficialista sobre la obligatoriedad del país de convertir en ley ese proyecto 13.475, cuando él mismo sabe que este proyecto es parte de la deuda de Costa Rica con la OIT.

Usted, señor Presidente, tiene una deuda política, moral y legal con Ricardo Herrera Porras, Rebeca Mena Mena, Disney Martin Mena Mora, Daniel Brenes Brenes, Oscar Ampié González, Sergio Vanthorn Brenes, Juan José Flores Salazar, Alexander Torres Benavides y William Cordero Múñoz, a quienes usted no conoce. Son personas trabajadoras de la seguridad privada que estaban trabajando para la firma Consorcio de Información y Seguridad S. A. Ellos perdieron su empleo, por la sencilla razón de que decidieron ampararse en el artículo 60 de la Constitución Política y se organizaron sindicalmente para la defensa de sus intereses económico-sociales.

Pero ellos no son los únicos en sufrir el despido antisindical. Todos los días pasa y en los más diversos sectores productivos. Hay que parar esto. Si el proyecto 13.475 ya fuera ley de la República, estas personas trabajadoras no habrían sido despedidas por querer sindicalizarse y lo que usted le dijo a la OIT, hoy hace tres años, les hubiera servido para su defensa. Pero, todavía usted está a tiempo, señor Presidente, de honrar su palabra, aunque ahora su propio Ministro de Trabajo, don_ “Chico”_, crea que es posible seguirle mintiendo a la OIT. Al menos, señor Presidente, dígale a sus diputados que ese proyecto debe ser votado y convertido en ley de la República.

Libertad Sindical: El atropello constante a la democracia

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Ese mismo día, vigilantes privados que prestan servicio en instituciones públicas, pertenecientes a la empresa “Consorcio de Información y Seguridad”, fueron despedidos por organizar un sindicato bajo la tutela de la ANEP, pese a que lo hicieron al amparo de las normas del Estado de Derecho que rige la vida institucional del país.

Esto es cosa de todos los días. La palabra “sindicato” en el sector privado de la economía es sinónimo de despido en muchas empresas. Cada vez que a un trabajador se le despide porque quiso organizarse para la defensa de sus derechos, se está violentando una serie de derechos democráticos consagrados tanto en el orden legal interno (el del país), como el que está en el plano internacional de obligada observancia para Costa Rica.

A esos choferes de autobús y a esos vigilantes privados les violentaron (entre muchos otros), este sagrado derecho consagrado, nada más y nada menos que en la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses” (inciso 4, artículo 23).

Ocupamos un radical cambio en estas reprobables conductas antidemocráticas, que se han vuelto prática común en el sector privado de la economía. Es impresionante la doble moral que en materia de Libertades Sindicales se manifiesta en Costa Rica.

Según nuestra Constitución Política, en su artículo 60, “Tanto los patronos como los trabajadores podrán sindicalizarse libremente, con el fin exclusivo de obtener y conservar beneficios económicos, sociales o profesionales”. Es muy probable que el dueño de la empresa de buses de los choferes despedidos, esté afiliado a una cámara; como es muy probable también, que el empresario dueño de esa empresa de seguridad privada en la cual laboraban los vigilantes despedidos, también tenga una cámara que le defiende sus intereses de negocios. Ellos sí pueden protegerse para defender sus intereses de clase; pero sus trabajadores ¡no!. A éstos les toca el despido puro y simple.

Estos atentados a la legalidad, a la institucionalidad jurídica que protege el derecho de los obreros a organizarse en sindicatos, para la defensa de sus legítimos intereses económicos y sociales, deben terminar de una vez por todas. Tenemos perfecta claridad de que más que un problema jurídico, el antisindicalismo en Costa Rica es un antivalor perversamente inyectado en nuestro entorno sociocultural y psicosocial, todo lo cual tiene múltiples explicaciones.

Sin embargo, quienes somos creyentes en la verdadera democracia, necesitamos combatir todos los días esas conductas totalitarias, esos comportamientos de tiranuelos, que violentan la Libertad Sindical de los trabajadores intentanto organizarse; violentando así la propia Constitución Politica de Costa Rica, todo nuestro sistema legal en la materia y un derecho humano fundamental, universalmente reconocido.

Las conductas antisindicales, que son conductas antidemocráticas, deben ser enfrentadas en diversos ámbitos. En el parlamentario, el proyecto de ley No. 13.475 va en esa dirección. Los señores diputados y las señoras diputadas de verdadera convicción democrática, deben darle su respaldo. Es más, poco después de haber asumido la Presidencia, el actual mandatario Oscar Arias asumió un compromiso en tal sentido, con ocasión de su visita a la propia sede de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Ginebra, Suiza. Volveremos la semana próxima sobre este tema.

Sin aspiraciones diputadiles y sin pertenencia a partidos

Nuestra querida Costa Rica atraviesa por momentos de gran relevancia histórica y estamos en puertas de grandes definiciones. El corrupto neoliberalismo (explotador, codicioso, destructor de millones de vidas humanas y depredador insaciable del ambiente y de la ecología), aunque moral y éticamente en completa bancarrota, sigue siendo fuerte en nuestro país, aunque sostenido por políticas de corte autoritario fundamentadas en la estrategia del miedo y la corrupción de conciencias. En tal sentido, el desafío estratégico es su derrota total.

Al otro lado de la acera (en el lado del pueblo, en el lado de la gente, en el lado del humanismo cristiano y del socialismo democrático), está un amplio conjunto de fuerzas que, desde distintas perspectivas, plantean para el desarrollo futuro del país, la restauración de la búqueda del bien común, de la solidaridad, de la equidad y de la movilidad sociales, como ejes primordiales de la política pública en los más diversos órdenes.

Tal conjunto de fuerzas mostró, sin proponérselo abiertamente, su vocación de poder con sentido estratégico, con ocasión de la lucha cívica contra el TLC con los Estados Unidos, especialmente en la etapa y en el proceso del “frauduréndum”. No obstante, tal nivel de articulación no se logró mantener, pero el terreno está completamente arado y la recolección de la cosecha es cuestión de tiempo.

Sentimos un inmenso honor y un orgullo muy grande porque hemos puesto nuestro mayor empeño y dado nuestro aporte en ese proceso de acumulación de fuerzas con sentido estratégico; y que está ahí, esperando la mejor oportunidad histórica para materializar el camino del cambio en profundidad.

Seguiremos soñando, aportando, trabajando, estudiando, desde la trinchera que nos permitió convertirnos en una persona útil a nuestros semejantes de clase, naciendo así a la vida pública: el Movimiento Sindical. La acción sindical es consustancial con el desarrollo de la democracia y, tan es así, que se practica dentro de la Constitución y dentro de la Ley. Un sindicalista es un demócrata y no se puede concebir que exista una democracia que se precie de serlo, ni no tiene sindicatos.

Además, nuestra lucha de todos estos años demostró, entre otros aspectos, que la política, entendida en su significado más decente y noble, dejó de ser monopolio de los partidos políticos. Reconocemos que el sistema de partidos políticos es imprescindible en democracias representativas como la nuestra (y también en las participativas). Por tanto, no criticamos ni tenemos autoridad moral para hacerlo, a quienes deciden, como decimos popularmente, “meterse” en política. Mucho menos, cuando se trata de personas trabajadoras, ciudadanos y ciudadanas de gran valía moral, intachable ética y comprobado compromiso social; amigos y amigas, compañeros y compañeras de causa que han decidido transitar al escenario de los partidos políticos, especialmente de los que están opuestos al neoliberalismo corrupto y asesino.

Pero en nuestro caso personal, seguimos soñando en la máxima potenciación de la incidencia política desde los sectores sociales organizados y desde los espacios de una ciudadanía activa, cuestionadora, propositiva y con vocación de movilización estratégica. Por eso no aspiramos a ninguna candidatura diputadil. Lo hemos dicho bastantes veces y lo planteamos de nuevo. Además, no estamos adscritos ni somos afiliados a ningún partido político. No le hemos dado la adhesión a ningún partido político ni pensamos hacerlo. No obstante, nos enorgullecemos de tener amistades leales, de tener compañeros y compañeras de causa, de tener gente conocida que nos respeta y a la cual respetamos, en los partidos Acción Ciudadana, Frente Amplio, Alianza Patriótica, PASE, Liberación Nacional, Unidad Social Cristiana, por ejemplo.

Todavía estamos al frente de una organización sindical que tiene mucho respeto en este país y que está compuesta por trabajadores y por trabajadoras que pertenecen a dichas colectividades político-partidistas, en muchos casos; o bien, que están esperando que “se aclaren los nublados del día” para decidirse por alguna de esas opciones; ó, que del todo no votarán en el 2010. Sí debe quedar claro que no somos ni seremos “neutrales”, porque la neutralidad no existe y que nosotros mismos nos estamos formando nuestra propia opinión, para compartirla, llegado el momento, con quien nos la pregunte.

Finalmente, la naturaleza de nuestro sueño está marcada por la casi utópica aspiración, del surgimiento de un movimiento político profundo, que rescate para la acción política directa, el pensamiento de aquellos grandes costarricenses, de aquellas grandes costarricenses, forjadores de nuestra nacionalidad hoy tan mancillada. Necesitamos ir a las fuentes vivificadoras de esos patricios, de esas patricias de antaño, figuras egregias del ser costarricense que hoy están escondidas, olvidadas, invisibilizadas, tergiversadas, mediatizadas. Es por aquí por donde van nuestros sueños de futuro y, por supuesto, no sabemos si ello será realidad algún día.

15 mil millones de colones, Riteve y la señora Ministra del MOPT

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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La concesión privada del servicio público de revisión técnica vehicular se le impuso al pueblo costarricense, en medio de una gran controversia que, incluso, generó una enorme convulsión social en el gobierno anterior del Presidente Abel Pacheco de la Espriella. Para nosotros, que estuvimos inmersos profundamente en dicha circunstancia, fue clara la conjunción impresionante de una serie de factores políticos, más allá de lo jurídico, que dejaron en manos de la firma Riteve dicho servicio.

Es más, este asunto de la revisión técnica vehicular llegó hasta el más alto tribunal de la República, el tribunal constitucional, la Sala Cuarta, cuyos magistrados se comportaron de forma muy descarada a favor de la concesión privada de tal servicio; dándonos así, aunque sin saberlo en aquel momento, adelantos de lo que sería su comportamiento político en la imposición de otra situación aberrante para el pueblo costarricense: el TLC con los Estados Unidos de América.

Públicamente y por medio de comunicado de prensa, nos hemos manifestado en cuanto a la necesidad de que el Presidente de la República, don Oscar Arias Sánchez, separe de su cargo a la señora Ministra del MOPT, la licenciada González Carvajal. Es lo mínimo que se puede hacer para dar paso a una investigación objetiva de las situaciones generadas como para obligar al Estado a darle a Riteve una indemnización cercana a los 15 mil millones de colones.

Sabemos que la citada jerarca, distinguida profesional en el negocio de la política, tiene parentesco con el o los propietarios de un poderosísimo consorcio empresarial ligado a la construcción de carreteras, el cual ha logrado una impresionante cantidad de contratos con el MOPT por sumas multimillonarias a lo largo de las dos últimas administraciones, en las cuales la licenciada González ha tenido papeles protagónicos. Se trata de coincidencias, pero podría dar base a interpretaciones de que ese enorme poderío económico sería la base de la enorme incidencia política de la mencionada funcionaria en los últimos años.

Por cierto, hoy recordamos el gran resentimiento, enojo e indignación que generó en el seno del más fuerte núcleo liberacionista del MOPT, la designación por parte del Presidente Arias de la licenciada Karla González como jerarca de dicho ministerio. Los militantes del PLN en el mismo, que se reunieron en ese momento con quien esto escribe, nos indicaron de su profunda frustración pues algunos de ellos se sentían con muchos mayores méritos profesionales y de militancia política verdiblanca para ocupar el mayor cargo político del Ministerio de Obras Públicas y Transportes.

Por otra parte, nada mejor para la perspectiva de negocio de la empresa privada a cargo de la revisión técnica vehicular, que nuevas fórmulas de cálculo de la tarifa a su favor se impusieran en estos momentos, cuando 49 tipos de faltas leves se pasarían a considerar como faltas graves; incrementándose así las posibilidades y/o necesidades de reinspecciones vehiculares. Es decir, podríamos hablar de mayores posibilidades de ganancia en el corto plazo.

Ojalá que las fracciones parlamentarias que conservan todavía decoro y dignidad, se decidan a intervenir en este caso. Esperamos de parte del Ministerio Público un relevante papel en esta situación. El distinguido señor Ministro de Hacienda, don Guillermo Zúñiga Chaves, está pegando el grito al cielo, un día sí y otro también, de que ya no hay plata en las arcas públicas por motivo de la crisis. ¿Tendrá ahora que correr para darle contenido a un eventual pago del Estado a Riteve?. Por el contrario, esos 15 mil millones de colones bien aliviarían la situación de cientos de familias trabajadoras de clase asalariada, a las cuales la indicada crisis está golpeando duramente por sus bajos salarios.

Instamos, llamamos, exhortamos, a las fuerzas sociales que en aquel momento nos enfrentamos a la imposición abusiva de la concesión privada del servicio público de la revisión técnica vehicular, a que nos reagrupemos de nuevo, a que llamemos a otras fuerzas y así, en una unión renovada, retomemos el gran desafío que ha quedado planteado con la valiente denuncia que Diario Extra ha formulado en tal sentido.

Más sobre las “Diez medidas para enfrentar la crisis…”

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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Es absolutamente claro, contundente e irrebatible que la crisis económica no fue generada ni por nuestro país, ni mucho menos, por su clase trabajadora; es más, ni por la clase trabajadora de los Estados Unidos, nación cuyo sector hegemónico de carácter financiero y oligopólico es el culpable único y hasta ahora impune, de tan descomunal agresión a la vida y a la humanidad de la gente.

Ante tal situación teníamos delante dos alternativas para responder a los desafíos que una injusticia de tal calibre plantea a la clase trabajadora en su amplia dimensión. Especialmente y en lo específico, en la parte de la misma que está organizada en su expresión natural, los sindicatos; entendidos éstos como la expresión más genuina de los anhelos por y las esperanzas de una mejor calidad de vida para quienes debemos vivir de un salario del cual depende nuestra propia subsistencia y la de nuestras familias.

La primera alternativa era la más “cómoda”. Elaborar y gritar consignas contra el capitalismo neoliberal explotador y lanzar proclamas a favor del poder obrero, anunciando su largamente esperado advenimiento; y así, desde una posición principista, mantener una virginidad ideológica aunque gerontológica, contrarias a la luz de la diversidad de experiencias latinoamericanas de hoy día que enfrentan al neoliberalismo en decadencia.

La otra alternativa, era la más compleja. Desde una posición de principios, no solamente entender que la crisis es producto de ese capital financiero neoliberal, de carácter explotador, corrupto y antihumano; sino que, había que salirle al frente, formulando una propuesta a la crisis que él mismo generó, pero con otra perspectiva; la perspectiva de quienes no tuvimos ninguna culpa en tal desastre.

Así, la estatura ética y moral de nuestros planteamientos sería de tal nivel que, con seriedad y profesionalismo, impresionaría a los más diversos sectores políticos, hasta aquellos cercanos, directa o indirectamente, a ese capital financiero neoliberal, de carácter explotador, corrupto y antihumano. Así ocurrió el pasado viernes 24 de abril de 2009.

Pero además, al optar por la segunda alternativa nos dimos cuenta que se podía coincidir (rebasando las fronteras sindicales pero sin renegar de, ni esconder, nuestra pertenencia al Movimiento Sindical); con una serie de sectores de la más diversa índole, hasta productivos, los cuales están duramente afectados por una crisis de la cual tampoco son responsables.
Además, la propuesta está impregnada de esa “magia” de la construcción de la particular identidad costarricense, que nos heredó una particular idiosincrasia ajena a toda clase de extremismos y principismos.

La crisis de la cual no somos culpables, nos abre un sinnúmero de oportunidades para, precisamente con base a nuestra herencia de identidad y a esa particular idiosincrasia tica, quitarle la hegemonía política a ese capital financiero neoliberal, de carácter explotador, corrupto y antihumano.
La propuesta “Diez medidas para enfrentar la crisis económica con inclusión social y productiva”, demuestra, además, una gran madurez de una importante cantidad de organizaciones de lo que hemos conocido como los movimientos sociales; grupo de sectores sociales cuya incidencia es de tal calidad que no puede pasar desapercibida.

En la mesa nacional hay una oportunidad. De las trece organizaciones sociales originalmente firmantes, hoy hay más y sigue creciendo la adhesión a la indicada propuesta.

Esta nueva articulación por la esperanza, por la vida, por la democracia, por la inclusión social y productiva, indica cuánta validez sigue teniendo la lucha de tanta gente, a lo largo de todos estos años, por una nueva Costa Rica.

Diez medidas para enfrentar la crisis

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Con esta propuesta hay ya en mesa tres iniciativas, oficialmente conocidas, para enfrentar la crisis económica originada por la orgiástica codicia del neoliberalismo corrupto del libre mercado, sin control ni regulación alguna. El Gobierno ya había presentado la suya: el “Plan Escudo”. Igualmente, el gran empresariado aglutinado en la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (UCCAEP), presentó su tesis de “flexibilidad laboral”.

En apretadísima síntesis, las “Diez medidas para enfrentar la crisis económica con inclusión social y productiva”, las podemos dividir en dos grupos. Las primeras cinco están conceptuadas desde la oferta de Trabajo Decente: el fomento productivo.

Estas medidas son: 1) Flexibilización de indicadores financieros (regulación diferenciada), para la recuperación del sector productivo nacional, con requisitos de desempeño social y productivo.
2) Seguridad y soberanía alimentaria, que son conceptos distintos, fomentando –entre otros-, la pequeña producción agrícola y pecuaria productora de alimentos.
3) El “PROTRABAJO”, sistema de transferencias condicionadas para promover el Trabajo Decente: “premios y castigos” a las empresas en cuanto a promoción y creación de empleo; lo que se opone, radicalmente en contra a las tesis de flexibilización laboral y de reducciones de jornada y/o de salarios.
4) Corresponsabilidad social y trabajo decente mediante impulso a una infraestructura social de cuido, facilitando, por ejemplo, el ingreso de mujeres al mercado laboral.
5) Hacia un nuevo papel del Banco Central: redefinición de la política cambiaria y de balanza de pagos, retornando al sistema de minidevaluaciones.

Las otras cinco, se conceptúan desde la demanda de Trabajo Decente: poder adquisitivo y capacidad de consumo.

Son: 6) Plan solidario para rescatar a personas altamente endeudas, dentro de las cuales destacan aquellas en condición de asalariadas.
7) “Hecho en casa”. Promoción del consumo responsable y nacional, así como la promoción de mercados locales justos; identificando cuáles son los productos costarricenses para promover su consumo masivo.
8) Estabilidad en el empleo público: Resolviendo el tema de los interinatos y congelando intenciones de despido por razones económicas o de reestructuración.
9) Recuperación del poder adquisitivo y establecimiento de una política de salarios crecientes progresivos, abandonando la política de ajustes salariales restrictivos. Buscamos ajustes salariales que dejen de responder a la inflación pasada para anticipar la inflación prevista. Aquí destaca resolver el problema salarial del personal “no profesional” de la administración central del Estado. En síntesis, la capacidad de consumo depende de forma directa de la política salarial.
10) Propiedad comunitaria en las comunidades costeras, permitiendo la permanencia de familias que viven en la fila costera, con promoción de formas sostenibles de producción, incluyendo el turismo sostenible.

Estas “Diez medidas para enfrentar la crisis económica con inclusión social y productiva”, se presentaron ante una numerosa cantidad de compatriotas representantes de una amplia diversidad de sectores sindicales, laborales, sociales, cooperativos, comunales, cívicos, patrióticos, eclesiales, productivos y otros. Infinitas gracias por su presencia. Además, también agradecemos a la gran diversidad político-partidista presente, destacando la presencia de las seis personas precandidatas a la Presidencia de la República que ya hacen campaña con tal fin. Indudablemente, el reto quedó planteado.

Impuesto a la cerveza

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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En verdad que el negocio no parece nada despreciable; ó, más bien, para defenderlo hay que dar absolutamente todas las batallas que sea necesario. Si producir (fabricar) una cerveza cuesta 100, sería 5 el impuesto (tesis empresarial). Pero si la cerveza, al detalle, vale 200, el impuesto será de 10 (tesis institucional). Aquí el IDA está perdiendo 5, que alguien que no es esta entidad se está ganando. Estas cifras son hipotéticas y sin sustento real, pero son indicadoras de cuál es la naturaleza del fondo de esta pelea entre, por un lado, justicia social para nuestro campesinado; y, por otro, concentración egoísta de la riqueza para quienes ya de por sí nadan en dinero.

La “pelea” por los 14 mil millones de colones se debe a un período contabilizado entre los años 2002 y 2005. La empresa indicado pagó, pero “bajo protesta” y la Contraloría General de la República (CGR) ordenó no tocar esa plata hasta (imaginamos nosotros), “que se aclaren los nublados del día”; pese a que como es perfectamente notorio y público, dicha empresa no ha “quebrado”, sigue igual de pujante y esa gigantesca cantidad de plata parece no hacerle falta, aunque sí es de gran necesidad para la política de compras de tierras del IDA en las actuales circunstancias. Y, ¿qué ha estado pasando en los períodos luego del 2005?… ¿A cuánto estará llegando la disputa?: ¿a 20 mil millones de colones ó a más?…

Bien dice el refrán que_ “para quien no quiere caldo, dos tazas”_ y, como no podía ser de otra forma en esta situación, la empresa acudió a la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, la famosa Sala IV. Tenemos entendido que ya en el año 2006, este altamente controversial tribunal de la República, le dio la razón a la forma de cobro de tal impuesto defendida desde la institucionalidad (IDA, Ministerio de Hacienda, Tribunal Fiscal Administrativo). Sin embargo, en marzo pasado, la Sala IV, en sorprendente resolución, le ordenó al IDA parar el cobro de esos 14 mil millones de colones, pues se le dio curso a un recurso de amparo que interpuso el ya citado consorcio empresarial cervecero. ¿Qué pasó aquí?… Vaya usted a saber.

La Asamblea Legislativa debería intervenir, lo más rápidamente posible, actuando en correspondencia a las determinaciones que en sede administrativa se habían establecido en este asunto. Es más, deberían aprobar con celeridad una interpretación auténtica de la citada ley No. 6735, si es que hay alguien con dudas en el punto y que no tenga un interés de negocios de por medio. Nos parece que a tenor de lo que la Sala IV resolvió en el año 2006, sobre la metodología de cálculo del impuesto establecida en la citada normativa, es más que suficiente para garantizar la sostenibilidad financiera de un programa de política pública enormemente vital para Costa Rica en los actuales momentos de una crisis de cuya responsabilidad no tenemos culpa alguna como sociedad.

Este asunto del negocio cervecero y de la responsabilidad tributaria del mismo, es de enorme interés público. Aquí hay un vivo ejemplo de cuánta verdad hay en ese enunciado empresarial de “responsabilidad social corporativa”, para un período de crisis en el cual el sacrificio mayor demandado es para quienes no poseen propiedad alguna, solamente su fuerza de trabajo: la clase trabajadora asalariada. Un parlamento realmente soberano le entraría de lleno al asunto. De ahora en adelante cada vez que se vaya a tomar una cerveza, piense en quién gana. Nosotros pensamos que deben ganar las dos partes pero con justicia y equidad.