Congreso Mundial CSI: Reforzar el poder de la clase trabajadora

Por Albino Vargas Barrantes
Secretario General ANEP

“Reforzar el poder de los trabajadores y las trabajadoras-Cambiar las reglas” es el lema principal de un gran evento del sindicalismo mundial que empezó este domingo 2 de diciembre en Copenhague, Dinamarca.

Se trata del cuarto Congreso Mundial de la Confederación Sindical Internacional (siglas en español CSI), a la cual está afiliada la corriente de lucha popular en la cual militamos, aquí en Costa Rica, registrada ante la CSI como Central Social Juanito Mora Porras-Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (CSJMP-ANEP).

Nuestro compañero de causa, el Lic. Wálter Quesada Fernández, reconocido líder sindical-social nacional y, específicamente, de la indicada corriente, está presente en este evento de tanto calibre para la causa obrera internacional. También está presente el señor Lenín Hernández Navas, presidente de la Confederación de Trabajadores Rerum Novarum. (CTRN).

Este cuarto congreso mundial de la CSI se da en el marco de los preocupantes datos que arrojó el Índice Global de los Derechos de la CSI 2018; marcando para el mundo del trabajo, a escala planetaria, dos aspectos sumamente negativos.

De dicho documento, prácticamente de manera integral, les compartimos la siguiente información; imposible de que la misma sea de su conocimiento por las vías tradicionales y sistémicas de la comunicación de masas (https://www.ituc-csi.org/indice-global-de-los-derechos-de-20302?lang=en).

En dicha dirección web leemos: “La CSI ha venido recopilando información sobre las violaciones de los derechos de los trabajadores a la sindicalización y a la negociación colectiva en todo el mundo desde hace más de 30 años. Este es el quinto año en que la CSI presenta los resultados a través del Índice Global de los Derechos, que aporta un enfoque único y exhaustivo sobre la manera en que las leyes gubernamentales y las prácticas empresariales han deteriorado o mejorado en los 12 meses precedentes”.

Por un lado, los sindicatos estamos desarrollando nuestro estratégico accionar enfrentando una reducción del espacio democrático. Por otro, tenemos el ataque voraz de una codicia corporativa sin freno.

“La democracia está siendo atacada en países donde no se garantizan los derechos de la población a organizarse, expresarse y emprender acciones. Brasil aprobó leyes que deniegan la libertad sindical, China restringe la libertad de expresión y en Indonesia se recurrió al ejército para reprimir disputas laborales”, indica la CSI.

Cada vez más países excluyen a trabajadores de la cobertura de la legislación laboral: desde trabajadores/as migrantes a funcionarios públicos o empleados en empresas de plataformas. El 65% de los países excluyen a ciertas categorías de trabajadores de la legislación laboral.

“El trabajo decente y los derechos democráticos fueron debilitados en prácticamente todos los países, mientras que la desigualdad continuó en aumento. Se trata de un problema avivado por el comportamiento inaceptable de numerosas multinacionales, como Samsung, cuyas prácticas antisindicales deniegan a los trabajadores/as la libertad sindical y el derecho de negociación colectiva, tal como quedó al descubierto en documentos incautados en sus oficinas en Corea. Y el poder empresarial de Amazon continúa creciendo sin freno alguno, con prácticas que van desde tratar a sus trabajadores como robots a amenazar con poner fin a su expansión en Seattle a causa de propuestas fiscales para la creación de viviendas asequibles”, según declaraciones de Sharan Burrow, Secretaria General (saliente), de la CSI.

El Índice Global de los Derechos de la CSI 2018 clasifica a 142 países en función de 97 indicadores reconocidos internacionalmente, para evaluar dónde están mejor protegidos los trabajadores, tanto en la ley como en la práctica.

Las principales conclusiones del informe son:

65% de los países excluyen a trabajadores de la legislación laboral.

87% de los países han vulnerado el derecho de huelga.

81% de los países deniegan a algunos o a todos los trabajadores la negociación colectiva.

De los 142 países examinados, 54 deniegan o limitan la libertad de expresión y de reunión.

El número de países en que los trabajadores/as están expuestos a violencia física y amenazas aumentó en un 10% (de 59 a 65) incluyendo a Bahréin, Honduras, Italia y Pakistán.

Los países donde se ha arrestado y detenido a trabajadores pasaron de 44 en 2017 a 59 en 2018.

En nueve países se asesinó a sindicalistas: Brasil, China, Colombia, Guatemala, Guinea, México, Níger, Nigeria y Tanzania.

La clase trabajadora del planeta sufre todos los días. La indicada líder sindical apunta lo siguiente en el mencionado informe:

“Desde ataques a las libertades civiles, arrestos, detenciones y encarcelamientos arbitrarios de trabajadores, la erosión de la negociación colectiva y la creciente criminalización del derecho de huelga, a la exclusión de trabajadores de la protección laboral, se registra un incremento en las violaciones de los derechos de los trabajadores/as. Se trata de una amenaza global a la democracia y la seguridad. Los Gobiernos deben actuar en interés de los trabajadores y trabajadoras. Es necesario cambiar las reglas para poner fin a las violaciones y frenar la codicia corporativa”, afirmó Burrow.

En el caso de nuestro continente la situación para el movimiento obrero sigue siendo muy peligrosa: “Las Américas continúan siendo un continente plagado por un clima generalizado de extrema violencia y represión contra los trabajadores y sindicalistas; tan solo en Colombia fueron asesinados 19 sindicalistas el año pasado, lo que representa un aumento considerable respecto a los 11 registrados el año anterior”.

Las tres tendencias mundiales sobre los derechos de los trabajadores/as identificadas en el Índice Global de los Derechos 2018 son la reducción del espacio democrático, la influencia empresarial ilimitada y la importancia de la legislación.

La real y verdadera Democracia va de la mano de la plena práctica de la Libertad Sindical. Sin duda alguna, nadamos contra corriente. A pesar de tanta adversidad, debemos seguir en esta lucha quienes creemos que otro mundo es posible.

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