La renuncia de Patricia Mora Castellanos

Albino Vargas Barrantes, Secretario General (ANEP)

Doña Patricia Mora Castellanos hizo pública, este lunes 7 de diciembre de 2020, su decisión de renunciar al puesto político de Ministra de Estado, integrante del Consejo de Gobierno; llevándose así muchos secretos de la alta cosa pública, de los cuales ella tuvo conocimiento durante los 31 meses que estuvo como acompañante de la gestión de Carlos Alvarado Quesada en la Presidencia de la República, siendo ella, a la vez, Presidenta Ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU).

Doña Patricia, cuya presencia en el gobierno de Alvarado muchos nunca nos pudimos explicar, queda en deuda con miles de conciencias cívico-patrióticas, las cuales en su momento y todavía ahora, vieron en la conformación del partido Frente Amplio, una posibilidad de materialización concreta de sueños y aspiraciones de profunda justicia social que, en su momento, impulsaron al ilustre ciudadano don José Merino del Río -de grata memoria-, a fundar dicha colectividad partidista.

Doña Patricia nos argumenta, como motivo central de su renuncia, algo así como el impulso final que le lleva a abandonar el barco, la traición que cometió Carlos Alvarado Quesada en contra del “espíritu democrático” que, según ella, privó en el proceso de diálogo gubernamental-multisectorial recién concluido; traición que se materializa cuando el desprestigiado y cuestionado mandatario le rindió cuentas al medio emblema del periodismo del odio, de que sí se acudiría al Fondo Monetario Internacional (FMI), como vía de escape a la grave crisis fiscal del país que, al nivel de cataclismo como nos lo están pregonando algunos, no termina de llegar. Alvarado le da la primicia de lo del FMI al periodista del capital que le entrevista; no al pueblo y ni siquiera a los que embaucó con su falso diálogo. Por este lado, lleva razón doña Patricia en indignarse. Digamos que es así.

Las personas conocedoras del mundillo de los partidos políticos (no necesariamente, el mundo del real poder), han afirmado que la estadía de doña Patria en el gobierno de Alvarado, le ha costado un elevado capital político al partido Frente Amplio, al cual se le ha percibido como co-gobiernista.

La verdad debe decirse en cuanto tal, considerando que tanto el partido Liberación como la Unidad han sido co-gobierno, también.

La conducta de Alvarado como estafador político ha quedado, nuevamente, en evidencia y de una manera dramática: doña Patricia Mora Castellanos indicó en su carta de renuncia lo siguiente: “…Y resulta que mientras diversos sectores estuvimos allí, entregando los acuerdos de diálogo, desconocíamos que don Carlos Alvarado y su equipo económico no solo ya habían tomado la importante decisión de iniciar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI),…”, sino que él se lo contaba, en exclusiva, al periódico que venía torpedeando esa mesa de diálogo en la cual doña Patricia creyó. ¿Es o no es esto una estafa política? ¡Por supuesto que lo es!

Mucho se ha estado comentando en estas últimas horas sobre este importante acontecer político, que es la salida del partido Frente Amplio del contubernio gobiernista PAC-PLN-PUSC. No habrá una valoración política contundente pues todas las que se hagan, indudablemente, serán formuladas según los prismas políticos y hasta ideológicos de quienes las planteen.

Lo cierto es que la derecha del capital extremista de corte fundamentalista neoliberal, con tal de mantener y robustecer el control sistémico que le da su hegemonía del poder, y a fin de no arriesgar ésta ni un milímetro, ha estado concediendo espacios a minorías postergadas de diverso orden, otorgándoles derechos, aunque sea en contra de sus posiciones conservadores clásicas. Y estos cantos de sirena han sido escuchados por ciertas izquierdas que, con sobrados argumentos, han venido levantando esas banderas de minorías postergadas, pero al precio de volverse sistémicas para pasar a ser socialdemócratas de avanzada. ¿Es esto malo? ¡No!

Lo delicado parece ser que esos cantos de sirena, aunque estridentes y ruidosos, suenan bien por ciertas etapas y sin haberse dado cuenta de que se estaba durmiendo con el enemigo. ¿Sería esto lo que le pasó a doña Patricia? ¿Sería esto lo que le pasó al Frente Amplio?…

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