Elecciones en Venezuela

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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Ni dictadura, ni totalitarismo, ni autoritarismo. La Venezuela que dirige el Presidente Chávez es una democracia política auténtica en la cual, por ejemplo, la libertad de prensa es tan plena que usted encuentra artículos de la peor bajeza en contra de la figura personal, de la humanidad y de la integridad como ser humano del primer mandatario, para solamente dar un ejemplo de los amplísimos niveles de expresión que se tienen en dicha nación hermana.

Pudimos apreciar la altísima complejidad tecnológica del sistema electoral venezolano, ciento por ciento automatizado que genera en la ciudadanía electoral una enorme confianza y una gran credibilidad. En Venezuela, el o la votante siente que, no solamente su voto realmente cuenta sino que, además, será contado. Si bien es cierto esta automatización del voto es algo sumamente caro, lo real es que las personas votantes se sienten completamente seguras de que su voluntad soberana será respetada al extremo y que la seguridad del secreto del voto es impenetrable.

Anecdóticamente, personas con las cuales pudimos conversar nos relataron que en los tiempos del bipartidismo corrupto venezolano (antes de la llegada del Presidente Chávez al poder), una frase, “acta mata voto”, resumía la estrategia perversa de violentar la voluntad de la ciudadanía electora, pues los partidos tradicionales (Acción Democrática y Copei), llevaron a niveles impensados el fraude en las votaciones, alterando las actas de votación para su conveniencia compartida.

En las recientes elecciones, la participación ciudadana superó todos los pronósticos en este tipo de comicios. Desde temprano la gente hacía filas y fue tanta la asistencia que la autoridad electoral debió postergar la hora de cierre de urnas, en aquellos centros de votación donde la gente continuaba haciendo colas, por cientos y por cientos; y, además, en estricto apego a la ley.

Se podrá estar de acuerdo ó en contra de la línea política del Presidente Hugo Chávez. Pero hoy hay una circunstancia inobjetable. El proceso político que él comanda, reconstruyó la democracia venezolana, sacándola del lodazal de la corrupción en que estaba cuando él subió al poder y devolviéndole a la gente, a la ciudadanía, confianza y credibilidad en su sistema electoral.

En las pasadas elecciones del domingo 23 de noviembre, fuimos testigos presenciales directos de cuando el mandatario venezolano, a primera hora de la madrugada del lunes 24, se hizo presente en el Hotel Alba Caracas (donde nos encontrábamos alojados), para reconocer los resultados de dichas votaciones; especialmente, los que no le fueron adversos a su proyecto. Por otra parte, la colectividad partidaria del Presidente Chávez, su Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), emergió como la fuerza política número uno del país, mientras que la oposición sigue siendo un archipiélago de personalismos alimentados por un antichavismo enfermizo.

¡Qué bueno que Costa Rica y Venezuela han decidido mejorar sus relaciones bilaterales! Aunque suene increíble, tendremos que aprender del desarrollo de la democracia venezolana de hoy en día. Sus altos niveles de participación política, la calidad del debate ideológico en desarrollo, sus programas sociales y de participación popular, así como la inserción de la gente joven en el proceso revolucionario que se da en ese país, muestran nuestros crecientes déficits democráticos.

Sin duda, uno de los principales retos que tenemos es superar el bipartidismo corrupto neoliberal que tiene el poder hoy en día en nuestra querida Costa Rica. Tal y como lo hizo el pueblo de Venezuela al construir su nueva democracia, hoy con recuperado prestigio y con un sistema electoral totalmente transparente y de confiabilidad absoluta.

Los Arias: El gobierno de los grandes tagarotes

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Sin embargo, comentamos hoy con usted una relativamente diferente a las que se practican en el país. Es el denominado informe Latinobarómetro 2008, encuesta aplicada a unas veinte mil personas en América Latina, mil de ellas específicamente en Costa Rica.

Según tal informe, el pueblo tico es el más pesimista de toda la región latinoamericana, con relación a lo que se vislumbra para el 2009. Además, la enorme mayoría de la población costarricense encuestada, un 80 %, estima que el gobierno está copado por pocos grupos poderosos que buscan su beneficio propio.

Otra conclusión tajante indica que tan solo una quinta parte de los y las costarricenses, cree que en el 2009 habrá una mejora en lo económico.

Así de contundente es la situación desde que los hermanos Arias llegaron al gobierno y ejercen el poder a nombre de los grandes tagarotes del TLC y de los negociazos con la cosa pública.

Incapaces de gobernar para las grandes mayorías populares, especialmente para la clase trabajadora asalariada, la presidencia bicéfala vive un frenesí por la creación del mejor entorno de negocios con los servicios públicos, para profundizar el ya veloz proceso de concentración de la riqueza que se da en el país.

Y, ante tal estado de cosas que la gente percibe todos los días, es más que lógica la conclusión de que unos pocos grupos poderosos gobiernan el país para beneficio propio.

Las Crucitas, Sardinal, Alterra, la generación eléctrica privada desenfrenada, el regalo del mercado nacional de las telecomunicaciones y de los seguros comerciales del Estado a los pulpos internacionales, la ley de propiedad intelectual hecha a la medida de las gigantes farmacéuticas transnacionales, la puja por entregar los muelles del atlántico luego del obsequio de Caldera, entre otros; indican la naturaleza ideológica del régimen de los hermanos Arias: engrandecer las fortunas, ya de por sí enormes, de los grandes tagarotes cuyos intereses tutelan desde la Presidencia.

Por el contrario, a nosotros, la Gente, el pueblo trabajador, la micro, pequeña y mediana empresa, el sector informal, los desempleados; entre otras cosas, nos agobian con el altísimo costo de la vida; nos desangran con un sistema tributario en el cual, proporcionalmente hablando, el pobre paga más que el rico; nos imponen una política salarial que incrementa el deterioro de la calidad de vida de la mayoría de los segmentos asalariados; baja el petróleo en el mercado internacional pero no bajan las tarifas de autobús; las deudas agobian a las personas asalariadas pero solamente se piensa en “recapitalizar” a los bancos…

Definitivamente, este estado de cosas debe cambiar. Hay que empezar a hacerlo. Los de abajo somos más y el cambio es totalmente viable.

TLC: Renegociación en tiempos de cambio

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La elección de Obama como nuevo Presidente de esa gran nación, se supone que le dará rango de política de Estado a la promoción del bien común, a la justicia tributaria y a una relación con nuestros países bajo la condición de socios y no de súbditos.

Un grupo de congresistas y senadores demócratas, bajo la presidencia de Obama, desean impulsar un posible proceso de renegociación del TLC que aquí, en Costa Rica, nos fue impuesto con patrañas, mentiras, sobornos, clientelismo, miedo, violaciones inéditas a la institucionalidad y sumisión de los poderes del Estado a los dictados de los intereses económicos representados en los hermanos Arias. En el caso costarricense, el TLC es ilegítimo. Así de sencillo.

Un conjunto de personalidades políticas, partidos políticos, organizaciones sociales de todo tipo, intelectuales y ciudadanos patriotas, se han dado a la tarea de formular un primer planteamiento sobre los principios que deben inspirar un proceso de revisión del TLC; proceso que se trata de que sea abordado desde la perspectiva centroamericana en su conjunto. Tal proceso se basa en estos nueve principios:

Un TLC en el que si los EEUU mantiene subsidios agrícolas, nuestros países no tengan que eliminar las protecciones existentes a su propia producción alimentaria.

Un TLC que no obligue a nuestros países a garantizar a los inversores estadounidenses medidas extraordinarias de protección que, incluso, superan las que disfrutan en los propios EEUU.

Un TLC que proteja los derechos de propiedad intelectual de las industrias farmacéuticas y agroquímicas, sin exceder los acuerdos establecidos por la OMC (Organización Mundial de Comercio).

Un TLC en el que, así como nosotros respetamos la democracia vigente en EEUU, no se nos exija acogernos a mecanismos de solución de controversias que atentan contra nuestro sistema legal, asimismo democráticamente establecido.

Un TLC que establezca mecanismos apropiados para la protección del medio ambiente

Un TLC que garantice la efectiva protección de los derechos de la clase trabajadora de acuerdo a los convenios internacionales.

Un TLC que promueva el comercio de mercancías industriales, pero que permite a los países centroamericanos proteger sus industrias emergentes.

Un TLC en el cual así como nosotros no obligamos a EEUU a privatizar, por ejemplo, sus actividades de investigación o desarrollo; no se nos obligue a la apertura de servicios públicos importantes para nuestro estilo de desarrollo y a ponerlos a disposición de las corporaciones multinacionales.

Un TLC que no liberalice la producción y el comercio de armas.

En todo esto ya se empezó a trabajar. La cosa va de nuevo. Aquí nadie se ha rendido y menos ahora en que el viento parece estar a nuestro favor.

La ANEP y la AFL-CIO sellan alianza sindical

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Ese día, la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) y la principal central sindical de Estados Unidos, sellamos una alianza de trabajo ante un selecto grupo de costarricenses quienes fueron testigos de este histórico evento para la trayectoria sindical en nuestro país en tiempos de TLC que ya, querámoslo o no, están aquí.

Estamos hablando de una alianza entre la ANEP y la AFL-CIO, es decir la American Federation Of Labor and Congress Of Industrial Organizations (la Federación Americana del Trabajo y el Congreso de Organizaciones Industriales), la principal agrupación de sindicatos estadounidenses que cuenta con millones de trabajadores y de trabajadoras en sus filas.

El compañero Rob Wayss, representante en la región centroamericana del Centro Americano para la Solidaridad Sindical Internacional de la AFL-CIO, visitó nuestro país para el indicado acontecimiento, señalando que “es un honor incluir a ANEP como contraparte y ser contraparte de ANEP”. Además y aquí está la clave de la alianza, expresó que “la cooperación con ANEP será de utilidad para ambas partes para poder presionar ante posibles problemas laborales en el marco del TLC”.

Sí, efectivamente, nos preparamos en ANEP para utilizar todas las potencialidades posibles que abre el denominado capítulo laboral del TLC y enfrentar, en alianza con la AFL-CIO, las constantes violaciones a los derechos constitucionales de Libertad Sindical y de Negociación Colectiva que tan comúnmente ocurren en el sector privado de nuestra economía y también en el propio sector público.

La alianza entre la ANEP y la AFL-CIO se dio en el marco de un debate de fondo sobre el tema de Flexibilidad Laboral y Libertad Sindical, sumamente propicio para las circunstancias de un país al que le han impuesto un tratado comercial tan abusivo e injusto. Tuvimos exponentes de renombre en tal actividad que, como ya mencionamos, fueron testigos de honor del nacimiento de la alianza entre la ANEP y la AFL-CIO.

En la mesa principal debatieron sobre el tema apuntado, el propio señor Rob Wayss, a nombre de la AFL-CIO; el señor Juan Manuel Sepúlveda Malbrán, Representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT); Monseñor Ángel San Casimiro Fernández, Obispo Diocesano de Alajuela y Encargado Nacional de la Pastoral Social de la Iglesia Católica; el señor Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Lic. Francisco Morales Hernández.

Además, y aunque mucho no lo pudieran creer, la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (UCCAEP), estuvo oficialmente en el debate, en la persona del Ing. José Salas Carrillo. Esto demuestra que sí es posible en el país un diálogo sindical-empresarial directo, respetuoso, franco y transparente. La ANEP estuvo lujosamente representada por el Lic. Mauricio Castro Méndez, Coordinador de la Unidad de Asesoría Jurídica (UAJ) de la organización.

Este artículo fue escrito a primera hora de ayer martes 4 de noviembre, día de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos; es decir, sin saber quién será el próximo presidente de esa gran nación. Para nadie es un secreto que las simpatías de la clase trabajadora estadounidense agrupada en la AFL-CIO tiene, mayoritariamente, simpatías por el señor Obama.

En caso de ser él el triunfador, el tema del tipo de TLC que nos fue impuesto, se ha de repotenciar en escenarios que aquí, en Costa Rica, nadie había pensado. Pero, en todo caso, el capítulo laboral de dicho tratado abre oportunidades para reivindicar derechos laborales más allá del gobierno que finalmente llegue a la Casa Blanca.

De hecho ya se dio la primera ocasión en que se invocan las estipulaciones del capítulo laboral del TLC para denunciar violaciones graves a los derechos de la clase trabajadora. La AFL-CIO y organizaciones sindicales de la hermana Guatemala presentaron una queja ante la Oficina de Asuntos Comerciales y Laborales del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos (USDOL), puntualizando las primeras violaciones a derechos laborales según las estipulaciones contenidas en el capítulo laboral del TLC.

Pues bien, la alianza de la ANEP con la AFL-CIO busca hacer lo mismo en Costa Rica y ya, afortunadamente, tenemos elaborado un enorme expediente que, de seguro, resultará de mucho interés en el USDOL, aunque seguramente tendrá mucho mayor impacto si el señor Obama es el nuevo presidente de Estados Unidos.

2010: Movimientos Sociales y Partidos Políticos

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Por el otro, tendremos postulaciones electorales que, con matices diversos pero presuntamente unidas, se presentarán como abanderadas del patriotismo, de la solidaridad, de la ecología, de la equidad social y de género y de la más justa distribución de la riqueza.

Como ya es bien conocido y está siendo vivido en carne propia por las amplias mayorías ciudadanas del planeta y también de nuestro país, el proyecto neoliberal está destinado al fracaso y así lo muestra la denominada “crisis financiera” originada en el mismo vientre que lo engendró.

Lo que nos está indicando el signo de los tiempos es, en consecuencia, que la senda correcta para el futuro de nuestra querida Patria, es desterrar del gobierno, primero y, después del poder, a la podrida clase política y económica que se ha enriquecido, abusiva y repulsivamente, al amparo de las políticas neoliberales de los últimos gobiernos PLUSC.

Desde tal perspectiva, para las organizaciones sociales que reivindicamos valores como la solidaridad, el progreso con equidad, la distribución más equitativa de la riqueza, la transparencia en la cosa pública, el combate a la corrupción y el desarrollo económico en armonía plena con el ambiente y la ecología y la profundización de nuestra democracia; tenemos la ineludible tarea de coadyuvar para la construcción del necesario bloque de fuerzas que, objetivamente, tienen la misión histórica de la reconstrucción de la sociedad solidaria de la cual siempre, como costarricenses, estuvimos orgullosos, pero que hoy, con dolor e indignación, estamos viendo desaparecer, aceleradamente.

Particularmente, para las organizaciones sindicales influir en el debate sobre las políticas públicas nacionales, está legitimado por la Organización Internacional de Trabajo (OIT), cuando estableció que_ “no cabe limitar estrictamente la acción de las organizaciones sindicales a la sola esfera profesional, dado que en la práctica la elección de una política general decidida por el gobierno casi siempre tiene repercusiones en las condiciones de los asalariados. Esta relación resulta patente en el caso de la aplicación de una política económica nacional, pero puede asimismo afectar concretamente a los trabajadores en el marco de opciones políticas e económicas más generales, e inclusive, de decisiones que rebasan el ámbito de la soberanía nacional”._

Entre otros principios filosóficos del sindicalismo, este mandato de OIT nos da la cobertura legal necesaria para que, no solamente nos pronunciemos por las acciones del gobierno de turno; sino para que, nos aboquemos a generar las condiciones necesarias que permitan la instalación de poderes públicos proclives hacia el mejoramiento sustancial de las condiciones de vida de la clase trabajadora y del pueblo, en general.

Sin embargo, en el caso de los sindicatos (y, en general, hacia las otras formas organizativas de los movimientos sociales), es imperioso guardar una necesaria frontera con relación a los partidos políticos, aunque éstos, de una forma u otra, planteen tesis cercanas a las perseguidas por esos movimientos sociales.

Enfrentar el desafío objetivo de sacar al neoliberalismo del gobierno, primero, y después del poder, indica que nos corresponde a las organizaciones sindicales el ejercicio de la más clara y transparente incidencia para que en el ideario de ese bloque de fuerzas que está llamado a enfrentar tal desafío, las propuestas para el mejoramiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora, queden plenamente contempladas y éticamente respaldadas, de tal suerte que la inclusión de esas propuestas no sea un mero ejercicio de oportunismo electorero cortoplacista.

El cómo se ha de dar este proceso, es decir, la más creativa forma de interrelación entre movimiento sociales y partidos políticos que, en el ámbito de sus especificidades, están dispuestos a coincidir para la generación de la alianza estratégica que ha de superar al neoliberalismo, manteniendo la necesaria equidistancia entre ambas formas de participación política, es la esencia de un debate más que urgente en las actuales circunstancias.

Ojalá lo clarifiquemos pronto, ahora que el desafío sobre coaliciones, convergencias, uniones, acuerdos y encuentros de cara al 2010, están a flor de piel dentro del maravilloso y diverso movimiento sociocívico y político que sueña con una nueva Patria.

El decoroso ejemplo de SINTRAJAP

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Esta vez, la “oferta” se dirige a corromper, a minar, la moral del personal y del sindicato de Japdeva (Sintrajap), para entregar la actividad portuaria de los muelles de Limón, a consorcios internacionales.

Éstos, con toda seguridad, ya tienen aquí sendos representantes legales y cabilderos políticos, propiciando las “condiciones” para la realización de un negocio que debe ser de tal calibre como para “invertir” en la corrupción de las conciencias laborales, una impresionante y gigantesca suma de millones de (devaluados) dólares; amén de promesas de pensión_ “juvenil”_ y “éxito” empresarial, como para_ “construirse”_ una vida estilo “jet set”; igualita a la que está colapsando en los Estados Unidos, donde la codicia desenfrenada de los hermanos de clase de la élite de poder corrupta costarricense, están sumiendo en la pobreza a millones de personas, muchas de las cuales están optando por suicidarse.

La profunda convicción antidemocrática que anida en estos sectores corruptos de la desprestigiada clase política y económica gobernante, les lleva a creer que todas las personas son cosas y que, en cuanto cosas, tienen precio; y, por tanto, se les debe tratar como mera mercancía.

Además, tienen tendencias totalitarias que les generan un profundo rechazo a aquel tipo de democracia que incluye la actividad sindical; pues para la realización máxima de sus ansiados negocios con la cosa pública, el sindicato es visto como “obstáculo” al desarrollo.

Por eso realmente impresiona la decorosa, y si se quiere heroica, actitud de los compañeros y de las compañeras del sindicato de Japdeva, Sintrajap, al rechazar, de plano, la ofensiva “oferta” de esos sectores gubernamentales, completamente podridos en cuanto a ética y moral.

En este caso, la “mercancía” por la cual están dispuestos a lo que sea (incluso a pagar 80 millones de dólares), es la actividad portuaria de Limón, hasta ahora conceptuada como servicio público en su esencia; servicio público al cual le han negado, sistemáticamente, las inversiones necesarias con la perversa finalidad de presentarlo ante la opinión pública, como ineficiente, ineficaz; idéntica receta que por muchos años le aplicaron al INCOP

Similar perversidad le aplicaron al ICE, al cual, en su momento, le negaron las inversiones para construir plantas hidroeléctricas, lo que hoy nos hubiese evitado “leñazos” en las tarifas de luz, como el del 46 % que está en trámite.

Como angurrienta y desenfrenada que es esa élite gobernante, no tiene más visión que aquella que le permite el abultamiento de sus cuentas bancarias; ignorando que llegaron a la presente fase de gobierno con tan sólo 1.8 % de_ “mayoría”_ en las elecciones del 2006, por demás, las más cuestionadas de las últimas seis décadas.

Nosotros expresamos una sincera felicitación y una efusiva expresión de solidaridad a Sintrajap y a esa enorme cantidad de personas trabajadoras de Japdeva que, en medio de las más inimaginables presiones, resisten el chantaje monetario del que se les pretende hacer víctimas.

Lo que sucedió en Puerto Caldera es un ejemplo para tomar cuenta: los salarios se derrumbaron, las tarifas portuarias nunca bajaron, los productos importados jamás redujeron su precio; y, es al pueblo costarricense todo, al que le obligaron a pagar la fiesta orgiástica de la repartición de dineros en el horroroso proceso de corrupción de conciencias laborales y gremiales, incluyendo dolorosos episodios de homicidios y suicidios por la codicia desenfrenada que se generó.

La verdad es que a estas alturas de la administración neoliberal de turno, la apropiación privada de la cosa pública, lo que la corrupción llama “modernización”, es un mero asunto de negocios (concentración de riqueza) y no de ideología; en detrimento del bienestar de las mayorías. El ejemplo de decoro de Sintrajap es un gigantesco estímulo para el avance de las fuerzas sanas de la Patria. ¡¡¡Felicitaciones!!!

La caída del otro muro

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Pero ese gran dolor que han venido sufriendo nuestros pueblos a lo largo de los últimos veinticinco años de neoliberalismo fundamentalista, hoy, desafortunadamente, alcanza a millones de personas, sobre todo de la clase trabajadora, en los propios Estados Unidos, de cuyos bolsillos saldrá toda esa plata que pagará la “fiesta” de unos pocos. Si ya sabíamos que en ese país, desde antes de que estallara esto que llaman hoy “crisis financiera”, había ya casi 40 millones de personas en la pobreza, imaginemos cuánto crecerá esta cifra.

Los dogmas más “sagrados” del neoliberalismo, se han venido abajo, entre ellos, aquel que planteó la supremacía absoluta del mercado, como el agente que, sin ninguna regulación, regiría la convivencia entre los seres humanos y entre las naciones; en este último caso, a través de los denominados tratados de “libre” comercio (TLC’s).

En realidad, no hay una “crisis financiera” en sí misma. Como tampoco hay una “crisis energética”; ni una “crisis alimentaria”, ni una “crisis climática”, ni una “crisis ecológica”, en cuanto tales y en sí mismas, cada una por su lado. ¡No! Lo que estamos presenciando es una profunda crisis de sistema, del “sistema” capitalista neoliberal, con sus tres elementos esenciales, de profundo carácter depredador.

El elemento perverso de la concentración de la riqueza movida por una codicia desenfrenada, en medio de los más grandes atropellos a los derechos laborales; el elemento de la corrupción que ha carcomido toda la institucionalidad de las democracias, volviéndolas, por ejemplo, en simples torneos electorales donde la manipulación mediática es la que determina quien gana y quién pierde; el elemento que destruye la ecología, nuestro entorno, acabando con bosques, especies de animales, sembrando el hambre y la desolación, destruyendo la agricultura de las naciones y poniendo en riesgo la misma continuidad de toda las formas de vida del planeta, incluso la humana.

Lo que está emergiendo, como imperiosa necesidad para la perpetuación de la humanidad misma, es el posicionamiento de las más diversas alternativas que nos den la oportunidad de vivir, a esta generación y a las venideras, en un mundo mejor, de reducción de las desigualdades, de reconciliación con el ambiente y la ecología, de la generación propia de nuestras capacidades autóctonas de alimentación, de destierro absoluto de todas las formas de corrupción, para que la democracia, vuelva a ser precisamente eso, democracia, con la gente ejerciendo el real poder en la cosa pública.

Estamos presenciando la caída del otro muro. Estamos comprobando que la resistencia del pueblo costarricense, ya bastante larga, a la imposición de ese modelo que hoy vemos derrumbarse, ha sido completamente correcta; porque, precisamente, la famosa “crisis financiera”, lo que hace es demostrar que las decisiones que en otros momentos tomaron políticos costarricenses del pasado eran correctas, cuando a pesar de sus diferentes procedencias político-filosóficas, buscaron la promoción del bien común.

Como ya sabemos, la camarilla gobernante que se corrompió cuando abrazó el neoliberalismo como su “filosofía” política, incluyendo el “libre” mercado y los TLC’s, se resiste a entender que las nuevas fuerzas emergentes, de un modo u otro, terminarán por sacarla del gobierno y del poder.

Su agotamiento, su “cansancio”, su desprecio por la institucionalidad jurídica que esa camarilla creó y que la hace renegar de ella cuando no le funciona como pensaba, nos indican que Costa Rica está madura para cambiar el rumbo hacia la recuperación de todos los valores de una sociedad inspirada en el bien común, la inclusión, la solidaridad, la equidad, la actividad empresarial responsable, el respeto pleno a todos los derechos humanos que nos permiten el desarrollo integral de toda persona humana. Ese es el desafío de la esperanza que tenemos por delante, y sin duda alguna, en unidad, ya estamos en el camino para alcanzarlo.

El criminal bloqueo a Cuba debe terminar

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Será ésta la decimosétima vez que la ONU debate sobre el tema y, con toda seguridad, habrá una abrumadora votación a favor del pueblo cubano, como ha ocurrido en todas las 16 veces anteriores. Por ejemplo, en la del año pasado, 2007, Cuba obtuvo 184 países a su favor, 4 en contra y 1 abstención. En la ONU, los Estados Unidos se quedan completamente solos cuando de Cuba se trata. La acción de Estados Unidos en contra de Cuba, pisotea, una y otra vez, los propósitos y los principios establecidos en la carta constitutiva de la ONU y es por eso es que los gobiernos de las naciones de la Tierra condenan el bloqueo a Cuba.

Se puede estar a favor ó se puede estar en contra del régimen político que rige los destinos de Cuba, una nación hermana, integrante plena de la gran nación latinoamericana. Ese no es el punto. El punto es que los principios del Derecho Internacional indican que ninguna nación debe imponerle a otra, un determinado sistema de vida y una particular organización política. El criminal bloqueo contra Cuba se acerca ya al medio siglo de existencia y, sin embargo, nada han ganado los Estados Unidos en todos estos años de su “santa cruzada” contra el valiente pueblo de la isla más grande del mar Caribe.

Diversos estudios económicos, bastante serios, se han encargado de cuantificar el impacto que ha tenido el bloqueo a Cuba desde que, ilegalmente, le fuera impuesto. Así por ejemplo, se indica que únicamente en el año pasado 2007, ese impacto fue del orden de los 3 mil 775 millones de dólares. Otro dato nos indica que desde que está en vigencia el bloqueo y calculando a valor actual del dólar, las pérdidas económicas para Cuba andan alrededor de los 226 mil 600 millones de dólares. Por eso se puede afirmar, sin temor a equivocaciones, que el bloqueo es hoy en día el principal obstáculo al desarrollo y al bienestar del pueblo hermano de Cuba.

Por otra parte, desde un punto de vista estrictamente humanista, ninguna persona puede estar de acuerdo con el cerco sistemático a un pueblo que tiene un pensamiento distinto del que le acosa. La monstruosidad del bloqueo a Cuba, llevada al límite en el gobierno del genocida y ya casi expresidente Bush, es tan criminal como impedirle a una transnacional de medicamentos de Estados Unidos que le venda a Cuba un anestésico inhalatorio de carácter pediátrico o marcapasos para niños cubanos aquejados de arritmias.

Costa Rica comercia con Cuba. Varias empresas nacionales exportan una amplia gama de diversos productos hacia la isla caribeña. Por otra parte, un número cada vez más creciente de jóvenes costarricenses, se educan en el hermano país, por ejemplo, en la carrera de Medicina. En Costa Rica, a estos muchachos y muchachas, dado su humilde origen socioeconómico, no les hubiera sido posible alcanzar tal sueño profesional. Estas situaciones, entre otras, han generado que nuestro país mantenga con Cuba relaciones diplomáticas a nivel consular, aunque ya es tiempo en que se establezcan a nivel de embajadas.

Los pueblos de la Tierra, como demuestran las votaciones en la ONU, año con año, entienden perfectamente que la diversidad y la tolerancia son, hoy en día, elementos fundamentales para la vida comunitaria del planeta. Cuba tiene un lugar en el mundo y por las particulares circunstancias sociopolíticas, económicas e históricas en estos últimos cincuenta años, la dignidad del pueblo cubano es admirada en todos los rincones del orbe, aunque no se comparta su ideología y su sistema político. Cuba tiene una estatura moral envidiable y eso le es reconocido en toda parte.

En los albores de un cambio de gobierno en los Estados Unidos y ante la debacle financiera y la catástrofe ideológica que vive su sistema de capitalismo salvaje, conviene a las nuevas autoridades estadounidenses levantar el bloqueo a Cuba y darle un auge al comercio entre ambos países que a los dos les ha de beneficiar, en la medida en que el respeto mutuo por sus respectivos sistemas políticos prevalezca ante todo.

Nos sumamos por esta vía al gigantesco movimiento global que exige el levantamiento ya del criminal bloqueo a Cuba. Costa Rica sumará su voto a la prácticamente totalidad de países del mundo que en la sede de la ONU, este 29 de octubre, una vez más, la decimosétima, votará por Cuba y contra el bloqueo criminal que debe terminar ya.

7 de octubre: A un año del “frauduréndum”

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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Primera. Nos han impuesto un TLC con una economía en bancarrota. La crisis financiera de los Estados Unidos tiende a profundizarse, generando estragos por todo el planeta. La parte más salvaje del capitalismo salvaje, el capitalismo financiero de sesgo especulativo, ha dejado completamente al desnudo la esencia perversa y maléfica de la ideología del neoliberalismo; la misma ideología que anima a los promotores del TLC y a los ejecutores del “frauduréndum”, empezando por el hoy desprestigiado y cansado dúo presidencial de los hermanos Arias Sánchez.

Sin embargo, todavía estamos a tiempo para impedir que nos hundan completamente y, por tanto, exhortamos a las fuerzas políticas sanas de la Asamblea Legislativa para que, con todos los recursos parlamentarios a su disposición, impidan la consolidación del TLC antes de las elecciones estadounidenses del 4 de noviembre.

Segunda. El gigantesco conglomerado patriótico del No ha crecido, tanto en cantidad como en calidad. Podemos afirmar que hoy, a un año del “frauduréndum”, somos mayoría calificada. Hay desilusión y disgusto en diversos sectores que apoyaron el sí al TLC. Hay arrepentimiento. Sabemos de empresarios desencantados y de otros que abrigan grandes temores ya.

Además, están la gran cantidad de compatriotas engañados y estafados con promesas de vivienda, a quienes se les manipuló vilmente a cambio de su voto favorable al tratado. Estas personas siguen en espera de la casa prometida, la que nunca llegará mientras haya gobernantes de la calaña de los hermanos Arias Sánchez.

Tercera. Con la superación de algunos protagonismos individuales y ciertas vanidades personales, se dan las más completas condiciones para la llegada al Poder Ejecutivo, en el 2010, de un gobierno decente, de nuevo tipo, que empiece a desplazar del control de la institucionalidad republicana, a toda esa pandilla de políticos del cacreco régimen vigente, engendrado por el neoliberalismo del bipartidismo tradicional y sus compañeros de viaje en la entronización de la corrupción a todo nivel.

A un año del frauduréndum sobre el TLC, tenemos que repudiar, con toda nuestra fuerza, la visita de estos días de la delegación comercial gringa del alicaído, desprestigiado y genocida Presidente Bush; la cual viene a ejercer descarada presión para que, de una vez por todas, cuaje el TLC que nos fue impuesto en medio de una gigantesca operación mediática de sesgo fraudulento; visita que declaramos non grata porque es una nueva muestra de total intromisión en los asuntos internos del pueblo costarricense, similar a la que se dio pocas horas antes de la votación del 7 de octubre y desde la propia Casa Blanca.

A un año del “frauduréndum” sobre el TLC, recordemos que han sido “ellos” los que han violentado el orden constitucional; recordemos que han sido “ellos”, los que castraron el principio republicano de la división de poderes; recordemos que siguen siendo “ellos”, los que se enriquecen, a mansalva, con la cosa pública, concentrando riqueza en forma abusiva y empobreciendo a la mayoría; recordemos que siguen siendo “ellos” los destinados a ser desalojados del gobierno y del poder. A un año del “frauduréndum” sobre el TLC, diversos sectores ciudadanos nos hemos de concentrar el próximo martes 7 de octubre, en el Parque Central, a partir de las 11 de la mañana, para conmemorar lo que ya es una celebración histórica, que marca el inicio del proceso político de rescate de esa institucionalidad secuestrada y pervertida por las hijas e hijos ideológicos ticos, del hoy agonizante capitalismo financiero estadounidense y del neoliberalismo completamente desprestigiado y desacreditado.

La serpiente neoliberal, corrupta y codiciosa, se mordió su cola

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…o lo que es lo mismo pero dicho de otra forma, el relanzamiento del papel del Estado en la economía y la imprescindible necesidad de que el Estado tenga un rol protagónico en la sociedad.

Y ha sido, nada más y nada menos que en los propios Estados Unidos de América, donde la orgía neoliberal, de la codicia y la concentración de la riqueza desenfrenadas, ha generado la crisis financiera más riesgosa y profunda desde la llamada Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado.

Seguramente deben estarse revolcando en su tumba ideólogos insignes del neoliberalismo, como Hayek o Friedman, ante la gigantesca intervención del estado gringo para salvar del colapso total a su sistema financiero. Especialmente debe ser “_aterrador_” para el señor Friedman, ya sea que esté en el cielo o que esté en el infierno, las operaciones de rescate financiero que está haciendo el banco central estadounidense (la Reserva Federal, Fed), el Departamento del Tesoro y el propio congreso yanki.

Es más, el fundamentalismo de mercado, impuesto a sangre y fuego en varios países de América Latina (como Uruguay, Chile y Argentina), generados, por ejemplo, a partir de los dogmas económicos de la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago; hoy acude sumiso invocando la intervención de “_papá Estado_”, del que otrora renegara, intentando salvarse de su desplome total.

El dogma principal del neoliberalismo, los mercados desregulados y sin intervención estatal alguna, descansa en paz. Los “_Chicago Boys_”, de allá y de aquí, seguidores a ultranza de las enseñanzas del señor Friedman, se han quedado huérfanos de ideología y han tenido que pedir albergue en la guardería del Estado para ver si pueden recobrar fuerzas; luego de muchos años de orgía financiera sin freno alguno, saqueando países, obligando a muchos pueblos a someterse a sus experimentos financieros de altísimo riesgo, concentrando abusivamente la riqueza y haciendo gala de una especulación codiciosa, de carácter criminal, sin parangón en la historia mundial.

Miles y miles, miles y miles, de millones de dólares le han de costar al pueblo trabajador estadounidense y, por ende, a muchos otros pueblos del planeta (incluido el nuestro), pagar por semejante y criminal fiesta, por ese bacanal financiero sin control.

El Estado estadounidense ha tenido que nacionalizar o estatizar, así como se oye, gigantescas corporaciones financieras, mutuales de viviendas, aseguradoras y otras entidades, en una operación de rescate que no tiene precedentes. Entidades íconos del capitalismo financiero, sagradas para los adoradores del dios mercado y los vasallos del dinero, cayeron en total debacle: Bear Stearns, Citigroup, Fannie Mae, Freddie Mac, Merril Lynch, Lehman Brothers, AIG, Goldman Sachs, Morgan Stanley; todas, sin excepción, invocaron la intervención del Estado para salvarse.

Nos preguntamos: ¿A qué clase de economía nos han atado de por vida, con su TLC, los discípulos de Mr. Friedman en Costa Rica? ¿Qué nos tiene que decir don Eduardo Lizano Fait, el “_dueño_” del Banco Central de Costa Rica, en los últimos años”, siendo él el “_sumo sacerdote_” de los “_Chicago Boys_” ticos? Sus discípulos, como el inepto ministro del Comex, Marco Vinicio Ruiz, ¿se habrán dado cuenta ya de que su ideología se derrumbó como castillo de naipes?…

No hay mal que por bien no venga, dice un sabio refrán popular. Todavía estamos a tiempo de que el TLC con Estados Unidos no se consolide. Se dirá que es una real utopía tal afirmación. Pero, precisamente, es en estos momentos que debemos cuestionarnos qué fue lo que nos impusieron: Un TLC con la economía más endeudada del planeta. Con esas cifras monstruosas para los citados rescates financieros, la deuda de Estados Unidos llegará los 11,3 billones de dólares. Sinceramente no sabemos cuántos ceros ponerle al 11 para graficar de qué cantidad estamos hablando.

Finalmente, ¿quién pondrá la plata para pagar los gastos de esa orgía financiera desenfrenada?; ¿a quién le cobrarán los platos rotos?…. En principio, al pueblo trabajador estadounidense, pues desde hace un tiempo para acá, los últimos gobiernos gringos le han venido quitando impuestos a las gigantescas corporaciones transnacionales de origen estadounidense. La gran base contribuyente de ese enorme país es de origen obrero y de capas medias. Son éstas las realmente sacrificadas y aunque no lo quisiéramos, se ha de generar una onda expansiva que llegará hasta nuestro propio país. De alguna manera, el pueblo trabajador tico también tendrá que aportar algo para esas operaciones de rescate financiero de proporciones insospechadas hasta hace pocos días.

El neoliberalismo de mercados sin control, completamente desregulados y sin intervención estatal, ha caído. Los manuales de libre mercado se han ido al basurero. Los “_Chicago Boys_” y sus acólitos en este país, adoradores infecundos del “_Dios Mercado_”, han fracaso estrepitosamente. Son perdedores. La serpiente neoliberal, corrupta y codiciosa, se mordió su cola.