¿Nos espían?… ¡Siempre lo han hecho!… ¿Qué es lo diferente ahora?

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Gran explosión de enojo cívico ha causado el Decreto Ejecutivo No. 41996-MP-MIDEPLAN, creación de la Unidad Presidencial de Análisis de Datos, siglas UPAD, al publicarse en el diario oficial La Gaceta la semana pasada, aunque había sido emitido desde octubre anterior.

Nosotros mismos, en nuestras primeras reacciones, calificamos a la tal UPAD como una especie de Gestapo nazi, guardando las lógicas distancias de espacio, tiempo y magnitud; preocupados profundamente por las amplias potestades que se le dieron a la ya hoy tristemente célebreentidad de espionaje tico, especialmente por estar, prácticamente, de escritorio de por medio, ubicada en el despacho presidencial.

Si nos ponemos a analizar con cuidado el artículo 7 del indicado decreto ejecutivo, lo primero que usted nota es que tal calibre de atribuciones que se le dan a la UPAD, son tan amplias y poderosas que deberían otorgársele mediando una ley específica emitida por el parlamento y, aun así, no se escapa de que un control riguroso de constitucionalidad señalaría graves violaciones a la Carta Magna.

Lo segundo es que la siguiente frase fomenta todo tipo de imaginación para los tiempos actuales, que son los de El Gran Hermano, es decir, la vigilancia digital y el control electrónico al que ya estamos sometidos millones de seres humanos: “…también se brindará acceso a la UPAD a información de carácter confidencial con la que cuenten las instituciones públicas cuando así se requiera”.

Esa información de carácter confidencial que manejan las entidades estatales tiene que ver con la vida económica, social y hasta política de las personas; de ello que la gran reacción adversa de la gente contra el gobierno de Alvarado, así como la de políticos de diversos bandos, tenga un peso tan grande que no se podía desconocer al punto de que, poco después de publicado, el decreto de la UPAD fue derogado.

Constatamos lo anterior si leemos con cuidado ese artículo 7, del Decreto Ejecutivo No. 41.996-MP-MIDEPLAN: “Artículo 7º. – Obligación de acceso a la información. Para el cumplimiento de las atribuciones constitucionales y legales del Presidente de la República, las instituciones de la Administración Pública Central y Descentralizada deberán permitir el acceso a toda información que sea requerida por parte de la UPAD para el cumplimiento de sus fines y objetivos, salvo aquellos casos particulares donde la información sea considerada como secreto de Estado. Para ello, se le facilitará los accesos a los datos o brindarán los insumos de información de forma oportuna y en formatos que permitan su análisis y procesamiento estadístico, cumpliendo todos los estándares para una adecuada gestión de la información, de forma que se garantice la integridad, confiabilidad y seguridad de los datos. En cumplimiento de los incisos e) y f) del artículo 8º de la Ley de Protección de la Persona frente al tratamiento de sus datos personales, Ley Nº 8968, también se brindará acceso a la UPAD a información de carácter confidencial con la que cuenten las instituciones públicas cuando así se requiera. Dicha información mantendrá en todo momento su carácter confidencial, independientemente del acceso que se le brinde a la UPAD. En estos casos, la UPAD y las instituciones deberán establecer acuerdos de gobernanza para garantizar un uso responsable y coherente de los datos que beneficie a los ciudadanos y fortalezca la confianza pública”.

La UPAD puede pedir toda la información que le dé la gana, aún la confidencial; y, las entidades públicas deben permitirle el acceso a toda la información que guarden en sus propios bancos de y almacenamiento de datos. Nada se escaparía al gran ojo de la UPAD.

Y en cuanto a que a la UPAD no tendría acceso a información catalogada como secreto de Estado, esto suena a una ridiculez, además de que el secreto de Estado necesita recibir una declaratoria presidencial específica para catalogarse como tal; de modo que no sería nada complejo saber qué cosas tienen el rango de secreto de Estado. Además, ¿sabe alguien cuántos secretos de Estado existen?…

Uno de los misterios más llamativos de toda esta situación es qué motivó a los ideólogos de la UPAD para su creación con tales connotaciones: acceso irrestricto a toda la información pública y hasta la de carácter confidencial.

Esta dependencia estratégica de la Casa Presidencial ya venía funcionando desde hacía unos 18 meses (¡bueno!, eso es lo que se dice), de modo tal que aparte de hacerlo en la ilegalidad (pues el decreto se le dio), la gente debe saber cuál es toda esa información a la que tuvo acceso durante todo el tiempo en que estuvo oculta; y, muy importante, cuáles fueron las decisiones presidenciales que se tomaron con base en los datos proporcionados por esa UPAD.

Ahora que la propia Defensoría de los Habitantes de la República indicó que procederá a una investigación de todo lo concerniente a la misteriosa UPAD, sería muy oportuno que los hallazgos que encuentre los haga del conocimiento público lo más rápidamente posible; y que los presente en un evento abierto al que puedan acudir personas y organizaciones interesadas en lo que podría ser el más sonado caso de espionaje tico.

De todos modos, siempre hemos sido espiados por la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS). Así que si la UPAD le quiso hacer competencia con la atribución del acceso a datos confidenciales de las personas depositados en instituciones públicas, bien haría la Defensoría en indicarnos en qué casos y circunstancias ello pudo haber ocurrido.

Y, ¿qué es lo diferente ahora? La magnitud de la estupidez política nunca antes vista de ciertas voces detractoras de la UPAD, ligando a Alvarado y a sus espías con procesos políticos de otras naciones latinoamericanas; como si no fuera evidente el matrimonio ideológico entre la política económico-fiscal del gobierno de Alvarado con algunas histéricas voces reactivas a la UPAD, juntitos en esto del neoliberalismo.

Secreto bancario, fraude fiscal y deuda insostenible

¡Perdieron el debate! ¡No insistan más! Las causas fundamentales, esenciales, reales del déficit fiscal, no son los salarios que devengan las personas trabajadoras que laboran para el Estado. ¡Ésta se la ganamos!

¡Ahora sí! Desgranemos la mazorca. Hasta 8 puntos porcentuales de Producto Interno Bruto (PIB), en fraude fiscal y evasión tributaria. Para este 2020, los entendidos, del lado de ellos, dicen que un punto PIB equivale a 372 mil millones de colones: 372.000.000.000.

Tenemos que coger esta cantidad, 372.000.000.000 y multiplicarla por 8 veces: 2 billones 976 mil millones de colones anuales (2.976.000.000.000).

Esto es que quienes roban impuestos en todas sus formas y variedades, se están dejando para sus propios patrimonios financieros, unos 8 mil 153 millones de colones diarios, ¡cada 24 horas! (8.153.424.657,53 con exactitud).

¡Sigamos!: 6 puntos porcentuales PIB en exenciones-exoneraciones. Tampoco ya nadie refuta este dato. 372.000.000.000 (1 punto PIB), multiplicado 6 veces: 2 billones 232 mil millones de colones (2.232.000.000.000).

Entonces, cada 24 horas, en exenciones-exoneraciones, el Estado deja de percibir 6 mil 115 millones 68 mil 493 colones con quince céntimos: 6.115.068.493,15.

Juntemos ambas sumatorias por los numeritos diarios: 8 mil 153 millones de colones en robo de impuestos; más, 6 mil 115 millones de colones en exenciones-exoneraciones. Entonces, tenemos que andan en el aire, cada 24 horas, unos 14 mil 268 millones de colones (14.268.000.000).

Por otra parte, según lo ha afirmado el Ministro de Hacienda, don Rodrigo Chaves Robles, poco más de 5 puntos PIB consumirá el obsceno pago de intereses de la deuda pública en este 2020.

Entonces, 372.000.000.000 millones de colones (un punto PIB), multiplicado 5 veces nos da, 1 billón 860 mil millones de colones los cuales, divididos entre los 365 días del año nos arroja el dato de 5 mil 95 millones 890.410 colones.

¡Qué barbaridad! Redondeando tenemos que, prácticamente, sumados el monto diario de robo de impuestos y el de exenciones-exoneraciones, equivale a 3 veces el que hay que desembolsar cada 24 horas por pago de intereses de la deuda pública. ¿Es esto razonable y justo?… ¡Por supuesto que no!

No hay forma alguna de descalificar la propuesta del indicado ministro en cuanto a que se necesita la apertura del secreto bancario en sede administrativa y con las seguridades del caso, ante la realidad de que poco más de 14 mil millones de colones al día se quedan en las cuentas bancarias de personas y/o empresas inescrupulosas por concepto de los impuestos que se roban y/o por la amplia gama de exenciones-exoneraciones; mientras que, por otro lado, la cartera ministerial de Hacienda vive estrujando a todo el mundo ante la ineludible realidad de pagar, al día, casi 5 mil 100 millones de colones.

Tenemos entonces que, grosso modo, reduciendo en un tercio el monto de la evasión fiscal en todas sus dimensiones; y reduciendo en un tercio el monto total de las exenciones-exoneraciones, al juntarse ambos tiene usted una suma similar o cercana a la erogación diaria del pago de los intereses obscenos de esa impagable deuda pública.

¿Y qué decir de los casi 7 puntos PIB del lavado de dinero que la entidad Global Finance Integrity, para 2015, ocurre en Costa Rica? Hablamos, anualmente, de unos 2 billones 604 mil millones de colones. ¡Impresionante! 7 mil 134 millones 246 mil 275 colones. ¡Qué locura! Tiene usted, entonces, que el monto diario de lavado de dólares es un 70 % superior al monto diario del pago de intereses de la deuda pública.

No hay argumentos sólidos para oponerse al levantamiento (pleno, decimos nosotros), del secreto bancario. Son muchos números, cantidades muy grandes; que el PIB por aquí, que el PIB por allá; pero resulta imposible de disfrazar que todo esto está ocurriendo en estos momentos en la sociedad costarricense; y que, no es la gran mayoría de la población la que está involucrada en este fiestón de acumulación sin freno que -entre otras consecuencias-, ha generado dejar ubicada a Costa Rica entre los países más desiguales del mundo.

Corregir todo esto, a lo que nosotros llamamos la Transformación Tributaria Estructural, es una tarea patriótica que no puede ser postergada por más tiempo. Este es el desafío más relevante de nuestro tiempo actual: el combate fuerte a la desigualdad pasa, necesariamente, por el impulso a una Transformación Tributaria Estructural la cual, como eje esencial, debe incluir el levantamiento del secreto bancario, de manera plena (es decir, que no dependa de un juez).

¿Aceptaremos el Espionaje?

Jonathan Flores Mata, Directivo Nacional, ANEP

El intento del gobierno por establecer de manera permanente y “con todas las de la ley” un departamento de recopilación de información ha generado cientos de reacciones que no debemos pasar por alto. Desde ANEP, como organización social, y orgullosa abanderada de los derechos humanos, en nuestras ramas de competencia, de inmediato que se anuncia la “creación” de esta oficina especializada, comienzan a trabajar los engranajes de análisis que nos caracterizan.

No es nuevo para nosotros, y tampoco debería serlo para una población bien informada, enterarse que en casa presidencial existe personal dedicado a reunir información específica sobre sus objetivos de interés. O bueno, no creerán que en realidad la DIS se dedica solo a compartir datos de relevancia con algunas autoridades de naturaleza investigativa, sería muy ingenuo de su parte amable lector, con todo respeto.

La novedad aquí es la forma descarada en que admiten que hace tiempo mantienen a personal enfocado en la única tarea de recopilar información, y escudan su absurda justificación con el alegato de que el objetivo es mejorar la toma de decisiones políticas. ¡AJÁ! Nuestra población debe darse cuenta, ahora más que nunca, que estos políticos que nos gobiernan, liderados por Carlos Alvarado, quien a su vez sigue órdenes de los grupos de poder económico (círculo al que él no pertenece, solo quiere encajar), están convencidos que somos tontos y nos quieren ver la cara.

Es una cuestión muy simple, si se quiere conocer el estado de la infraestructura de los centros educativos, de las delegaciones policiales, transporte público, carreteras es solo cuestión de preguntarle a los jerarcas que el mismo presidente ha colocado al frente de tales instituciones. ¿Sino que hacen a lo interno de cada entidad gubernamental, solo tomarse selfies? Recabar información sobre la cantidad de centros educativos con problemas de infraestructura es un asunto que la lógica nos dicta se conoce en el propio MEP, cientos de padres se quejan a diario por esta situación. Conocer las cifras de pobreza, comunidades vulnerables, falta de oportunidades y demás, bueno, sobran las instituciones que abordan estos temas; para nombrar solo algunas, tenemos el informe del Estado de la Nación, Defensoría de los Habitantes, Ministerio de Seguridad Pública, Ministerio de Justicia y Paz, ICD, INEC, IAFA…entre muchas otros. Y bueno, sobre las carreteras, si el propio jerarca del MOPT no posee informes con la sectorización de los principales problemas viales de nuestro país, entonces estamos más fritos de lo imaginamos. ¿O es que la falta de capacidad y liderazgo del señor presidente no le permiten establecer una coordinación con su equipo para tener conocimiento de toda esta información?

Pues sobre la capacidad y liderazgo no me voy a referir (lo obvio no se dice), pero si queda muy en claro que las razones extendidas por casa presidencial no obedecen con honestidad a la realidad, y que los objetivos de recopilar data de la ciudadanía persiguen otros fines.

La lucha política es muy sucia, y sería una gran herramienta para una agrupación política específica poseer información personal de aquellos que pueden aspirar a ser sus contendores, señalándoles defectos de pago, amoríos, nexos con figuras polémicas de otros partidos, u otras equivocaciones de cada político en su plano personal. Tal accionar por si mismo es repulsivo, pero aprovecharse de los recursos públicos para fortalecer esta herramienta de espionaje, es sencillamente intolerable.

Pero los objetivos no serían solo políticos, también se incluirían líderes de organizaciones sindicales, de grupos comunales, periodistas, padres de familia que protesten contra las posibles acciones cuestionables de un director en un centro educativo. La información es poder, y cuando se tienen datos sobre la familia, sus horarios, los sitios que frecuentan y demás, es fácil extorsionar o coaccionar a alguien (si justo como hacen otros grupos organizados). Es decir, cualquier persona que desee protestar contra el sistema, o las decisiones políticas, sea pro vida, por derechos de algún sector específico, porque se quedan sin agua frecuentemente en la zona, porque conocieron de un auténtico “chorizo”, se convierte al instante en objetivo para buscar la forma de “invitarle” a dejar de ser una piedra en el zapato para los que tienen el poder.

Por si se pregunta inteligente lector: ¿De qué manera discriminarán a quienes se pueden convertir, a corto o mediano plazo, en un objetivo? No pueden. ¿Entonces? Ah, simple, se meterán con la información personal de toda la población posible, para tenerla a mano en caso de que lleguen a necesitarla. Esta severa invasión a la privacidad preocupa, pues, aunque ya sabemos que desde hace décadas se ha recogido información privada de figuras que no son afines a los gobiernos de turno, pretender legalizar esta ilícita y burda actividad, y extenderla de forma descarada, es inaudito. Es increíble la cantidad de características que coinciden entre nuestro actual gobierno, con las formas de gobierno autoritarias y dictatoriales de otras latitudes en diferentes momentos de la historia.

Cerremos esta breve disceptación pensando en las peligrosas consecuencias de que nuestra información personal caiga en manos equivocadas (y ya hemos hablado antes que parecen haber vínculos entre algunos políticos y las estructuras de crimen organizado). En la actualidad experimentamos la forma en que algunas empresas se apoderan de la data, y la venden: ¿O cómo creen que en los navegadores o juegos de sus móviles les salen ofertas que muy seguido son congruentes con sus gustos personales? Ahora imaginen lo que nos podría suceder si nuestras galerías de fotografías, movimientos bancarios, transporte físico, lugares de visita, y el de nuestras familias, se recopila en un solo sitio, en el que no sabemos las personas que tendrían acceso a nuestra intimidad, ni mucho menos el uso le darían…Cada quien haga su propio análisis.

¿Cuál es plan?

Por: Mainor Anchía Angulo

Para contrarrestar, o contener la incursión del crimen organizado en nuestro país, no he logrado ver algo diferente de lo que se ha venido haciendo durante los últimos quince años. Contrario sensu, es evidente que la mafia organizada diversifica sus operaciones, e incrementa su incursión en nuestro territorio; prueba de ello, los decomisos constantes de drogas en el sector de Corcovado y la más reciente incautación de poco más de cinco toneladas de clorhidrato de cocaína en las instalaciones de APM Terminals.  

Nuestras máximas autoridades siguen celebrando los “decomisos” de drogas, ilusoriamente aducen que ello representa un “duro golpe” al narcotráfico, lo cual, evidentemente, es una falacia. Ahora bien: ¿Cuál es el precio que hemos venido pagando como sociedad? En el año 2015, se registraron en nuestro país 557 homicidios, en el año 2016 se registraron 578 homicidios, en el año 2017, la cifra fue de 603 homicidios, y en el año 2018 la cantidad final fue de 585 homicidios. Tal como lo ha señalado el Organismo de Investigación Judicial, la mayoría de casos obedecen a temas vinculados con el crimen organizado.

¿Cuál es el plan? En el pasado (2014), los otrora jerarcas de la cartera de Seguridad Pública (Mario Zamora y Celso Gamboa), nos anunciaron la pomada canaria, bajo el título “los seis pilares de la seguridad ciudadana”. Haré mención del sexto pilar según lo anunciado y escrito en Diario Extra, bajo la firma del entonces viceministro de Seguridad Celso Gamboa:

“Estrategia contra el narcotráfico y crimen organizado: Con el uso de la inteligencia antes que la violencia, el país se convierte en el mayor incautador de drogas de la región, casi 35.000 mil kilos de cocaína y contando, 3.978.108 plantas de marihuana erradicadas y contando 389 organizaciones criminales desarticuladas, 282 vehículos decomisados y $11.457.858, así como poco más de ¢247 millones, responden a una estrategia dirigida a controlar: Tráfico internacional, tráfico local, violencia, corrupción, legitimación de capitales y lo más importante reducción en consumo.”

Evidentemente, no se cumplió con el ideal de controlar el tráfico internacional, el tráfico local, la violencia, la corrupción, la legitimación de capitales y lo más importante, el consumo de drogas nivel local. Por el contrario, se ha generado un alarmante incremento en todos los casos, y como todos sabemos, el gran mercado los EEUU y algunos países europeos, establecen alianzas y colaboran en el combate al narcotráfico, no obstante, en Costa Rica ponemos los muertos. La mayoría de homicidios están ligados con ajustes de cuentas, o sea, se dan como resultado de la disputa de territorio entre grupos narcotraficantes que han instalado sus operaciones en nuestro país.

Por ello, urge una verdadera estrategia, misma que debe incluir mejorar las condiciones laborales, la calidad de vida de nuestros uniformados. Resulta vergonzoso, verecundo, paradójico, que se desmejoren las condiciones de las personas que integran los Cuerpos Policiales; al mismo tiempo que se viene dando un incremento en la inseguridad ciudadana, como resultado de una mayor incursión del crimen organizado en nuestro territorio. Hago mención de la precarización salarial, la regresividad en materia de derechos laborales, producto de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, número 9,635. A lo cual se le puede agregar la incerteza jurídica que viven cada día nuestros uniformados.

La constante en homicidios que ha mantenido nuestro país, repercute de manera negativa en su imagen internacional, lo cual, podría agudizar aún más el problema social de desempleo que vive nuestro país, por cuanto, en el corto y mediano plazo, se podría presentar una disminución en torno con la llegada de turistas, no en vano hemos bajado de categoría en dicha materia. Hago la pregunta con preocupación, toda vez, que el conocer desde adentro y de primera mano la vivencia policial, me permite decir que, históricamente se ha trabajado en función de la “supervivencia” del mando superior, o sea, de generar estadísticas para mostrarla a los medios de comunicación, sin que ello se refleje en una verdadera mejoría en la seguridad ciudadana. Por ello, una vez más es menester preguntar ¿Cuál es el plan?

El necesario y obligado levantamiento del secreto bancario

Albino Vargas Barrantes , Secretario General ANEP

“El que nada debe, nada teme”, proverbio religioso oportunísimo para abrir el presente comentario. El actual ministro de Hacienda, don Rodrigo Chaves Robles, le ha pedido a la Asamblea Legislativa que apruebe, con urgencia, el levantamiento del secreto bancario, pleno (así lo definimos nosotros pues actualmente debe mediar para ello una autoridad judicial); definiéndole como una necesaria herramienta para combatir el fraude tributario y la evasión fiscal.

¡Aplausos! Definitivamente, la clase trabajadora, la que tiene empleo formal o la que se la está jugando en la informalidad, día a día; la de ingresos bajos y medios; la que está altamente endeudada y que tiene una liquidez salarial precaria; la que es puntual pagadora de los impuestos que le competen y que no los evade, pues, quiéralo o no, debe honrarlos casi que de manera inmediata al tiempo que percibe ingresos (estables o no), ¡debe apoyar el levantamiento del secreto bancario! Igualmente, las micro, pequeñas y medianas personas propietarias, de negocios.

Aunque desde los tiempos de don Helio Fallas Venegas, entonces Ministro de Hacienda en el período gubernativo-constitucional 2014-2018, se había hablado del robo de impuestos en los altos montos que esto estaba alcanzando ya en el país; la potencia política que parece asistirle al ministro Chaves Robles no da ya espacio, hoy en día, para desmentir que en Costa Rica el fraude tributario y la evasión fiscal están llegando hasta los 8 puntos de Producto Interno Bruto (PIB) al año.

La magnitud de esta estafa a la sociedad, o mejor llamarlo como crimen social contra toda la población, que es el robo de impuestos en todas sus dimensiones, con ropaje legal o sin él, debe estar en los sectores de mayor acumulación de riqueza; de esos sectores (personas y corporaciones) que declaran cero ganancias o declaran cero pérdidas, pese a los nombres archiconocidos o prestigiosos de sus marcas y de sus empresas; denominaciones corporativas “libres de toda sospecha” que, en no pocos casos, esconden la plata de sus ganancias, legales y/o “controversiales” (por decirlo, elegantemente) en los paraísos fiscales.

Lo que llama la atención es que quienes ya empiezan a pegar gritos al cielo en contra de la propuesta del ministro Chaves, para que el Parlamento apruebe el necesario pero real urgente y obligado levantamiento del secreto bancario, pleno; son voces que proceden de los sectores del alto corporativismo megaempresarial metido en “controversias” tributarias (declarantes de cero ganancias y de “pérdidas”); son voces que han venido pidiendo el linchamiento político-social del conglomerado laboral del sector Público, responsabilizándole por el déficit fiscal, lo cual ya no es sostenible bajo ninguna circunstancia; son las mismas voces que ahora están clamando por la venta de activos públicos, montándose en la pifia política del ministro Chaves para que se privatice la Fanal y el banco Bicsa; son voces afines a los sectores político-empresariales de negocios que quisieran dejarse para sí, precisamente ya no solamente estas dos entidades del patrimonio público, sino ir más lejos, tiburoneramente hablando: dejarse el INS, el BCR, el ICE, el INS, Recope, el AyA y hasta la CCSS.

Lo ridículo de esta oposición megaempresarial al levantamiento del secreto bancario de parte de tales sectores archimillonarios es que son los mismos que han impulsado el ingreso del país a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el “club de los países ricos”; cuando, precisamente, la OCDE tiene en funcionamiento, desde el año 2009, el Foro Mundial sobre Transparencia e Intercambio de Información con Fines Fiscales, al cual ya pertenece Costa Rica.

Es decir, nos meten a la OCDE, pero no quieren someterse a la transparencia tributaria, para efectos fiscales, de las riquezas que concentran; algo que es políticamente insostenible en materia internacional, toda vez que la autoridad política superior de la OCDE, el G20, en ese mismo año 2009, decretó “el final de la era del secreto bancario”. 

Oponerse al levantamiento pleno del secreto bancario en un acto antipatriótico en toda la extensión de la palabra. ¿Por qué? Dados los altos movimientos de dinero sucio provenientes del crimen organizado y del negocio del narcotráfico que circula, anualmente, por la economía costarricense y su circuito financiero-bancario y comercial; amerita que las autoridades fiscales y tributarias del país sepan, con toda claridad, quién está ganando y acumulando plata como Dios manda, es decir, limpiamente; y quién concentra riqueza y ganancias valiéndose de dineros y de capitales de dudosa reputación, por no decir, abiertamente, sucios y ensangrentados.

En estos momentos cruciales de la historia nacional, con tanto desempleo, tanta desigualdad, tanta precariedad laboral; tanto endeudamiento salarial; tanto cierre-quiebra de micro, pequeñas y medianas empresas; quien se oponga al levantamiento del secreto bancario pleno, tal y como lo pide el ministro Chaves, es porque se siente culpable del dinero que acumula, a lo mejor indebidamente; es porque sabe que su procedencia podría ser difícil de demostrar; es porque se podrían descubrir sus conexiones, enlaces, vínculos turbios; o es porque, aun cuando sea plata bien habida, simplemente evade sus responsabilidades tributarias y, por tanto, le está robando a toda la sociedad. Terminamos este artículo con otro proverbio religioso: “el que mal anda, mal acaba”.

Una deuda impagable: hay que auditarla

Albino Vargas Barrantes, Secretario General, ANEP

Las verdaderas causas del problema fiscal del país están, ahora, adquiriendo su real dimensión y, hay que admitirlo abiertamente, producto de la nueva gestión política en el Ministerio de Hacienda a cargo del señor Rodrigo Chaves Robles.

Él ha puesto énfasis en varios aspectos con relación al grave problema fiscal nacional, algunos de los cuales, por supuesto, no compartimos. Ahora bien, dos de ellos resaltamos nosotros que han sido de reiterada preocupación en la causa que defendemos, a partir de haberse dado en el país la más grande ofensiva político-mediática de agresión ideológica y de terrorismo ideológico en contra de un segmento de la población costarricense del país: las personas trabajadoras asalariadas del sector público, a la cuales se les venía responsabilizando del problema del déficit fiscal.

Ahora, tal y como lo veníamos sosteniendo, no podrá el país superar tal problema si no se “agarra el toro por los cuernos” en lo siguiente. Por un lado, atender el desafío que representan los 8 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), reconocidos por el indicado jerarca como la cifra de evasión fiscal y de fraude tributario anuales. A ellos debemos sumarle la cifra de exenciones-exoneraciones, también oficial, de 6 puntos PIB.

Por otra parte, y la más grave, está representada por el elevadísimo monto de la deuda pública y su exorbitante cifra diaria de pago de intereses, calificado como “obsceno” por la persona en el cargo de Ministro de Hacienda que le antecedió al Sr. Chaves Robles.

Se estima que la deuda pública del país está ya, en unos 37 mil millones de dólares y al terminar la presente gestión gubernativa, en el 2002, ya habría pasado los 40 mil millones de dólares si el indicado jerarca logra que la actual Asamblea Legislativa le autorice un nuevo endeudamiento, eurobonos, por un monto de 4.500 millones de dólares.

Tal cifra de deuda está implicando, en estos momentos y sin ese monto adicional en perspectiva, una cantidad de casi 5 mil millones de colones por día, ¡cada 24 horas!, en pago de intereses, según datos del Ministro Chaves en cuanto a que para este año 2020, poco más de 5 puntos PIB deben destinarse para tal fin.  

Es en este punto en el cual queremos llamar su atención en lo siguiente: si la deuda pública es de semejante magnitud y el pago diario de los intereses obscenos que demanda, ¿no cree usted que debería auditarse? ¡Así es! Hace un tiempo un distinguido grupo de costarricenses planteó la idea que nosotros, de manera entusiasta, apoyamos. Le urge a Costa Rica tener claridad de qué entidades, qué personas, cuáles son nacionales y cuáles extranjeras, son las acreedoras del país.

Se necesita saber cuál es la cuantía de deuda pública que se le debe a acreedores internos y cuál es la cuantía a acreedores externos. Se ocupa saber los términos de ese endeudamiento en cada caso, tasas de interés, plazos, vencimientos, casas jurídicas representantes, entes financiero-bolsistas intervinientes y similares. Cuánta de esa deuda podría reestructurarse, redefinirse en plazos, fundirse, canjearse, etc., etc. Y, no menos importante, cuánto de esa deuda pudiera ya haberse pagado de sobra por la carga abusiva de intereses, tal y como sucede con las deudas de los mortales altamente endeudados con tarjetas de crédito, con créditos de electrodomésticos, por ejemplo. Es decir, cuánto de esa deuda debe ya considerarse amortizada.

Uno piensa que hay dos formas de ejercer tal auditoría de la deuda. Una sería mediando la emisión de una ley dictada por la Asamblea Legislativa en cuya elaboración tomen parte especialistas de reconocida independencia y solvencia moral y profesional, como los de las universidades estatales y algunas privadas ya reconocidas como prestigiosas y de altísima calidad académica. Por supuesto, las personas especialistas de la autoridad hacendario-financiera del país en sus diversas manifestaciones institucionales. Esta vía podría ser sumamente difícil pues la actual composición parlamentaria no parece ser proclive al interés del bien común dado que se ha venido denunciando el excesivo peso político de los banqueros en la política nacional; banqueros con un interés directo en que el estado actual de las cosas en materia de deuda pública siga como está.

La otra podría ser la conformación de una organización cívica de diferentes procedencias sectoriales que, autónomamente, con base en experiencias internacionales exitosas en estas cuestiones, pudiera generar un esfuerzo libre de toda intromisión partidaria y acometer semejante tarea histórica, para lo cual, seguros estamos, sobran voluntades y mentes de altos quilates dispuestas a aportar en tal sentido.

Lo que sí es contundentemente conclusivo es que esta cuestión del endeudamiento y de los altos intereses que conlleva está provocando que el país esté ya pisando arenas movedizas de consecuencias gravísimas ya no solamente para la generación presente sino para la de los y de las costarricenses que todavía no nacen. La auditoría, ciudadana o no, de la deuda es un imperativo patriótico ineludible.

El secreto bancario, el banquero Baruch y la deuda política

Razón más que suficiente para calibrar la importancia de que en Costa Rica el levantamiento del secreto bancario en este tipo de transacciones financieras y para efectos tributarios sea una realidad.

Por: Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

El ciudadano don Juan Diego Castro Fernández ha formulado un vehemente emplazamiento público, mediante un video que circula ya en redes sociales, al también ciudadano don Leonel Baruch Goldberg, reconocido acaudalado político-empresario-banquero, acerca de su papel en el negocio de financiamiento de varios partidos políticos participantes en la campaña electoral del 2018.

En lo específico, nos dice don Juan Diego que don Leonel se ganó una cantidad de dinero cercana a los 2 mil millones de colones producto de la plata que le prestó a los partidos Liberación, Unidad, PAC y Frente Amplio; pues a los cuatro les dio a crédito una suma superior a los 10 mil millones de colones.

Decidimos terciar en el asunto desde dos perspectivas, con base en la orientación político-ideológica del periódico digital propiedad del banquero Baruch, en cuanto a exigir del funcionariado público total transparencia con los fondos públicos mediante las correspondientes notas de prensa que elaboran los y las profesionales asalariados del medio digital de su propiedad.

En primer lugar, es más que conveniente y necesario que don Leonel haga pública su declaración de impuestos para que la ciudadanía sepa que sí tributó renta con base en esos casi 2 mil millones de colones que se ganó por intereses de préstamos con base a dineros públicos de deuda política (fondos públicos), que reciben los indicados partidos. Es decir, es plata del pueblo costarricense la que hizo más grandes las arcas de don Leonel; y, por tanto, la ciudadanía tiene derecho a saber sí tributó al respecto y cuánto tributó.

En segundo lugar, ni menos relevante que lo planteado en el punto anterior; es la imperiosa necesidad de que don Leonel explique la procedencia de la plata que prestó al PLUSC-PAC y al FA (10 mil millones y resto de colones), desde dos ángulos.

  1. Si es netamente propia, proveniente de su fortuna personal acumulada en buena lid, cuán congruente son sus declaraciones tributarias con relación a su real patrimonio capital; un reto que debería asumir la tributación hacendaria para auscultar, considerando que la posesión privada de semejante cantidad de dinero resulta imposible de pasar desapercibida pues se hizo público el asunto al pasar a ser esa plata destinada para deuda política en condición de préstamo para campaña electoral que los partidos involucrados aspiran a recibir de las arcas públicas.
  2. Si la plata prestada a esos partidos es proveniente de inversionistas que son clientes de su banco, don Leonel; entonces es imperativo ético-moral insoslayable que usted le hable al país acerca de la identidad-procedencia de esos inversionistas y sus dineros; toda vez que sabe muy bien usted que, en la actualidad, los flujos ilícitos de capital en el sistema bancario-financiero del país están a la orden del día; especialmente esos dineros lavados que, en palabras del propio Ministro de Hacienda, don Rodrigo Chaves Robles, representan 22 puntos PIB anualmente.

Comprenderá usted, don Leonel, que nos motiva una sana y cívica preocupación con esta interpelación a su persona; dada la alta relevancia de su papel en los ámbitos de la real hegemonía que direcciona las principales decisiones políticas del país en estos momentos.

Sabe usted muy bien que la cosa pública, hoy, es sumamente “controversial” como se constata fácilmente con las publicaciones periodísticas del medio de comunicación digital de su propiedad. Y ese altísimo nivel “controversial”, es más profundo y preocupante cuando la cosa privada se interrelaciona con la pública como en este caso; mismo que abrirá cualquier cantidad de interrogantes si usted decide quedarse callado.

Razón más que suficiente para calibrar la importancia de que en Costa Rica el levantamiento del secreto bancario en este tipo de transacciones financieras y para efectos tributarios sea una realidad.

Caos fiscal: derrota del periodismo violento, del odio

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Sin duda alguna estamos en una de las etapas más difíciles de la historia republicana costarricense, al menos desde el establecimiento de lo que se conoce como la Segunda República: es la época del caos fiscal.

Luego de meses y meses, semana tras semana y día tras día de soportar la más infame campaña de agresión psicológica y de terrorismo ideológico en contra de las personas trabajadoras asalariadas del sector Público, jamás desplegada en contra de un sector de la población y ejecutada por el periodismo violento, el del odio, este ha fracasado. Las verdaderas razones del caos fiscal nacional están en otra parte, no en el salario que devengan quienes laboran para el Estado, más allá de lo que debe y deba ser corregido.

Con la llegada del señor Rodrigo Chaves Robles -a quien no conocemos-, al cargo de Ministro de Hacienda, muchas cosas de la verdadera real realidad del caos fiscal nacional han comenzado a tomar rango de política de Estado; y, aunque de su enfoque del problema se puedan tener diferencias, varios de sus planteamientos viendo siendo formulados, hace ya bastante tiempo, desde la corriente sindical en la cual militamos. Veamos:

Ya es oficial que el robo de impuestos (como nos gusta llamar nosotros a la evasión fiscal) está llegando a representar hasta 8 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB) ¡anuales! Es decir, unos 2 billones 800 mil millones de colones. A ellos hay que agregar, los 6 puntos PIB en materia de exenciones-exoneraciones, cifra que hace ya tiempo había logrado el rango de dato oficial. Entonces, tiene aquí usted un terreno fértil de 14 puntos PIB para ir a buscar soluciones al grave problema del déficit fiscal: unos 4 billones 900 mil millones de colones anuales.

Levantar el secreto bancario como lo propone el ministro Chaves Robles, lo cual apoyamos nosotros de manera entusiasta, es algo sumamente necesario e impostergable, como consecuencia de lo anterior. Este tema de la fuerte evasión tributaria nunca fue agenda central mediática para el periodismo violento, el del odio; y, muy probablemente, se opondrán a que se levante el secreto bancario, pues, como sabemos, optaron por vilipendiar al funcionariado público, criminalizándolo socialmente por trabajar para el Estado.

Todo mundo lo sabía, ha sido secreto a voces; y, mucho mejor que todos, ha sido de amplio conocimiento para ese periodismo violento, el del odio: el dinero proveniente del lavado de dinero, del negocio sucio del crimen organizado ha llegado a representar 22 puntos de PIB al año: es decir, 7 billones 700 mil millones de colones. El ministro Chaves Robles se rajó e hizo echar pus al apretar esa llaga enferma del tejido social y político del país. Nosotros nos quedamos cortos pues manejábamos que el dato al respecto era el de unos 6,9 puntos PIB.

Al entrar en vigencia el levantamiento del secreto bancario, muchas verdades aflorarán en este asunto del fraude fiscal; y hasta el momento lo que se consideraban capitales respetables, “libres de toda sospecha”, podrían dejar de serlo. La gritería que ya se está dando para impedir que en el país se dé una transparencia tributaria total a respecto, podría estar surgiendo desde esas fortunas suciamente generadas y/o desde esos grandes capitales escondidos en paraísos fiscales. 

Tenemos certeza de que la abrumadora mayoría de las personas trabajadoras asalariadas del sector Público que no tienen escapatoria alguna en cuanto a hacerles frente a sus obligaciones tributarias, aplaudirán el levantamiento del secreto bancario con tales propósitos de justicia impositiva real. Es el dinero narco el que le teme al levantamiento del secreto bancario.

También ahora todo queda claro que es el elevadísimo monto de la deuda pública y el escandaloso pago diario de sus intereses, parte fundamental del caos fiscal que nos está ahogando como país. El periodismo violento, el del odio, tuvo por mucho tiempo invisibilizado el tema y solamente hacía mención de ello ocasionalmente y como trámite informativo casual, dado que la prioridad de cobertura mediática era el ataque artero, el vilipendio, el prender la hoguera de la noticia de sesgo editorializado contra los empleados públicos y contra las empleadas públicas. Pues, fracasaron también en esta línea “informativa”.

El tripartidismo gobiernista de corte neoliberal, el del PLN-PUSC-PAC, acumula una deuda pública del orden de los 37 mil millones de dólares, con un pago diario de intereses imposible de tolerar: 5 mil millones de colones diarios, ¡cada 24 horas! La propuesta creativa del ministro Chaves Robles es cambiar deuda cara por deuda barata, pero, eso sí, que se aprueben nuevos endeudamientos, entre ellos, 4 mil 500 millones más en eurobonos, algo así como para que el gobierno de Alvarado Quesada termine su gestión y le pase la bomba explosiva, con mecha encendida, al siguiente.

Eso parece más difícil ahora dado que una de las tres integrantes la “policía financiera del planeta”, la calificadora de riesgo Moody’s, bajó la calificación de la deuda del país y, de un porrazo, esta subió en unos 250 millones de dólares. Si las otras dos, Standard & Poor’s y Fitch Ratings, hacen lo mismo, entonces el caos fiscal nos puede llevar hacia una debacle, dentro de lo cual hablar de un default (cesación de pagos) podría no ser tan lejano.

Nos queda mucho para analizar sobre la propuesta fiscal del ministro Chaves Robles como la venta de activos o el tema del empleo público. Por ahora, quisimos destacar el fracaso de la matriz mediática centralmente dominante, la del periodismo violento, el del odio pues el déficit fiscal nunca ha sido responsabilidad de quienes laboran para el empleo público. ¡Siempre hemos tenido la razón!

El Papa Francisco, la impagable deuda pública y el caos fiscal costarricense

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Después de tantísimo tiempo de insistir en el asunto parece ser que, ¡al fin!, la esencia del gravísimo problema fiscal del país emerge con el planteamiento oficialista de sus verdaderas causas: es la deuda pública y su obsceno y abusivo pago de intereses la base del caos fiscal, por una parte. Por otra, la naturaleza profundamente injusta del sistema tributario costarricense y la estratosférica evasión fiscal-robo de impuestos en todas sus manifestaciones, así como el sistema, también abusivo, de las exenciones-exoneraciones.

¡Se nos dio la razón! El periodismo violento, el del odio, ha sido derrotado: su prédica perversa, la nefasta operación de agresión psicológica y de terrorismo ideológico en contra de las personas trabajadoras asalariadas del sector Público, responsabilizándoles del déficit fiscal, ha sido desenmascarado y quedó, como siempre debió haber sido, desacreditado. ¡Enhorabuena!

Ahora que empieza a cobrar estatura de política de Estado las verdaderas razones del problema fiscal nacional, nada mejor que poner cuidado a las más recientes reflexiones del papa Francisco, en torno a estos temas. En verdad, son alentadoras y dan fuerza ético-moral a quienes, como indicamos, llevamos muchísimo tiempo luchando para que emerja la justicia y la real razón del caos fiscal nacional.

El papa Francisco la emprende contra esas políticas de “sacrificios insoportables” que se les imponen a los pueblos a propósitos de las grandes deudas de sus países. La Pontificia Academia de Ciencias Sociales del Vaticano acaba de realizar un seminario denominado “Nuevas Formas de Solidaridad”, contándose con la presencia de la recién nombrada directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), la búlgara Kristalina Georgieva.

La información de prensa en nuestro poder y que da cuenta de ese evento indicó que, según el papa Francisco, la deuda pública en un país podría constituirse en un factor que daña y perjudica el tejido social cuando termina orientada hacia otras finalidades como la especulación financiera. Nosotros pensamos que esto ya está pasando en Costa Rica, dado que, por ejemplo, para este año 2020, cada 24 horas, se deben destinar unos 5 mil millones de colones solamente para el pago de intereses.

Es fuerte la indicación de la máxima autoridad eclesiástica católica del mundo en cuanto a que no puede condenarse a los pueblos a la desigualdad social o, incluso, generar una especie de “parálisis frente a la injusticia, por el tema del pago de la deuda pública de un país; apelando a la sensatez para exigir el pago de la misma, en este caso, interpelando al propio FMI.

Aboga el papa Francisco por una “nueva arquitectura financiera internacional”, demanda ineludible e impostergable. Ante el abultado e impagable monto de la deuda pública costarricense que asciende ya a unos 37 mil millones de dólares, gobernantes sanos deberían impulsar una nueva arquitectura del sistema financiero nacional que, entre otros aspectos, incluya una fuerte auditoría ciudadana de esa deuda y el establecimiento de una serie de estrategias para hacerle frente a la misma sin que caigamos en “parálisis frente a la injusticia”.

Esa “nueva arquitectura financiera internacional” a juicio del papa Francisco es aquella que “apoya el desarrollo de los países pobres, aliviando su deuda, sin paraísos fiscales, evasión y blanqueo de dinero que ‘roban a la sociedad’, con gobiernos que defienden la justicia y el bien común con respecto a intereses de las empresas y multinacionales más poderosas”.

En Costa Rica, la deuda pública, los paraísos fiscales, la evasión y el blanqueo-lavado de dinero están dentro del conjunto de las enfermedades generadoras del caos fiscal en que estamos.

Resulta de obligada lectura que reparemos en esta contundente afirmación del papa Francisco que calza como anillo al dedo a la situación del espeluznante nivel de endeudamiento público de nuestro país: “No se puede pretender que las deudas contraídas sean pagadas con sacrificios insoportables. En estos casos es necesario encontrar modalidades de reducción, dilación o extinción de la deuda compatibles con el derecho fundamental de los pueblos a la subsistencia y el progreso”.

Precisamente eso es lo que, a nuestro modo, venimos planteando para el caso costarricense: aunque estimamos que la deuda pública tica es impagable; la necesidad de su reestructuración y de su reingeniería financiera se impone sin discusión y, repetimos, mediando el mecanismo de una auditoría ciudadana.

El papa Francisco profundiza en el tema de la deuda y la asocia con la concepción teológica de la Doctrina Social de la Iglesia Católica, pues establece que los recortes de impuestos para los más ricos en nombre de la inversión y el desarrollo, significa avalar una “estructura de pecados” que no tiene ninguna justificación ni ética ni moral.

Tal y como se sabe que ha venido sucediendo en Costa Rica, con los súper-ricos criollos que no pueden ser auscultados y procesados debidamente para efectos estadísticos, el papa Francisco pone el dedo en la llega al afirmar lo siguiente: “Cada año cientos de miles de millones de dólares, que deberían pagarse para financiar la atención médica y la educación, se acumulan en cuentas de paraísos fiscales impidiendo así la posibilidad del desarrollo digno y sostenido de todos los actores sociales”.

Es innegable que el caos fiscal costarricense, a la luz del pensamiento social, ético y moral del papa Francisco en esta delicada materia de la justicia tributaria y el robo de impuestos, no es responsabilidad de las mayorías trabajadoras del país; pero sí, a las que se ha estado sacrificando como lo significa (entre otros aspectos), la injusta ley del combo fiscal, la 9635.

¿Narco-economía o Narco-política?

Jonathan Flores, Criminólogo y Directivo Nacional de ANEP

Para muchos, las palabras del actual Ministro de Hacienda, el señor Rodrigo Chaves, con las que afirmó que en Costa Rica circulan unos 22 puntos porcentuales del PIB, provenientes del lavado de dinero, son escandalosas. Aunque, a decir verdad, los números son impresionantes, la “revelación” de que por nuestro país se mueven gigantescas cantidades de capital, producido por actividades ilícitas, no es ninguna sorpresa para aquellos que seguimos la pista al tema de la seguridad ciudadana, y todas las aristas que la misma incluye. Que esta fuerte aseveración lleve a cuestionar con seriedad la vinculación entre el poder económico de las estructuras criminales y las estructuras político-partidarias, tampoco es algo nuevo, y desde ANEP ya lo habíamos señalado antes, en diversos espacios.

Hay situaciones que a la ciudadanía se le escapan, ven con normalidad y hasta acusan de paranoico a aquel que plantee la teoría de una posible doble intención detrás de acciones “aisladas” que van siendo impulsadas, o apoyadas, por la clase política que nos gobierna. Ejemplo claro de ello es el ver seguridad privada en un aeropuerto, o que el contrato de concesión portuaria no contemplara la revisión de los contenedores con los escáneres, por mencionar solo dos circunstancias, que para muchos son simples negocios estatales que no se atendieron con la mejor eficacia.

Sin embargo, ahora que en el imaginario del pueblo flota la incógnita de los posibles vínculos entre el financiamiento de partidos políticos y líderes del crimen organizado, resulta más sencillo apuntar aquellas acciones que dan evidentes reflejos de que hay una serie de movimientos que solo favorecen a una parte de la ecuación, y es justamente la que se dedica a actividades ilícitas.

Veamos: con un pueblo económicamente vulnerable, se golpeó aún más a la población con impuestos, y se disminuyó considerablemente el poder adquisitivo de la clase trabajadora, mediante la aprobación de la ley 9635 (paquetazo fiscal). Pero, a sabiendas las autoridades de Hacienda de los flujos importantes de dinero que solo pasan por nuestro sistema bancario para redirigirse a otros destinos, no se aplicaron impuestos a estos capitales golondrina. ¿A quién favorece eso? Correcto, a quienes evaden, eluden y blanquean capital.

Otro aspecto, ya antes mencionado, y que desde ANEP se ha denunciado, el negocio tremendo con la seguridad privada en el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría, la mayor puerta de entrada y salida de nuestro territorio. Poco a poco, se está desplazando la policía estatal y se contrata seguridad privada, por cierto, esa empresa de seguridad privada está siendo investigada por posible contrabando. Las acciones del gobierno se han supeditado a decir: “no tenemos la potestad de prohibir esta tercerización” ¿Y el poder de imperio intransferible en materia de seguridad? Pensemos lo fácil que sería para un grupo narco, o de similar naturaleza, adquirir por completo una empresa privada de seguridad y operar a sus anchas. Es muy lógica la posición vulnerable del país en este aspecto, ya la F.A.A. (Federal Aviation Administration) nos bajó la categoría en materia de seguridad aeroportuaria, y, aun así, seguimos viendo como la administración del recurso policial en el lugar sigue dando pie a debilitar la operación principal en el aeropuerto.

Sigamos. ¿Sabían que Costa Rica se retiró del programa de revisión de contenedores de la ONU? Pues sí, hasta el año anterior, se “incorporó” de nuevo, ante una serie de cuestionamientos muy evidentes. No obstante, al contactar con el personal de la Policía de Control de Drogas, se nos indica que se sigue trabajando exactamente igual, solo atendiendo las alertas provenientes del exterior, sin una programación real de revisión preventiva de los contenedores. Sobra preguntar quienes ganan con esta débil seguridad en los puertos, es suficiente con observar las noticias de los cargamentos de droga que han llegado directamente a Europa desde Costa Rica.

A esto debemos sumar la actual imposibilidad que tienen nuestras autoridades de revisar, con escáner, los contendores en la terminal de A.P.M. en Moín; porque en el contrato de concesión no se incluyó este “pequeño” aspecto de seguridad. De manera que, por el alto costo que debe pagar el gobierno para el uso de los escáneres, no es posible implementar revisiones preventivas serias, y seguimos dependiendo de las alertas internacionales para hacer algún decomiso en dicha terminal.

Sobre todos los peros, los obstáculos y los “yerros” que han imposibilitado la implementación de escáneres en las fronteras terrestres del país, ni hablamos. El punto es el mismo, si las autoridades del país de verdad estuvieran enfocadas en la seguridad, y la evasión fiscal, estos escáneres estuvieran operando hace años, y ya tendrían muy buenos frutos. Nuevamente, los beneficiados con esto son únicamente quienes evaden, eluden, contrabandean y blanquean.

Podemos seguir uniendo el rompecabezas manifestando, una vez más, el debilitamiento de los Cuerpos Policiales. Servidores estatales que trabajan 12, 16 y más horas, y que deben estar acudiendo a los estrados judiciales a reclamar los derechos laborales que a diario les violentan. Funcionarios que, según cálculos propios proyectados a seis años, perdieron el poder adquisitivo de su salario en alrededor de 90 mil colones. Destacados lejos de su hogar, sin poder pasar tiempo de calidad con su familia, rogando para poder tener oportunidad de estudio universitario, sin la posibilidad de concursar por un ascenso, porque estos se dan a dedo. En pocas palabras, tenemos policías sumamente desmotivados y las renuncias son cada vez más cuantiosas. ¿Sabía que la PCD tiene menos de 150 oficiales para todo el país? Y mes a mes siguen renunciando más.

Entonces, unamos un poco las piezas del rompecabezas, el sistema bancario no se toca, se disminuyen las posibilidades de revisión en puertos y fronteras, se vulnera la seguridad del principal aeropuerto y se desmotiva al policía. Pregunto para resaltar: ¿Todo este escenario a quienes beneficia? Correcto, repetimos: a las estructuras de crimen organizado, que lavan, contrabandean, chantajean, roban, asesinan…y que ponen su dinero sucio a merced de ser usado por las verdaderas estructuras de poder en el sistema bancario. Y quedan miles de aspectos sin analizar, como la elección de los magistrados del Poder Judicial, la falta de una política criminal real, y de proyectos verdaderos de implementación de políticas de seguridad ciudadana…entre otros.

Así cerramos el círculo, la delincuencia organizada opera con cada vez más ventajas, ponen sus ganancias a disposición del poder, que financia las campañas políticas, colocan a sus “apadrinados” en las posiciones estratégicas para seguir impulsando movimientos que les permitan seguir haciendo sus actividades ilícitas, y el ciclo vuelve a empezar.

En conclusión, más grave que descubrir que nuestra economía puede estar dependiendo de estructuras criminales, es descubrir que los escenarios que permiten a las organizaciones criminales seguir varios pasos por delante de las autoridades son generados por estas mismas. La gran cuestionante ahora es: ¿Cuáles políticos son los que han sido colocados en su posición gracias a los grandes señores, dueños del dinero sucio?