Hegemonías

Ahora que fracasaron en una segunda intentona para “volarse” al Ministro de la Presidencia, don Melvin Jiménez Marín, queda con más claridad el desarrollo de la rearticulación política del capital neoliberal, tanto al interior del parlamento como fuera de él, luego de las pasadas elecciones.

El primer intento, por haber sido este señor obispo luterano en su vida civil, también les fracasó. Interesante destacar el papel que en ambas situaciones ha tenido la “procuradora del gran empresariado”, como consta al país.

Quienes quedaron “molestos” con el resultado electoral de febrero de 2014 (tanto el presidencial como el parlamentario), están “irritados” pues notaron que podrían no tener el control total de la cosa pública desde el plano político-estratégico, como hasta ese momento, según su visión de mundo neoliberal y la hegemonía que la misma expresa:

Liberalización comercial total con reducción de derechos laborales y sociales; privatización de toda la institucionalidad pública, más austeridad fiscal a rajatabla y con reducción, precarización y eliminación del empleo público; salarios mínimos a la baja en poder de compra; concentración abusiva de la riqueza producto de arcaicos e injustos sistemas tributarios; además, depredación ecológica, corrupción, crimen organizado y narcotráfico, etc.

La más tenue posibilidad de que se desafíe este orden hegemónico vigente, será fuertemente combatida por esa derecha económico-política del capital neoliberal en proceso de recomposición para retomar la ofensiva. Una cosa es tener el gobierno pero otra es tener el poder.

Por eso y desde una acción gubernativa es imposible asumir el reto de desafiar a esa hegemonía, sin una base social fuerte y con soporte político, tal y como lo han demostrado varios gobiernos progresistas de la América Latina cuyos presidentes recientemente estuvieron en el país con motivo de la III cumbre CELAC. Es decir, que haya “otra” hegemonía; o, por lo menos, que atisbe, se anuncie y proceda a actuar en cuanto tal.

El Presidente Solís y quienes le son más leales a sus ideas y propuestas en el seno del Poder Ejecutivo, deben comprender que difícilmente ante la intransigencia, la intolerancia, la iracundia de esa hegemonía del capital neoliberal, saldrán bien “librados” de la gestión gubernativa que están ejerciendo; si no definen, con sentido estratégico, un acercamiento estructurado con una serie de sectores sociales (y hasta empresariales), que no se identifican con los valores de esa hegemonía hasta ahora reinante.

La nueva intentona contra el Presidente Solís será la “toma” del directorio legislativo en mayo próximo a fin dejarle totalmente “solo”; toda vez que él y su equipo más cercano ya deben tener claro que son un gobierno sin partido, habida cuenta de la naturaleza real del PAC hoy.

Ante la intención del Presidente Solís de quedarle bien “al dios y al diablo”, así como la inminencia de que la derecha del capital neoliberal se deje el control del parlamento; no queda más que acudir a la Democracia de la Calle, en grandes jornadas de movilización social y cívica para, por ejemplo: a) Repeler el ataque contra el empleo público y las convenciones colectivas; b) cambios en el sistema tributario para hacerlo más justo; una nueva política salarial; defender la Reforma Procesal Laboral (RPL); defensa del régimen de pensiones IVM-CCSS; por la soberanía y la seguridad alimentarias; y otras causas similares que tienen que ver con la inclusión social y la promoción del bien común.

El legado político del gran pensador italiano Antonio Gramsci (1891-1937), nos habló de que por hegemonía debemos entender “la dominación y mantenimiento de poder que ejerce una persona o un grupo para la persuasión de otro u otros sometidos… imponiendo sus propios valores, creencias e ideologías que configuran y sostienen el sistema político y social, con el fin de conseguir y perpetuar un estado de homogeneidad en el pensamiento y la acción…”. No hay duda. Queda clarísimo: lo que estamos viviendo es un asunto de pugna de hegemonías: una que se rearticula; la otra que no sabe cómo hacerlo.

La desigualdad: el mayor reto de la CELAC hoy

¡Cordial bienvenida, gobernantes de la CELAC! Llegan ustedes a una nación hermana, Costa Rica, parte de esta región latinoamericana y del Caribe: ¡la más desigual del mundo!

La coalición sindical PATRIA JUSTA saluda la inauguración en este día histórico para nuestro país, miércoles 28 de enero de 2015, de la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC).

Honraremos este evento en la mañana de hoy mismo, celebrando el 162 aniversario del nacimiento del gran patriota latinoamericano de origen cubano, José Martí, a las 10 a.m., en el Parque Nacional.

Luego, a las diez y media, estaremos en el anfiteatro del Centro Nacional de la Cultura (CENAC), antiguas instalaciones de la FANAL (diagonal al INS), desarrollando un acto de saludo a la III Cumbre CELAC, por la Unidad Latinoamericana y de amistad con el pueblo de CUBA.

Esta ocasión es más que oportuna para hablar de uno de los problemas más graves de la América Latina de hoy: la desigualdad. Según la prestigiosa organización no gubernamental (ONG), Oxfam International, “la desigualdad en América Latina y el Caribe no es fortuita, sino el fruto de decisiones políticas deliberadas que sirven a un grupo reducido de la sociedad en vez de garantizar el bienestar común”.

La gravedad de la desigualdad en una región como la nuestra, y la autoridad que en su estudio y denuncia tiene Oxfam International, hizo que la ciudadana Winnie Byanyima, oriunda de Uganda, estuviese en la mesa de la presidencia de la reunión anual que acaba de terminar del Foro Económico Mundial 2015, celebrado en Davos, Suiza.

La corriente sindical que representamos en Costa Rica ha puesto el tema de la desigualdad como una de sus principales banderas estratégicas de lucha y de propuesta.

Los datos de Oxfam International y de otras fuentes igualmente prestigiosas y serias, nos indican que en esta región y en el último año el número de ricos que acumulan fortunas de más de mil millones de dólares, creció en un 38%. De ahí que se afirme con contundencia que “la desigualdad constituye un obstáculo para la sostenibilidad y el avance en la erradicación de la pobreza”.

Por otra parte, y lo que es una verdad del tamaño de una catedral, “la gran acumulación de riqueza en manos de unos pocos hace invisible la línea de separación entre el poder político y el económico, propiciando una forma de secuestro democrático por las élites económicas y políticas que diseñan las reglas en beneficio de unos pocos y en detrimento de la mayoría de la sociedad”. Nosotros suscribimos tan atinada conclusión que las profundas investigaciones de Oxfam International arrojan.

Con ocasión de su prestigiosa visita, señores y señoras gobernantes de la CELAC, les indicamos que se está proponiendo por parte de Oxfam International, la realización de una Cumbre Fiscal Mundial, pues el tema de la desigualdad no será abordado en congruencia con la tragedia humanitaria que ya expresa, sin un “sistema fiscal internacional justo”.

Pensamos que puede ser importante que a nivel de la CELAC una iniciativa semejante se valore y hasta se respalde.

De una manera u otra, a nivel de Estado en unos casos; en otros a nivel de las resistencias sociales y populares de la más diversa naturaleza; y en ciertas experiencias progresistas, vinculándose ambos ámbitos mediando el respeto a las autonomías y soberanías correspondientes; hay conciencia de que este “sistema-mundo” bajo la hegemonía del capital financiero-bancario de sesgo neoliberal, con sus ajustes fiscales profundamente injustos y sus políticas de austeridad criminales, amén de la corrupción que genera y su intrínseco germen de destrucción ecológica con su secuela de crisis climática; está generando una hecatombe genocida insoportable de continuar pues está en juego la propia vida en el planeta en todas sus formas. Aún hay tiempo…

PLADA: a propósito de la III cumbre de La CELAC

El miércoles 28 y el jueves 29 de enero de 2015, 33 presidentes, jefes de Estado y de gobierno de la recién fundada Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe, siglas CELAC, tendrá su tercera cumbre en nuestro país. Se trata del mayor evento internacional jamás antes realizado en Costa Rica.

La CELAC está compuesta por 20 estados genuinamente de origen latinoamericano. Uno que habla portugués y que es el “hermano mayor”: Brasil. 18 que hablan español como lengua oficial (aunque en algunos de ellos hay idiomas autóctonos indígenas oficiales): Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Finalmente, Haití (que habla francés y creole).

Además, 13 países “mini-Estados” (básicamente islas del Caribe, algunos de ellos sumamente minúsculos en tamaño y población), de origen anglosajón y que hablan inglés, mayoritariamente: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Dominica, Granada, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, y Trinidad y Tobago. En territorio continental y también de habla inglesa, tenemos a Guyana (en Suramérica), y a Belice (en la América Central). Finalmente, también en la América del Sur, se localiza a Surinam, de idioma neerlandés.

Desde una perspectiva de la lucha social encontramos la ocasión propicia para que esos gobernantes tomen en consideración la inmensa diversidad que existe, especialmente en las naciones latinoamericanas, de una amplia gama de agrupaciones de la sociedad civil organizada, dentro de la cual sobresalen los sindicatos. Y como casi todos esos países hermanos de la América Latina, tienen embajada en Costa Rica, encontramos la ocasión propicia para comentarles lo siguiente.

1) En nuestros pueblos, hay un hastío generalizado y un profundo rechazo a las políticas tradicionales por parte de los sectores populares, dado el desastre político-social, económico y ecológico de las políticas neoliberales que solamente han generado exclusión social, concentración abusiva de la riqueza, violencia y crimen organizado; en distintas dimensiones y manifestaciones en cada país.

2) En nuestros pueblos hay una gran esperanza representada por la existencia de varios gobiernos que han enfatizado en políticas de inclusión social, en combate a la desigualdad y en actitudes soberanistas para reafirmar un rumbo verdaderamente independentista en este mundo de multipolaridades geopolíticas en desarrollo. Destaca que en el caso de nuestra región, afortunadamente, que en la CELAC no está metido Estados Unidos.

3) En nuestros pueblos se demanda la imperiosa necesidad de que tomen en cuenta la gran cantidad de esfuerzos de propuesta alternativa generado desde esa sociedad civil, para que en nuestras naciones se instaure la igualdad y la justicia social y se imponga la preservación del ambiente y de la ecología como estandartes fundamentales para la sobrevivencia del planeta.

Es en este último ámbito, el de los serios esfuerzos de la propuesta alternativa que queremos, así por encimita, indicarles a esos gobernantes latinoamericanas y sus delegaciones que un importante conjunto de organizaciones sindicales regionales hemos formulado la PLADA: la Plataforma de Desarrollo de las Américas; dada a conocer el año pasado 2014 y hasta el momento, primero en Santiago de Chile y luego en San José de Costa Rica. Sus contenidos centrales se pueden encontrar en esta dirección electrónica: http://www.csa-csi.org/index.php?option=com_docman&task=cat_view&gid=382&Itemid=181&lang=pt Gobernantes de la CELAC: cordial bienvenida! ¡Pero es hora de actuar y aquí les dejamos un desafío!

PLADA: a propósito de la III Cumbre de la CELAC

El miércoles 28 y el jueves 29 de enero de 2015, 33 presidentes, jefes de Estado y de gobierno de la recién fundada Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe, siglas CELAC, tendrá su tercera cumbre en nuestro país. Se trata del mayor evento internacional jamás antes realizado en Costa Rica.

La CELAC está compuesta por 20 estados genuinamente de origen latinoamericano. Uno que habla portugués y que es el “hermano mayor”: Brasil. 18 que hablan español como lengua oficial (aunque en algunos de ellos hay idiomas autóctonos indígenas oficiales): Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Finalmente, Haití (que habla francés y creole).

Además, 13 países “mini-Estados” (básicamente islas del Caribe, algunos de ellos sumamente minúsculos en tamaño y población), de origen anglosajón y que hablan inglés, mayoritariamente: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Dominica, Granada, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, y Trinidad y Tobago. En territorio continental y también de habla inglesa, tenemos a Guyana (en Suramérica), y a Belice (en la América Central). Finalmente, también en la América del Sur, se localiza a Surinam, de idioma neerlandés.

Desde una perspectiva de la lucha social encontramos la ocasión propicia para que esos gobernantes tomen en consideración la inmensa diversidad que existe, especialmente en las naciones latinoamericanas, de una amplia gama de agrupaciones de la sociedad civil organizada, dentro de la cual sobresalen los sindicatos. Y como casi todos esos países hermanos de la América Latina, tienen embajada en Costa Rica, encontramos la ocasión propicia para comentarles lo siguiente.

1) En nuestros pueblos, hay un hastío generalizado y un profundo rechazo a las políticas tradicionales por parte de los sectores populares, dado el desastre político-social, económico y ecológico de las políticas neoliberales que solamente han generado exclusión social, concentración abusiva de la riqueza, violencia y crimen organizado; en distintas dimensiones y manifestaciones en cada país.

2) En nuestros pueblos hay una gran esperanza representada por la existencia de varios gobiernos que han enfatizado en políticas de inclusión social, en combate a la desigualdad y en actitudes soberanistas para reafirmar un rumbo verdaderamente independentista en este mundo de multipolaridades geopolíticas en desarrollo. Destaca que en el caso de nuestra región, afortunadamente, que en la CELAC no está metido Estados Unidos.

3) En nuestros pueblos se demanda la imperiosa necesidad de que tomen en cuenta la gran cantidad de esfuerzos de propuesta alternativa generado desde esa sociedad civil, para que en nuestras naciones se instaure la igualdad y la justicia social y se imponga la preservación del ambiente y de la ecología como estandartes fundamentales para la sobrevivencia del planeta.

Es en este último ámbito, el de los serios esfuerzos de la propuesta alternativa que queremos, así por encimita, indicarles a esos gobernantes latinoamericanas y sus delegaciones que un importante conjunto de organizaciones sindicales regionales hemos formulado la PLADA: la Plataforma de Desarrollo de las Américas; dada a conocer el año pasado 2014 y hasta el momento, primero en Santiago de Chile y luego en San José de Costa Rica. Sus contenidos centrales se pueden encontrar en esta dirección electrónica: download.

Gobernantes de la CELAC: cordial bienvenida! ¡Pero es hora de actuar y aquí les dejamos un desafío!

Desigualdad: lucha sindical en 2015

En nuestro comentario de la semana pasada, “Desigualdad: la más grande tragedia humana”, DiarioExtra, mencionamos los espantosos niveles a que ha llegado la concentración de la riqueza en el planeta, con base en reportes y datos de fuentes “libres de toda sospecha” de ser afines al sindicalismo.

Ni la persona más rica de todas las personas ricas de Costa Rica, podrá tener ni la menor cercanía a la cuantía de plata que acumulan, abusiva y ofensivamente, algunos de los megamillonarios actuales del mundo que han realizado fortunas de tal magnitud imposible de concebirlas en nuestras mentes.

Sin embargo, en nuestro país, la acumulación de riqueza y concentración de la misma es una realidad incuestionable, también. Tal circunstancia entre otras, nos ha llevado a plantear una y muchas veces que la desigualdad es el problema número uno de la Costa Rica actual. Ello también lo plantean una serie de estudios de fuentes, igualmente, “libres de toda sospecha” de tener alguna afinidad o simpatía con las luchas sindicales del país.

La desigualdad tiene distintas manifestaciones y, por ende, afectaciones en diversos sectores sociales que, de un modo u otro, están quedando por fuera de los beneficios del crecimiento económico; ya sea porque están en el plano de la total exclusión (los “descartables” como los llama el Papa Francisco); o bien, porque han caído en la pobreza, están en alto riesgo de vulnerabilidad en tal sentido, y/o presentan altísimos niveles de endeudamiento (como la clase media).

Por ello es que, desde la perspectiva de clase trabajadora, la lucha sindical en este 2015 que acaba de comenzar, debería preocuparse por cuatro ámbitos que apuntan a detener, desacelerar (y hasta empezar a revertir), el sistemático proceso concentrador de riqueza que vive el país, con sus secuelas de violencia, de corrupción y hasta de crimen organizado.

Hay datos que consternan: a) estamos viajando hacia la dolorosa cifra de un 50% de informalidad en el empleo; b) el salario mínimo de aplicación en el sector privado, ya de por sí miserable, le es violentado a uno de cada tres trabajadores que pese a la “suerte” de tener un empleo formal, no se lo pagan como es debido; c) de cada 10 trabajadores con salario fijo, solamente 4 obtienen pleno respeto a sus derechos laborales fundamentales; d) los despidos sin responsabilidad patronal son cosa de todos los días; e) la generalización odiosa de que todos los salarios de los empleados públicos son causantes del déficit fiscal, invisibilizan amplios segmentos de los mismos con salarios bajos y alto endeudamiento; etc., etc. Estos cuatro ejes de lucha sindical en este 2015, son:

La REFORMA PROCESAL LABORAL (RPL). Está destinada a parar tanta violación de derechos laborales, lo que explica la fuerte reacción del corporativismo empresarial del gran capital. Por tanto, debemos luchar por; A) Defenderla “a capa y espada” para que entre en vigencia, completamente, en junio de 2016. B) Para que la honorable magistratura de la Sala Constitucional no ceda a la provocación del capital neoliberal adversario de la RPL y, por el contrario, certifique que ante el levantamiento del veto impuesto por el anterior mandato presidencial, el actual actuó sin roce constitucional alguno al quitarlo. C) Para impedir que en el actual parlamento se desnaturalice y se atente contra esta legislación, enormemente estratégica para la verdadera justicia laboral y para una sólida seguridad empresarial, que posibilita plena paz en las relaciones obrero-patronales.

La TRANSFORMACIÓN TRIBUTARIA ESTRUCTURAL. Los graves problemas fiscales del país no se pueden corregir con más impuestos de carácter indirecto, es decir, reforzando la ya de por sí injusta estructura tributaria regresiva que obliga a pagar más impuestos a quienes menos ingreso tienen, proporcionalmente hablando.

Por tanto, resulta totalmente desafortunada la pretensión del actual Gobierno de transformar el impuesto sobre las ventas en impuesto al valor agregado (IVA), que es el más injusto de todos los impuestos. La propuesta generará fuerte rechazo, especialmente por los intentos de elevarla del 13 al 15%, por más “gradualidad” y “exclusiones” presente.

Por el contrario, Costa Rica ocupa una transformación tributaria estructural, con elementos tales como el establecimiento de la renta mundial, de la renta global y el impuesto a las transacciones financieras (tasa Tobin o impuesto “Robin Hood”); amén de una nueva y poderosa legislación (y reglamentación administrativa), contra todas las formas de evasión y elusión tributarias.

La POLITICA SALARIAL. Hemos de insistir en que se ocupa una nueva política salarial para la clase trabajadora costarricense. Por un lado, para combatir el crecimiento de la desigualdad y mejorar la redistribución de la riqueza; por otro, para aumentar el poder adquisitivo, el poder de compra del salario, de tal suerte que se fortalezca la producción para el mercado interno, con la cual se aporte al establecimiento, desarrollo y consolidación de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).

En tal sentido, la lucha sindical resaltará dos elementos: a) La necesidad de una fijación salarial extraordinaria, especial, para la elevación del actual piso de los salarios mínimos de aplicación en el sector privado de la economía, a partir de la cual se apliquen los subsiguientes ajustes semestrales a los mismos por costo de vida. b) Rechazar, fuertemente, las pretensiones gubernamentales de que los salarios de aplicación en el sector público se impongan en porcentajes inferiores a la inflación, por un lado; y, por otro, a que el porcentaje a definir/imponer, parta del salario total y no de la base.

El EMPLEOBLICO. Luego de semanas y meses de ataque sistemático al empleo público, las condiciones parecen perfilarse hacia un escenario de intensa polarización con relación a intentonas de ley para modificar una situación que tuvo su origen desde el primer momento de entrada en vigencia de la actual Constitución Política, el 7 de noviembre de 1949, cuando se empezó a desaplicar el principio rector de un único sistema de empleo que normara las relaciones entre el Estado y su personal.

Tenemos hoy en día una gran complejidad en materia de empleo público y una sola ley no lo resolverá; mucho menos, si tal legislación (u otras que se les parezca y pretendan lo mismo), se inspire en cuestiones cortoplacistas de naturaleza fiscal que oculten la verdadera naturaleza perversa de este problema.

Elementos como el “salario único”, el ataque a las convenciones colectivas de trabajo vigentes en la Administración Pública, la “guerra” contra los pluses, el deterioro de gran cantidad de servicios públicos producto de severas restricciones de personal y de presupuesto, entre otros; son factores que han envenenado el clima para atender el real desafío de una verdadera reforma del Estado inspirada en el humanismo, a favor del bien común, para reducir las desigualdades y potenciar, de nuevo, la movilidad social.

Cómo es lógico suponer, en el año 2015 la agenda de la lucha sindical y social es mucho más amplia, teniendo aspectos puntuales y de proyección general que presentan idénticas características: sumamente prioritarios, altamente sensibles y susceptibles de generar movilización, como los cuatro temas que hemos mencionado.

Desigualdad: La más grande tragedia humana

“2014: consagra un mundo cada vez más desigual”. En la edición, todavía impresa, de La Prensa Libre, correspondiente al pasado lunes 29 de diciembre de 2014, se publicó una noticia con dicho titular.

Dos días después, el 31, en La República, nos encontramos esta otra nota de prensa: “Millonarios agregan $92 mil millones a su patrimonio en 2014”. Sencillamente espeluznante. En realidad, la más grande tragedia humana de nuestro tiempo.

¡Sí! La hegemonía del neoliberalismo en el planeta nos ha conducido a la más grande tragedia humana de nuestros tiempos: la desigualdad. Es imposible dejar pasar “desapercibidas” semejantes noticias puesto que tal estado de cosas ha dejado al planeta “partido en dos”, prácticamente: los que lo tienen todo, una minoría atroz; los que no tienen nada o lo poco que tienen lo están perdiendo: la inmensa mayoría de la Humanidad.

Ambas noticias proceden de fuentes “libres de toda sospecha”; es decir, ni la menor pizca de simpatías para con los movimientos sociales y cívicos del planeta que luchan todos los días contra esta tragedia humana que tiene nombre: se llama la globalización neoliberal; la de “el imperio de los mercados”.

Ésta, la globalización neoliberal, es la que está arrasando con toda legislación de corte humanista a favor de las mayorías; es la de la reversión de derechos laborales que genera esclavitud obrera, precarizando empleos, reduciendo salarios y pensiones, aboliendo los sistemas de seguridad social, aumentando la informalidad…; es la que corrompe gobiernos, políticos, sistemas judiciales…; es la del narco y la de las guerras.

Tales fuentes noticiosas, “libres de toda sospecha”, son, en el caso de La Prensa Libre, la agencia española de noticias EFE. Y, en el caso de La República, BloombergNews, un medio de prensa global de noticias de negocios que se dan en el marco de “el imperio de los mercados”.

Esta desigualdad, que conceptuamos como la más grande tragedia humana de estos tiempos, nos arroja estos datos impresionantes, indignantes, prácticamente imposibles de creer. Pongamos cuidado.

En el año que acaba de terminar, 2014, los más ricos del planeta, aumentaron sus fortunas en ¡92 mil millones de dólares! Ni siquiera nos planteamos cuántos miles de millones de colones costarricenses, son ¡92 mil millones de dólares! No creemos que haya una calculadora que haga tal conversión porque de seguro “se revienta”, “se quema”.

De ese grupo de “super-super” ricos, los primeros 400 del ranking diario de la riqueza de BloombergNews, tienen un tesoro personal conjunto de $4,1 billones de dólares. Creemos que se lee así: Cuatro billones 100 mil millones de dólares.

Otro dato. De esas 400 personas, las más “multi-multi” millonarias, son 85, ¡sí! Ochenta y cinco. Juntas estas 85 personas tienen tanta plata, como toda la plata de la mitad más pobre de la humanidad: alrededor de unas 3 mil millones de personas.

Esta espantosa concentración de la riqueza, según la agencia española EFE, es tan ofensivamente escandalosa que está generando reclamos en voz alta de las propias entidades internacionales al servicio de la globalización neoliberal y de “el imperio de los mercados”.

Imagínese usted, tal como lo indica la noticia de La Prensa Libre que “la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha advertido que la desigualdad de ingresos tiene ‘un efecto negativo y estadísticamente significativo en el crecimiento’, por lo que reducir la brecha no solo se traduciría en sociedades menos injustas, sino también más ricas”.

¡Escuche bien, usted! Si se reparte mejor la riqueza, si ésta deja de concentrarse, si se reduce la brecha entre ricos y pobres, las sociedades serán “más ricas”. Y eso lo dice la OCDE, a la cual Costa Rica quiere ingresar.

También está “pegando el grito al cielo”, una de las entidades más emblemáticas, “sacrosantas”, de la globalización neoliberal, la de “el imperio de los mercados”: el mismísimo Fondo Monetario Internacional (FMI). ¿Quién lo diría? Ahora resulta que el FMI le pide a los países elaborar “políticas fiscales redistributivas, eficientes y propicias para el crecimiento”, haciendo énfasis en “el carácter perjudicial de la desigualdad”.

Se ha publicado recientemente un libro que está dando mucho de qué hablar, una obra monumental del escritor francés Thomas Piketty”, con el sugestivo título de “El capital en el siglo XXI”.

Esta obra, “El capital en el siglo XXI”, “…ha despertado animadas polémicas en prácticamente todo el orbe, en parte por reintroducir entre académicos, políticos, comentaristas y público en general la preocupación sobre las desigualdades sociales; en parte por su propuesta de establecer políticas fiscales de alcance global que moderen la disparidad, impuestos a la riqueza y a la herencia; en parte por su visión amplia de lo que deben ser hoy las ciencias sociales, y en parte porque ofrece argumentos sólidos, frescos, para que gobiernos y sociedades combatan de manera frontal el flagelo de la desigualdad. Por todo ello, la de Piketty es hoy una voz imprescindible en los tiempos que corren”.

Este comentario es un extracto del resumen de presentación de esta obra, según el sitio web “casadellibro.com”. Este “librazo” (para emplear un vocablo popular que dimensione su impacto actual), se ha publicado en español por la prestigiosa entidad editorial Fondo de Cultura Económica de España.

Por supuesto que en nuestro caso personal, solamente hemos leído algunos comentarios sobre esta obra pero que ayudan a comprender la magnitud de la perversidad de esta tragedia humana que es actualmente la desigualdad; y los gigantescos retos que significa combatirla. (Por cierto, ¿alguna universidad pública no quiera “ayudarnos” a estudiar esta obra con un seminario, por ejemplo?)

En nuestra realidad costarricense de hoy, hace tiempo lo venimos planteando, la desigualdad es el problema número uno. Si bien la violencia en todas sus manifestaciones, la corrupción pública y privada (con ropaje legal o sin él), así como la drogadicción y la penetración del narcotráfico en nuestra sociedad (“por arriba y por abajo”, intermediando el crimen organizado); son, los tres, gigantescos problemas que carcomen la democracia, lo real es que, de una manera u otra, es la creciente desigualdad la que los nutre, potencia, preserva y desarrolla.

Los datos que les acabamos de comentar; el impacto que está generando el libro del señor Thomas Piketty; y que ahora entidades multilaterales al servicio de la globalización neoliberal, la de “el imperio de los mercados” (como el FMI, la OCDE, el Banco Mundial y otras), estén “gritando contra la desigualdad”; nos indican que la lucha social y sindical nacional, rica y multidiversa resistiendo la “neoliberalización” total de Costa Rica, no sólo ha tenido mucho sentido, sino que debemos potenciarla todavía más hasta que logremos que la otra hegemonía, la del bien común y la de la justicia social, imperen en el país.

Por eso es que, entre otras cosas, es que nos hemos partido el alma durante los últimos años por leyes como la Reforma Procesal Laboral (RPL); y por eso es que, seguimos peleando por una verdadera justicia con nuestra propuesta “Hacia una reforma fiscal para el desarrollo y la reactivación del empleo”. ¡A seguir luchando!

RPL el 2do Código de Trabajo

¡Mañana es Navidad! ¡Felices Pascuas, clase trabajadora! ¡Paz, trabajo, salud y bienestar, pueblo costarricense!

Les compartimos en el presente artículo (así como en el de la semana próxima), diez razones para afirmar que la ley de la Reforma Procesal Laboral (RPL), No. 9076, publicada en el diario oficial La Gaceta, el pasado viernes 12 de diciembre de 2014 (en el día de la Virgen de Guadalupe, la patrona de la América Latina); es la reforma más profunda realizada a la legislación laboral costarricense desde la promulgación del Código de Trabajo, en 1943.

El proceso de la RPL empezó en 1998, hace 16 años. Se habló del tema, por vez primera, en 1998, con ocasión del proceso de “Concertación Nacional” que impulsara el entonces Presidente de la República, Miguel Ángel Rodríguez Echeverría. El primer borrador de la RPL, se redactó en el seno de la Corte Suprema de Justicia, en el 2004.

Hoy, vísperas de la Navidad de 2014, les compartimos las primeras seis de esas diez razones básicas que nos lleva a afirmar que la Reforma Procesal Laboral (RPL), es como nuestro “segundo” Código de Trabajo. Estas diez razones han sido elaboradas por apoyo jurídico asesor del lado obrero, por supuesto.

PRIMERO: Celeridad procesal y justicia pronta.
Mediante la introducción del sistema de juicio por audiencias orales, el nuevo proceso laboral tiene como fin acortar el tiempo promedio de los procesos laborales, obteniendo con ello una justicia célere. Se trata de un beneficio tanto para trabajadores y trabajadoras como para empleadores, que de esta manera obtienen también una mayor seguridad jurídica.

SEGUNDO: Mayor protagonismo de los medios de resolución alterna de conflictos.
Sin menoscabo de la aplicación del principio de irrenunciabilidad de derechos, la nueva ley amplía la autonomía de las partes de la relación laboral para utilizar medios de solución alternativa de conflictos, extrajudicialmente, tanto en conflictos individuales como colectivos. La reforma permitirá la creación o fortalecimiento de entidades ya existentes, para la administración de estos medios de solución de conflictos. Nuevamente, ello redundará en una justicia laboral más rápida y expedita.

TERCERO: Patrocinio gratuito para trabajadores y trabajadoras de escasos recursos económicos.
La ley crea mecanismos para que los trabajadores y trabajadoras de escasos recursos económicos puedan contar con la asistencia legal de defensores públicos que le sirvan como abogados directores durante el proceso. Con esto no sólo se busca equilibrar la posición procesal de un altísimo porcentaje de trabajadores que litigan sin patrocinio letrado, frente a los empleadores que sí cuentan normalmente con la dirección jurídica de un abogado; sino que, además, se pretende racionalizar la administración de justicia, evitando que el desconocimiento y la impericia de los trabajadores que litigan en solitario, empantane o atrase los juicios innecesariamente.

CUARTO: Definición de principios sustantivos y procesales que regulan tanto la situación de los trabajadores y trabajadoras en relaciones privadas de empleo, como de los trabajadores y trabajadoras regidos por una relación pública de empleo.
Frente a una legislación laboral actual que ha debido ser interpretada casuísticamente por los tribunales laborales para adaptarla en su aplicación a las relaciones de empleo público, la nueva ley determina principios tanto de derecho sustantivo como de derecho procesal, aplicables de manera general; pero también establece aquellos principios que resultan específicos para las relaciones de empleo público. De esta manera, el juez laboral y los tribunales de justicia como un todo, tendrán mejores herramientas a la hora de interpretar y aplicar la normativa legal a relaciones particulares como son las de naturaleza pública.

QUINTO: Procedimientos especiales para la protección de derechos fundamentales.
A tono con las legislaciones más avanzadas de nuestro continente y de los países que forman parte de nuestra cultura jurídica, la ley crea procedimientos rápidos y expeditos para garantizar la protección de derechos fundamentales de los trabajadores y las trabajadoras, sobre todo de aquellos que por su situación personal resultan más vulnerables frente a condiciones de discriminación. Es el caso de la mujer embarazada, del menor de edad, de las personas con discapacidad, de los representantes y dirigentes de los trabajadores; y, en general, de cualquier trabajador que pueda ser afectado por una medida discriminatoria, como por ejemplo, razones de edad, sexo, orientación sexual, raza, etc.
Este nueva sección en el Código de Trabajo permitirá no sólo hacer efectivas las protecciones que ya contiene la Constitución Política, sino que permitirá desahogar a la Sala Constitucional y a los mismos tribunales contencioso-administrativos, de gran cantidad de demandas que tienen como fin el respeto de los fueros de protección que la ley y la jurisprudencia han venido creando a lo largo de los años.

SEXTO: Flexibilización de los procedimientos de solución de conflictos colectivos de trabajo.
Antes de la reforma, los conflictos colectivos de trabajo solamente podían resolver ante los tribunales de trabajo, y mediante el nombramiento de conciliadores o árbitros que debía seleccionar el Poder Judicial. Con esto, nuestra legislación anterior había incurrido en una excesiva judicialización de procedimientos que deben ser sencillos y rápidos. La nueva ley permite que los conflictos colectivos puedan ventilarse tanto en los tribunales comunes, como en el Ministerio de Trabajo y de Seguridad Social (MTSS), a opción de las partes involucradas. Pero además, permite que los conciliadores y árbitros que conforman el tribunal de conciliación o el tribunal arbitral, sean nombrados por las mismas partes, sumándose a las personas propuestas por dichas partes, el juez del despacho, o un representante del MTSS.

La semana entrante citaremos los otros cuatro aspectos de esta nueva ley laboral, crucial para el desarrollo en paz de las futuras relaciones obrero-patronales, con mayor justicia y equidad; legislación que brinda un gran aporte para atajar el crecimiento de la desigualdad en nuestro país, cual es el problema número uno que azota a la Costa Rica de hoy. Adicionalmente, plantearemos una reflexión final de las razones que nos llevan a defenderla, “a capa y espada”; tal y como las generaciones laborales, cívicas, sociales y patrióticas de antaño y en la primera parte del siglo XX, hicieron lo propio con el Código de Trabajo; legislación que en su momento recibió ataques infundados, malintencionados y perversos evitando su consolidación lo que, afortunadamente, nunca lograron. La RPL enfrenta en este inicio de siglo XXI un desafío semejante.
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¡Mañana es Año Nuevo! Para usted y para las personas que usted quiere y ama, les deseamos el mayor bienestar, sólida salud, gran paz laboral y familiar, en este 2015. De la misma forma, enormes deseos de total bienestar para el Grupo Extra, para todo su personal, para doña Iary y sus más cercanas personas gestoras de este gigante aporte a la verdadera Democracia y la real Libertad de Expresión, consistente el publicar las más variadas opiniones sobre la realidad sociopolítica y económico-social del país, en estas páginas, tal y como nos lo permite a éste, servidor de todos y de todas ustedes.

Hoy les comentamos los restantes cuatro aspectos que nos llevan a afirmar la trascendencia sociohistórica y de carácter estratégico para la paz social del país, es que la Ley No. 9076, la Reforma Procesal Laboral (RPL).

SETIMO: Regulación de la negociación colectiva en el sector público.
Con la situación anterior a la reforma, la determinación del ámbito subjetivo de la negociación colectiva (quienes pueden participar de la negociación), y el contenido de una negociación colectiva en el sector público, se encontraban regulados por un Decreto Ejecutivo del año 2001, de dudosa constitucionalidad por su rango normativo. Con la reforma procesal, estos temas pasan a ser regulados mediante ley, señalando claramente quiénes pueden participar de una negociación colectiva y quiénes se encuentran impedidos a hacerlo, dentro del llamado sector público. Pero, además, se precisan de mejor manera los contenidos de este tipo de negociaciones. Esta nueva normativa no solo contribuirá a una mayor seguridad jurídica en el sector público, sino que adicionalmente permitirá a la jurisdicción laboral pronunciarse sobre la legalidad o ilegalidad de convenciones colectivas, sin que este tipo de asuntos tengan que ventilarse en la jurisdicción constitucional, lo cual ha sido duramente criticado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

OCTAVO: Regulación del procedimiento para el ejercicio de la huelga.
La regulación actual de la huelga que contiene nuestro Código de Trabajo es del todo anacrónica. En muchos aspectos es, incluso contraria, a los convenios internacionales de la OIT en materia de Libertad Sindical. Ciertamente, en los últimos años la Sala Constitucional ha anulado algunas normas del Código de Trabajo en las cuales se establecían requisitos o condiciones que restringían el ejercicio del derecho de la huelga. No obstante, como resultado de esto último surgieron lagunas y vacíos normativos que a la postre han generado un serio de problema de inseguridad jurídica para todas las partes involucradas en el fenómeno de la huelga y para la sociedad, en general. La nueva ley viene a subsanar todas estas deficiencias al establecer un procedimiento claro y seguro para el ejercicio de la huelga. Dicho procedimiento está inspirado en principios democráticos, tales como la participación directa y voluntaria de los trabajadores y trabajadoras en un proceso de sufragio universal y votación secreta mediante el cual se decide si se apoya o no el movimiento de huelga. Se trata de un procedimiento seguro porque el mismo debe ser reglamentado y supervisado por las autoridades del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS). Por lo demás, la forma en que se ha diseñado el procedimiento en la RPL, hace necesaria la participación activa de los trabajadores y trabajadoras en el movimiento de huelga, lo que garantiza que la huelga deba contar con el apoyo masivo de las personas trabajadoras de la empresa y/o institución.

NOVENO: Definición de servicios esenciales para efecto de huelga.
Después de las sentencias de inconstitucionalidad recaídas en el artículo 376 del Código de Trabajo y en otras normas concomitantes, durante los últimos años ha existido una gran incertidumbre para todos los operadores jurídicos en cuanto a los servicios en que existen restricciones o condiciones especiales para acudir al derecho de huelga, frente a otro tipo de servicios en que la huelga no requiere iguales limitaciones. Con fundamento en pronunciamientos reiterados de los órganos de control de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la nueva ley establece claramente que se consideran servicios esenciales, aquellos que afecten la vida, la seguridad o la salud de las personas. De esta manera, la misma ley introduce condiciones especiales para poder ejecutar este tipo de huelgas, como sería la existencia de un preaviso anterior al inicio de la huelga, la participación de un sujeto responsable en la conducción de la huelga, tal que pueda ser identificado para efectos de una posible responsabilidad por actos abusivos en el ejercicio del derecho de huelga, y la obligación de prestar servicios mínimos en tiempo de huelga. La definición de servicios mínimos corresponderá en última instancia a los jueces laborales.

De cara a una historia reciente de huelgas en Costa Rica, en servicios esenciales como hospitales, puertos, telecomunicaciones, etc., sin ninguna regulación legal, donde organizaciones sindicales, trabajadores en general y empleadores no tenían un marco jurídico al cual acudir, fomentándose con ello las huelgas salvajes o conducidas por pequeños grupos de personas; la nueva ley regula la participación de sindicatos y trabajadores, establece procedimientos claros para la declaratoria de ilegalidad de huelgas tanto en servicios esenciales como en cualquier otra huelga que se produzca en el país; y permite finalmente encuadrar jurídicamente este instituto. De paso, somete a cualquier huelga a una limitación máxima de un mes, transcurrido el cual el movimiento debe concluir y las partes quedan obligadas a acudir a procedimientos de arbitraje.

Las regulaciones introducidas en materia de huelga en servicios esenciales, tales como prestación de servicios mínimos, avisos previos a la ejecución, identificación de responsables de la conducción, etc., ponen a Costa Rica al mismo nivel de los países con las legislaciones más modernas en materia de huelga, tanto europeos como de la América del Sur; aparte de que se da cumplimiento de esta forma, a reiteradas recomendaciones de la OIT, sobre la necesidad de garantizar el derecho de huelga, como un derecho humano fundamental.

DÉCIMO: Reforzamiento del régimen sancionatoria en materia de infracciones a las leyes laborales.
La nueva ley viene a mejorar, por mucho, todo el régimen sancionatorio en materia de infracciones a las leyes de trabajo, buscando con ello crear una cultura de cumplimiento de la legislación laboral. En esta materia los cambios más importantes se enfocan en tres aspectos que son: 1) Se amplía el ámbito de cobertura de las prácticas infractoras, pues ahora la ley establece como faltas punibles toda acción u omisión en que incurran las partes empleadoras, sus representantes y administradores, los trabajadores, trabajadoras o sus respectivas organizaciones, que transgredan las normas previstas en la Constitución Política, los pactos internacionales sobre Derechos Humanos, los convenios adoptados por el país con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ratificados por la Asamblea Legislativa; y demás normas laborales y de seguridad social. 2) Se establece tanto la responsabilidad subjetiva de las personas físicas que incurran en alguna infracción, como la responsabilidad objetiva de las personas jurídicas, lo que permite sancionar directamente a las empresas infractoras y a los representantes de éstas que sean culpables de la infracción. 3) Se establece un régimen de multas pecuniarias (económicas) que se determinan a través de una tabla progresiva según la gravedad de la infracción y cuyos montos son determinados de acuerdo al salario base vigente, lo que evita que las multas se desactualicen.

Habrá usted notado, si nos hizo el gran “regalo” de leer el comentario de la semana pasada y éste, que la Reforma Procesal Laboral (RPL), es, a modo de comparación y guardando las diferencias de espacio y de tiempo, una especie de “segundo” Código de Trabajo. Las posibilidades de justicia laboral y social, de paz en la construcción de nuevos escenarios para las relaciones obrero-patronales, tanto en el sector privado como en el público, son inmensas y de impacto prolongado en el tiempo.

La RPL, ley de la República No. 9076, deberá entrar en vigencia en junio de 2016. Por tanto, tenemos un gran tiempo de explicación puntual de sus alcances, de lograr para ella el más grande apoyo obrero, social, cívico y político; de propiciar las movilizaciones que sean necesarias en las más variadas dimensiones y escenarios; de aproximarnos como nunca antes a estadios superiores de desarrollo social con equidad.

¡La RPL ya es ley!

El pasado viernes 12 de diciembre de 2014, con seguridad, será un día para el registro de la historia costarricense. El señor Presidente de la República, don Luis Guillermo Solís Rivera tuvo el coraje, la hidalguía y la valentía para decidir que la Reforma Procesal Laboral (RPL), se convirtiera en la Ley de la República, con el número 9076 y al publicarse ese mismo día en el Diario Oficial La Gaceta, digitalmente.

Esta histórica decisión del Presidente Solís Rivera para darle vida jurídica plena a la RPL abre un nuevo sendero para la justicia social obrera costarricense; y, a la vez, le da una nueva dimensión para que los derechos laborales, entendidos como parte de los Derechos Humanos, asuman un nuevo protagonismo en la lucha contra la desigualdad que nos atormenta como sociedad; considerando desde nuestra perspectiva que el crecimiento de la misma es el problema número uno que enfrentamos. La RPL nos ayudará a combatir la creciente desigualdad.

La magnitud de esta nueva ley laboral, que nosotros conceptuamos con el “segundo” Código de Trabajo, es de tal calibre que, difícilmente, podamos comprenderla realmente en estas intensas primeras horas de su nacimiento jurídico. Sin embargo, hay algunas señales que debemos considerar para que tengamos noción de lo que estamos hablando, si reparamos cómo están reaccionando desde el otro lado de la acera”: la “de los y las de arriba”.

Por ejemplo, la furiosa, rabiosa e irracional reacción de la cúpula dirigente del principal gremio empresarial del país y de sus cámaras asociadas, nos indica de la naturaleza favorable a la persona trabajadora de la RPL. Igual señal del impacto de esta ley a favor de las mayorías obreras, tanto nacionales como migrantes, es el enfoque mediático-noticioso y editorial que le ha dado a todo este proceso, el principal medio de prensa del capital neoliberal, tanto como quienes en el campo de la comunicación colectiva (televisiva y radiada), le siguen la línea.

El ataque del capital neoliberal y de la prensa que expresa sus intereses, ha estado orquestado en torno al tema del derecho de huelga y de la posibilidad de la misma en los denominados servicios públicos esenciales. Se ha intentado manipular a la ciudadanía y a la opinión pública de que la RPL es tan sólo una especie de “cheque en blanco” para las huelgas en el sector Público; y, además, para que los sindicatos de este sector “cojan más fuerza”.

La virulencia de este enfoque mediático contra la RPL, de profunda esencia antidemocrática, ha llegado a niveles tan ridículos como magnificar, violentando toda ética periodística, comunicaciones celulares privadas en materia de mensajes de texto, tal y como nos sucedió en lo personal. Han pretendido construir una especie de conjura, de complot, para desacreditar a quienes hemos sido actores sindicales pilares en el proceso de la RPL, durante tanto tiempo y a lo largo de cuatro administraciones gubernativas.

Afortunadamente, nuestro pueblo y nuestra clase trabajadora son inteligentes y saben procesar bien estas manipulaciones mediáticas que, por cierto, acaban de ser denunciadas por el propio Papa Francisco. Pero, “no hay mal que por bien no venga”, dice el refrán popular y; precisamente, las manipulaciones mediáticas del capital neoliberal y su prensa, así como la rabiosa reacción del empresariado de cúpula, hacen que la clase trabajadora, la del sector público y, especialmente, la del sector privado, por mera intuición de clase, estén entendiendo las bondades de la RPL para “los y las de abajo”, salarialmente hablando.

Por eso es que la decisión del Presidente Solís Rivera merece todo el respaldo popular y todo el reconocimiento del pueblo trabajador. Tenemos que reconocerlo abiertamente porque supo honrar su palabra y porque supo hacer honor al deseo de cambio (al menos en este tema), que le hizo obtener la más contundente victoria electoral presidencial de los últimos tiempos.

El Presidente Solís Rivera tiene claridad que su elección fue producto de la movilización electoral, esencialmente, “de los y de las de abajo”; que su elección se dio en todo el país y no en Llorente; que su elección fue, impulsada (con las salvedades legales de rigor), por el complejo entramado de organizaciones sociales de todo tipo, incluidas muchas de carácter sindical.

Habrá mucho tiempo para explicar en detalle los alcances prácticos que para la cotidianeidad de la vida obrera tiene la RPL. Los sindicatos que la impulsamos con ardor todos estos años, tenemos la gran misión cívica de divulgar al máximo sus contenidos beneficiosos para la clase trabajadora. Tenemos que idear un gran plan de acción comunitaria para que la “buena nueva” laboral llegue a todos los confines de la República. Además, vamos a tener que llamar a la movilización para defender y para consolidar la ley No. 9076, la ley de la Reforma Procesal Laboral (RPL).

Nuestro peor error es creer que con su publicación en La Gaceta ya la RPL se ha consolidado. Todo lo contrario. La RPL entrará en vigencia operativa dentro de 18 meses, por ahí de junio del 2016. Como se puede notar, el bloque del capital neoliberal ya está conspirando para que la RPL no se materialice con sus efectos positivos en el nuevo escenario que abre para la relación obrera-patronal.

Estamos seguros y porque tenemos informes de fuentes sumamente fidedignas, de que los señores magistrados constitucionales, si no ya, van a estar sometidos a una gran presión a fin de que se pronuncien contra el Presidente Solís Rivera y le anulen la histórica decisión que tomó de quitarle el infame veto que su antecesora en el cargo le impuso a la RPL, misma que fuera votada lujosamente en los dos debates del período legislativo anterior. Se nos dice que desde Llorente se ha empezado a orquestar una pérfida presión al efecto.

Igualmente, no podemos permanecer pasivos ante iniciativas legislativas posteriores a la RPL que buscan nulificar sus efectos con el timo de “regular” la huelga en los servicios públicos esenciales. No puede el Presidente Solís Rivera dejarse llevar por presiones de tal naturaleza, mucho menos ahora que la RPL le está renovando el respaldo electoral obtenido en las urnas.

También como es notorio, debemos vigilar a diario la actividad de los agentes parlamentarios del gran capital adverso a la RPL que ya son plenamente identificables; especialmente, quienes forman la fracción legislativa del ahora pro-empresarial, aunque pareciera que está en proceso de extinción, Partido Liberación Nacional (PLN); otrora “socialdemócrata y afín a los sindicatos” (según su decir de antaño).

A lo largo de estos 16 años de lucha por esta RPL y por haber estado profundamente inmersos en todo este largo caminar de esta nueva ley obrera, se cometerían grandes injusticias si uno se pusiera hacer una lista para reconocimientos, tanto de personas como de entidades. Cometeríamos graves omisiones que nunca nos serían perdonadas.

Sin embargo, permítanos usted que le mencionemos dos nombres, ligados profundamente al proceso y abanderados del mismo con la misma bandera sindical que la nuestra. En primer lugar, se nos encoge el corazón al evocar a nuestro queridísimo y respetado experto en Derecho Laboral, compañero de luchas durante muchos años, ya fallecido, Mario Alberto Blanco Vado, jurista obrero-sindical que conquistó enorme respeto, prestigio y credibilidad más allá de las fronteras sindicales, las propias y las otras. Al dejarnos él, alzó el estandarte de la RPL y no más iniciado su largo caminar, el también querido, respetado experto en Derecho Laboral, de gran prestigio y credibilidad, Mauricio Castro Méndez.

A ambos y en esto de la historia de la RPL, especialmente a Mauricio, la historia del Derecho Laboral costarricense ya les tiene incluidos en sus mejores páginas: las del honor y las de la consecuencia más noble y auténtica con los valores eternos que animan la lucha, nunca terminada, por la plena reivindicación y la liberación de la clase trabajadora.

Empleo público

Hemos venido sosteniendo la tesis de que está en desarrollo una intensa campaña de descalificación de que todo lo que huela a empleo público, a sector Público, a inversión pública, a los salarios y a las remuneraciones de quienes se desempeñan como clase trabajadora en todo el aparato del Estado; incluso contra los pocos grupos de la misma que lograron tener una Convención Colectiva de Trabajo. Este ataque es feroz.

Dicha campaña tiene algunas características que se muestran como “notas de prensa” (supuestamente objetivas); y por medio de artículos de clara orientación ideológica. Persiguen un mismo fin: “los malos de la película” son los empleados públicos. La más variada colección de epítetos negativos se han estado diciendo contra este importante segmento de la población laboral costarricense.

“Vagos”, “corruptos”, “haraganes”, “ineficientes”, “vividores”, “privilegiados”, etc., son parte de una serie de calificativos despectivos y ofensivos contra la humanidad, contra la dignidad, contra el honor de miles de personas trabajadoras asalariadas del Sector Público, que se les lanzan por el simple hecho de ganarse su salario (semanal, quincenal o mensual), laborando para la Administración Pública costarricense.

El objetivo central de tanta infamia orquestada es uno: culpabilizarlos del déficit fiscal; y, por ende, para “resolver” este problema el “menú de opciones” incluye, en primer lugar, reducir sus salarios de diversas formas; luego, procurar muchos despidos; y, tercero, privatizar (por varias formas), los servicios públicos que hasta ahora han venido brindando de manera directa, en forma asalariada.

Han satanizado diversos mecanismos por los cuales en el empleo público han surgido diversos estímulos salariales, conocidos como “pluses”, establecidos a lo largo del tiempo, procurando que el Estado tuviera a su disposición lo mejor del recurso humano; para que el Estado encontrara personal que realizara tareas ingratas e insalubres; para que se dejara para sí los cuadros profesionales en los cuales invirtió en su formación, capacitación y especialización; para que encontrara gente dispuesta arriesgar su vida en servicios públicos peligrosos (como los de la Seguridad); para que lograra excelencia en la cuestión educativa y en la provisión de salud pública. Solamente para citar algunos ejemplos de amplia gama de especificidades de la multiplicidad de tareas de gestión estatal.

Lo que hemos denominado como “gritería histérica” contra el empleo público de evidente naturaleza ideológica de signo neoliberal, ha pretendido tirarle la opinión pública encima, vía manipulación mediática de “alto vuelo”, a quienes trabajan para el Estado. En algunos episodios de semejante cruzada anti-empleado público, los criterios emitidos muestran fuertes cargas de agresión psicológica y de terrorismo ideológico.

Los “problemas” de empleo público no empezaron ayer. Se iniciaron desde el mismo momento en que entró en vigencia la actual Constitución Política de Costa Rica, el 7 de noviembre de 1949: cuando se violentó la directriz de la carta magna para existiese un único régimen de empleo entre el Estado y sus servidores.

No es posible ahora que con un solo proyecto de ley, por más fiscalista y neoliberal que sea, se vaya a resolver una situación más que consolidada a lo largo de seis décadas y media del funcionamiento del aparato estatal en la denominada “Segunda República”.

Mucho menos si ese proyecto “huele a casino”; mucho menos si este u otros proyectos están impregnados de visiones ideológicas recalcitrantes y extremistas sobre el asunto del déficit fiscal, meramente.

Los desafíos de obtener transformaciones estructurales en el empleo público no pueden desconocer la naturaleza perversa de la concentración de la riqueza y de la desigualdad; no pueden desconocer el deterioro de importantes segmentos de los servicios públicos estatales destinados a atender la pobreza extrema, la vulnerabilidad de pobreza y el estrujamiento y asfixia de la otrora poderosa clase media; no pueden desconocer las grandes necesidades actuales de relanzamiento del agro nacional; de la preocupación por el ambiente y la ecología; de la creciente deserción escolar; de la urgencia de potenciar desde la política pública emprendedurismos bajo la filosofía de la Economía Social; de emprender la tarea de extender un mano segura hacia las micro, las pequeñas y las medianas empresas.

Los desafíos de obtener transformaciones estructurales en el empleo público no pueden promoverse sin cambios profundos en la injusta naturaleza regresiva del sistema tributario costarricense; esa misma que ha generado, prácticamente 8% de PIB de robo de impuestos en todas sus formas; que ha generado casi 6% de PIB en exenciones y exoneraciones; que ha llevado a niveles siderales la acumulación de capital en las pocas manos del sector financiero.

Los desafíos de obtener transformaciones estructurales en el empleo público no pueden promoverse sin considerar el impacto en la economía nacional de los aportes a la misma de la dinámica que representa los salarios públicos que llegan al mercado, la gran masa financiera de aguinaldos que tanto gusta a los comerciantes, las amplias posibilidades de gestión de construcción y manteniendo de infraestructura pública para que exista el sector privado en sus diferentes dimensiones.

A este respecto recomendamos la lectura de un excelente artículo de opinión, “¿Es tan malo el gasto público?”, publicado en este prestigiosísimo y popular medio de comunicación escrita, Diario Extra, el más leído del país, por el destacado economista, exministro de Hacienda y exdiputado, con Guillermo Zúñiga Chaves (http://www.diarioextra.com/Dnew/noticiaDetalle/247762), el pasado sábado 6 de diciembre.

Los desafíos de obtener transformaciones estructurales en el empleo público no pueden desconocer su naturaleza profundamente diversa y multifuncional; las diferentes bases legales y jurisprudenciales; los diversos regímenes contractuales como los generados en la negociación colectiva sólidamente contemplados en el sistema constitucional del país y sus compromisos internacionales en la materia.

Estamos plenamente seguros de que las transformaciones estructurales que requiere el empleo público en la sociedad costarricense de hoy, han de fracasar por la naturaleza esencialmente fiscalista de quienes quieren acabar con esta modalidad de relaciones laborales; amén de que el fin opaco que persiguen de privatizar todos los servicios públicos para mercantilizarlos y llevarlos a una esencia de acumulación para incrementar el patrimonio corporativo; es un elemento de reforzamiento de la estrategia de resistencia, con fuertes episodios de calle, que se darán en año entrante si estas tesis se siguen promoviendo, vía proyectos de ley, en el parlamento.

En tal marco de condiciones de satanización del empleo público, no queda espacio para idear nuevas metodologías de evaluación del desempeño; ni para pensar otros sistemas de resaltar la excelencia; ni para institucionalizar otras formas de medición de la eficiencia y de la eficacia; ni para demandar rendición de cuentas con responsabilidades personalizadas; etc.

Seguir por la senda de la “ocurrencia” de la iniciativa de ley con carácter reduccionista altamente ideologizado (“salario único” por ejemplo), abre el camino de la confrontación abierta, más temprano que tarde.

Lamentablemente a eso es a lo que vamos y no queda más que hacer un vehemente y fuerte llamado “a las calles”; a fin de que todos los gremios, sindicatos, asociaciones y colegios profesionales, junto a las familias, nos dediquemos a defensa del empleo público y, paralelamente, a la gesta histórica de la transformación tributaria estructural.

  • Secretario General Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)

RPL: Hora cero para el Presidente Solís

Para algunos la expresión “hora cero”, es el momento preciso donde comienza un suceso, que sin saberlo será plasmado en la historia escrita o contada. No encontramos otra frase más que ésta para caracterizar el momento en que se encuentra en estos instantes el señor Presidente de la República, don Luis Guillermo Solís Rivera, con relación a la legislación que en último minuto abortara, vía veto, su antecesora en ese cargo, la señora Laura Chinchilla Miranda: la Reforma Procesal Laboral (RPL). “Parte aguas” es otra expresión adecuada para la circunstancia actual con respecto a la decisión presidencial final que estamos esperando sobre la RPL.

Estamos a pocos días y a pocas horas de una decisión presidencial tan crucial que desde el punto de vista en que vemos las cosas de este lado de la acera, estamos en el límite de la confianza en la palabra presidencial empeñada; dicho en otros términos, se trata de la más grande prueba de credibilidad en el Presidente Solís: si levantará o no el infame veto a la RPL que el gran empresariado corporativo bananero y piñero impuso, a través de la citada exmandataria.

El Presidente Solís tiene bien claro que la Reforma Procesal Laboral (RPL), es la más grande transformación del Código de Trabajo desde que éste fuera promulgado, en 1943; que es un compromiso de Estado ante la comunidad mundial de naciones, en el marco de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de la cual Costa Rica es miembro pleno; que es producto de un esfuerzo multisectorial durante los últimos 15 años; y que, finalmente, en la Asamblea Legislativa anterior recibió aprobación de ley en los dos debates de rigor y con lujosas mayorías partidistas en ambos.

La tramitación parlamentaria del presupuesto 2015 le debe haber servido al Presidente Solís para calibrar la naturaleza de la coalición fáctica de las fuerzas del capital neoliberal que tiene en su contra (especie de “eje del mal”); pese a que sus ideas de “cambio”, bien intencionadas, no representan una serie amenaza sistémica al dominio hegemónico que sigue imperando en la composición estructural de fuerzas en la sociedad costarricense de hoy.

Si le quita el veto a la RPL, el Presidente Solís (y sin necesidad alguna de mover dramáticamente el péndulo hacia la izquierda); tendrá un poco más de autonomía y soberanía políticas para seguir impulsando su agenda de inclusión social, pese a la gritería ya histérica de esa coalición fáctica de las fuerzas del capital neoliberal, las del “eje del mal”.

Si cede a las mismas y no le quita el veto a la RPL (ya sea que deje que se “muera” en el archivo parlamentario, o que “patee la bola para adelante”), terminará como rehén oficial de esas fuerzas antidemocráticas que anhelan la supresión del misma Código de Trabajo, o que poco les importa respetarlo como se debe.

El “eje del mal” de la derecha del capital neoliberal, que va en contra el clamor de las mayorías a favor de que el país vuelva a la senda del bien común y de la lucha contra la desigualdad social creciente; ha desatado una muy bien pensada campaña mediática de ataque ideológico y de terrorismo psicológico a la población; satanizando todo lo que huela a sindicatos, a empleo público, a convenciones colectivas de trabajo, al sector y a la inversión pública; para conectar estas matrices mediáticas perversas con que la RPL se reduce que se autoricen las huelgas en los servicios públicos esenciales. Nada más falso. Nada más temerariamente irresponsable. Nada más atroz contra la esencia de la democracia.

Este asunto de la RPL es de tal envergadura que ha llamado la atención allende las fronteras del país. Por ejemplo, la Red Europea de Acción sobre el Banano y otros Productos de Agroindustria (EUROBAN), le ha dirigido una contundente carta al Presidente Solís; misiva que ya circula en varios de los más importantes países de la Unión Europea (UE), grandes consumidores del banano tico y de la piña costarricense.

“Es de todos conocido que este proyecto legislativo, visto como el más importante en materia laboral desde 1943, fue aprobado por 40 diputados de 44 presentes, el 13 de setiembre del 2012, incluyendo los votos de todos los diputados del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN). Apenas un mes después, su predecesora, señora Laura Chinchilla, vetó parcialmente la aprobación de la reforma. A juicio de muchos sindicalistas, observadores y legisladores compartimos su juicio, la expresidenta sucumbió a las presiones de influyentes grupos empresariales que alegaban que sería una ley desastrosa porque promovería huelgas en los servicios públicos. Para estos casos la OIT ha definido reglas que garantizan el funcionamiento suficiente de los servicios esenciales, por ello la prohibición total de huelgas en este sector no es imprescindible. Lamentablemente, el veto ha sacudido la credibilidad del Gobierno costarricense a nivel internacional. Porque la misma expresidenta Chinchilla había empeñado en junio 2012 su palabra ante el entonces director general de la OIT, señor Juan Somavía, que la reforma iba a entrar en vigor. Su promesa estaba vinculada con otro compromiso ante la OIT: adherirse a la política global del trabajo decente, siendo un eje importante la aprobación de la citada reforma, que por su parte sería el producto del exitoso diálogo social en Costa Rica. Si la credibilidad del Gobierno está en entredicho, igualmente lo es la del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) que reconoció y alabó la aprobación de la reforma por ‘disminuir la mora judicial’, ‘atiende los desfases propios del tiempo y la existencia de importantes sentencias de la sala constitucional’ y de ‘diversas recomendaciones de los órganos de control de la OIT’ (Declaración del MTSS, 14 de setiembre de 2012). Hasta hoy, el veto ha prolongado ‘los desfases’ por dos años más. La exministra del MTSS, Sandra Piszk, que emitió la citada declaración, suscribió paradójicamente después el veto”.

EUROBAN sentencia en su nota: “Lo esencial de lo prometido, aunque todavía no cumplido, con la OIT, y de lo alabado, y después negado de hecho, por el MTSS, coincide con el espíritu e incluso con palabras concretas del Acuerdo de Asociación entre América Central y la Unión Europea, en sus capítulos referente a derechos laborales y sociales. El artículo 63 establece fortalecer la ‘libertad de asociación y negociación colectiva’ y la ‘no discriminación laboral’; también habla de la ‘implementación y aplicación de los convenios de la OIT y la legislación laboral’… El cumplimiento de estos objetivos movilizará recursos financieros importantes, tanto de cooperación como nacionales. Costa Rica es firmante del convenio. La revocación del veto contra la reforma procesal laboral facilitaría los pasos a dar en la ruta constructiva que proponen estos artículos, beneficiando a Costa Rica”.

Como vemos, por lo de la RPL Costa Rica “está en la picota” a nivel internacional. Como vemos, es “hora cero”, es un “parte aguas”, lo que el Presidente Solís decida al respecto en las próximas horas. Ojalá se decida por el lado del bien, rechazando los dictados imperiales del “eje del mal”.