Sala Cuarta y Empleo Público

Por: Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

En estos mismos momentos en que usted nos hace el honor de leer este artículo, en la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, la conocida Sala Cuarta, se examina la denominada Consulta Facultativa de Constitucionalidad promovida por varios señores diputados y por varias señoras diputadas, sobre el proyecto denominado Ley Marco de Empleo Público, expediente legislativo No. 21.336. Se trata de un voluminoso documento de 247 páginas.

Como ciudadano costarricense que soy, le comparto a usted un sentimiento muy extendido entre amplios sectores de nuestra comunidad nacional, acerca del contexto sociopolítico en que el indicado alto tribunal de la República entra al análisis de la mencionada consulta legislativa. Se trata de consideraciones que, con respeto y con sinceridad, dejamos plasmadas en el presente comentario.

Desde este lado de la acera estamos convencidos de que la Sala Cuarta está analizando el expediente más delicado y sensible desde que ella misma fue establecida, en 1989; incluso, mucho más sensible que el proyecto de ley que comúnmente fue conocido como combo fiscal, que tuvo que analizar a finales del año 2018.

Bastantes personas, sectores, gente muy bien informada y documentada; juristas de mucho talante en materia de Democracia y de división de poderes e, incluso, especialistas en Derecho Internacional en el campo de los Derechos Humanos y de los conceptos filosófico-ideológicos e históricos en materia democracia representativa; han estado alertando de que este proyecto, Ley Marco de Empleo Público, representa (en palabras y conceptos nuestros), un Golpe de Estado parlamentario a la Constitución de 1949.

Sin embargo, para el primer debate que dio la actual Asamblea Legislativa a tal proyecto, 32 personas diputadas desoyeron toda la amplia gama de criterios sólidamente fundamentados, que alertaban de la colección de inconstitucionalidades que el mismo contiene; sin que se dieran argumentos del mismo peso y talante a su favor, como los esgrimidos por la oposición sociopolítica y civil al expediente legislativo 21.336.

Vistas así las cosas, muchos tememos que se repita la historia en cuanto a que la lucha de poder en el seno de la alta magistratura incida en el pronunciamiento de la Sala Cuarta, tal y como pasó con el proyecto de combo fiscal. Siguen existiendo dos bandos en las alturas del olimpo judicial del país y esto no es ninguna novedad. Por el contrario, es un secreto a voces.

Uno de ellos, está firme en cuanto a considerar que la piedra angular de la estabilidad política del país sigue siendo la Constitución Política del 7 de noviembre de 1949. El bando pro-Constitución es el que, precisamente, estima que la Constitución de 1949 debe estar por encima de lo fiscal, pues son los Derechos Humanos y el Humanismo cristiano lo que da fundamentación a nuestra actual Carta Magna.

El otro bando cree que es la estabilidad macroeconómica-fiscal de signo neoliberal, lo que permite que el país “flote”, aunque haya miles y miles de personas ahogadas por la desigualdad social y por la exclusión económica. Para este bando, la Constitución de 1949 está en segundo plano pues es lo fiscal lo que controla el todo de la sociedad.

En ocasión del conflicto sociopolítico nacional con el proyecto del combo fiscal (hoy ley 9635, ampliamente repudiada en los más diversos sectores sociales), creímos que, luego del pronunciamiento de Corte Plena, en el sentido de que el combo fiscal le afectaba en cuanto a la organización y al funcionamiento del Poder Judicial; creímos que (repetimos), que la Sala Cuarta diría que se ocupaban 38 votos, mayoría calificada, para convertir en ley al expediente legislativo 20.580, en ese entonces. ¡No resultó así! La magistratura constitucional dijo que no era necesario tal mayoría calificada y el combo pasó, en segundo debate, con 34 votos diputadiles. Lo fiscal de signo neoliberal se impuso a lo constitucional de signo humanista.

¿Influirá esta pugna político-ideológica al momento de la emisión del pronunciamiento constitucional a la consulta diputadil con relación al proyecto Ley Marco de Empleo Público? El ciudadano que escribe esto que usted está leyendo piensa que sí.

Se nos dio cuenta de que durante la tramitación legislativa del indicado proyecto mucho de su contenido llegó extraparlamentariamente. Hubo reuniones secretas, espuriamente denominadas “sesiones de trabajo”, en las cuales se dio línea acerca de cómo debía ser redactado ese proyecto Ley Marco de Empleo Público (o, al menos, los artículos más sensibles del mismo).

Un amanuense que se percibe a sí mismo como el único capaz de interpretar la verdad contenida en la Constitución Política del 7 de noviembre de 1949, ejecutó una especie de sicariato ideológico en contra de la misma a la hora de la tramitación de tan perversa iniciativa. Sus criterios, lamentablemente, fueron incluidos en la misma pues la base de su imposición fue la ignorancia diputadil en no pocos casos.

Ahora está pretendiendo hacer lo mismo con la Sala Cuarta, mediando mensajes teledirigidos a la misma, sin descartar que haya otras formas comunicacionales secretas para lograr que le pase al proyecto Ley Marco de Empleo Público lo mismo que pasó con el combo fiscal: el totalitarismo fiscalista de signo neoliberal se impuso a la forma costarricense de organizar constitucionalmente su vida en sociedad.

Votación de Empleo Público y corrupción de ¢78 mil mills.

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Los graves hechos de corrupción que el país conoció el pasado lunes 14 de junio, con la impresionante cantidad de dinero involucrada de, al menos, 78 mil millones de colones (poco más de 125 millones de dólares estadounidenses) en presunto tráfico de influencias y sobornos de todo tipo, en materia de licitaciones para construir obra pública en infraestructura vial, altera la agenda-país que tramita la actual Asamblea Legislativa.

El golpe a la institucionalidad es demoledor si nos atenemos a que, por segunda vez, la Casa Presidencial, políticamente habitada por Carlos Alvarado Quesada, es allanada en una misma Administración gubernativa. Hecho inédito desde la fundación de la Segunda República, en 1949.

El proyecto-expediente legislativo No. 21.336, denominado Ley Marco de Empleo Público, no debe ser votado ni ahora, ni pronto. Ha perdido toda legitimidad política, más allá de las aberraciones jurídico-constitucionales que contiene para todos los gustos.

Las dimensiones de este escándalo de los 78 mil millones de colones “desviados”, pulverizó la escasa credibilidad que le quedaba al Poder Ejecutivo para impulsar esta nefasta iniciativa de ley. 

Las actuales personas diputadas integrantes de la Asamblea Legislativa no se pueden sustraer a esta realidad política; no pueden fingir que nada está pasando y mirar para otro lado.

Por otra parte, nada ético es utilizar la pandemia para promover reformas estructurales de tanta profundidad como las pretendidas en el indicado proyecto de ley, que contiene transformaciones constitucionales de facto.

Es más, resulta inmoral actuar políticamente así, en las actuales condiciones sociopolíticas y sanitarias del país, impulsando medidas regresivas en materia de Derechos Humanos; un cuadro que, claramente, se dibuja en todos los extremos de ese expediente legislativo 21.336 que pretende ser votado, en primer debate, en próximas horas.

Tal proyecto de ley no es parejo. No se vale que un solo sector, como el del empleo público, asuma cargas desproporcionadas en nombre de la austeridad fiscal, cuando hoy nos enteramos que el gobierno es un reducto de actos de corrupción de carácter público-privado por medio de contrataciones públicas que afectan las finanzas públicas; cuando más recursos se necesitan para afrontar una pandemia cuyas dolorosas circunstancias provocan que, lo que más hace falta, son esos recursos para salvar vidas.

La presente Asamblea Legislativa, cada uno de ustedes, señoras diputadas y señores diputados, deben ser drásticos en la exigencia de cuentas al Poder Ejecutivo; no aprobando leyes, además con gran cantidad de vicios de inconstitucionalidad anunciados, sino evitando allegarle más recursos que todavía no tienen garantía de un manejo adecuado ni transparente.

Pedimos y exigimos coherencia en el discurso y la narrativa legislativa en los momentos más aciagos que afronta el país. Coherencia no es aprobar leyes a golpe de tambor aprovechando la presión de una agenda del Ejecutivo que hoy ha quedado totalmente desacreditado. No merece este gobierno tanta pleitesía legislativa, sino un control institucional responsable y digno. Antes de aprobar la Ley Marco de Empleo Público, o cualquier otra ley que no cumpla con paridad en las cargas tributarias, no se puede legislar de espaldas a un sector de la población que ya no resiste más regresividades a sus Derechos Humanos.

La ecuación es sencilla: Cuando el Ejecutivo demuestre que es probo, que es eficiente en la recaudación de impuestos y, sobre todo, que puede evitar, preventivamente, escandalosas corruptelas como esta de los 78 mil millones de colones; es cuando ha de merecer la confianza del Legislativo para aprobar leyes con recursos sanos para enfrentar las crisis existentes.

Si nos atenemos a la tesis de que este Gobierno ha tratado de justificar la aprobación de la Ley Marco de Empleo Público generando indebida presión para cumplir con el “acuerdo” con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pues se trata casi de un compromiso político-personalísimo de la cabeza del Poder Ejecutivo, Carlos Alvarado Quesada, cuya credibilidad está irreparablemente lesionada; corresponde entonces invocar en sus curules las palabras de la Directora-Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, misma que, respecto a la crisis del covid 19 ha dicho: 

«Los costos humanos de la pandemia del coronavirus ya son inmensurables y es preciso que todos los países trabajen en colaboración para proteger a la gente y limitar el daño económico. Este es el momento de actuar con solidaridad…». 

Y respecto a los enfoques a seguir, nuestra Asamblea Legislativa, más que seguir reprimiendo con impuestos y cargas al empleo público, debiera enfocarse en proyectos para una senda hacia la recuperación basada, según el FMI, en las siguientes prioridades: Defender la salud de las personas; evitar la retirada prematura de las políticas de apoyo; aplicar una política fiscal flexible y orientada hacia el futuro; y, abordar el elevado nivel de la deuda pública y su pago abusivo diario de intereses.

Finalmente, cuando ustedes, como legisladores y legisladoras, quieran justificar la aprobación de la Ley Marco de Empleo Público con un discurso fácil y trasnochado de combate a supuestos privilegios y no a derechos; piensen primero si el frío está en las cobijas, o más bien en las inveteradas prácticas de corrupción que ahora delatan que el peor impuesto que tiene el pueblo es, precisamente, la corrupción.

No sean cómplices legislativos para quitarles salarios y derechos a los empleados públicos para trasladarlos a escandalosas contrataciones a duopolios privados y a algunos funcionarios corruptos. Hoy, nuevamente, se demuestra que no son las personas trabajadoras asalariadas del empleo público, las enemigas del pueblo. Su abrumadora mayoría trabaja dentro del margen de la ley.

“Vamos a cerrar el CONAVI y sus hermanitas”

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Vamos a cerrar el CONAVI y sus hermanitas perversas”, fue un mensaje escrito por el entonces candidato presidencial del Partido Acción Ciudadana (PAC), Luis Guillermo Solís Rivera, en su cuenta de twitter, el 13 de diciembre de 2013; compromiso de campaña que, por supuesto, y siendo Presidente de la República (2014-2018) no honró… como suele suceder.

Don Luis Guillermo escribió, además, lo siguiente: “Propongo decretar emergencia nacional para intervenir adecuadamente la red vial nacional. Lo haremos con los recursos que el país tiene y son suficientes, en un ejercicio riguroso para no repetir nunca más los horrores de la Trocha fronteriza. ¡Es posible hacer infraestructura sin corrupción!”.

Sin duda alguna, le corresponde al Partido Acción Ciudadana (PAC), con dos gobiernos seguidos uno del otro, la responsabilidad política fundamental por el escándalo de corrupción que salió a flote este pasado lunes 14 de junio, con las “espectaculares” acciones y detenciones que efectuó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), a raíz del presunto tráfico de influencias y otorgamiento de sobornos por parte de las mega-empresas constructoras MECO y H Solís; indicando el máximo jerarca policial, don Wálter Espinoza Espinoza, que se podría estar hablando de un “desvío” de dineros por el orden de, al menos, 78 mil millones de colones.

El CONAVI sufre el más duro golpe a su credibilidad y a su transparencia y bien podría indicarse que ha quedado “listo” para su liquidación institucional. Entendemos, aunque nunca fue claro, que las “hermanitas perversas” del CONAVI, según lo planteara el hoy expresidente de la República, Luis Guillermo Solís Rivera, lo son el Consejo de Transporte Público (CTP) y el Consejo de Seguridad Vial (COSEVI).

Sobre el CTP, desde hace tiempo, pesan graves cuestionamientos, especialmente porque se considera que el empresariado autobusero del país ejerce una gran influencia política en su seno, contrastando con la situación de total indefensión que tienen las personas usuarias de los servicios públicos modalidad autobús.

Lo que aflora con gran potencia, aunque estemos a primeras horas del destape del escándalo con licitaciones para construcción de grandes obras viales, es la imperiosa necesidad de una revisión estructural del modelo de concesión de obra pública; el ejercicio ciudadano de una gran auditoría sobre los miles y miles y miles de millones de colones de fondos estatales que las mega-empresas constructoras cuestionadas han recibido durante un período de 20 años, a partir del año 2002, al menos; la naturaleza de los controles y de las autorizaciones de parte de la Contraloría General de la República (CGR); entre otros aspectos con la privatización de la construcción de infraestructura vial.

Y no hay duda de que, si del CONAVI se trata, sus “hermanitas perversas” merecen un profundo abordaje auscultador, también. Porque vale preguntarse, en qué medida en ellas se ha dado una desnaturalización perversa de su finalidad objetiva de servicio público para dar paso a, por una parte, al desarrollo de ente “facilitador” de lucro mercantil privado, en esencia; y, por otra, cuántas prácticas indebidas, por no decir corruptas, podrían estarse manifestando en las narices de la propia ciudadanía y de sus altos responsables políticos.

El señor Expresidente de la República, don Luis Guillermo Solís Rivera, constatamos hoy, se equivocó de cabo a rabo, cuando habló de “no repetir nunca más los horrores de la Trocha fronteriza”. Con lo del CONAVI tales horrores se superaron cualitativa y cuantitativamente en grado sumo.

G7: conmoción tributaria global

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Es inobjetable que el acuerdo político-global del grupo de países capitalistas de más poderío económico y militar del planeta, para ponerle un impuesto a las ganancias de las empresas multinacionales (ETN) de, al menos el 15%, y que lo paguen en los países donde operan, constituye una verdadera conmoción tributaria global.

El G7, integrado por Alemania, Canadá, Francia, Estados Unidos, Italia, Japón y Reino Unido (aunque conviene hablar con más propiedad de la Unión Europea -UE-); tuvieron una cumbre de ministros de Finanzas, en la ciudad británica de Londres, el pasado sábado 5 de junio de 2021, estableciendo lo que en idioma español conoceremos como el “impuesto mínimo global a las multinacionales”.

Los diversos reportes de la prensa internacional a los que tuvimos acceso en las últimas horas (particularmente, RT -Russia Today-, BBC News/Mundo -británico-, y DW Noticias -alemán-), dan cuenta de lo siguiente: “Los ministros de Finanzas del grupo G7, reunidos en Londres, acordaron luchar contra la evasión fiscal a través de medidas para que las empresas paguen en los países donde hacen negocios.

También acordaron una tasa impositiva corporativa mínima global que será, en principio, del 15%; agregando que tal acuerdo “ejercerá presión sobre otros países para que sigan su ejemplo, algo que podría verse en la reunión del G20 el próximo mes” (julio).

Es de tal magnitud este acuerdo del G7, que transcribimos parte del análisis que hace el señor Faisal Islam, editor de la sección de economía de la BBC del Reino Unido: 

“El derecho a cobrar impuestos es la esencia del poder soberano. Por eso es tan difícil la acción internacional coordinada. Este ha sido el sueño de activistas y principalmente de ministros de finanzas europeos durante años. Hace solo unos meses atrás ellos ni pensaban que esto podría ser posible. Pero la necesidad de llenar las arcas vaciadas por la pandemia y la llegada del gobierno de Biden a Estados Unidos crearon el momento oportuno. Sin embargo, hubo un gran compromiso para que esto se convierta en realidad. Una tasa mínima de impuesto sobre las corporaciones del 15% es bastante baja. Aunque los ministros de Finanzas europeos incluyeron la frase ‘al menos un 15%’, que ofrece un camino para aumentar esa cifra. El impacto real de este cambio dependerá de la letra chica de las negociaciones en curso”.

Llegar a este punto supone, por una parte, una conclusión política fundamental de nuestro tiempo contemporáneo: la globalización neoliberal es un fracaso y nos ha generado vivir en la época de la mayor desigualdad en la historia de la Humanidad misma, con altísimo riesgo de la preservación del propio planeta Tierra; conclusión a la que han llegado las mentes más sanas, más estudiosas, más responsables del mundo actual, provenientes de las más diversas fuentes del pensamiento filosófico-ideológico y político.

Por otra parte, la corriente sindical en la cual hemos estado militando todos estos años, misma que actualmente catalogamos como no alineada (con base en el escenario abierto de conformidad a la hegemonía económico-política dominante en nuestro país), hemos sido parte de ese “sueño de activistas”, del que habla el señor de la BBC, integrando las principales corrientes sindicales globales que han venido luchando contra esta perversa globalización neoliberal.

Seguros estamos de que los compañeros y las compañeras integrantes de la Confederación Sindical de Trabajadores y de Trabajadoras de las Américas (CSA), así como de la Confederación Sindical Internacional (CSI), de las cuales formamos parte, tienen el mismo sentimiento de satisfacción que en nosotros genera el acuerdo global del G7. En esta línea es importante destacar lo siguiente:

UNO: Es obvio que el G7 adopta esa decisión ante la constatación de que este capitalismo neoliberal, desenmascarado totalmente por la pandemia, tiene un altísimo riesgo sistémico que amenaza con derribar sus propias democracias, altamente contaminadas por exclusión social y económica a todo nivel. La democracia costarricense también exhibe ya estos dolorosos flagelos. La desigualdad, la espantosa concentración de la riqueza y la pandemia han puesto a los países del G7 (y a Costa Rica, también), contra la pared.

OS: Para el caso costarricense, que tenemos bastante tiempo de plantear la imperiosa necesidad de una Transformación Tributaria Estructural, este acuerdo del G7, aún en pañales, repotencia nuestra cruzada cívico-obrera al respecto. De un modo u otro, nos da la razón acerca de que nuestra prédica de que el sistema tributario costarricense es injusto y es corrupto, ha estado transitando el camino correcto.

TRES: Este asunto de la conmoción tributaria global que supone el acuerdo del G7 y sus repercusiones en países como el nuestro; indican que a nivel de Costa Rica el asunto se vuelve estratégico de cara a la campaña de las elecciones presidenciales y diputadiles de febrero de 2022. La corriente sindical en la cual militamos y los sectores sociales que caminamos juntos en estas luchas, nos encargaremos de que así sea.

Queremos empezar por que se discuta, ampliamente, el informe legislativo de Los papeles de Panamá; por discutir sobre un impuesto solidario a las zonas francas y porque se deseche el acuerdo que Alvarado Quesada le quiere imponer al país con el FMI.

PLN: Convención y números

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

A pocas horas de concluida la convención para la elección de candidato presidencial en el Partido Liberación Nacional (PLN), un sencillo análisis de los resultados numéricos de la misma, efectuado desde este lado de la acera (la de la lucha social no alineada), nos permite resaltar los siguientes datos.

Aclaramos que hacemos uso de un mensaje de “uasap” que nos llegó la noche de este pasado domingo 5 de junio de 2020, recibido de parte de una persona ciudadana amiga de las luchas sociales y cívicas, la que, a su vez, reprodujo un “anónimo”.

En todo caso, politólogos, sociólogos, mercadólogos, analistas electorales y formuladores de encuestas “se darán cuatro gustos”, comentando el resultado electoral del PLN y cómo a partir del mismo, el escenario político nacional se calentará intensamente.

Dato 1: Se proyecta un total de 360 mil votos en la convención del PLN y si se compara con la del 2018, habría una disminución cuantitativa de 70 mil; es decir, un decrecimiento del 16%. Habría que analizar el dato de cuántas personas electoras estaban inscritas para las elecciones generales del 2018 y cuántas al pasado domingo 5 de junio. Es evidente que, el PLN ha retrocedido en preferencias.

Dato 2: Las autoridades partidarias del PLN no pueden sostener la tesis de que todas las personas votantes en su convención sean parte de la “familia liberacionista”. Eso es un eslogan de campaña con finalidad subjetivo-emocional para apelar al sentimiento histórico que una vez hizo grande al PLN. Muchas personas votantes en favor de las otras pre-candidaturas no eran “familia liberacionista”, particularmente para el caso de don Rolando Araya Monge. Tenemos sobradas razones para sostener este criterio.

Dato 3: Don José María Figueres Olsen ganó la convención PLN sin alcanzar, al menos de manera contundente, el 40% de las personas votantes en la misma. Dicho de otra forma, un poquito más del 60% no creyó en su propuesta.

Dato 4: Él estaría obteniendo unos 144 mil votos de los 360 mil que acudieron a votar el domingo 5 de junio de 2021. Esto es una cantidad menor de la que obtuvo en la convención para las elecciones del 2018, que fueron 154.830 votos en su favor.

Dato 5: En la pasada convención del PLN, el ganador, don Antonio Álvarez Desanti (AAD), obtuvo 191.217 votos. Entonces, ¿qué caudal de votos le dio “Toñito” a Figueres en esta convención? Al parecer, absolutamente ninguno. También se podría decir que ya el señor AAD no tiene base electoral alguna pues en cuatro años ésta quedó pulverizada.

Dato 6: El padrón electoral nacional para febrero de 2022, podría andar en 3 millones 650 mil personas potencialmente votantes. En tal sentido, en la pasada convención del PLN habría votado el 10% del padrón electoral; cifra sumamente lejana al 40% constitucional para ganar, en primera ronda, la venidera elección presidencial.

Dato 7: En lo particularmente específico, y dado que el Sr. Figueres Olsen no estaría llegando al 40% del voto de la convención PLN del pasado domingo 5; nos lleva a concluir que, del total del padrón electoral nacional previsto para febrero de 2022, él apenas estaría en estos momentos con un 4% del mismo.

Conclusión: Desde nuestra perspectiva, tal y como lo venimos afirmando de manera sostenida a lo largo de los últimos años, la traición a los valores fundacionales y a los principios clásicos de la socialdemocracia, están PASANDO FACTURA, de manera muy dura al Partido Liberación Nacional.

Particularmente, esa traición ha quedado más marcada con el co-gobierno del PLN y la administración del PAC-Alvarado Quesada en la presente gestión ejecutiva y legislativa. El PLN perdió a las capas medias que él mismo contribuyó a crear.

En especial, gran parte de la clase trabajadora asalariada del sector Público, gran parte del sector agropecuario nacional micro-pequeño y mediano productor, así como la producción y el comercio mismo para el mercado interno, han sentido abandono de las políticas públicas de inclusión social y económica, “hijas doradas” del liberacionismo clásico.

El PLN volvería a “respirar” socialdemocracia si se decide a romper con la plutocracia reinante y su neoliberalismo fundamentalista. Y si así fuese, según nuestra visión desde el sindicalismo sociopolítico no alineado, el pronóstico es muy reservado.

32 mil 820 millones de dólares ($32.820.000.000)

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

32 mil 820 millones de dólares estadounidenses ($ 32.820.000.000), es el dato que el Banco Central de Costa Rica (BCCR), registra como “depósitos del público y tenencia de activos de los bancos comerciales en moneda extranjera-en millones de dólares”), al 30 de setiembre de 2018.

Nos preguntamos: 32 meses después, al término de mayo 2021, ¿cuál será la cantidad en ese registro BCCR en estos momentos? ¿Habrá disminuido? ¡No lo creemos!…

32 mil 820 millones de dólares USA, si tomamos como tipo de cambio 620 colones, más o menos a hoy, en moneda nacional equivalen a 20 billones 348 mil 400 millones de colones (20.348.400.000.000).

¿De dónde tomamos semejante dato? A solicitud de la ANEP, el anterior Gerente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), don Eduardo Prado Zúñiga, emitió el oficio GER 0337-2018, fechado 14 de diciembre de 2018, respondiendo una serie de inquietudes que, con asesoría experta, le formulamos sobre varios aspectos delicados, estratégicos y relevantes del accionar del BCCR en el manejo de las responsabilidades que la ley le ha otorgado en el campo económico y fiscal-monetario.

Ese dato, 32 mil 820 millones de dólares estadounidenses ($32.820.000.000), se desagrega en dos segmentos:

12 mil 351 millones 200 mil dólares ($12.351.200.000), catalogados como “Depósitos del público en moneda extranjera en los bancos”. En colones: 7 billones 657 mil 744 millones de colones (7.657.744.000.000).

20 mil 468 millones 800 mil dólares ($20.468.800.000), catalogados como “Tenencia de los bancos de activos en moneda extranjera”. En colones: 12 billones 690 mil 656 millones de colones (12.690.656.000.000).

Esta danza de miles de millones de dólares en depósitos del público y tenencia de activos de los bancos comerciales en moneda extranjera, que nos reportó el BCCR, como dato oficial al 30 de setiembre de 2018, causó nuestra profunda estupefacción al darnos cuenta de la existencia de tantísima plata en el país. ¿Quién o quiénes la tienen?

Tal estupefacción es más fuerte todavía, si hacemos la comparación de esos mismos datos, pero al 31 de diciembre de 2010, según la información en nuestro poder extractada del mismo oficio. Veamos:

Depósitos del público en moneda extranjera en los bancos: Al 31 de diciembre de 2010, estaba en 7 mil 711 millones de dólares y al 30 de setiembre de 2018, en 12 mil 351 millones 200 mil dólares. Es decir, en 8 años (poco menos), este rubro tuvo un salto de 4 mil 640 millones de dólares. Dicho de otra forma, este rubro creció en 580 millones de dólares, cada uno de esos 8 años.

“Tenencia de los bancos de activos en moneda extranjera”: Al 31 de diciembre de 2010, estaba en 10 mil 222 millones 900 mil dólares y al 30 de setiembre 2018, en 20 mil 468 millones 800 mil dólares. Es decir, en 8 años (poco menos), este rubro tuvo un salto de 10 mil 245 millones 900 mil dólares. En cada uno de esos 8 años, este rubro creció en 1.280 millones 737 mil 500 dólares.

Para no “intoxicarnos” con tantos números, lo que nos interesa resaltar es lo siguiente:

a) Al 30 de setiembre de 2018 (a 18 meses antes de la llegada de la pandemia), el sistema financiero-bancario costarricense tenía “embodegados”, 32 mil 820 millones de dólares estadounidenses ($ 32.820.000.000). En colones: 20 billones 348 mil 400 millones de colones (20.348.400.000.000).

b) 8 años antes, diciembre de 2010, la cantidad “embodegada” era 17 mil 933 millones 900 mil dólares ($17.933.900.000). Es decir, entre el 31 de diciembre de 2010 y el 30 de setiembre de 2018, se dio un crecimiento de 14 mil 886 millones 100 mil dólares ($14.886.100.000), por concepto de “depósitos del público y tenencia de activos de los bancos comerciales en moneda extranjera”, en el sistema financiero-bancario costarricense.

c) En el período comprendido entre 31 diciembre 2010-30 setiembre 2018 (a 18 meses de la llegada del covid-19 al país), estos capitales, “depósitos del público y tenencia de activos de los bancos comerciales en moneda extranjera-en millones de dólares”), crecieron en un ¡83%! Sencillamente espectacular y espeluznante. Cada uno de esos 8 años, el promedio anual de aumento en este rubro fue de mil 869 millones, 750 mil dólares ($1.869.750.000).

Conclusión: la pandemia llegó en un momento en que el sistema bancario-financiero del país estaba inundado de plata, según este rubro: “depósitos del público y tenencia de activos de los bancos comerciales en moneda extranjera-en millones de dólares”. Prácticamente, una gigantesca e incomprensible cantidad de 34 mil 680 millones 750 mil dólares ($ 34.680.750.000); agregando para el año 2019, la cifra promedio anual de crecimiento entre 2010-2018.

Tal cifra, 34 mil 680 millones 750 mil dólares, viene a ser, en colones (620 promedio, tipo de cambio), 21 billones 502 mil 065 millones de colones (21.502.065.000.000). ¿Verdad que son cifras sumamente difíciles de creer y de comprender?

Que sepamos nosotros, la clase trabajadora asalariada de ingresos medios y bajos difícilmente tenga “depósitos del público y tenencia de activos de los bancos comerciales en moneda extranjera-en millones de dólares”. La clase media, ¡tampoco! Y si hay sectores medios (¡que los hay!), con plata como para tenerla depositada en el sistema financiero-bancario del país, no creemos que sea en las escandalosísimas cifras que nos dio el Banco Central de Costa Rica (BCCR), en la carta dirigida a la ANEP que hemos comentado (usted la puede tener visitando www.anep.cr). La concentración del capital en el país es inconmensurablemente inobjetable. ¿Quiénes son los ricos y los súper-ricos ticos? ¿Será producto, tanta plata, del dinero narco? ¿Quién puede explicar de dónde vino la cantidad de $1.869.750.000 (casi mil 900 millones de dólares), por cada uno de los años comprendidos entre 2010-2019? El poderío político que genera esta plata nos ayuda a explicarnos bastantes situaciones de la Costa Rica actual.

La destrucción logístico-operativa y estratégica de la seguridad ciudadana

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

El máximo jerarca institucional del cuerpo de oficiales de la Policía de Tránsito de Costa Rica manifestó, en recientes declaraciones de prensa, que se ocupan de, al menos 600 y hasta 1.200, personas nuevas que ingresen a laborar en este importante servicio de la Seguridad Ciudadana que es la Policía de Tránsito. Dio a entender que ejecutan su estratégica labor en medio de gran precariedad y con muchas dificultades, apelando a forzadas (diríamos nosotros), maniobras y coordinaciones inter-institucionales para la delicada tarea de velar por la vida de las personas en las carreteras del país.

Su dramático llamado que, por cierto, nada nuevo es, se hace eco de una reiterada labor de denuncia responsable que, desde hace ya bastante tiempo, se formula con la voz gremial, policial-institucional en tal sentido, en cada uno de los cuerpos policiales nacionales.

Notorio resulta aprovechar el reclamo del indicado jerarca, para resaltar la intensa labor de denuncia que, acerca del debilitamiento paulatino y sostenido de los diferentes cuerpos policiales del país, vienen desplegando destacados líderes sindicales de base ubicados en los mismos y/o con responsabilidad en la materia; especialmente personas dirigentes que destacan en la corriente sindical en la cual militamos.

Las seccionales sindicales de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), en Fuerza Pública, en la Policía Profesional de Migración y Extranjería, en la Policía Penitenciaria, en la de Tránsito, en la de Control de Drogas (PCD), en la Aeronáutica y en la de Fronteras; tanto en la Ecológica (que es como nos gusta llamar al personal de guardaparques), como en la Fiscal; llevan muchísimo tiempo alertando al país, a las autoridades gubernativas actuales (y a las anteriores), de una especie de conjura política tácita tendiente a la destrucción logística y operativa, y hasta estratégica, de los servicios públicos policiales ligados de manera directa a la Seguridad Ciudadana.

El clamor incesante, constante, documentado, sólidamente argumentado de estas personas valientes, dirigentes sindicales policiales, se estrella contra el muro del fanatismo fiscalista; contra el muro del recortismo presupuestario irreflexivo, irresponsable y hasta irracional, registrándose ya dos vergonzosos episodios en los cuales es la propia Asamblea Legislativa (por falta de conocimiento, de estudio y también por fundamentalismo fiscalista), la que se ve obligada a corregir gravedades de recorte presupuestario-policial, pues las autoridades fiscales centrales del Ejecutivo caen en extremismos ilógicos y peligrosos.

Esta especie de operación encubierta que nos conduce hacia la destrucción logística y operativa, y hasta estratégica, de los servicios públicos policiales ligados de manera directa a la Seguridad Ciudadana; se manifiesta en momentos en los cuales la ciudadanía contempla estupefacta, ya no solamente el avance del poder del narcotráfico y del crimen organizado, sino el crecimiento cualitativo y cuantitativo de la violencia criminal delincuencial común, sin hablar de los delitos de cuello blanco que se siguen cometiendo en los gobiernos del partido político de la transparencia.

Como si ello no bastase, nuestros cuerpos policiales, subvalorados profesional y salarialmente, se enfrentan a las consecuencias negativas del crecimiento de la desigualdad social y de la exclusión económica. En su diario quehacer, las personas con las cuales tienen relaciones de conflicto son, precisamente, las caras o los rostros de esa desigualdad y de esa exclusión. Sin duda alguna, hay factores psicoemocionales en las tareas policiales que no han sido debidamente ponderados.

A esta altura de las muestras contundentes del avance de la criminalidad y del crimen organizado; de las muestras contundentes del estado precario multidimensional de los cuerpos policiales del país (empezando por su faltante de personal en cada uno); del crecimiento, cualitativo y cuantitativo, de la exclusión social y de la desigualdad económica, uno podría concluir que mientras la ley y la justicia retroceden, el crimen y la corrupción es lo que avanza.

Corresponde, en tal sentido, que de cara al proceso electoral nacional ya en desarrollo, las fuerzas gremiales policiales se aglutinen y potencien sus más que autorizadas y calificadas voces gremiales de denuncia, de propuesta y de lucha. Como ya lo hemos vivido, las ofertas electorales en torno a los temas de Seguridad Ciudadana, no dejarán de presentarse, con su carga de demagogia y de nueva estafa electoral. Es el momento, en consecuencia, para que emerja la voz policial unidad y articulada. Es la policía la que le pone el pecho a las balas… no son los políticos.

Cinco temas en busca de una candidatura presidencial

Por: Albino Vargas Barrantes, Secretario General de la ANEP

La Costa Rica de la actualidad, ubicada en la deshonrosa posición de ser uno de los diez países más desiguales del planeta, sigue avanzando en la peligrosa senda de la polarización social extrema, vista desde la concentración de la riqueza y de la exclusión social y económica.

El grupo de gobierno de Carlos Alvarado Quesada, con la estafa política cometida entregándose a la plutocracia reinante, solamente ha agravado tal situación. La circunstancia de la crisis sanitaria de la pandemia llegó en un momento en el cual tal polarización se había vuelto inobjetable.

Con ocasión de las elecciones presidenciales del próximo 6 de febrero de 2022, vista esta circunstancia con lente obrero-social y sindical no alineado, surgen varios temas de gran profundidad para el impulso de políticas públicas en la dirección contraria que le ha impuesto al país esa plutocracia reinante, la alta tecnocracia de la institucionalidad que le es funcional, sus matrices mediáticas principales y las repetidoras sumisas; así como la acción ejecutiva del grupo gubernativo que encabeza Carlos Alvarado Quesada y los partidos representados en la actual Asamblea Legislativa: Liberación, Unidad, Acción Ciudadana y los “religiosos”.

De tales temas, hoy vamos a citar cinco (aunque hay más). El orden en que se exponen no indica prioridad de uno sobre otro; sino que, se conciben como articulaciones necesarias entre sí de política pública contrarias al orden ideológico-político y hegemónico que nos está imponiendo la plutocracia reinante.

Uno: Acabar con ese “sacrosanto” precepto neoliberal de la independencia del Banco Central. Hay que quitarle esa soberbia política de considerarse “república independiente”. Hasta un destacado economista que se define a sí mismo como socialdemócrata, don Guillermo Zúñiga Chaves, ligado al partido Liberación Nacional, es de la tesis de que al Banco Central se le deben dar estratégicas tareas como promocionar políticas de empleo.

Dos: Se requiere una revisión sustancial del concepto de salario mínimo, de forma tal que se introduzca en su fijación contenidos fundamentales que lo conciban como parte estratégica de una reactivación económica real; al tomar en cuenta que vivimos en un país cuyo costo de vida es altísimo, por un lado. Por otro, que la mayoría del parque productivo nacional está compuesto por micro-pequeñas y medianas empresas ligadas al mercado interno. A éstas, en tal sentido, hay que darles un trato diferenciado en materia de responsabilidades tributarias y para con la Seguridad Social.

Tres: Proceder a impulsar transformaciones tributarias estructurales en dos sentidos. Atacando la naturaleza perversa del sistema tributario actual, el cual presenta dos problemas fundamentales: es regresivo y es corrupto. Se requieren impulsos desafiantes para que, en el seno de la plutocracia reinante, por ejemplo, se establezca un impuesto solidario a la riqueza exorbitante, un impuesto solidario a las zonas francas, así como un impuesto-tasa Tobin a las transacciones financiero-bancarias de diez o quince mil o más dólares, que no golpee a los sectores medios que todavía conservan cierto poder de ingreso. Además, hay que establecer la eliminación del secreto bancario y en sede administrativa, para combatir el delito del fraude tributario.

Cuatro: Atacar el obsceno y socialmente criminal pago diario de intereses de la deuda pública, el cual está ya en las escandalosas cantidades de 4 millones de colones por minuto, 242 millones de colones por hora; y, prácticamente, 6 mil millones de colones al día. Creemos que es imposible impulsar políticas públicas de reactivación económica con semejante carga fiscal. Pero, lo que es peor es que este pago diario está recayendo sobre las espaldas, mayoritariamente, de la gente que sí tributa pues no tiene “escapatoria” para no hacerlo: la clase trabajadora asalariada y no asalariada, tanto como el micro-pequeño y mediano empresariado (impuestos al valor agregado y rentas -especialmente, la salarial).

Cinco: Rechazar el convenio que Carlos Alvarado Quesada y su plutocracia reinante le quiere imponer al país con el Fondo Monetario Internacional (FMI); convenio que Costa Rica no necesita y que, si se trata, en realidad, de ordenar las finanzas públicas, han surgido diversas alternativas, sólidamente fundamentadas. Otro economista, actualmente diputado oficialista pero que se define, también, como socialdemócrata, afirmó que “la agenda del FMI es una agenda injusta, inequitativa y recesiva desde la perspectiva económica». Aunque él, don Welmer Ramos González, lo indica de manera indirecta, es muy contundente que el costo del ajuste que impone ese convenio con FMI, no caerá sobre las espaldas de los sectores económicamente más fuertes que están ganando con la pandemia.

No vemos otra alternativa para que nuestro país restaure el imperio del bien común y de la inclusión social, en beneficio de la alicaída Democracia, que se desafíe el orden que la plutocracia reinante ha venido imponiendo mediando sus partidos políticos: Liberación, Unidad, PAC y los “religiosos”. A unos 256 días de las elecciones del 6 de febrero de 2002, estos temas buscan una candidatura presidencial que los asuma. En el entretanto, seguimos alentando nuestra campaña de PASAR FACTURA.

Agenda del FMI: “injusta, inequitativa y recesiva”

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

El diputado don Welmer Ramos González, economista de profesión, quien integra la actual fracción parlamentaria del Partido Acción Ciudadana (PAC), nos está indicando que la agenda del convenio que Carlos Alvarado Quesada y la plutocracia reinante a la cual él le sirve le quieren imponer a la sociedad, una agenda, que es “injusta”, que es “inequitativa” y que es “recesiva” desde la perspectiva económica.

Don Welmer no es cualquier legislador. Se acaba de lanzar a la precandidatura presidencial por el partido PAC y en las elecciones pasadas, las del 2018, se la disputó al hoy más que desacreditado mandatario.

Don Welmer, como diputado gobiernista que ha sido la mayor parte de la gestión gubernativa de su anterior contendor (ahora aparece como opositor), no puede eludir las graves responsabilidades que le competen en la promulgación de diversa legislación anti-obrera en la actual Asamblea Legislativa, por demás el parlamento más anti-obrero (con algunas excepciones de rigor), de las últimas décadas.

Sin embargo, pensamos que el criterio que ha emitido con relación al convenio con el FMI y el contenido del mismo, no puede pasar desapercibido, aunque se podría decir que es una posición oportunista y de carácter electorero. No obstante, es muy importante el decir de don Welmer.

Su conocimiento de los temas económicos y, además, haber estado dentro de la gestión ejecutivo-institucional que sirve a los intereses de la plutocracia reinante, su criterio nos generó gran interés que hoy compartimos con usted, estimable persona que nos hace el honor de leernos.

En sus declaraciones para el medio de comunicación digital elmundo.cr, don Welmer dice que la “…agenda que está proponiendo el Gobierno tiene varios proyectos que hay que verla en la integralidad sobre quién que es el que va a pagar el ajuste o quién es el que va a recibir el costo del ajuste, ¿si son los sectores económicamente más fuertes que están ganando dentro de la pandemia? Porque aquí hay sectores que están ganando, o si las cargas se van a ponerse sobre el ciudadano, sobre las pymes y entonces haría más desigual la economía y en lugar de reactivar la economía, causaría más recesión».

Don Welmer: no hay ninguna duda de quiénes serán los sectores pagadores del ajuste FMI: se trata del pueblo trabajador, asalariado y no asalariado, el desempleado, tanto como el micro-pequeño y mediano empresariado. No dude un minuto al respecto pues usted mismo lo reconoce: “aquí hay sectores que están ganando” y son “los sectores económicamente más fuertes que están ganando dentro de la pandemia”.

Tales sectores ganadores dentro de la pandemia, los definimos como la plutocracia reinante. Ésta, inmersa en una concentración de riqueza jamás vista antes en la historia nacional, no concibe la existencia de un sistema económico como usted lo plantea: «una economía se reactiva entre más fuerza tenga el mercado, si al mercado lo mueve los 5 millones de consumidores que tenemos en el país, entre más fuerza tenga el mercado entre más poder adquisitivo tenga la gente, más demanda generan y más venden las empresas y si las empresas venden entonces van a contratar más insumos y más gente para trabajar y ese es el círculo virtuoso, fortalecer la demanda para que las empresas vendan y entonces se genere el crecimiento económico».

Habría que proceder, para lo que usted apunta, con una ruptura o una disrupción que restaure el principio fundamental del Humanismo Cristiano cual es la centralidad de la política económica en la persona humana; y siendo usted persona de fe religiosa practicante, lo que está planteando ya no es viable, creemos nosotros, dentro de la colectividad partidista en la cual usted milita.

En todo caso, éste es un asunto que no nos concierne pues es de su soberana competencia. Sí conviene recordar que, en los inicios de su colectividad partidista, don Welmer, originales planteamientos de la misma tomaron en cuenta propuestas sindicales y sociales cuya centralidad se marcó en la persona humana.

Apunta usted que «entre más venden las empresas, más empleo habrá, y va a haber más recaudación de impuestos y si hay más recaudación de impuestos y más PIB, la relación deuda PIB, comienza a disminuir aceleradamente, por qué el PIB crece rápidamente y porque los ingresos del Gobierno también».

Al respecto pensamos, su criterio adolece (al menos en la publicación que comentamos), de dos elementos fundamentales: 1) Más recaudación de impuestos con el estado actual del sistema tributario del país, caracterizado por su regresividad y su corrupción; si no se transforma radicalmente, implicará más concentración de riqueza para los evasores tributarios. 2) La caída de los ingresos del Gobierno es dramática desde la perspectiva del pago diario de los obscenos intereses de la deuda; pues éstos tienden a crecer y se llevarían esos “nuevos” ingresos fiscales.

No obstante, ello que una persona de su posicionamiento político actual reconozca que el convenio con el FMI es una “agenda injusta, inequitativa y recesiva desde la perspectiva económica, y lo que se está tratando es de hacer un ajuste brutalmente injusto y un ajuste en contra del ciudadano», se le debe reconocer el valor que tiene, en la alimentación de la urgente y necesaria conducta cívica de resistencia militante que la Democracia costarricense requiere en estos momentos.

Intereses de la deuda pública: casi ¢6 mil millones diarios

Albino Vargas Barrantes, Secretario General de ANEP

Para ser exactos, el dato correcto es 5 mil 812 millones 458 mil 333 colones con 33 céntimos (¢5.812.458.333,33). Para que lo entendamos y comprendamos mejor, hablemos de 6 mil millones de colones ¡cada día!

Y si usted quiere tal dato por hora, la cantidad es de 242 millones 185 mil 763 colones (¢242.185.763). También, para mortificarle más y con solicitud de previa disculpa de su parte, se lo damos por minuto: 4 millones 36 mil 429 colones (¢4.036.429). Y, ¿lo quiere por segundo? (majadero yo): 67 mil 273 colones con 81 céntimos (¢67.273,81).

¿De qué estamos hablando? Pues del pago escandaloso, obsceno y, si se quiere, hasta inmoral y socialmente criminal, de los intereses de la deuda pública; de cuyo monto global no queremos recordarnos al momento de escribir este artículo. Es un monto que, desde nuestra visión de clase, resulta impagable.

¡Veamos! Con la gran pompa escénica y mediática con que el Ministro de Hacienda, señor Elián Villegas Valverde, suele hacer sus “cruciales” anuncios periódicos sobre el estado de las finanzas públicas; su más reciente aparición fue para darnos a conocer que en el primer cuatrimestre del presente año 2021 (meses de enero, febrero, marzo y abril), el pago de intereses de la deuda pública ascendió a los 697 mil 495 millones de colones (¢697.495.000.000); una cifra tan grande como que es equivalente a 1,84% del Producto Interno Bruto (PIB). 

Se estima que, en la actualidad, un punto porcentual del PIB equivale a 378 mil 510 millones de colones (¢378.510.000.000)

Si tomamos esta gigantesca cantidad de plata, 697 mil 495 millones de colones (¢697.495.000.000); y la dividimos entre cada uno de los 120 días que tiene el primer cuatrimestre del año en curso (31 de enero, 28 de febrero, 31 de marzo y 30 de abril); pues nos da la cifra de un pago diario de intereses de la deuda pública, cada 24 horas, de 5 mil 812 millones 458 mil 333 colones con 33 céntimos (¢5.812.458.333,33). Disculpen la reiteración. Estamos redondeando esta cifra a 6 mil millones de colones diarios, para una cabal comprensión de la monstruosidad de este crimen social que significa el pago cotidiano de intereses de la deuda pública.

¡Sí! Es un crimen social porque esa plata diaria, esos 6 mil millones de colones, se los sacan al pueblo trabajador con empleo o sin él; se los sacan a las micro, pequeñas y medianas empresas; se los sacan a las capas medias y a quienes laboran por cuenta propia; se las sacan a las personas trabajadoras estatales mediando su pago riguroso de la renta salarial.

Esto es así por cuanto el sistema tributario costarricense es perversamente corrupto e injusto: pagan más los que menos tienen y quienes tienen más, evaden y eluden su correspondiente pago de tributos, hacen toda clase de triquiñuelas para no pagar lo que por ley deben, esconden la plata en paraísos fiscales, disfrutan de exenciones y exoneraciones, amén de tener acceso a las multimillonarias operaciones de compras, adquisiciones y construcciones que necesita el sector público.

Nosotros estimamos que, mediando esa gigantesca deuda y su pago obsceno y criminal de intereses, no será posible proyectos de reactivación económica realmente consistentes. Creemos que los políticos tradicionales mienten, descaradamente, cuando se llenan la boca hablando de reactivación económica y el tema de la deuda pública y sus criminales intereses, no lo abordan ni en lo más mínimo.

La deuda pública del país, aunque mayoritariamente es de carácter interno; y, dentro de este carácter interno, gran parte de ella es entre instituciones estatales, necesita ser auditada y con sólida participación ciudadana. Además, requiere una profunda reestructuración y reingeniería de modo tal que resulte más “humanitario” su manejo.

Con el estado actual de cosas en materia de deuda pública, no es el pueblo trabajador el que está ganando; por el contrario, es el que está pagando. Y este asunto de la deuda pública y su pago de intereses, representa un punto fundamental del sostén ideológico-financiero del desprestigiado sistema político-partidista actual que, como todos lo percibimos, nos ha venido hundiendo como sociedad.

Con miras a la elección presidencial y diputadil del 6 de febrero de 2022, a 263 días de PASAR FACTURA, será importantísimo tener en cuenta los diferentes discursos de campaña, en cuanto a ver si estos hablan de varios temas tabú que, por lo general, no se abordan dado que tocan los intereses económicos más formidables de lo que ha llegado a ser la plutocracia reinante y gobernante.

¿Cuáles son esos temas?: la deuda pública y su socialmente criminal pago de intereses; el sistema tributario injusto y corrupto; la política salarial y, específicamente, el salario mínimo; la reactivación económica y el ABC de las políticas públicas congruentes de esta, por ejemplo. Vamos a hablar mucho de esto y de temas asociados en próximas columnas.

Para terminar, fíjese usted que la lectura del presente artículo se hace en 7 minutos, aproximadamente. Esto quiere decir que, una vez que usted concluyó de leerlo hubo que pagar poco más de 28 millones de colones adicionales de intereses de la impagable deuda pública costarricense.