Policía Penitenciaria va con mucha firmeza a su segunda manifestación

El próximo lunes 20 de enero de 2014, tendrá lugar la segunda manifestación de integrantes de la Policía Penitenciaria de Costa Rica, dando continuidad a la exitosa e inicial protesta efectuada el pasado lunes 13, en la cual la mayor participación fue de personal destacado en los centros San Sebastián y “El Virilla”.

Para este lunes 20 se espera un número mayor de huelguistas, casi todos pertenecientes a policías penitenciarios destacados en los centros penales del denominado “circuito” Reforma; integrado por el Complejo Penitenciario La Reforma propiamente dicho, el Centro de Atención Institucional (CAI) San Rafael, Centro de Atención Institucional (CAI) Adulto Mayor y el Centro de Atención Institucional (CAI), “Gerardo Rodríguez Echeverría” (más conocido como “El Virilla”).

A todos estos manifestantes se unirán delegaciones de policías penitenciarios provenientes de los centros San Sebastián, El Buen Pastor y otros. Además, se esperan protestas similares en las afueras de varias cárceles regionales.

Este lunes 20 de enero, en algún momento de la mañana, los y las manifestantes caminarán hasta la ruta 27 y en algún momento de la protesta ésta podría ser bloqueada parcial y/o totalmente.

Recordemos que dos son los puntos centrales de la protesta en desarrollo: Equiparación salarial con la Fuerza Pública y pago en sede administrativa de las grandes deudas salariales por concepto de Disponibilidades laborales y a partir la histórica sentencia judicial que la ANEP ganó en la persona del policía penitenciaria Gerardo Cascante Vargas, actual Presidente de la Junta Directiva de la Seccional ANEP-Policía Penitenciaria.

Agitación en la Policía Penitenciaria va en aumento

Este lunes 13 de enero un gran contingente de policías penitenciarios bloquearon la vía que pasa frente a la cárcel de San Sebastián en San José.

Provenientes de La Reforma, del centro penal del Virilla y de la misma San Sebas, cientos de policías que cuidan las cárceles se manifestaron, haciendo una demostración de fuerza para solicitar se cumpla con la equidad salarial y pidiendo que el Ministerio de Justicia acepte negociar en sede administrativa el pago de la disponibilidad para no tener que ir a luchar más de 700 casos en los juzgados.

Representantes de la Fuerza Pública también se hicieron presentes para darles su apoyo y reconocimiento al liderazgo de la policía penitenciaria, respecto a las reivindicaciones de los gremios policiales.

ANEP se siente sumamente complacida y satisfecha de la gran acogida a su planteamiento del 6 de enero de 2014, para una movilización general de la Policía Penitenciaria no más empezando este año; planteamiento que la gran vitalidad y disposición de lucha de los compañeros y de las compañeras de San Sebastián, por propia decisión autónoma decidieran que tal movilización, al menos en su caso, debía adelantarse para este lunes 13, como sucedió. Fue el jueves 9 de enero, cuando al compañero Presidente de la Seccional ANEP-Policía Penitenciaria, se le planteó el adelanto de fecha. Así se acató.

ANEP se siente sumamente complacida de que el gran número de manifestantes que estaban bloqueando la calle frente a la cárcel de San Sebastián, decidieran, prácticamente, en forma unánime, una segunda y más grande manifestación para la próxima semana. Así, la propuesta de ANEP, formulada en tono de consigna recibió un caluroso respaldo: “EL 20 EN LA 27”.

Así es: Quienes laboramos en San Sebastián, en El Buen Pastor, en el Juvenil Zurquì y en los centros Reforma, San Rafael, Adulto Mayor y Gerardo Rodríguez (y otros que puedan desplazarse), nos concentraremos en gran unidad para desfilar hacia la ruta nacional 27, en las horas de la mañana del próximo lunes 20. Por eso el lema “¡Se oye, se siente! ¡EL 20 EN LA 27!, propuesto por la ANEP sonó, sonó, sonó, hasta convertirse en un gran acuerdo de unidad en la lucha para el próximo lunes 20.

Carta abierta de un dirigente sindical a los candidatos a la presidencia de la República

Señores candidatos presidenciales de los distintos partidos políticos que participan en esta campaña electoral con miras a ocupar la presidencia de la República, he decidido en mi condición de dirigente y representante sindical de un importante número de trabajadoras y trabajadores de la Fuerza Pública, y como miembro de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados, ANEP, escribirles algunas líneas a ustedes de manera general, esperando que alguno pueda brindarnos respuesta sobre las situaciones que a continuación expondremos.

Vengo dando seguimiento a sus pautas comerciales, a sus propuestas de un eventual gobierno, y aunque mencionan el tema de la seguridad ciudadana, no he mirado a ninguno de ustedes referirse a las y los trabajadores que brindan seguridad ciudadana, en la anterior campaña uno de los principales temas de la señora Presidenta fue la seguridad ciudadana, y al igual que ustedes hoy, se hablaba de más policías, más y mejor equipo, entre otras cosas, pero ni antes ni ahora se mencionan las necesidades que como seres humanos tienen y enfrentan las y los trabajadores de la Fuerza Pública.

Señores, respetuosamente les sugiero, hacer un análisis de las condiciones en que viven y trabajan las y los policías, debemos aceptar que hay corrupción en las policías, algo muy preocupante; pero… ¿quién se propondrá hacer los cambios necesarios? Desde nuestra perspectiva nada debería justificar la corrupción, menos en los encargados de velar por la seguridad de las personas pero, el “sistema” funciona como “agente inflamable”, te “absorbe o excluye”, y resulta difícil saber quiénes están a punto de cruzar la línea”.

Este tema debería ser prioritario, saben ustedes ¿cómo está la salud mental del policía que cuida su comunidad?, ¿saben cómo se siente si recién acaba de perder su hogar? por las jornadas que afectan la vida en pareja, por el desarraigo familiar, entre otras causas; ¿saben ustedes la cantidad de oficiales frustrados, desmotivados, que son tratados como una máquina que no siente?, ¿se pueden detener un momento a pensar, por qué se están quitando la vida nuestros uniformados?

En la Fuerza Pública, el número de hogares disfuncionales es altísimo, ronda el 70%, existe personal “enfermo” y nadie lo nota. Porque los “intereses” son ajenos a la calidad humana, al buen trato, al valor de servir. Nosotros tenemos claridad de la situación, por eso en un momento le solicitamos audiencia a la señora Presidenta de la República, quien declinó atendernos, le remitimos la misma solicitud a varias y varios legisladores de distintos partidos políticos, representados en la actual Asamblea Legislativa, (omitimos los nombres, por objetividad) de los cuales nunca recibimos respuesta, ante este panorama, y con lo que representa saber que varios de nuestros compañeros oficiales se han quitado la vida, y otros lo estarán pensando, les preguntamos, ¿qué harán diferente ustedes, en caso de ganar la presidencia?, ¿ordenaría alguno de ustedes una intervención a lo interno del Ministerio de Seguridad Pública, a efectos de depurarla del “polarizado”, que “encubre”, nombramientos por concursos del “amiguismo”, por citar solo un caso.

Pensarían en la familia de las y los policías, en su salud, ¿fomentarían, jornadas de trabajo distintas a las actuales, máximo de diez horas?, según lo establece el Código de Trabajo en trabajos riesgosos, apoyarían la jubilación de los policías a los 57 años, brindándole el derecho de una jubilación digna, o seguiremos como hasta hoy con policías, con más de treinta y cinco (35) años de servicio, funcionarios desgastados que se jubilan cuando la vida casi se les termina.

Fomentarían un Ministerio de Seguridad, que valore a su gente, que piense en el recurso humano como su principal “insumo”, que fomente la competencia sana, los concursos, los ascensos, y que de manera integral, repercuta en la calidad de vida de las y los policías y de sus familias.

Hemos venido dando un enfoque social, sobre la situación que viven muchas y muchos compañeros de la Fuerza Pública, con altísimos niveles de desintegración familiar, algo que paralelo genera problemas emocionales, y financieros, que tienen a varios de los servidores de la ley, viviendo en precarios, o en condiciones precarias, por esto hacemos pública nuestra preocupación, en aras de que se dignifique al trabajador de la Fuerza Pública y mejore su calidad de vida, esperamos respuesta.

Logramos licencia sindical para el compañero Mainor Anchía

Como hemos venido comunicando desde hace varios días, el señor Ministro de Seguridad, don Mario Zamora Cordero, había denegado ampliar la licencia sindical del compañero Mainor Anchía Angulo, que tenía ya dos periodos de 6 meses de licencia sin goce salarial, para que continuara su labor en la ANEP.

Esta negativa nos llevó a solicitar la intervención del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, para que sirviera de garante en una negociación que no veíamos fácil, ya que ha sido notoria la molestia por parte de las autoridades policiales, sobre el trabajo de denuncia que viene realizando el compañero Anchía.

Este jueves 12 de diciembre se llevó acabo dicha audiencia, con la participación de la representación política y legal de la ANEP, al igual que la Directora de Recursos Humanos del Ministerio de Seguridad, la licenciada Lys Espinoza, así como del enviado especial del Ministro, el licenciado Jeinner Villalobos. Muy grata sorpresa tuvimos al comunicar esos funcionarios la total anuencia del señor Ministro y de su cartera a extender la licencia sindical del compañero Anchía por 12 meses.

Cabe anotar que todo el tiempo que Mainor ha laborado con la ANEP, y el que seguirá con nosotros, tiene una licencia sindical sin goce de salario, por lo que la institución que cobija a la Fuerza Pública, no tiene que gastar ningún dinero, ya que la remuneración económica de Anchía la cubre en su totalidad el sindicato.

Por último, aprovechamos la cita para exponer nuestra necesidad de firmar un convenio en el Ministerio de Seguridad sobre facilidades sindicales, con base en experiencias ya en desarrollo en otros ministerios.

Ni la ANEP ni el Comité Cívico están convocando a protestas

ANEP se desmarca de motociclistas

No apoyará protesta de mañana

Por: Marco Leandro
mleandro@diarioextra.com

Vargas explicó que la ANEP no está involucrada, en lo más mínimo, con esa supuesta protesta de motorizados prevista para mañana. “No tenemos nada que ver en ello, como tampoco tuvimos nada que ver con la protesta similar de la semana pasada.
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La Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP) no apoyará más al grupo de motociclistas que han estado realizando bloqueos nocturnos relámpagos. Así lo comunicó ayer Albino Vargas, secretario general de esa organización sindical.

Vargas explicó que la ANEP no está involucrada, en lo más mínimo, con esa supuesta protesta de motorizados prevista para mañana. “No tenemos nada que ver en ello, como tampoco tuvimos nada que ver con la protesta similar de la semana pasada.

La ANEP reafirma su total disposición para trabajar en pro de la dignificación plena del motociclista costarricense, en especial de quienes necesitan de la motocicleta para ganarse la vida, en labores de mensajería y similares.

En tal sentido le hemos planteado al Comité Cívico Nacional de Motociclistas de Costa Rica (CCNMCR) una redefinición estratégica de nuestro accionar compartido para el año 2014, con base en los ideales comunes que nos han permitido trabajar juntos en estos tres años, tres años tan fructíferos que si no hubiéramos dado esta lucha coordinada y conjunta, la ANEP y el CCNMCR, hoy los motociclistas podrían estar pagando cerca de ¢200 mil de seguro SOA”, explicó Vargas.

Precisó que para ese proceso de redefinición estratégica de la lucha de los motociclistas con ANEP para 2014 arrancará con una reunión esta noche, donde se aprobará una agenda más integral, que abarque la pluralidad que implica la problemática social de los motorizados.

“Pese a que sabemos que en muchos hogares de la clase trabajadora estos días no son felices por diversas razones (entre ellas la creciente desigualdad que nos azota como sociedad), somos del criterio que en esta Navidad y en el año nuevo debe imperar un clima de total paz y tranquilidad para que todas las familias costarricenses, aun las que no comparten nuestras luchas e ideales, tengan un entorno a tono con la época”, acotó el sindicalista.

Condenamos traslados abusivos y prepotentes de los compañeros policías penitenciarios de Finca La Paz

Honorable y respetada señora Ministra de Justicia y Paz, Dra. Ana Isabel Garita Vílchez: Respetuosos saludos.

De manera muy urgente, la ANEP le solicita la más firme decisión interventora de parte de su despacho para detener el grave atropello que con traslados abusivos están sufriendo los servidores de la Policía Penitenciaria, señores GERARDO ZÚÑIGA FERNÁNDEZ, LUIS GUSTAVO MONTOYA CARRANZA, ALLAN CHAVES ULATE y FULVIO CÁRDENAS; quienes venían prestando sus servicios destacados en la Finca La Paz (centro semi-institucional de San Ramón – régimen abierto), a los cuales, abruptamente, sin mayores razones de peso, sin justificación alguna, se les ordenó desplazarse hacia otros centros, sin mediar ninguna causa justificada y sin un debido proceso previo; así decidido por la Dirección Nacional de la Policía Penitenciara y su correspondiente subdirección.

Informes en poder de la ANEP indican que tales traslados habrían sido solicitados por la señora Giselle Jackson, directora de ese centro penal, habida cuenta de un problema con una vecina de la comunidad, en el cual ninguno de los cuatro afectados tuvo nada que ver. Tenemos entendido que la señora Jackson se habría molestado por el traslado anteriormente ordenado del servidor Rodolfo Azofeifa, quien fue la persona que tuvo el altercado con la vecina. Considera la ANEP que si hay un enojo de la señora Jackson por esta última decisión, en nada justifica los traslados de los otro cuatro compañeros aquí mencionados, quienes no tenían nada que ver con el altercado con la vecina.

Señora Ministra: Se la hecho un gran daño a los primeros tres servidores aquí nombrados, todos los cuales tienen padecimientos delicados que se pueden probar con epicrisis médica y que estaban en ese centro a raíz de sus correspondientes estados de salud, con el criterio favorable incluso de la sección de Salud Ocupacional de la institución; y, en el caso de don Fulvio su avanzada edad le hace estar cercano a la pensión y ajustó mucho tiempo trabajando en el CAI-La Reforma a donde le han retornado, causándole un daño emocional, tanto como es el daño emocional sufrido por don Gerardo, don Luis Gustavo y don Allan.

Respetuosamente señora Ministra, repetimos, urgimos de su inmediata intervención y de que usted ordene la más contundente investigación para esclarecer la naturaleza de este abuso de autoridad y de prepotencia jerárquica que para la ANEP es imposible dejar pasar desapercibido. Pero para reparar de inmediato tal injusticia, le solicitamos señora MInistra que usted ordene, como máxima jerarca institucional, que estos traslados queden sin efecto, instantáneamente y se repare, el algo, el dolor y la humillación que han sufrido estos cuatro compañeros de la Policía Penitenciaria.

Le agradecemos su pronto respuesta al efecto.

El sueño de un migrante, un viaje hacia lo desconocido

En la actualidad millones de personas en el mundo se mueven de sus lugares de origen hacia otros territorios con el fin de buscar mejores condiciones de vida y, en ocasiones, el sustento para sobrevivir. La migración no es un fenómeno nuevo ni exclusivo de los países de la periferia capitalista. En el caso de la migración de clase trabajadora, se trata de desplazamientos de seres humanos, casi siempre forzosos, cuyo origen se encuentra en la exclusión económica, las crisis políticas (guerras, exilios, persecución, inestabilidad, entre otras), la visión idealizada sobre un país determinado o debido a los desastres sociales propiciados por eventos naturales.

Este escenario es el que viven miles de personas nicaragüenses que dejan atrás toda una vida, sueños y familias en su natal Nicaragua; arriesgando hasta la vida propia por buscar una mejor condición de vida en su vecino país Costa Rica, ubicado en América Central. Sin embargo en ocasiones ese sueño de superación es un viaje hacia lo desconocido, y casi que dejado a la suerte misma.

Esa es la historia de Guillermo Aburto un ciudadano nicaragüense de 43 años de edad, que a los 16 años de vida, decidió dejar todo atrás en Nicaragua y vivir ese sueño de todo migrante nicaragüense que decide enrumbarse hacia Costa Rica en busca de la llamada felicidad.

Para contarnos su historia de sobrevivencia, Guillermo nos recibió en la humilde, pero acogedora casa de su hermana (Cristhi), ubicada en la Ciudadela La Carpio al noroeste de San José, Capital de Costa Rica, en donde adquirió una vivienda hace más diez años, pero por la cual aún no tiene un título de propiedad. Esta comunidad surgida de una invasión de terrenos pertenecientes al estado costarricense, realizada entre 1993 y 1994 es una de las zonas de mayor pobreza en el país centroamericano y en algún momento una de la más conflictivas y en donde se encuentra asentada la mayor cantidad de migrantes nicaragüenses.

La Carpio tiene una extensión de 23 kilómetros 618 metros cuadrados y en ellas residen unas 5 mil familias, poco más de 32 mil habitantes de los cuales la mitad son nicaragüenses, está rodeada al sur y al norte por dos de los ríos más contaminados de Costa Rica, el Río Virilla y el Río Torres. Hacia el oeste en “su patio” se encuentra un botadero de basura a cielo abierto, que recolecta más de 700 toneladas de desechos por día provenientes de San José, el cual se encuentra a pocos metros de las casas y que desprende malos olores que invaden las humildes viviendas, unido al continuo regadero de caldos mal olientes que los camiones recolectores dejan en las calles de la comunidad. Y por si fuera poco y para empeorar la situación a la entrada de La Carpio, autoridades gubernamentales ya construyen una enorme planta de tratamiento de aguas negras.

Al humilde barrio sólo se puede entrar mediante una angosta calle de dos carriles, San José, la capital de Costa Rica, quedó atrás. Casi se podría decir que también lo hizo el país. En tan sólo diez minutos el paisaje ha cambiado de forma radical, como si existiese una frontera invisible. Nada más lejos de la realidad. La asombrosa aglomeración de tejados de lata es parte del paisaje, incluso muchos costarricenses ni siquiera saben que está allí o existe… ahí estaba Guillermo quien ya nos esperaba para contarnos su historia de sobrevivencia, superación y sueños, muchos de los cuales se quedaron en la irrealidad.

Ya en la casa de su hermana, a la cual se llega por estrechas calles que han sido prácticamente construidas por los propios vecinos, debido al abandono gubernamental, Guillermo oriundo de la localidad de Diriamba, Carazo ubicada a unos 42 kilómetros de Managua, capital de Nicaragua nos cuenta el por qué a finales de la década de los 80’s e inicios de los 90’s y con 6 años de edad puso en riesgo su vida al cruzar la frontera con Costa Rica de forma ilegal, en busca de una mejor calidad de vida, lejos de los enfrentamientos armados y pobreza que vivía en aquel entonces su país.

En aquella ocasión Guillermo debió abandonar su país natal en el momento en que Nicaragua pasaba por un conflicto armado debido a la dictadura del partido Sandinista, que incluso llevó a la intervención de los Estado Unidos, que bloqueo económicamente al país centroamericano sumiéndolo aún más en la pobreza. Debido a esto una guerra interna se desató en Nicaragua y el gobierno obligaba a sus habitantes a realizar el servicio militar, ahí es donde inicia la historia de Guillermo.

Debido al conflicto y el temor por su vida Guillermo decide dejar a su madre y hermanos para enrumbarse hacia Costa Rica en busca de seguridad y con la intención de evitar a toda costa el servicio militar que prácticamente significaba entregar su vida.

Sin embargo esa decisión lo llevaría a pasar 8 días de angustia, hambre, terror y lo que menos se imaginaba poner en riesgo la vida misma, ya que en ese intento de dejar Nicaragua transitando por zonas montañosas podía ser sorprendido por grupos armados, que no dudarían en descargar sus armas en contra de cualquier persona.

“Recuerdo que de Diriamba salimos 5 compañeros de colegio hacia Costa Rica huyendo del servicio militar, tuvimos que caminar 8 días por la selva, bajo fuertes tormentas y durmiendo a la intemperie, sin embargo a los 4 días de haber iniciado la travesía ya la comida se había agotado, por lo que nos alimentábamos de frutas y lo que entrabamos en el camino, esto unido el temor de ser atrapados por grupos armados solo dormíamos dos horas diarias, incluso en varias ocasiones nos escondíamos por horas de estos grupos”, dijo Guillermo.

Al llegar a la frontera con Costa Rica a los 5 compañeros solo les faltaba por cruzar el río San Carlos, límite natural que los alejaba de su seño de paz, río que en algunos tramos su ancho de margen a margen puede llegar a los 100 metros, la única opción era cruzarlo nadando. En ese intento de hacerlo casi pierden su vida, ya que uno de los migrantes fue arrastrado por una correntada, al ver esto según narra Guillermo, los demás compañeros se tiraron al río a recatar a su amigo.

Tras ocho días de hambre, largas caminatas por la selva, soportar intensas lluvias y por poco morir ahogados; los cinco amigos que salieron de Diriamba llegaron a su destino, Boca Arenal de San Carlos al norte de Costa Rica a más de 300 kilómetros de San José, en donde permanecieron por más de 6 meses alejados de la guerra de su país y buscando un mejor futuro. Situación que no sería como ellos lo esperaban.

Ya asentados en Costa Rica, pero aún ilegales, la necesidad de trabajo era primordial para sobrevivir, lo que llevaría a Guillermo y sus compañeros a trabajar en un Ingenio de Caña, en donde las jornadas laborales suelen superar las 12 horas diarias y las condiciones laborales para los migrantes son humillantes y con salarios extremadamente bajos, que en aquel tiempo oscilaban en los 9 mil colones (moneda costarricense) por quincena, es decir unos 73 dólares americanos en aquel entonces.

“Trabajar ahí era como estar en el infierno, ya que para cortar la caña primero le prenden fuego a la plantación y detrás de las llamas van los trabajadores cortando con cuchillo para preparar el terreno para la próxima siembra…era un infierno… ahí estuvimos dos años” relata Guillermo que con pesar pero agradecimiento recuerda esos días.

El deseo de superación y una mejor calidad de vida obligan a Guillermo y sus amigos a emigrar hacia la capital costarricense en busca de mejores condiciones laborales que les permitan “no vivir bien…si no sobrevivir”, sin embargo ese panorama no cambiaría mucho y conforme avanzaron los años más bien empeoraría.

“Ya en San José en el año de 1993 empezamos a trabajar en la construcción, en donde los salarios no mejorarían en mucho y nos pagaban 7.500 colones (53 dólares en la época) en ese tiempo la vida no era tan complicada para el inmigrante, porque estaba recién pasado el problema de la guerra entonces había una acogida. A partir del 98 las cosas se complicaron empezaron a estafar a explotar al inmigrante, al trabajador lo contrataban un mes y los despedían sin derecho a nada, no les pagaban, no les daba prestaciones, no los aseguraban, la situación se tornó muy complicada fue un giro en el ambiente”, manifiesta Guillermo.

Incluso Guillermo nos relata que trabajó para una empresa constructora durante cuatro años, en donde parte de su salario fue tomado e ingresado a una supuesta cuenta de ahorros de los trabajadores. Sin embargo después de cuatro años la empresa se declara en quiebra, dejando a los trabajadores migrantes completamente desprotegidos y sin otorgarles los supuesto ahorros que durante cuatro años había guardado con tanto esmero.

Incluso Guillermo nos cuenta que en su natal Nicaragua y antes de migrar hacia Costa Rica no vivían tan mal, sin embargo la situación de guerra interna de su país lo obligó a hacerlo. “Voy a ser muy sincero, en el tiempo que estuve en Nicaragua teníamos un estilo de vida regular, acá en Costa Rica estamos viviendo de regular hacia abajo, porque después del año 2000 se ha complicado considerablemente, ya que las empresas pagan muy mal y maltratan al trabajador migrante”.

A esta situación de Guillermo y muchos nicaragüenses radicados en Costa Rica, se suma la soledad de haber dejado a toda su familia atrás. “Es una aventura muy difícil, haber abandonado a la familia fue un golpe psicológico bastante fuerte. No le escribí a mi familia y ellos me daban por muerto, les escribí hasta el tiempo, pero no recibí respuesta. Después de tres años por cosas del destino encontré a mi hermana en una calle de San José, fue algo espectacular e increíble”.

Ya han pasado casi 23 años desde que Guillermo dejó Nicaragua para buscar una mejor calidad de vida, sin embargo el estilo de vida de los migrantes nicaragüenses en Costa Rica no ha cambiado en mucho desde entonces y continúan siendo sometidos a discriminación, abusos laborales y algunos casos violentando los derechos humanos.

“Ahora el trato es peor, algunas empresas primero los amenazan con denunciarlos con la Policía de Migración, los contratan y los hacen trabajar tiempo extra, hasta jornadas superiores a las 12 horas, a veces ni les pagan ese trabajo extra, algunas empresas no los aseguran y aplican una especie de esclavitud”, asevera el nicaragüense.

Por esta razón Guillermo, quien ya cuenta con la residencia costarricense decidió trabajar desde hace unos años por sus propios medios en la construcción, para evitar este tipo de maltratos, mala paga y humillaciones. Sin embargo esta situación no ha garantizado para él y su familia una estabilidad económica, ya que en ocasiones ha estado sin trabajo durante dos o tres meses, subsistiendo con un pequeño empleo que tiene su esposa también nicaragüenses. Incluso nos cuenta que en algunas navidades su familia decide acostarse a dormir a las 5 de la tarde, debido a que no cuentan con dinero para una cena o los acostumbrados regalos de la época.

El sol empieza a bajar su intensidad en La Carpio y la lluvia empieza a asomarse, señal de que es el momento de despedirnos de Guillermo, no sin antes detallarnos sus sueños a futuro, el cual gira en uno solo; regresar a su natal Nicaragua junto a su esposa y adquirir una pequeña finca para dedicarse a la agricultura, ya que nos indica que por las condiciones de pobreza y poco desarrollo en su país, no podría sobrevivir con la misma profesión que realiza en Costa Rica.

Nuestra salida de La Carpio no pudo pasar inadvertida, y en las afueras nos espera un grupo de unas cinco cabras, animales que rebuscaban desesperadamente entre la basura algo que comer, mezclándose con el escenario de pobreza y un grupo de niños que jugaban al fútbol… estos últimos olvidándose por un momento de la dura situación y el abandono en que los sume en ocasiones un gobierno.

De regreso a San José el panorama de tejados de lata y calles angostas y de piedra han desaparecido, por lujosas torres habitacionales que se aprecian al oeste de la capital tica y un desarrollo deseado por muchos habitantes de La Carpio. Ahí nos encontramos con Carlos Guzmán, Presidente de la Seccional (ANEP-FNT) Trabajadores Migrantes en Costa Rica quien nos detalla un poco del trabajo que realiza dicha organización desde el año 2010 junto al Frente Nacional de los Trabajadores de Nicaragua, para hacer valer los derechos de los trabajadores migrantes.

Incluso estas organizaciones consolidaron la posibilidad de estructurar un convenio pro ayuda y orientación legal al trabajador migrante nicaragüense en suelo costarricense.

“Ya se han desarrollado actividades en la zona de San Carlos (norte de Costa Rica) para tener acercamiento directo con trabajadores de las empresas piñeras, bananeras, cultivo de naranja y yuca en donde los hermanos nicaragüenses adolecen de la violación de sus derechos laborales, como la explotación en el tiempo laboral, el no pago de sus horas extras, no pago de salario mínimo de ley, carecen de seguro social entre otras tantas cosas; que perjudican la estabilidad laboral, social y emocional del trabajador nicaragüense”, según detalla Guzmán.

El propio Guzmán indicó que en una de estas fincas les pagaban a los trabajadores con fichas plásticas con un valor cercano a los $6, siendo obligados a canjearlas por víveres en establecimientos específicos y si deseaban cambiarlas por dinero en efectivo el valor de la ficha disminuían a $5 dólares.

“También tuvimos la oportunidad de compartir con un grupo de trabajadores que habían sido despedidos varios meses atrás por una empresa dedica a la exportación de piña, ahí logramos agrupar a más de cien trabajadores migrantes y se logró estructurar una demanda por más 200 mil dólares en contra de la empresa, al recibir esta la notificación judicial se vio obligada a realizar un plan de pago sistematizado para los trabajadores y se logró que estos pudieran recuperar sus dinero”, explicó Guzmán.

Para Albino Vargas, Secretario General de la ANEP es necesario implementar mecanismos y capacitaciones para los trabajadores nicaragüenses, con el objetivo de que conozcan la legislación costarricenses y para ello trabajan en conjunto con el FNT de Nicaragua, a la vez que indicó que la mayor explotación laboral se da en plantaciones agrícolas, empresas de autobús y de seguridad privada. “Buscamos que la mayor cantidad de trabajadores nicaragüenses estén bajo la protección de la seguridad social costarricense”.

Precisamente este es el objetivo de ANEP-FNT crear una justica social para el trabajador nicaragüense migrante, para que se hagan valer sus derechos laborales en suelo costarricense y para ello realizan constantes reuniones con estas personas que permitan crear una vida digna para los más de 450 mil migrantes que radican en Costa Rica, de ellos el 80% es mano de obra activa, de los cuales el 35% están de forma irregular en suelo tico. Por eso el plan primordial de esta organización es combatir el desconocimiento de las leyes migratorias regulatorias costarricenses para el nicaragüense que busca ese sueño hacia lo desconocido.

Jerarcas de la Fuerza Pública “se sacan el clavo” con la ANEP: pretenden silenciar al máximo dirigente de la ANEP en la Fuerza Pública

Esgrimiendo débiles argumentos de tipo administrativo, pasándole por encima a la estatura jurídica de los tratados internacionales firmados por el país en materia de Libertad Sindical, el Lic. Mario Zamora Cordero, Ministro de Seguridad Pública y de Gobernación y Policía, le ha indicado al compañero Máinor Anchía Angulo, actual integrante de la Junta Directiva Nacional (JDN), de la ANEP, que no podrá continuar, a tiempo completo, ejerciendo su labor sindical en defensa de los derechos laborales de sus representados y compañeros de trabajo en la Fuerza Pública; tal y como se solicitó para una prórroga de su licencia sindical al efecto, misma que debe regir partir del próximo 16 de enero de 2014.

Tal licencia ya venía siéndole otorgada a nuestro dirigente Anchía por dos períodos continuos, de seis meses cada uno, a partir del 16 de enero de 2013. Valga indicar que esta licencia no está sufragada con fondos públicos, sino que son los dineros de la ANEP los que pagan el salario de nuestro compañero Anchía; hoy por hoy, un legítimo líder sindical sumamente respetado y querido en el seno del conglomerado laboral de la Fuerza Pública.

La denegatoria que hace el Ministro Zamora ante la nueva petición de la ANEP para tal prórroga, merece nuestra más enérgica condena. Además, la ANEP interpreta tal acción con un fuerte contenido antisindical y como una especie de “sacada de clavo” por parte de las jefaturas de la Fuerza Pública, dada la valiente y sistemática actitud del citado dirigente de la ANEP, no solamente en la defensa de los intereses de sus compañeros y de sus compañeras de la Fuerza Pública; sino por ventilar, de manera pública, un cúmulo de situaciones que han dejado en evidencia que las cosas no han andado bien en el principal cuerpo policial del país y que en éste, hay grandes déficits de transparencia que deben ventilarse ante la opinión pública.

Esto es más que necesario en la búsqueda de más eficiencia y eficacia en el estratégico servicio de la Seguridad Ciudadana, pero con verdadera justicia laboral y social para sus policías y, sobre todo, al respeto pleno que merece su dignidad en cuanto integrantes de la clase trabajadora en este estratégico servicio público.

Como primera acción para parar esta agresión y esta vana intentona de acallar a la ANEP y al compañero Anchía, la organización ha pedido, directamente y vía telefónica, la intervención urgente del señor Ministro de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), don Olman Segura Bonilla. Se espera para las próximas horas una comunicación del mismo en tal sentido.

La ANEP está, desde ya, diseñando diversas acciones y en varios escenarios para defender la plena Libertad Sindical en la Fuerza Pública; y para que se dé para siempre la sepultura del miedo y de la intimidación, perversas prácticas antidemocráticas que la acción valiente de nuestro compañero Anchía ha dejado en evidencia clarísima, para el malestar de algunos integrantes de la máxima cúpula policial del país en la Fuerza Pública.

Por demás, resulta inaudito que el señor Ministro Zamora, que salió de la Defensoría de los Habitantes de la República para esas labores ministeriales, y a la cual ha de volver terminada su gestión, ignore que los convenios de OIT en esta materia de Libertad Sindical, son leyes de la República debidamente aprobadas por la Asamblea Legislativa; y que, por tanto, un reglamento autónomo de rango jerárquico-legal muy inferior a un tratado internacional, no puede esgrimirse para cercenar un Derecho Humano, universalmente reconocido, como lo es la Libertad Sindical que hoy él le está atropellando a nuestro máximo dirigente laboral en la Fuerza Pública.

Hacemos una exhortación vehemente al Ministro Zamora para que reconsidere tan errática y deplorable decisión antidemocrática en materia de Libertad Sindical y que rectifique lo pertinente. Hemos de proceder con toda nuestra fuerza y con toda voluntad para detener tan arbitrario acto.

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Honorable señor Olman Segura Bonilla, Ministro
Honorable señor Lic. Eugenio Solano Calderón, Viceministro del Área Laboral
Honorable señor Lic. Alfonso Solórzano Rojas, Director Nacional de Asuntos Laborales
Honorable señora Licda. Leda Villalobos Villalobos, Jefa del Departamento de Relaciones de Trabajo
MINISTERIO DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL (MTSS)

Estimados señores y estimada señora: Respetuosos saludos. Oficialmente y por esta vía, así habilitada la misma por disposiciones de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (Sala IV), como opción legítima para interpelar a la Administración; invocamos las disposiciones legales que son en concernirle a la cartera ministerial de Trabajo y Seguridad Social (MTSS); para que ejerciendo su rol jurídico de “amigable componedor” de las relaciones obrero-patronales, proceda a convocar a audiencia conciliatoria, en el caso que de seguido exponemos, a:

Lic. Mario Zamora Cordero, Ministro de Seguridad Pública y Ministro de Gobernación y Policía, al fax No. 2226 0726; correo electrónico: ministrodespacho@gmail.com

Licda. Lys Espinoza Quesada,Directora de Recursos Humanos del Ministerio de Seguridad Pública. Fax No. 2226 5541; correo electrónico: lespinoza@ministeriodeseguridadpublica.go.cr

Asunto único a tratar: Negativa ministerial a una nueva prórroga de Licencia Sindical, SIN GOCE SALARIAL, a favor de nuestro dirigente Máinor Anchía Angulo, integrante de la Junta Directiva Nacional (JDN), de la ANEP, en representación de las personas trabajadoras asalariadas de la Fuerza Pública, socias de la ANEP; argumentando una débil razón reglamentario-administrativa que está muy por debajo del rango jurídico de la normativa internacional OIT, ratificada por Costa Rica en materia de Libertad Sindical, según leyes emitidas por la Asamblea Legislativa; decisión que nosotros consideramos como una represalia política en función de la amplia actividad sindical de nuestro dirigente, a nombre de la ANEP; actividad no solamente en función del ejercicio de representación de los intereses económico-sociales de quienes son afiliados y afiliadas a la ANEP en la Fuerza Pública, sino por plantear delicados asuntos institucionales con relación a lo labor que dejan ver problemas de transparencia en el ejercicio de tan delicada tarea de seguridad ciudadana. Estima la ANEP que se trata de una especie de represión antisindical por el rol dirigente que ha venido asumiendo el señor Anchía a nombre de esta organización y que es de amplia notoriedad pública, incluso, por su difusión mediática. Además, tal decisión le cercena el derecho a nuestros agremiados en la Fuerza Pública a ser representados en sus intereses sociolaborales por la persona que ellos eligieron para tal fin y según nuestra leyes: don Máinor Anchía Angulo, también policía de la Fuerza Pública.

Solicitamos al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que dado que la nueva licencia sindical deberá regir a partir del próximo 16 de enero de 2014, esta audiencia se realice antes de esa fecha a fin de evitar mayores deterioros de la relación obrero-patronal en una ente de servicio público tan sensible como la Fuerza Pública.

Anticipadamente agradecemos la valiosa atención a esta urgente petición.

Albino Vargas Barrantes
Secretario General ANEP

cc.: Licda. Ofelia Taitelbaum Yosewicz, Defensora de los Habitantes de la República.
cc.: Junta Directiva Nacional (JDN), ANEP.
cc.: Unidad de Asesoría Jurídica (UAJ), ANEP.
cc.: Sr. Máinor Anchía Angulo, Directivo Nacional ANEP-Fuerza Pública.
cc.: Archivo.

ANEP logra histórica reinstalación de policías


Denuncian jefe policial y los quitan de puesto

Notifican a 5 policías de Montes de Oca para cubrir fronteras

Por: Alejandra Portuguez Morales
aportuguez@diarioextra.com

Desconcertados permanecen cinco oficiales de la Fuerza Pública destacados en la delegación de Montes de Oca, San José; quienes en apariencia fueron trasladados a otros puestos fuera del Área Metropolitana y deberán ejercer como policías de Fronteras; luego de que denunciaran una serie de anomalías que al parecer ocurren en la oficialía jefeada por un policía de apellido Barrera.

Se trata de los experimentados uniformados de nombre Roy Serrano, con 14 años de experiencia, Ronny Carvajal con 7 años en el ministerio, Michael Agüero con seis años como policía, Diego Miranda con 5 años y Steve Gutiérrez con 3 años de servicio.

Aunque el reclamo fue interpuesto el anterior 29 de agosto e iba dirigido para el comisionado Marlon Cubillo, la respuesta les llegó por parte del comisionado Pablo Bertozzi según consta en los documentos de los cuales DIARIO EXTRA guarda copia.

Si bien es cierto todos los policías de fronteras deben de aprobar un curso dado en la Escuela Nacional de Policía; así lo afirmó al periódico de más venta en Costa Rica Juan José Andrade, director de la Fuerza Pública.

Pero al ser cuestionado, sobre esta situación, aseveró que “cualquier uniformado sirve en donde se le requiera”. Seguidamente indicó que las aparentes anomalías fueron elevadas al departamento del disciplinario legal. “A partir de la investigación preliminar poder determinar consecuentemente qué sigue, si hay alguna responsabilidad, determinarla y sancionarla de manera inmediata en caso de que no se determine nada, haberle dado el curso necesario de la denuncia”, mencionó.

Con respecto al traslado de los oficiales acotó, “Como director giré una orden para que en San Pedro mientras no hayamos abordado el tema del clima organizacional he pedido que queden sin efecto los traslados, hasta que quede claro la denuncia”, concluyó.

Los cinco oficiales indicaban por medio de Mainor Anchía, representante sindical que hasta ayer no habían recibido notificación que debían de seguir en sus puestos en Montes de Oca, San José.

La CCSS: ¿Hacia una caja solamente “recaudadora”?

El nivel preventivo de atención en salud, que a través de los Ebais y de las clínicas de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) se ofrece a la población, no sólo resulta más barato; sino que en cualquier país (y el nuestro no es la excepción), el sistema de salud debe privilegiar en su estrategia de salud, en la prevención y en el control anticipado de las enfermedades.

En mi criterio, la Junta Directiva de la CCSS está en la obligación de colocar, en primerísimo orden, el fortalecimiento del primer nivel de atención, mismo que conviene sea bajo los servicios que brinda de manera directa la Caja Costarricense del Seguro Social; y no administrado por terceros. Gestionado y ofrecido con calidad y oportunidad, lo que sin duda permitirá que gane la institución al bajar los costos de atención, mejorar las políticas de salud para la población asegurada y, desde luego, combatir uno de los más graves conflictos de interés que se ciernen sobre la Caja: el del lucro con la enfermedad.

El pleito de la licitación entre dos consorcios privados para lo que podemos concebir como la primera privatización “clásica” de los Ebais, la universidad UNIBE y la Clínica Bíblica, lo “ganó” la primera. Supongo que razones de costo privaron para que los y las integrantes de la Junta Directiva de la CCSS se inclinaran por la UNIBE; o bien, por algunos antecedentes relacionados con el otro oferente que parece no le alcanzó para obtener la licitación de marras, ante el quite de la Universidad de Costa Rica (UCR) de seguir con la administración de los Ebais que administró por un tiempo, del que no obtuvieron según manifiestan sus autoridades “ganancias”…

Ha circulado información que refiere que la Junta Directiva de la CCSS ha recibido una propuesta para que la institución se desentienda de 1014 Ebais y que dicha administración sea costeada por el Estado; eso sí, mediando nueva carga de impuestos a la población costarricense ¡Válgame Dios!

La iniciativa del economista Edgar Marín, miembro de una comisión financiera institucional, parece contar con el respaldo del actual Gerente Financiero de la Caja, el señor Gustavo Picado. Ambos justifican la medida en la necesidad de fortalecer el segundo y tercer nivel de atención, dando a estos los recursos del SEM (Sistema de Enfermedad y Maternidad, conocido como el Seguro de Salud), de manera exclusiva: clínicas y hospitales.

Debemos los y las contribuyentes del Seguro Social tener mucho cuidado con este tipo de propuestas que, claramente, parecen querer orientar cambios radicales e inconvenientes de nuestro Sistema de Seguridad Social; mismo que como bien sabemos, se inspira en la Universalidad, la Solidaridad, la Sostenibilidad (especialmente en lo financiero); y, desde luego, en la Calidad y en la Oportunidad de los servicios. Todos estos han sido pilares inspiradores, desde siempre, de la Seguridad Social Costarricense.

Como servidor de la Caja por más de treinta años y dirigente sindical de la ANEP, pienso que cualquier esfuerzo que procure fortalecer tanto las finanzas como la calidad de la atención, siempre debe ser bienvenido; especialmente si con ello se garantiza a las personas aseguradas, servicios de salud equitativos, oportunos y de calidad.

Por otra parte, otras propuestas que se lanzan como que el Estado costarricense cubra el costo de todos los Ebais, nos obliga a pensar en cuál ha sido la acción del Estado costarricense con relación a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS); institución con la cual guarda una estricta relación, hasta con obligaciones constitucionales.

Sin embargo, conviene traer a colación y a manera de ejemplo, al menos una las acciones del Estado conocidas a través del tiempo y poder con ello valorar el futuro que le depara a tal propuesta y de que podría suceder. Veamos el siguiente ejemplo.

La denominada Ley de Protección al Trabajador (LPT), promulgada en el año 2000, definió en su artículo 78, que las instituciones públicas del Estada deberán trasladar hasta el 15 % de sus superávits, al fondo del seguro de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM). El Estado no ha logrado trasladar recursos que fortalezcan el régimen de Pensiones de la CCSS, ni siquiera realizando gestiones políticas para hacer cumplir la ley.

Entonces me surgen las siguientes interrogantes. ¿Será el Estado capaz de crear impuestos para dar financiamiento y fortalecimiento al primer nivel del Seguro de Salud, siendo que históricamente es el moroso principal con sus obligaciones con la Seguridad Social?…

¿Es esta propuesta para ampliar el financiamiento; ó, para restringir derechos a los y a las cotizantes del Seguro Social? ¿Es una propuesta que busca fortalecer el primer nivel y reorientar recursos al segundo y tercero; ó, se pretende que el Estado dé financiamiento al primer nivel por ser universal, mientras que el segundo y tercer nivel no lo serían? O siendo más realista: ¿Será que la verdadera intención es desmembrar el sistema de salud, para permitir los negocios privados y convertir a la institución en un ente recaudador en sentido estricto?

Preferiría pensar que me equivoco y que tanto quienes dirigen la institución como quienes se mueven en la política (me refiero a empresarios políticos y políticos empresarios), puedan ser ciudadanos costarricenses de nobles principios que juren defender nuestro Estado Social de Derecho.

Pero, si por el contrario, se alejan del interés público para el que algunos han sido llamados a servir y no servirse, serán responsables de sus actos.

¿Sabrán éstos cuánto daño le infringen a la Caja Costarricense del Seguro Social, de manera consciente? ¿Pretenden entregar la institución a los intereses corporativos privados de cuyas consecuencias serán víctimas las generaciones venideras?

Debo rechazar categóricamente el argumento esgrimido de que los recursos no alcanzan para cubrir el financiamiento de todo y para todos. Eso no es de recibo mientras la CCSS (Junta Directiva), siga permitiendo que prevalezcan los conflictos de intereses que impiden tomar decisiones que favorezcan el interés público.

Si nuestro modelo de salud pública está en crisis, corre riesgos, ha enfermado a causa de la mala gestión o de intereses ajenos al fin para el que fue creado, todos y todas debemos salir en su defensa.

Debe la población asegurada, de conformidad con lo que es su derecho, exigir, demandar el fortalecimiento institucional, especialmente el del primer nivel de atención; el que permite prevenir la enfermedad y, por ende, mejorar los índices de salud y, desde luego, la vida de quienes tenemos la dicha de ser costarricenses.