Requiem al derecho de huelga

Por: Albino Vargas Barrantes

Ante la inminente aprobación legislativa del proyecto popularmente denominado “ley mordaza”, cuyo nombre oficial es Ley para brindar seguridad jurídica sobre la huelga y sus procedimientos”, expediente legislativo No. 21.048; dado que el pasado viernes 9 de agosto, se aprobó en comisión parlamentaria, con una especie de “mayoría mecánica” de 5 votos a 1, han de escribirse muchas líneas, párrafos, páginas y libros.

Con el valor que da tener criterios de la más alta especialización en la materia, nuestras primeras impresiones ante esa nueva realidad político-social que se está abriendo paso, le compartimos a usted algunas impresiones, compartiéndoles que nuestro nivel de indignación es de tal calibre, como el nivel de resistencia que ejecutaremos en defensa de la Democracia misma.

El expediente aprobado, 21.049, incorpora los contenidos de su “gemelo”, el 21.097, el de la prohibición del ejercicio constitucional de huelga en la práctica totalidad de los servicios públicos que se estaba tramitando de manera paralela. Se fusionaron en uno solo.

El proyecto fusionado, como sus versiones originales paralelas, parte de un enfoque autoritario de las relaciones laborales, el cual concibe la huelga como una actividad antisocial que debe ser reducida a su mínima expresión, imponiéndole una serie de medidas represivas y sancionatorias.

Desde este enfoque, el proyecto lo que propone es profundizar el esquema prohibicionista de la huelga ya vigente en el Código de Trabajo; sometiendo el ejercicio de este derecho fundamental a un sinfín de requisitos y condicionamientos que no son otra cosa que verdaderos impedimentos que hacen nugatorio el derecho.

El ensañamiento contra este derecho de los trabajadores es tan encarnizado que no han quedado por fuera las medidas tendentes a criminalizar a las organizaciones sindicales por actos de huelga, estableciendo una serie de causales de disolución para los sindicatos que organicen movimientos de huelga.

Del contenido del proyecto destaca la prohibición a las huelgas contra políticas públicas, buscando con ello la criminalización del derecho ciudadano a la protesta.

Se refuerza la incorporación de una extensísima lista de actividades consideradas servicios públicos esenciales, en las que se cercena por completo el derecho que tiene los trabajadores de ejercer la huelga.

Para donde no llega la prohibición absoluta del derecho, se crea una categoría novedosa de servicios llamados de “trascendental importancia”en los que se incorporan una larga lista de actividades donde la huelga queda sujeta a fuertes limitaciones, para que en caso de darse su manifestación sea absolutamente inofensiva a los intereses del patrono y, por ende, ineficaz para la defensa de los derechos de los trabajadores.

Los condicionamientos que el proyecto de ley impone para el ejercicio de la huelga son tantos y tan abigarrados que hacen imposible a los trabajadores lograr que una huelga sea declara legal; pero por si acaso tal cosa llega a darse, no se permite que la huelga legal en servicios públicos dure más de 8 días.

Algo parecido sucede con la huelga en el sector educación. En este caso con la venia de los sindicatos del Magisterio Nacional, la huelga de los trabajadores de la educación pasa a ser un remedo de protesta que   sujetada a servicios mínimos y se limita a 21 días naturales de duración, es decir, a tan solo 15 días efectivos, cumplidos los cuales todos los docentes deben, sí o sí, reincorporase a sus puestos, so pena de despido sin responsabilidad patronal y desde luego, rebajándoles el salario.

El proyecto no deja resquicio alguno a través del cual los trabajadores vean la luz del derecho de huelga.

En definitiva, el texto de este nuevo proyecto supone la muerte del derecho de huelga en Costa Rica.

Este proyecto de ley constituye una afrenta a los valores y principios democráticos que inspiran el sistema político del país, razón por la cual nos oponemos a su aprobación; ya no solo desde nuestra posición sindical sino desde nuestra posición ciudadana, esto es, como ciudadanos de un país libre y democrático, habituados a las reglas de convivencia social propias de este sistema.

Con este proyecto de ley, los señores diputados no sólo limitan o coartan la libertad sindical y el ejercicio del derecho de huelga. También restringen las libertades públicas básicas y elementales del sistema democrático. Esta es en definitiva la labor que llevan a cabo el sicariato político-parlamentario, liderado por el señor legislador Carlos Ricardo Benavides Jiménez.

Las “fake news” o noticias falsas

Benjamin Sevilla, Junta Directiva Nacional ANEP

Las “fake news” son noticias falsas que se publican y comparten por las distintas redes sociales. No es un fenómeno nuevo, siempre han existido, lo que pasa es que con el desarrollo actual de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC’s) su impacto, por el alcance e inmediatez, es mayor. De ahí que popularmente se diga que una persona es enjuiciada por la mañana y ya por la tarde condenada, o que, el honor de una persona dura años en construcción y sólo minutos en ser destruido.

Marta Cerezo Prieto en su obra “Medios de Comunicación: representación e interpretación del delito”, menciona un estudio del año anterior de Vosoughi, Roy y Aral, S, en el que se comprobó que las noticias falsas tienen un 70% más de probabilidades de ser compartidas que las verídicas, lo que demuestra que todas las personas somos objeto de “fake news”.

En una sociedad democrática como la nuestra, que pese a todas las observaciones que se pudieran hacer sobre el tema, aún gozamos de cierto grado de libertad en materia de expresión, comunicación e información, lo que correspondería ante el fenómeno de las fake news, es aprender a diferenciar las noticias falsas de las verdaderas. Pero, si lo que se pretende es acudir a la sanción de nuevas leyes que regule la creación y difusión de noticias falsas entonces, se debería valorar previamente, si estas leyes son convenientes y oportunas, si con ello no se censura la opinión pública o si los ostentadores del poder seguirán sujetos al escrutinio de la ciudadanía.

En el primer caso, para diferenciar las noticias falsas de las verdaderas, los expertos aconsejan dudar de aquellos temas que son reiterativos; cuestionar las que se publican inmediatamente después de los hechos; leer la noticia entera y no quedarse únicamente con los titulares; averiguar la fuente, el autor; buscar el titular en Google, en caso de ser cierta la noticia es probable que otros medios también la estén abordando; hay que verificar su contexto, que la fecha sea actual y también; que las imágenes o fotografías no sean montajes.

Si como país determinamos que lo procedente es regular el asunto a través de la sanción de leyes, conviene prestarle atención al criterio técnico jurídico, depurar la norma de los sesgos políticos electorales y guardar el equilibrio entre las distintas normas y derechos. La idea es garantizar una legislación que regule eficazmente los alcances de las noticias falsas y no un proyecto en beneficio exclusivo de la clase política o, mejor dicho, de ciertas figuras políticas que lo que buscarían es evitar que se les cuestione para salvaguardar su imagen. La imagen de una figura pública se blinda así misma con buenas acciones, escuchando las críticas de sus conciudadanos y hablando con transparencia y honestidad.

Las noticias falsas, sin importar de donde vengan, impactan a un sector de la población joven, una población que manifiesta ciertas carencias de sentido crítico, que no le gusta leer los periódicos, que prefiere leer los titulares en Facebook y que antes de revisar fuentes y verificar imágenes, les resulta más cómodo darle credibilidad a lo que dicen ciertas figuras influyentes en las distintas redes sociales. Dichosamente, no todas las personas jóvenes se comportan de esta manera, existe un alto porcentaje de ellas que aprovechan las facilidades de las tecnologías de la información y comunicación para incidir, capacitarse y contribuir con el desarrollo de la sociedad.

Lo que no debe suceder en una democracia como la nuestra es relativizar las fake news. Es lamentable que, en nuestro país, si una noticia falsa es difundida de manera consciente o no, por un sindicalista, por un sacerdote, por un pastor evangélico, por el periodista de “x” medio de comunicación o por una persona que pertenece a determinado partido político, entonces es un terrible delito. Pero, si las noticias falsas son creadas o difundidas por el otro medio de comunicación, por alguien que se autodenomina progresista, por la persona que pertenece a “x” o “y” partido político, entonces hay que guardar silencio, tapar el asunto y desviar la atención. Esto es vergonzoso por constituir una doble moral, porque nos confronta como sociedad, nos posiciona como los buenos y los que creen y piensan diferente, como los “otros” a los que hay que destruir, anular o reducir a su mínima expresión.

Finalmente, difundir o crear noticias falsas es denigrante para cualquier sociedad civilizada, genera diversos conflictos, debilita el funcionamiento de los Estados y cuando se da en los espacios de la comunicación, se traduce en una práctica antiética de la labor periodística.

La deuda estrangulante y los banqueros boyantes

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Trate usted de imaginarse lo que representa esta cantidad de plata: 12 mil 351 millones 200 mil dólares ($12.351.200.000). Ahora, haga lo mismo con esta otra: 20 mil 468 millones 800 mil dólares ($20.468.800.000). Sumemos las dos: 32 mil 819 millones 800 dólares ($32.819.800.000). Recuerde: estamos hablando en dólares y, para mayor comprensión, hablemos en números redondos: 33 mil millones de dólares: $33.000.000.000.

Convirtamos semejante cantidad de plata, en dólares, a un tipo de cambio de, digamos, 580 colones por dólar. Entonces tenemos, 19 billones 140 mil millones de colones: ¢19.140.000.000.000.

Tomemos esta gigantesca cantidad de plata en colones y hagamos la relación de esta con respecto al Producto Interno Bruto (PIB), mismo que en Costa Rica anda por los 350 mil millones de colones por punto porcentual. Entonces, ¡pongan cuidado!: prácticamente estamos hablando de 55 puntos PIB. ¡Sí, 55 puntos PIB!

¿A dónde queremos llegar? ¿Qué pretendemos que usted comprenda? ¿De qué estamos hablando? ¡Atención!:

Don Eduardo Prado Zúñiga, gerente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), por petición nuestra, nos dirigió con fecha 14 de diciembre de 2018, su oficio No. GER 0337-2018, en el cual nos dio a conocer el dato por él denominado “Depósitos del público y tenencia de los activos de los bancos comerciales en moneda extranjera, en millones de dólares”. 

El primer dato de arriba, los 12 mil 351 millones 200 mil dólares, se catalogan como “Depósitos del público en moneda extranjera en los bancos”; y el otro, los 20 mil 468 millones 800 mil dólares, se clasifican como “Tenencia de los bancos de activos en moneda extranjera”. Atesoran unos 33 mil millones de dólares.

Conclusión: ¡Los banqueros están boyantes! Están en una situación próspera, muy favorable, de gran felicidad.

Tomemos nota de la contracara de esta realidad: La neoliberal Ministra de Hacienda, la señora Rocío Aguilar Montoya, nos ha anunciado que la deuda pública del país llegará, este año, a la peligrosa cifra de los 59 puntos porcentuales del PIB; y, además que, si avanza hasta los 60 puntos PIB, para el año entrante 2020, la paralización del sector público llegará hasta la grave situación de detener cualquier tipo de inversión en obra pública. 

Es decir, la deuda pública del país está llegando a la también gigantesca cantidad de los 20 billones 650 mil millones de colones (20.650.000.000.000), lo que en dólares representa la cifra de 35 mil 603 millones de dólares; redondeando, 36 mil millones de dólares. Conclusión: ¡la deuda es estrangulante!

Hagamos, en consecuencia, la siguiente relación para dimensionar, desde nuestra perspectiva obrero-social, la magnitud de la desigualdad en Costa Rica: Por un lado, la deuda pública del país llega ya a los 36 mil millones de dólares; mientras que la plata que tienen los bancos comerciales, en moneda extranjera, es muy similar: 33 mil millones de dólares, a setiembre del año pasado 2018. ¿Cómo estarán a un año después? 

Por supuesto que nadie, en su sano juicio, podría pensar que, ante la magnitud de tales cifras y el contraste entre ellas, se pudiera pensar que habría que impulsar medidas estatistas de expropiación de capitales privados depositados en los bancos en moneda extranjera para hacerle frente a esa deuda pública que nos está estrangulando. Ni con esta finalidad ni con ninguna otra.

Sí nos interesa abrir el debate público al respecto, especialmente ante la ciudadanía trabajadora y ante la población altamente endeudada en dos sentidos. Por un lado, la urgencia de que se proceda con una Auditoría Ciudadana de la Deuda Pública, así, indicado en mayúsculas, pues llegar a los 60 puntos PIB de deuda el año entrante 2020, implicará tormentos sociales y familiares de mayor impacto confrontativo.

Por otro, queremos empezar a preguntar, en alta voz, cómo es que los bancos comerciales, públicos y privados, han llegado a acumular tanta cantidad de plata en moneda extranjera. ¿Cuáles son las medidas de política económica, fiscal, monetaria, tributaria y similares adoptadas en los gobiernos de los últimos tiempos, los del tripartidismo PLN-PUSC-PAC, como para que estos grupos financieros, incluyendo los bancos estatales, estén en condiciones tan boyantes en contraposición a las condiciones que tienen las mayorías populares y ciudadanas?

El que la deuda del país sea estrangulante y el que los banqueros estén más que boyantes solamente tiene una explicación: la adopción del perverso dogma neoliberal en cuanto a las políticas macroeconómicas y macrofiscales de las sucesivas administraciones gubernativas de los últimos 35 años, a partir de la implementación del primer programa de ajuste estructural, en 1984, durante la presidencia Monge Álvarez. 

Desde ese momento a la fecha, los mismos grupos de poder económico-financiero han tenido la hegemonía estratégica del control sobre los gobiernos hasta hoy en día con el ya descarado neoliberal partido PAC: el balance es atroz para el pueblo, para las mayorías: Deuda pública representando el 59% del PIB… y creciendo; banqueros boyantes con plata acumulada por el orden del 55% del PIB… y creciendo. ¿Cuánto más aguantaremos?

Tarifas APM: ¿qué tal si los obreros piñeros y bananeros salen a la calle?

¡5 MIL EMPLEOS EN RIESGO! Esta es la cifra que ha venido dando el sector empresarial exportador piñero del país, en cuanto a probables despidos en esta actividad productiva, si se mantienen las altas tarifas impuestas por el consorcio transnacional APM Terminals, al cual le fue casi que regalada la jugosa actividad de operación de los muelles portuarios de Limón que durante casi 60 años operó Japdeva.

Ahora nos encontramos con un nuevo grito de desesperación al respecto, esta vez proveniente de la Corporación Bananera Nacional (Corbana), la cual denuncia que la tarifa por mover una caja ha crecido en 23 centavos de dólar, afectando uno de los más “sagrados” preceptos del libre mercado: la “competitividad”.

Y lo que es peor, Corbana nos está diciendo que ahora los muelles del Atlántico costarricense son los más caros de la región centroamericana. ¡Qué va! Lo que están reconociendo de manera implícita y ya lo habíamos apuntado en otro comentario nuestro, es que con Japdeva la operación era mejor y más barata.

De la cruda realidad que nos está mostrando la imposición del contrato de operación portuaria a cargo de la transnacional holandesa, destacamos que mover una caja de banano en los muelles de Limón ahora cuesta un 109%. Se pasó de 0.21 centavos de dólar que costaba con Japdeva, a los 0.44 centavos actuales, un incremento absoluto de 0.23 centavos, más del doble.

Lo más llamativo del grito de auxilio de Corbana es que invocan el interés público, pues le piden intervención al Consejo Nacional de Concesiones (CNC), para que les ayude ante el poder público político e institucional (MOPT-Aresep), a bajar las tarifas y, por tanto, no se pongan en peligro de riesgo financiero a las exportadoras de banano y de piña.

El interés público señalado por Corbana tiene una enorme proyección social: las familias trabajadoras asalariadas dependientes de la producción exportable de banano y de piña. Hace un tiempo el empresariado piñero, pegando el grito al cielo también como Corbana, indicó que 5 mil empleos podrían estar en riesgo de perderse si APM sigue cobrando tarifas abusivas.

Al respecto pensamos que todas estas personas trabajadoras, ya sean las 5 mil que podrían perder su trabajo, según el empresariado piñero; o bien, otros posibles empleos en riesgo en la propia actividad bananera, deben hacerse sentir; es decir, deben expresar su opinión ante el país e introducirse en el debate acerca de las altas tarifas que cobra APM y que, repetimos, ha generado el grito desesperado de Corbana.

¿Y qué tal si los obreros bananeros y piñeros salen a la calle? Tendrían más que justificadas razones, con fundamento en la invocación al interés público que formula Corbana. ¡Pues sí! Lanzamos esta iniciativa para que todas las personas trabajadoras del banano y de la piña se tomen un ratito y reflexionen sobre su propia estabilidad en el empleo, la estabilidad social y familiar, así como su bienestar, en el marco de las altas tarifas que está cobrando APM Terminals; en el marco de la confesión de Corbana de que estas son las tarifas más caras de la región y que, por tanto, los puertos de Limón y de Moín ya no serían competitivos.

Es posible organizar un evento de calle en domingo, creemos nosotros. Dejamos esta iniciativa en manos de esos valientes compañeros y compañeras que ostentan niveles de representación sindical en las distintas fincas, de las diversas empresas productoras del banano y de la piña, de las varias representaciones obreras para que, sin mediar sigla de por medio, se haga manifestación pública y pacífica de la gran preocupación obrera y familiar si APM Terminals insiste en esas altas y desmesuradas tarifas.

El déficit fiscal nunca se corregirá sin…

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

El déficit fiscal nunca se corregirá sin… una TRANSFORMACIÓN TRIBUTARIA ESTRUCTURAL. Noten que lo pusimos todo en mayúsculas. Así de grave vemos la situación.

Nuevamente se gesta una ofensiva ideológico-psicológico-mediática para asustar a la población, pues el Banco Central de Costa Rica (BCCR) anunció que, al terminar el presente año 2019, el déficit fiscal llegará a los 6,3 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB).

Según los neoliberales, esto ya es una tragedia para la economía nacional y algo desestabilizante para la misma. Entre otras cosas, argumentan que la orden que le da al país la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económicos (OCDE) es que no se debe superar la barrera del 3% en materia de déficit fiscal; por tanto, duplicarlo y más es algo trágico.

Nosotros pensamos que lo realmente trágico y desestabilizante para la economía nacional es, por una parte, que sigamos sin realizar la TRANSFORMACIÓN TRIBUTARIA ESTRUCTURAL (otra vez, lo ponemos en mayúsculas), la cual debe pasar a ser de carácter progresivo: que paguen más los que más tienen, que paguen lo correcto y que no lo escamoteen, que no se dejen lo que recaudan, que no lo escondan en paraísos fiscales.

Por otra parte, lo realmente trágico y desestabilizante para la economía, para la convivencia social y para el mismo sistema político, es que el país siga endeudándose más y más, por tanto, pagando cada vez más altos intereses.

El déficit fiscal nunca se corregirá sin que, precisamente, se haga una auditoría ciudadana de la deuda pública, mediando ley de la República, para que la generación actual de costarricenses y las siguientes sepan cómo fue que llegamos a esta peligrosa y espantosa situación.

El déficit fiscal nunca se corregirá si no se modifica la vergonzosa y cruel circunstancia de tener entre 8,2 y 8,5 puntos PIB de evasión-elusión de impuestos en todas sus manifestaciones legales y/o ilegales; y si se sigue tolerando que en cuanto a exenciones-exoneraciones haya 6 puntos PIB.

¡Qué barbaridad! ¡Sumen! Hay 14 puntos PIB, al menos, para conseguir bajar los 3 puntos PIB de exceso del déficit fiscal ordenado por la OCDE; sin más tributos para nadie, ni siquiera para esos grandes “empresaurios” archi-enriquecidos con todos los mecanismos de robo de impuestos.

El déficit fiscal nunca se corregirá si no ventilamos de manera totalmente pública cómo es que los banqueros tienen depositados en el sistema financiero nacional casi 33 mil millones de dólares; gigantesca cantidad de plata que si la convertimos a colones equivale a unos 55 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) del país.

¡Impresionante! 55 puntos PIB es, cifras más, cifras menos, igual a 18 veces el porcentaje de déficit fiscal que la OCDE pide que rebajemos, pues esta solamente autoriza al país a 3% y al terminar el 2019, superaremos los 6 puntos.

Hace tiempo venimos insistiendo en que deberíamos, como país, como sociedad, lograr un gran acuerdo nacional en materia de déficit fiscal, en el sentido de que se debe establecer un porcentaje de este con el cual podríamos vivir y, paralelamente, el porcentaje con el cuál no se podría vivir.

Jugando con la cifra “alarmante” de 6,3 puntos PIB de déficit al terminar este año, ¿por qué no buscar un acuerdo para ver cómo se buscan ingresos fiscales frescos por el orden del 3%, o del 3,1% PIB, mediando ese gran acuerdo nacional, de tal suerte que nos quedemos con 3% para vivir en el entretanto se llega a la ansiada y necesaria TRANSFORMACIÓN TRIBUTARIA ESTRUCTURAL (una vez más, en mayúsculas)?

Nosotros pretendemos abordar este sensible tema de cara a los interlocutores gubernamentales del proceso de diálogo-negociación que, en próximas horas y días, sostendrá la articulación de grupos de la sociedad civil Encuentro Social Multisectorial, con autoridades políticas del actual gobierno de la República. 

Con todas las reservas, dudas, incredulidades y desconfianzas que genera desde ya un proceso así, en el marco de las condiciones sociopolíticas y económicas en que está el país en estos momentos; vamos a dar nuestro mejor esfuerzo para posicionar una visión alternativa en esta sensible materia del déficit fiscal y todas sus cuestiones conexas.

Que nos perdonen los especialistas de uno y de otro bando, incluso los amigables con la lucha social, pero es que este tema del déficit, de los impuestos, del robo de los mismos, de los banqueros, de la deuda y sus abultados intereses, está afectando a “Raymundo y a todo el mundo”; a “los y las de abajo” más que nadie. Entonces, el asunto debe ser de interés general, especialmente de interés popular.

Porque si esto estalla, como nos lo están pronosticando ellos mismos, “los y las de arriba”, sencillamente se irán del país con su plata y nos dejarán a las mayorías en mayores niveles de sufrimiento, de empobrecimiento, de esclavitud económica y de precarización social al máximo. ¡Qué va! Llegó la hora de que “los y las de abajo” hablemos con contundencia al respecto y con esa lógica de pueblo, cuyo sentido común se viene imponiendo ante los desmanes de los todavía poderosos. 

Explosivos: ¿la conjura del miedo otra vez?

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

La serie de colocación de artefactos explosivos en espacios públicos, en las últimas semanas, tuvo un notable episodio el pasado sábado 27 de julio de 2019, con lo acontecido en las afueras de las instalaciones de Televisora de Costa Rica (la empresa), junto a las instalaciones físicas del medio, Telenoticias de Canal 7.

Los otros dos ocurrieron en las afueras del bulevar de la Asamblea Legislativa, al pie de la ventana de una oficina diputadil; y el otro, en las afueras de la entrada principal de la sede central del Ministerio de Hacienda, en la Avenida Segunda de la capital.

Desde la corriente sindical en la cual militamos nos aprestamos a expresar nuestra condena por ese acto, indicando mediante un texto twitter lo siguiente: “Debemos condenar enérgicamente el lanzamiento del artefacto explosivo frente a las instalaciones de Canal 7. Las ideas se combaten con ideas. Ojalá las autoridades competentes sean contundentemente eficientes. ANEP”. ¡Lo sostenemos!

“Las ideas se combaten con ideas”. Es innegable que el actual debate sociopolítico y económico que se da en nuestra sociedad actual, está mostrando una confrontación entre ricos y pobres. ¡Duélale a quien le duela! Y se vienen definiendo posiciones en los más diversos ámbitos de la comunidad costarricense, según la ubicación de clase y/o la proximidad o afinidad, por oportunismo o por convicción, hacia un lado o hacia el otro.

Lo que hemos venido notando es que las ideas del campo popular están cogiendo más fuerza por estos meses; contrario a lo que sucede en el campo hegemónicamente dominante y su prensa afín, especialmente la del periodismo del odio y la que le chupa rueda a éste.

Con ocasión de otro episodio confrontacional fuerte vivido en los últimos tiempos, el asunto del tratado de “libre” comercio (TLC) con Estados Unidos (mismo que culminó con el “frauduréndum” del 7 de octubre de 2007); gran acontecimiento fue el Memorándum del Miedo, uno de cuyos autores fue el entonces Vicepresidente de la República, señor Kevin Casas Zamora, quien tuvo que renunciar a ese cargo, de manera humillante.

En aquel momento se descubrió que el documento que defenestró para siempre al señor Casas Zamora, (por cierto, hoy “refugiado” en un importante cargo internacional pues su futuro político en el país se castró dado el indicado acontecimiento), resultó producto de una planificada conjura urdida en los ámbitos del real poder, ante la inminente derrota que sufrirían los abanderados de ese TLC, quienes venían perdiendo la lucha en el campo de las ideas.

Acudir al expediente del miedo fue lo que se les ocurrió para evitar perder su apuesta política máxima en ese entonces por dicho tratado que, por cierto, y a poco más de una década de su imposición, salta a la vista que más bien perjudicó al país.

En esta ocasión, la del explosivo que estalló en las afueras de Canal 7, el director del medio de comunicación colectiva impreso más fervientemente partidario del gobierno de don Carlos Alvarado Quesada, al comentar lo acontecido espetó, sin pelos en la lengua y sin conectar la misma al cerebro, que ello tiene explicación en la “retórica violenta” de los líderes sindicales; mostrando así su orientación ideológica que ha convertido a su periódico, no solamente en la vocería oficial gubernamental, sino en militante del periodismo de odio que se ha venido imponiendo en nuestro país por parte de la prensa de ese señor y de quienes le chupan rueda.

Cualquiera puede argumentar, entonces, siguiendo la línea de odio confrontativa de dicho director de ese medio llorentino, que los artefactos explosivos de los últimos días, son montajes por parte de personas o grupos pagados por los dueños del poder real en nuestra sociedad, con la intención de meter miedo a la ciudadanía a fin de que ésta no exprese su descontento de manera militante; y, por el contrario, se apiade de la integridad de los atacados y de lo que ellos representan y significan en el confronto de clase que está ocurriendo en nuestra sociedad en estos momentos.

Es decir, que estaríamos ante una especie de estrategia de conjura del miedo por parte de los sectores dominantes, para que los dominados, cuya movilización y cuestionamiento está in crescendo estratégico, no atiendan más llamados convocantes para el ejercicio libre de la Democracia de la Calle.

La irresponsable temeridad de lengua floja del periodista-director llorentino estimula la construcción popular de la conjura del miedo que impulsarían los sectores dominantes que él representa con su práctica del periodismo de odio, con sus presuntos auto-atentados.

Una oportunidad para la paz social

Por: Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Escribimos el siguiente comentario en la tarde del domingo 28 de julio, a pocos días de la apertura, este jueves 1 de agosto de 2019, de un proceso de diálogo y de negociación entre las representaciones del Encuentro Social Multisectorial (ESM), con autoridades políticas gubernamentales.

Los acontecimientos de protesta social de las últimas semanas y de los últimos días son expresiones inobjetables de una sociedad marcada por la pobreza, por la exclusión, por la desigualdad, por la corrupción, por el engaño y la estafa político-electorales prolongadas; y, por un proceso concentrador de riqueza que va de la mano con el desmontaje de la institucionalidad del otrora fuerte e incluyente Estado Social de Derecho; generador éste de movilidad y de inclusión, pese a sus desatinos, desviaciones, asaltos, corruptelas y secuestro corporativo-gremial en algunos casos.

Por si todo ello no fuera poco, tenemos un sistema tributario perversamente injusto y regresivo; un endeudamiento-país de inconmensurables cantidades para un pequeño Estado de 5 millones de habitantes; un pago de intereses derivado de ello que carcome el presupuesto de la República arrasando con todos los servicios públicos del Estado central; y un déficit fiscal de proporciones “apocalípticas” (superior al 6% del Producto Interno Bruto -PIB-, al finalizar el presente año 2019), según el decir económico-neoliberal dominante.

Además, existe un sistema bancario-financiero cuyos depósitos en moneda extranjera y en pocas manos, nos muestra una cantidad de dinero de tanta magnitud, muy similar al de la deuda pública que nos estrangula como sociedad.

Por otra parte, en cuanto al sistema político de la democracia representativa, el contexto nos muestra al presidente de la República más impopular desde que se hacen encuestas de medición de la gestión de los gobernantes ejecutivos; un gobierno sin credibilidad y con una desconfianza de la ciudadanía en el mismo que no para de crecer; un parlamento que dramatiza como ninguna otra institución republicana la lejanía entre el gobernante y los gobernados; y un sistema judicial muy criticado y cuestionado en cuanto a sus cúpulas de la alta magistratura como la constitucional.

¿Se podrá negociar justas peticiones sociales con un gobierno en estado calamitoso? ¿Se podrá creer que, si tan solamente se diera un acuerdo, éste sería plenamente honrado? ¿Se podrá confiar en una mediación endeble con una Defensoría a la que algunos le critican por tener, presuntamente, un sesgo parcializado hacia posiciones gobiernistas, por un lado; y, por otro, con una Iglesia Católica que primero quería ser actora, luego se esquineó para ser “mediadora”, y finalmente, salió en carrera ante la primera gritería que le pegó el capital mediático?

El Encuentro Social Multisectorial (ESM) está plenamente consciente de que es éste el escenario en el cual se abrirá tal proceso de diálogo y de negociación, mismo que (si nada cambia en las próximas horas), sería instalado por el señor Carlos Alvarado Quesada, como cabeza del Poder Ejecutivo.

Pese a todo ello, nosotros pensamos que estamos en presencia de una oportunidad para la paz social.

En de gran relevancia, en tal sentido, que la mayor parte de la población pudiera tomar nota y adquirir plena conciencia de la importancia del temario objeto del proceso. Dentro de él destacamos el impulso a legislación contra los intereses de usura y contra el altísimo precio de los medicamentos; la desactivación de los nefastos proyectos contra el derecho constitucional de huelga y de la manifestación y contra la precarización al máximo del empleo público.

Se pretende evidenciar el estado de ruina de miles de agricultores costarricenses para los cuales urge proceder con la compra de sus deudas. Tanto la autonomía del régimen municipal como la del sistema cooperativo, urgen de ser restablecidas; tanto como el que no se puede esperar más ya que el país dignifique a sus cuerpos policiales cuyos salarios y condiciones de trabajo han sido precarizadas.

El daño magno a las economías personales y familiares con la imposición del injusto impuesto al valor agregado (IVA), es otra prioridad, al contrastarle en mesa con lo que está en el plano de la transformación tributaria estructural (informe legislativo Los Papeles de Panamá); como no deja de ser de gran interés del EMS que podamos entrarle, como país, a una auditoría ciudadana de la deuda pública. La precaria situación del transportista nacional y del sector pesquero, están como puntos centrales del proceso negociador mencionado.

El nuevo actor social que emergió de una manera impresionante e impactante, el estudiantado de secundaria, necesita una discusión política de fondo sobre temas sensibles como la educación dual y las pruebas FARO (entre otros), de tal suerte que estos procesos deben detenerse si se quiere transparencia y sinceridad en un diálogo real y efectivo como el importante sector social aglutinado en el ESM.

Aspiramos a potenciar el marco de acción para mayores procesos unitarios, considerando que la aglutinación en el Encuentro Social Multisectorial es solamente una expresión de unificación de acciones de lucha y de agregación de agendas, para lograr audición calificada de quienes toman decisiones en las instancias de poder formal. Al menos, esa es la aspiración.

El otro lado de la acera de la confrontación, esa parte del poder real escudado en matrices mediáticas impulsoras de prácticas periodísticas de odio y con fuerte control de la institucionalidad republicana formal, no tolera el disenso y desea el exterminio de toda forma civil activa de resistencia.

A pesar de que los diferentes liderazgos sociales tenemos plena claridad de ello, el proceso de articulación unitaria general, sigue pendiente. Si superamos esto, podríamos estar ante escenarios estratégicos de enorme impacto para las mayorías obreras, laborales, sociales y ciudadanas.

André Garnier Kruse y el salario mínimo

Si alguien tenía alguna duda de la orientación ideológica fundamental de la política económica del actual gobierno del tripartidismo PLUSC-PAC, nada mejor que ponerle mucha atención a las declaraciones de prensa que dio el señor André Garnier Kruse, quien ahora ostenta el cargo oficialmente denominado como Ministro de Coordinación Económica; pero que y según nuestra perspectiva, desde el punto de vista de la actual hegemonía predominante en el seno del actual gobierno Alvarado-Piza, representa un función de comisario político del alto corporativismo empresarial designado por la UCCAEP con tal propósito.

Para el señor André Garnier Kruse, un verdadero superministro, “Costa Rica tiene un salario mínimo muy alto”, lo cual -según él-, se le resta competitividad al país, por lo menos en algunos productos como los de la actividad del agro nacional. Además, aseguró que se deben hacer “algunos cambios en cuanto a las cargas sociales”; y, que nuestro país está entre las naciones “que tienen las cargas impositivas más altas del mundo”. (Entrevista para el Semanario Universidad, 10 de julio de 2019).

Estos tres criterios nos notifican la ruta de carácter estratégico que piensan seguir esos grandes sectores hegemónicamente dominantes, los del poder real en la sociedad costarricense actual. Para quienes hace tiempo venimos denunciando el perverso camino que se le ha impuesto a nuestra Patria de más empobrecimiento, más desigualdad y más concentración de la riqueza, lo que don André Garnier Kruse está indicando, no es nada nuevo.

Lo que sí nos llama la atención, ahora, es ya no únicamente el cinismo político, descarnado y deshumanizado de cómo se plantea; sino que, nos facilita la comprensión cabal de que, efectivamente, el escenario actual es de lucha de clases en el país: ricos contra pobres; los y las de arriba contra los y las de abajo.

La pretensión de los ricos, hegemónicamente controladores del poder real, de que se baje el salario mínimo en un país que, si no es el más caro de la región latinoamericano, está en los primeros lugares al respecto, es algo espeluznante; especialmente porque no solamente ese salario mínimo ha decaído en cuanto a poder adquisitivo, sino que en un alto porcentaje se violenta, no se cumple y no hay forma de que la política pública ataje esta barbaridad, con eficiencia.

Plantear la disminución del salario mínimo no es más que una pretensión macabra de desvalorizar al máximo el valor de la fuerza de trabajo, considerando que, prácticamente, la mitad de la Población Económicamente Activa (PEA), está en la informalidad, en el empleo precario. “Bajemos el salario mínimo, de por sí, sobra gente para contratar que está dispuesta hasta laborar por un plato de comida”: éste podría ser el pensamiento de fondo que podríamos derivar del criterio de don André Garnier Kruse.

Por otra parte, él lanza un ataque al corazón de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), al hablar de bajar “cargas sociales”. En las mentes desalmadas atiborradas de plata, la inversión en salud y en seguridad social es una “carga”; es una concepción reaccionaria en materia de explotación de la mano de obra de manera inmisericorde, que hay que rechazar tajantemente.

En lo que sí se podría pensar con seriedad, en materia de responsabilidades de Seguridad Social y de orden tributario, es en las que son en competerle al micro-pequeño y mediano empresariado del país; de forma tal que la política pública les coadyuve a su observación plena; dándoseles un trato diferenciado pero transfiriéndole a la Caja, por ejemplo, los dineros correspondientemente suplementarios, producto de la captación de esa mega-cantidad de recursos que andan, por la libre,  en la economía, dado que el país no ha procedido a la implementación de una transformación tributaria estructural.

Otra de las afirmaciones formuladas por don André Garnier Kruse (esclarecedoras acerca del proyecto estratégico en desarrollo que se le está imponiendo a la sociedad para, por una parte, acrecentar la acumulación de riqueza en los grupos político-económicos que él representa y para los cuales se gobierna; y, por otra, aumentar la explotación de la clase trabajadora al máximo y arruinar a la arrinconada clase media); es esa de que en nuestro país tiene “una de las cargas impositivas más altas del mundo”. ¡Tremendamente discutible es esta afirmación!

En la publicación electrónica BBC Mundo (https://www.bbc.com/mundo/noticias-47572413), nos encontramos que según datos de la OCDE, para el 2016, Costa Rica estaba colocado en el sétimo lugar de la tabla de países de América Latina en materia de impuestos con relación al Producto Interno Bruto (PIB). Los primeros seis países de la región al respecto y en su orden, eran Cuba, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia y Nicaragua.

Por otra parte, Costa Rica no aparece entre los diez primeros lugares del planeta en cuanto a tasas impositivas (http://diarioretailsudamericabusiness.com/usa/4927/); pero sí, ¡vergonzoso!, aparecemos en el top ten de los países más desiguales del mundo: en el lugar número 8 (https://es.panampost.com/mamela-fiallo/2018/07/04/latinoamerica-tiene-8-de-los-10-paises-mas-desiguales-del-mundo/).

Como ustedes habrán visto, por la boca muere el pez. Don André Garnier Kruse habló sin pelos en la lengua. La lucha social de estos tiempos es más que justificada, es ética y moralmente correcta. ¡Los y las de abajo tenemos la razón!

Recesión económica a la vista… pero no para Don André Garnier Kruse

Por Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

En una reciente entrevista periodística, don André Garnier Kruse, el nuevo “zar” de la reactivación económica del país, le dijo al empresariado que él representa que “tengan confianza porque la situación de inestabilidad económica del país ya superó su etapa más crítica”…; agregando que “yo no diría que la economía está deprimida, pero sí ha bajado el crecimiento. Es un tema muy crítico, tenemos muchos meses ya donde el IMAE viene con una tendencia de decrecimiento…” (Semanario Universidad, 10 de julio de 2019). ¿Entonces?… ¿Qué es esto?

Parece que don André se está contradiciendo él mismo. Si la inestabilidad económica del país ya superó su etapa más crítica y el IMAE (Índice Mensual de Actividad Económica) tiene ya muchos meses con una tendencia de decrecimiento, ¿no está siendo congruente don André con relación a la situación económica del país, si el propio Banco Central de Costa Rica (BCCR) ya está hablando de que la recesión económica está a la vista?

Efectivamente, ha trascendido que la producción en la agricultura tiene ya nueve meses de cifras en rojo; que la construcción ajusta tres meses en reversa; y que la actividad de extracción minera y de canteras lleva ya ocho meses de decrecimiento. Datos revelados por estas fechas provenientes del indicador IMAE que maneja el Banco Central de Costa Rica (BCCR).

La realidad es más cruda. Más allá de los casos concretos mencionados de estancamiento y de retroceso económico indicados, la perspectiva global no es la mejor. La apuesta única que ha hecho el presente gobierno por una reforma fiscal muy ideologizada parece que, en vez de generar confianza, produce gran incertidumbre y como es más que notorio, el rechazo social de amplias mayorías no va a mermar por más diálogo y buena voluntad que las partes quieran demostrar al respecto.

Entonces, estamos en presencia de una mezcla muy peligrosa: inestabilidad económica e inestabilidad social, a la vez.

La reforma fiscal impuesta ha fracasado y solamente ha servido para hacer daño a quienes menos responsabilidad tienen por el desastre nacional de las cuentas públicas del país. Sin corregir los altísimos niveles de fraude fiscal (especialmente, la evasión y la elusión); y, manteniendo un sistema tributario regresivo con una baja carga impositiva, los especialistas afirman que la economía, ya de por sí poco dinámica, va hacia la recesión. Es esto lo que no parece y no quiere comprender el mandamás ideológico de la economía del país en estos momentos, don André Garnier Kruse.

Por el contrario, a juicio de este señor, el dinamismo de la economía solamente se recuperaría bajando el salario mínimo, reduciendo “cargas sociales” y aumentando la jornada laboral, flexibilizándola. Es decir, centroamericanizar el sistema productivo costarricense.

Además, ideológicamente hablando, sus “seguidores” dentro del propio gobierno del cual él forma parte y quienes le sirven en la Asamblea Legislativa, tramitan iniciativas de ley antidemocráticas como la anulación de libertades sindicales y del derecho constitucional de huelga; amén de las medidas para flexibilizar las normas de despido del empleo público, impulsando la desinstitucionalización total de la prestación de los servicios públicos.

Piensan los especialistas que centran en la promoción de bien común y en el retorno de las políticas públicas para la integración social, el mejor freno al riesgo de recesión económica; ayudaría mucho impulsar iniciativas de ley como el combate a la usura, darle al Banco Central la responsabilidad de promoción del empleo como parte de su actividad estratégica; destinar muchos recursos (que los hay y de sobra), para emprendimientos productivos en zonas rurales, adicionando iniciativas en este marco del desarrollo enfocadas en mujeres y en personas jóvenes.

Definitivamente, parece que una recesión económica de consecuencias sociales graves, encontrará a don André Garnier Kruse mirando para otro lado.

JAPDEVA lo hacía mejor y más barato

Por: Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Es nuestro respetuoso criterio de que todas las fuerzas vivas de Limón, de la provincia de Limón; así como todas las conciencias patrióticas y organizaciones cívicas de toda naturaleza, debemos demandar, por múltiples formas y de manera activa, la rescisión-anulación del abusivo contrato que le entregó los muelles del Atlántico a la firma transnacional holandesa APM Terminals, en condiciones totalmente perjudiciales para la economía nacional, para la estabilidad social y para las golpeadas finanzas públicas.

Resulta impactante que desde el propio sector empresarial de los macro-negocios, ese mismo que en su momento aplaudió al “exterminio” institucional de Japdeva para que se instaurase el monopolio privado en la actividad portuaria de los muelles del Atlántico; ahora salga un potente clamor de que APM está, a su vez, prácticamente propiciando el “exterminio” de la estratégica actividad exportadora del país; al menos, la que sale del país por la provincia de Limón que, como es bien sabido, es el lugar del movimiento del 80% del comercio internacional de Costa Rica.

En una especie de acción desesperada y sin el apoyo de la máxima central sindical-empresarial del país, la UCCAEP, 17 cámaras del sector productivo nacional emplazan al mandatario costarricense, Carlos Alvarado Quesada, solicitando que se renegocie el contrato (más que leonino, como demostrado está ya), con APM-Terminals.

Alegan los empresarios reclamantes que las altísimas tarifas que les están cobrando por usar las terminales portuarias, les resta competitividad.

En tal sentido resulta necesario mencionarlo una y muchas veces más, aunque caigamos mal: ¡Lo dijimos! Con mucha argumentación en su momento, desde el movimiento sindical ligado a la actividad portuaria de Limón, se indicó que las tarifas de operación, en caso de concesión a una transnacional la operación de los muelles del Atlántico, subirían hasta en un 300%. “Para justicias el tiempo”: prácticamente así es hoy en día.

Lo que corresponde ahora es encontrar la solución a tan grave problema denunciado por esas 17 cámaras empresariales, mismas que están resentidas por el abandono que les hace en esta lucha, su casa-madre en cuanto agrupaciones del sector productivo. ¡La UCCAEP les dio la espalda!

Según nuestra visión del problema no hay más camino que el de la rescisión-anulación del contrato con APM-Terminals y, a la vez, rehabilitar a Japdeva para que reasuma la operación de los muelles de Limón.

El reclamo de las 17 cámaras empresariales es un reconocimiento tácito a que Japdeva lo hacía mejor y lo hacía más barato. Sabemos que jamás lo dirán de manera explícita, pero es lo que interpretamos cuando le piden al Gobierno “renegociar” el contrato con APM-Terminals, situación que esta transnacional jamás aceptaría.

Esos 17 sindicatos patronales (cámaras en el lenguaje empresarial), proveen los argumentos para fundamentar un proceso de rescisión pues, según las deficiencias que muestra APM-Terminals, el problema es más profundo y grave; como grave es, de por sí ya, las altísimas tarifas de operación.

Las deficiencias de APM son éstas, según reporte de prensa que da cuenta del reclamo empresarial:

  1. Demoras por congestión en la entrada al puerto genera impactan la cadena de frío y calidad para la carga refrigerada perecedera.
  2. Atrasos en el reporte de fallas de las unidades reefer, que se deriva en pérdidas de fruta.
  3. Fallas en los procesos crean demoras en la rotación de los buques e incumplimiento de las ventanas de atraque acordadas.
  4. Restricción recurrente de recepción anticipada de carga refrigerada no existe en otros puertos y ocasiona costos adicionales.
  5. Contenedores extraviados o dejados de embarcar por problemas en el sistema o fallas en la información.
  6. Software de manejo de la terminal falla con frecuencia.
  7. Incremento en daños físicos a los contenedores (cargados y vacíos).
  8. Proceso para efectuar reclamos por daños a los contenedores es complejo y lento, diseñado para desalentar los reclamos.
  9. Demora de dos horas desde piloto a bordo (POB) al buque all fast.
  10. Tiempo desde buque all fast hasta inicio de la operación “free pratique” tarda hora y media más de lo común.
  11. Lo último además ocurre con el espacio entre la operación de carga y la orden de zarpe.
  12. Grúas pórticas mantienen baja productividad.
  13. Atrasos impactan logística de transporte.

Adicionalmente, el factor social es de igual naturaleza peligrosa: la enorme cantidad, miles se dice, de empleos en riesgo y hasta se ha mencionado la cifra de 5 mil en el sector piñero, solamente. Es impensable que la irresponsabilidad de un gobierno pueda llegar a tales niveles de deterioro como para poner oídos sordos al potente reclamo empresarial; así como al que, con seguridad, habrá que complementar con un fuerte reclamo obrero. Japdeva lo hacía mejor y más barato.