El déficit fiscal nunca se corregirá sin…

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

El déficit fiscal nunca se corregirá sin… una TRANSFORMACIÓN TRIBUTARIA ESTRUCTURAL. Noten que lo pusimos todo en mayúsculas. Así de grave vemos la situación.

Nuevamente se gesta una ofensiva ideológico-psicológico-mediática para asustar a la población, pues el Banco Central de Costa Rica (BCCR) anunció que, al terminar el presente año 2019, el déficit fiscal llegará a los 6,3 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB).

Según los neoliberales, esto ya es una tragedia para la economía nacional y algo desestabilizante para la misma. Entre otras cosas, argumentan que la orden que le da al país la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económicos (OCDE) es que no se debe superar la barrera del 3% en materia de déficit fiscal; por tanto, duplicarlo y más es algo trágico.

Nosotros pensamos que lo realmente trágico y desestabilizante para la economía nacional es, por una parte, que sigamos sin realizar la TRANSFORMACIÓN TRIBUTARIA ESTRUCTURAL (otra vez, lo ponemos en mayúsculas), la cual debe pasar a ser de carácter progresivo: que paguen más los que más tienen, que paguen lo correcto y que no lo escamoteen, que no se dejen lo que recaudan, que no lo escondan en paraísos fiscales.

Por otra parte, lo realmente trágico y desestabilizante para la economía, para la convivencia social y para el mismo sistema político, es que el país siga endeudándose más y más, por tanto, pagando cada vez más altos intereses.

El déficit fiscal nunca se corregirá sin que, precisamente, se haga una auditoría ciudadana de la deuda pública, mediando ley de la República, para que la generación actual de costarricenses y las siguientes sepan cómo fue que llegamos a esta peligrosa y espantosa situación.

El déficit fiscal nunca se corregirá si no se modifica la vergonzosa y cruel circunstancia de tener entre 8,2 y 8,5 puntos PIB de evasión-elusión de impuestos en todas sus manifestaciones legales y/o ilegales; y si se sigue tolerando que en cuanto a exenciones-exoneraciones haya 6 puntos PIB.

¡Qué barbaridad! ¡Sumen! Hay 14 puntos PIB, al menos, para conseguir bajar los 3 puntos PIB de exceso del déficit fiscal ordenado por la OCDE; sin más tributos para nadie, ni siquiera para esos grandes “empresaurios” archi-enriquecidos con todos los mecanismos de robo de impuestos.

El déficit fiscal nunca se corregirá si no ventilamos de manera totalmente pública cómo es que los banqueros tienen depositados en el sistema financiero nacional casi 33 mil millones de dólares; gigantesca cantidad de plata que si la convertimos a colones equivale a unos 55 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) del país.

¡Impresionante! 55 puntos PIB es, cifras más, cifras menos, igual a 18 veces el porcentaje de déficit fiscal que la OCDE pide que rebajemos, pues esta solamente autoriza al país a 3% y al terminar el 2019, superaremos los 6 puntos.

Hace tiempo venimos insistiendo en que deberíamos, como país, como sociedad, lograr un gran acuerdo nacional en materia de déficit fiscal, en el sentido de que se debe establecer un porcentaje de este con el cual podríamos vivir y, paralelamente, el porcentaje con el cuál no se podría vivir.

Jugando con la cifra “alarmante” de 6,3 puntos PIB de déficit al terminar este año, ¿por qué no buscar un acuerdo para ver cómo se buscan ingresos fiscales frescos por el orden del 3%, o del 3,1% PIB, mediando ese gran acuerdo nacional, de tal suerte que nos quedemos con 3% para vivir en el entretanto se llega a la ansiada y necesaria TRANSFORMACIÓN TRIBUTARIA ESTRUCTURAL (una vez más, en mayúsculas)?

Nosotros pretendemos abordar este sensible tema de cara a los interlocutores gubernamentales del proceso de diálogo-negociación que, en próximas horas y días, sostendrá la articulación de grupos de la sociedad civil Encuentro Social Multisectorial, con autoridades políticas del actual gobierno de la República. 

Con todas las reservas, dudas, incredulidades y desconfianzas que genera desde ya un proceso así, en el marco de las condiciones sociopolíticas y económicas en que está el país en estos momentos; vamos a dar nuestro mejor esfuerzo para posicionar una visión alternativa en esta sensible materia del déficit fiscal y todas sus cuestiones conexas.

Que nos perdonen los especialistas de uno y de otro bando, incluso los amigables con la lucha social, pero es que este tema del déficit, de los impuestos, del robo de los mismos, de los banqueros, de la deuda y sus abultados intereses, está afectando a “Raymundo y a todo el mundo”; a “los y las de abajo” más que nadie. Entonces, el asunto debe ser de interés general, especialmente de interés popular.

Porque si esto estalla, como nos lo están pronosticando ellos mismos, “los y las de arriba”, sencillamente se irán del país con su plata y nos dejarán a las mayorías en mayores niveles de sufrimiento, de empobrecimiento, de esclavitud económica y de precarización social al máximo. ¡Qué va! Llegó la hora de que “los y las de abajo” hablemos con contundencia al respecto y con esa lógica de pueblo, cuyo sentido común se viene imponiendo ante los desmanes de los todavía poderosos. 

Explosivos: ¿la conjura del miedo otra vez?

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

La serie de colocación de artefactos explosivos en espacios públicos, en las últimas semanas, tuvo un notable episodio el pasado sábado 27 de julio de 2019, con lo acontecido en las afueras de las instalaciones de Televisora de Costa Rica (la empresa), junto a las instalaciones físicas del medio, Telenoticias de Canal 7.

Los otros dos ocurrieron en las afueras del bulevar de la Asamblea Legislativa, al pie de la ventana de una oficina diputadil; y el otro, en las afueras de la entrada principal de la sede central del Ministerio de Hacienda, en la Avenida Segunda de la capital.

Desde la corriente sindical en la cual militamos nos aprestamos a expresar nuestra condena por ese acto, indicando mediante un texto twitter lo siguiente: “Debemos condenar enérgicamente el lanzamiento del artefacto explosivo frente a las instalaciones de Canal 7. Las ideas se combaten con ideas. Ojalá las autoridades competentes sean contundentemente eficientes. ANEP”. ¡Lo sostenemos!

“Las ideas se combaten con ideas”. Es innegable que el actual debate sociopolítico y económico que se da en nuestra sociedad actual, está mostrando una confrontación entre ricos y pobres. ¡Duélale a quien le duela! Y se vienen definiendo posiciones en los más diversos ámbitos de la comunidad costarricense, según la ubicación de clase y/o la proximidad o afinidad, por oportunismo o por convicción, hacia un lado o hacia el otro.

Lo que hemos venido notando es que las ideas del campo popular están cogiendo más fuerza por estos meses; contrario a lo que sucede en el campo hegemónicamente dominante y su prensa afín, especialmente la del periodismo del odio y la que le chupa rueda a éste.

Con ocasión de otro episodio confrontacional fuerte vivido en los últimos tiempos, el asunto del tratado de “libre” comercio (TLC) con Estados Unidos (mismo que culminó con el “frauduréndum” del 7 de octubre de 2007); gran acontecimiento fue el Memorándum del Miedo, uno de cuyos autores fue el entonces Vicepresidente de la República, señor Kevin Casas Zamora, quien tuvo que renunciar a ese cargo, de manera humillante.

En aquel momento se descubrió que el documento que defenestró para siempre al señor Casas Zamora, (por cierto, hoy “refugiado” en un importante cargo internacional pues su futuro político en el país se castró dado el indicado acontecimiento), resultó producto de una planificada conjura urdida en los ámbitos del real poder, ante la inminente derrota que sufrirían los abanderados de ese TLC, quienes venían perdiendo la lucha en el campo de las ideas.

Acudir al expediente del miedo fue lo que se les ocurrió para evitar perder su apuesta política máxima en ese entonces por dicho tratado que, por cierto, y a poco más de una década de su imposición, salta a la vista que más bien perjudicó al país.

En esta ocasión, la del explosivo que estalló en las afueras de Canal 7, el director del medio de comunicación colectiva impreso más fervientemente partidario del gobierno de don Carlos Alvarado Quesada, al comentar lo acontecido espetó, sin pelos en la lengua y sin conectar la misma al cerebro, que ello tiene explicación en la “retórica violenta” de los líderes sindicales; mostrando así su orientación ideológica que ha convertido a su periódico, no solamente en la vocería oficial gubernamental, sino en militante del periodismo de odio que se ha venido imponiendo en nuestro país por parte de la prensa de ese señor y de quienes le chupan rueda.

Cualquiera puede argumentar, entonces, siguiendo la línea de odio confrontativa de dicho director de ese medio llorentino, que los artefactos explosivos de los últimos días, son montajes por parte de personas o grupos pagados por los dueños del poder real en nuestra sociedad, con la intención de meter miedo a la ciudadanía a fin de que ésta no exprese su descontento de manera militante; y, por el contrario, se apiade de la integridad de los atacados y de lo que ellos representan y significan en el confronto de clase que está ocurriendo en nuestra sociedad en estos momentos.

Es decir, que estaríamos ante una especie de estrategia de conjura del miedo por parte de los sectores dominantes, para que los dominados, cuya movilización y cuestionamiento está in crescendo estratégico, no atiendan más llamados convocantes para el ejercicio libre de la Democracia de la Calle.

La irresponsable temeridad de lengua floja del periodista-director llorentino estimula la construcción popular de la conjura del miedo que impulsarían los sectores dominantes que él representa con su práctica del periodismo de odio, con sus presuntos auto-atentados.

Una oportunidad para la paz social

Por: Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Escribimos el siguiente comentario en la tarde del domingo 28 de julio, a pocos días de la apertura, este jueves 1 de agosto de 2019, de un proceso de diálogo y de negociación entre las representaciones del Encuentro Social Multisectorial (ESM), con autoridades políticas gubernamentales.

Los acontecimientos de protesta social de las últimas semanas y de los últimos días son expresiones inobjetables de una sociedad marcada por la pobreza, por la exclusión, por la desigualdad, por la corrupción, por el engaño y la estafa político-electorales prolongadas; y, por un proceso concentrador de riqueza que va de la mano con el desmontaje de la institucionalidad del otrora fuerte e incluyente Estado Social de Derecho; generador éste de movilidad y de inclusión, pese a sus desatinos, desviaciones, asaltos, corruptelas y secuestro corporativo-gremial en algunos casos.

Por si todo ello no fuera poco, tenemos un sistema tributario perversamente injusto y regresivo; un endeudamiento-país de inconmensurables cantidades para un pequeño Estado de 5 millones de habitantes; un pago de intereses derivado de ello que carcome el presupuesto de la República arrasando con todos los servicios públicos del Estado central; y un déficit fiscal de proporciones “apocalípticas” (superior al 6% del Producto Interno Bruto -PIB-, al finalizar el presente año 2019), según el decir económico-neoliberal dominante.

Además, existe un sistema bancario-financiero cuyos depósitos en moneda extranjera y en pocas manos, nos muestra una cantidad de dinero de tanta magnitud, muy similar al de la deuda pública que nos estrangula como sociedad.

Por otra parte, en cuanto al sistema político de la democracia representativa, el contexto nos muestra al presidente de la República más impopular desde que se hacen encuestas de medición de la gestión de los gobernantes ejecutivos; un gobierno sin credibilidad y con una desconfianza de la ciudadanía en el mismo que no para de crecer; un parlamento que dramatiza como ninguna otra institución republicana la lejanía entre el gobernante y los gobernados; y un sistema judicial muy criticado y cuestionado en cuanto a sus cúpulas de la alta magistratura como la constitucional.

¿Se podrá negociar justas peticiones sociales con un gobierno en estado calamitoso? ¿Se podrá creer que, si tan solamente se diera un acuerdo, éste sería plenamente honrado? ¿Se podrá confiar en una mediación endeble con una Defensoría a la que algunos le critican por tener, presuntamente, un sesgo parcializado hacia posiciones gobiernistas, por un lado; y, por otro, con una Iglesia Católica que primero quería ser actora, luego se esquineó para ser “mediadora”, y finalmente, salió en carrera ante la primera gritería que le pegó el capital mediático?

El Encuentro Social Multisectorial (ESM) está plenamente consciente de que es éste el escenario en el cual se abrirá tal proceso de diálogo y de negociación, mismo que (si nada cambia en las próximas horas), sería instalado por el señor Carlos Alvarado Quesada, como cabeza del Poder Ejecutivo.

Pese a todo ello, nosotros pensamos que estamos en presencia de una oportunidad para la paz social.

En de gran relevancia, en tal sentido, que la mayor parte de la población pudiera tomar nota y adquirir plena conciencia de la importancia del temario objeto del proceso. Dentro de él destacamos el impulso a legislación contra los intereses de usura y contra el altísimo precio de los medicamentos; la desactivación de los nefastos proyectos contra el derecho constitucional de huelga y de la manifestación y contra la precarización al máximo del empleo público.

Se pretende evidenciar el estado de ruina de miles de agricultores costarricenses para los cuales urge proceder con la compra de sus deudas. Tanto la autonomía del régimen municipal como la del sistema cooperativo, urgen de ser restablecidas; tanto como el que no se puede esperar más ya que el país dignifique a sus cuerpos policiales cuyos salarios y condiciones de trabajo han sido precarizadas.

El daño magno a las economías personales y familiares con la imposición del injusto impuesto al valor agregado (IVA), es otra prioridad, al contrastarle en mesa con lo que está en el plano de la transformación tributaria estructural (informe legislativo Los Papeles de Panamá); como no deja de ser de gran interés del EMS que podamos entrarle, como país, a una auditoría ciudadana de la deuda pública. La precaria situación del transportista nacional y del sector pesquero, están como puntos centrales del proceso negociador mencionado.

El nuevo actor social que emergió de una manera impresionante e impactante, el estudiantado de secundaria, necesita una discusión política de fondo sobre temas sensibles como la educación dual y las pruebas FARO (entre otros), de tal suerte que estos procesos deben detenerse si se quiere transparencia y sinceridad en un diálogo real y efectivo como el importante sector social aglutinado en el ESM.

Aspiramos a potenciar el marco de acción para mayores procesos unitarios, considerando que la aglutinación en el Encuentro Social Multisectorial es solamente una expresión de unificación de acciones de lucha y de agregación de agendas, para lograr audición calificada de quienes toman decisiones en las instancias de poder formal. Al menos, esa es la aspiración.

El otro lado de la acera de la confrontación, esa parte del poder real escudado en matrices mediáticas impulsoras de prácticas periodísticas de odio y con fuerte control de la institucionalidad republicana formal, no tolera el disenso y desea el exterminio de toda forma civil activa de resistencia.

A pesar de que los diferentes liderazgos sociales tenemos plena claridad de ello, el proceso de articulación unitaria general, sigue pendiente. Si superamos esto, podríamos estar ante escenarios estratégicos de enorme impacto para las mayorías obreras, laborales, sociales y ciudadanas.

André Garnier Kruse y el salario mínimo

Si alguien tenía alguna duda de la orientación ideológica fundamental de la política económica del actual gobierno del tripartidismo PLUSC-PAC, nada mejor que ponerle mucha atención a las declaraciones de prensa que dio el señor André Garnier Kruse, quien ahora ostenta el cargo oficialmente denominado como Ministro de Coordinación Económica; pero que y según nuestra perspectiva, desde el punto de vista de la actual hegemonía predominante en el seno del actual gobierno Alvarado-Piza, representa un función de comisario político del alto corporativismo empresarial designado por la UCCAEP con tal propósito.

Para el señor André Garnier Kruse, un verdadero superministro, “Costa Rica tiene un salario mínimo muy alto”, lo cual -según él-, se le resta competitividad al país, por lo menos en algunos productos como los de la actividad del agro nacional. Además, aseguró que se deben hacer “algunos cambios en cuanto a las cargas sociales”; y, que nuestro país está entre las naciones “que tienen las cargas impositivas más altas del mundo”. (Entrevista para el Semanario Universidad, 10 de julio de 2019).

Estos tres criterios nos notifican la ruta de carácter estratégico que piensan seguir esos grandes sectores hegemónicamente dominantes, los del poder real en la sociedad costarricense actual. Para quienes hace tiempo venimos denunciando el perverso camino que se le ha impuesto a nuestra Patria de más empobrecimiento, más desigualdad y más concentración de la riqueza, lo que don André Garnier Kruse está indicando, no es nada nuevo.

Lo que sí nos llama la atención, ahora, es ya no únicamente el cinismo político, descarnado y deshumanizado de cómo se plantea; sino que, nos facilita la comprensión cabal de que, efectivamente, el escenario actual es de lucha de clases en el país: ricos contra pobres; los y las de arriba contra los y las de abajo.

La pretensión de los ricos, hegemónicamente controladores del poder real, de que se baje el salario mínimo en un país que, si no es el más caro de la región latinoamericano, está en los primeros lugares al respecto, es algo espeluznante; especialmente porque no solamente ese salario mínimo ha decaído en cuanto a poder adquisitivo, sino que en un alto porcentaje se violenta, no se cumple y no hay forma de que la política pública ataje esta barbaridad, con eficiencia.

Plantear la disminución del salario mínimo no es más que una pretensión macabra de desvalorizar al máximo el valor de la fuerza de trabajo, considerando que, prácticamente, la mitad de la Población Económicamente Activa (PEA), está en la informalidad, en el empleo precario. “Bajemos el salario mínimo, de por sí, sobra gente para contratar que está dispuesta hasta laborar por un plato de comida”: éste podría ser el pensamiento de fondo que podríamos derivar del criterio de don André Garnier Kruse.

Por otra parte, él lanza un ataque al corazón de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), al hablar de bajar “cargas sociales”. En las mentes desalmadas atiborradas de plata, la inversión en salud y en seguridad social es una “carga”; es una concepción reaccionaria en materia de explotación de la mano de obra de manera inmisericorde, que hay que rechazar tajantemente.

En lo que sí se podría pensar con seriedad, en materia de responsabilidades de Seguridad Social y de orden tributario, es en las que son en competerle al micro-pequeño y mediano empresariado del país; de forma tal que la política pública les coadyuve a su observación plena; dándoseles un trato diferenciado pero transfiriéndole a la Caja, por ejemplo, los dineros correspondientemente suplementarios, producto de la captación de esa mega-cantidad de recursos que andan, por la libre,  en la economía, dado que el país no ha procedido a la implementación de una transformación tributaria estructural.

Otra de las afirmaciones formuladas por don André Garnier Kruse (esclarecedoras acerca del proyecto estratégico en desarrollo que se le está imponiendo a la sociedad para, por una parte, acrecentar la acumulación de riqueza en los grupos político-económicos que él representa y para los cuales se gobierna; y, por otra, aumentar la explotación de la clase trabajadora al máximo y arruinar a la arrinconada clase media); es esa de que en nuestro país tiene “una de las cargas impositivas más altas del mundo”. ¡Tremendamente discutible es esta afirmación!

En la publicación electrónica BBC Mundo (https://www.bbc.com/mundo/noticias-47572413), nos encontramos que según datos de la OCDE, para el 2016, Costa Rica estaba colocado en el sétimo lugar de la tabla de países de América Latina en materia de impuestos con relación al Producto Interno Bruto (PIB). Los primeros seis países de la región al respecto y en su orden, eran Cuba, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia y Nicaragua.

Por otra parte, Costa Rica no aparece entre los diez primeros lugares del planeta en cuanto a tasas impositivas (http://diarioretailsudamericabusiness.com/usa/4927/); pero sí, ¡vergonzoso!, aparecemos en el top ten de los países más desiguales del mundo: en el lugar número 8 (https://es.panampost.com/mamela-fiallo/2018/07/04/latinoamerica-tiene-8-de-los-10-paises-mas-desiguales-del-mundo/).

Como ustedes habrán visto, por la boca muere el pez. Don André Garnier Kruse habló sin pelos en la lengua. La lucha social de estos tiempos es más que justificada, es ética y moralmente correcta. ¡Los y las de abajo tenemos la razón!

Recesión económica a la vista… pero no para Don André Garnier Kruse

Por Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

En una reciente entrevista periodística, don André Garnier Kruse, el nuevo “zar” de la reactivación económica del país, le dijo al empresariado que él representa que “tengan confianza porque la situación de inestabilidad económica del país ya superó su etapa más crítica”…; agregando que “yo no diría que la economía está deprimida, pero sí ha bajado el crecimiento. Es un tema muy crítico, tenemos muchos meses ya donde el IMAE viene con una tendencia de decrecimiento…” (Semanario Universidad, 10 de julio de 2019). ¿Entonces?… ¿Qué es esto?

Parece que don André se está contradiciendo él mismo. Si la inestabilidad económica del país ya superó su etapa más crítica y el IMAE (Índice Mensual de Actividad Económica) tiene ya muchos meses con una tendencia de decrecimiento, ¿no está siendo congruente don André con relación a la situación económica del país, si el propio Banco Central de Costa Rica (BCCR) ya está hablando de que la recesión económica está a la vista?

Efectivamente, ha trascendido que la producción en la agricultura tiene ya nueve meses de cifras en rojo; que la construcción ajusta tres meses en reversa; y que la actividad de extracción minera y de canteras lleva ya ocho meses de decrecimiento. Datos revelados por estas fechas provenientes del indicador IMAE que maneja el Banco Central de Costa Rica (BCCR).

La realidad es más cruda. Más allá de los casos concretos mencionados de estancamiento y de retroceso económico indicados, la perspectiva global no es la mejor. La apuesta única que ha hecho el presente gobierno por una reforma fiscal muy ideologizada parece que, en vez de generar confianza, produce gran incertidumbre y como es más que notorio, el rechazo social de amplias mayorías no va a mermar por más diálogo y buena voluntad que las partes quieran demostrar al respecto.

Entonces, estamos en presencia de una mezcla muy peligrosa: inestabilidad económica e inestabilidad social, a la vez.

La reforma fiscal impuesta ha fracasado y solamente ha servido para hacer daño a quienes menos responsabilidad tienen por el desastre nacional de las cuentas públicas del país. Sin corregir los altísimos niveles de fraude fiscal (especialmente, la evasión y la elusión); y, manteniendo un sistema tributario regresivo con una baja carga impositiva, los especialistas afirman que la economía, ya de por sí poco dinámica, va hacia la recesión. Es esto lo que no parece y no quiere comprender el mandamás ideológico de la economía del país en estos momentos, don André Garnier Kruse.

Por el contrario, a juicio de este señor, el dinamismo de la economía solamente se recuperaría bajando el salario mínimo, reduciendo “cargas sociales” y aumentando la jornada laboral, flexibilizándola. Es decir, centroamericanizar el sistema productivo costarricense.

Además, ideológicamente hablando, sus “seguidores” dentro del propio gobierno del cual él forma parte y quienes le sirven en la Asamblea Legislativa, tramitan iniciativas de ley antidemocráticas como la anulación de libertades sindicales y del derecho constitucional de huelga; amén de las medidas para flexibilizar las normas de despido del empleo público, impulsando la desinstitucionalización total de la prestación de los servicios públicos.

Piensan los especialistas que centran en la promoción de bien común y en el retorno de las políticas públicas para la integración social, el mejor freno al riesgo de recesión económica; ayudaría mucho impulsar iniciativas de ley como el combate a la usura, darle al Banco Central la responsabilidad de promoción del empleo como parte de su actividad estratégica; destinar muchos recursos (que los hay y de sobra), para emprendimientos productivos en zonas rurales, adicionando iniciativas en este marco del desarrollo enfocadas en mujeres y en personas jóvenes.

Definitivamente, parece que una recesión económica de consecuencias sociales graves, encontrará a don André Garnier Kruse mirando para otro lado.

JAPDEVA lo hacía mejor y más barato

Por: Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Es nuestro respetuoso criterio de que todas las fuerzas vivas de Limón, de la provincia de Limón; así como todas las conciencias patrióticas y organizaciones cívicas de toda naturaleza, debemos demandar, por múltiples formas y de manera activa, la rescisión-anulación del abusivo contrato que le entregó los muelles del Atlántico a la firma transnacional holandesa APM Terminals, en condiciones totalmente perjudiciales para la economía nacional, para la estabilidad social y para las golpeadas finanzas públicas.

Resulta impactante que desde el propio sector empresarial de los macro-negocios, ese mismo que en su momento aplaudió al “exterminio” institucional de Japdeva para que se instaurase el monopolio privado en la actividad portuaria de los muelles del Atlántico; ahora salga un potente clamor de que APM está, a su vez, prácticamente propiciando el “exterminio” de la estratégica actividad exportadora del país; al menos, la que sale del país por la provincia de Limón que, como es bien sabido, es el lugar del movimiento del 80% del comercio internacional de Costa Rica.

En una especie de acción desesperada y sin el apoyo de la máxima central sindical-empresarial del país, la UCCAEP, 17 cámaras del sector productivo nacional emplazan al mandatario costarricense, Carlos Alvarado Quesada, solicitando que se renegocie el contrato (más que leonino, como demostrado está ya), con APM-Terminals.

Alegan los empresarios reclamantes que las altísimas tarifas que les están cobrando por usar las terminales portuarias, les resta competitividad.

En tal sentido resulta necesario mencionarlo una y muchas veces más, aunque caigamos mal: ¡Lo dijimos! Con mucha argumentación en su momento, desde el movimiento sindical ligado a la actividad portuaria de Limón, se indicó que las tarifas de operación, en caso de concesión a una transnacional la operación de los muelles del Atlántico, subirían hasta en un 300%. “Para justicias el tiempo”: prácticamente así es hoy en día.

Lo que corresponde ahora es encontrar la solución a tan grave problema denunciado por esas 17 cámaras empresariales, mismas que están resentidas por el abandono que les hace en esta lucha, su casa-madre en cuanto agrupaciones del sector productivo. ¡La UCCAEP les dio la espalda!

Según nuestra visión del problema no hay más camino que el de la rescisión-anulación del contrato con APM-Terminals y, a la vez, rehabilitar a Japdeva para que reasuma la operación de los muelles de Limón.

El reclamo de las 17 cámaras empresariales es un reconocimiento tácito a que Japdeva lo hacía mejor y lo hacía más barato. Sabemos que jamás lo dirán de manera explícita, pero es lo que interpretamos cuando le piden al Gobierno “renegociar” el contrato con APM-Terminals, situación que esta transnacional jamás aceptaría.

Esos 17 sindicatos patronales (cámaras en el lenguaje empresarial), proveen los argumentos para fundamentar un proceso de rescisión pues, según las deficiencias que muestra APM-Terminals, el problema es más profundo y grave; como grave es, de por sí ya, las altísimas tarifas de operación.

Las deficiencias de APM son éstas, según reporte de prensa que da cuenta del reclamo empresarial:

  1. Demoras por congestión en la entrada al puerto genera impactan la cadena de frío y calidad para la carga refrigerada perecedera.
  2. Atrasos en el reporte de fallas de las unidades reefer, que se deriva en pérdidas de fruta.
  3. Fallas en los procesos crean demoras en la rotación de los buques e incumplimiento de las ventanas de atraque acordadas.
  4. Restricción recurrente de recepción anticipada de carga refrigerada no existe en otros puertos y ocasiona costos adicionales.
  5. Contenedores extraviados o dejados de embarcar por problemas en el sistema o fallas en la información.
  6. Software de manejo de la terminal falla con frecuencia.
  7. Incremento en daños físicos a los contenedores (cargados y vacíos).
  8. Proceso para efectuar reclamos por daños a los contenedores es complejo y lento, diseñado para desalentar los reclamos.
  9. Demora de dos horas desde piloto a bordo (POB) al buque all fast.
  10. Tiempo desde buque all fast hasta inicio de la operación “free pratique” tarda hora y media más de lo común.
  11. Lo último además ocurre con el espacio entre la operación de carga y la orden de zarpe.
  12. Grúas pórticas mantienen baja productividad.
  13. Atrasos impactan logística de transporte.

Adicionalmente, el factor social es de igual naturaleza peligrosa: la enorme cantidad, miles se dice, de empleos en riesgo y hasta se ha mencionado la cifra de 5 mil en el sector piñero, solamente. Es impensable que la irresponsabilidad de un gobierno pueda llegar a tales niveles de deterioro como para poner oídos sordos al potente reclamo empresarial; así como al que, con seguridad, habrá que complementar con un fuerte reclamo obrero. Japdeva lo hacía mejor y más barato.

La ministra de Hacienda debe irse

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

El más reciente anuncio público de parte de la señora Rocío Aguilar Montoya, ministra de Hacienda, es muy revelador del fracaso de su gestión. Nosotros pensamos que debe irse. Creemos que ella está matriculada, ideológicamente, con una visión del desarrollo de la sociedad que ha fracasado; y, por el contrario, se impone otro enfoque del problema fiscal del país.

Nos dice esta señora que el déficit fiscal no baja y que vamos hacia los 6 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB), al finalizar este año 2019, considerando que a la mitad del mismo se llegó al 3%.

Prácticamente está indicándonos que se avecina otro paquetazo de impuestos en el corto plazo; mismo que, una vez más, recaerá sobre las espaldas de las mayorías populares y ciudadanas, habida cuenta de que, por su posición ideológica, dicha jerarca no está dispuesta a impulsar transformaciones tributarias estructurales, sin las cuales, nos seguiremos hundiendo en el precipicio del pago de la deuda y sus más que abusivos intereses.

Según nuestro entender, escuchando y leyendo a personas y entidades especializadas, se requiere, al menos, una sólida intervención política para entrarle fuerte al problema fiscal del país que, como lo hemos dicho muchas veces, es sumamente grave; pero tal gravedad no es imputable ni a la clase trabajadora (en todas sus clasificaciones), ni al micro, pequeño y mediano empresariado.

Dice la Ministra de Hacienda que dos factores siguen jugando para que estemos en la ruta perversa del alto déficit fiscal: la desaceleración económica y el alto pago de intereses de la deuda.

Entonces, por un lado, hay que potenciar la necesidad de efectuar una auditoria ciudadana de la deuda, tal y como fue practicada en otros países. El nuevo espacio de confluencia de fuerzas sociales que se ha coaligado en el Encuentro Social Multisectorial (ESM) ya está avalando nuestro planteamiento al respecto; planteamiento que viene también respaldado por un notable grupo de empresarios que estiman que la deuda pública del país es un barril de pólvora cuyo estallido sería de inenarrables consecuencias. 

Por otra parte, expertos indican que Costa Rica tiene desafíos fiscales estructurales que, a nuestro juicio, ni siquiera se mencionaron con ocasión de la tramitación de la traumática ley del combo fiscal, mal llamada de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.

Esos desafíos fiscales estructurales plantean aspectos como que el gasto público es insuficiente y sumamente rígido; hay poca transparencia en la ejecución del gasto; los ingresos públicos son insuficientes para cubrir los gastos; la carga tributaria es rígida; los resultados del combate a la evasión son muy pobres; la estructura tributaria no permite el combate a los FIC (flujos ilegales de capital, léase dinero sucio, dinero del narcotráfico); la estructura tributaria es regresiva; gastos tributarios como estrategia de competitividad; y, la deuda pública tiene rasgos de insostenibilidad, es decir, que no se puede pagar.

¿Qué es lo que está pasando?

La clase política tradicional, entendida ésta como las cúpulas y las estructuras partidarias centrales de los partidos Liberación, Unidad y Acción Ciudadana, pretenden continuar ignorando la naturaleza profunda y extendida del malestar ciudadano, laboral, social y hasta empresarial.

Por otra parte, las matrices mediáticas todavía hegemónicas continúan sosteniendo un estado de cosas que hace aguas por todo lado.

Particularmente, los señores Ignacio Santos y Armando González, así como las señoras Silvia Ulloa y Amelia Rueda, deben responsabilizarse también de lo que nos está pasando, pues ellos representan ya actores políticos en el amplio sentido del término.

Afortunadamente a ellos, como contrapartes del escenario confrontativo-polarizador que está más al rojo vivo que nunca antes, los cobija la Democracia; esa Democracia que también nos cubre a quienes estamos en la activa protesta social y sus diferentes y multifacéticos episodios de movilización que se han venido dando y que continuarán presentándose.

Esta clase política, estas personas directoras de los indicados medios de prensa, más el gran “empresauriado” (básicamente aglutinado en la UCCAEP), representan los sectores ganadores de un modelo económico y de distribución de la riqueza que la ha concentrado en grado sumo; y que, por tanto, ha tirado a miseria, a la pobreza, a la vulnerabilidad de pobreza y al alto endeudamiento, a cada vez más sectores de la sociedad; de los cuales, los que están aglutinados en sindicatos de clase trabajadora, son apenas una parte.

Si las percepciones ciudadanas acerca del carácter y del desenvolvimiento de la gestión gubernativa-ejecutiva que está encabezando el señor Carlos Alvarado Quesada, son abrumadoramente negativas, prácticamente del 80%; entonces es que se han venido juntando las dos Costa Rica de las cuales hemos venido hablando en los últimos tiempos; vs. la Costa Rica que integran esos grupos y personas a los cuales les ha ido muy bien, les sigue yendo muy bien y les seguirá yendo muy bien, en sus respectivas zonas de confort que les garantiza, por ejemplo; la acumulación de riqueza, el escamoteo de las responsabilidades tributarias, la corrupción de la colusión de la cosa pública con el alto corporativismo empresarial, el alto rentismo salarial de las burocracias doradas y de altas gerencias corporativas.

¿Qué es lo que nos está pasando? Que las otras dos Costa Rica excluidas se han venido juntando, mediando sus distintas expresiones organizativas y espontáneas.

La Costa Rica de la desesperanza, la de quienes tienen que luchar durísimo, en total adversidad, por la comida diaria; en la informalidad, en el desempleo e, incluso, acudiendo al delito.

La Costa Rica que se resiste caer en la pobreza, los amplios sectores de la otrora próspera clase media; altamente endeudada y sobre la que está recayendo el peso del ajuste fiscal draconiano; mediante reducción de derechos económico-sociales, rebajas y congelamiento salarial, inseguridad en empleo, flexibilizándolo para despedir con más “eficiencia”; ahogada con los intereses de usura en tarjetas de crédito; con el micro-pequeño y mediano empresariado arrinconado contra la pared de la ruina y la desaparición; entre ellos los productores agropecuarios nacionales.

Es esto lo que está pasando. No es producto de una mente perversa, ni de la acción de una única persona, o de un único individuo a quien, ustedes, los de la élite política del real poder, insisten en culpabilizar de todo el desastre económico de los últimos 30 años.

Sigan durmiendo de ese lado. Si están pesando en la eliminación física del objetivo que han determinado desaparecer (siguiendo la lógica del principio número uno del manual goebbelsiano de la propaganda nazi), de nada les servirá.

Pensamos que la sordera y la ceguera política en que están sumidos, les estallará en la cara pues son miles y miles los que ya llegaron a un nivel de hartazgo muy fuerte.

Es hora del gran diálogo, real y transparente; efectivo y sincero. ¡Es hora de la paz!

Periodismo de odio y propaganda nazi

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

El infernal régimen totalitario de Adolfo Hitler, en la Alemania nazi del período 1933-1945, tuvo en la propaganda un punto fundamental para la manipulación de las masas a niveles prácticamente únicos en la historia contemporánea del planeta.

Joseph Goebbels, ministro de Propaganda de Hitler, ideó, en una especie de inspiración malévola y perversa insuperable a la fecha, 11 principios en materia de propaganda; planteamientos de tal impacto psicológico-operativo en el control de las mentes que siguen siendo aplicados, en estas épocas, a los más diversos ámbitos de la vida en sociedad.

Lo que ha venido pasando en la sociedad costarricense de los últimos tiempos y gobiernos, nos muestra a una clase dominante, política y económicamente hablando, que le cuesta mucho mantener el control.

Los políticos y los partidos que le sirven se han venido desprestigiando, deslegitimando, corrompiendo y aislándose de las necesidades y de las aspiraciones de la gente que tan solo busca vivir en paz, con seguridad y bienestar.

Nunca antes como ahora, la distancia entre el gobernante y los gobernados había sido tan profunda.

La más reciente apuesta de esa clase dominante por renovar su control hegemónico, el Partido Acción Ciudadana (PAC), no les funcionó. Presuntamente, y según su propio fundador -hoy defenestrado por sus propias actuaciones-, el PAC nació con dos objetivos estratégicos fundamentales: combatir la corrupción y combatir el neoliberalismo. Ni lo uno ni lo otro.

¿Cómo estamos hoy? El PAC (ahora Gobierno por segunda vez), está tan deslegitimado como sus contrapartes ideológicas, PLN y PUSC. Hoy, los tres, completamente desgastados y con credibilidad a ras del suelo.

Es en tal sentido que esta gente del poder, gran parte de la cual no tiene escrúpulos y mediando la prensa del odio que responde a sus intereses, viene aplicando varios de los 11 principios de la propaganda nazi para tratar de frenar el ascenso de un proceso de resistencia cívico-popular que hoy tiene más amplia base social que hace un año.

Ponga usted cuidado a lo que indica el principio número uno de la propaganda nazi-goebbeliana: “Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo, individualizando al adversario en un único enemigo”.

A medida que van quedando al desnudo sus incompetencias estructurales para generar una sociedad de integración social, los sectores del real poder, el política y económicamente hegemónico, han venido tratando -de manera poco ética y muy perversa-, de que la población crea que los males generales de la sociedad se deben a la acción de una sola persona, en este caso de carácter sindical; y, ahora, en la organización sociolaboral que le cobija.

Contando con varias renombradas figuras del periodismo nacional al servicio de corporaciones mediáticas del gran negocio de las noticias, el postulado nazi de la propaganda goebbeliana, “principio de simplificación y del enemigo único” ha venido cobrando notoriedad realmente peligrosa, pues se nota intencionalidades subliminales para que tal individuo-persona sea exterminado físicamente, incluso.

Gran parte de la fractura social que muestra nuestra convivencia como sociedad en estos momentos se debe a la acción perversa de ese periodismo de odio que, sin escrúpulo alguno, ha venido potenciando ese principio nazi propagandístico; pues ante la potencia argumentativa de la resistencia civil que descalifica el modelo económico excluyente que nos vienen imponiendo, resulta más “práctico” personalizar al máximo en ese individuo sindical que, de manera reiterada, es una voz (dentro de tantas), que viene señalándoles el mal rumbo que le han impuesto al país, acumulando riquezas de manera desenfrenada y hasta (en algunos casos), por métodos nada convencionales y sí ilegales.

Lo que no parecen considerar es la real dimensión del impacto liberador que está generando en las bases de la población el uso de las redes sociales, por un lado; y, por otro, el papel de la prensa decente y el de la prensa digital de carácter alternativo. Se está rompiendo el bloqueo ideológico que hasta no hace poco mantenían esos latifundios mediáticos controlando las mentes populares.

Y, lo segundo, también de manera afortunada para la democracia, es que la solidez argumentativa de las propuestas formuladas por la amplia gama de sectores cívico-sociales y sindicales en resistencia va teniendo fuerza social, músculo social. 

La ruta hacia el retorno de la inclusión social, la de la reducción de las desigualdades, la del bien común y la del fortalecimiento de las políticas públicas al efecto, se ha abierto ya con mucha solidez y ese tránsito liberador de la gente hastiada, indignada, enojada empezó con enorme fuerza. 

Si se perdieron 10 millones de dólares diarios… ¿entonces?

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

La máxima cúpula empresarial del país, sindicalizada en el gremio representativo de los intereses de los mega-negocios y del más alto corporativismo del sector privado de la economía, la UCCAEP, gritó a los cuatro vientos denunciando que cada día de bloqueo en las principales rutas nacionales (especialmente, la número 32), generaba una “pérdida” de 10 millones de dólares diarios, en el rubro de las exportaciones.

Como lo sabe todo el mundo, el pasado lunes 24 de junio, con la histórica manifestación de los cuerpos policiales del país, inició un nuevo episodio de lucha social contra el modelo neoliberal; lo cual (entre otras expresiones de acción civil organizada y explícita), mostró a gran cantidad de trabajadores traileros-transportistas, con sus herramientas de trabajo (los cabezales y los camiones), estacionados en carreteras de enorme relevancia para la economía del país.

Este no es punto principal para el presente comentario. Es el de los datos, las cifras, los números. Empecemos: 10 millones de dólares diarios multiplicados por 365 días al año, son 3.650.000.000; 3 mil 650 millones de dólares.

Con el tipo de cambio de 590 colones por dólar, hablamos de la siguiente cifra en colones: 2 billones 153 mil 500 millones de colones (2.153.500.000.000). Entonces, hablamos de unos 6.15 puntos del Producto Interno Bruto (PIB).

Si la gritería del alto corporativismo empresarial es cierta, en cuanto a que cada día de la actividad exportadora del país genera unos 10 millones de dólares; tenemos que la fuerza obrera que labora en la misma y todo el conglomerado laboral que gestiona lo pertinente, generaría 6.15 puntos de PIB al año (a razón, de 350 mil millones de colones por cada punto PIB).

La obligada pregunta que generan estos datos se relaciona con la naturaleza del cumplimiento de las responsabilidades de Seguridad Social y tributarias de esos conglomerados corporativos exportadores; pregunta de multifacéticas derivaciones con sus respuestas correspondientes.

¿A quién se le podría ocurrir la bestialidad de pensar de que los sindicatos estamos en contra de la actividad exportadora del país? ¿Cómo alguien en el mundo de este tipo de negocios y de mediana inteligencia, podría pensar que exista una intencionalidad maquiavélica para atentar contra los miles de puestos de trabajo que son el pilar de este desarrollo comercial del país?

Lo que sí resulta legítimo es preguntarse si tal nivel de capital involucrado en esta actividad exportadora, es congruente con un nivel distributivo justo, tanto en el plano salarial-ocupacional, como en el plano de las responsabilidades tributarias para con la sociedad.

Lo que sí resulta legítimo es preguntarse si esta actividad es generadora de pérdidas y/o de cero ganancias, como pareciera derivarse (en algunos casos), de la más reciente información obligadamente divulgada por el Ministerio de Hacienda.

Lo que sí resulta legitimo es proponer una revisión estructural del sistema impositivo de la actividad, con la finalidad de determinar si se guarda relación con el volumen de dinero generado, las aportaciones salariales y a la Seguridad Social; y, como indicamos, las responsabilidades para con el sistema tributario.

Para que tengamos una idea más cabal de la magnitud de los recursos, de las ganancias, del valor monetario del rubro exportador del país (considerando la supuesta pérdida diaria de 10 millones de dólares por los bloqueos), esos 6.15 puntos PIB representan un poco más de 5 veces lo que se pretende recaudar con el controversial paquetazo de impuestos-combo fiscal, ley 9635, “cuna madre” de las protestas sociales del año pasado, de las que se acaban de desarrollarse y de las que vendrán.

Esta “cuna-madre” se llama injusticia tributaria: un sistema de impuestos que obliga a pagar más, proporcionalmente hablando, a quien gana menos; y los que ganan más, no pagan lo debido, lo evaden-lo eluden, son exonerados y, lo que es peor, lo sacan del país para esconder sus capitales en paraísos fiscales.

Es éste el problema fundamental-central de nuestro tiempo, de nuestro tiempo tormentoso.