Solicitud de estudio de la situación del suministro de alimentos, incluido precios y calidad de insumos, con participación del CNP, a hospitales de la CCSS y otras instituciones.

Licenciado José Manuel Echandi Meza
Defensor
Defensoría de los Habitantes de la República
Su Despacho

Asunto: Solicitud de estudio de la situación del suministro de alimentos, incluido precios y calidad de insumos, con participación del CNP, a hospitales de la CCSS y otras instituciones.

Estimado señor Defensor:

Nos complace, en primer término, dirigirle un respetuoso saludo de parte de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP).

En segundo término realizamos respetuosa solicitud a su despacho en el sentido de investigar la situación del suministro de alimentos con participación del Consejo Nacional de Producción (CNP) a hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y otras dependencias públicas.

Lo anterior por haber detectado nuestra representada, una serie de inconvenientes que podrían estar afectando la buena marcha de importantes instituciones de Seguridad Social y, por ende, los derechos de los ciudadanos de nuestro país.

Esta solicitud se origina, además, en que nuestra organización sindical fue la que los trabajadores del Servicio de Nutrición del Hospital Nacional de Niños “Dr. Carlos Sáenz Herrera”, escogiera para el respectivo acompañamiento en la búsqueda de soluciones concretas para la problemática del abastecimiento de alimentos para la población infantil de este importante centro hospitalario.

A este respecto logramos provocar un espacio de diálogo y negociación con las respectivas autoridades institucionales, con participación del señor Gerente Administrativo de la CCSS, Lic. René Escalante Agüero; el Dr. Rodolfo Hernández, Director Médico del Hospital Nacional de Niños, quien se hizo acompañar de la Licda. Mayela Carrillo, Directora Administrativa, de Licda. Regina Velasco, Jefa del Departamento de Nutrición, de la Bach. Roxana Ureña, Jefa del Departamento de Recursos Materiales; así como de los asesores legales, Lic. William Ramírez, de Recursos Humanos de la CCSS y la Licda. Berlioth Blanco, Asesora Legal del Hospital Nacional de Niños. Por nuestra parte, el Sr. Édgar Morales Quesada, Secretario General Adjunto y el Sr. Giovanny Ramírez Guerrero, Directivo Nacional de la ANEP y Responsable del Sector Salud de nuestra organización. Los trabajadores designaron a la funcionaria Giselle Castro del Servicio de Nutrición, como su vocera y representante. Al término de una serie de deliberaciones se llegó a un entendimiento del que adjuntamos una copia (anexo1).

Conscientes de que la situación no está resuelta definitivamente y que trascienda la problemática que vive el Hospital Nacional de Niños, dado que detectamos elementos que inequivocadamente muestran un problema mayor, decidimos remitir por la vía de denuncia este asunto a la Defensoría de los Habitantes de la República, por dos razones fundamentales:

Nos resulta necesario que se investigue el mecanismo y las condiciones de compra que mediante la ley del CNP, supone está generando menoscabo a las instituciones que brindan Seguridad Social; en primer orden a la CCSS, así como a Seguridad Pública y Adaptación Social, todo ello con el fin de observar si, efectivamente, el CNP cobra precios onerosos con relación al resto de proveedores, lo cual lastimaría los presupuestos institucionales; además de realizar comparaciones de mercado que indaguen si existen sobre precios del CNP a la CCSS y otros.

Rogamos, respetuosamente, observar los problemas relativos a requisitos sobre estándares de calidad, presentación de muestras y contratos; requisitos que resultan indispensables donde está de por medio la salud de nuestros niños y niñas y que incumple el CNP, según se desprende de lo dicho por las autoridades de la CCSS.

Desea nuestra organización resaltar que según los criterios que hemos sostenido con autoridades de la CCSS, de las que no tenemos porqué dudar; la actitud de velar por una adecuada escogencia de alimentos (control de calidad) y confección de dietas variadas (por requerimientos proteico-calorías); así como por los criterios médico-profesionales en el campo de la nutrición y, particularmente, de los niños y niñas internados que padecen el dolor y la enfermedad, es una condición indispensable que no debe obviarse en ningún momento, dado que como es lógico suponer está de por medio la vida y la superación de estados patológicos y/o de enfermedad.

A este respecto hemos sido documentados de certificaciones dudosas o alteradas (anexo 2) que crean problemas y dificultades para la adquisición de los alimentos que requiere particularmente el Hospital Nacional de Niños, mismas que son presentadas, según la información recibida por el CNP a las dependencias de la CCSS, en este caso el Hospital Nacional de Niños.

Conviene también presentar una muestra de cómo los sobreprecios, hasta alcanzan cifras millonarias (anexo 3). Estas diferencias con relación al mercado nacional de proveedores, lastimarían los presupuestos institucionales de la CCSS y otros entes obligados “por ley” a comprarle al CNP.

Para nosotros no existe justificación razonable y se constituiría un lamentable saqueo, de probarse la presunción que se origina en las afirmaciones de las autoridades de la CCSS, dirigido contra las instituciones de Seguridad Social, que menoscabaría su función y pondría en peligro el servicio que brindan.

Es nuestra consideración que la Defensoría de los Habitantes de la República, teniendo a la vista los elementos presentados por la ANEP, podría iniciar la investigación de los hechos aquí denunciados. Además es menester mencionar que hemos encontrado mucha voluntad, para agregar nuevos elementos a esta denuncia de parte de las autoridades institucionales de la CCSS y, concretamente, de las del nivel local del Hospital Nacional de Niños, mismas que podrían hacerse llegar de manera directa o bien a través de nuestro sindicato o mediante solicitud expresa de esa Defensoría.

Confiamos en que la Defensoría realizará las gestiones necesarias en procura de una solución a tan delicada situación, aún cuando esté de por medio una “ley” que faculta al CNP a ser un proveedor de insumos alimentarios para la CCSS y otros, toda vez que ello no se constituya en una amenaza para la población que hace uso de los servicios de la Seguridad Social Costarricense.

Suscribimos esta denuncia en la solicitud respetuosa de que se nos mantenga informados sobre las acciones emprendidas por la Defensoría de los Habitantes de la República.

Con muestras de la mayor consideración y respeto,

Albino Vargas Barrantes
Secretario General

Geovanny Ramírez Guerrero
Directivo Nacional
Responsable Sector Salud

—-
c.: Dr. Abel Pacheco de la Espriella, Presidente de la República.
c.: Sres y Sras Consejo de Gobierno.
c.: Junta Directiva, CCSS.
c.: Lic. René Escalante Agüero, Gerente Administrativo, CCSS.
c.: Dr. Horacio Solano, Gerente Médico, CCSS.
c.: Dr. Rodolfo Hernández, Médico Director, hospital Nacional de Niños, CCSS.
c.: Lic. William Ramírez, Departamento Legal y Recursos Humanos, CCSS.
c.: Licda. Berlioth Blanco, Departamento Legal, Hospital Nacional de Niños, CCSS.
c.: Junta Directiva Nacional de ANEP.
c.: Unidad de Asesoría Jurídica, ANEP.
c.: Medios de Comunicación Colectiva.
c.: Trabajadores y trabajadoras, Servicio de Nutrición, Hospital Nacional de Niños, CCSS.
c.: Archivo.

Solicitud ante las autoridades de la Caja Costarricense de Seguro social para que declare Estado de Emergencia del Servicio de Nutrición del Hospital Nacional de Niños

Doctor Eliseo Vargas García
Presidente Ejecutivo
Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS)
Licenciado René Escalante González
Gerente Administrativo
Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS)
Doctor Rodolfo Hernández Gómez
Director Hospital Nacional de Niños “Dr. Carlos Sáenz Herrera”

Asunto: Solicitud de declaración de Estado de Emergencia del
Servicio de Nutrición del Hospital Nacional de Niños.

Estimados señores:

Reciban, en primer término, un respetuoso saludo de la ANEP.

En segundo término, realizamos la presente solicitud en virtud de que existen problemas muy serios en el abastecimiento de productos para la atención particular de los pacientes del Hospital Nacional de Niños. Estamos enterados de que el procedimiento de compra de productos obliga a los hospitales a realizar las compras a través del Consejo Nacional de Producción (CNP), que implica ajustes en los procesos y que puede producir atrasos de las respectivas adquisiciones.

También nuestra organización conoce los complejos procedimientos para los trámites de compras, dentro de los cuales debe existir mediación de la Contraloría General de la República.

No obstante lo anterior, concluimos que la situación que, particularmente, enfrenta el Servicio de Nutrición del Hospital Nacional de Niños es excepcional y merece la declaración de Estado de Emergencia. Esta situación ha generado circunstancias adversas para dicho servicio, que se han venido acumulando en el tiempo, provocando serias consecuencias a la población infantil que se encuentra internada; o bien, la que ha futuro deba ser ingresada a cada uno de los servicios del nivel hospitalario.

A petición del grupo de trabajadores sostuvimos una reunión donde se nos informó lo siguiente: Existe un faltante de:
Vajilla de niños (cucharas, dulceras, vasos, soperas)
Vasos y cucharas desechables
Chupones o biberones
Coladores manuales
Hisopos (el personal los adquiere de su propio peculio)

Además:
No hay margarina lo que impide usar la existencia de harina
No hay arroz suficiente para cubrir la demanda
La reserva de frijoles es escasa
No hay carnes rojas, ni pescado
Problemas con el suministro de vegetales
No hay embutidos, ni derivados lácteos ( queso, mantequilla)
No hay jarabe de maíz para los licuados por sonda
No hay avena, galletas de soda, maría, helados, leche descremada y aceite para cocinar
Falta el SIMILAC y los jugos para los niños.

Adicionalmente:
El autoclave está malo
No hay máquina lavadora de chupones
No hay exprimidora de jugos
No hay máquina lavadora de chupetas

Lo anterior implica un trabajo manual que hace muy difícil garantizar la calidad del trabajo. Existe un clima muy tenso dentro del departamento, debido a que el personal de piso y los familiares de los niños internados realizan presión, constantemente, a los funcionarios que sirven la alimentación. Es a ellos ante quienes descargan las molestias que con bastante fundamento sienten; sin embargo, no tienen otra opción que ser los receptores del descontento y de todos los problemas que ha generado tal desabastecimiento de alimentos.

Los niños están cansados de comer pollo que es lo que, aparentemente, se compra por “caja chica”. El personal tenía intenciones de protestar hoy, lunes 12 de mayo, pero darán un compás de espera de 48 horas a las autoridades para resolver. El mismo vence el próximo miércoles 14 de mayo, a las 6 a.m. pues consideran que no pueden esperar más. Esta situación de tiempo límite fue comunicada por el Secretario General de la ANEP, al señor Presidente Ejecutivo de la CCSS, vía telefónica, en la mañana de este lunes 12 de mayo. Es nuestra percepción que la situación es inmanejable; la gente quiere trabajar pero no tienen recursos ni herramientas y manifiestan que no aceptarán responsabilidades que no les competen.

Con este panorama nos parece que la única medida que queda es que se declare el “Estado de Emergencia” del servicio y que por ésta circunstancia, la institución resuelva la problemática existente. En todo caso se trata de la alimentación, la salud de los niños y en eso creemos no se deben escatimar recursos.

ANEP acompañará a los trabajadores en todo momento y daremos especial seguimiento a las acciones que se emprendan en buscar una solución expedita, responsable y sostenida. Esperamos no se nos conduzca a realizar denuncias extrainstitucionalmente; pensamos que si hay recursos para nueva infraestructura, necesariamente debe haberlos para garantizar la atención de nuestros niños, máxime si ellos se encuentran enfrentando el dolor y la enfermedad.

Con la confianza de que con la urgencia debida, se atenderá nuestro planteamiento, reiteramos nuestro respeto para vuestras autoridades.

Albino Vargas Barrantes
Secretario General

Geovanny Ramírez Guerrero
Directivo Nacional
Responsable Sector Salud

—-
c.: Dr. Horacio Solano, Gerente Médico, CCSS.
c.: Licda. Mayela Carrillo, Administración Hospital Nacional de Niños.
c.: Licda. Patricia Chávez, Asesoría Legal Hospital Nacional de Niños.
c.: Licda. Regina Velasco, Jefatura Nutrición Hospital Nacional de Niños.
c.: Lic. José. Manuel Echandi, Defensor de los Habitantes de la República.
c.: Sres. Unidad Asesoría Jurídica ANEP.
c.: Junta Directiva Nacional de ANEP.
c.: Trabajadores y Trabajadoras, Servicio Nutrición Hospital Nacional de Niños.
c.: Funcionarios Hospital Nacional de Niños.
c.: Archivo.

Gestión ante la Contraloría General de la República sobre los mil millones de colones que facilitó el gobierno de centra para financiar el proceso de negociación del TLC con los Estados Unidos.

Estimado señor:

En primer término, expresamos a usted el más atento y respetuoso de nuestros saludos.

Nos ha parecido necesario que la entidad contralora a su digno cargo proceda a determinar la legalidad de una decisión adoptada por el Poder Ejecutivo, de tomar la cantidad de C. 1.000.000.000.oo (mil millones de colones), de los denominados fondos de preinversión administrados por el Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (MIDEPLAN), “para ayudar al proceso que está llevando a cabo el Ministro de Comercio Exterior, señor Alberto Trejos, relativo al Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos”.

Así se desprende del Oficio DM-292, fechado el 17 de febrero del 2003, dirigido por el señor Ministro de Hacienda, señor Jorge Wálter Bolaños Rojas; al señor Jorge Polinaris Vargas, Viceministro de MIDEPLAN. Le adjuntamos copia de dicho documento.

Tenemos conocimiento de que tales fondos de preinversión se generan a partir de un Contrato de Préstamo celebrado el 16 de noviembre de 1989, entre el Gobierno de la República de Costa Rica y el Banco Interamericano de Desarrollo, por un monto de seis millones de dólares; contrato de préstamo aprobado por la Asamblea Legislativa, mediante la Ley No. 7376, emitida el 23 de febrero de 1994. Posteriormente, se emitió por parte del Poder Ejecutivo, el Reglamento del Fondo de Preinversión, según Decreto No. 24658-PLAN, emitido el 21 de setiembre de 1995.

Aparte de determinar si esa decisión es correcta, jurídicamente hablando y si así lo fuere, nos parece importante que se determine el control del gasto de esos dineros y si el ente contralor ejerce fiscalización y demanda rendición de cuentas sobre ello. Por el contrario, si resultara ilegal de decisión indicada en el oficio que firma el actual Ministro de Hacienda, solicitamos indicarnos cómo se procederá para demandar las debidas responsabilidades, considerando que esos dineros el país debe honrarlos al provenir de un préstamo que todos los costarricenses deberemos pagar.

Las personas a las que hemos consultado sobre el particular, con conocimiento de causa, han opinado entre otros aspectos, que esos mil millones de colones debilitarán los proyectos que sí correspondería ejecutar al amparo de esos fondos de preinversión; por ejemplo, los estudios de catastro y de planes reguladores que tanta falta hacen a los gobiernos locales.

Valga indicar, además, que en la misma carta del Ministerio de Hacienda a MIDEPLAN, se dispone otro traslado de dineros, adicional al que se hace para el asunto del TLC. Se trata de 300 millones de colones “para inversión en el proceso de cultura tributaria”, según se cita en la citada correspondencia. El fin es más que necesario y debemos respaldarlo, pero, ¿es correcto, al igual que en el caso anterior, este tipo de transferencias?.

Con la esperanza de que el señor Contralor General le dé la debida atención a nuestro planteamiento, nos es muy grato suscribirnos, no sin antes reiterarle nuestro mayor respeto y consideración,

Albino Vargas Barrantes
Secretario General

—-
c.: Lic. Rodrigo Alberto Carazo Zeledón, Diputado de la Asamblea Legislativa.
c.: Junta Directiva Nacional.
c.: Archivo.

Solicitud de ANEP de derecho de respuesta a raíz del editorial «Corrupción Institucional» publicado por del periódico «La Nación»

Estimado señor:

Respetuosamente le solicitamos el debido derecho de respuesta consagrado en nuestro ordenamiento jurídico.

El “pueblo” de La Nación

Con gran desconfianza acerca de la política ética del diario La Nación para la equidad informativa, lo que nos hace dudar acerca de que este comentario sea publicado íntegramente; hacemos alusión a su editorial del miércoles 28 de mayo del 2003, titulado, manipuladoramente como es lógico suponer en este medio periodístico, “Corrupción institucional”; refiriéndose a las últimas actuaciones de la dirigencia sindical nacional, en las actuales circunstancias nacionales de grave confrontación social. Como se aludió explícitamente a la ANEP, no dudamos de que la legalidad nos asiste para invocar el debido derecho de respuesta.

El Grupo Nación, cuya empresa emblema es el diario La Nación, está muy dolido porque uno de los suyos, a quien pusieron como Ministro de Hacienda, ha decido “renunciar” a su alto cargo, a propósito del conflicto ICE; alegando que esta institución nunca le suministró su información financiera, “seria, suficiente y transparente”. Este argumento se ha venido al suelo en varias ocasiones, sin embargo, “tirar piedras teniendo techo de vidrio” descalifica una argumentación que pretende ser sólida.

Por ejemplo, durante la discusión en el seno de la Comisión Mixta para el Pacto Fiscal, a propósito del proyecto, luego Ley de Contingencia Fiscal, fue claro y notorio que el jerarca saliente de la cartera de Hacienda, suministraba informaciones contradictorias, insuficientes, sumamente informales y cambiantes. Esto fue advertido y criticado reiteradamente por diputados y asesores de dicha comisión y así consta en las actas.

Por otra parte ese ministro tan transparente, junto a su homóloga de la Presidencia, hoy saliente también; estuvieron de acuerdo en modificar una ley vía decreto ejecutivo, a contrapelo del dictamen técnico de la propia Dirección General de Tributación; emitiendo un reglamento para variar la metodología legal del cálculo impositivo; con lo cual no solamente se influiría en un proceso judicial en curso que tiene el Instituto de Desarrollo Agrario (IDA), contra fábricas de cerveza y refrescos; sino que estas empresas podrían verse beneficiadas en una reducción de sus obligaciones impositivas de hasta los ¡20 mil millones de colones!.

La visión ideológica dominante en la conducción política del país, de la cual La Nación es su “buque insignia”, la lleva a arrogarse la representación del pueblo, al interpretar que cuando ella habla, habla la gente. Qué clase de pueblo es ese que La Nación cree representar, cuando editorializa sobre una conferencia de prensa de carácter sindical (la convocada por ANEP), que no quiso cubrir; sabiendo como sabe que a través de los sindicatos se expresa la opinión de la clase trabajadora y el sentir de una amplia mayoría ciudadana que ve con simpatía nuestras causas.

Una gran cantidad de pueblo trabajador no lee La Nación, dichosamente. Otra parte importante de la clase media, lo lee críticamente. Un amplio segmento de lo que denominan clase política detesta sus posiciones y nos lo externan muy a menudo, en privado, por supuesto.

Así que el “pueblo” de La Nación está formado por sectores económicos y financieros que ven sus intereses reflejados en el enfoque ideológico-informativo de sus publicaciones, editoriales y columnas; sectores que si bien tienen un gran poder, cuantitativamente hablando son minoritarios. No puede, entonces, La Nación hablar por el “pueblo”.

La perversidad del enfoque ideológico de La Nación contra los sindicatos es más que evidente, cuando hace el enlace malévolo del concepto “corrupción institucional” con los planteamientos sindicales. Es la única vía que han encontrado para descalificar la acción social de carácter cívico de las organizaciones laborales en defensa de una sociedad inclusiva, de solidaridad y de equidad distributiva, con transparencia y rendición de cuentas. Por cierto que este enfoque infamante, calumnioso y difamatorio podría abrir un debate jurídico-penal al que no renunciamos. La Nación tiene ya bastante experiencia en estas lides y, por cierto, no le ha ido muy bien.

Podríamos debatir sobre este tema y para establecer cuántos “corruptos” del sindicalismo están en el poder, el de verdad. Cuántos son los corruptos de la acera de enfrente que han utilizado los altos cargos para tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito, favorecimiento personal, evasión impositiva, receptores de exenciones por productos fantasmas, etc., etc. Podemos garantizar que estas personas no proceden, en absoluto, de las filas del Movimiento Sindical Costarricense.

La Nación sabe perfectamente que su visión de país, con todo el derecho que tiene de ostentarla, no es la que posee la abrumadora mayoría de la población costarricense. La Nación “entiende” de negocios, de transacciones bursátiles, de politiquería; La Nación por el poder de incidencia que ostentó y que hoy está bastante disminuido, no entiende la nueva naturaleza del desarrollo de la democracia costarricense; dentro de la cual, algunas de las más importantes organizaciones sindicales, ¡oh herejía!, hemos tenido la capacidad de plantearnos un proyecto de país solidario y de sociedad inclusiva; hemos tenido la capacidad de generar alianzas sociales y multisectoriales impensadas y hemos tenido la capacidad de encontrar apoyos solidarios y comprometidos en las más altas esferas del poder político formal, como la propia Asamblea Legislativa.

Finalmente, nos resistiremos hasta el último aliento de nuestras fuerzas y de nuestras vidas, a someternos a la dictadura ideológica y política que La Nación quiere imponerle a este país. No descansaremos hasta lograr el desarrollo de una sociedad democrática, altamente participativa y de fuerte carácter inclusivo; una sociedad de alta tolerancia en la cual hasta La Nación tenga cabida, pese a su propia intolerancia.

Este sueño, este compromiso, este anhelo, esta esperanza es la de miles y miles de compatriotas; tantos y tantos que el “pueblo” de La Nación no puede igualar, pese a los miles y miles de millones de colones que acumulan las personas que se ven reflejadas en los intereses defendidos por este medio de comunicación colectiva. Si defender la Patria, la institucionalidad y el bien común es un acto “irresponsable”, pues bien, seguiremos siendo “irresponsables”.

Muy atentamente,

Albino Vargas Barrantes
Secretario General

Edgar Morales Quesada
Secretario General Adjunto

—-
c.: Junta Directiva Nacional.
c.: Archivo.

Trabajadores de la Imprenta rechazan que se les culpabilice

La Imprenta Nacional brindó al citado legislador el mismo trato que se le da a cualquier solicitud de impresión de trabajos proveniente de las entidades públicas. En este caso, con mucha atención considerándose que la petición provenía en papel oficial de la propia Asamblea Legislativa, considerado el Primer Poder de la República.

La institución toma nota de que podría haber alguna irregularidad cuando al cancelarse el trabajo ordenado, se notó que la fuente de pago era una entidad privada. Nunca nadie advirtió a la Imprenta Nacional que la cancelación del tiraje del ya famoso calendario se haría de tal forma. Si así hubiese sido, si tal prevención hubiese sido conocida por los responsables administrativos, el trabajo se habría rechazado.

Por tanto ningún trabajador o trabajadora de la Imprenta Nacional puede ser sancionado, aunque se hayan abierto procesos para determinar “responsabilidades” mismas que no cabrían por cuanto nada ilegal se hizo.

Por el contrario, el personal de esta entidad pública pide, con contundente vehemencia, que no se le inmiscuya en el pleito de politiquería barata que se ha originado en torno al citado comentario; rechazando, de manera enfática, las pretensiones de los diputados del Movimiento Libertario para que sean ellos, los trabajadores, quienes paguen los platos rotos.

La clase trabajadora costarricense ya sabe muy bien que los denominados “libertarios” son los grandes defensores de los patronos y es lógico esperar de ellos ataques a los trabajadores.

San José, 27 de mayo del 2003.

¿REPUBLICA INDEPENDIENTE DEL BANCO CENTRAL?

Hace algunos meses, un ex subgerente de telecomunicaciones del ICE publicó en un medio escrito un artículo titulado “República independiente del ICE”, en el cual criticaba duramente el proyecto de ley de modernización y fortalecimiento de esa institución.

No pretendo en este espacio caer en un maniqueísmo de signo contrario, sino contribuir a la reflexión sobre un tema nacional de tanta envergadura que ha terminado enfrentando a dos de las instituciones más importantes del Estado costarricense: el Banco Central y el Instituto Costarricense de Electricidad.

A. AUTONOMIA. Llama la atención que los mismos personajes que claman por una autonomía e independencia a ultranza del Banco Central (políticos y empresarios conservadores, economistas liberales y neoliberales), sean quienes cuestionan la pretendida “independencia del ICE”.

Es una muestra del signo de los tiempos que todavía nos envuelve. Se exige autonomía para la institución que ciertamente tiene la mayor responsabilidad de velar por la estabilidad macroeconómica del país, pero se niega esa autonomía para la empresa pública que tiene el mayor impacto real y potencial en el curso del crecimiento económico del país, lo mismo que en la tan mentada competitividad.

B. INDEPENDENCIA POLITICA. Es claro que ninguna institución pública puede pretender independencia de las políticas estatales globales, menos aun si éstas son democráticamente consultadas y evaluadas (lo que por lo general no es el caso). Con respecto a la independencia del Banco Central, la misma no puede desatenderse ni ignorar los impactos de las políticas monetaria y cambiaria más allá de variables como la inflación y las tasas de interés. Por ello, una estricta coordinación del conjunto de las políticas públicas es una tarea irrenunciable.

Pero además, esta independencia (o el margen de autonomía necesaria), no debe verse sólo con respecto a los otros poderes públicos, sino también, y éste es hoy en día el verdadero meollo del asunto, independencia con respecto a los poderosos intereses privados. En particular, nunca se ha demostrado que el interés del sector financiero de la economía coincida armónicamente con el interés general de la sociedad.

Un aspecto particular de esta problemática se refiere a la idoneidad académica, a la ética profesional y a la contradicción de intereses entre los negocios particulares de los jerarcas de las instituciones y los objetivos institucionales y nacionales. Sin duda, la politización de las juntas directivas de las instituciones autónomas (Ley 4-3, Ley de presidencias ejecutivas) ha minado considerablemente esta independencia necesaria.

C. DÉFICIT FISCAL. El ICE no es parte del problema fiscal de Costa Rica, aunque si puede ser parte de la solución. El déficit financiero del sector público se explica en su totalidad por los déficit del Gobierno central y del Banco Central. El primero resulta de una insuficiencia de ingresos dada la regresiva estructura tributaria del país, así como por un serio problema de “calidad del gasto” gubernamental, resultado del marasmo institucional que se ha venido acrecentando.

Por su parte, el déficit del Banco Central se explica fundamentalmente por el alto costo de una política monetaria (énfasis excesivo en colocación de bonos) y cambiaria (minidevaluaciones), que ha favorecido claramente al sector financiero y al sector exportador, sin exigir a cambio compromisos que refuercen el Bien común. Y decimos que el ICE sí puede ser parte de la solución del problema fiscal, porque el proyecto de ley que se discute en la Comisión Mixta de la Asamblea Legislativa contempla el pago de un canon de la institución al Gobierno por el uso del espectro radioeléctrico y las concesiones de agua para propósitos de desarrollo hidroeléctrico.

D. CONTABILIDAD FISCAL. Es sencillamente absurdo imponer a una empresa pública como el ICE una contabilidad fiscal similar a la de un ministerio o cualquiera otra institución que se financie con impuestos o con transferencias del Gobierno central. Como empresa publica, el ICE debe responder a una triple lógica: a) la de entidad empresarial, b) la de instrumento de política gubernamental y, c) la de institución sujeta a evaluación pública.

La lógica de entidad empresarial exige, entre otros puntos, una contabilidad propia de empresa privada. La lógica de instrumento de política estatal exige una adecuada planificación y coordinación de sus acciones. La lógica de institución pública exige una rigurosa evaluación y rendición de cuentas. La insistencia del Ministerio de Hacienda en aplicar al ICE una contabilidad fiscal absurda, tiene un claro sesgo anti-empresa pública, ya que limita su nivel de inversiones y sobredimensiona sus eventuales déficit.

E. COSMÉTICA FISCAL. Aunque es usual sumar algebraicamente los déficit del Gobierno con los superávit de las instituciones autónomas para obtener un resultado global más favorable (a los ojos del FMI y de Standard & Poor´s), en gran parte este procedimiento es pura cosmética fiscal y, peor aun, un autoengaño. En el caso concreto del ICE, éste no se financia con impuestos ni recibe transferencias del Gobierno. Un “déficit” del ICE no es una carga para el Gobierno central, y no lo llegará a ser a menos que esta institución sea destruida por políticas insensatas de sus autoridades.

Desde el punto de vista financiero, un déficit del ICE (tres veces en los últimos doce años), es más bien similar a uno de cualquiera empresa privada. Pero a diferencia de una empresa privada, y como vimos en el punto anterior, el ICE ciertamente debe responder por su carácter de ente estatal y de institución pública.

F. EMISIÓN DE BONOS. Argumentando una sujeción casi absoluta al programa monetario para el 2003, el Banco Central se ha negado a que el ICE haga una colocación de bonos en el mercado nacional, a pesar de que es evidente que lo que falta en el mercado son “papeles” y no compradores, lo que contrarresta cualquier impacto en las tasas de interés. Esta colocación (38 000 millones), representa apenas cerca del 0,5% del PIB y sería una legítima y provechosa operación de intermediación financiera: retirar liquidez de agentes privados superavitarios y trasladarla a fines productivos, sin mayor impacto inflacionario.

Si esta misma operación la hace una empresa privada, todos en el Consejo Económico se felicitarían, pero como la hace una empresa pública, todos los espectros son convocados: el déficit, la inflación, las tasas de interés, la balanza de pagos. El único impacto negativo de esta colocación de bonos en el mercado interno podría darse sobre el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos, pero ¿acaso no dispone el Banco Central de reservas suficientes? Y a la larga, ¿renunciar a las inversiones requeridas no implicaría quizás un problema mayor, si se llegase a la necesidad de importar electricidad de Panamá o de aumentar la dependencia de la generación térmica?

Si se demuestra la necesidad del financiamiento solicitado por el ICE, que es la primera duda por resolver (y no la convocatoria a los espectros), la estrategia del Banco Central y del Gobierno debió haber sido muy diferente: negociar entre todas las partes el plazo de la emisión, negociar la periodicidad de los cupones, negociar la moneda y negociar la tasa de interés. Esto, como debe ser, en un ambiente de cooperación y entendimiento. Pero al parecer se ha optado por otro camino: el enfrentamiento.

Equivocados o no, los sindicatos del ICE se han involucrado también en esta confrontación, pero recordemos que el no rotundo provino inicialmente (sin argumentos técnicos y con considerable retraso), del Banco Central. Aun así, el ICE ha flexibilizado su posición inicial al aceptar una emisión en dólares, no obstante el riesgo cambiario que ello le representa.

G. DEMAGOGIA POLÍTICA. Es frecuente escuchar, al mismo señor Presidente Pacheco, que los recursos que obtiene el ICE para financiar sus obras, son recursos que no llegan a otras instituciones, que con los recursos que pide el ICE por medio de la emisión de bonos, se podrían construir tantas escuelas o clínicas, o levantar tantos kilómetros de carreteras, o contratar tantos policías. ¿Puede haber una demagogia mayor? Los ingresos que obtiene el ICE no le restan un céntimo al PANI, al IMAS, al INVU o al MOPT.

Los préstamos que están en proceso de negociación son asumidos enteramente por la institución, sin más participación del Estado que su aval, una emisión de bonos como la propuesta implica un financiamiento con recursos de inversionistas privados, los ingresos corrientes que devenga el ICE provienen del suministro de servicios a los usuarios a precio de costo, tal como lo exige la Constitución. Si esta demagogia no es parte de una estrategia de estrangulamiento del ICE, como advierten los sindicatos, entonces es producto de la simple y llana ignorancia.

H. IMPACTO MACROECONÓMICO. Nadie niega la importancia del ICE en la economía del país. Su aporte al valor agregado es del 3% del PIB, y su impacto en la cuenta corriente de la balanza de pagos es necesariamente deficitario. Su mercado es el mercado interno, a la vez que requiere de cuantiosas importaciones en equipo y tecnología.

Lo sorprendente es que en sus análisis el Banco Central no parece tener en cuenta aspectos esenciales del papel del ICE en la economía nacional: lo extremadamente necesario de sus inversiones para la competitividad de las empresas, su aporte a la sustitución de hidrocarburos importados, su impacto en el empleo directo e indirecto, sus múltiples y profundos encadenamientos productivos, su significativo aporte fiscal en la recaudación de impuestos indirectos.

¿Cómo puede un presidente ejecutivo del Banco Central afirmar que su valoración del gasto del ICE sólo debe ser de naturaleza cuantitativa-financiera, qué la calidad del gasto no es de su incumbencia? ¿Acaso da lo mismo que el ICE invierta productivamente sus recursos para bien del país o que los despilfarre en “piñatas”, término que tanto gusta al señor Presidente Pacheco?

“Sirvan las anteriores reflexiones para hacer un llamado al debate serio y responsable. Y no olvidemos que lo que está en juego es mucho más que una simple emisión de bonos, lo que está realmente en juego es el “proyecto-país” que todos los costarricenses tenemos el derecho y el deber de construir. “

27 de mayo del 2003

Henry Mora Jiménez
Escuela de Economía, UNA
Reproducido por ANEP

Verdaderas razones para la
estrategia de estrangulamiento financiero
del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE);
por parte del equipo económico neoliberal,
de la Administración Pacheco de la Espriella.
(frase de ANEP)

Hace algunos meses, un ex subgerente de telecomunicaciones del ICE publicó en un medio escrito un artículo titulado “República independiente del ICE”, en el cual criticaba duramente el proyecto de ley de modernización y fortalecimiento de esa institución.

No pretendo en este espacio caer en un maniqueísmo de signo contrario, sino contribuir a la reflexión sobre un tema nacional de tanta envergadura que ha terminado enfrentando a dos de las instituciones más importantes del Estado costarricense: el Banco Central y el Instituto Costarricense de Electricidad.

A. AUTONOMIA. Llama la atención que los mismos personajes que claman por una autonomía e independencia a ultranza del Banco Central (políticos y empresarios conservadores, economistas liberales y neoliberales), sean quienes cuestionan la pretendida “independencia del ICE”.

Es una muestra del signo de los tiempos que todavía nos envuelve. Se exige autonomía para la institución que ciertamente tiene la mayor responsabilidad de velar por la estabilidad macroeconómica del país, pero se niega esa autonomía para la empresa pública que tiene el mayor impacto real y potencial en el curso del crecimiento económico del país, lo mismo que en la tan mentada competitividad.

B. INDEPENDENCIA POLITICA. Es claro que ninguna institución pública puede pretender independencia de las políticas estatales globales, menos aun si éstas son democráticamente consultadas y evaluadas (lo que por lo general no es el caso). Con respecto a la independencia del Banco Central, la misma no puede desatenderse ni ignorar los impactos de las políticas monetaria y cambiaria más allá de variables como la inflación y las tasas de interés. Por ello, una estricta coordinación del conjunto de las políticas públicas es una tarea irrenunciable.

Pero además, esta independencia (o el margen de autonomía necesaria), no debe verse sólo con respecto a los otros poderes públicos, sino también, y éste es hoy en día el verdadero meollo del asunto, independencia con respecto a los poderosos intereses privados. En particular, nunca se ha demostrado que el interés del sector financiero de la economía coincida armónicamente con el interés general de la sociedad.

Un aspecto particular de esta problemática se refiere a la idoneidad académica, a la ética profesional y a la contradicción de intereses entre los negocios particulares de los jerarcas de las instituciones y los objetivos institucionales y nacionales. Sin duda, la politización de las juntas directivas de las instituciones autónomas (Ley 4-3, Ley de presidencias ejecutivas) ha minado considerablemente esta independencia necesaria.

C. DÉFICIT FISCAL. El ICE no es parte del problema fiscal de Costa Rica, aunque si puede ser parte de la solución. El déficit financiero del sector público se explica en su totalidad por los déficit del Gobierno central y del Banco Central. El primero resulta de una insuficiencia de ingresos dada la regresiva estructura tributaria del país, así como por un serio problema de “calidad del gasto” gubernamental, resultado del marasmo institucional que se ha venido acrecentando.

Por su parte, el déficit del Banco Central se explica fundamentalmente por el alto costo de una política monetaria (énfasis excesivo en colocación de bonos) y cambiaria (minidevaluaciones), que ha favorecido claramente al sector financiero y al sector exportador, sin exigir a cambio compromisos que refuercen el Bien común. Y decimos que el ICE sí puede ser parte de la solución del problema fiscal, porque el proyecto de ley que se discute en la Comisión Mixta de la Asamblea Legislativa contempla el pago de un canon de la institución al Gobierno por el uso del espectro radioeléctrico y las concesiones de agua para propósitos de desarrollo hidroeléctrico.

D. CONTABILIDAD FISCAL. Es sencillamente absurdo imponer a una empresa pública como el ICE una contabilidad fiscal similar a la de un ministerio o cualquiera otra institución que se financie con impuestos o con transferencias del Gobierno central. Como empresa publica, el ICE debe responder a una triple lógica: a) la de entidad empresarial, b) la de instrumento de política gubernamental y, c) la de institución sujeta a evaluación pública.

La lógica de entidad empresarial exige, entre otros puntos, una contabilidad propia de empresa privada. La lógica de instrumento de política estatal exige una adecuada planificación y coordinación de sus acciones. La lógica de institución pública exige una rigurosa evaluación y rendición de cuentas. La insistencia del Ministerio de Hacienda en aplicar al ICE una contabilidad fiscal absurda, tiene un claro sesgo anti-empresa pública, ya que limita su nivel de inversiones y sobredimensiona sus eventuales déficit.

E. COSMÉTICA FISCAL. Aunque es usual sumar algebraicamente los déficit del Gobierno con los superávit de las instituciones autónomas para obtener un resultado global más favorable (a los ojos del FMI y de Standard & Poor´s), en gran parte este procedimiento es pura cosmética fiscal y, peor aun, un autoengaño. En el caso concreto del ICE, éste no se financia con impuestos ni recibe transferencias del Gobierno. Un “déficit” del ICE no es una carga para el Gobierno central, y no lo llegará a ser a menos que esta institución sea destruida por políticas insensatas de sus autoridades.

Desde el punto de vista financiero, un déficit del ICE (tres veces en los últimos doce años), es más bien similar a uno de cualquiera empresa privada. Pero a diferencia de una empresa privada, y como vimos en el punto anterior, el ICE ciertamente debe responder por su carácter de ente estatal y de institución pública.

F. EMISIÓN DE BONOS. Argumentando una sujeción casi absoluta al programa monetario para el 2003, el Banco Central se ha negado a que el ICE haga una colocación de bonos en el mercado nacional, a pesar de que es evidente que lo que falta en el mercado son “papeles” y no compradores, lo que contrarresta cualquier impacto en las tasas de interés. Esta colocación (38 000 millones), representa apenas cerca del 0,5% del PIB y sería una legítima y provechosa operación de intermediación financiera: retirar liquidez de agentes privados superavitarios y trasladarla a fines productivos, sin mayor impacto inflacionario.

Si esta misma operación la hace una empresa privada, todos en el Consejo Económico se felicitarían, pero como la hace una empresa pública, todos los espectros son convocados: el déficit, la inflación, las tasas de interés, la balanza de pagos. El único impacto negativo de esta colocación de bonos en el mercado interno podría darse sobre el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos, pero ¿acaso no dispone el Banco Central de reservas suficientes? Y a la larga, ¿renunciar a las inversiones requeridas no implicaría quizás un problema mayor, si se llegase a la necesidad de importar electricidad de Panamá o de aumentar la dependencia de la generación térmica?

Si se demuestra la necesidad del financiamiento solicitado por el ICE, que es la primera duda por resolver (y no la convocatoria a los espectros), la estrategia del Banco Central y del Gobierno debió haber sido muy diferente: negociar entre todas las partes el plazo de la emisión, negociar la periodicidad de los cupones, negociar la moneda y negociar la tasa de interés. Esto, como debe ser, en un ambiente de cooperación y entendimiento. Pero al parecer se ha optado por otro camino: el enfrentamiento.

Equivocados o no, los sindicatos del ICE se han involucrado también en esta confrontación, pero recordemos que el no rotundo provino inicialmente (sin argumentos técnicos y con considerable retraso), del Banco Central. Aun así, el ICE ha flexibilizado su posición inicial al aceptar una emisión en dólares, no obstante el riesgo cambiario que ello le representa.

G. DEMAGOGIA POLÍTICA. Es frecuente escuchar, al mismo señor Presidente Pacheco, que los recursos que obtiene el ICE para financiar sus obras, son recursos que no llegan a otras instituciones, que con los recursos que pide el ICE por medio de la emisión de bonos, se podrían construir tantas escuelas o clínicas, o levantar tantos kilómetros de carreteras, o contratar tantos policías. ¿Puede haber una demagogia mayor? Los ingresos que obtiene el ICE no le restan un céntimo al PANI, al IMAS, al INVU o al MOPT.

Los préstamos que están en proceso de negociación son asumidos enteramente por la institución, sin más participación del Estado que su aval, una emisión de bonos como la propuesta implica un financiamiento con recursos de inversionistas privados, los ingresos corrientes que devenga el ICE provienen del suministro de servicios a los usuarios a precio de costo, tal como lo exige la Constitución. Si esta demagogia no es parte de una estrategia de estrangulamiento del ICE, como advierten los sindicatos, entonces es producto de la simple y llana ignorancia.

H. IMPACTO MACROECONÓMICO. Nadie niega la importancia del ICE en la economía del país. Su aporte al valor agregado es del 3% del PIB, y su impacto en la cuenta corriente de la balanza de pagos es necesariamente deficitario. Su mercado es el mercado interno, a la vez que requiere de cuantiosas importaciones en equipo y tecnología.

Lo sorprendente es que en sus análisis el Banco Central no parece tener en cuenta aspectos esenciales del papel del ICE en la economía nacional: lo extremadamente necesario de sus inversiones para la competitividad de las empresas, su aporte a la sustitución de hidrocarburos importados, su impacto en el empleo directo e indirecto, sus múltiples y profundos encadenamientos productivos, su significativo aporte fiscal en la recaudación de impuestos indirectos.

¿Cómo puede un presidente ejecutivo del Banco Central afirmar que su valoración del gasto del ICE sólo debe ser de naturaleza cuantitativa-financiera, qué la calidad del gasto no es de su incumbencia? ¿Acaso da lo mismo que el ICE invierta productivamente sus recursos para bien del país o que los despilfarre en “piñatas”, término que tanto gusta al señor Presidente Pacheco?

“Sirvan las anteriores reflexiones para hacer un llamado al debate serio y responsable. Y no olvidemos que lo que está en juego es mucho más que una simple emisión de bonos, lo que está realmente en juego es el “proyecto-país” que todos los costarricenses tenemos el derecho y el deber de construir. “

27 de mayo del 2003

Manifiesto al país

Considerando:

1.
Que la abrumadora mayoría del pueblo costarricense ha expresado en distintos momentos y en variadas circunstancias y por múltiples formas, su rechazo rotundo a la filosofía neoliberal como sistema de desarrollo para nuestro querido país.

2.
Que el Gobierno del Presidente Pacheco de la Espriella se ha entregado, completamente, a dicha filosofía, dándole el manejo de la economía a esa única visión, impregnada de fundamentalismo fiscalista y obsesividad macroeconómica con abusivas restricciones del gasto y de la inversión publicas. Esto está desatando peligrosos conflictos sociales de grave riesgo para la paz social y la institucionalidad democrática de Costa Rica; además, ha venido deteriorando seriamente su credibilidad, por su constante actitud de deshonrar la firma puesta en compromisos que, precisamente, debían apuntar a la consolidación de la estabilidad social del país (ICE, Magisterio Nacional, Provincia de Limón, convenios con OIT, entre otros). Que en el caso del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), lo que está en juego es mucho más que una simple emisión de bonos; pues en realidad, lo que se está jugando es el “proyecto-país” que todos los costarricenses tenemos el derecho y el deber de construir.

3.
Que el equipo económico neoliberal del Presidente Pacheco de la Espriella, en realidad, busca crear las condiciones necesarias para la entrega total del patrimonio nacional con ocasión de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC), con los Estados Unidos de América; promoviendo el ingreso de las gigantescas transnacionales de energía, telecomunicaciones, seguro, banca, salud, agricultura, entre otras.

4.
Que dicho equipo económico responde a intereses sectoriales que si bien ostentan un desmedido y gigantesco poderío económico y financiero, son minoritarios; propiciando así una abusiva concentración de la riqueza y extendiendo la pobreza abarcando a los sectores medios, mayoritarios en la sociedad costarricense.

5.
Que el sector más antidemocrático y totalitario de la cúpula empresarial costarricense se ha lanzado en una multimillonaria campaña publicitaria de ataque visceral y manipulador contra las fuerzas sociales, especialmente las del ICE, atizando la hoguera de la confrontación social.

Por tanto:

La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), hace pública su decisión para una convocatoria a Huelga General Nacional, lanzando esta iniciativa para la consideración de las otras fuerzas del Movimiento Sindical Costarricense; así como a los diferentes sectores sociales de mujeres, de estudiantes, ecologistas, pastorales, campesinos, académicos, comunales y otros; de manera que, conjuntamente, definamos la fecha de arranque con la urgencia que amerita la gravedad de la situación social que enfrentamos.

La ANEP propone la unificación de agendas sectoriales en un pliego único de forma tal que en un solo frente social podamos demandar soluciones claras, contundentes, precisas y oportunas a:

1.
La situación del ICE.

2.
La normalización plena del pago salarial al Magisterio Nacional.

3.
La atención a las justas demandas de la comunidad limonense.

4.
La apertura a las negociaciones salariales de los sectores Privado y Público.

5.
Las obligaciones pendientes con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

6.
La apertura de un real espacio de discusión y participación plena en el proceso del TLC.

7.
La reversión del reglamento que flexibilizó las obligaciones tributarias para con el Instituto de Desarrollo Agrario (IDA), “regalando” miles de millones de colones a firmas privadas de bebidas de distinto tipo.

8.
El fortalecimiento urgente de la Administración Tributaria cumpliendo ya, sin más dilación y con pleno respeto al espíritu del legislador, de lo que ordenó la Ley de Contingencia Fiscal.

9.
Reversión profunda del proceso licitatorio que pretende entregar el INCOP a las transnacionales.

10.
Renuncia a la privatización de la cárcel de Pococí.

11.
Fortalecimiento presupuestario inmediato de los sistemas de preservación de las áreas protegidas del patrimonio ecológico nacional.

12.
Profunda rendición de cuentas por parte de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), con relación a sus obligaciones para el fortalecimiento del Régimen de Pensiones I.V.M, según se lo ordenó la Ley de Protección al Trabajador.

13.
Amplia revisión al sistema de concesión de obra pública con su respectiva rendición de cuentas.

14.
Una profunda auscultación e indagación sobre la composición de la deuda interna para determinar el grado de concentración de la misma; y por ende, el gigantesco negocio que representa, el proceso de concentración de la misma en reducidos grupos financieros del Sector Privado.

15.
Freno total a la abusiva contratación de consultorías en las entidades públicas, pasando a emplear, como corresponde, el calificado recurso humano, profesional y técnico, que existe en la Administración Pública; personal que a la fecha ha sido relegado, excluido, descalificado, discriminado y desmotivado.

Demandamos:

1.
Cambio drástico de la integración del equipo económico gubernamental.

2.
La conformación de un nuevo equipo con la inclusión de prestigiosos economistas comprometidos con los ideales de solidaridad, de justicia social, de equidad distributiva, de profundo contenido humanista y cristiano.

3.
La renuncia de la Ministra de la Presidencia, de Educación Pública y del Ministro de Hacienda, señora Rina Contreras, señora Astrid Fischel y señor Jorge Wálter Bolaños, respectivamente. En su lugar, deben designarse personas ajenas a los sectores económico-financieros de orientación neoliberal; personas que tenga mayor capacidad de entender el desafío nacional por una sociedad sin exclusiones, orientada al bien común.

4.
La apertura de una Mesa Nacional para la Solidaridad y por una Sociedad Inclusiva, con participación de las fuerzas sociales y productivas más representativas, pero que estén dispuestas a la construcción de una sociedad de paz, de equidad distributiva y de justicia social.

5.
Descartar todo tipo de acciones represivas, administrativas, legales y políticas contra los trabajadores y contra las trabajadoras en huelga, así como contra quienes se habrán de adherir a los nuevos movimientos por venir.

San José, 27 de mayo del 2003.

La Huelga del ICE No puede ser declarada ilegal

En cincuenta años de vigencia del Código de Trabajo, y a pesar de encontrarse declarado constitucionalmente el Derecho a la Huelga, existen sólo dos excepciones de muy antigua data, que fueron declaradas huelgas legales por los tribunales de justicia. Todas las demás son y han sido declaradas ilegales, fundamentalmente por las desproporcionadas exigencias que establece la ley.

Por una parte se exige un porcentaje de declaración de apoyo a la huelga que, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es excesivo y desproporcionado (60 %); lo que impide el ejercicio del derecho de huelga. Adicionalmente, nuestra legislación exige que, de previo a ir a la huelga, se debe agotar un procedimiento judicial cuya duración promedio es de tres años.

En tercer lugar, se exige que no se trate de un servicio público. Sin embargo, la definición de servicio público que tiene nuestra legislación fue declarada inconstitucional desde 1998. Desgraciadamente, hasta el día de hoy, la definición sustituta no ha sido dada a conocer por la Sala Constitucional ya que aún no se ha hecho pública la sentencia que contiene la nueva definición.

Todo esto hace que en Costa Rica no se respete el Derecho Humano a la Huelga. Ante tal situación, ya desde el 1º de julio de 1999, se interpuso una acción de inconstitucionalidad en contra de los desproporcionados requisitos establecidos en el Código de Trabajo para la huelga legal.

Es decir, a la fecha de hoy, los requisitos para determinar si una huelga es legal o ilegal están cuestionados ante la Sala Cuarta, por lo que, conforme lo establece la Ley de Jurisdicción Constitucional, ningún Juzgado de Trabajo podría dictar una sentencia, declarando legal o ilegal un determinado movimiento de huelga; si antes nuestro máximo tribunal constitucional no resuelve la acción de inconstitucionalidad pendiente y, además, hace pública la sentencia que debe definir cómo debe entenderse el servicio público en nuestro país.

Pero además, una acción precipitada por parte del Gobierno de La República, ya no sólo pasaría por encima de la competencia de la Sala Constitucional, sino que engrosará su ya gran expediente negativo que deberá enfrentar en los próximos meses ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como país violador de la Libertad Sindical, la Negociación Colectiva y el Derecho Humano a la Huelga.

Así las cosas, afirmamos de manera contundente, la actual huelga del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), la eventual huelga del Magisterio Nacional o cualesquiera otra, no puede ser declarada ilegal pues ningún juez de trabajo tiene atribuciones legales para que en este momento dicte una sentencia de declaratoria de ilegalidad de huelga.

San José, 19 de mayo del 2003.

Liquidación del INCOP debe ir a la Asamblea Legislativa

Lo anterior consta en el Oficio SD-069-2003, fechado 21 de abril de 2003, firmado por el Lic. José Luis Araya Alpízar, Subdirector General de la Dirección General de Presupuesto del Ministerio de Hacienda; el cual, “con instrucciones superiores”, así se lo comunica a la entidad contralora.

Recordemos que bajo las falsas argumentaciones de “cierre técnico” primero y “modernización”, después, el Gobierno pretendió transferir la suma de 3.280 millones de colones de fondos del Consejo Nacional de Vialidad (CONAVI), para destinarlos a pagar indemnizaciones adicionales a los trabajadores del INCOP; como “premio” para que no se opusieran a la privatización de tan importante entidad portuaria, la principal fuente de empleo en la Provincia de Puntarenas.

Así se ha caído la maniobra gubernamental, básicamente promovida por el Ministro de Obras Públicas y Transportes (MOPT), Lic. Javier Chaves Bolaños, quien intentó, en todo momento, obviar el necesario debate nacional sobre el futuro del INCOP.

El Gobierno reconoce, en consecuencia, que tendrá que ser por medio de ley de la república, aprobada por la Asamblea Legislativa, la forma correcta para “deshacerse” del INCOP. Esto permitirá un gran debate político, con la participación de las fuerzas vivas puntarenenses, acerca de la oportunidad de privatizar una institución portuaria tan vital en el desarrollo del pacífico costarricense. Desde ya anunciamos una gran ofensiva cívica para preservar al INCOP como parte del patrimonio público del pueblo costarricense.

San José, 15 de mayo del 2003.

En serio riesgo la alimentación para la población infantil internada en el Hospital Nacional de Niños

La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), ha solicitado a las autoridades de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), declarar “Estado de Emergencia” la situación que vive el Servicio de Nutrición del Hospital Nacional de Niños “Dr. Carlos Sáenz Herrera”; en virtud de que se ha agudizado el problema del abastecimiento de alimentos tales como arroz, carne, frijoles, jugos, leche, SIMILAC, avena, galletas, margarina, helados, queso, pescado. Por otra parte, un aparato denominado “autoclase”, que sirve para esterilizar los chupones está malo; además, no hay máquinas de lavado, por lo que todo el proceso se debe realizar a mano.

Esta crítica situación en dicho servicio hospitalario, coloca en serio riesgo la salud de los niños y de las niñas que se enfrentan al dolor y la enfermedad, debiéndose hospitalizarles en dicho centro médico. Tan grave es la situación que hoy, miércoles 14 de mayo, a las 6:00 de la mañana, venció el plazo que los trabajadores del Departamento de Nutrición dieron a las autoridades de la institución para resolver este grave problema,

La gravedad del problema exige medidas de suma urgencia. Si éstas no se toman, la ANEP ha comunicado ya a la Presidencia Ejecutiva y a la Gerencia Administrativa de la CCSS, que en las próximas horas se incrementarán las medidas de presión para que la ciudadanía y, especialmente, los padres y las madres de familia de la población infantil internada en el Hospital Nacional de Niños, apoyen la acción de lucha responsable que ha asumido el personal del Departamento de Nutrición de tan noble institución de salud. La situación es alarmante y no puede esperar. Urge una solución institucional ya.

San José, 14 de mayo del 2003.