¡Deróguenlo! Impuesto único a los combustibles

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

El altísimo precio de los combustibles, especialmente el de la gasolina y del diésel, está golpeando durante las economías familiares de los hogares de la clase trabajadora, asalariada o no asalariada; tanto como las actividades productivo-comerciales, especialmente las de las micro, pequeñas y medianas empresas. Estas conforman la mayoría de lo que se conoce como el parque productivo del país.

Acabamos de decir una verdad del tamaño de la catedral. Nada nuevo bajo el sol. Todo el mundo lo sabe. Sin embargo, desde nuestra perspectiva obrero-social, la raíz fundamental del altísimo precio de los combustibles es por la carga tributario-impositiva que pesa sobre los mismos. Un impuesto radicalmente injusto por su carácter regresivo. ¡No es Recope!

Es decir, en la bomba suministradora de combustibles, el dueño del carrito-cacharpita, el del auto más o menos bonito o bueno, el propietario del vehículo de carga fundamental para su trabajo cotidiano; pagan el mismo precio del litro de gasolina o de combustible que el propietario de un lujosísimo automóvil, de esos que circulan por las carreteras del país, exhibiéndose como una de las muestras más claras y contundentes de la sociedad desigual costarricense de la actualidad.

Además de tal circunstancia, el impacto que implica para el valor de cada litro de combustible el impuesto único es, por supuesto, diametralmente opuesto en uno o en otro caso. Hasta aquí, nadie podrá estar en desacuerdo de lo que hemos planteado.

Entonces, ¿cómo atacamos tanta desigualdad y tanta injusticia que se muestra en cada bomba de combustibles del país? Pero, atacándolas de raíz. Los diputados y las diputadas de la actual Asamblea Legislativa deben derogar, ¡sí!, eliminar el impuesto único a los combustibles; y, a la vez, fijando las fuentes alternativas para que el Gobierno reciba la misma cantidad de plata que tal tributo le produce al día, al mes y al año, pues, efectivamente, llevan razón las actuales autoridades ejecutivas del país que pegan el grito al cielo reclamando cómo repondrán esos dineros que, de manera inmisericorde, le han venido quitando a la gente común, especialmente la del sector trabajador, hace ya bastantes años.

La plata que “perdería” el Ministerio de Hacienda si se deroga el impuesto único a los combustibles se puede coger de estas fuentes “vírgenes”:

Uno: De los 3 mil 600 millones de dólares que, al año, se roban en impuestos en el país en las actividades corporativo-productivas y financieras de los sectores empresariales de gran poderío económico. Esta cifra es dada por el propio Presidente de la República, don Rodrigo Chaves Robles. La actual Asamblea Legislativa puede desempolvar el informe Los papeles de Panamá, emitido en el período parlamentario 2014-2018, el cual cita, una a una, medidas para recuperar parte de esa plata. Y no significa crear nuevos impuestos, ni siquiera para los súper-ricos.

Dos: Cada mes, el Ministerio de Hacienda debe desembolsar 240 mil millones de colones (240.000.000.000), por el pago de los intereses obscenos de la deuda pública (se pagan 8 mil millones de colones diarios). En el Programa de Gobierno que el hoy mandatario Chaves ofreció a la ciudadanía para que le eligieran, este asunto quedó planteado. En este caso de la gravedad socioeconómica que amenaza la paz social, como lo es el alto precio de los combustibles, se justifica, política y moralmente, entrarle a este tubo abierto de las finanzas públicas para, coger recursos (vía renegociación del pago de esos intereses), que sustituyan los que se eliminarían si desaparece el detestado impuesto único.

Pero, ¿Cuánto recauda el gobierno por tal tributo? En promedio, 60 mil millones por mes, ¡apenas un 25% de la carga mensual de los intereses obscenos de la deuda pública! Y, más o menos, un 30% del monto mensual del robo de impuestos. ¡Hay soluciones! Pero falta voluntad política y, por supuesto, se necesita muchísima fuerza social.

Memoria Histórica ANEP #12: Frente Unitario Sindical contra el F.M.I

Las y los trabajadores organizados en Sindicatos, en el año 86 -hace ya 36 años-forman un frente común, arriaron sus banderas para unirse en una lucha justa por Costa Rica.

Estaba iniciando la primera administración Arias Sánchez, “…ya los costarricenses escuchábamos una frase que se ha venido repitiendo en los últimos años, que no por repetido, nos hemos acostumbrado a ella y que tira por la borda las ilusiones de muchos costarricense de que se cumplan las promesas de campaña electoral…”, hechas por el Presidente de la República, ante la obligación de suscribir un nuevo convenio con el F.M.I.

Afiche contra el F.M.I. (Octubre de 1986)

Un nuevo convenio para que autoricen otros préstamos, que conllevan como condiciones, “…la eliminación de las plazas de cinco mil empleados públicos, elevación del precio de los artículos de consumo básico, el alza de las tarifas de electricidad, agua y teléfonos, y la elevación del precio de los combustibles… en consecuencia la disminución de presupuestos de programas sociales, y una política salarial humillante…”  

Para la ANEP en ese contexto, era imperioso un frente de unidad nacional por el respeto a la soberanía costarricense… “Digamos no a las imposiciones del F.M.I”, fue la consigna de lucha de la Organización.

 El frente sindical contra las imposiciones del F.M.I  eran consideradas como medidas que,  “…son sumamente lesivas para los trabajadores costarricenses y especialmente para los empleados del sector público…”, el grupo unitarioacuerda notificar su disconformidad ante el ente acreedor, así en nota firmada por todas las Organizaciones, conscientes de la situación de estrechez que vivía el país, le enviaron una nota al señor Anthony Elson, jefe del Departamento para Centroamérica del F.M.I.

Portada ANEP Informativo, junio 1986

En ocho puntos expresan su disconformidad y rotunda oposición a la propuesta fundamentalista y responsabilizan a éstos, “…por el deterioro de la paz social que vivimos los costarricenses, al originar con sus imposiciones el descontento popular y condenan a miles de trabajadores a la pobreza…”

Firman:

SEC, SINAE, SITRAP, SIBANPO, SEBAC, SITRACOME, SITHOSAJUDI, UNEIDA, UNEINVU, UNEBANCO, UNDECA, UNATROPYT, ASDEICE, ANEP, ANPE, CUT, CTCR, CTC, FENAC, FENATI, SEPI, SINDEU, SITECO.

Cuadro de texto: Treinta y seis años después, se repite la historia, el F.M.I hoy, está presente en nuestra realidad;  sin embargo, y es ostensible, el sindicalismo costarricense también construye su propia historia…

Adalberto Fonseca Esquivel

Historiador

(Fuente: ANEP Informativo, junio 1986)

Asfalto: usted subsidió a H Solís y a MECO

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Ante la crisis social y económica que está en desarrollo en nuestro país, derivada de los altísimos precios de los combustibles, producto de la alta carga tributaria (impuesto único), que pesa sobre los mismos, el Presidente de la República, don Rodrigo Chaves Robles, indicó que se va a eliminar el subsidio al asfalto que venía favoreciendo a las diversas empresas constructoras, especialmente las involucradas en el sonado caso “Cochinilla”.

Estamos seguros de que la inmensa mayoría de personas propietarias de todo tipo de vehículos ni idea tenían de que, cada vez que iban a la bomba de gasolina y compraban combustible, el precio a pagar incluía 8 colones por cada litro adquirido; dineros que se destinaban para financiar la compra de asfalto para empresas constructores como MECO y H Solís.

El respetado y prestigioso medio de prensa Semanario Universidad, al informar sobre la indicada decisión presidencial, muy acertada, por cierto, recordó que ya había denunciado esta situación desde el mes de julio del año pasado 2021.

Universidad denunció que ambas empresas recibieron tal tipo de financiamiento por una cantidad anual de casi 5 mil millones de colones (4.780 millones para ser exactos), mediante ese impuesto de 8 colones incluido en el valor de cada litro de combustible que usted, honorable persona lectora de este comentario, pagaba en la bomba, como propietaria de un vehículo.

La indicada publicación nos dice que en el período comprendido entre los años 2017 y 2020, la cuestionada medida que el propio Presidente dice, ahora, que debe desaparecer, alcanzó un monto de subsidio superior a los 18 mil millones de colones (18.000.000.000). Es decir, tal cantidad de dinero y en ese período, se la sacaron a usted, en la bomba de suministro de combustibles, cada vez que acudía a llenar el tanque.

Tal cifra, según Universidad, es elaboración propia con base en datos aportados por el Ministerio de Ambiente y Energía y por el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).

Fue en la administración gubernativa de Luis Guillermo Solís Rivera que tal impuesto se decretó, en enero del año 2016.

Ahora bien, ¿cuál es nuestro punto central aquí): Que el denominado impuesto único a los combustibles es de los más inequitativos de la perversa estructura tributaria costarricense; y, “compite” en injusticia con el impuesto al valor agregado (IVA), establecido en el 2018, dentro de la no menos injusta ley del combo fiscal.

Que el sencillo automovilista, integrante del amplio conglomerado mayoritario de la población costarricense (los sectores populares, trabajadores y la clase media); subsidiaria la actividad empresarial de las mega-constructoras mencionadas, en esto de la compra de asfalto, es un acto de gran inmoralidad política, más allá de la injusticia.

Nos preguntamos: ¿es que un mínimo resarcimiento ético para tanto compatriota agredido, económicamente, por ese subsidio, no merecería que la actual Asamblea Legislativa llame a dar explicaciones políticas al hoy exmandatario Luis Guillermo Solís Rivera y a su ministro del MINAE, co-firmante del decreto que lo estableció, el señor Edgar Gutiérrez Espeleta?

Ante el impactante aumento en los precios del combustible ANEP propone tres medidas excepcionales

– El Gobierno y la Asamblea están indolentes ante el sufrimiento popular.

– Más de 1.000 colones por litro de gasolina/diésel, mientras no hay una política salarial ante el alto costo de vida situación que tiene indignada a la clase trabajadora y personas pensionados por IVM CCSS.

Que la gasolina y el diésel superen la barrera de los mil colones por litro, solamente representa más combustible para la caldera en ebullición de las tensiones sociales.

Peligrosa es la pasividad tanto del Gobierno de la República como de la Asamblea Legislativa ante el creciente enojo de la gente. La indolencia de ambos pone en alto riesgo la paz social, ya de por sí agravada por una ola delincuencial que parece estar sin control.

ANEP estima que esta fuerte agresión económica a los bolsillos de la gente, del pueblo trabajador en especial, requiere que los poderes Ejecutivo y Legislativo tomen, coordinadamente, medidas excepcionales, como lo puede ser:

a) El control del tipo de cambio utilizando los 8 mil millones de dólares acumulados en reservas internacionales.

b) Imponer un impuesto extraordinario, al menos transitorio, a las rentas del gran capital sustitutivo del impuesto único a los combustibles.

c) Renegociar el pago diario de intereses de la deuda pública para contar recursos frescos que reemplacen esa injusta carga.

ANEP deja constancia de que ve con simpatías cualquier esfuerzo de expresión popular, cívico-pacífico, que se manifieste en las calles del país contra este inmisericorde ataque contra la estabilidad socioeconómica de las familias costarricense; apoyando, según sus posibilidades, tales esfuerzos.

Costo de vida sube y poder adquisitivo disminuye

Como organización sindical que aglutina a importantes sectores obrero-laborales de la clase trabajadora con empleo formal en los sectores Público y Privado, la ANEP recalca que no hay política salarial ni para el uno ni para el otro.

Ni siquiera puede afirmarse que alzas “automáticas” por costo de vida, compensen la acelerada curva descendente del poder de compra de los salarios.

En tal sentido, ANEP recuerda que, contándose con el apoyo de importantes gremios sindicales, con fecha 9 de mayo se le entregó al propio Presidente de la República una carta señalando la gravedad del problema indicado; y, puntualizando la urgente necesidad de abordar esta agenda de temas salariales, con miras de desacelerar, aunque fuera un poco, esa precarización de los salarios. Veamos:

1- Que se decrete con urgencia, una fijación extraordinaria al salario mínimo, emitida por el Consejo Nacional de Salarios (CNS), de manera inmediata; al menos para la clase trabajadora de la producción agrícola bananero-piñera y cañera; a los choferes de autobús, a quienes laboran en seguridad privada y en comercio.

2- Que se vuelva a la fijación semestral de reajuste por costo de vida al salario mínimo para la clase trabajadora del sector privado.

3- Que se emita una revaloración general del valor actual de los salarios mínimos para hacerlos congruentes con el dictado del Artículo 57 de la Constitución Política: debe procurar bienestar y existencia digna. Hoy en día no lo está haciendo.

4- Que se restablezca la protección de una cantidad mínima inembargable al salario, legislando con urgencia al efecto. Ya salió la primera sentencia judicial en tal sentido.

5- Que se restablezca la Comisión de Negociación de Política Salarial para el Sector Público: analizando con urgencia la precariedad salarial en programas sociales y de seguridad: CEN-CINAI, control de plagas, cuerpos policiales, por ejemplo.

6- Que se pague la deuda pendiente del reajuste salarial por costo de vida para el sector Público correspondiente al año 2021, arbitrariamente retenida por el saliente gobierno pese a tener contenido presupuestario debidamente financiado.

Adicionalmente, el planteamiento al Presidente de la República indicó el deterioro de la situación socioeconómica de las personas trabajadoras ya pensionadas por el sistema de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), señalándose:

7- Que se pague la deuda por reajustes pendientes de costo de vida ante la pérdida de poder adquisitivo a las personas trabajadoras pensionadas del régimen de IVM-CCSS, 80 % de las cuales ni siquiera tiene un monto de pensión igual al actual valor del salario mínimo que, por cierto, ya no está procurando ni bienestar ni existencia digna.

8- Que se instale, con urgencia, una mesa de discusión, no amañada y transparente, para analizar lo que está pasando con la sostenibilidad financiera del régimen IVM-CCSS: las razones del faltante en sus arcas de casi 50 billones de colones (50.000.000.000.000); y de la cruel decisión, aún no puesta en práctica, de elevar la edad para pensionarse, de reducir la cuantía al jubilarse y de, eventualmente, un nuevo aumento en la cotización obrera.

Mención especial merece resaltar el drama de un millón de personas compatriotas sin empleo y sin esperanzas, cuya batalla diaria por subsistir es ahora más dolorosa con el impacto generalizado de la desconsiderada alza en el precio de los combustibles.

San José, sábado 21 de mayo de 2022.

 Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP

Wálter Quesada Fernández, Secretario General Adjunto ANEP

ANEP se reúne con nuevo Presidente Ejecutivo del INA con el objetivo de potencializar la institución

La Seccional ANEP-INA sostuvo una importante reunión con el nuevo Presidente Ejecutivo del INA, Juan Álfaro López. Uno de los principales temas abordados fue sobre la ejecución presupuestaria de la institución y como una mala o nula ejecución ha afectado el desarrollo educativo en las diferentes áreas de la institución.