Custodios de cárceles del OIJ se muestran preocupados por medidas de higiene para controlar el COVID-19

Trabajadores solicitan que se suspendan las audiencias de cambio de medidas y algunas donde los detenidos pueden ser representados por la defensa, entre otros aspectos.

En las instalaciones ya se presenta desabastecimiento de implementos para la higiene

Debido al incremento de casos de personas con el virus COVID-19, el personal custodio de las cárceles del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), se muestra preocupado por las pocas medidas de higiene implementadas para prevenir el contagio.

De acuerdo con los trabajadores, la posición del Poder Judicial genera molestia y preocupación, ya que están en contacto tanto con privados de libertad, como con aprehendidos por la Fuerza Pública.

«Muchas de estas personas son indigentes y/o extranjeros con hábitos de higiene preocupantes para la salud pública. A eso le debemos sumar que estos delincuentes muestran hostilidad y es común que escupan, rasguñen y ataquen directamente la integridad de los custodios», indicó José Poveda Cedeño, presidente de la Seccional ANEP-Cárceles OIJ.

El dirigente sindical detalló una serie de peticiones, entre ellas que se suspendan las audiencias de cambio de medidas y aquellas donde los detenidos pueden ser representados por la defensa.

Además, solicitan que a los detenidos no se les traslade el día anterior para que no permanezcan tanto tiempo en las celdas y que se provea de equipos y todo lo relacionado de detenidos que representan ciertos síntomas gripales.

«Ya se han presentado situaciones con detenidos que vienen con síntomas que nos preocupan y no hay suficiente alcohol o alcohol en gel, mascarillas adecuadas, guantes y los implementos que son necesarios para mantener detenidos en celdas. Por ejemplo, solo el caso del juicio del «gringo» reúne en una sala a 47 o más personas, también requiere de la permanencia de una gran cantidad de custodios, en el comedor o área de celdas», agregó.

Poveda enfatizó en que no hay una claridad en los protocolos en cuanto reciben o hay permanencia de personas con síntomas sospechosos del coronavirus.

«No hay un protocolo bien establecido de las personas que son trasladados por otras dependencias como Fuerza Pública, Tránsito, Policía Municipal y hasta los mismos compañeros de investigación del OIJ, sobre las personas detenidas que ellos nos llevan a celdas. Se siguen programando las diligencias a gran escala, ya hay desabastecimiento de implementos para la higiene, los vehículos de transporte de detenidos algunos no reúnen ninguna seguridad en contener el contagio ya que en el caso de los microbuses el aire acondicionado que se les activa a la parte de dónde van los detenidos, circula por todos lados inclusive a la parte de la cabina o sector donde viajan los custodios», explicó Poveda.

Para la ANEP y su Seccional en cárceles del OIJ es preocupante que los magistrados obvien las medidas para el personal trabajador siendo este un tema de salud pública.

Seccional ANEP- IMAS solicita la suspensión de visitas programadas a los hogares de familias beneficiadas ante medidas de contingencia por el Covid-19

La Gerencia General del IMAS está obviando que dentro de la población beneficiada se encuentran las personas con factores de riesgo ante el COVID-19.

La Seccional ANEP-IMAS solicitó a la administración superior del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), posponer las visitas programadas de las Personas Cogestoras Sociales (PCGS), o cualquier otro personal que realiza trabajo de campo a fin de evitar exponer a las familias beneficiarias en su domicilio y a las personas funcionarias de la institución, debido a la emergencia sanitaria que presenta el país por el COVID-19.

La solicitud de la seccional nace luego de conocer la directriz IMAS-GG-667-2020, del 17 de marzo del 2020. Donde se establece que:

“(…) Que se instruye a las Jefaturas de Áreas Regionales de Desarrollo Social y de las Unidades Locales de Desarrollo Social a coordinar con las personas funcionarias que desempeñan funciones de cogestores sociales, a mantener las visitas programadas, mientras que se analiza la utilización de tecnologías de información. Asimismo, se mantiene la atención a la población preferencial como lo son las personas adultas mayores, discapacidad, mujeres embarazadas, personas con enfermedades crónicas según se registre en SIPO, así como la presencia de violencia intrafamiliar según SIPO o por alguna referencia, o desalojos inmediatos.”

Sin embargo, para la seccional llevar a cabo esta instrucción girada desde la Gerencia General, no solo pone en riesgo a la persona trabajadora del IMAS, sino también al total de personas que se encuentran en la vivienda o las viviendas donde se realizan las atenciones (seguimientos, supervisiones, aplicación de FIS).

“Exigimos a la administración analizar una estrategia de atención para la población preferencial, que no implique que estás deban trasladarse a la Unidad Local de Desarrollo Social (ULDS), para ser valoradas. La Gerencia General está obviando que dentro de esta población se encuentran las personas con factores de riesgo ante el COVID-19”, indica la solicitud de la seccional enviada al IMAS

Para la seccional ANEP-IMAS se debe considerar las recomendaciones emitidas por las autoridades en salud, máxime que, en el país ya se registra 89 casos confirmados de COVID-19.

“No es aceptable que se les comunique a las jefaturas de Personas Cogestoras Sociales que lleven a cabo estas visitas en campo ante un llamado al pueblo de Costa Rica de mantenerse en sus hogares en la medida de lo posible, y ante la recomendación de que las personas trabajadoras con puestos de teletrabajo permanezcan en sus hogares”, indica la solicitud. 

Acciones que podría realizar la administración del IMAS

Para la seccional ANEP-IMAS,  la Gerencia General y Subgerencias de Desarrollo Social debe analizar lo que implicaría para esta población trasladarse hasta las ULDS en el contexto actual (transporte, contacto cercano con otras personas) y gire instrucción para que por medio de la revisión de los expedientes y de la revisión de  información contenida en los sitios web de diferentes instituciones o sistemas (como lo son la CCSS, el SINIRUBE, el Registro Nacional de la Propiedad, entre otras que permita la institucional) se corrobore que se mantiene la situación socioeconómica de la familia.

Lo anterior puede ser complementado con el uso del recurso telefónico. De modo que se corrobore la información del expediente, y los documentos obtenidos, y con ello actualizar la FIS para que se puedan tramitar los beneficios. Es decir, se solicita tomar medidas afirmativas y particularizadas ante las personas con factores de riesgo.

“Solicitamos que la administración brinde opciones puntuales para discernir sobre qué priorizar y qué puede esperar o buscar otras alternativas de atención. Todo esto, sin poner en riesgo a ambas poblaciones ante la declaratoria de emergencia como la que estamos viviendo”, finaliza la solicitud de la seccional ANEP-IMAS.

Escuela Nacional de Policía mantiene cerca de 600 personas en sus instalaciones pese a emergencia por Covid-19

La seccional ANEP-Fuerza Pública solicita se detenga la exposición de los funcionarios policiales al contagio y, por ende, la propagación del Covid-19, por la insistencia de dar mayor importancia a las estadísticas, antes que la salud y la vida de los uniformados.

La ANEP y su seccional en la Fuerza Pública hacen un llamado urgente a las autoridades del Ministerio de Seguridad Pública (MSP), así como al Ministerio de Salud, para que tomen las medidas respectivas respecto a la exposición de los diversos cuerpos policiales del país, ante un posible contagio del Covid-19.

Para la seccional ANEP-Fuerza Pública las declaraciones del Ministro de Seguridad Pública, Michael Soto, ante los medios de comunicación respecto al estado de emergencia que vive el país, distan mucho de lo que se vive a lo interno de la Fuerza Pública, y un claro ejemplo de esto, es lo que se presenta en la Escuela Nacional de Policía, ubicada en Guápiles donde al día de hoy se mantienen cerca de 600 personas en adiestramiento policial.

En fotografías tomadas el día de hoy en poder de la ANEP, se puede observar como en las áreas comunes no se cumple las medidas de seguridad solicitadas por las autoridades de salud, respecto al distanciamiento de personas, ante la presencia del Covid-19 en el país y se observa una aglomeración de personas.

A esta situación, se une las condiciones de insalubridad y hacinamiento que presentan muchas delegaciones policiales en todo el territorio nacional, en las cuales, según la seccional, se ha podido constatar el faltante de jabón líquido, alcohol líquido y en gel, así como guantes de látex.

 “Es irónico, mirar al ministro Soto en las conferencias de prensa al lado del presidente de la República y del Ministro de Salud, solicitando evitar contacto físico y extremar las medidas de higiene, pero en la Fuerza Pública se sigue manejando la operación policial como si nuestros policías estuvieran vacunados contra el Coronavirus”, manifestó Mainor Anchía, presidente de la Seccional ANEP-Fuerza Pública.

Otro de los llamados de la seccional ANEP-Fuerza Pública hacia el MSP, es plantear una nueva estrategia de abordaje a los delitos por parte de los oficiales, ya que por su labor diaria están expuesto al contagio del Covid-19.

“Ciertamente, los Cuerpos Policiales están dentro de la primera línea de respuesta, sin embargo, se debería trabajar en prevención de delitos, mediante patrullajes estratégicos orientados y no mantener la constante de “cacheos”, consultas de personas, traslado de habitantes de la calle y otras acciones, que podrían resultar de alto riesgo para la salud del personal, así como para la salud pública”, dijo Anchía.

Ante estos escenarios descritos, la seccional ANEP-Fuerza Pública solicita se detenga la exposición de los funcionarios policiales al contagio y, por ende, la propagación del Covid-19, por la insistencia de dar mayor importancia a las estadísticas, antes que la salud y la vida de los uniformados

“Solicitamos con el mayor respeto, congruencia entre las acciones desplegadas por el Ministerio de Seguridad Pública, con las disposiciones emanadas del Poder Ejecutivo, en torno con las medidas de prevención por el Coronavirus”, finalizó Anchía.

Proyecto de ley que autoriza reducción de jornada laboral por emergencia nacional precariza las condiciones de trabajo

El Proyecto de ley responde en exclusiva a los intereses económicos del sector empresarial, su contenido adolece de una serie de falencias que terminan perjudicando, aún más, al sector obrero.

La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), en conjunto con el Sindicato de Trabajadores de Plantaciones Agrícolas (SITRAP), se pronuncian sobre la propuesta de legislación que está presentando el Gobierno de la República mediante el  proyecto de ley denominado “Ley que autoriza la reducción de jornadas ante la declaratoria de emergencia nacional por emergencia sanitaria ocasionada a causa de una pandemia” , el cual afecta considerablemente a la clase obrera.

Es importante resaltar que esta misma propuesta había sido ya planteada en el proyecto de ley 18.080 denominado “Ley que garantiza la aplicación de medidas temporales para la protección del empleo en los tiempos de crisis”, mismo que se tramitó, sin éxito, en la Asamblea Legislativa durante la Administración de Laura Chinchilla Miranda, con el apoyo decidido de las cámaras empresariales.

Ahora, aprovechando el contexto de la actual crisis que vive el país a causa de la pandemia del Covid-19, el empresariado nacional y su Gobierno, retoman la iniciativa de ley que nos la presentan como una medida “necesaria” para proteger el empleo.

La ANEP y el SITRAP ven con buenos ojos cualquier medida tendente a proteger el empleo, pero hace ver que, en orden de prioridad, se debe proteger a los trabajadores y a las trabajadoras. Desde esta perspectiva, criticamos este proyecto de ley, precisamente, porque lejos de proteger a las personas trabajadoras, no hace otra cosa que precarizar las condiciones de trabajo, pero sí favorece los intereses económicos de las empresas

En nuestra opinión, el Gobierno debería dirigir sus esfuerzos por ayudar a las empresas, especialmente a las micro, pequeñas y medianas; dándoles facilidades para que puedan enfrentar la crisis, pero sin cargar la factura a los trabajadores y a las trabajadoras que es lo que, a la postre, hace este proyecto de ley. Además, de que el contenido de este último adolece de una serie de falencias que terminan perjudicando, aún más, al sector obrero.

Para empezar, como es ya estilo en todas las propuestas de reforma legal al marco jurídico que regula las relaciones laborales del país que promueven los grupos de poder económico y las cámaras empresariales; el proyecto omite, por completo, tener en cuenta la negociación colectiva como instrumento idóneo para resolver los problemas del mundo del trabajo.

La propuesta de ley parte de la visión autoritaria y unilateralista de las relaciones de trabajo, donde la participación de los trabajadores y de las trabajadoras, así como la representación sindical, no tienen cabida.

El proyecto de ley no prevé, si quiera, la posibilidad de que la reducción de la jornada sea negociada con los trabajadores y con las trabajadoras en aquellas empresas donde existe organización sindical que, si bien es cierto son pocas en el país, las hay.  Es la visión antisindical que prevalece en el Gobierno.

A parte de lo anterior, nos preocupa puntualmente ver que los requerimientos exigidos en el artículo 3 del proyecto para la autorización de la reducción de la jornada, son muy laxos.

Basta con que el empresario presente una declaración jurada manifestando afectación en sus ingresos y que aporte “los datos correspondientes”, para que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), otorgue la autorización. Si bien el artículo prevé que dichos datos pueden ser verificados por el MTSS, la consabida limitada capacidad de gestión que tiene este ministerio, nos permite entender que el sistema de control no funcionará y las autorizaciones serán dadas de manera automática.

Consideramos pertinente que, cuando menos, se exija al empresario solicitante de la autorización que, aparte de la declaración jurada, deberá demostrar la reducción de los ingresos mediante un estudio contable debidamente certificado por un profesional competente, y que éstos sean debidamente verificados por la autoridad competente, previo a emitir la autorización.

De igual forma, echamos de menos en el proyecto la participación del Consejo Nacional de Salarios (CNS). Al considerar que la reducción de la jornada implica, en esencia, una reducción drástica de los salarios pues esto constituye el corazón de la medida; y dado que el proyecto no posibilita la participación obrera por medio alguno, cuando menos debería dársele participación al CNS a fin de que este órgano, que es de conformación tripartita, sea el que emita los lineamientos que deben seguirse para la implementación de una medida como la planteada; y que estos lineamientos respondan a criterios más técnicos y según la realidad puntual que tenga cada sector productivo frente a la crisis.

Nos preocupa, también, que se establezca la posibilidad de reducir la jornada en un 75 % en aquellos casos en los que se aduzca la reducción de ingresos al 60 %.  Llama la atención ver cómo los proponentes del proyecto, en la versión definitiva del texto, han socado aún más el torniquete sobre el cuello de los trabajadores y de las trabajadoras, pues en la versión original del proyecto, la medida quedaba limitada al sector turismo y la reducción de la jornada no sobrepasaba el 70 %. Ahora, se propone como regla general que aplicaría a favor de cualquier empresa y reduciendo el salario de los trabajadores apenas al 25 %.

Esta medida, a todas luces desproporcionada, no toma en cuenta que reducir el salario de los trabajadores y de las trabajadoras a una cuarta parte, implicaría condenar a los perjudicados a una situación calamitosa, pues con el ingreso percibido no podrían atender siquiera las necesidades más elementales de subsistencia.

Esta medida, violenta de manera grosera las medidas de protección al salario previstas en la legislación laboral, y viola el derecho fundamental que tiene toda persona trabajadora a devengar un salario que le permita una existencia digna, según lo ordena el artículo 57 de nuestra Constitución Política.

Una reducción del salario como la que se plantea en este proyecto de ley, ni siquiera permitiría a la persona trabajadora sufragar los gastos que le demanda la actividad laboral como lo son la alimentación, el transporte o la vestimenta.

Mucho más preocupante es ver cómo el proyecto de ley ni siquiera establece excepciones a la reducción de la jornada, como medida para proteger a las personas más vulnerables, o a aquellas en estado de necesidad especial.

Permitir que sea el empleador quien, de manera autoritaria, unilateral y discrecional, decida a qué contratos se le aplica la reducción de la jornada sin condicionamientos de ningún tipo, es poner en manos del empleador una potestad desproporcionada que puede fomentar todo tipo de abusos.

Por las mismas razones antes expuestas, consideramos inaceptable que en el proyecto de ley se establezca, como se hace en el artículo 7, la posibilidad de aplicar la reducción de la jornada incluso a trabajadores aforados o trabajadoras aforadas, pues tal medida socava y deja sin efecto la protección especial que el ordenamiento jurídico prevé para este tipo de personas trabajadoras.

Piénsese en la grave situación en que quedarían, por ejemplo, las trabajadoras en estado de embarazo o en período de lactancia, mismas que verían sus ingresos reducidos drásticamente cuando sus familias, mayor seguridad y estabilidad económica requieren.

En definitiva, en nuestra opinión, este proyecto de ley, lejos de darnos una solución al problema que enfrenta el país, viene a agravarlo, por cuanto no hace más que trasladar a los trabajadores y a las trabajadoras los riesgos de empresa frente a una crisis que ni es culpa de ellos ni de ellas; sino que, además, frente a tal crisis son estas personas trabajadoras las más vulnerables y, por tanto, quienes mayor protección requieren por parte del Estado.

Finalmente, apuntamos una omisión que no por obvia resulta innecesaria. El proyecto de ley no contempla ninguna medida compensatoria a favor de los trabajadores perjudicados y de las trabajadoras perjudicadas con la rebaja de sus salarios.

Si la intención  real del proyecto es proteger el empleo, resulta absolutamente indispensable establecer medidas especiales y reales  de protección a favor de los trabajadores y de las trabajadoras, como lo podría ser la prohibición del despido injustificado a las personas que se les aplique la reducción de la jornada y su consecuente rebaja de salario; o limitar las facultades del ius variandi, de manera que el empleador, a parte de la reducción de la jornada, no pueda introducir en paralelo ninguna  otra modificación a las  condiciones de trabajo que hagan más gravosa la condición del trabajador o de la trabajadora.

En concordancia con lo anterior, nos preguntamos: ¿por qué no pensar, también, en medidas de carácter económico como podría ser la suspensión de pagos por deudas crediticias o readecuación de cuotas a todas aquellas personas trabajadoras que tienen créditos y se vean afectadas con la pérdida de salario que acarrea la reducción de la jornada que plantea el proyecto de ley, entre otras? En fin, existe infinidad de posibilidades para lograr una propuesta más balanceada.  Desde esta perspectiva, hay que decir que el desequilibrio de intereses que se plasma en el proyecto de ley resulta algo más que odioso.

Por lo anterior, hacemos un llamado a las autoridades políticas y de Gobierno para que desistan de esta iniciativa de ley. En su lugar, se convoque a los representantes del sector productivo y sindical a discutir mejores alternativas que nos permitan enfrentar la crisis con medidas más justas y equitativas, que protejan los intereses de todas las partes y no sólo los de índole económica.

Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP.

Didier Leitón Valverde, Secretario General SITRAP.

Con la asesoría profesional del

Dr. Esteban Calvo Rodríguez, Especialista en Derecho Laboral.

Seccional ANEP- Fuerza Pública solicita al Gobierno dotar de insumos de prevención ya que los dados son insuficientes

-El sindicato ve con suma preocupación la cantidad de reportes sobre la entrega de implementos para atacar la pandemia ya que son pocos, e incluso en algunas delegaciones no han llegado los insumos

-El año anterior el Ministerio de Salud reportó más de 100 delegaciones con orden sanitaria o de clausura

Ante la emergencia nacional por el coronavirus Covid-19, La Seccional ANEP- Fuerza Pública solicita al Gobierno de la República dotar de artículos de limpieza e implementar medidas alternativas en aquellas delegaciones donde se han emitido órdenes de clausura por las condiciones insalubres con el fin de proteger a la población policial.

Naturalmente, la medida preventiva del teletrabajo, no aplica para las personas trabajadoras de los cuerpos policiales; los cuales deberán permanecer en labores de seguridad ciudadana, inclusive, colaborando con el Ministerio de Salud y otras entidades, en caso de ser necesario para el cabal cumplimiento de lo decretado por el Gobierno.

Por ello, la Seccional ANEP-Fuerza Pública hace un llamado respetuoso pero vehemente, para que se tomen las medidas pertinentes en favor de la salud de nuestros uniformados, debido a que tenemos constancia de muchas delegaciones en estado de insalubridad, edificaciones que, por sus condiciones resultan incompatibles con el Derecho a la Salud.

«También, conocemos de muchos casos de compañeros que entrarían dentro de la población en mayor riesgo, por problemas de hipertensión, diabetes, asma, edad adulta mayor, entre otros. No menos importante, la realidad histórica de funcionarios de zonas rurales que nutren las delegaciones del casco central, lo cual, implica que deban hacer uso del servicio de transporte público, con el riesgo consecuentemente implícito», comentó Mainor Anchía, Presidente de la Seccional ANEP-Fuerza Pública.

El gobierno de la República emitió el Decreto Ejecutivo Nº 42227-MP-S, en aplicación de las potestades que le confiere la Constitución Política, e invocando los artículos 21 y 50 del mismo cuerpo normativo.

En efecto, la vida y la salud constituyen derechos fundamentales, es así como del Derecho Constitucional de Protección a la Vida, deriva el Derecho a la Salud. Además, la Sala Constitucional ha dicho en reiterada jurisprudencia que, corresponde al Estado velar por la salud pública, lo cual abarca la prevención y el tratamiento de las enfermedades.

Cita el articulo 1.- Se declara estado de emergencia nacional en todo el territorio de la República de Costa Rica, debido a la situación de emergencia sanitaria provocada por la enfermedad Covid-19. Más adelante, el decreto hace mención de aprovisionamiento de agua, la compra y distribución de suministros de limpieza y desinfección, las acciones de limpieza profunda de edificaciones, la protección del personal sanitario, personal de primera respuesta (…) El gobierno de la República, también dispuso dentro de las medidas adoptadas el teletrabajo, en los casos que sea aplicable dicha medida.

«Por lo anterior, esperamos que tal como se ordenó el no uso de barba, en tanto se mantenga la pandemia por el Covid-19, se adopten otras medidas en función de la salud de nuestros héroes de azul», agregó Anchía.

ANEP anuncia aplicación del teletrabajo y otras medidas para prevenir el contagio del COVID-19

La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) mediante discusiones y decisiones adoptadas en el seno de la Junta Directiva Nacional (JDN), el pasado viernes 13 de marzo, anunció las medidas que adoptará nuestra organización sindical, a partir de este lunes 16 de marzo, para proteger a la población vulnerable y evitar el contagio del coronavirus COVID-19.

“Producto de la pandemia universal del coronavirus COVID-19; y ante un potencial deterioro de la situación del país; además en atención a recomendaciones, orientaciones y disposiciones oficiales que se vienen adoptados y promocionando entre la población, creemos que debemos entrar en un cese parcial de operaciones, observando las excepciones de rigor, estimulando el teletrabajo y apelando a la ética sindical  y al compromiso social con las personas trabajadoras asalariadas que representamos”, indica la directriz girada a todos los trabajadores de ANEP.

Bajo este escenario, las medidas anunciadas se aplicarán hasta el domingo 12 de abril (incluyendo Semana Santa), fecha en la que se estará analizando nuevas disposiciones según las circunstancias.

Durante el período del 13 de marzo al 12 de abril, la ANEP cerrará sus oficinas los días lunes, miércoles y viernes; mientras que los martes y los jueves las instalaciones estarán abiertas con el 50% del personal de cada unidad operativa y el otro 50% aplicará teletrabajo.

Para la ANEP cada unidad deberá hacerse responsable de las tareas que son impostergables, como, por ejemplo, los procesos administrativo-judiciales, tareas políticas o coberturas de cuestiones financieras, se deben cumplir a cabalidad.

“Debemos comunicarles a las seccionales que componen esta organización, que, durante las fechas de cierres de operaciones, no se sesionará y que realicen tareas alternativas de relación con las bases y los días en que la ANEP está abierta es importante por la emergencia nacional que estamos pasando, no se realicen tales reuniones”.

La circular agrega: “se sobreentiende que, contrario sensu, la organización toma estas disposiciones para que permanezcamos en nuestras casas y observando en todo momento los protocolos de protección contra el COVID-19.  No creemos que alguien pueda estar pensando en que estas decisiones sirvan para vacaciones o actividades similares que, no solamente se pueden interpretar como una burla a la buena fe, de las autoridades políticas de ANEP; sino más grave aún, una burla, más que ofensiva, contra todas las personas que sufren por diversas formas producto de esta pandemia”.

Es importante destacar que la ANEP, cuenta con más de 150 seccionales tanto del sector público como el privado, distribuidas en todo el territorio nacional.

Junta Directiva Nacional de ANEP suspende el Consejo Consultivo Nacional programado para el 27 de marzo

La Junta Directiva Nacional de ANEP, durante su sesión el pasado viernes 13 de marzo, tomó la decisión de suspender el Consejo Consultivo Nacional de nuestra organización sindical, programado para el viernes 27 de marzo.

La medida obedece a la situación que enfrenta el país con el COVID-19, dicho acuerdo fue tomado de forma unánime ya que para este evento estaban inscritas cerca de 800 personas dirigentes de base.

El Consejo Consultivo Nacional será reprogramado y anunciado una vez superada la etapa de emergencia nacional.

En el Consejo Consultivo se iba a dar a conocer a profundidad la agenda sociopolítica y laboral, la cual incluía temas como:

  • Los Derechos Sindicales son Derechos Humanos: Litigios jurídicos-internacionales en perspectiva.
  • Situación sociopolítica nacional: Espionaje presidencial y crisis política.
  • Sindicalismo Sociopolítico: Hacia el Sindicalismo Ciudadano.
  • Transformación Tributaria Estructural y Déficit Fiscal: Riesgo de quiebra estatal-Secreto bancario y venta de activos
  • Reactivación económica: proyectos tasas de usura, cobro de datafonos, precio medicamentos y condonación deudas de productores agropecuarios
  • Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) es del Pueblo Trabajador. Régimen ROP-Devolución parcial quinquenal
  • Acoso laboral en el empleo: Convenio 190-OIT y proyecto de ley.
  • Ataque al empleo público: Acción de Inconstitucionalidad
  • Recuperación de la autonomía constitucional del régimen municipal y defensa de los derechos sociales y laborales.
  • Situación salarial y régimen de empleo público especial para los cuerpos policiales.
  • Revisión estructural de la política del Salario Mínimo en Costa Rica.
  • Apertura oficial Escuela Sindical “Mario Alberto Blanco Vado”.
  • PRIMERO DE MAYO